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Efectos ansiolíticos de la práctica del Yoga y la conciencia plena Al centrarnos en la meditación durante la práctica del yoga, podemos aprender a calmar la mente y reducir la frecuencia de pensamientos ansiosos. La meditación nos ayuda a enfocar nuestra atención en el presente, dejando de lado las preocupaciones y los pensamientos negativos que alimentan la ansiedad. A través de la meditación, aprendemos a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos ni identificarnos con ellos. Esta actitud de aceptación y no apego nos permite liberarnos de la carga emocional asociada a los pensamientos ansiosos y encontrar un mayor equilibrio mental. Además, la práctica de la meditación en el yoga nos invita a cultivar la conciencia plena, también conocida como “mindfulness”. Al prestar atención consciente a nuestras sensaciones físicas, emociones y pensamientos en el momento presente, nos damos cuenta de que la ansiedad es solo una experiencia transitoria y no una parte permanente de nuestra identidad. El yoga también enfatiza la importancia de una respiración consciente y pausada. La respiración profunda y controlada que se practica en el yoga ayuda a estimular el sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y el descanso. Al respirar de manera consciente, podemos reducir la frecuencia cardíaca, disminuir la tensión muscular y promover un estado de calma y tranquilidad. El yoga para la ansiedad combina movimientos corporales, ejercicio físico, respiración consciente y meditación para ayudar a reducir el malestar asociado a la ansiedad. Al conectar con el cuerpo, equilibrar la mente y cultivar la conciencia plena, el yoga nos brinda herramientas efectivas para gestionar y aliviar los síntomas de la ansiedad. Sin embargo, es importante recordar que en casos de ansiedad moderada o grave, es recomendable buscar la ayuda de profesionales de la salud mental. Ante todo, para obtener los beneficios mencionados, es recomendable encontrar actividades físicas que nos resulten agradables y motivadoras. Puede ser cualquier forma de ejercicio, desde caminar, correr, nadar, practicar deportes en equipo, hacer yoga, pilates o levantar pesas. Lo importante es elegir una actividad que disfrutemos para mantener la motivación y la constancia a largo plazo.
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