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Dr. Fernando D. Saraví El esqueleto de un humano adulto pesa aprox. 4 kg. El hueso es un tejido mineralizado que cumple diversas funciones: • Soporte mecánico de los tejidos blandos • Protección del sistema nervioso central • Palancas para la acción muscular • Microambiente hemopoyético en el adulto • Reservorio de calcio y otros minerales La mayor parte del calcio y el fósforo del organismo se encuentran en el hueso. Como las concentraciones plasmáticas de calcio iónico (Ca2+) y fosfato, están reguladas hormonal- mente, esta regulación puede modificar el contenido mineral y la masa del hueso. OSTEOGÉNESIS Durante el desarrollo el tejido óseo se forma por dos mecanismos diferentes, llamados osificación endocondral e intramembranosa. En la osificación endocondral, se forma primero un molde cartilaginoso que luego se calcifica y posteriormente es invadido por osteoblastos. Esta modalidad es característica de los huesos de los miembros. En la osificación intramembranosa, propia de los huesos del cráneo, el hueso se forma directamente sin molde cartilaginoso, a partir de células mesenquimales que se diferencian en osteoblastos. MODELACIÓN Y RECAMBIO ÓSEOS El hueso es un tejido metabólicamente activo y cambiante. Los huesos se modelan, adquiriendo su forma y tamaño (longitud, diámetro y masa) durante las primeras dos décadas de la vida. En todas las etapas hay formación y resorción de hueso (Fig. 1), pero en el organismo en crecimiento la formación supera a la resorción. La máxima masa ósea alcanzada (“pico” de masa ósea) depende en 80 % de factores genéticos, aunque también contribuyen un aporte adecuado de calcio, vitamina D y proteínas, y el ejercicio físico regular. Entre los 20 y los 40 años, la masa ósea alcanzada se mantiene debido a que la formación de hueso está en equilibrio con la resorción. Cerca de 10 % de la masa ósea (aprox. 400 g) se renueva cada año en el adulto joven. Después de los 40 años la masa ósea decrece 0.5 a 1 % por año tanto en varones como en mujeres, pero en éstas la tasa de pérdida se duplica en los 10 años que siguen a la menopausia (Fig. 2). Luego la pérdida continúa, pero con una tasa menor. Hacia los 90 años de vida, la masa ósea de la mujer se reduce al valor que tenía antes de la pubertad, pero la resistencia mecánica de los huesos es muy inferior a la de un niño, debido al deterioro de la microarquitectura. La progresiva pérdida de masa ósea con la edad se debe a que la formación de hueso decrece. En la menopausia, aumenta además la Fisiología del hueso y recambio de calcio y fósforo Fig. 1: Formación y resorción ósea en las diversas etapas de la vida. Fig. 2: Evolución de la masa ósea en la mujer. Posgrado-00 Sello Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 2 resorción ósea debido al déficit de estrógeno. El adecuado aporte de calcio y vitamina D y la actividad física reducen la tasa de pérdida de la masa ósea con el envejecimiento. ESTRUCTURA DEL HUESO En la Fig. 3 se ilustra un hueso largo y se indica su estructura. Según la forma de aposición de la matriz mineralizada, el hueso se clasifica en compacto o cortical y trabecular o esponjoso. El hueso compacto posee unidades llamadas osteones con láminas concéntricas en torno a un conducto de Havers y láminas intersticiales entre los osteones. Además hay láminas circunferenciales subperiósticas, que rodean todo el hueso. El hueso esponjoso está formado por trabéculas conectadas entre sí en sentido longitudinal y transverso, que forman una estructura tridimensional semejante a un andamio que complementa la resistencia mecánica del hueso compacto sin añadir una masa excesiva, y deja espacios que son ocupados por médula ósea o por adipocitos. El hueso compacto constituye aprox. 75 % de la masa ósea; el 25 % restante es trabecular. No obstante, el 75 % del recambio óseo tiene lugar en el hueso trabecular, y sólo 25 % en el compacto. Por esta razón, el hueso trabecular es más vulnerable a los desequilibrios en el recambio óseo. BIOMECÁNICA ÓSEA La estructura del hueso está optimizada para soportar fuerzas con diferente orientación (Fig. 4). Aunque la resistencia no es la misma para todas las orientaciones, el hueso del adulto joven posee capacidad para resistir fuerzas de dos a tres veces mayores que las que habitualmente debe soportar. Esto constituye un margen de seguridad que le permite mantener su integridad (no fracturarse) frente a cargas superiores a las normales. Con el envejecimiento el margen de seguridad se reduce y en casos extremos el hueso puede llegar a fracturarse hasta con las fuerzas que normalmente Fig. 3: Estructura de un hueso largo y tipos de hueso. Fig. 4: Fuerzas que actúan sobre el hueso. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 3 debiera soportar. Esto se denomina fractura por fragilidad, o de bajo impacto. El hueso debe sus propiedades al colágeno y los minerales que contiene. Colágeno óseo Las proteínas constituyen 30 % de la masa de la matriz mineralizada (aprox. 1 200 g en el adulto). El colágeno tipo 1 forma 90 % de la proteína de la matriz ósea (Fig. 5). Las moléculas, ricas en hidroxiprolina, se organizan triples hélices que forman microfibrillas mediante enlaces cruzados con hélices adyacentes, superponiéndose parcial- mente. Entre las moléculas alineadas, quedan pequeñas hendiduras, espacios donde se depositan los cristales minerales. Mineral óseo El 70 % de la masa de la matriz mineralizada corresponde a los minerales. Esto representa de 2.5 a 3 kg, de los cuales aprox. 40 % es calcio. La mujer joven tiene un promedio de 1000 g de calcio y el varón joven 1200 g. La diferencia ente ambos sexos no se debe a que los huesos masculinos posean mayor densidad mineral volumétrica (g/cm3) sino a que los huesos masculinos son más grandes. El mineral óseo está formado principalmente por hidroxiapatita, Ca10(PO4)6(OH)2 (Fig. 5). La matriz mineraliza- da contiene 90 % del calcio corporal, 90 % del fósforo, 80 % del carbonato, 60 % del magnesio, 35 % del sodio y proporciones menores de otros minerales. Un material compuesto Desde el punto de vista mecánico, el hueso es un material compuesto, a semejanza del hormigón armado, donde la armadura de hierro resiste la tensión y el cemento resiste la compresión. Las fibras de colágeno son muy poco deformables en su eje y por tanto tienen una gran resistencia a la tensión. Sin embargo, frente a fuerzas compresivas tienden a incurvarse. El mineral le proporciona al hueso resistencia a las fuerzas compresivas. El resultado de la combinación de colágeno y mineral es excelente. A igual dimensión, el hueso compacto tiene mayor resistencia mecánica que el hormigón armado. Las variables biomecánicas de interés pueden definirse como sigue: 1. Rigidez: Resistencia a la deformación 2. Resistencia estática: máxima carga soportable antes de fracturarse. 3. Robustez o tenacidad: capacidad de absorber energía antes de fracturarse. Fig. 5: Estructura y organización del colágeno tipo I y modelo de hidroxiapatita. Fig. 6: Variables biomecánicas del hueso. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 4 4. Fatiga: falla del material ante ciclos repetidos de carga y descarga. La rigidez se mide según el módulo de Young, que es el cociente entre la fuerza aplicada y la variación fraccional en longitud (variación de longitud sobre longitud inicial). El módulo de Young se mide en pascal (N/m2) o un múltiplo, y puede determinarse gráficamente como la pendiente de la curva fuerza-deformación (Fig. 6) en su porción recta. Similarmente, la tenacidad corresponde al área bajo la curva (sombreada). La tenacidad o robustez se mide en unidades de energía (joule). Existen materiales, como el vidrio, que son muy rígidos pero poco tenaces. Otros, como la madera, son poco rígidos pero muy tenaces. El huesonormal presenta una combinación ideal de rigidez intermedia y alta tenacidad (Fig. 7). Si el hueso contiene un exceso de mineral, como en la osteopetrosis, es muy rígido a la compresión pero poco tenaz, y en consecuencia se fractura fácilmente. Por el contrario, si el mineral es escaso, como en la osteomalacia, se deformará en exceso frente a la compresión. La fatiga se atribuye a la aparición de fallas micoscópicas (microfallas) en la estructura ósea frente a numerosos ciclos de carga. Cuando se acumulan muchas microfallas no reparadas, un nuevo ciclo de carga hace que las microfallas crezcan hasta conectarse entre sí, y causan el colapso de la estructura. Una de las funciones del recambio óseo es precisamente la prevención de la acumulación de microfallas por renovación continua de la estructura. Factores geométricos Las propiedades mecánicas del hueso como estructura dependen no solamente la calidad del material , sino de su disposición espacial (Fig. 8). Por ej., con la misma cantidad de material, poseerá mayor resistencia un cilindro hueco que uno macizo ((Fig. 8, A versus D). la diferencia se debe al modo en que se dispone el material en torno al eje. En general, la resistencia aumenta linealmente con la masa, pero con el cuadrado del radio. Lo anterior explica también por qué, con el envejecimiento, los huesos de la mujer pierden más resistencia que los del varón. En este último, la pérdida de masa ósea con la edad se asocia con resorción en el endostio, con conservación del diámetro del hueso. En cambio en la mujer predomina la resorción subperióstica, con reducción del diámetro externo del hueso (Fig. 8, B versus C). CÉLULAS ÓSEAS Los principales tipos de células del hueso son los osteoblastos que forman nuevo hueso, los osteoclastos que remueven la matriz mineralizada, y los osteocitos que funcionan como sensores de la fuerza a la que está sometido el hueso. Osteoblastos Los osteoblastos derivan de células mesenquimales pluripotenciales que también pueden originar miocitos, adipositos y condrocitos. La diferenciación en osteoblastos está determinada por la expresión de ciertos factores de transcripción, en particular el efecto Fig. 7: El hueso normal presenta una combinación óptima de rigidez y tenacidad. Fig. 8: Influencia de la geometría en las propiedades mecánicas del hueso. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 5 secuencial de Runx2 y Osterix (Osx), que permiten la diferenciación primero en preosteoblastos y luego en osteoblastos maduros (Fig. 9). Los preosteoblastos expresan colágeno tipo I (Col-I) y sialoproteína ósea (BSP) y los osteoblastos maduros Col-I, BSP y osteocalcina (OC). Los osteoblastos se encargan de sintetizar primero la matriz proteínica (osteoide) y luego promover su mineralización. Las principales proteínas secretadas por los osteoblastos son colágeno tipo I (que es 90 % del osteoide) y una serie de proteínas no colágenas: Fibronectina: facilita la osificación endocondral promovida por las proteínas morfogenéticas óseas (BMP). Promueve la diferenciación y sobrevida de los osteoblastos. Osteonectina: facilita el recambio óseo. Trombospondina 2 aumenta la formación ósea Factor transformante del crecimiento beta (TGF-β) : estimula los osteoblastos y promueve la apoptosis de los osteoclastos. Osteocalcina y proteína Gla de la matriz (MGP): Limitan la mineralización ósea. Osteopontina: Posiblemente participa en el acoplamiento osteoblasto/osteoclasto. Una vez que ha producido el osteoide, el osteoblasto secreta fosfatasa alcalina (isoenzima ósea), la cual favorece la deposición de mineral en el colágeno. Luego de producir hueso, los osteoblastos pueden sufrir apoptosis o diferenciarse terminal- mente en osteocitos o en células subperiósticas. Osteoclastos A diferencia de los osteoblastos, de origen mesenquimal, los osteoclastos derivan de los mismos precursores que los monocitos. Los precursores expresan en su membrana un receptor llamado RANK (Receptor Activador del factor de transcripción NF-κB). Los precursores de osteoblastos (y los linfocitos activados) expresan en su superficie el ligando de RANK (RANKL). En presencia del factor estimulante de colonias de monocitos (M-CSF, véase HEMOPOYESIS), la activación de RANK los precursores mieloides se diferencian en pre-osteoclastos, que coalescen para formar los osteclastos, grandes células multinucleadas (Fig. 10). El factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a), una importante citokina proinflamatoria (véase INMUNIDAD) también facilita la diferenciación osteoclástica. La diferenciación de los osteoclastos es inhibida en todas sus etapas por la osteoprotegerina, una proteína soluble secretada por los osteoblastos maduros que se une al RANKL e impide que éste active al receptor RANK. Por su parte, el ya mencionado TGF- β inhibe la diferenciación de los osteoclastos y facilita la apoptosis de los osteoclastos maduros. El osteoclasto maduro es una célula funcionalmente polarizada (Fig.11), cuya membrana apical se pone en contacto con la matriz mineralizada y sella el contorno del área de contacto mediante una integrina. La resorción del hueso sigue el camino inverso que la formación: el osteclasto en primer lugar debe solubilizar y eliminar el mineral y posteriormente digerir las proteínas del osteoide. Para la disolución del mineral, el osteoclasto secreta fosfatasa ácida hacia la laguna de resorción limitada por el sello de integrinas. Además secreta hacia el mismo espacio ácido clorhídrico, que le provee el pH óptimo a la enzima. El osteoclasto posee anhidrasa carbónica, que produce bicarbonato e hidrogeniones a partir de dióxido de carbono y agua. Los hidrogeniones son secretados Fig. 9: Diferenciación de los osteoblastos. De Harada y Rodan, Nature 423: 349-355, 2003. Fig. 10: Diferenciación los osteoclastos. Adaptado de Whyte MP, N Eng J Med 354: 860-863, 2006. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 6 activamente hacia la laguna de resorción mediante una ATPasa de membrana. El bicarbonato producido es extraído por la membrana basolateral en intercambio por cloruro. El cloruro sale mediante canales aniónicos hacia la laguna de resorción, donde junto con los hidrogeniones forma el ácido clorhídrico. Los minerales disueltos son luego transportados desde la membrana apical del osteoclasto hacia su dominio secretorio en la membrana basolateral, desde donde salen al medio extracelular. Tras disolver y eliminar el mineral, las enzimas proteolíticas producidas por el osteoclasto digieren el osteoide. Los productos de la digestión son transportados hacia el medio extracelular. La función de los osteoclastos finaliza por apoptosis, promovida por el TGF-β. Unidad ósea multicelular Esta unidad, convencionalmente abreviada BMU (de Bone Multicellular Unit), es la responsable del remodelado óseo e incluye osteoblastos, osteoclastos y sus precursores (Fig.12). La remodelación se inicia presuntamente en sitios donde hay microfallas, que son detectadas porque cortan canalículos, causando apoptosis de osteocitos. Los osteocitos y los osteoblastos de superficie envían señales químicas que reclutan células sanguíneas y de la médula ósea. Los precursores de osteoblastos promueven la diferenciación de osteoclastos, los cuales remueven el hueso en forma localizada. Los osteoblastos maduros, por su parte, inhiben la diferenciación y la actividad osteoclástica mediante la osteoprotegerina (Fig. 13) y a continuación depositan osteoide y luego lo mineralizan. Es posible que los osteoclastos secreten alguna señal química no identificada (posiblemente factores de crecimiento) que atraiga los osteoblastos hacia el sitio de resorción. El ciclo completo de remodelación de una BMU dura aprox. 3 meses. La remoción es rápida (días) pero la formación de nuevo hueso lleva semanas o meses. En el adulto joven,la actividad osteoblástica restaura por completo el defecto creado por los osteoblastos. Con el envejecimiento, la restauración es incompleta y por tanto se pierde algo de masa ósea en cada unidad de remodelación. La actividad de los osteoblastos es estimulada por factores de crecimiento como proteínas morfogenéticas óseas (BMP), TGF-β, y Fig. 11: Osteoclasto maduro fijado sobre la superficie de la matriz ósea. De Väänänen K, Adv Drug Deliv Rev 57: 959-971, 2005. Fig. 12: Unidad multicelular ósea (BMU), responsable del remodelado del hueso. De Seeman y Delmas, N Eng J Med 354: 2250-2261, 2006. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 7 en ciertas condiciones la hormona paratiroidea (PTH). Por otra parte, una proteína de dedos de zinc llamada CIZ es un inhibidor de la actividad osteoblástica, aunque se desconoce su importancia fisiológica. Además de las influencias directas sobre las células óseas, se ha demostrado que otros factores modifican la actividad de las BMU, especialmente inhibiendo la formación de hueso. La leptina, identificada inicialmente como una hormona anorexígena producida por el tejido adiposo (ver REGULACIÓN DE LA INGESTA DE ALIMENTOS), estimula la descarga simpática hacia el hueso. Las catecolaminas noradrenalina y adrenalina, actuando sobre receptores β-adrenérgicos, inhiben la actividad osteoblástica (Fig. 14). Fig. 14: Influencia del sistema nervioso autónomo (simpático) sobre la remodelación ósea. De Pagoda P y col. Osteoporosis Int 16: S18-S24, 2005. Fig. 13: Los pre-osteoblastos favorecen la diferenciación de los osteoclastos, mientras que los osteoblastos maduros la inhiben, vía osteoprotegerina. De Krane P, J Exp Med 201: 841-843, 2005. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 8 La serotonina (5-hidroxitriptamina) producida por células endocrinas del intestino delgado, es un inhibidor de la diferenciación de osteoblastos. Las células productoras de serotonina tienen un receptor relacionado con las lipoproteínas de baja densidad, llamado LRP5, cuya activación inhibe la secreción de serotonina y aumenta la masa ósea por mayor actividad osteoblástica (Fig. 15). Osteocitos Como se mencionó antes, los osteocitos provienen de la diferenciación terminal de los osteoblastos. Estas células, que quedan literalmente emparedadas en el sistema de canaliculos del hueso, emiten largas prolongaciones y sus citoplasmas se comunican unos con otros mediante uniones comunicantes. Estan bañadas por un líquido intersticial de composición diferente a la del líquido extracelular. Los osteocitos son las células óseas más abundantes: Existen 10 veces más osteocitos que osteoblastos y osteoclastos. Los osteocitos actúan como sensores de las fuerzas que actúan sobre el hueso y emiten señales, probablemente mediadas por la entrada de Ca2+. Las fuerzas compresivas estimulan la formación neta de hueso (Fig. 16), mientras que las fuerzas de estiramiento tienen el efecto opuesto. La actividad de los osteocitos explica que un hueso con una curvatura excesiva pueda enderezarse (rectificarse) espontáneamente por resorción ósea del lado convexo (estirado) y formación neta de hueso del lado cóncavo (comprimido); ver la Fig. 17). FENÓMENOS ELÉCTRICOS EN EL HUESO Un vínculo importante entre las fuerzas mecánicas que causan deformación del hueso y la respuesta activa de las células óseas a la deformación parecen ser los potenciales eléctricos y las corrientes endógenas resultantes causados por la deformación. Se sabe que la aparición de diferencias de potencial participa en la migración, respuesta y organización celular durante la embriogénesis, la cicatrización de heridas y, en especies que poseen esta capacidad, como ciertas salamandras. la regeneración de miembros completos. Por otra parte, la deformación del hueso causa la aparición de diferencias de potencial fácilmente detectables, del orden de milivoltios. Cuando un hueso se deforma, la región comprimida se vuelve negativa con respecto a la región tensionada. La magnitud de la diferencia de potencial es proporcional al grado de deformación. Como se vio antes, en las zonas tensionadas se produce resorción ósea, mientras que en las zonas comprimidas aumenta la deposición y mineralización de la matriz ósea. El origen de los potenciales bioeléctricos extracelulares en el hueso es doble. Por una parte, Fig. 15: Efecto de la serotonina y su regulación por LRP5. De Yadav VK y col., Cell 135: 825-837, 2008. Fig. 16: Mecanotransducción mediada por osteocitos. De Klein-Nulend J y col. Pathol Biol 53: 576-580, 2005. Fig. 17: Un hueso angulado por las fuerzas compresivas puede enderezarse por resorción y formación óseas selectivas. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 9 el hueso posee propiedades piezoeléctricas (del griego piezein, comprimir, y electron). En un material piezoelectrico, la aplicación de una fuerza compresiva en un eje causa la aparición de una diferencia de potencial. En el efecto piezoeléctrico inverso, la aplicación de una diferencia de potencial en el segundo eje causa una deformación mecánica en el primero. Ambos efectos tienen muchas aplicaciones prácticas; en medicina se emplea, por ejemplo, para emisores y receptores de ultrasonido. Contrariamente a lo que podría intuirse, no es la hidroxiapatita sino el colágeno el responsable del comportamiento piezoeléctrico del hueso. Al ser deformado, el hueso también puede generar diferencias de potencial por otro mecanismo, llamado potencial de flujo (streaming potential). Cuando la superficie interna de un tubo hay posee cargas eléctricas fijas de un signo dado, los iones móviles de signo opuesto del líquido contenido en el tubo son atraídos electrostáticamente y alcanzan una concentración mayor en la zona próxima a la pared que en el resto del líquido. Si se fuerza la circulación del líquido (por ej., aplicando una diferencia de presión), parte de los iones del líquido atraídos electrostáticamente hacia la pared circularán, generando una diferencia de potencial. Por ejemplo, si la carga fija es negativa y la carga móvil es positiva, la circulación del líquido creará en el sitio de mayor presión un potencial negativo con respecto al sitio de menor presión, hacia donde fluirá el líquido. Esta diferencia de potencial se denomina potencial de flujo. Al deformarse el hueso, el sistema de canalículos donde se encuentran los osteocitos permite la circulación del fluido contenido en ellos, de modo que la zona comprimida se torna negativa con respecto a la zona tensionada (Fig. 18 A). Este fenómeno parece estar relacionado con la corrección de la angulación ilustrado en la Fig. 17, y también con el mantenimiento de la estructura normal y la consolidación de fracturas. Fig. 18: A, efecto de la deformación ósea sobre el potencial de flujo. B, efecto de la diferencia de potencial sobre la migración de osteoblastos. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 10 Actualmente se piensa que los potenciales de flujo son el principal mecanismo de generación de potenciales bioeléctricos en el hueso in vivo. Esta conclusión se debe a que el curso temporal de los cambios de potencial frente a la deformación es más lento que el causado por fenómenos piezoeléctricos y a que estos últimos se tornan débiles en el hueso normalmente hidratado (en comparación con el hueso desecado). Además, los efectos in vitro de los cambios de pH, concentración iónica y viscosidad son los esperados para un potencial de flujo. No obstante, es posible que la piezoelectricidad también contribuya a los potenciales bioeléctricos vinculados con la respuesta del hueso a los estímulos mecánicos. Cuando el líquido canalicular fluye por efectos de fuerzas compresivas y tensionales que originan diferencias de presión, se producen efectos sobre los osteocitos. Se cree queestos están mediados en parte por el mismo deslizamiento del líquido sobre la membrana de superficie (esfuerzo de corte) y en parte por los cambios en la concentración de iones. El efecto neto en la zona negativa es un ingreso de Ca2+ a los osteocitos y una inhibición de la adenilato ciclasa, que modifican vías de señalización intracelular y probablemente inicia la liberación de factores químicos desconocidos que atraen los osteoblastos. Además, el mismo potencial negativo recluta osteoblastos por un fenómeno llamado galvanotaxia. En presencia de un gradiente eléctrico, los osteoblastos que están ligados a la matriz extracelular se despegan y tienden a migrar hacia el lado negativo. El desligamiento de la matriz y la posterior migración son mediados, al menos en parte, por el ingreso de Ca2+ a los osteoblastos (Fig. 18 B). También es probable que el gradiente eléctrico contribuya a la diferenciación de los osteoblastos que migran. Una aplicación práctica de estos fenómenos es el empleo de corrientes eléctricas para estimular la consolidación de fracturas, especialmente de aquéllas de difícil resolución, como las del tercio distal de la tibia. La técnica más simple emplea corriente continua. Se coloca el electrodo negativo (cátodo) en el sitio de la fractura y se cierra el circuito con un ánodo situado en un sitio distante. La conservación de la integridad de los huesos depende fundamentalmente de las fuerzas que actúan sobre ellos. Puede concebirse al hueso como un mecanostato o sistema que adapta su resistencia mecánica a las fuerzas que actúan sobre él (Fig. 19). Esto explica la pérdida de masa ósea por la inmovilización en cama o por la falta de gravedad (en los viajes espaciales). Por el contrario, la carga cíclica producida por la actividad física mantiene la integridad y la resistencia mecánica de los huesos. Nótese que en este esquema, los factores endocrinos no regulan la masa ósea. Las hormonas solamente permiten el funcionamiento normal del mecanostato. En condiciones anormales, el exceso de secreción de hormonas calciotrópicas como la paratiroidea, perturban el funcionamiento del mecanostato óseo. Fig. 19: El mantenimiento de la integridad del hueso depende del estímulo mecánico que recibe (carga). De Ferretti JL y col. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 11 Recambio de calcio y fósforo La concentración plasmática de Ca2+ y fosfato está sujeta a regulación hormonal. La importancia fisiológica del Ca2+ y del fosfato se resume en la Tabla 1. La calcemia normal es de 9.5 ± 1 mg/dL (aprox. 2.5 mmol/L). El 50 % del Ca plasmático está ionizado (Ca2+), 40 % está unido a proteínas y 10 % a otros aniones como citrato. La [Ca2+] es de 1.25 mmol/L y es la forma activa en los procesos indicados. Los H+ compiten con el Ca2+ en su unión a las proteínas, por lo cual la proporción de Ca2+ es mayor cuanto menor es el pH y viceversa. En el citosol de células en reposo [Ca2+] es mucho menor que en plasma (10 a 100 nanomoles/L). Cuando aumenta, inicia procesos contráctiles, secretorios, transcripcionales, etc. El retículo endoplásmico y las mitocondrias son reservorios intracelulares de Ca2+. La concentración plasmática de fosfato inorgánico es más variable que la de calcio, con un rango normal en el adulto de 2.5 a 5 mg/dL. En los niños es de aprox. el doble. Presenta un ritmo circadiano, con un máximo al mediodía y un mínimo al atardecer. El 85 % se encuentra ionizado. La concentración intracelular de fosfatos es mucho mayor que la extracelular. Recambio diario de calcio y fósforo Las concentraciones plasmáticas de calcio y fósforo dependen del balance dinámico entre procesos que las aumentan (absorción intestinal y resorción ósea) y aquellos que las disminuyen (incorporación al hueso, secreción intestinal y excreción renal). Los adultos jóvenes se encuentran en un equilibrio en cuanto a incorporación y excreción de estos iones (Fig. 20). Durante el crecimiento predomina la incorporación (balance fosfocálcico positivo); luego de la cuarta década de la vida la excreción es mayor que la incorporación (balance fosfocálcico negativo). Calcio. Un adulto ingiere aprox. 1 g de calcio por día (rango 0.6 a 1.5 g). La absorción del calcio varía: a mayor ingesta tiende a absorberse un menor porcentaje. Los fosfatos, fitatos y oxalatos reducen la absorción porque forman con el calcio compuestos insolubles. La absorción es estimulada por la forma activa de la vitamina D (calcitriol). En término medio se absorbe 40 % del calcio ingerido (400 mg) pero en las secreciones digestivas se excreta aprox. 200 mg. Por tanto, se incorporan 200 mg por vía digestiva. Si el balance neto de calcio es nulo, se excretará diariamente 200 mg en la orina. Cada día se filtra aprox. 10 g de calcio, de los cuales 9.8 g se reabsorben. La hormona paratiroidea (PTH) aumenta la reabsorción fraccional de calcio (% del Ca filtrado). Aprox. 300 mg de calcio salen del plasma hacia el hueso y otro tanto deja el hueso hacia el plasma, en el proceso normal de remodelación ósea. El mineral depositado se recambia lentamente con el disuelto en la fase líquida circundante. Esta es un microambiente cuya concentración de Ca2+ es 1/3 y la de K+ 5 veces mayor que las del líquido extracelular. Los cristales de hidroxiapatita son pequeños (20 x 5 x 5 nm) y presentan una superficie de intercambio de 100 a 200 m2 por kg de hueso. La formación ósea es estimulada por andrógenos, estrógenos, somatotropina (vía IGF- 1) y tirotropina (efecto directo). La resorción ósea es estimulada por la PTH, el calcitriol, el cortisol y las hormonas tiroideas, e inhibida por la calcitonina. Fosfato. La absorción de fosfato es más eficiente que la de calcio y no está sujeta a regulación hormonal. Se absorbe aprox. 800 mg de fosfato con una dieta normal, pero hay 200 mg en las secreciones digestivas (ingreso neto 600 mg/día). En el riñón, se filtran 6 g/día de fosfato y 90 % (5.4 g) es reabsorbido. La reabsorción es inhibida por la PTH. Como la tasa de transporte máximo de fosfato es próxima a la carga filtrada, si ésta aumenta el mecanismo de reabsorción puede saturarse, y aumenta la fosfaturia. La tasa de incorporación de fosfato al hueso es similar a la tasa de pérdida desde el hueso (250 mg/día) y es regulada por las mismas hormonas que el calcio. Tabla 1: Principales funciones del calcio y del fósforo. Calcio Excitabilidad neuromuscular Liberación de neurotransmisores Secreción hormonal Contracción muscular Contracción del citoesqueleto Regulación del metabolismo celular Permeabilidad de las uniones comunicantes Coagulación de la sangre Fósforo Principal anión intracelular Metabolismo de glúcidos Compuestos de alta energía (ATP) Regulación celular (cAMP, CGMP) Regulación de enzimas y canales iónicos Composición de nucleótidos (ARN, ADN) Amortiguación de H+ en la orina Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 12 Regulación hormonal de la calcemia y fosfatemia La calcemia y la fosfatemia son mantenidas dentro de límites normales principalmente por la acción sinérgica de PTH y la forma activa de la vitamina D. Una tercera hormona que participa en el metabolismo fosfocálcico es la calcitonina. HORMONA PARATIROIDEA La PTH es producida por las glándulas paratiroides. Su principal forma plasmática es la de una proteína de 84 aminoácidos. La PTH es segregada en forma pulsátil con ritmo circadiano (con un máximo durante la noche). Su vida media plasmática es de sólo 4 min. La PTH es degradada en hígado y riñón. Mecanismo de acción La PTH se une a sus receptores, que poseen un largo dominio extracelular. La unión activa al receptor (Fig. 21 A). El receptor pertenece a la familia de receptores acoplados a proteínas G, y según el caso, la proteína G puede ser del tipo Gs (que activa a la adenilato ciclasa) o Gq,que activa a la fosfolipasa C (Fig. 21 B). Regulación de la secreción de PTH La concentración de calcio iónico (Ca2+) es el principal regulador fisiológico de la secreción de Fig. 20: Recambio diario de calcio y fósforo en un adulto joven con una dieta normal. Fig. 21: A, receptor para PTH. B, vías intracelulares de señalización de la PTH. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 13 PTH (Fig. 22). El aumento de Ca2+ reduce la concentración de PTH hasta un valor mínimo que se secreta constitutivamente. Por el contrario, el descenso del Ca2+ causa un aumento exponencial de la secreción de PTH, que alcanza el máximo cuando la [Ca2+] es de aprox. 0.5 mmol/L. Por debajo de esta concentración la secreción de PTH no aumenta más, presumiblemente porque la glándula alcanza su máxima capacidad secretoria. El efecto regulador del calcio sobre la secreción de PTH se ejerce por su acción sobre el denominado receptor extracelular de calcio que pertenece a la familia de receptores acoplados a proteínas G. El receptor es una glicoproteína con una gran porción extracelular (600 aminoácidos) que comprende un dominio que liga Ca2+ (y otros cationes) llamado VFTD y otro rico en cisteína (CysRD). Posee 7 hélices transmembrana y su porción intracelular está vinculado a la proteína filamentosa filamina A. El receptor se asocia a proteína Gi, Gq y G12/13 (Fig. 23 A). La activación del receptor extracelular de calcio inhibe la síntesis de cAMP y moviliza Ca2+ intracelular. Como resultado, se inhibe la fosfolipasa A2, se estimulan kinasas activadas por mitógenos (MAPK) y se reduce la secreción de PTH (Fig. 23 B). Esto tiende a reducir la calcemia, con lo cual se reduce la activación del receptor (retroalimentación negativa). Otros reguladores de la secreción de PTH también actúan por retroalimentación negativa, entre ellos el fosfato y el calcitriol (forma activa de la vitamina D). El calcitriol actúa reduciendo la expresión del gen del receptor extracelular de calcio. Acciones de la PTH La PTH es una hormona indispensable para mantener la [Ca2+] plasmática y extracelular dentro del rango normal. La hormona tiene efectos directos sobre el hueso y el riñón y 0 1 2 3 0 25 50 75 100 Rango normal de calcio iónico [Ca2+] plasmático (mmol/L) Se cr ec ió n de P TH (% d el m áx im o) Fig. 22: Relación entre concentración de Ca2+ plasmático y secreción de PTH. Fig. 23: A, estructura del receptor de Ca2+ y B, vías de señalización intracelular en la glándula paratiroides. A, Breitwieser GE, Curr Top Dev Biol 73:85-114, 2006. B, Miedlich S y col. Clin Endocrinol 59:539-554, 2003. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 14 principalmente indirectos sobre el intestino (Fig. 24). La PTH tiene un efecto sinérgico con el calcitriol en la mayoría de sus acciones. Hueso. Fisiológicamente la PTH aumenta la resorción ósea y por tanto la liberación de calcio, fósforo y otros minerales óseos a la circulación. Las células efectoras son los osteocitos y los osteoclastos. En el hueso hay una pequeña parte del calcio total (aprox. 5 g) que puede movilizarse con facilidad por acción de los osteocitos. Extraer una mayor cantidad de calcio requiere remoción ósea por parte de los osteoclastos. La PTH causa un aumento rápido de la calcemia por osteolisis osteocítica, como sigue: Aumenta la permeabilidad de los osteocitos al Ca2+ (la reducción intersticial de [Ca2+] favorece la disolución del mineral óseo). El Ca2+ que ingresa a los osteocitos alcanza los osteoblastos de superficie por las uniones comunicantes, y allí es bombeado activamente hacia el líquido extracelular. La osteolisis osteocítica disuelve el mineral óseo sin degradar el osteoide. La PTH también promueve la diferenciación de precursores en osteoclastos e incrementa la actividad osteoclástica. Los osteoclastos maduros no tienen receptores para PTH. En cambio los osteoblastos sí tienen receptores para PTH. La PTH provoca la liberación osteoblástica de citokinas (como factor estimulante de colonias de macrófagos) estimulan a los osteoclastos. El efecto rápido y lento de la PTH sobre el hueso es un aumento de la calcemia y la fosfatemia (pero véase más abajo). (Nota: Cuando la PTH se administra en forma intermitente estimula más la actividad osteoblástica que la osteoclástica, y en estas condiciones favorece la formación neta de hueso. Por esta razón un análogo de la PTH, el teriparátido, es clínicamente eficaz en el tratamiento de la osteoporosis.) Riñón. El 90 % del calcio filtrado se reabsorbe sin necesidad de PTH, que solamente regula la excreción facultativa del 10 % restante (equivalente a 1 g/día). La PTH actúa sobre el segmento grueso de la rama ascendente del asa de Henle y sobre el túbulo contorneado distal. El efecto de la PTH es disminuir la fracción de calcio excretado, lo que normalmente produce hipocalciuria. La PTH causa un aumento de la excreción de fósforo (fosfaturia) porque reduce la reabsorción de fosfato en el túbulo contorneado proximal. Es importante que la PTH aumente la pérdida renal de fosfato, atenuando o suprimiendo el efecto sobre la fosfatemia causado por su acción directa sobre el hueso. Si la calcemia y la fosfatemia se mantienen simultáneamente elevadas, aumenta la probabilidad de que precipiten formando calcificaciones ectópicas en tejidos blandos. El tercer efecto importante de la PTH sobre el riñón es el aumento de la síntesis de calcitriol por activación de la enzima 1α-hidroxilasa, que transforma la 25-hidroxivitamina D en 1, 25 dihidroxivitamina D (calcitriol); véase más abajo. Otro efecto (menos importante) de la PTH es reducir la reabsorción renal de bicarbonato. La acidosis metabólica resultante favorece la disolución del mineral óseo. Intestino. El principal efecto es indirecto, mediado por la 1,25 dihidroxivitamina D. No obstante, el epitelio duodenal tiene receptores para PTH y al menos en algunas especies, la PTH también favorece directamente la absorción intestinal de calcio. VITAMINA D La vitamina D proviene de la dieta (D2 ergocalciferol, de origen vegetal y D3 colecalciferol, de origen animal). La vitamina D3 también se sintetiza en la piel a partir de 7- dehidrocolesterol por acción de la radiación ultravioleta (Fig. 25). Se estima que basta una exposición a la luz solar de 15 min al día (cara y brazos) para cubrir por síntesis las necesidades diarias. Las vitaminas D2, D3 y sus derivados son secosteroides, esteroides en los que uno de los anillos (en este caso el B) está abierto. Son liposolubles; en presencia de grasas y sales biliares se absorben bien en el intestino. Tanto D2 como D3 son hidroxiladas en hígado a 25- hidroxivitamina D (calcidiol). La concentración de calcidiol debe ser mayor de 30 ng/mL. Entre 20 Fig. 24: Efectos de la PTH sobre el Ca2+. Los signos (-) indican asas de retroali- mentación negativa. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 15 y 30 ng/mL existe hipovitaminosis; entre 10 y 20 ng/mL insuficiencia y con menos de 10 ng/mL hay deficiencia de vitamina D. La actividad biológica requiere otra hidroxilación a 1,25 dihidroxicolecalciferol (calcitriol), efectuada principalmente en el túbulo contorneado proximal. La 1 α-hidroxilasa es una enzima mitocondrial de función mixta P-450 que es estimulada por la PTH y por la disminución de la fosfatemia. Los estrógenos, la somatotropina y la prolactina también favorecen la síntesis de calcitriol. En ausencia de estímulos el calcidiol se transforma en 24,25 dihidroxivitamina D, sin actividad biológica. El calcitriol limita su propia síntesis favoreciendo la hidroxilación en posición 24. El calcitriol circula en plasma unido en más de 99 % a una proteína llamada transcalciferina. La concentración normal de calcitriol en plasma es 30 pg/mL (aprox. 100 pmol/L), y su vida media es de 5 a 24 h.Hay hipovitaminosis si la concentración es inferior a 30 pmol/L. Mecanismos de acción del calcitriol El calcitriol tiene efectos mediados por cambios en la transcripción génica (genómicos) y por receptores de membrana. El calcitriol actúa sobre receptores intranucleares que, al ligarse a la hormona, aumentan la expresión de ciertos genes y reducen la de otros (Fig. 26). El receptor para vitamina D (VDR) está unido a un inhibidor, que se desplaza cuando el VDR liga calcitriol. En el núcleo, el VDR forma un complejo con un receptor para retinoides (RXR) y otras proteínas, y aumenta la expresión de algunos genes, mientras que reduce la de otros. Se ha identificado aprox. 50 genes cuya transcripción es regulada por calcitriol. Hay VDR en intestino, hueso, riñón y glándulas paratiroides. También en el sistema inmune (bazo, timo, linfocitos T y B), el músculo esquelético, cardíaco y liso, el aparato reproductivo, el sistema nervioso, la piel, el hígado, el pulmón y varias glándulas endocrinas. No es claro el papel fisiológico del calcitriol en estos tejidos y órganos. No obstante, se sabe que promueve la diferenciación celular (efecto anticanceroso) y regula el sistema inmune: función de los linfocitos T y APC, aumento inmunidad innata y promoción de la diferenciación de promielocitos a monocitos u osteoclastos. El calcitriol previene la diabetes tipo 1 y otras autoinmunes, y reduce la expresión del gen de renina, lo cual puede ser importante para prevenir la hipertensión arterial. Como para la aldosterona y los estrógenos, el calcitriol tiene asimismo acciones no genómicas mediante receptores de membrana acoplados a adenilato ciclasa y a kinasa dependiente de calmodulina. Estos receptores median las acciones rápidas del calcitriol sobre osteoblastos y enterocitos (células de la mucosa intestinal). El calcitriol es crucial para regular la calcemia y la mineralización ósea. Sus principales efectos se ejercen sobre el intestino, el hueso y el Fig. 25: Síntesis endógena de calcitriol. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 16 riñón. El déficit de calcitriol produce falta de mineralización del osteoide, que causa raquitismo en niños y osteomalacia en adultos. Efectos sobre el intestino La acción antirráquítica del calcitriol se debe a su capacidad de incrementar la absorción intestinal de Ca2+ (Fig. 27). En los enterocitos estimula la síntesis de calbindinas, proteínas que fijan 2 (calbindina 9K) o 4 (calbindina 28K) iones Ca2+. Además, el calcitriol aumenta la concentración de la Ca2+,H+-ATPasa y del intercambiador Ca2+/3 Na+, responsables de transferir Ca2+ desde el enterocito hacia el intersticio intestinal. También aumenta la incorporación de Ca2+ de la luz intestinal al enterocito por un mecanismo no genómico mediado por canales de Ca2+ de la membrana apical. El calcitriol estimula débilmente la absorción intestinal de fosfato. Efectos sobre el hueso El calcitriol posee acciones permisivas y sinérgicas con la PTH. Los osteoblastos (pero no los osteoclastos) poseen receptores para calcitriol, que estimula la formación de osteoide y su mineralización. También hace que los osteoblastos segreguen factores de diferenciación que estimulan la diferenciación de macrófagos en osteoclastos, que producen resorción ósea. El resultado es un aumento del recambio óseo. Por su efecto sobre la absorción intestinal de calcio, el calcitriol es imprescindible para la mineralización normal del osteoide. Efectos sobre el riñón Además de inhibir su propia síntesis, el calcitriol aumenta la reabsorción de fosfato en el túbulo proximal (este efecto es opuesto al de la PTH). También promueve la reabsorción de Ca2+ mediada por PTH en la rama ascendente gruesa del asa de Henle, por aumento de síntesis de calbindinas. CALCITONINA Es un péptido de 32 aminoácidos sintetizado en las células parafoliculares (células C) de la tiroides. Su vida media plasmática es de aprox. 10 min. La calcitonina es degradada principalmente en los riñones, y puede elevarse en la insuficiencia renal. La calcitonina actúa sobre receptores de superficie acoplados por una proteína Gs a la adenilato ciclasa. El principal estímulo para su secreción es el aumento del Ca2+ plasmático. Otros estímulos son hormonas digestivas (gastrina, secretina y colecistokinina) y otras como glucagon, estrógenos, dopamina y agonistas β-adrenérgicos. Se desconoce la función precisa de la calcitonina en el adulto, ya que su ausencia no produce enfermedad. Cuando se extirpa la tiroides Fig. 26: Mecanismo de acción genómico del calcitriol. RXR, receptor X para retinoides; RNAP, polimerasa de ARN; TF, factores de transcripción (IIB y IID). De DeLuca HF, Am J Clin Nutr 80 (Suppl): 1689S-1696S, 2004. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 17 es necesario reemplazar las hormonas tiroideas pero no la calcitonina. Como reduce la calcemia (y la fosfatemia), se postula que el principal papel de la calcitonina se cumpliría en el lactante, cuando la incorporación del calcio lácteo tendería a aumentar excesiva y abruptamente la calcemia. El principal tejido blanco de la calcitonina es el hueso. También se ha descrito efectos sobre el riñón, pero son poco importantes. Acciones sobre el hueso. El efecto de la calcitonina se ejerce principalmente sobre osteoclastos, que poseen receptores para ella. La calcitonina inhibe la resorción ósea mediada por osteoclastos. Disminuye la diferenciación de precursores osteoclásticos y la actividad de los osteoclastos maduros. En forma opuesta a la PTH, la calcitonina inhibe la osteólisis osteocítica. La calcitonina no tiene una acción directa evidente sobre la formación de hueso, pero, dado que inhibe su resorción, se la ha empleado en el tratamiento de la osteoporosis, especialmente en las vértebras. En la Fig. 28 se resumen la regulación hormonal de la calcemia. EL SISTEMA FGF23-KLOTHO: REGULADOR HORMONAL DE LA FOSFATEMIA Hasta hace pocos años, el modelo aceptado para la regulación del recambio de fosfato incluía fundamentalmente la PTH y el calcitriol. Hoy se sabe que existe una tercera hormona, el factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF23), que tiene Fig. 27: Acciones del calcitriol que promueven la absorción intestinal de Ca2+. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 18 un papel central en la regulación de la fosfatemia. Existe una serie de condiciones asociadas con un recambio alterado de fosfato que se han vinculado con este nuevo sistema hormonal. FGF23 El FGF23 es un miembro de la familia de 22 factores de crecimiento fibroblásticos numerados 1 a 23 (el FGF15 no existe en el ser humano). Muchos de estos factores actúan de manera paracrina. No obstante, el FGF23 cumple funciones endocrinas. En esto se asemeja a otros FGF propios de los vertebrados, como FGF19 y 21. El principal sitio de producción de FGF23 es el hueso, donde es secretado por osteoblastos y osteocitos. Por supuesto, esto significa que el hueso también es un órgano endocrino. Los principales efectos del FGF23 se ejercen sobre el riñón, donde produce fosfaturia e inhibe la síntesis de calcitriol. La comunicación entre hueso y riñón cumple al menos dos papeles fisiológicos: 1. Proporcionar una señal fosfatúrica para coordinar la conservación renal de fosfato con el flujo de fosfato en el hueso. 2. Generar una señal hormonal que limita la producción de calcitriol y por tanto protege contra su potencial exceso. El gen de FGF23 posee 8.5 kB y está en el cromosoma 12. Codifica una cadena de 251 aminoácidos (Fig. 29 A) de la cual luego se escinden 24 (secuencia de señal). El extremo N- terminal (residuos 25 a 175) es una región de homología de los FGF. La región C-terminal (residuos 180-251) es la que se une al receptor para FGF. Los aminoácidos 176 a 179 son la región donde el FGF23 es degradado en circulación.Está pàrcialmente protegida por glicosilación. La glicoproteína circulante tiene 32 kDa y es la forma activa de la hormona. Klotho Los FGF de naturaleza endocrina se unen débilmente a los receptores específicos. La afinidad por los receptores es aumentada por proteínas que actúan como cofactores y son codificadas por genes llamados Klotho. El nombre proviene de la mitología griega: Las tres hijas de Zeus y Temis llamadas las Moiras (o Parcas por los romanos), tenían en sus manos el destino de los seres humanos. De ellas, Cloto era la más joven, la que sostenía la rueca que hilaba las vidas y decidía sobre el nacimiento y la muerte. Los ratones con supresión de ambos alelos del gen conocido como α-Klotho tenían una menor sobrevida y desarrollaban precozmente condiciones asociadas con el envejecimiento, como arteriosclerosis, atrofía de la piel, hipogonadismo, osteoporosis, enfisema pulmonar y enfermedades neurodegenerativas. Por el contrario, la sobreexpresión del gen prolonga la vida de los animales. Por tanto, se presumía que los genes Klotho tenían el efecto de prolongar la vida y retardar el envejecimiento. El gen de Klotho se encuentra en el cromosoma 13 y codifica una proteína de membrana (abreviada mKL) de 1014 aminoácidos, que tiene una corta secuencia intracelular y dos dominios extracelulares llamados KL1 y KL2. Además de esta forma, Klotho existe en formas solubles: una forma trunca por empalme alternativo que sólo tiene KL1 (sKL) y otra forma más larga que se Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 19 desprende de la membrana (cKL); Fig. 29 B. La forma unida a la membrana (mKL) funciona como cofactor del receptor para FGF23. La deficiencia de Klotho ocasiona un fenotipo muy similar al de la deficiencia de FGF23, caracterizado por hiperfosfatemia, hipofosfaturia y exceso de calcitriol. El sKL mismo tiene efectos diversos, aunque se desconoce si posee un receptor específico. Parte de sus acciones parecen deberse a que posee actividad enzimática que modifica los residuos hidrocarbonados de diversos receptores y canales iónicos. Entre los efectos observados, están los siguientes: 1. Inhibe la autofosforilación inducida por unión al ligando de receptores para insulina e IGF- 1 (hay que notar que la regulación en menos de la vía de IGF-1 prolonga la vida en ratones y humanos). 2. Inhibe la internalización del canal TRPV5, principal responsable de la reabsorción transcelular de Ca2+ en el túbulo contorneado distal (ver FUNCIÓN TUBULAR RENAL), y de TRVP6, que se expresa en el epitelio intestinal y la glándula mamaria. 3. El sKL también inhibe la internalización del canal de potasio ROMK, que en el asa de Henle favorece la secreción de K+ e indirectamente la reabsorción de Na+, Ca2+ y Mg2+ y de Na+ en el túbulo colector. En el contexto de la regulación de la fosfatemia, la importancia de Klotho radica en que mKL es un cofactor necesario para la unión de FGF23 a sus receptores y la consecuente activación de éstos (Fig. 29 C). Klotho se expresa principalmente en el túbulo contorneado distal y en los plexos coroideos.1 Hay menor expresión en el músculo esquelético, la aorta, la vejiga, el colon y varias glándulas: hipófisis, paratiroides, gónadas, páncreas y placenta. Efectos del sistema FGF23/Klotho El riñón parece ser el principal órgano relacionado con la acción fisiológica de FGF23 (Fig. 30). La deficiencia de FGF23 causa hiperfosfatemia, exceso de calcitriol plasmático y calcificación de tejidos blandos. El exceso se caracteriza por hipofosfatemia, bajo calcitriol, reducción del crecimiento y raquitismo u osteomalacia. El FGF23 secretado por osteoblastos y osteocitos produce un aumento de la fosfaturia. El fosfato se reabsorbe mayormente en el túbulo proximal por vía transcelular. El paso limitante es el ingreso del anión por la membrana apical, el cual es mediado por varios contransportadores dependientes de Na+. FGF23 reduce o suprime la expresión de dos de estos transportadores, NPT2a y NPT2c, de los cuales el primero es el más importante. Este efecto fosfatúrico es independiente del efecto sobre el calcitriol o la PTH. Tres de los cuatro receptores para FGF (FGFR) se expresan en el riñón. Estos receptores activan diversas vías de señalización entre ellas kinasas MAPK y ERK. De los cuatro receptores, el FGFR1 es el más importante para el efecto fosfatúrico de FGF23. Independientemente del efecto fosfatúrico, el FGF23 también reduce la síntesis y aumenta la degradación del calcitriol, pues inhibe la 1-α hidroxilasa (el citocromo CYP27b1) mientras que activa la 24-a hidroxilasa (CYP24a1). Por tanto, reduce la síntesis de 1,25- dihidroxicolecalciferol y aumenta la síntesis de la forma inactiva 24, 25. El efecto sobre el calcitriol involucra principalmente receptores FGFR 3 y 4. 1 Se desconoce la función de Klotho en los plexos coroideos. No obstante, la concentración de sKL en el líquido cefalorraquídeo es elevada. Es mayor en jóvenes que en ancianos, en varones que en mujeres, y en sujetos normales que en pacientes con enfermedad de Alzheimer. Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 20 La menor producción de calcitriol reduce la absorción intestinal y (además del efecto directo de FGF23) la reabsorción renal de fosfato. Además de los efectos renales, FGF23 inhibe la expresión y secreción de PTH en las glándulas paratiroides, aunque se desconoce si esta acción tiene importancia fisiológica. Regulación de FGF23 El principal factor sistémico que regula la síntesis de FGF23 es el calcitriol, cuya administración exógena estimula la liberación de FGF23. De este modo se cierra una clásica asa de retroalimentación negativa: El calcitriol estimula la liberación de FGF23, el cual reduce la producción renal de calcitriol. El exceso de fosfato y la PTH también estimulan la secreción de FGF23, pero los efectos son mucho menores que los del calcitriol. Otros posibles reguladores son la leptina (hormona producida por los adipositos) y los estrógenos. Adicionalmente, ciertas proteínas que se expresan en las células óseas (PHEX y DMP1) pueden ser reguladores locales de la secreción de FGF23, pero su papel no es claro aún. El descubrimiento del sistema FGF23/Klotho proporciona un cuadro más completo de la regulación de la calcemia y fosfatemia (Fig. 31). Fosfato y longevidad Dado que FGF23 en presencia de Klotho reduce la fosfatemia, mientras que Klotho prolonga la vida, es interesante notar que se ha observado una relación inversa entre los niveles plasmáticos de fosfato y la duración promedio de la vida. El exceso de fosfato podría vincularse con una reducción del tiempo de vida por diversos mecanismos aún hipotéticos, como aumento de la señalización por insulina e IGF-1 y mayor daño oxidativo. Aunque la conexión exacta se desconoce, el hecho es que una valoración de la fosfatemia y el tiempo de vida de 14 especies diferentes de mamíferos – Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 21 desde ratones hasta elefantes, incluyendo al ser humano – muestra una correlación negativa altamente significativa entre ambas variables, relación que no existe para la calcemia (Fig. 32). ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HUESO La integridad funcional del hueso puede afectarse en diversas enfermedades. La más común es la osteoporosis (OP) que es una condición donde se reduce la masa (cantidad) y se deteriora la micro- arquitectura (calidad) del hueso, resultando en fracturas por fragilidad (Fig. 33). Los principales factores de riesgo de OP son la edad avanzada, el sexo femenino (80 % de los pacientes son mujeres), el sedentarismo y la escasez de calcio y vitamina D. La fractura es la expresión clínica de la enfermedad. La fractura osteoporótica se produce con mayor frecuencia en vértebra, cadera o muñeca,aunque puede afectar otros huesos como húmero, tibia, calcáneo o costilla. Para prevenir la fractura existen diversas terapias si se realiza un diagnóstico precoz. La prueba diagnóstica recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la densitometría ósea de columna, fémur proximal o radio, que mide la cantidad de mineral por un método cuantitativo llamado DXA (absorciometría de rayos X de dos energías). El valor obtenido se compara con el del adulto joven del mismo sexo y el resultado se expresa en unidades de desvío estándar (T-score). Se considera que hay baja masa ósea si T está entre – 1.1 y – 2.4, y osteoporosis si T es menor de – 2.5 (Fig. 34). Los criterios de la OMS se aplican estrictamente a mujeres posmenopáusicas y, por extensión, a varones mayores de 50 años. Para saber si la OP se asocia con disminución de la formación, aumento de la resorción, o ambos (lo cual orientará la terapia) se pueden emplear indicadores bioquímicos: De formación: Fosfatasa alcalina ósea, osteocalcina, o subproductos de la síntesis de Hueso, calcio y fósforo Dr. Fernando D. Saraví 22 colágeno tipo I llamados PINP y PICP (en plasma). De resorción: Productos de degradación del colágeno tipo I, como telopéptidos N y C en suero u orina, deoxipiridinolina urinaria, fosfatasa ácida ósea (TRAP) en suero. También pueden incluirse otras pruebas que se mencionan abajo, que en general son normales en la OP (a excepción de la calciuria). La disfunción de la glándula paratiroides es otra causa frecuente de alteración del metabolismo fosfocálcico. El hipoparatiroidismo causa hipocalcemia, que puede manifestarse por espasmos musculares espontáneos o provocados (signos de Chvostek y de Trousseau), parestesias, debilidad, arritmias cardíacas, y convulsiones. Los huesos son frágiles y puede haber dolor óseo. El exceso de función o hiperpara- tiroidismo (HPT) se clasifica en primario, secundario y terciario. El HPT primario es común en mujeres posmenopáusicas y se debe a un adenoma o hiperplasia de las paratiroides. Puede ser asintomático y se detecta por hipercalcemia (generalmente con hipofosfatemia). En casos más severos, causa fragilidad ósea, litiasis renal (cálculos de oxalato de calcio), calcificaciones ectópicas, arritmias cardíacas y trastornos de la conciencia. En el HPT secundario, el exceso de función se debe a alguna enfermedad que causa hipocalcemia, como la osteomalacia y la insuficiencia renal crónica. En ocasiones, un paciente con HPT secundario desarrolla hiperplasia de las glándulas, y cuando se corrige la causa de la hipocalcemia, desarrolla hipercalcemia (HPT terciario). En el estudio de laboratorio debe determinarse calcio, fósforo, magnesio, creatinina, PTH y calcidiol en plasma y calciuria de 24 h.
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