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33_SNerv_Organizacion_motora

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Dr. Fernando D. Saraví 
 
Los seres humanos actuamos sobre el medio que 
nos rodea mediante movimientos que son 
producidos por la actividad de los músculos 
esqueléticos. Estos movimientos pueden ser 
sutiles, como un leve cambio de expresión 
facial, o muy notorios, como el acto de patear 
una pelota. 
 
TIPOS DE MOVIMIENTO 
El repertorio de movimientos que puede realizar 
un ser humano es muy amplio. No obstante, 
existen tres tipos principales de movimientos 
mediados por los músculos esqueléticos: 
 
1. Movimientos reflejos 
2. Movimientos voluntarios 
3. Movimientos rítmicos 
 
Los movimientos reflejos son aquellos 
que frente a un estímulo que activa aferentes 
sensoriales, los cuales mediante la activación de 
circuitos espinales o del tallo cerebral, 
producen movimientos relativamente simples y 
estereotipados. Estos movimientos son 
involuntarios, aunque pueden ser modificados 
por la voluntad. Dos ejemplos bien conocidos 
son el reflejo miotático y el reflejo nociceptivo. 
 Los movimientos voluntarios se 
caracterizan por ser dirigidos hacia un objetivo 
y dependen principalmente de la corteza motora 
y los subsistemas que la regulan (ganglios de la 
base y cerebelo). Son regulados por señales 
aferentes y mejoran con la práctica, como 
resultado de mecanismos de anticipación (feed-
forward) y retroalimentación (feedback). Un 
ejemplo de anticipación es atrapar con la mano 
un objeto en el aire, lo cual requiere 
predicciones de la velocidad, aceleración, 
trayectoria e impulso del objeto, de la inercia 
del brazo y de las relaciones entre los distintos 
segmentos del miembro superior. Una vez que 
la mano contacta el objeto, se realizan ajustes 
por la información procedente de la periferia 
(retroalimentación). 
Los movimientos rítmicos se deben a 
la activación alternada de grupos de 
motoneuronas que interactúan entre sí mediante 
diferentes mecanismos, que en general 
involucran circuitos complejos a diferentes 
niveles de la médula espinal o el tallo cerebral. 
Son ejemplos la masticación y la marcha. Se 
inician voluntariamente pero una vez iniciados 
pueden continuar en forma automática, aunque 
están sujetos a regulación por señales aferentes 
de exteroceptores y propioceptores y pueden ser 
modificados voluntariamente, por ejemplo, para 
introducir correcciones en caso de detectarse un 
obstáculo durante la marcha. 
 
 
JERARQUÍA DEL CONTROL MOTOR 
La versatilidad de los sistemas motores para 
realizar una amplia variedad de movimientos 
depende de dos características. Una de ellas es 
la organización jerárquica, según la cual 
niveles sucesivos de control permiten planificar, 
iniciar y ejecutar tareas de complejidad 
creciente (Fig. 1). La segunda característica es 
que cada nivel recibe retroalimentación 
sensorial que puede procesar paralelamente con 
los otros niveles. Los tres niveles de control 
motor, en orden creciente de complejidad y 
jerarquía, son el de la médula espinal, el tallo 
cerebral y la corteza motora. A continuación se 
describen brevemente, ya que serán tratados con 
detalle en los siguientes capítulos. 
 
Nivel espinal 
Las motoneuronas alfa de la médula espinal son 
la vía final común en la cual desembocan todas 
las órdenes motoras para el cuerpo, ya sea que 
provengan de reflejos espinales, ejecución de 
Organización de los 
sistemas motores 
Posgrado-00
Sello
Organización de los sistemas motores 
Dr. Fernando D. Saraví 
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movimientos rítmicos o movimientos 
voluntarios. Las motoneuronas que inervan 
directamente los músculos se denominan 
motoneuronas inferiores. Las aferencias 
periféricas y las influencias descendentes desde 
niveles superiores pueden actuar sobre las 
propias motoneuronas, sobre interneuronas, 
sobre neuronas propioespinales, o sobre 
neuronas sensitivas de segundo orden que llevan 
la información a niveles superiores. Los 
circuitos espinales son capaces de mediar tanto 
reflejos como ciertos movimientos rítmicos que 
exigen coordinación –mediada por neuronas 
propioespinales – entre los miembros. 
 
Nivel del tallo cerebral 
El siguiente nivel jerárquico es el tallo 
cerebral. En el tallo cerebral hay motoneuronas 
inferiores (alfa) en los núcleos de los pares 
craneales que inervan los músculos de la cabeza 
y el cuello. También hay motoneuronas 
superiores, que no inervan directamente los 
músculos sino que influyen en la actividad de 
las motoneuronas inferiores de la médula 
espinal o los pares craneales. 
La contribución de las motoneuronas 
superiores del tallo cerebral es fundamental para 
ajustes posturales que acompañan a los 
movimientos voluntarios y para 
mantener el equilibrio. El tallo 
cerebral proporciona además 
influencias facilitadoras e 
inhibidoras a las motoneuronas 
espinales. Las vías descendentes 
vestíbuloespinal, retículoespinal y 
tectoespinal controlan sobre todo 
las motoneuronas localizadas 
medialmente en las astas 
anteriores de la médula, que 
inervan la musculatura axial y 
proximal, que es la más 
directamente involucrada en 
mantener la postura y el 
equilibrio. 
 
Corteza motora 
El nivel más alto de control motor 
es la corteza motora, 
representada por las áreas 4 y 6 de 
Brodmann. El área 4 de 
Brodmann, que corresponde a la 
corteza motora primaria, está 
relacionada con la ejecución de 
movimientos discretos. En las 
áreas motoras corticales todas las 
motoneuronas son por definición 
superiores, ya que ninguna inerva 
directamente el músculo. Las áreas premotora y 
motora suplementaria, ubicadas en el áreas 6 de 
Brodmann, se relacionan con la planificación 
del movimiento y con movimientos que 
involucran ambos lados del cuerpo. La corteza 
motora recibe información somestésica de la 
corteza sensitiva primaria (S I, áreas 3,1 y 2 
de Brodmann) y de áreas de asociación 
frontales y temporoparietales. Además, las áreas 
motoras están conectadas recíprocamente con 
dos subsistemas necesarios para la planificación, 
precisión y exactitud del movimiento, a saber: 
los ganglios de la base y el cerebelo (Fig. 2). 
 
MOVIMIENTOS VOLUNTARIOS 
Los movimientos voluntarios requieren 
representaciones internas de los resultados 
deseados de una acción motora. Esto explica la 
llamada equivalencia motora: El mismo 
conjunto de movimientos, en la secuencia 
apropiada, puede ser realizado por diferentes 
partes del cuerpo (por ejemplo, escribir con la 
mano o con la boca). El movimiento es 
planeado mediante programas motores que 
involucran la cinemática (trayectoria) y 
dinámica (fuerzas intervinientes). Un 
movimiento complejo puede descomponerse en 
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movimientos más simples 
que tienen sus propias 
características. El programa 
motor los ejecuta con la 
velocidad, fuerza y 
trayectoria apropiadas. 
Ciertos movimientos 
voluntarios, como levantar un 
objeto, son realimentados por 
proprioceptores y receptores 
cutáneos. 
El tiempo de 
reacción para un movimiento 
voluntario depende de la 
cantidad de información que 
deba procesarse para dar una 
respuesta (relacionado con el 
número de sinapsis 
involucradas). Parte del 
retardo se debe al tiempo de procesamiento de 
información aferente (somática, visual, auditiva, 
etc). El retardo es mayor cuando hay que elegir 
una respuesta determinada entre varias posibles 
(efecto de la elección). Hay una relación 
inversa entre la velocidad y la precisión de los 
movimientos voluntarios. Esto se debe a 
propiedades intrínsecas de la inervación motora, 
a incertidumbre sobre las fuerzas involucradas y 
a ajustes posturales. 
EFECTOS DE LA SECCIÓN DEL NEUROEJE 
La sección completa del neuroeje produce 
invariablemente abolición de los movimientos 
voluntarios. No obstante, sus efectos sobre la 
postura son muy diferentes, dependiendo del 
nivel del corte. 
 
Sección de la médula espinal 
La sección completa de la médula causa por 
debajo de la lesión la pérdida 
permanente de: 
 
 
1) Los movimientos 
voluntarios y 
 
2) La sensibilidad en todas sus 
formas.Además produce de 
manera inmediata pero 
transitoria una arreflexia 
completa, denominada choque 
espinal (medular). Esto último 
no se debe al traumatismo en 
sí, ya que el bloqueo de las vías 
espinales por frío o anestésicos locales también 
lo causa, pero de modo rápidamente reversible. 
El choque espinal se debe a la pérdida 
de las influencias excitatorias descendentes, y se 
acompaña de una hiperpolarización de las 
motoneuronas, con la consecuente disminución 
de su excitabilidad. 
La recuperación es más lenta cuanto 
más encefalizadas estén las funciones motoras. 
Dura minutos en anfibios, horas en mamíferos 
carnívoros, y un mes o más en el hombre. 
La recuperación del choque espinal se 
debe en parte al establecimiento de nuevas 
sinapsis y en parte a un aumento de sensibilidad 
de las motoneuronas a neurotransmisores 
excitatorios. Los reflejos reaparecen 
gradualmente y llegan a ser exagerados. 
La exaltación del reflejo miotático 
produce espasticidad, una combinación de 
hipertonía muscular, hiperreflexia y clonus 
(cuando se estira un músculo y se mantiene 
Organización de los sistemas motores 
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estirado, se produce una serie de contracciones 
de amplitud decreciente). 
En el hombre, la interrupción de la vía 
corticospinal causa el signo de Babinski: 
cuando se estimula mecánicamente con un 
objeto romo el borde externo de la planta del 
pie, en lugar de flexión de los dedos hay 
extensión del hallux (dedo gordo) y separación 
de los demás dedos (Fig. 3). 
El reflejo nociceptivo (“flexor”) 
también se exagera, y un estímulo relativamente 
débil puede causar, además de flexión isolateral 
y extensión cruzada, relajación de esfínteres y 
reacciones autonómicas. Esto se denomina 
reacción en masa y se debe a la pérdida de 
influencias inhibitorias provenientes de niveles 
superiores del neuroeje. 
 
Rigidez de descerebración 
En animales, una sección completa del neuroeje 
en el nivel superior de la protuberancia no causa 
choque espinal, sino un estado de rigidez por 
hiperactividad de los músculos extensores 
(antigravitatorios). 
La rigidez es debida a la pérdida de 
inhibición cortical y la conservación de 
influencias excitatorias (vías retículospinales y 
vestíbulospinales) que causan activación de 
motoneuronas γ y exageran el reflejo miotático, 
y también por una excitación directa de 
motoneuronas α. 
Un animal descerebrado (por ej., un 
gato) puede mantenerse erguido si se lo coloca 
sobre las cuatro patas, y muestra una 
hiperextensión de la cabeza, el lomo y las patas. 
No puede incorporarse ni caminar. Aunque la 
rigidez se debe a una hiperactividad de los 
músculos antigravitatorios, se mantiene aunque 
el animal se encuentre en decúbito (Fig. 4). 
En elser humano, la rigidez de 
descerebración causa hiperextensión de los 
cuatro miembros. Los animales a los que se les 
extirpa la corteza motora también desarrollan 
rigidez (llamada de decorticación) pero son 
capaces de incorporarse y marchar, aunque 
anormalmente. No ocurre otro tanto en el 
hombre, en el cual la rigidez de decorticación 
produce extensión de los miembros inferiores, 
pero flexión de los superiores (Fig. 5).

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