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E n cuidados intensivos, o en el ámbito peri-operatorio, el dolor suele ser un componenteprincipal del cuadro clínico. Suele ser de origen inflamatorio, porque todos los mediadores químicos de la inflamación estimulan o sensibilizan los nociceptores. También puede ser de origen mecánico, por ejemplo cuando está asociado con una dilatación de un órgano hueco o con la compresión, laceración o destrucción de tejido. En tales casos, aparece dolor intenso rápidamente después de la lesión y se amplifica más tarde cuando se establece la inflamación. Por último, el dolor puede surgir del tallo cerebral, a través de la excitación directa de las neuronas medulares transmisoras de dolor. Cuando el dolor está mal controlado es una fuente de complicaciones que hace el pronóstico más incierto. Por desgracia, el control del dolor se asocia con diversos problemas, que pueden agruparse en tres tipos: • La evaluación que los veterinarios hacen del dolor varía en gran medida de unos individuos y de unos países a otros, y la formación es insuficiente en cuanto a la evaluación y el tratamiento de los pacientes con dolor. • Realmente es muy difícil reconocer el dolor y evaluar su intensidad en algunos animales. • Los recursos terapéuticos de que suelen disponer los facultativos (es decir, tratamientos con fármacos aprobados, validados para las especies de interés) son insuficientes, al menos en algunos países, como Francia. Todos los problemas que rodean al dolor en animales están contenidos en la definición dada por la asociación internacional para el estudio del dolor (IASP, según sus siglas en inglés): el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable que provoca reacciones autónomas y motrices protectoras que tienen como resultado el aprendizaje del comportamiento de rechazo y que pueden modificar el comportamiento específico de la especie, incluido su comportamiento social. Esta definición nos lleva a tres observaciones: • El dolor, como la tos o el vómito, es una de las reacciones de defensa del organismo y es difícil definir el límite entre lo normal y lo patológico. Las “reacciones autónomas y motrices” que provoca son Marc Gogny, Dipl. ECVPT Escuela Nacional Veterinaria de Nantes, Francia El Dr. Gogny es profesor de fisiología y farmacología y Diplomado por el Colegio Veterinario Europeo de Farmacología y Toxicología (ECVPT). Es jefe del Departamento de farmacología y toxicología de la Escuela Veterinaria Nacional de Nantes, en Francia, y Vicedecano encargado de los asuntos académicos y de estudios. En cuanto a la investigación, los intereses del doctor Gogny son la fisiopatología y la farmacología vascular, el dolor y la inflamación. Vol 16 No 3 • 2006 2 WALTHAM Focus Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico PUNTOS CLAVE � El dolor es uno de los factores clave del control de los pacientes en estado crítico. El control adecuado del dolor reduce la morbilidad y la mortalidad � La analgesia multimodal, es decir, una combinación de diferentes moléculas que actúan a través de mecanismos diferentes sobre las vías nociceptivas, proporciona un control superior del dolor en el ámbito clínico � La reevaluación periódica del paciente es esencial ya que tanto la intensidad como la duración del dolor pueden variar de un momento a otro Published in IVIS with the permission of the editor Close window to return to IVIS WALTHAM Focus 3Vol 16 No 3 • 2006 protectoras sólo hasta un cierto punto, más allá del cual se vuelven más nocivas que el estímulo que desencadenó originalmente la respuesta. • Es una sensación difícil de caracterizar y evaluar, a pesar de la frecuencia de las situaciones en las que se encuentra. Al contrario que sentidos como la visión y el oído, en los cuales un estímulo determinado desencadena una sensación específica y reproducible, muchos estímulos diferentes producen dolor y la sensación que provocan puede ser muy variable. Se expresa de forma diferente de unos individuos a otros y, en el mismo sujeto, dependiendo de su experiencia emocional. • La mayoría de las funciones sensoriales, como el tacto o el olfato, están sujetas al acostumbramiento, mientras que la sensibilización sigue siendo excepcional. Esto no ocurre en la nocicepción, donde la sensibilización (o hiperalgesia) es la norma. Hiperalgesia periférica y central Los mensajes nociceptivos se caracterizan por la intensidad del estímulo y la duración de su aplicación. Esta combinación intensidad/duración es decisiva para distinguir el “dolor fisiológico” del “dolor patológico”. En el dolor patológico, la intensidad o la duración de la agresión tisular son anómalas. El área bajo la curva (Figura 1) está muy aumentada. Aparte de las repercusiones clínicas inmediatas de dicho estímulo, se produce el fenómeno de sensibilización: reducción notable del umbral de excitabilidad de los nociceptores (sensibilización periférica), lo que amplifica y mantiene su implicación, y se facilita la extracción de la señal en la médula espinal (sensibilización central). Este círculo vicioso se establece con gran rapidez, desde unos pocos minutos a unas pocas horas después del comienzo de la lesión del tejido. Así se sostiene y amplifica el dolor. Hiperalgesia periférica Los nociceptores tienen un umbral de activación elevado: sólo son activados por estímulos de alta intensidad. Entre los agentes químicos implicados en la activación de los nociceptores se cuentan mediadores de la inflamación como las prostaglandinas, la histamina, la serotonina, la sustancia P y agentes algógenos (que causan dolor) como los iones H+ y K+. Estas sustancias son liberadas durante la inflamación de cualquier origen (traumatismo, tumor) y tienen un efecto sinérgico: producen activación mantenida de los nociceptores y reducen su umbral de activación. Las prostaglandinas se liberan cuando el tejido es dañado. Su expresión se estimula mucho en el foco de la inflamación. La PGE2 sensibiliza los aferentes nociceptivos a otros mediadores como la histamina y la bradiquinina, que son activadores potentes de los nociceptores polimodales. La serotonina amplifica el fenómeno a través de sus receptores 5-HT3. Estas terminaciones nerviosas periféricas pueden hacer que el proceso se extienda a las zonas circundantes, a través de un mecanismo de conducción antidrómica (es decir, en la dirección opuesta a la propagación normal). Uno de los mediadores que es liberado, la sustancia P, podría modular así la sensibilidad de los nociceptores alrededor de la zona dañada. Sensibilización central Cualquier estimulación, aunque sea breve, de los nociceptores periféricos provoca una respuesta de larga duración de las neuronas nociceptivas medulares. Con el tiempo, este fenómeno se amplifica aún más, a medida que la estimulación repetida hace que la respuesta aumente de manera gradual: la respuesta puede intensificarse 20 veces de este modo y persistir incluso después de que haya cesado el estímulo inicial. Cada vez se conocen mejor los mediadores que intervienen. El glutamato es uno de los principales, que actúa a través de los receptores del N-metil-D-aspartato (NMDA) y el ácido alfa- amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazol propiónico (AMPA). Los receptores de AMPA parecen estar implicados en la transmisión de excitaciones de corta duración. La activación de los receptores de NMDA requiere una estimulación de mayor intensidad y/o duración. Por consiguiente, se obtienen respuestas amplificadas y mantenidas características de la hiperalgesia central. Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico Figura 1. Gráfico que muestra cómo cambian con el tiempo la intensidad y la duración del dolor después de una lesión tisular significativa y persistente. La intensidad del dolor se clasifica en tres niveles, denominados escalones. Si aparece hiperalgesia periférica o central, se intensifica y se prolonga en gran medida la sensación percibida en comparación con el estado fisiológico normal. El objetivo del tratamiento analgésico, ya sea profilácticoo curativo, es prevenir el desarrollo de hiperalgesia y reducir la intensidad del dolor a un nivel aceptable (nivel I como mucho). In te ns id ad Hiperalgesia y dolor patológico Dolor fisiológico Nivel III Nivel II Nivel I Daño tisular Duración Vol 16 No 3 • 2006 4 WALTHAM Focus Consecuencias El concepto de hiperalgesia lleva a tres consecuencias principales: • En cuidados intensivos, en especial después de una cirugía, el estímulo nociceptivo es fácilmente de intensidad y duración suficientes como para desencadenar estos mecanismos. El dolor postoperatorio se amplifica y se prolonga, en parte mediante activación de los receptores de NMDA. • Los antagonistas de los receptores de NMDA, como la ketamina, no son estrictamente analgésicos. Sin embargo, ejercen una notable antihiperalgésia que potencia la acción de los analgésicos. Ha empezado a generalizarse el uso de la ketamina a dosis subanestésicas. • La analgesia preventiva, basada en el uso de analgésicos antes de la aplicación de un estímulo nociceptivo fuerte, encuentra aquí una justificación obvia, ya que inhibiría el desarrollo de hiperalgesia. La repercusión funcional del dolor Las consecuencias del dolor no controlado se han infravalorado durante largo tiempo en animales. Son comportamentales, autónomas y hormonales (Figura 2). Las repercusiones comportamentales del dolor pueden causar un deterioro notable del aspecto del animal cuando inducen automutilación. El dolor persistente puede provocar trastornos del sueño asociados con ansiedad en animales, incluidos los carnívoros. Una de las modificaciones comportamentales observadas con más frecuencia es la pérdida de apetito. Por último, las reacciones de agresividad son comunes, cuando el animal intenta proteger la zona dolorida. Las consecuencias mórbidas están relacionadas fundamental- mente, sin embargo, con las alteraciones neuroendocrinas causadas por el dolor. Los centros simpáticos son estimulados intensamente. Si el dolor es intenso o persistente, se observan cambios profundos: función respiratoria, gasto cardíaco, respuestas vasomotrices, equilibrio hidroelectrolítico, balance fósforo/calcio, etcétera. El dolor agudo intenso puede, por tanto, causar trastornos cardiovasculares importantes, incluyendo el shock cardiogénico. Estas conexiones se establecen en el tallo cerebral y, por consiguiente, un estado de inconsciencia no evita que se produzca este tipo de incidentes. Un aumento de la frecuencia cardiaca y de la poscarga induce un aumento del consumo de oxígeno miocárdico y puede inducir arritmias. Cuando el estímulo persiste, se compromete el eje hipotálamo- hipófisis suprarrenal (Figura 3). Los glucocorticoides suprarrenales exacerban rápidamente el proceso. Inducen hiperglucemia, aumento del catabolismo de proteínas y, sobre todo, supresión inmunitaria. Aumenta también la sensibilidad a la infección y a las complicaciones postoperatorias. Las complicaciones se producen durante la cirugía o en los días siguientes. En muchos estudios se ha demostrado que el control adecuado del dolor acelera la recuperación y reduce la morbilidad y la mortalidad (1-5). Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico Figura 3. Activación de los centros simpáticos del eje hipofisario- suprarrenal por estimulación nociceptiva. Figura 2. El dolor y la nocicepción y sus consecuencias. La activación directa de los reflejos medulares causa efectos nocivos que son independientes de la integración cortical y de la conciencia del dolor. Se requiere un enfoque integral para aliviar el dolor y no basta con limitarse a suprimir la conciencia del dolor (sedación, narcosis). Nocicepción Emoción Consecuencias dañinas Consecuencias dañinas Lesión tisular Dolor consciente Estrés Vías del dolor Corteza tálamo Formación reticular del hipotálamo Nervios simpáticos médula suprarrenal Centros simpáticos bulbar y espinal Efectos metabólicos Alteraciones cardio- vasculares y respiratorias Efectos inmunodepresores Vías nociceptivas CortisolCatecolaminas Factores psicológicos Sistema de activación reticular ascendente ACTH CRH Corteza suprarrenal (zona fasciculata) Hipofisario WALTHAM Focus 5Vol 16 No 3 • 2006 Los principios del control del dolor El control del dolor puede resumirse en los siguientes dos principios fundamentales: • Debe tratarse la combinación de intensidad y duración del dolor y no sólo la intensidad del dolor en un momento t. • Debe establecerse una estrategia analgésica orientada a combatir todas las facetas del fenómeno nociceptivo: esto se conoce como analgesia multimodal. La combinación de la intensidad y la duración del dolor La progresión del dolor fisiológico a dolor patológico no es un proceso súbito, ni de una dirección. Evoluciona con el tiempo. La curva mostrada en la Figura 1 no descarta otras situaciones en las cuales el dolor fluctúa en ondas sucesivas (Figura 4). Por tanto, es necesario abordar tanto la intensidad como la duración del dolor. El primer principio del control del dolor es reducir el área bajo la curva del dolor hasta un nivel aceptable (6). Para conseguir esto, es, por tanto, necesario evaluar el nivel del dolor, controlarlo y luego reevaluar periódicamente el estado del paciente y ajustar el tratamiento en consecuencia (7,8). Analgesia multimodal La analgesia multimodal se basa en un concepto que se utiliza también en la anestesia general y en el tratamiento del cáncer. El principio es simple: cuando se enfrenta un proceso complejo y multifactorial, se mejora la proporción beneficio / riesgo utilizando una combinación de enfoques diferentes (9,10). Sus efectos beneficiosos son aditivos y cada uno se utiliza menor cantidad para limitar sus efectos adversos individuales. Durante mucho tiempo se utilizaron indivi- dualmente los anti-inflamatorios no esteroideos y los opiáceos y se proponía utilizar uno u otro tipo dependiendo de la intensidad del dolor. El problema no se plantea ya en esos términos. Se utiliza una combinación de diversas moléculas en todos los casos y el protocolo analgésico cambia dependiendo del tipo de dolor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto una evolución en tres escalones para la clasificación del dolor y, por consiguiente, de los protocolos analgésicos, dependiendo de su potencia y su cociente beneficio / riesgo. Esta clasificación se diseñó para el tratamiento del dolor de origen canceroso en medicina humana, pero se ha trasladado a Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico Figura 4. Diferentes ejemplos de cómo el dolor puede variar con el tiempo. Se ha descrito una gran variedad de patrones de regresión del dolor, dependiendo del estado del animal y del tipo de intervención o el tratamiento recibido. Es necesario volver a evaluar periódicamente el dolor y ajustar en consecuencia el tratamiento. Figura 5. Los tres niveles de dolor de acuerdo con la clasificación de la OMS y los correspondientes protocolos analgésicos. In te ns id ad Duración Nivel I (dolor leve) esperado u observado AINEs o fármacos simila- res utilizados solos o dosis bajas de morfina Nivel II (dolor moderado) esperado u observado o fracaso de los analgésicos del nivel I AINEs + opiáceos débiles o AINEs + dosis bajas de morfina o anestesia local Nivel III (dolor intenso) esperado u observado o fracaso de los analgésicos del nivel II Dosis elevadas de morfina y/o parche de fentanilo y/o anestesia loco- regional + potenciación (AINEs, ketamina, �2- agonistas) Vol 16 No 3 • 2006 6 WALTHAM Focus medicina veterinaria y se reconoce su relevancia en perros y gatos. Esta clasificación se muestra en la Figura 5. Las principales clases farmacológicas utilizadas en dichos protocolos son los antiinflamatorios no esteroideos, los analgésicos opiáceos, los anestésicos disociativos y los �2-agonistas (8,9,11). Los antiinflamatorios no esteroideos Se utilizan para el dolor de leve a moderado (Figura 5, nivel I de la OMS). Su acción analgésica se ejerce al nivelde los receptores periféricos y algunos de ellos actúan a nivel espinal. Actúan fundamentalmente a través de la inhibición de la síntesis de prostaglandinas, bloqueando diversas isoformas de la ciclooxigenasa (COX-1, COX-2 e incluso COX-3) (12-14). Las prostaglandinas se liberan cuando el tejido es dañado. Aumentan la sensibilidad de los nociceptores periféricos y amplifican su respuesta. Potencian los efectos de los algógenos como la bradiquinina. Actúan también a nivel medular inhibiendo las vías descendentes que intervienen en el control del dolor y facilitan la progresión de los impulsos nociceptivos en el asta dorsal de la materia gris de la médula espinal. El papel de las diversas isoformas de la ciclooxigenasa en la transmisión nociceptiva sigue bajo considerable debate. Se observa un efecto analgésico al margen de qué enzima esté bloqueada selectivamente. Parece, sin embargo que bloquear la COX-1 y, en particular, la COX-3 (paracetamol) proporciona un efecto espinal más marcado (9,15,16). Los efectos adversos gástricos de los antiinflamatorios no esteroideos se observan con todas las moléculas, aunque son más notables para los inhibidores de la COX-1 (17-19). En el ámbito de los cuidados intensivos, en los que se utilizan sólo durante un breve periodo, los efectos adversos son menos preocupantes que el riesgo de insuficiencia renal aguda por hipoperfusión (20). Este riesgo parece ser una pre- ocupación auténtica con todos los AINEs, con independencia de su mecanismo de acción. Por l o t an to , cuando s e utilicen, debe controlarse la presión arterial y mantenerse el volumen sanguíneo (21,22). En la Tabla 1 se muestran los principales AINEs utilizados en medicina veterinaria. Los analgésicos opiáceos Los opiáceos se están utilizando cada vez más en medicina veterinaria. Esta clase farmacológica consta de muchos com- puestos con diversos perfiles de acción. Brevemente, pueden dividirse en opiáceos débiles, utilizados en los niveles I o II, y los opiáceos fuertes, reservados para el dolor intenso (nivel III). En algunos países, no hay por desgracia productos veterinarios para su uso en perros o gatos y tienen que utilizarse productos destinados a uso humano. Actúan estimulando receptores específicos, denominados receptores opioides, en las neuronas nociceptivas aferentes, en los cuerpos celulares de las neuronas raquídeas del asta dorsal, en la materia gris periacueductal y en el sistema límbico. Existen tres subtipos de receptor, denominados mu, kappa y delta. Los dos primeros tienen mayor implicación en el efecto analgésico (9). Los fármacos opiáceos débiles no suelen utilizarse en animales. En el ser humano, se utilizan solos o en combinación con un analgésico del nivel I, normalmente el paracetamol. Tienen menor afinidad por los receptores de opiáceos. Su efecto analgésico es, por consiguiente, mucho menos potente que el de la morfina y sus efectos secundarios son más débiles. Los principales miembros de esta clase son la codeína, el dextropropoxifeno y el tramadol (Tabla 2). El tramadol tiene efectos mixtos: es un agonista de receptor y también un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina, como algunos antidepresivos. Esto puede explicar por qué se han comunicado algunas reacciones disfóricas al fármaco en gatos. Además, se absorbe ligeramente más deprisa en los carnívoros domésticos que en el hombre. La morfina es el fármaco de referencia y sigue siendo muy utilizada. Es eficaz en la mayoría de las especies y tiene una Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico Molécula Ácido acetilsalicílico Ácido tolfenámico Carprofeno Firocoxib Ibuprofeno Ketoprofeno Meloxicam Nimesulide Paracetamol (Acetaminofeno) Tepoxalin Vedaprofeno Perro 5-30 mg/kg vía oral cada 12 horas 4 mg/kg vía oral , IM, SC 4 mg/kg vía oral , IV, SC 5 mg/kg vía oral 10 mg/kg vía oral cada 12 horas 2 mg/kg IV, IM, SC 0,2 mg/kg IV, SC (0,1 mg/kg vía oral ) 4 mg/kg IM, SC 10-20 mg/kg vía oral 10 mg/kg vía oral 0,5 mg/kg vía oral Gato No recomendado 4 mg/kg vía oral , IM, SC 4 mg/kg IV, SC 10 mg/kg vía oral cada 12 horas 2 mg/kg IV, IM, SC 0,3 mg/kg IV, SC (0,1 mg/kg vía oral ) 4 mg/kg IM, SC No recomendado Tabla 1. Los principales antiinflamatorios no esteroideos que pueden utilizarse en el nivel I WALTHAM Focus 7Vol 16 No 3 • 2006 duración de acción de unas tres horas. Su forma clorhidrato se utiliza en todas las preparaciones inyectables. Puede administrarse por vía subcutánea, intravenosa o epidural e incluso intraarticular, lo que sugiere la existencia de receptores opiáceos periféricos (5,9,23). La forma sulfato se utiliza en las formas orales de liberación inmediata o prolongada. En el ser humano, las formas de liberación prolongada permiten cubrir un período de unas 12 horas, pero esto no se ha validado en perros y gatos, y su absorción puede ser muy diferente en dichas especies. La morfina tiene efectos adversos que se mantienen limitados bajo condiciones normales de uso en cuidados intensivos. Rara vez se encuentra depresión respiratoria, relacionada con la reducción de la sensibilidad de los centros respiratorios al CO2, en la práctica clínica para las dosis mencionadas en la Tabla 2. Su acción emética no es constante y parece depender de la dosis utilizada, la vía de administración y el estado de dolor del animal. A veces se describen episodios disfóricos, en particular en gatos, después de la administración de dosis elevadas. La morfina puede provocar trastornos gastro- intestinales (inhibición del tránsito gastrointestinal, estreñimiento) o problemas urinarios (retención urinaria), cuya gravedad y reversibilidad dependen de la duración del tratamiento. Por último, se observa una acción liberadora de histamina con las inyecciones intravenosas en bolo. En el ser humano, causa prurito, pero esto no se ha descrito claramente en animales. Sin embargo, provoca vasodilatación y, por consiguiente, hipotensión (24). El efecto analgésico del fentanilo es 50 a 100 veces superior que el de la morfina y se utiliza sobre todo por la vía transdérmica, en forma de parches. Pueden utilizarse para controlar el dolor intenso durante unos tres días en perros y durante un período de hasta cinco días en gatos (25). También se utilizan otros agonistas (Tabla 2). Sus efectos adversos son todos idénticos a los de la morfina. La buprenorfina es un analgésico central más potente que la morfina y es de acción más prolongada debido a su elevada afinidad por los receptores. De los agonistas/antagonistas parciales (dependiendo de los receptores), el butorfanol es la molécula utilizada con más frecuencia en medicina veterinaria. Su acción es más moderada que la de la morfina, pero también tiene menos efectos adversos (26). El butorfanol, como la nalbufina o la pentazocina, bloquean los receptores mu y estimulan levemente los receptores kappa. Por consiguiente, puede utilizarse de forma individual como analgésico o para combatir los efectos adversos de la morfina a la vez que prolonga su efecto analgésico. Otras sustancias con acción analgésica Pueden incluirse otras sustancias en los protocolos analgésicos multimodales. Los alfa2-agonistas, o analgésicos sedantes, son muy populares en medicina veterinaria, mientras que su uso sigue siendo limitado en el ser humano. Su acción analgésica está relacionada con una reducción de la liberación central de catecolaminas en las vías de control del dolor. Al ser de acción corta (de 20 minutos a una hora) se utilizan fundamental- mente para controlar el dolor intraoperatorio, como un componente del protocolo anestésico. También pueden ser útiles como complemento a otros tratamientos analgésicos, en particular en algunos tipos de dolor agudo. Potencian el efecto de los opiáceos. No obstante, su efecto sedante dependiente de la dosis y sus efectos adversos (depresión respiratoria y cardiovascular) a menudo impiden su uso fuera de la anestesia. La ketamina se utiliza también mucho en anestesia veterinaria. Es unantagonista no competitivo de los receptores de NMDA, Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico Molécula Codeína Dextropropoxifeno Tramadol Buprenorfina Butorfanol Fentanilo Hidromorfona Morfina (clorhidrato) Nalbufina Pentazocina Perro (duración de la acción (h)) 0,5-2 mg/kg vía oral (� 6) 0,5-2 mg/kg vía oral (� 8) 0,2-2 mg/kg vía oral (� 6) 0,005-0,02 mg/kg IV, SC (� 6) 0,2-0,4 mg/kg IV, SC (� 2) 2-5 µg/kg/h transdérmica (3 días) 0,1-0,3 mg/kg IV, SC (� 8) 0,1-1 mg/kg IV, SC (� 3) 0,03-0,1 mg/kg IV, SC (� 4) 1-3 mg/kg IV, SC (� 4) Gato (duración de la acción (h)) 0,5-2 mg/kg vía oral (� 6) 0,5-2 mg/kg vía oral (� 8) 0,2-2 mg/kg vía oral (� 6) 0,005-0,02 mg/kg IV, SC (� 6) 0,1-0,8 mg/kg IV, SC (� 4) 2-5 µg/kg/h transdérmica (5 días) 0,02-0,1 mg/kg IV, SC (� 8) 0,05-0,2 mg/kg IV, SC (� 3) 0,75-3 mg/kg SC (� 4) 1-3 mg/kg IV, SC (� 4) Tabla 2. Los principales opiáceos que pueden utilizarse en los niveles II y III Vol 16 No 3 • 2006 8 WALTHAM Focus Cómo tratar... Control del dolor en el paciente crítico 1. 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Conclusión A medida que se va aclarando la base fisiológica de los procesos nociceptivos, va mejorando de manera gradual nuestra comprensión de las consecuencias mórbidas de la estimulación dolorosa intensa o prolongada, lo que explica los mecanismos de acción de los principales analgésicos, y valida las prácticas que previenen y limitan eficazmente los fenómenos de hiperalgesia. En los pacientes en estado crítico, el "enfoque del control del dolor" se ha convertido en una etapa crucial, que aumenta de manera notable las posibilidades de supervivencia.
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