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El ojo como instrumento óptico 
 
Dr. Fernando D. Saraví 
 
La luz visible es una radiación electromagnética de longitudes de onda () en el vacío comprendidas 
entre 400 (violeta) y 700 (rojo) nanometros,. Para muchos fines, la luz puede considerarse como 
compuesta por rayos, que son líneas perpendiculares al frente de onda y se propagan en forma rectilínea 
en medios homogéneos. La óptica geométrica estudia el comportamiento de los rayos. Para aplicar sus 
principios debe cumplirse que: a) Los rayos viajen por un medio homogéneo, sin obstáculos de tamaño 
próximo a  , y b) se descarten los efectos producidos por los bordes de los obstáculos (difracción). 
La velocidad de la luz en el vacío es c = 3 x 10
8
 m/s (300 000 Km/s). En el aire posee un valor 
muy semejante. Otros medios transparentes, como agua o vidrio, poseen una mayor densidad óptica 
(DO) y en ellos la velocidad de la luz es menor. Cuando pasa de un medio a otro de diferente DO, un 
rayo varía su velocidad en módulo y dirección; además, es en parte reflejado. Considérese una superficie 
plana que separa dos medios A y B (Fig. 1). Si la DO es mayor en el medio B, el rayo en parte se 
reflejará hacia A y en parte se transmitirá, desviado, en B; este último fenómeno es la refracción. El 
rayo reflejado forma con la normal al plano un ángulo igual al ángulo que forma con la normal el rayo 
incidente (1). El índice de refracción n de un medio está dado por la relación entre c y la velocidad de la 
luz v en dicho medio: n = c/v. Para el aire n = 1.00; para el agua 1.33; para el vidrio común 1.50 y para 
el vidrio pesado (Flint) 1.89. En realidad, el grado de refracción varía con la  de la luz incidente, por lo 
que estos índices representan valores medios (ver Aberración cromática). 
 
LEYES DE LA REFRACCIÓN 
Primera ley: El rayo refractado se halla en el 
mismo plano que el rayo incidente y la normal 
al punto de incidencia (el rayo reflejado 
también). 
Segunda ley (de Snell): El producto del índice 
de refracción del medio por el que viaja el rayo 
incidente por el seno del ángulo que forma con 
la normal al plano de interfase, es igual al 
producto del índice de refracción del otro medio 
por el seno del ángulo que forma el rayo 
refractado con la normal. En la Fig. 1, nA sen 1 = nB sen 2. Si A es aire, nA = 1.00 y nB = sen 1 / sen 
2. Si el rayo fuera de B hacia A, se refractaría siguiendo el mismo camino en sentido opuesto. Este es el 
principio de reversibilidad del camino óptico. 
 
LENTES 
Una lente es un sistema óptico con una o más superficies refractivas 
que poseen un eje común. Una lente es esférica cuando una o ambas 
de sus caras corresponden a un casquete de esfera. Si el espesor del 
centro de la lente es mayor que el del borde, es una lente convergente 
(positiva). Si el espesor del borde es menor que el del borde, es una 
lente divergente (negativa). 
En el aire los rayos se refractan en las dos superficies de la 
lente. No obstante, en las lentes delgadas (definidas más abajo) se 
considera que la refracción ocurre en un solo plano del centro de la 
lente, llamado plano principal. El eje de la lente es la recta que pasa 
por el centro de curvatura, normal al plano principal. El punto donde el 
eje y el plano se cortan es el centro óptico (punto nodal). 
En la Fig. 2 A se muestra la marcha de tres rayos que inciden 
paralelos sobre una lente convergente delgada. El rayo central pasa por 
el centro óptico, y no sufre desviación. Los otros dos se refractan, de modo que los tres rayos se cruzan 
en un punto del eje de la lente denominado punto focal secundario, a una distancia f del plano principal, 
llamada longitud focal imagen. Si se coloca una fuente puntual de luz a una distancia f por delante del 
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plano principal, en el llamado punto focal primario, los rayos divergentes se refractan de modo que 
emergen paralelos (Fig. 2 B). La potencia de una lente es mayor cuanto menor es su distancia focal f. La 
potencia en dioptrías (D) es la inversa de la distancia focal en metros. Por ejemplo, si f = 0.1 m, la 
potencia es de 10 D. 
 Formación de imágenes. En la Fig. 3 se muestra 
la formación de una imagen para una lente convergente 
de distancia focal f . Los rayos que pasan por el punto 
nodal (centro óptico) no se desvían. El rayo que pasa por 
el punto focal primario se refracta paralelo al eje 
principal. El rayo que viaja paralelo al eje principal se 
refracta pasando por el punto focal secundario. La 
relaciones entre f y las distancias al objeto (Do) y a la 
imagen (Di) son: 1/f = 1/Do + 1/Di. La relación entre la 
altura del objeto (Ho) y la imagen (Hi) es la 
magnificación m = Hi/Ho = - Di/Do. El signo negativo indica aquí que la imagen está invertida. 
La imagen formada en este caso es menor que el objeto, invertida y real (puede verse si se coloca 
una pantalla en el plano donde se forma la imagen). Se llama real a la imagen formada por la 
intersección de los rayos. En cambio, es virtual la imagen formada por la intersección de las 
prolongaciones de los rayos. En general, se forman imágenes reales cuando los rayos convergen luego 
de atravesar la lente, y virtuales cuando los rayos divergen luego de atravesar la lente. 
Las lentes convergentes forman imágenes virtuales (gris) cuando 
el objeto se halla a menos de una distancia focal; en este caso la 
lente funciona como una lupa (Fig. 4). La imagen es mayor, 
derecha y se forma mayor distancia. 
Las lentes divergentes sólo forman imágenes virtuales. El rayo 
que viaja por el eje óptico no se desvía. Los rayos que inciden 
paralelos al eje óptico se refractan de modo que sus 
prolongaciones pasan por el punto focal primario (Fig. 5 A). La 
imagen menor, derecha y virtual (gris) formada en una lente 
divergente se muestra en la Fig. 5 B. 
Cuando se asocian dos lentes delgadas en estrecha aposición, la potencia 
del conjunto DT es igual a la suma algebraica de las potencias de cada 
lente: DT = D1 + D2, o empleando las distancias focales, 1/ fT = 1/ f1 + 1/ 
f2. D es positiva para una lente convergente y negativa para una lente 
divergente. 
 Una lente es delgada cuando su espesor es despreciable con 
respecto a su longitud focal. Si esta condición no se cumple, la lente es 
gruesa. En una lente gruesa deben considerarse dos planos principales, 
cada uno con su punto principal. Fuera del eje óptico, existe solamente un 
rayo que emerge paralelo al rayo incidente. El punto nodal primario N 
está en la intersección de la prolongación del rayo incidente con el eje 
óptico, y el punto nodal secundario N’ donde la prolongación del rayo 
emergente intersecta el mismo eje (Fig. 6). Cada punto nodal coincide 
con el respectivo punto principal cuando la lente está en un medio homogéneo (p. ej., aire). 
 
PROPIEDADES ÓPTICAS DEL OJO HUMANO 
El ojo puede considerarse una lente gruesa con medios transparentes 
con diferentes índices de refracción, dispuestos en serie entre el aire y la 
retina (Fig. 7). Estos índices son 1.38 para la córnea, 1.34 para los 
humores acuoso y vítreo, y 1.42 para el cristalino. La córnea es una 
lente convexa por fuera y cóncava por dentro, el cristalino una lente 
biconvexa, y el humor vítreo una lente biconvexa. Aunque el cristalino 
posee el mayor índice, la magnitud de la refracción es máxima en la 
córnea, debido a que la diferencia de n entre ésta y el aire es mayor que 
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entre el humor acuoso y el cristalino. La potencia de la córnea en el aire es de aprox. 40 D, cerca del 
doble que el cristalino (¿puede explicar por qué no vemos con nitidez cuando abrimos los ojos en el 
agua?). 
 Para simplificar el análisis de las 
propiedades ópticas del ojo puede 
recurrirse a modelos llamados ojos 
reducidos. En la Fig. 8 se muestra un 
ojo reducido, diseñado en la Universidadde Indiana. En él los ejes óptico 
(anatómico), visual para visión lejana y 
de fijación para visión próxima son 
coincidentes. Toda la refracción ocurre 
en la interfase aire-córnea. El índice de 
refracción del interior del ojo es 
uniforme e igual al del agua (1.333). La 
distancia focal anterior (F) es aquella a la 
cual los rayos de una fuente puntual 
ingresan paralelos, y es de 16.67 mm. La 
distancia focal posterior (F’) es aquella a 
la cual convergen los rayos que ingresan paralelos, y es de 22.22 mm (Fig. 9). La diferencia se debe al 
mayor índice de refracción del interior del ojo: 22.22 mm /1.333 = 16.67 mm. 
 
 
La potencia de este ojo reducido es de 1/0.01667 m = 60 D (se emplea la distancia focal anterior 
pues por convención la potencia de una lente se expresa según su valor en el aire). Su plano principal se 
encuentra inmediatamente detrás del iris, y el punto nodal está a 5.55 mm de la córnea. 
 
FORMACIÓN DE LA IMAGEN EN LA RETINA 
Se considera que los rayos procedentes de un objeto llegan paralelos entre sí cuando el objeto está a 6 m 
o más del ojo. El objeto forma en la retina una imagen real, menor e invertida (Fig. 10). Cuando el ojo 
normal observa un objeto lejano, los rayos provenientes del objeto llegan casi paralelos (en la figura se 
muestran convergentes por una cuestión de escala). Simplificaremos el análisis mediante el uso de los 
triángulos rectángulos ABN y 
abN, que se refieren a la mitad 
superior del árbol. La altura de 
la imagen en la retina es 
directamente proporcional a la 
altura del objeto e inversamente 
proporcional a la distancia a la 
que se encuentra. Se cumple 
que: AB/ab = AN/Na. El 
cociente entre la altura del 
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objeto (AB) y la altura de la imagen (ab) es igual a la distancia entre A y el punto nodal N dividida la 
distancia entre el punto nodal N y la retina a. Por ejemplo, si la mitad superior del árbol mide 18 m y se 
encuentra a 1.2 km, la altura de la imagen en el ojo reducido (aN = 0.01667 m) será: 18 m . 0.01667 m/ 
1200 m = 0.00025 m ó 0.25 mm (aproximadamente el diámetro de la fóvea). 
 Desde el punto de vista de la percepción es interesante notar que, aunque la imagen se forma en 
la retina, es referida al espacio externo al sujeto. Además, la imagen invertida se percibe como derecha. 
La interpretación correcta de la imagen depende en parte de las propiedades neurofisiológicas del sistema 
visual y en parte del aprendizaje. 
 
AGUDEZA VISUAL 
La agudeza es una medida la capacidad de resolución espacial 
del sistema visual. La agudeza visual (AV) puede definirse 
como la capacidad de diferenciar dos estímulos separados por 
un ángulo determinado. Se considera normal la AV que 
distingue estímulos separados por un ángulo de 1’ en 
condiciones adecuadas de iluminación y contraste (Fig. 11 A). 
 La AV es máxima en la fóvea y es mucho menor en 
regiones periféricas de la retina, pues depende de la función de 
los conos (ver Retina). Teóricamente, para distinguir dos puntos 
como diferentes entre sí, es necesario que se estimulen dos 
conos separados por un tercer cono no estimulado. 
Una forma común de medir la AV es mediante una 
cartilla de Snellen (Fig. 11 B). Sus letras, llamadas optotipos, 
están construidas de modo que su altura subtienda un ángulo de 
5’ a una distancia determinada. La AV se determina por 
separado para cada ojo (cubriendo el otro). La cartilla se coloca 
a una distancia que no requiere acomodación (20 pies ~ 6 m). La 
determinación se realiza con el ojo desnudo y luego de corregir, 
mediante lentes, cualquier defecto de refracción. 
La AV puede expresarse en fracciones. Una visión 
20/20 (ó 6/6 en m) significa que el ojo discrimina a esa 
distancia lo mismo que el ojo normal. Una visión 20/70 significa que el ojo discrimina a 20 pies (6 m) lo 
que un ojo normal discriminaría a 70 pies (21 m). La AV puede también expresarse mediante decimales; 
así, 20/20 = 1.0; 20/40 = 0.5 y 20/200 = 0.1. Un sujeto con AV menor de 20/40 (con corrección mediante 
lentes) no es apto para conducir. Una AV de 20/200 o menor corresponde a ceguera desde el punto de 
vista legal. Algunas personas tienen una AV superior a 20/20, por ejemplo 20/15 si discriminan a 20 pies 
lo que el ojo “normal” distingue a 15 pies. Una AV superior a 20/15 es excepcional. 
 
FUNCIÓN DEL IRIS 
El iris es el diafragma que delimita la pupila. Tiene un diámetro de 
12 mm y posee dos músculos, uno radial, cuya contracción aumenta 
el diámetro de la pupila (midriasis), y otro circular, cuya 
contracción reduce el diámetro pupilar (miosis). El músculo radial 
(dilatador) está inervado por el sistema simpático y el circular 
(constrictor) por el parasimpático. Por tanto, la estimulación 
simpática causa midriasis y la estimulación parasimpática provoca 
miosis. Una función del iris es regular la cantidad de luz que 
ingresa al ojo, dependiendo de la iluminación: la pupila se dilata en 
la oscuridad y se contrae ante la luz intensa. El diámetro de la pupila 
oscila entre 1.5 mm con miosis máxima y 8 mm con midriasis 
máxima. 
Una segunda función del iris es mejorar la calidad de la 
imagen retiniana en condiciones de buena iluminación, debido a la 
eliminación de aberraciones de los rayos más periféricos. En 
efecto, sólo los rayos próximos al eje óptico (paraaxiales) se 
refractan siguiendo con gran aproximación los trayectos descritos 
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para lentes delgadas. Si una lente delgada se ilumina con luz monocromática, los rayos más periféricos 
sufren mayor refracción que los rayos paraxiales, de modo que el conjunto no hace foco en un punto; 
esto se denomina aberración esférica (Fig. 12). Cuando se emplea luz blanca (policromática), los rayos 
periféricos con diferentes longitudes de onda  sufren grados diversos de refracción: los de menor  
(violeta) se refractan más que los de mayor  (rojo). Se produce una dispersión de colores similar a la 
observada en un prisma, llamada aberración cromática (Fig. 12). 
 En el ojo, las aberraciones esférica y cromática se reducen porque la córnea tiene menor radio de 
curvatura en su contorno que en su centro. Esto es importante cuando la pupila está dilatada. Cuando 
existe miosis, las aberraciones son minimizadas debido a que el iris detiene los rayos más periféricos. 
 
ACOMODACIÓN PARA LA VISIÓN CERCANA 
Cuando el objeto observado se halla a menos de 6 m, el poder refractivo del ojo debe aumentar para 
poder enfocarlo. Dicho aumento del poder refractivo se denomina acomodación y es debido a 
disminución de los radios de curvatura del cristalino, sobre todo de su cara anterior. Cuando se mira a 
la distancia, el cristalino está tenso por la fuerza elástica del ligamento (zonula) que lo une en todo su 
contorno al cuerpo ciliar (Fig. 13 A). 
La acomodación se 
produce al contraerse el 
músculo ciliar, que tracciona la 
coroides hacia el eje del ojo y 
reduce la tensión del ligamento. 
Esto permite que el cristalino, 
por su propia elasticidad, adopte 
una forma más esférica, 
especialmente en su cara 
anterior (Fig. 13 B). El músculo 
ciliar es activado por el sistema 
parasimpático. Cuando se 
produce acomodación el 
parasimpático también contrae el esfínter del iris, lo que produce miosis. Como se vio, la miosis reduce 
la aberración cromática y esférica de la imagen para objetos próximos. 
La acomodación puede objetivarse mediante las imágenes descritas por Jan Evangelista Purkinje 
(1787-1869). Si en un ambiente oscuro se ilumina el ojo con una vela colocada a un lado, se observan 
tres reflexiones. En la Fig. 14 A se muestran dichas imágenes con una vela colocada a la izquierda del 
ojo izquierdo. La imagen derecha más próxima a la vela es la más brillante, y corresponde a la reflexión 
en la córnea. La segunda imagen, también derecha, es mayor peromás tenue. Es la reflexión en la 
interfase entre el humor acuoso y la cara anterior del cristalino. La tercera imagen, más lejana y pequeña, 
está invertida y se produce en la interfase entre la cara posterior del cristalino y el humor vítreo. En la 
Fig. 14 B se esquematizan las reflexiones. Al producirse la acomodación, la cara anterior del cristalino se 
aproxima a la córnea, de modo que la segunda reflexión se hace más pequeña y se acerca a la primera 
(d’, línea de guiones). 
 La acomodación 
aumenta el poder refractivo del 
ojo de manera variable según la 
distancia al objeto cercano que 
se desee enfocar. El punto 
próximo es el punto del eje 
óptico más cercano al ojo en el 
cual es posible enfocar. Cuanto 
menor es su valor, mayor es la 
capacidad de acomodación. 
Esta capacidad es máxima en los niños, y se reduce con la edad. En ojos sin defectos de refracción, el 
punto próximo es de 10 cm entre los 10 y los 20 años, lo que corresponde a un aumento de la potencia de 
10 D. Aumenta a 25 cm entre los 20 y los 40 años (4 D), y luego crece más rápidamente hasta alcanzar 
un valor estable próximo a 100 cm a los 60 años (1 D). La pérdida del poder de acomodación después de 
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los 40 años se denomina presbicia (del griego presbys, anciano). Debido a la presbicia, las personas 
mayores necesitan anteojos con lentes convergentes para leer, y en general, ver con nitidez de cerca. 
 
DEFECTOS DE REFRACCIÓN COMUNES: MIOPÍA, HIPERMETROPÍA Y ASTIGMATISMO 
Además de la presbicia, que es normal con el envejecimiento, son comunes los defectos refractivos 
llamados miopía, hipermetropía y astigmatismo. En la miopía y la hipermetropía, hay una falta de 
correspondencia entre el poder de refracción del ojo y la longitud anteroposterior del globo ocular. 
En la miopía, el poder refractivo en reposo es excesivo para el largo del ojo, y los rayos paralelos 
hacen foco antes de llegar a la retina (Fig. 
15 A). La miopía se corrige mediante una 
lente negativa que hace divergir los rayos 
paralelos, que al ser nuevamente 
refractados pueden entonces enfocarse en 
la retina (Fig. 15 B). En la hipermetropía, 
el poder refractivo es insuficiente para el 
largo del globo ocular, de modo que los 
rayos paralelos se enfocarían en un punto 
por detrás de la retina (Fig. 15 C). Para 
corregir la hipermetropía se usa una lente 
positiva que hace converger rayos 
paralelos (Fig. 15 D). 
 En el astigmatismo o astigmia, el 
defecto consiste en que la distancia focal 
del ojo no es única, sino distinta para 
diferentes meridianos de la córnea. Existen numerosas formas de astigmatismo, de las que sólo se 
describirá la más común: la curvatura de la córnea es diferente en el plano vertical que en el horizontal. 
La córnea se parece a un casquete de un elipsoide en lugar de ser un casquete de esfera perfecto. Aunque 
90 % de las personas tiene astigmatismo, sólo algunas el defecto requiere corrección. 
En una córnea astigmática, los rayos que inciden en el plano de mayor curvatura se refractan más 
y por tanto se enfocan en un punto más cercano del eje óptico que los rayos que inciden en el plano 
perpendicular al anterior, de menor curvatura. Por tanto, existen dos focos principales, uno para cada 
plano (Fig. 16 A). En el astigmatismo más común, llamado “según la regla”, los rayos del plano vertical 
se refractan más que los del horizontal. En el primer foco, la imagen es un segmento horizontal (los rayos 
horizontales aún no se cruzan). En el segundo foco, la imagen es vertical, pues los rayos que se cruzaron 
en el primer foco ya están divergiendo. En un punto equidistante de ambos focos, la imagen es un círculo 
llamado círculo de menor confusión. Allí la AV del ojo astigmático sin corrección es máxima. 
 
 
Sin astigmatismo, las líneas y números de la Fig. 16 B se ven todos con igual nitidez. El ojo 
astigmático ve algunas líneas y números más nítidos que otros. Si se inclina la cabeza, se ven nítidos 
líneas y números que antes se veían borrosos (y los antes nítidos se tornan borrosos). 
 El astigmatismo se corrige con lentes cilíndricas. En una lente cilíndrica, uno de los radios de 
curvatura es infinito, y los rayos que pasan por el plano correspondiente no se desvían. Los que pasan por 
Fig. 15 
Fig. 16 
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7 
el plano con radio de curvatura finito convergen si la lente es positiva y divergen si es negativa. A una 
distancia focal de una lente cilíndrica positiva, los rayos paralelos convergen formando no un punto, sino 
una línea. En la Fig. 17 A se muestra que, según como se coloca la lente, las letras son ampliadas en su 
ancho (arriba) o en su altura (abajo). En el ojo de la Fig. 17 B, se forma un punto en la retina para los 
rayos en el plano vertical y detrás de la retina para los rayos en el plano horizontal. Con una lente 
cilíndrica positiva se logra que 
estos últimos hagan foco en la 
retina sin que se desvíen los 
rayos del plano vertical (Fig. 
17 C). Al prescribir una lente 
cilíndrica se debe indicar su 
potencia en D y su signo (como 
en las lentes esféricas para 
miopía o hipermetropía) y 
además el ángulo de 
inclinación en el plano frontal 
con el que debe colocarse el 
cilindro para corregir el 
astigmatismo. 
 Las gafas corrigen 
adecuadamente los defectos de refracción leves y moderados. Cuando se emplean gafas, el tamaño de la 
imagen se reduce en la miopía y se agranda en la hipermetropía. La distorsión es menor cuanto más cerca 
del ojo esté la lente. Frente a defectos severos, son preferibles las lentes de contacto, que se colocan 
directamente sobre la córnea (separadas de ésta por una delgada capa de secreción lacrimal) y minimizan 
el citado cambio de tamaño. Las lentes de contacto también son útiles para el astigmatismo, y cuando el 
defecto de refracción es muy diferente en un ojo que en el otro (anisometropía). Actualmente, muchos 
defectos severos de refracción se tratan mediante cirugía refractiva con láser. La deformación extrema 
de la córnea (keratocono) puede requerir un transplante. 
 
CAMPO VISUAL 
El campo visual es la región del espacio donde el ojo puede percibir la presencia de objetos o estímulos 
lumínicos. Se la ha definido como “una isla de visión rodeada de un mar de oscuridad”. El ojo normal 
puede detectar objetos situados hasta 60º del punto de fijación en sentido nasal, 90º a 100º en sentido 
temporal (lateral), 50º a 60º por encima y 70º a 75º por debajo de la horizontal (Fig. 18). 
 La determinación del campo visual se denomina campimetría o perimetría. El campo visual 
puede determinarse por varios métodos. En todos los casos se determina por separado para cada ojo: 
 
1. Confrontación. Durante el 
examen físico, el médico (cuyo 
campo se supone normal) se 
coloca enfrente del paciente y 
cierra un ojo (por ejemplo el 
izquierdo) solicitando al 
paciente que cierre el ojo 
opuesto (en el ejemplo el 
derecho). Ambos miran al 
frente, de modo que sus ojos 
abiertos se alinean. El médico 
aproxima un objeto pequeño y 
brillante (o luminoso) desde la 
periferia hacia el centro. El 
paciente debe indicar cuándo 
empieza a percibir el objeto. Si 
comienza a percibirlo al mismo 
tiempo que el examinador, el 
campo se considera normal. 
Fig. 17 
Fig. 19 Ojo derecho 
El ojo como instrumento óptico 
Dr. Fernando D. Saraví 
8 
Luego se repite la prueba para el otro ojo. La prueba de confrontación es sólo aproximada y sirve 
como método de rastreo para detectar defectos grandes. 
2. Prueba tangencial (Goldman). El paciente mira al centro de una pantalla con uno de sus ojos, 
mientras el otro está ocluído. Desde la periferia se aproxima una varilla con el extremo brillante. 
El paciente debe informar cuándo comienza a verla. El extremo se aproxima hasta el punto de 
fijación para detectar sectores ciegos del campovisual (escotomas). 
3. Prueba automatizada. Una prueba similar a la de Goldman puede realizarse mediante una 
computadora, que desplaza el punto luminoso en la pantalla. El paciente pulsa un botón cuando 
comienza a ver la luz y cuando deja de verla. La computadora traza el campo resultante. 
4. Prueba estática. Las pruebas anteriores se denominan cinéticas, porque el objeto a ser detectado 
se desplaza en el campo visual. Mediante un sistema computarizado también puede realizarse 
una prueba estática, donde el punto luminoso aparece en la pantalla en diferentes localizaciones 
pero no se desplaza. En este caso se varía la intensidad del punto luminoso para determinar los 
umbrales de detección. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La campimetría permite detectar diversas alteraciones del campo visual. Una de ellas es la 
presencia de escotomas. Existe un escotoma (zona ciega) fisiológico, que corresponde a la región de 
la retina donde se encuentra la papila. Otros escotomas son patológicos. Un escotoma es relativo si 
se conserva la visión pero con un umbral más alto que la región circundante de la retina. Es 
absoluto si la zona del escotoma es completamente ciega. 
Un escotoma central indica un proceso que afecta a la fóvea, como la degeneración macular. 
Otras enfermedades, como la coriorretinitis y el desprendimiento de la retina causan generalmente 
escotomas periféricos que no afectan la visión central. Esto también se produce en el glaucoma 
(hipertensión ocular) donde se va perdiendo la visión periférica. En etapas avanzadas, pero antes de 
perderse totalmente la vista, el paciente tiene “visión de túnel” (limitada a la región central del 
campo). 
Las alteraciones en el campo visual también pueden indicar procesos que afectan la vía óptica o 
la corteza visual (Fig. 19). El patrón de pérdida se relaciona con el nivel en el que se interrumpe la 
vía. Por ejemplo, un tumor que comprime el quiasma óptico causa pérdida de la visión en ambos 
sectores temporales del campo (hemianopsia bitemporal). 
Fig. 19

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