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07_Endocrino_Hipotalamo_hipofisis

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Dr. Fernando D. Saraví 
 
El hipotálamo y la hipófisis o glándula pituitaria 
funcionan conjuntamente como las estructuras 
centrales de la regulación neuroendocrina. 
 El hipotálamo es la parte del diencéfalo 
que se halla por debajo del tálamo (de ahí su 
nombre) y forma parte del piso del tercer 
ventrículo. Está limitado lateralmente por las 
cisuras hipotalámicas, que lo separan de los 
lóbulos temporales. En sentido anteroposterior se 
extiende desde el quiasma óptico hasta los 
cuerpos mamilares, que son su límite posterior. 
 La hipófisis (del griego hypo, debajo y 
physein, crecer) es una glándula que se encuentra 
unida al hipotálamo, por debajo de éste, alojada 
en la silla turca del esfenoides. Según el 
desarrollo embrionario, la hipófisis se divide en 
adenohipófisis (origen ectodérmico) y 
neurohipófisis (origen neural). La neurohipófisis 
forma la mayor parte del lóbulo posterior. 
También se consideran parte de la neurohipófisis 
la eminencia media del hipotálamo y el tallo 
infundibular (del latín infundibulum, embudo). 
La adenohipófisis se divide en una parte 
distal (pars distalis) que forma el lóbulo 
anterior, una parte intermedia (pars intermedia) 
separada de la distal por el remanente de la luz de 
la bolsa de Rathke y adherida a la neurohipófisis, 
y una pars tuberalis que rodea el tallo 
infundibular. La parte intermedia forma el lóbulo 
del mismo nombre, que en el ser humano es 
rudimentario. 
Las principales hormonas secretadas por 
la adenohipófisis son
1
: 
 
1. Somatotropina u hormona del 
crecimiento (GH). 
2. Tirotropina u hormona estimulante de la 
tiroides (TSH). 
3. Corticotropina u hormona estimulante de 
la corteza adrenal (ACTH). Las mismas 
células que producen ACTH también 
pueden secretar otras hormonas 
sintetizadas como parte de la misma 
molécula precursora de la ACTH. Estas 
incluyen la hormona estimulante de los 
 
1
 El sufijo “tropina” (de tropos, atracción) se 
emplea hoy con preferencia a “trofina” (de trofos, 
crecimiento) para designar varias hormonas de la 
adenohipófisis. En realidad, ambos (por ej., 
corticotrofina ó corticotropina) son aceptables. 
melanocitos alfa (-MSH), -lipotropina 
y-endorfina. 
4. Gonadotropinas: Hormona estimulante 
del folículo (FSH) y luteinizante (LH). 
5. Prolactina. 
 Aunque el hipotálamo es una pequeña 
región del encéfalo, tiene un papel central o 
destacado en una serie de funciones fisiológicas 
importantes que requieren de la participación de 
efectores musculares y glandulares. Por ejemplo, 
la regulación de la temperatura corporal y de la 
ingesta de agua y alimentos, la conducta 
reproductiva, los ritmos circadianos, la respuesta 
circulatoria al ejercicio físico y la expresión 
emocional. 
 Su papel en el sistema endocrino es 
doble. Por una parte secreta hormonas que 
estimulan o inhiben la liberación de hormonas de 
la adenohipófisis y por otra produce las hormonas 
vasopresina y oxitocina, que se liberan a la 
circulación general desde el lóbulo neural 
(posterior). 
 Para comprender cómo el hipotálamo 
controla la secreción hipofisiaria, es necesario 
repasar las relaciones vasculares entre ambas 
estructuras. 
 
IRRIGACIÓN DE LA HIPÓFISIS 
Las arterias hipofisiarias superiores e inferiores 
son ramas de las carótidas internas. Las 
superiores dan pequeñas ramas a la 
adenohipófisis, pero la mayor parte de su caudal 
transcurre por una rica red capilar que se forma 
en la eminencia media. En 1930, Gregor Popa y 
Una Fielding descubrieron que esta red capilar 
(plexo primario) estaba estrechamente vinculada 
con la red capilar de la adenohipófisis por un 
sistema de venas portas. Estos vasos, llamados 
venas portas largas, llevan sangre desde la 
eminencia media y el tallo infundibular hacia la 
adenohipófisis, donde hay un segundo lecho 
capilar (Fig. 1). 
 La neurohipófisis es irrigada por la 
arteria hipofisiaria inferior. De parte de los plexos 
capilares de la neurohipófisis se originan las 
venas portas cortas, que vuelven a capilarizarse 
en la adenohipófisis. Por consiguiente, la sangre 
que irriga la adenohipófisis es casi 
exclusivamente venosa, formando un sistema de 
baja presión que drena hacia los senos 
cavernosos.
2
 
 
2
 Esta disposición torna a la adenohipófisis 
susceptible a la isquemia durante episodios de 
hipotensión arterial severa, particularmente 
cuando la glándula está hipertrofiada, como en el 
Hipotálamo e hipófisis 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
2 
 Las hormonas hipotalámicas que regulan 
la secreción adenohipofisiaria son producidas en 
neuronas pequeñas (parvocelulares) cuyos somas 
se hallan en diversos núcleos hipotalámicos. Sus 
axones terminan en la ya citada red de capilares 
muy permeables de la eminencia media, donde 
está ausente la barrera hematoencefálica. Las 
hormonas viajan desde estos capilares por los 
venas portas largas hasta el lóbulo anterior, donde 
se encuentra el segundo plexo de capilares 
fenestrados, muy permeables, que permiten por 
un lado el acceso de las hormonas hipotalámicas 
a la adenohipófisis y por otra la salida de las 
hormonas adenohipofisiarias a la circulación 
general. 
La neurohipófisis es irrigada por la 
arteria hipofisiaria inferior (la superior irriga la 
eminencia media). De parte de los plexos 
capilares de la neurohipófisis se originan las 
venas portas cortas (no se muestran en la Fig. 1) 
que vuelven a capilarizarse en la adenohipófisis. 
Por consiguiente, la sangre que irriga la 
adenohipófisis es casi exclusivamente venosa, 
formando un sistema de baja presión que drena 
hacia los senos cavernosos.
3
 
 
embarazo. Esta combinación de factores puede 
ocasionar necrosis isquémica durante el parto, por 
hipotensión consecutiva a hemorragia excesiva, y 
es seguida de panhipopituitarismo (síndrome de 
Sheehan). 
3
 Esta disposición torna a la adenohipófisis 
susceptible a la isquemia durante episodios de 
hipotensión arterial severa, particularmente 
cuando la glándula está hipertrofiada, como en el 
embarazo. Esta combinación de factores puede 
HORMONAS HIPOTALÁMICAS 
LIBERADORAS E INHIBIDORAS 
La adenohipófisis posee inervación 
simpática y parasimpática de sus 
vasos sanguíneos, pero no recibe 
inervación del hipotálamo ni de la 
neurohipófisis. Aunque se ha descrito 
una inervación peptidérgica (de origen 
desconocido) que puede 
experimentalmente modificar la 
secreción de corticotropina y 
prolactina, permanece en pie la idea 
que el control hipotalámico de la 
secreción hormonal adenohipofisiaria 
se realiza exclusivamente por vía 
sanguínea. 
 La secreción de algunas 
hormonas de la adenohipófisis está 
reguladas por un control dual, por una 
hormona hipotalámica estimulante y 
otra inhibitoria. Tal es el caso de la 
somatotropina y la prolactina. En el control de la 
secreción de las gonadotropinas, tirotropina y 
corticotropina, solamente se han identificado 
hormonas hipotalámicas estimulantes. 
 El control de la secreción de cada 
hormona hipotalámica se estudiará en los 
capítulos dedicados a los blancos glandulares de 
las hormonas de la adenohipófisis. 
 
Hormona liberadora de tirotropina 
Es un tripéptido formado por piroglutamina-
histidina-prolinamida, también llamado 
tiroliberina o TRH (Thyrotropin Releasing 
Hormone). Se produce a partir de un precursor de 
29 kDa. Es principalmente sintetizado en 
neuronas parvocelulares (pequeñas) del núcleo 
paraventricular del hipotálamo. También estimula 
la secreción de prolactina. Existen neuronas que 
sintetizan TRH en otras partes del sistema 
nervioso, como la médula espinal. Esto sugiere 
que también es un neurotransmisor. 
 
Hormona liberadora de corticotropina 
Es un péptidode 41 aminoácidos llamado 
también corticoliberina y CRH (Corticotropin 
Releasing Hormone). También se produce 
principalmente en el núcleo paraventricular. Está 
relacionada con otros péptidos de 38 y 40 
llamados urocortinas. Además de la 
corticotropina, la CRH estimula la secreción de 
 
ocasionar necrosis isquémica durante el parto, por 
hipotensión consecutiva a hemorragia excesiva, y 
es seguida de panhipopituitarismo (síndrome de 
Sheehan). 
Fig. 1 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
3 
-endorfina, un péptido opioide que se sintetiza 
como parte del mismo precursor que la 
corticotropina. La hormona neurohipofisiaria 
vasopresina también estimula la liberación de 
corticotropina y de hecho, posee un efecto 
sinérgico con la CRH: la respuesta secretora a 
ambos péptidos es superior a la suma de las 
respuestas que causan por separado. 
La corticoliberina y péptidos afines son 
producida también en otras partes del sistema 
nervioso y otros tejidos. La CRH es sintetizada 
por la placenta y puede tener un papel 
importante en el desencadenamiento del parto. 
 
Hormona liberadora de prolactina 
La prolactina es una hormona que está sujeta 
principalmente a control inhibitorio, que es 
ejercido por la dopamina (DA). La liberación de 
prolactina aumenta cuando disminuye la descarga 
dopaminérgica en el sistema túberoinfundibular. 
Esto puede ocurrir por causas fisiológicas en la 
lactancia, o por administración de fármacos 
(como los antipsicóticos típicos) que bloquean la 
transmisión dopaminérgica mediada por 
receptores D2. 
Algunos péptidos como TRH y péptido intestinal 
vasoactivo (VIP) pueden estimular la secreción 
de prolactina, pero no se ha demostrado un papel 
fisiológico al respecto. Lo mismo puede decirse 
del llamado péptido liberador de prolactina 
(PrRP), que si bien produce experimentalmente 
este efecto, se produce principalmente en el bulbo 
raquídeo y no se libera al sistema porta 
hipofisiario. Actualmente se cree que, pese a su 
nombre, el PrRP participa en otras funciones, 
como regulación de la ingesta de alimentos y 
respuesta al estrés. Por otra parte, es probable que 
la oxitocina tenga un papel fisiológico como 
estimulante de la secreción de prolactina. 
 
Hormona liberadora de gonadotropinas 
Es un péptido de 10 aminoácidos, proveniente de 
un precursor de 92 aminoácidos cuyo gen está en 
el brazo corto del cromosoma 8. Históricamente 
llamado hormona liberadora de LH (LHRH), hoy 
se lo llama “liberadora de gonadotropinas” o 
gonadoliberina (GnRH, Gonadotropin Releasing 
Hormone) porque también estimula la liberación 
de FSH. Los somas de las neuronas que 
producen GnRH se ubican en el hipotálamo 
anterior y mediobasal y en el núcleo arcuato. 
 Se ha identificado una segunda hormona 
liberadora de gonadotropinas (GnRH-II), que es 
también un decapéptido. El gen de su precursor 
Fig. 2 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
4 
se halla en el cromosoma 20. Su papel fisiológico 
no es claro. 
 
Hormona liberadora de somatotropina 
Es un péptido de 44 aminoácidos, también 
conocido como somatoliberina o GHRH (Growth 
Hormone Releasing Hormone). Las neuronas 
que lo sintetizan se encuentran principalmente en 
el núcleo arcuato. 
 Un segundo péptido liberador de 
somatotropina es la ghrelina (de Growth 
Hormone Release) que se sintetiza 
principalmente en el estómago, aunque también 
se la ha localizado en el hipotálamo. Se tratará en 
el capítulo dedicado a CRECIMIENTO Y 
DESARROLLO. 
 
Hormona inhibidora de la somatotropina 
Es un péptido de 14 aminoácidos, más conocido 
como somatostatina (SRIF, Somatotropin 
Release Inhibitory Factor). Tiene una estructura 
cíclica debido a un puente disulfuro entre sus dos 
cisteínas. Existen otras formas moleculares, 
incluida una de 28 aminoácidos. Al parecer todas 
derivan de diferentes formas de procesamiento 
postranslacional de un mismo gen. En el 
hipotálamo, se produce mayormente en neuronas 
del área periventricular anterior. 
 La somatostatina se encuentra en 
neuronas extrahipotalámicas, donde 
presuntamente actúa como neurotransmisor, y en 
células enteroendocrinas y los islotes de 
Langerhans pancreáticos, donde ejerce efectos 
paracrinos. 
 
Mecanismo de acción de las hormonas 
hipotalámicas estimulantes e inhibidoras 
En general, estas hormonas hipotalámicas actúan 
sobre receptores de membrana acoplados a 
proteínas G presentes en las correspondientes 
células de la adenohipófisis. 
Las hormonas liberadoras aumentan la síntesis de 
cAMP y la concentración intracelular de Ca
2+
, 
necesario para la exocitosis. La producción de 
derivados del ácido araquidónico –
prostaglandinas, leucotrienos y epóxidos – 
también activa la secreción. 
 Las hormonas estimulantes no sólo 
aumentan la liberación, sino que también activan 
la síntesis de las correspondientes hormonas de la 
adenohipófisis, en parte por aumento de la 
transcripción y en parte por estabilización de sus 
mRNA. 
Por su parte, las hormonas inhibidoras 
reducen la síntesis de cAMP e impiden el 
aumento de la concentración de Ca
2+ 
en el citosol. 
Los efectos de las hormonas 
hipotalámicas sobre la liberación de hormonas 
hipofisiarias son rápidos (en menos de un 
minuto). Los efectos sobre la síntesis ocurren más 
lentamente. 
 
 
 
 
Tabla 1: Principales hormonas de la adenohipófisis. 
 
Los porcentajes entre paréntesis corresponden a la proporción de cada tipo celular en la 
adenohipófisis. AA = aminoácido. 
 
Hormona Masa 
molecular 
Célula 
productora 
Hormonas 
hipotalámicas 
Órganos 
blancos 
Polipéptidos 
Corticotropina 4.5 kDa 
(39 AA) 
Corticotropas 
(20 %) 
Corticoliberina 
(vasopresina) 
Corteza 
adrenal 
Somatotropina 22.7 kDa 
(191 AA) 
Somatotropas 
(45 %) 
Somatoliberina 
Somatostatina 
Hígado y otros 
tejidos 
Prolactina 23.5 kDa 
(198 AA) 
Lactotropas 
(25 %) 
Dopamina 
(oxitocina) 
Glándula 
mamaria 
Glicoproteínas 
Tirotropina 32 kDa 
(201 AA) 
Tirotropas 
(5 %) 
Tiroliberina Tiroides 
Folículo 
estimulante 
32 kDa 
(204 AA) 
Gonadotropas 
(5 %) 
Gonadoliberina Ovario 
Testículo 
Luteinizante 32 kDa 
(204 AA) 
Gonadotropas 
(5 %) 
Gonadoliberina Ovario 
Testículo 
 
 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
5 
HORMONAS DE LA ADENOHIPÓFISIS 
 Las hormonas de la adenohipófisis son 
péptidos (somatotropina, prolactina, 
corticotropina y hormonas relacionadas con ésta) 
o glicoproteínas (gonadotropinas y tirotropina). 
Las hormonas peptídicas son sintetizadas 
como precursores que luego son procesados, con 
clivaje de la hormona correspondiente, que se 
almacena en gránulos secretorios. 
Las hormonas glicoproteicas constan de 
dos cadenas (alfa y beta). Las cadenas alfa de las 
tres hormonas glicoproteicas hipofisarias y de 
una cuarta, la gonadotropina coriónica humana 
(hCG) secretada por la placenta, son idénticas, 
codificadas por un gen en el cromosoma 6. La 
especificidad para sus respectivos receptores está 
determinada por la estructura de las cadenas 
beta, que son codificadas en genes en los 
cromosomas 19 (LH y hCG), 11 (FSH) y 1 (TSH) 
En la Fig. 2 y la Tabla 1 se resumen las 
características principales de las hormonas 
adenohipofisiarias. Otros aspectos serán tratados 
en otros capítulos a propósito de la regulación del 
crecimiento, la reproducción y las funciones de 
las glándulas tiroides y suprarrenales. 
 
Regulación integrada de la secreción de la 
adenohipófisis 
Las hormonas hipotálamicas actúan sobre la 
adenohipófisis, y las hormonas hipofisiarias 
estimulan la secreción de hormonas en sus 
blancos glandulares (Fig. 3). A su vez, estas 
últimas hormonas reducen, por retroalimentación, 
negativa, la correspondiente secreción 
hipotalámica e hipofisiaria. Un caso especial es el 
de la regulación delas gonadotropinas en la 
mujer, que también está sujeta a 
retroalimentación positiva (ver CICLO OVÁRICO). 
 Además de la retroalimentación que 
ejercen las hormonas secretadas periféricamente, 
las propias hormonas hipofisarias pueden 
modificar su propia liberación, por asas cortas de 
retroalimentación negativa. Por ejemplo, las 
gonadotropinas, corticotropina, prolactina y 
somatotropina reducen la liberación de las 
correspondientes hormonas hipotalámicas. 
 Además de las células secretoras de 
hormonas, la adenohipófisis contiene células de 
origen neuroectodérmico llamadas células 
folículo-estrelladas (FE). Deben su nombre a que 
entre sus somas forman pequeños folículos y a 
que emiten prolongaciones o pedicelos que 
rodean las células secretoras (Fig. 4). Las células 
FE están funcionalmente acopladas por nexos 
(uniones comunicantes) y forman una red de 
comunicación intraglandular que puede 
transmitir, por ejemplo, ondas de Ca
2+
 e impulsos 
eléctricos. Las células FE participan en la 
regulación de la secreción de TSH y 
probablemente de otras hormonas hipofisiarias. 
 Finalmente, algunas hormonas 
hipotalámicas, como somatoliberina, 
somatostatina y GnRH autolimitan su propia 
liberación mediante asas ultracorta de 
retroalimentación negativa. 
 
HORMONAS DE LA NEUROHIPÓFISIS 
La neurohipófisis tiene una masa de 100 a 150 
mg y contiene las porciones terminales, 
amielínicas, de los axones de neuronas de 
grandes somas (magnocelulares) ubicadas en los 
núcleos hipotalámicos supraóptico y 
paraventricular. La neurohipófisis posee 
además células gliales llamadas pituicitos, 
intercaladas entre las terminales axónicas. 
 Las dos hormonas neurohipofisiarias son 
vasopresina
4
 y oxitocina. Cada neurona produce 
una u otra hormona, pero no ambas. Ambos son 
nonapéptidos con una estructura cíclica dada por 
un puente disulfuro. Solamente difieren en dos 
aminoácidos (Fig. 5). 
 Las hormonas se denominaron según el 
efecto que fue primeramente reconocido: 
vasoconstricción en el caso de la vasopresina y 
acelerador del parto para la oxitocina (del griego 
oxy, rápido y tokos, parto). 
 
4
 La vasopresina del ser humano y la mayoría de 
los mamíferos se llama a veces arginina-
vasopresina, para distinguirla de la lisina-
vasopresina que producen cerdos e hipopótamos. 
Fig. 3 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
6 
 La vasopresina y la oxitocina son 
sintetizadas como precursores en el soma 
magnocelular y transportados hacia las terminales 
nerviosas neurohipofisiarias por transporte axonal 
rápido (8 mm/h). Durante el transporte se 
produce la escisión del precursor en la hormona 
activa y un fragmento asociado mucho mayor, 
llamado neurofisina. La neurofisina I asociada a 
la oxitocina es diferente de la II, asociada a la 
vasopresina. 
Las hormonas neurohipofisiarias se 
almacenan en gránulos junto con las neurofisinas 
y se liberan a la circulación junto con ellas. La 
liberación de las hormonas por exocitosis es 
disparada por los potenciales de acción que se 
propagan desde el soma. Como se verá luego, los 
patrones de descarga de las neuronas que 
producen cada hormona es diferente. 
Una vez liberadas, la vasopresina y la 
oxitocina circulan libres en el plasma y son 
rápidamente degradadas (minutos) en el riñón y, 
en menor medida, en el hígado y el cerebro. 
Además de las hormonas citadas, las 
neuronas magnocelulares sintetizan otros 
péptidos, como el opioide dinorfina y 
colecistokinina. También producen el mediador 
gaseoso óxido nítrico. Es posible que estos 
agentes contribuyan a la regulación fina de la 
secreción neurohipofisiaria y sus efectos, pero al 
presente su papel no es claro. 
 
VASOPRESINA 
Se denomina también hormona antidiurética 
(ADH, Anti-Diuretic Hormone). Circula en el 
plasma con una concentración media de 10
-12
 
mol/L (1 pg/mL), pero puede alcanzar niveles 30 
ó 40 veces mayores cuando la secreción es 
estimulada. Las neuronas que secretan 
vasopresina descargan potenciales de acción en 
salvas prolongadas, intercaladas con periodos de 
inactividad. Las diferentes neuronas no están 
sincronizadas, por lo cual la descarga en salvas 
no causa fluctuaciones rápidas de la 
concentración plasmática. La descarga en salvas 
(fisiológica) produce mayor liberación de 
vasopresina que la causada por una descarga 
continua (experimental) con la misma frecuencia 
promedio. 
Regulación de la secreción 
La secreción de vasopresina es estimulada por: 
 
1. Aumento de la osmolaridad del 
plasma. 
2. Reducción del volumen central de 
sangre (presente en el corazón y las 
grandes arterias). 
Fig. 4 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
7 
3. Otros estímulos diversos, como dolor, 
estrés, hipertermia, hipoxia, hipercarbia, 
estrógenos, progesterona, catecolaminas 
(efecto -adrenérgico), prostaglandinas, 
opioides, nicotina y barbitúricos. Por otra 
parte, la hipotermia, las catecolaminas 
(efecto -adrenérgico), las atriopeptinas 
y el etanol inhiben la secreción de 
vasopresina. 
 
La osmolaridad del plasma es el principal 
regulador fisiológico de la secreción de 
vasopresina. Cuando por cualquier razón aumenta 
la osmolaridad del plasma, como por deprivación 
de agua o si existe una pérdida mayor de agua 
que de sales, neuronas especializadas llamadas 
osmorreceptores detectan el cambio y modifican 
la actividad de las neuronas magnocelulares 
hipotalámicas (Fig. 6). 
 Los osmorreceptores centrales se 
localizan principalmente en el órgano vasculoso 
de la lámina terminal y en el órgano 
subfornical, estructuras vasculares en las que no 
hay barrera hematoencefálica. Un aumento de la 
osmolaridad plasmática de tan sólo 1 % por 
encima de la normal basta para estimularlos. La 
sensibilidad de los osmorreceptores a los 
estímulos osmóticos es aumentada por la 
hormona angiotensina II. Por el contrario, una 
disminución de la osmolaridad plasmática inhibe 
los osmorreceptores, disminuyendo su frecuencia 
de descarga basal. 
El aumento de osmolaridad causa una 
deshidratación del receptor, que activa canales de 
la membrana sensibles a la deformación. Estos 
canales permiten el ingreso de cationes, como 
Na
+
, que despolarizan la neurona y aumentan su 
frecuencia de descarga. El aumento de la 
frecuencia de descarga es proporcional a la 
magnitud del aumento de osmolaridad 
plasmática. Las neuronas osmorreceptoras 
establecen sinapsis excitatorias (mediadas por el 
neurotransmisor glutamato) con las neuronas 
productoras de vasopresina de los núcleos 
supraóptico y paraventricular. 
Además de los osmorreceptores centrales, 
existen osmorreceptores periféricos, en particular 
en el hígado, pero también en la orofaringe, el 
tubo digestivo y la vena porta. Las variaciones en 
la osmolaridad de la sangre que circula por la 
vena porta, proveniente del tracto digestivo, se 
relacionan con la ingesta de alimentos o líquidos. 
Las señales provenientes de los osmorreceptores 
hepáticos permiten anticipar la respuesta 
secretoria de vasopresina antes de que haya 
cambios efectivos en la osmolaridad del plasma 
en la circulación sistémica. 
 La actividad de los osmorreceptores no 
sólo regula la secreción de vasopresina, sino 
también la sed y el apetito por la sal. Así, un 
incremento de la osmolaridad plasmática aumenta 
el deseo de beber agua, disminuye el deseo de 
ingerir sal, y aumenta la secreción de 
vasopresina. La disminución de la osmolaridad 
plasmática tiene efectos opuestos (ver 
COMPOSICIÓN DE LOS LÍQUIDOS CORPORALES). 
 Los cambios en el volumen sanguíneo 
presente en el corazón y las grandes arterias 
también modifican la secreción de vasopresina. 
Cuando existe una hemorragia del orden de 10 % 
del total de sangre (volemia), cuando la persona 
está quieta en posición erecta, o cuando sela 
ventila con presión positiva, el lleno cardíaco se 
reduce y la presión arterial también. En la 
aurícula derecha hay receptores de distensión, 
sensibles al volumen, y en la aorta y carótidas 
hay receptores sensibles a la presión arterial. La 
descarga tónica de estos receptores inhibe la 
secreción de vasopresina. Cuando se reduce el 
volumen central de sangre, tanto los receptores 
auriculares como arteriales reducen su frecuencia 
de descarga y con ello se desinhiben las neuronas 
hipotalámicas secretoras de vasopresina. 
 La reducción del volumen circulante 
también causa aumento de la secreción de renina 
y por tanto mayor producción de angiotensina II, 
que como se dijo sensibiliza los osmorreceptores 
centrales. 
A la inversa, maniobras que aumentan el 
volumen sanguíneo central, como posición de 
decúbito, inmersión en agua fría o infusión de 
NaCl isotónico, causan una reducción de la 
secreción de vasopresina. 
 
Efectos de la vasopresina 
El principal efecto fisiológico de la vasopresina 
es estimular la retención de agua en el riñón 
(antidiuresis). La vasopresina aumenta la 
Fig. 5 
Fig. 5 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
8 
permeabilidad al agua de los túbulos colectores 
renales, lo que ocasiona la salida de agua hacia el 
intersticio por un gradiente osmótico. La 
vasopresina también favorece la existencia del 
gradiente osmótico por estimular transportadores 
de urea, molécula que es uno de los principales 
responsables de la hiperosmolaridad intersticial 
(ver CONCENTRACIÓN Y DILUCIÓN DE LA 
ORINA). 
La vasopresina también tiene un efecto 
vasoconstrictor por acción directa sobre el 
músculo liso vascular, que facilita mantener la 
presión arterial en caso de disminución de la 
volemia. La vasoconstricción es principalmente 
periférica, lo cual hace que la sangre se 
redistribuya hacia sectores centrales (corazón y 
grandes vasos torácicos). 
Un tercer efecto importante de la 
vasopresina, ya mencionado, es su capacidad de 
estimular la secreción de corticotropina. En este 
efecto la acción de la vasopresina es sinérgica 
con la de la corticoliberina (CRH). 
 La vasopresina tiene otros efectos, como 
estimular la glicogenólisis, favorecer la 
agregación plaquetaria y estimular la secreción de 
factor de von Willebrand por parte del endotelio 
vascular (ver HEMOSTASIA). 
 Dentro del sistema nervioso central, y 
actuando probablemente como neurotransmisor 
(sin ser secretada a la circulación) la vasopresina 
tiende a reducir la temperatura corporal y tiene un 
efecto favorecedor de la memoria. 
 En animales naturalmente monógamos, la 
vasopresina favorece el cuidado paterno, la 
protección de la pareja, y la preferencia por esa 
pareja en lugar de otras posibles. 
 
Receptores para vasopresina 
Existen tres receptores para vasopresina, 
llamados V1a, V1b y V2. Todos pertenecen a la 
superfamilia de receptores acoplados a proteínas 
G (ver MECANISMOS DE ACCIÓN HORMONAL). 
Ambos subtipos de receptores V1 están 
acoplados a proteína Gq y por tanto activan la 
fosfolipasa C, con producción de diacilglicerol e 
inositol trifosfato. Los receptores V2, por su 
parte, están acoplados a proteína Gs, de modo 
que al unirse a la vasopresina activan la adenilato 
ciclasa y aumentan la síntesis de cAMP. 
 Los receptores V1a son responsables de 
los efectos vasoconstrictores, agregantes 
plaquetarios y glicogenolíticos de la vasopresina. 
 Los receptores V1b se localizan en las 
células corticotropas de la adenohipófisis, donde 
estimulan la secreción de corticotropina. 
 Los receptores V2 se encuentran en los 
túbulos renales y en el endotelio vascular, donde 
son responsables, respectivamente, de aumentar 
la retención de agua y estimular la secreción de 
factor de von Willebrand. La activación de los 
receptores V2 renales causa la inserción de 
canales de agua (acuaporinas) en la membrana 
apical de los túbulos colectores mediada por 
cAMP. 
 
OXITOCINA 
En ausencia de estímulos, la concentración 
plasmática de oxitocina es de 10
-12
 a 10
-11
 mol/L 
Fig. 6 
Hipotálamo e hipófisis 
Dr. Fernando D. Saraví 
9 
(1 a 10 pg/mL), pero aumenta en ambos sexos 
durante el estrés psicogénico y la hipovolemia. 
Por el contrario, el dolor intenso, la hipertermia y 
la exposición a sonidos intensos reduce la 
secreción de oxitocina. 
 
Estímulos para la liberación de oxitocina 
En la mujer, la concentración de oxitocina 
plasmática aumenta notablemente durante el 
período preovulatorio (probablemente debido al 
aumento de la concentración de estradiol 
plasmático). Tres estímulos fisiológicos para la 
liberación de oxitocina son la distensión vaginal 
durante el coito, del cuello del útero durante el 
parto y la estimulación táctil del pezón. La 
estimulación de mecanorreceptores en el aparato 
genital o las mamas causa activación refleja de 
las neuronas secretoras de oxitocina. 
 Durante el parto, la distensión del cuello 
uterino produce liberación de oxitocina, que 
estimula la contractilidad uterina y acelera la 
expulsión del concepto (reflejo de Ferguson). 
 Durante la lactancia, la liberación de 
oxitocina es imprescindible para la eyección de la 
leche. La succión del pezón activa reflejamente la 
secreción de oxitocina, que se produce mediante 
salvas breves pero muy intensas de potenciales de 
acción. A diferencia de las neuronas secretoras de 
vasopresina, las que secretan oxitocina lo hacen 
de manera sincrónica, con lo cual la 
concentración plasmática de oxitocina varía 
considerablemente minuto a minuto. Este patrón 
de secreción es importante para mantener la 
respuesta contráctil de las células mioepiteliales 
de la mama (responsables de la eyección de 
leche). Estas células dejan de responder si se 
exponen a concentraciones constantes de la 
hormona. 
 
Efectos de la oxitocina 
Puede decirse que el efecto principal de la 
oxitocina es permitir la eyección de la leche. Su 
papel en acelerar el parto, si bien importante, no 
es imprescindible. 
 Además de causar la eyección de leche 
directamente, la oxitocina estimula la secreción 
de prolactina, la que a su vez aumenta la 
secreción láctea. 
 El aumento de oxitocina preovulatorio y 
durante las relaciones sexuales favorece la 
fecundación, al acelerar el tránsito de los 
espermatozoides en el tracto genital femenino. En 
el varón la oxitocina aumenta durante la 
eyaculación y estimula el músculo liso de las 
vesículas seminales, lo que favorece el transporte 
de esperma hacia la uretra. 
En animales, se ha demostrado que la 
oxitocina favorece la conducta materna y 
promueve el establecimiento del intenso vínculo 
afectivo de la madre hacia las crías. 
Probablemente también contribuya a la conducta 
materna humana y al establecimiento de vínculos 
afectivos entre parejas sexuales. 
Estudios en humanos indican que la 
oxitocina también promueve la confianza, la 
solidaridad y la generosidad. 
La oxitocina tiene sobre la memoria un 
efecto opuesto al de la vasopresina, ya que 
dificulta la adquisición y consolidación de 
memorias. Otro efecto central es la atenuación 
del apetito por la sal. 
La oxitocina promueve la síntesis de 
óxido nítrico y por tanto favorece la 
vasodilatación producida por dicho agente. 
En concentración elevada, la oxitocina 
puede actuar sobre receptores V1a y V1b para 
angiotensina. 
 
Receptor de oxitocina 
Existe un solo tipo de receptor de oxitocina, 
llamado OTR, que, al igual que los receptores 
para angiotensina, es miembro de la superfamilia 
de receptores acoplados a proteína G. La 
concentración de OTR en el útero es 
incrementada por los estrógenos e inhibida por la 
progesterona. 
 Pese a que existe un único OTR, se ha 
comprobado que puede activar diversas vías de 
señalización, según el sistema de segundo 
mensajero al que esté acoplado. La vía mejor 
conocida es la de lafosfolipasa C, a través de 
proteína Gq. Esta vía es responsable de los 
efectos estimulantes directos de la oxitocina 
sobre células contráctiles de la mama y del 
miometrio. 
 La oxitocina puede también puede activar 
la vía de kinasas activadas por mitógenos 
(MAPK), a través de las cuales posee efectos 
sobre el crecimiento y la división celular. Los 
OTR presentes en el endometrio estimulan la 
síntesis de prostaglandina F2, que acelera el 
reblandecimiento cervical y aumenta la 
contractilidad uterina durante el parto.

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