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01 Bronfrenbrenner_1960_fragmentos

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Extracto de 
Una reformulación de la teoría ingenua del beneficio 
de Martin Bronfenbrenner (1960) 
Extractado de Breit, W. y Hochman, H. (1973). Microeconomía (Segunda Edición), México: Interamericana. Publicado por 
primera vez en inglés en Southern Economic Journal, 1960, April, pp. 300-306. 
Elaborado en 2012 por José Luis Pellegrini para ser utilizado exclusivamente por alumnos de cursos a su cargo. 
Notas: 
1. En algunos casos la terminología se adaptó a la que es más corriente en la actualidad (2012). 
2. Tres puntos entre paréntesis *(…)+ indican que se suprimieron partes extensas. 
3. Todas las notas al pie, excepto la primera, fueron suprimidas. 
4. Se omitió el número de la figura (porque en el artículo original hay otras más). 
 
I. LA TEORIA INGENUA Y DEL BENEFICIO Y SU ECLIPSE 
Este ensayo es una operación de salvamento de la economía de 
la distribución en condiciones puramente competitivas. Se refiere 
al beneficio —beneficio “puro” frente a los salarios e intereses 
implícitos, a los beneficios “normales” frente a las ganancias 
inesperadas y a los componentes imperfectamente competitivos. 
La teoría ingenua del beneficio que consideramos oportuno 
reconsiderar tuvo su apogeo en los libros de texto elementales 
durante el primer tercio de este siglo
1
. Sobrevive como un 
apuntalamiento para pronunciamientos de política del tipo de 
“apología capitalista” —destino que algunos consideran peor que 
la muerte. 
Lo que hace notable el resultado de Weston es que ni Alfred 
Marshall ni J. B. Clark, de los que se derivan principalmente las 
secciones teóricas de estos libros de texto, adoptaron la teoría 
ingenua del beneficio. La posición de Marshall es que el beneficio 
desaparece a largo plazo (…) …Clark … es aún más claro; el 
beneficio resulta del cambio dinámico. Respecto a las 
condiciones estáticas, dice: “Los precios que conforman el costo 
de producción son, por supuesto, aquellos que no brindan un 
beneficio claro al empresario (…)”. 
(La teoría ingenua del beneficio) [e]stá comprendida en un 
conjunto de proposiciones que expresamos a continuación: 
1. Una de las partes a distribuir en una economía competitiva es 
el beneficio normal (puro, neto o necesario). 
2. Usualmente, es una cantidad positiva a largo plazo, por 
encima de los rendimientos implícitos de cualquier servicio o 
recursos ofrecidos por los empresarios a sus respectivas 
empresas. (Puede ser cero o negativa a corto plazo.) 
3. El beneficio es un rendimiento para las funciones 
empresariales relacionadas con la toma de decisiones y la 
asunción de incertidumbre. El que toma las decisiones finales 
(y soporta la incertidumbre) es el “empresario” que recibe 
todo el beneficio a largo plazo. 
4. La cantidad que una firma trata de maximizar en sus 
operaciones económicas es el tamaño absoluto del 
componente beneficio. 
5. En términos de productividad marginal, tomar decisiones o 
asumir incertidumbres puede ser considerado como un 
“factor de la producción”, de la misma jerarquía que la tierra, 
el trabajo o el capital. 
Las cuatro primeras proposiciones son las ingenuas. Tienen un 
componente intuitivo substancial, en especial en un mundo 
dominado por empresas de un solo propietario y sociedades de 
personas. (Sin embargo, terminaremos modificándolas todas, 
salvo la primera.) La quinta proposición, más compleja y general-
 
1 En los últimos 40 años, de 32 libros elementales de texto de economía 
escritos en inglés, 20 presentaban alguna versión de esta teoría ingenua 
(J. Fred Weston. “Profit as the payment for the function of Uncertainty-
Bearing, Journal of Business, 1949, XXII, p 106). El porcentaje hubiera sido 
mayor si el estudio de Weston se hubiese realizado una generación antes. 
mente omitida en las exposiciones elementales, trata de encajar 
al beneficio en el marco de la teoría de la distribución marginal. 
(La abandonaremos). (…) 
[S]e lanzaron dos ataques a la teoría ingenua del beneficio 
“dentro de la familia” de la economía neoclásica, que se 
centraron en los nombres de Joseph Schumpeter y Frank H. 
Knight. El primero de los dos, el ataque schumpeteriano, redujo 
la incertidumbre y el beneficio a simples consecuencias de la 
innovación y definió la actividad empresarial como la in-
troducción y el desarrollo de la innovación. Los beneficios 
normales o necesarios de la teoría ingenua fueron reemplazados 
por las ganancias del innovador. Los beneficios monopólicos y los 
similares, cuando no son atribuibles a la innovación, se definen 
como rentas o excedentes. 
La posición de Knight, tal como la expresa en Riesgo, 
incertidumbre y beneficio, ofrece la base para las versiones más 
variadas de la ortodoxia contemporánea y la teoría del beneficio. 
Si pudiéramos parafrasear a Knight y sus discípulos … el beneficio 
surge de la incertidumbre o riesgo no asegura- ble. Invade a la 
sociedad toda, naciendo no sólo de una clase empresarial 
especial, sino de todos los integrantes de la economía. Resulta en 
incrementos positivos o negativos para todos los ingresos de 
cualquier fuente que se deriven; a esto Knight llama beneficio. 
Estos elementos del beneficio no sólo no son planeados, sino que 
tampoco son previstos. Por lo tanto, Knight los considera como 
diferencias entre los ingresos en desequilibrio y en equilibrio, o 
entre ingresos ex post y ex ante, en vez de compensaciones por 
asumir la incertidumbre. En cualquier caso, no hay un 
componente beneficio en la distribución sino sólo elementos 
beneficio en todos los tipos de ingreso. Como corolario, la 
tentativa de ubicar dentro de una corporación a cualquier 
“empresario” con derecho supremo a la utilidad, es como buscar 
dentro de una habitación oscura un gato negro que no está allí. 
Como otro corolario, no tiene sentido en el lenguaje de Knight 
hablar de una firma que “maximiza beneficios”, excepto como 
abreviatura de la maximización de “ingresos empresariales 
netos” de todos los servicios productivos implícitos (no 
comprados) considerados conjuntamente. 
La teoría ingenua del beneficio no incluye una noción inequívoca 
de la actividad empresarial. Algunos la tratan primordialmente 
como una cuestión de riesgo e incertidumbre, otros como una 
cuestión de toma de decisiones, otros como una cuestión de 
organización de los factores de la producción, y otros como 
combinaciones necesarias de cierto número de estas actividades. 
Ninguno de estos conceptos cumplió la tarea de identificar al 
empresario en un régimen corporativo. En un sistema cor-
porativo, la toma de decisiones y la organización se confían 
principalmente a gerentes asalariados con poco interés de 
propietarios, y la asunción de incertidumbre queda a cargo de 
accionistas ausentes. La distribución del usufructo social, además, 
fue difícil de explicar mediante alguna combinación de “asunción 
de incertidumbres”, “toma de decisiones” u “organización de los 
factores”. Para usar una frase atractiva, la propiedad se ha 
- 2 - 
 
transformado en algo separado del control. La teoría del bene-
ficio y la actividad empresarial, que suponía a ambas unidas, 
parece ahora anacrónica y apologética, esto es, un 
embalsamamiento, a nivel de texto, del “folklore del 
capitalismo”. Tampoco fue útil una teoría substituta, que asigna-
ba las funciones empresariales a un personaje artificial, que era la 
misma firma. Esta teoría no brinda la clave para la asignación o 
distribución del beneficio entre las personas naturales de los 
propietarios de la firma y grupos de control y deja todo librado a 
la indeterminación de las pugnas internas de la corporación. 
 Como resultado de la difusión de la actividad empresarial, ha 
surgido un conjunto de teorías institucionales o sociológicas del 
beneficio. Se han desarrollado de distintas formas, aunque ni el 
Schumpeter institucionalizador ni el Knight sociológico han 
creado aún una escuela. Los sostenedores de estas teorías están 
de acuerdo en definirel beneficio como “la utilidad neta de la 
empresa”, incluyendo todos los beneficios de los servicios 
productivos implícitos, todos los impuestos sobre la renta de la 
corporación y sobre las utilidades, y todas las ganancias no 
distribuidas. A menudo, ellos también destacan las distinciones 
de clase entre los “que reciben beneficios” en este sentido y los 
“que ganan salarios” y los “rentistas”. De estas consideraciones 
de clase surge, en su opinión, la justificación principal para reunir 
a los que reciben beneficios con diversos tipos de ingresos bajo el 
encabezamiento único de beneficio… 
II. UNA REFORMULACION DE LA TEORIA INGENUA 
Este ensayo surge del disconformismo con Schumpeter, con 
Knight y con los institucionalistas. Los pagos considerados como 
beneficios persisten evidentemente sin justificación en la 
innovación schumpeteriana. Los hombres de negocios y los 
promotores continúan estimando beneficios ex ante desafiando 
la modalidad de Knight, y el público continúa pensando en el 
beneficio como el ingreso especial de una clase de la sociedad. La 
teoría de Knight también puede ser criticada por estar 
sumamente aislada de la comprobación y de la relevancia 
empírica. Al mismo tiempo, la categoría contable de “utilidad 
neta” combina elementos tan numerosos y considerados en 
forma tan distinta por las firmas que arroja dudas sobre la 
utilidad analítica de las teorías institucionales. En este contexto, 
cuando tanto el refinamiento como la iconoclasia parecen 
abandonarnos, exploremos qué puede hacerse con la ingenuidad 
y la sencillez. 
Consideramos una sociedad estática (en la que) … *t+enemos 
incertidumbre sin innovación. 
¿A qué se refiere la incertidumbre? Fundamentalmente, a dos 
cuestiones…: 1) la cantidad, naturaleza y consecuencias de la 
acumulación del capital (aun sin cambios en el espectro de 
técnicas disponibles), y 2) las formas y coeficientes de las 
funciones de costos y producción. (No es necesario olvidar los 
caprichos del tiempo, la descompostura de las maquinarias, la 
ocurrencia de accidentes y enfermedades o las consecuencias de 
variaciones en la moral.) Se supone que no existe un método 
eficiente económicamente para transformar una parte 
significativa de esta incertidumbre en un riesgo asegurable o 
transferible a otro. 
Seguimos la tradición al considerar sólo un estado competitivo de 
cosas y sólo el largo plazo. La competencia imperfecta y las 
ganancias inesperadas a corto plazo se admiten en el centro de 
muchos problemas concretos, pero no tenemos ninguna 
contribución a su tratamiento poco satisfactorio en la teoría 
económica. Además, evitamos la relación clásica de beneficio con 
interés, la relación marxista de beneficio con ingreso de la 
propiedad y la contable de beneficios con rendimientos implícitos 
de los servicios productivos. (…) 
El efecto neto de la incertidumbre sobre los precios e ingresos es 
incierto en sí mismo. Proponemos considerar el beneficio como 
una compensación del subconjunto de incertidumbres que 
surgen de no tener un derecho contractual sobre el ingreso, ya 
sea por hora de trabajo, por “pieza” de productos, o por unidad 
de trabajo o capital. Por lo tanto, nos centramos en los ingresos 
de quienes acepten ser perceptores de parte o todo lo que queda 
después que se cumplen y pagan las demandas contractuales. 
Esto no equivale a decir que los derechos contractuales deben ser 
siempre cumplidos o respetados. Distintos grados de 
incertidumbre, llamados premio más que beneficio, se refieren al 
hecho de que ciertos contratos pueden no ser respetados ni 
cumplidos. (…) 
Para fines de la teoría del beneficio clasifiquemos los insumos 
productivos no en los “factores de la producción” usuales, sino en 
las categorías “contractual” y “empresarial”, según que su 
remuneración esté o no determinada contractualmente. Esta 
terminología no identifica la actividad empresarial con las 
responsabilidades de la gerencia, de la organización o de la 
innovación, sino exclusivamente con la naturaleza precaria de sus 
derechos. En una sociedad de personas está dividida entre todos 
los socios, tanto activos como inactivos. En una sociedad 
anónima es asignada a los accionistas ordinarios. … Los gerentes 
y directores, en esta terminología, no son empresarios, salvo que 
también sean accionistas. Menos aún es el empresario la “firma” 
o cualquier entidad corporativa, abstraída de las personas 
conectadas con ella. 
Un servicio empresarial tiene, en competencia pura, un mercado 
altamente imperfecto, en el cual pueden prevalecer 
simultáneamente varios precios diferentes. Esto no se debe sólo 
a que estos servicios no están estandarizados, sino a razones 
especiales peculiares a la posición empresarial. Muchas de las 
transacciones son implícitas, con un propietario operando 
consigo mismo en su otra capacidad de gerente empresarial; la 
demanda y la oferta son idénticas y prevalece un equilibrio 
neutro. Además, el “precio” o “tasa de rendimiento” del servicio 
empresarial no puede ser una tasa de rendimiento, a precio de 
mercado, fijo o establecido. Es solamente un consenso respecto 
al precio esperado o tasa de rendimiento esperada. (…) 
[L]os servicios productivos físicamente uniformes, o los tipos de 
trabajo o propiedad, pueden determinar, aun bajo competencia, 
diferentes remuneraciones cuando se ofrecen en forma 
empresarial en comparación con sus precios de mercados 
contractuales. Estas diferencias se acumulan en beneficios netos, 
normales o necesarios. (…) 
III. SOBRE EL BENEFICIO OPTIMO 
Hemos enumerado cinco proposiciones que parecen reunir la 
substancia de la teoría ingenua del beneficio… Aún no hemos 
dicho nada respecto a la proposición 4, que establece que la 
firma trata de maximizar el beneficio neto total. En esta sección 
consideraremos esta proposición a la luz de nuestra 
reformulación de la teoría ingenua del beneficio. 
Podemos mencionar rápidamente tres enfoques. El enfoque 
ingenuo ya lo hemos visto —el empresario racional que maximiza 
su beneficio neto. La compleja teoría del beneficio (Knight) 
presenta a la firma maximizando sus ingresos netos - en nuestros 
términos, el rendimiento total de sus insumos empresariales, 
incluyendo los precios contractuales de los insumos... “La teoría 
de la organización” presenta a la firma tratando de maximizar, no 
una variable cuantificable cualquiera, sino de sobrevivir cómoda y 
seguramente como una organización del tamaño adecuado. 
Estas tres alternativas (que de ningún modo son exhaustivas) 
pueden conducir a resultados muy diferentes en condiciones 
dadas, como se demuestra en la figura de la página siguiente. 
- 3 - 
 
El eje horizontal de esta gráfica mide los servicios productivos 
ofrecidos empresarialmente; el eje vertical mide sus ingresos, 
brutos en algunos casos y netos en otros. 
 
Algunas otras alternativas que se le presentan al proveedor de los 
servicios empresariales se muestran como si fuesen univaloradas 
en tres curvas, OX, OY y OZ. La curva OX es un sendero de 
beneficio bruto; está dibujada con un valor máximo OR cuando se 
ofrecen OA unidades. El radio OY mide el rendimiento total para 
el mismo servicio ofrecido contractualmente a otras firmas en 
condiciones competitivas; es una línea recta sin valores extremos. 
La curva OZ es la diferencia vertical entre OX y OY. En términos 
económicos representa el beneficio normal. También tiene un 
valor máximo OS (por debajo de OR) donde se ofrecen OB 
unidades (menos que OA). Según la teoría ingenua, la firma 
tratará de alcanzar el punto Q, con coordenadas (OB, OS) en las 
que se maximiza el beneficio. Según la teoría compleja, se usarán 
más servicios empresariales y la firma tratará de alcanzar el 
punto P, con coordenadas (OA, OR) en las que se maximiza el 
ingreso neto o beneficio bruto. Las dos teorías dan el mismo 
resultado cuando la cantidad de servicios empresariales es fija. 
Este puede ser el caso que Knight y sus seguidores tenían en la 
mente. 
Introduzcamosahora un conjunto de curvas de indiferencia que 
expresan aversión a ofrecer servicios empresarialmente, por lo 
menos más allá de cierto punto, y que expresan también una 
preferencia por un ingreso más alto proveniente de una cantidad 
de servicios ofrecidos de este modo. Geométricamente, las 
curvas de indiferencia tienen pendiente positiva con concavidad 
hacia arriba. En términos económicos, esta construcción puede 
representar no sólo aversión a la incertidumbre, sino también 
consideraciones impositivas, apego a la “vida tranquila” 
hicksiana, limitación de la escala como un fin en sí misma, 
irresponsabilidad del rentista, etcétera. 
En cualquier caso, existe generalmente un punto π de tangencia 
de “optimización” con coordenadas (Oβ, OΣ). Este es el punto 
que sostenemos que la firma fijará como meta. Este punto se 
encuentra claramente hacia el suroeste del punto P y contiene 
ofertas de servicios empresariales menores que él, que la teoría 
compleja fija como su objetivo. No podemos generalizar sobre su 
relación con el punto O' (la proyección de Q en OX) que la teoría 
ingenua fija como el objetivo de la firma. En la gráfica, el punto π 
se encuentra entre los puntos P y Q'. 
También se puede presentar en la figura una interpretación de la 
posición de la teoría de la organización de Simon. Supongamos 
que la firma espera sobrevivir con comodidad y seguridad 
razonables como organización con cualquier combinación de 
servicios empresariales y el ingreso, en o encima de la curva de 
indiferencia I0 (que debe cruzar o tocar a OX). Supongamos, 
además, que I0 cruza a OX en dos puntos, π´ y π´´ y hacia la 
izquierda y derecha de π. Entonces, según la teoría de la 
organización, cualquier punto a lo largo de OX entre los límites π´ 
y π´´ es analíticamente tan probable como cualquier otro, siendo 
la elección entre ellos una cuestión accidental. La inclinación 
profesional del economista tiende a esperar algo que limitará el 
campo de comportamiento de la “satisfacción”; la “hipótesis de 
la maximización del ingreso” de Baumol puede interpretarse 
como una sugerencia de que la cercanía inmediatamente hacia la 
izquierda de π´´ es más probable que la inmediatamente a la 
derecha de π´ 
Pero estas son cuestiones para la verificación empírica. Al nivel 
abstracto, nuestra proposición 4 introductoria (la teoría ingenua 
de la maximización del beneficio) parece necesitar 
modificaciones menos a causa de complejas teorías de la utilidad 
que por nociones de utilidad “óptima” frente a utilidad 
“máxima”, por bien definidas y aisladas que estén.

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