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1 Dr. Fernando D. Saraví La nutrición puede definirse como el conjunto integrado de procesos que permiten el desarrollo del cuerpo, mantienen su integridad del cuerpo y posibilitan la continuidad de la vida. Dichos procesos incluyen la recepción de los nutrientes, su transformación y utilización. Todo ser vivo es, desde el punto de vista termodinámico, un sistema abierto que intercambia materia y energía con el ambiente. El mantenimiento de la composición química, la estructura y la función de un organismo exige la incorporación de nutrientes y la eliminación de desechos. Un nutriente es toda sustancia contenida en los alimentos que puede emplearse para mantener la estructura y función del organismo o para aportar la energía química necesaria para sostener los procesos vitales. Toda materia comestible, cualquiera sea su consistencia y composición química precisa, es un alimento. Los alimentos pueden tener una composición química simple (aceite, sacarosa) o muy compleja (carne, legumbres); estos últimos puede contener diversas clases de nutrientes. Además de nutrientes, los alimentos pueden contener sustancias carentes de valor nutritivo, que no son utilizables por el organismo. En el caso de los alimentos elaborados, las sustancias carentes de valor nutritivo (por ej., edulcorantes sintéticos) son agregados para mejorar su aspecto, sabor, olor o consistencia. De lo anterior se desprende que el concepto de alimento es diferente que el concepto de nutriente. Análogamente, la alimentación no es lo mismo que la nutrición. La elección espontánea de los alimentos es motivada más por sus propiedades organolépticas (aspecto, olor, sabor, consistencia) e incluso por su disponibilidad, que por su valor nutricional. La alimentación es necesaria para la nutrición, pero el solo hecho de alimentarse no garantiza una adecuada nutrición. Por otra parte, formas diferentes de alimentarse puede proporcionar una nutrición adecuada si aportan los nutrientes necesarios en calidad y cantidad. Se distinguen tres “tiempos” o conjuntos de procesos en la nutrición: 1. Alimentación: Desde la ingesta de los alimentos hasta la absorción intestinal de los nutrientes que contienen esos alimentos. 2. Metabolismo: El conjunto de transformaciones que sufren los nutrientes en el organismo. 3. Excreción: La eliminación de desechos por los riñones, el tubo digestivo (incluyendo la excreción biliar), los pulmones y la piel. Una vez que los nutrientes son incorporados al organismo, la nutrición involucra procesos anabólicos, catabólicos y regulatorios. Los procesos anabólicos son reacciones de síntesis que producen nuevas sustancias a partir de los nutrientes. Son necesarios para el crecimiento, desarrollo, mantenimiento estructural y, de ser necesario, la reparación de tejidos. Asimismo, el anabolismo incluye la síntesis de sustancias de reserva, como glucógeno y triacilglicéridos. Los procesos catabólicos son reacciones de degradación que permiten utilizar energía química y con ello genera trabajo útil y calor. Además, el catabolismo es necesario para degradar compuestos que deben ser reemplazados periódicamente (por ejemplo, enzimas y proteínas estructurales). Finalmente, los procesos regulatorios incluyen transformaciones necesarias para mantener la homeostasis (por ejemplo, gluconeogénesis) y la formación y eliminación de los productos finales del metabolismo. Nociones de nutrición Posgrado-00 Sello 2 CLASES DE NUTRIENTES La composición semicuantitativa del cuerpo humano se indica en la Fig. 1, comparada con la de un vegetal. Los nutrientes pueden clasificarse en seis categorías: 1. Agua 2. Hidratos de carbono 3. Lípidos 4. Proteínas 5. Vitaminas 6. Minerales Todos son necesarios para una nutrición adecuada, aunque solamente los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas pueden utilizarse para producir energía química en forma de ATP o compuestos similares. Muchos nutrientes pueden ser reemplazados por otros porque el metabolismo puede sintetizarlos. No obstante, algunos nutrientes son esenciales, lo que significa que deben ser aportados por la dieta, porque el organismo no puede sintetizarlos en absoluto o en cantidad suficiente. Los nutrientes esenciales incluyen: 1. Todas las vitaminas 2. Diversos minerales 3. Agua 4. Ácidos grasos linoleico y linolénico 5. Nueve aminoácidos: cisteína, fenilalanina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, tirosina, treonina, triptófano y valina. 6. Glucosa INGESTAS RECOMENDADAS Diversas sociedades científicas, organismos gubernamentales e instituciones internacionales han establecido las cantidades de ciertos nutrientes que son adecuadas para los seres humanos. El enfoque para estas recomendaciones ha evolucionado (Fig. 2). En el pasado, cuando el mayor peligro era la deficiencia, se determinaban ingestas “seguras” que cubrieran las necesidades nutricionales, y las que eran “peligrosas” por déficit. Actualmente se han introducido dos modificaciones. En primer lugar, además de un límite inferior de riesgo por déficit, en muchos casos también se establece un límite superior, por encima del cual hay riesgo de exceso. En segundo lugar, hoy se reconoce que el límite entre una ingesta segura y otra peligrosa no es neto, sino que existen zonas limítrofes o marginales entre una y otra. Este enfoque reconoce que, aunque el bienestar nutricional humano puede mantenerse con un rango de ingesta relativamente amplio, la capacidad de adaptación del organismo tiene límites. Las cantidades establecidas se denominan ingestas dietarias de referencia o DRI (Dietary Reference Intake). Las DRI varían con la edad, el sexo, la tasa de crecimiento, el nivel de actividad física, el embarazo y la lactancia. Pueden ser influidos también por enfermedades y ciertos fármacos. Se han establecido DRI para los siguientes nutrientes: Vitaminas Minerales Hidratos de carbono Fibra Lípidos Proteínas Agua Energía Para vitaminas y minerales, las DRI se calculan a partir de la necesidad estimada promedio. La necesidad de estos nutrientes tiene una distribución gausiana (normal). Esto significa que la necesidad estimada promedio es suficiente para 50 % de la población, es decir, la mitad de la superficie de la curva normal. La DRI se fija en un valor 2 desvíos estándar por encima de la necesidad estimada promedio, que comprende 97.5 % de la curva y, de este modo, a la vasta mayoría de la 3 población (Fig. 3). En la Tabla 1 se muestran las DRI establecidas por la Resolución 46/03 del Mercosur. Existen tablas más completas, que contemplan la población pediátrica, la mujer embarazada, la mujer que amamanta y la mujer postmenopáusica (en este último caso, para el calcio y la vitamina D). Energía química La energía química, por otra parte, se calcula como el promedio requerido según el grado de actividad y el sexo, en función del gasto energético en reposo o tasa metabólica basal. Para adultos cuya masa corporal es estable, el gasto energético en reposo (GER) se calcula en kCal como: GER = 900 + 10 . masa corporal en kg (varones) GER = 700 + 7 . masa corporal en kg (mujeres) La cantidad de energía así calculada se ajusta según el nivel de actividad física de las personas: GER . 1.2 (personas sedentarias) GER . 1.4 (personas moderadamente activas) GER . 1.8 (personas muy activas) Por ejemplo, un varón sedentario de 80 kg de masa necesita (900 + 800) x 1.2 = 2040 kCal/día. Una mujer de 60 kg de masa, moderadamente activa, necesita (700 + 420) x 1.4 = 1568 kCal/día. Existen ecuaciones más complejas, que incluyen la talla y la edad. El aporte calóriconecesario también puede estimarse en 25 a 30 kCal/kg de masa corporal para personas sedentarias, con sobrepeso o mayores de 80 años y en 30 a 35 kCal/kg para adultos jóvenes con masa corporal normal y moderadamente activos. Otra forma menos precisa, pero útil, de estimar la necesidad energética, tiene en cuenta el sexo, el rango de edad y el grado de actividad física en forma binaria (sedentario/activo), como se indica en la Tabla 2. Para una descripción más detallada de los mecanismos termogénicos, ver INTERCAMBIO DE CALOR CON EL AMBIENTE Y REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA CORPORAL. La incorporación al organismo de la energía ingerida tiene una eficiencia alta, de ~ 90 % (es decir que 10 % no se incorpora). El destino de la energía efectivamente incorporada es, en término medio, como sigue: • 50 a 70 % se pierde como calor • 25 a 40 % puede emplearse para realizar trabajo útil. • 5 a 10 % se emplea para los procesos digestivos o absortivos (efecto térmico de los alimentos) Tabla 1: Ingestas de referencia de vitaminas y minerales Vitaminas Ingesta diaria de referencia Minerales Ingesta diaria de referencia Vitamina A 2000 UI Calcio 1000 mg Vitamina B1 1.2 mg Hierro 14 mg Vitamina B2 1.3 mg Magnesio 260 mg Vitamina B3 16 mg Zinc 7 mg Vitamina B5 5 mg Fósforo 700 mg Vitamina B6 1.3 mg Flúor 4 mg Vitamina B7 30 g Cobre 900 g Vitamina B9 240 g* Selenio 34 g Vitamina B12 2.4 g Molibdeno 45 g Vitamina C 45 mg Cromo 35 g Vitamina D3 200 UI Manganeso 2.3 g Vitamina E 10 mg Vitamina K 65 g *Como ácido fólico. 4 La eficiencia de una máquina es el cociente entre el trabajo que produce y la energía que consume. Expresada en porcentaje, la eficiencia del cuerpo humano es de 25 a 40 %. Si bien existen máquinas que poseen eficiencias muy superiores (80 a 90 % para un motor eléctrico), la eficiencia energética del cuerpo humano es comparable a la de motores de combustión interna y turbinas de vapor. Para los efectos prácticos, el rendimiento energético de los nutrientes se calcula como sigue: Hidratos de carbono: 4 kCal/g (17 MJ/g) Proteínas: 4 kCal/g (17 MJ/g) Lípidos: 9 kCal/g (37 MJ/g) El alcohol etílico (etanol) puede utilizarse como fuente de energía, con un rendimiento de 7 kCal/g (29 MJ/g). No obstante, el alcohol no se considera un nutriente, por lo cual está excluido de las recomendaciones. La composición del aporte energético se calcula según los rangos de distribución aceptable de macronutrientes, que establecen los porcentajes de hidratos de carbono, lípidos y proteínas que componen la energía química total, como sigue: • 55 a 60 % carbohidratos • 25 a 30 % grasas • 10 a 15 % proteínas Hidratos de carbono Deben constituir la mayor fuente de calorías y nunca debieran aportar menos de 45 % de las calorías totales. La cantidad de hidratos de carbono ingerida diariamente no debe ser inferior al equivalente de 50 g de glucosa para evitar aumentos de la cetoacidemia. Se recomienda un aporte preferencial de carbohidratos complejos (almidón), pues evitan aumentos abruptos de la glucemia. Por la misma razón debe limitarse el aporte de disacáridos (en particular sacarosa) y monosacáridos. Grasas El aporte de los lípidos a la ingesta calórica no debe superar 30 %, pero tampoco debe ser inferior a 15 % (20 % en mujeres en edad fértil) para asegurar el aporte de ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles. La ingesta de colesterol no debe superar 300 mg diarios. Las grasas saturadas e hidrogenadas (“trans”) no deben superar 10 % de la ingesta calórica. Otro tanto es cierto de las grasas poliinsaturadas. Los ácidos grasos poliinsaturados linoleico (6) y -linolénico (3) son esenciales y deben ser aportados por la dieta en cantidades de 5 a 7 g y 1 a 2 g diarios, respectivamente. Los ácidos grasos poliinsaturados 3 de cadena larga, eicosapentaenoico y docosahexaenoico, pueden ser sintetizados a partir del ácido -linolénico, pero en cantidad muy limitada, de modo que se recomienda que la suma de ambos en la dieta sea de al menos 250 mg/día. Proteínas La ingesta recomendada de proteína se refiere a proteínas de alta calidad nutricional, que son aquéllas que poseen todos los aminoácidos esenciales en proporción adecuada. Se toman como referencia la albúmina del plasma o la caseína de la leche. Debe, no obstante, recordarse que varias proteínas de calidad inferior a las de referencia pueden, en conjunto, complementarse en cuanto a su aporte cualitativo de aminoácidos. La ingesta diaria recomendada de proteína de alta calidad es de 0.8 g/kg de masa corporal. El valor mínimo compatible con un buen estado nutricional a largo plazo es de 0.6 5 g/kg. La ingesta de proteína en adultos no debe superar una media de 1.2 g/kg. Es necesario tener en cuenta que la necesidad de proteína es mayor durante el crecimiento, durante la rehabilitación de pacientes que han sufrido lesiones o están desnutridos, y en la mujer embarazada o que amamanta. Por otro lado, las proteínas deben restringirse al valor mínimo en pacientes con insuficiencia renal o hepática avanzadas Como se señaló antes, las proteínas deben constituir 10 a 15 % del aporte calórico total. Sin embargo, si la ingesta calórica es baja, es preferible que las proteínas constituyan una proporción mayor del total de calorías. La razón es que, en tal condición, pues parte de los aminoácidos se emplearán para la gluconeogénesis y no estarán disponibles para la síntesis de proteína. Agua Para los adultos, un aporte de agua de 1 a 1.5 mL/kCal de gasto energético es adecuado en condiciones normales. Esto representa 2000 a 3000 mL de agua/día para un consumo de 2000 kCal/día y representa la suma total del agua de bebida más el agua contenida en los alimentos. 1 Desde luego, estos valores deben incrementarse en situaciones donde se incrementa la pérdida de agua (fiebre, diarrea, etc). Las madres que amamantan requieren un adicional de 1 mL de agua por mL de leche secretada (~ 1000 mL/día). Los niños mayores y los adultos normalmente ingieren agua en cantidad suficiente si cuentan con alguna fuente apropiada. Los lactantes tienen necesidades mayores debido a su alta relación entre superficie y volumen corporales, su mayor recambio de agua, su menor capacidad de concentración renal y, desde luego, su incapacidad para buscar agua o expresar su sed. En el otro extremo del ciclo vital, es importante asegurar un aporte adecuado de agua en los ancianos, que normalmente tienen una proporción menor de agua corporal, suelen 1 No hay evidencia científica confiable que justifique la noción de que un adulto debe beber 2 L de agua (como tal) por día para mantenerse saludable. Se trata de un mito basado en interpretaciones sesgadas de los datos y, sospecho, fomentado por los proveedores de agua embotellada. También es un mito que uno debe beber agua aunque no tenga sed. Los mecanismos neurofisiológicos de regulación de la ingesta de agua son normalmente muy eficaces. limitar su ingesta por menor sensibilidad a la sed y para evitar ir al baño, y con frecuencia están medicados con diuréticos que – por definición – aumentan la pérdida renal de agua. Fibra La fibra alimentaria no es, estrictamente hablando, un nutriente. Está formada por polisacáridos no digeribles por las enzimas del tubo digestivo (como celulosa) y polímeros aromáticos no digeribles, llamados ligninas. La fibra alimentaria está presente en todos los alimentos de origen vegetal que no sean productos refinados como harinas o sacarosa: frutas, legumbres, vegetales de hoja y cerealesintegrales (salvado). Pese a no ser un nutriente, se considera importante el aporte de fibra a la dieta, por las razones que se indican en el siguiente párrafo. Se estima que un adulto debiera consumir entre 20 y 30 g de fibra diariamente. La dieta occidental habitual contiene solamente 10 a 15 g de fibra. La fibra alimentaria favorece el tránsito intestinal y tiende a prevenir el estreñimiento. También reduce el riesgo de diverticulitis. Se ha postulado que la fibra alimentaria podría reducir el riesgo de cáncer de colon, pero los estudios diseñados para evaluar esta hipótesis no apoyan esta idea. Desde el punto de vista metabólico, la fibra alimentaria enlentece la absorción de glucosa y por tanto ayuda a evitar aumentos excesivos de la glucemia, lo cual es de particular importancia en los pacientes diabéticos. Las fibras viscosas, como la pectina, tienden a reducir los niveles plasmáticos de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Finalmente, como la fibra alimentaria añade volumen, puede contribuir a aumentar la saciedad sin aportar calorías. LAS LEYES DE LA ALIMENTACIÓN En un sujeto normal, una buena alimentación es toda aquélla que garantiza una buena nutrición. Por esta razón se ha formulado una norma respecto de la buena alimentación, que puede recordarse fácilmente con la nemotecnia “cuidar la CASA”. La alimentación deber ser: 1. Completa. No debe carecer de ningún nutriente esencial (ver más adelante la definición de nutriente esencial). 2. Armónica. Los nutrientes deben estar presentes en las proporciones correctas. 6 3. Suficiente. Las cantidades de nutrientes aportadas deben ser tales que cumplan las demandas del organismo. 4. Adecuada. Apta para conservar o, en su caso, restablecer la salud. LA PIRÁMIDE NUTRICIONAL La idea de la pirámide nutricional es proporcionar una guía gráfica de las cantidades y proporciones de diferentes alimentos que es aconsejable consumir por la mayoría de las personas (Fig. 4). Las cantidades se establecen en “porciones” que debieran consumirse diariamente, con cifras mínimas y máximas. Las porciones se definen como sigue: Pan, cereales, pasta y arroz: 6 a 11 porciones. Cada porción equivale a: una rebanada de pan, ½ taza de pasta o cereal cocidos, 28 g de cereal listo para comer, ½ panecillo o 3 a 4 galletitas de agua. Verduras: 3 a 5 porciones. Cada porción equivale a: ¾ taza de caldo de jugo de verduras, ½ taza de verduras cocidas, 1 taza de verduras crudas, ½ tazas de legumbres o porotos cocidos. Frutas: 2 a 4 porciones. 1 porción equivale a: una fruta de tamaño mediano, una tajada de melón, ½ taza de frutillas, 150 mL de jugo de fruta o ½ taza de fruta en dados. Leche, yogur o quesos: 2 a 3 porciones. Cada porción equivale a: Una taza (200 mL) de leche o yogur, 60 g de queso blando o 50 g de queso duro. Carne, aves, pescado, huevos, almendras y nueces: 2 a 3 porciones. 1 porción equivale a: 70 g de carne a la plancha, aves o pescado (para un total diario de 150 a 200 g), un huevo, ½ taza de legumbres cocidas o 30 g de frutos secos. Grasas, aceites, dulces, golosinas y azúcar refinado: Consumir ocasionalmente. De los lípidos, es preferible el aceite de oliva extra virgen. Desde luego, la pirámide es útil como orientación general. Cuando se trata de prescribir una dieta concreta para un determinado paciente, es altamente recomendable delegar la tarea a un nutricionista, importante miembro de todo equipo de salud moderno. Tabla 3: Criterios de clasificación de la OMS según el índice de masa corporal. Clasificación Índice de masa corporal (kg/m 2 ) Puntos de corte principales Bajo peso < 18.50 Delgadez leve 17.00 a 18.49 Delgadez moderada 16.00 a 16.99 Delgadez severa < 16.00 Rango normal 18.50 a 24.99 Sobrepeso ≥ 25.00 Pre-obeso 25.00 a 29.99 Obeso ≥ 30.00 Obeso clase 1 30.00 a 34.99 Obeso clase 2 35.00 a 39.99 Obeso clase 3* ≥ 40.00 *Obesidad mórbida 7 EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL Una exposición completa de la evaluación del estado nutricional excede los límites de este capítulo. Aquí se expondrán solamente algunos de los aspectos más importantes. La evaluación debe incluir la historia clínica, el examen físico, la antropometría y – de ser necesario – estudios complementarios. La historia clínica, con relevamiento de los hábitos alimentarios del sujeto (incluyendo el consumo de alcohol), condiciones de vida, ciertos síntomas y antecedentes de trastornos metabólicos, permite detectar causas potenciales de déficit o exceso de nutrientes. El examen físico puede sugerir déficit de proteína, de hierro y diversas avitaminosis que se asocian con signos relativamente específicos. La antropometría consiste en medir dimensiones corporales y relacionarlas mediante índices, para comparar los resultados con valores de referencia. Las principales variables son: 8 Masa corporal Talla Índice de masa corporal Cintura abdominal Índice cintura talla Pliegue subcutáneo del tríceps Circunferencia del brazo El índice de masa corporal (IMC), o índice de Quetelet, es el cociente entre la masa corporal en kg y el cuadrado de la talla en m. Permite clasificar a los adultos de ambos sexos según el IMC sea subnormal, normal o supranormal (Tabla 3). Hay que recordar que las personas muy musculosas pueden tener IMC elevados sin ser obesos. Otro tanto se aplica a los pacientes edematizados. En los niños, cuya relación normal entre masa corporal y talla varía con la etapa del desarrollo, se emplean tablas o gráficos con los percentilos correspondientes de IMC según edad y sexo. En adultos, la cintura abdominal no debe superar 102 cm en el varón ni 88 cm en la mujer. Valores mayores que los indicados evidencian generalmente acumulación central de grasa (en ausencia de ascitis o masas ocupantes abdominales). Como medida de acumulación central de grasa, en niños es más apropiado el índice cintura/talla, que es el cociente entre la cintura abdominal y la altura, ambas expresadas en la misma unidad. El índice cintura/talla no debe superar 0.5, lo cual significa que la circunferencia abdominal no debe ser mayor que la mitad de la talla. El pliegue subcutáneo a nivel del tríceps brinda una estimación de la grasa corporal total. Un pliegue menor de 3 mm indica una depleción severa de la grasa corporal. El pliegue subcutáneo tricipital es útil además, junto con la circunferencia del brazo tomada en su parte media, para estimar la masa muscular, según la siguiente ecuación: Circunferencia muscular = circunferencia del brazo (cm) – 3.14 x pliegue (cm) En varones ancianos, la circunferencia muscular se correlaciona inversamente con la mortalidad. Los exámenes complementarios más comunes incluyen la determinación de la concentración de albúmina sérica como medida de la capacidad sintética del hígado (debe ser > 35 g/L) y de la concentración de creatinina sérica como indicador de la masa muscular (debe ser > 0.6 mg/dL). Para que sean útiles para evaluar el estado nutricional, el sujeto debe estar bien hidratado y tener función hepática y renal normal. Existen asimismo pruebas de laboratorio para explorar deficiencias específicas de oligoelementos y vitaminas. 9 La composición corporal puede evaluarse por diferentes métodos. En el contexto clínico, uno de los métodos más útiles y precisos es la densitometría de cuerpo entero por DXA (Dual energy X-ray Absorptiometry). La DXA (Fig. 5) permite cuantificar la cantidad de mineral, grasa y tejido blando no graso (mayormente músculo). MALNUTRICIÓN La malnutrición comprende todacondición anormal causada por una dieta inadecuada o insuficiente, o por un defecto en el metabolismo de los nutrientes. En este sentido, incluye tanto los déficits como los excesos. La malnutrición es causa de algunas enfermedades y contribuye a empeorar otras. Algunas enfermedades influidas por la alimentación incluyen diabetes, enfermedad coronaria, algunas neoplasias, osteoporosis y enfermedades de los dientes. Obesidad La obesidad constituye un problema de salud pública en la mayoría de los países desarrollados y en muchos países en desarrollo, incluida la Argentina (Fig. 6). Este problema se trata brevemente en el capítulo sobre REGULACIÓN DE LA INGESTA DE ALIMENTOS. Desnutrición La desnutrición es un importante problema de salud pública, más prevalente en muchos países en desarrollo (Fig. 7). Las formas clásicas de desnutrición incluyen el marasmo y el kwashiorkor, cuyas características se comparan en la Tabla 4. El marasmo es una condición en la cual los depósitos de grasa han desaparecido por falta de alimentación. En la caquexia se añade una pérdida importante de la masa magra (músculo). En los países donde la disponibilidad de alimentos es adecuada, el marasmo es frecuente en los pacientes con anorexia nerviosa y la caquexia puede observarse en pacientes con cáncer o enfermedad pulmonar crónica. Tanto el marasmo como la caquexia son estados hipometabólicos que no se asocian con marcadores de estrés o inflamación. La realimentación debe realizarse de manera gradual, preferentemente por vía oral. El kwashiorkor o desnutrición proteica (o proteica-calórica) se describió en niños africanos que eran destetados cuando nacía otro hermano (kwashiorkor significa “el que es desplazado” en la lengua ga de Gana). En países con adecuada disponibilidad dietaria, el kwashiorkor se observa más frecuentemente en condiciones en que aumentan las necesidades de proteínas y calorías en situaciones en las que no pueden ser suplidas en cantidad suficiente. Un caso típico es un paciente con una enfermedad subaguda que recibe solamente glucosa al 5 % como fuente de calorías. Se asocia con signos de estrés e inflamación. Inicialmente las masas grasa y magra están poco afectadas, pero hay signos como desprendimiento fácil del cabello, edema y demora en la cicatrización de heridas. La albumina sérica es menor que 28 g/L, hay linfopenia (< 1500 linfocitos/mm 3 ) y anergia (falta de respuesta a antígenos). En esta situación es necesaria una terapia nutricional que restaure lo más rápidamente posible el déficit de proteína, si es necesario por vía parenteral. Tabla 4: Comparación entre marasmo y kwashiorkor (Harrison’s Principles of Internal Medicine, 18th Ed.) Característica Marasmo (hipometabólico) Kwashiorkor (hipermetabólico) Citokinas, catecolaminas, glucagón, cortisol, insulina Disminuidos Aumentados Tasa metabólica, consumo de O2 Disminuidos Aumentados Proteólisis, gluconeogénesis Disminuidas Aumentadas Producción y excreción de urea Disminuidas Aumentadas Lipólisis Aumento relativo Aumento absoluto Adaptación al ayuno Normal Anormal Modo de realimentación Gradual Rápido
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