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VEZZETI – HISTORIAS DE LA PSICOLOGÍA: PROBLEMAS, FUNCIONES Y OBJETIVOS.
INTRODUCCIÓN:
1) ¿Cómo define el autor la “Historia de la Psicología”? En principio, ¿quiénes estarían encargados de establecerla y a quiénes estaría destinada? ¿Cuáles serían sus condiciones y sus funciones?
El autor define a la “Historia de la Psicología” como una asignatura incluida en un marco curricular destinado a la formación de los practicantes de la psicología; es, al mismo tiempo, un espacio de investigación y conocimiento que desborda ese propósito y se incluye en el campo mayor de las historias disciplinares.
En principio, se trata de una historia establecida por, y destinada a, los psicólogos como incipiente comunidad profesional. Sus condiciones no fueron diferentes a las de otras historias disciplinares, particularmente allí donde se reúnen el sustrato científico y el dispositivo profesional: historia de la medicina, de la ingeniería o de la sociología. El primer modelo tiende a continuar y ampliar las “introducciones” o el repaso de “antecedentes” históricos usualmente insertados en los comienzos de una enseñanza: una memoria de la psicología, académica o profesional, que todo profesor se siente obligado a incluir, al modo de un ritual que sirve a la vez para establecer una filiación y afirmar una legitimidad.
* En relación con lo anterior, ¿cómo se plantea la cuestión de la identidad en esos relatos, generalmente elaborados por profesores? ¿Cómo se articula la identidad con la pluralidad de conceptos y prácticas? ¿En qué se apoya la institución de filiaciones? ¿Cómo se vincula esto último con “el suplemento de legitimidad que se demanda a la historia académica” de la psicología?
Un núcleo más o menos explícito en esos relatos es la cuestión de la identidad, que se construye siempre retrospectivamente, tanto más proclamada cuanto más se advierte, desde los comienzos de la disciplina, que bajo el rubro psicología pueden contenerse conceptos y practicas muy diferentes. Las disciplinas suelen instituir filiaciones apoyadas en pequeños mitos familiares que nombran un padre, Hipócrates o Newton, por ejemplo. En el caso de los practicantes del psicoanálisis, esa operación se pone en escena de un modo que revela ese pequeño drama identitario: lo usual es instalar y exhibir el el retrato del padre del psicoanálisis como un gesto que asegura la continuidad de un linaje. Pero aquí la paternidad es siempre cierta e indisputable, mientras que lo primero que salta a la vista en el caso de la psicología es que se diversifica el elenco de los progenitores. Se puede recurrir a Wundt, por supuesto, pero ¿por qué no Darwin, Fechner, Freud,Watson o Piaget? Las disputas de filiación ofrecen una primera evidencia de una familia a la vez extensa y desorganizada. O bien, para recuperar una ficción iluminadora, un territorio mal delimitado en el que coexisten tribus diferentes, mutuamente incomunicadas y por eso mismo inclinadas a combatirse (Kimble, 1984; Vezzetti, 1998). Es por el contraste con esa identidad plena de la gran familia freudiana (que no impide, como es sabido, profundas fracturas en el plano de las doctrinas) que resalta la precaria armonía de la comunidad de los psicólogos. Esa fragilidad de un campo disciplinar que lleva la marca de un nacimiento dudoso o “problemático” ha sido señalada (Woodward y Ash, 1982); a partir de ese incertidumbre en el origen se aclaran algunas modalidades del refuerzo de legitimidad que se demanda a la historia académica. El primer objetivo planteado a la historia de la psicología en su impacto formativo, particularmente para los estudiantes del grado, apunta a una función pacificadora y compensatoria, que enfrente los riesgos de la anarquía: es notorio que los fantasmas políticos pueblan las historias latentes de las disciplinas en general y de la psicología y el psicoanálisis en particular. El recurso imaginado apunta a la composición retrospectiva de un campo unificado, que se despliega en el elenco de los “precursores” y los fundadores y en las teorías y los procedimientos que trazan una línea desde un pasado legítimo hasta un presente celebrado como el único posible.
Ahora bien, si en los últimos años se han abierto intentos de revisión de los objetivos y las funciones de la historia de la psicología, hay que reconocer un estado de insatisfacción con esa primera función curricular; y, seguidamente, advertir que esa discusión se hace posible por un estado del arte en el conocimiento y la investigación históricos que ya ha comenzado a edificar caminos autónomos. Frente a una historia concebida como una crónica de lo mismo, emerge una posición distinta, de historiador antes que de profesor, que busca su autonomía en la distancia que construye respecto de la función celebratoria o la confirmación de las verdades establecidas. Ese trabajo innovador sobre el pasado, indaga las versiones oficiales, señala los "olvidos", amplía el canon, en fin, explora una dimensión latente y no reconocida del pensamiento de la disciplina.
Un primer signo de ese giro ha sido la inclusión de la historia de la psicología en el marco de la historia de las ciencias humanas. Más aun, es la historia como disciplina de investigación, con sus conceptos y sus herramientas, la que ha quedado destacada como un fundamento necesario, si se trata de eludir las versiones de aficionados que han poblado las historias destinadas a los psicólogos. En todo caso, el historiador de la disciplina, que hoy tiende a concebirse como un especialista, se enfrenta a un doble desafío: por una parte, no puede perder una familiaridad con su objeto, la psicología, cuyo campo busca explorar e iluminar;  por otra, cuanto más se afirma en el lugar de historiador (o aspirante a serlo), mas se extiende necesariamente su espacio de trabajo y de interlocución a las disciplinas históricas, sobre todo los rubros que hoy comunican la historia de las ciencias y de las ideas con la de la cultura y los campos intelectuales. Es en ese espacio renovado donde surgen herramientas novedosas en el trabajo sobre el pasado como la arqueología y la genealogía foucaulteanas, una orientación muy influyente en el presente.
4) ¿Cuál sería la función más importante de la disciplina histórica? ¿Qué exige esa función, particularmente en el caso de la psicología? ¿Qué se espera del alumno (de psicología) desde esta perspectiva crítica?
La función más importante para la disciplina histórica es la iluminación crítica del presente. En el caso de las ciencias humanas (y de la psicología en particular) exige no sólo tomar distancia de cualquier identidad propuesta sino partir de la diversidad de las condiciones, modelos, conceptos y prácticas. Sostenida en ese suelo innovador, la historia puede comenzar por interrogar críticamente la demanda de los practicantes de la psicología que buscan en el pasado un sostén de identidad, y puede emanciparse de las narraciones tranquilizadoras, los desenvolvimientos continuos y la búsqueda de los “precursores”. La cuestión de la unidad ya no se plantearía como un requerimiento que debe ser cumplido mediante una narrativa armonizadora, que en verdad habla menos del pasado que del panorama actual de la psicología. La enseñanza de la historia en los curricula ya no se concebiría como la transmisión de un relato ya armado sino como un amplio horizonte para una investigación en marcha. Con intención crítica, se tratará de que el alumno incorpore, además de información, algunas herramientas de análisis y, sobre todo, cierta sensibilidad para los problemas de la historia y que la reconozca como un saber capaz de iluminar cuestiones presentes de la disciplina. 
No hay una historia de la psicología: hay diversidad de psicologías y pluralidad de historias.
LA PLURALIDAD EN EL OBJETO: LAS PSICOLOGÍAS:
5) ¿Cuál sería el mejor punto de partida para una historia crítica? ¿Qué quiere decir el autor cuando afirma que “la búsqueda de la unidad surge como un ejercicio compensatorio frente a la heterogeneidad de tradiciones científicas, objetos, técnicas,métodos y usos de la psicología”? ¿Por qué dominios se extiende el “territorio de la psicología”? ¿De qué depende la heterogeneidad actual de este campo, es decir “la pluralidad de psicologías”?
Si la historia busca renovar e interrogar las representaciones establecidas del pasado, encuentra su mejor punto de partida en la incertidumbre y en la perplejidad expresada por esa originaria conciencia de crisis, que tiende a ser acallada por la institucionalización académica de la psicología y que no obstante establece un motivo perdurable e iluminador de su trayectoria ulterior. 
La búsqueda de unidad emerge como un ejercicio compensatorio frente a la heterogeneidad de tradiciones científicas, objetos, métodos, técnicas y usos de la psicología. El territorio de la psicología se extiende entre la filosofía y las humanidades, la biología y los estudios del comportamiento, las ciencias neurológicas y cognitivas; con apoyos en las disciplinas formales, matemáticas y estadísticas y lazos con las ciencias sociales, las disciplinas clínicas y el psicoanálisis, que contiene en sí mismo un potencial de diversidad y de conflicto. El abanico de asignaturas en un plan de estudios típico revela esa heterogeneidad que en verdad proyecta un programa de formación de casi imposible cumplimiento. Los posgrados y las especializaciones constituyen los caminos hacia una unificación en una tradición (cognitiva, social, clínica..) que se alcanza sobre la base de un olvido retrospectivo de las otras. 
La historia encuentra una tarea y una mira cuando se aleja de la defensa partisana o el sostén de alguna ortodoxia y admite que la heterogeneidad del campo en su configuración presente depende de su proceso de formación. O sea, que esa diversidad no depende de desvíos o retrocesos en una racionalidad prefijada, sino que los espacios y las tramas de esa formación han obedecido a procesos diversos y heterogéneos. Situada entre la filosofía, las ciencias biológicas y las sociales, la pluralidad de psicologías sólo se ilumina cuando su proceso de formación es situado en una trama disciplinar compleja y móvil.
El punto es que una historia de las ideas o de las prácticas de la psicología debe incluir fuentes y recortes del pasado que no siempre serían reconocidos en la memoria establecida de los psicólogos.
6) ¿Cuáles son las tres tradiciones que, según Vezzetti, sirven para esquematizar la diversidad en los inicios de la psicología hacia el siglo XIX? ¿Cuál es su relación con sus “contextos culturales y de lenguaje”? ¿Qué otra tradición podría agregarse teniendo en cuenta el texto de Foucault de 1957?
Hacia el siglo XIX, la diversidad en los comienzos de la psicología puede ser ordenada, tentativamente, en tres tradiciones: la psicofísica y sus derivaciones en las psicologías experimentales; el evolucionismo y sus efectos sobre la psicología comparada y evolutiva; y la psicopatología y sus consecuencias en la clínica de la hipnosis y las formas modernas de la psicoterapia. Pero en ese agrupamiento tentativo (que no pretende fundar un sistema) se advierte ya que los problemas de laconstitución científica de la disciplina no pueden separarse de distintos contextos culturales y de lenguaje, de Inglaterra a Francia y a Alemania, que operan como un suelo ineludible para un análisis histórico. Allí se abre un capítulo fundamental de una exploración capaz de reconocer los tránsitos, las lecturas y traducciones de un espacio nacional a otro. En cierto modo, toda la historia de las disciplinas “psi” puede ser encarada como una historia de las lecturas y las apropiaciones, es decir, según los criterios de los estudios de recepción. Por otra parte, esas tradiciones generales no agotan la pluralidad de ideas y proyectos en el período, en las últimas décadas del siglo XIX, en que la psicología alcanza un estatuto académico autónomo. Es posible señalar otros ámbitos, como la psicología colectiva y de las masas, que establecen sus temas y sus objetos, en relación con esas tres corrientes principales.
7) ¿Qué significa que la psicología contemporánea “nace como práctica aplicada”? ¿Cómo se diferencia en este punto de las ciencias de la naturaleza? Relacione con el texto de Foucault que aparece citado. ¿Qué implica este desplazamiento hacia “las practicas y los usos” para un estudio histórico de la psicología?
En la medida en que la psicología, en su fisonomía contemporánea, nace directamente como práctica aplicada (como tecnología) ese espectro diversificado debe incluir, como un tema destacado de la investigación, la dimensión de los usos en la clínica y el diagnóstico, la educación, los grupos y las instituciones, el ámbito jurídico y forense, el trabajo y las profesiones,  la publicidad y los estudios de mercado, incluyendo nuevas líneas como la psicología transcultural. No hace falta decirlo, en esos nuevos ámbitos tecnológicos se anudan nuevas relaciones con las tradiciones científicas que revierten y complejizan la diversidad de los conceptos y las teorías. En un análisis notable, que se refiere explícitamente a la dimensión de las prácticas, un joven Foucault exponía otra idea de una primera negatividad en el nacimiento de la psicología. Si en su dimensión tecnológica la psicología moderna podría ser comparada con las prácticas nacidas de las ciencias de la naturaleza, la diferencia salta a la vista: mientras que en las ciencias naturales responden a dificultades o límites que son temporarios y provisionales, la psicología, dice Foucault, nace en ese punto en el que la práctica del hombre encuentra su propia CONTRADICCIÓN. La psicología del desarrollo nació como una reflexión sobre la detención del desarrollo; la psicología de la adaptación como un análisis de los fenómenos de inadaptación; las de la memoria, de la conciencia, del sentimiento aparecieron como psicologías del olvido, del inconsciente y de las perturbaciones afectivas. Sin forzar los términos se puede decir que la psicología contemporánea es, en su origen, un análisis de lo anormal, de lo patológico, de lo conflictivo, una reflexión sobre las contradicciones del hombre consigo mismo. Y si se transformó en una psicología de lo normal, de lo adaptativo, de lo ordenado, es de una manera secundaria, como un esfuerzo por dominar esas contradicciones
Al desplazarse a las prácticas y los usos un estudio histórico de la psicología deberá incluir no sólo la trama de las ciencias humanas y sociales, sino las condiciones sociales y culturales, las nuevas instituciones (en la salud, la educación, el trabajo) y las racionalidades políticas que enmarcan las figuras y los “malestares” de un homo psicologicus que es edificado conjuntamente con los saberes y las técnicas que le son destinados. Y el problema mayor ya no es el principio de unidad (sea en el objeto, el método o el programa) sino el diseño de las exploraciones capaces de restituir las condiciones conceptuales y técnicas, culturales y políticas que se anudan en distintas formaciones de ideas y prácticas. 
8) ¿Qué supone la afirmación de que “las reconstrucciones del pasado dependen de preguntas o problemas que se conjugan en el presente”? Desarrolle haciendo referencia, a la vez, al “interés presente” y al “carácter diferencial del pasado” entendido como discontinuidad. ¿En qué consisten el “presentismo” y el “exotismo”?
Las reconstrucciones del pasado dependen de preguntas o problemas que se conjugan en el presente. Es por eso que, aunque parezca que se trata de los mismos hechos y del mismo pasado, hay más de una historia posible y por lo tanto más de un pasado a recuperar.
Dos cuestiones merecen ser resaltadas. Por una parte, el interés presente: no sólo porque la historia puede iluminar cuestiones actuales y actuantes en la disciplina, sino porque en las preguntas mismas que desencadenan la investigación histórica, si están bien formuladas, se juegan modos de intervención sobre el presente.  Por otra parte, aunque puede parecer una contradicción con lo anterior, se debe reconocer el carácter diferencial del pasado, que se buscaconocer en sus rasgos propios. Aquí se incluye el tema, no siempre bien comprendido, de la discontinuidad, que no es un método ni un dogma, sino el simple reconocimiento de que los términos y los “objetos” (sea el yo, el instinto o la conciencia) dependen de marcos epistémicos y socioculturales que deben ser indagados en sus condiciones singulares. Pero inmediatamente salta a la vista que estos dos rasgos del pasado histórico (interés presente y carácter diferencial) no puede ser tomados por separado ni destacados unilateralmente: el énfasis en la actualidad engendra eso que se llama “presentismo” (que es un modo de la ilusión y el anacronismo) mientras que la afirmación de un pasado incomunicado con el presente conlleva el riesgo del “exotismo”. La consecuencia, en cualquier caso, es la clausura de una elucidación histórica capaz de impactar sobre el conocimiento presente. Una primera lección de una historia capaz de dialogar con el pasado, a partir de una distancia justa, es mostrar que las ideas y los proyectos que alguna vez fueron vigentes eran tan legítimos como los que hoy se admiten como incontrastables. Una operación de ese tipo sobre el presente enfrenta resistencias, en la medida en que supone admitir que en el futuro las certezas de hoy pueden ser vistas con la misma extrañeza con la que abordamos algunas convicciones del pasado. Un pensamiento histórico dispuesto a interrogar críticamente las convicciones y las ortodoxias conlleva un saludable efecto antidogmático.
9) ¿Por qué, para el autor “la historia de la psicología debe ocuparse de temas y objetos que no son parte de la psicología”? Así como se ha hecho hincapié en “la pluralidad de las psicologías”, ¿qué “pluralidad de opciones” se abren al historiador en su propio campo? ¿A qué “modalidad autocomplaciente” se opone esta historia que se conecta con otras tradiciones intelectuales?
La pluralidad de las psicologías se replica en un estudio igualmente diversificado de condiciones que ya no pueden encontrarse sólo en lo que la disciplina define como su interior. Una historia de la psicología debe ocuparse de temas y objetos que no son parte de la psicología. O sea, no hay ni investigación ni enseñanza de la historia de la disciplina que pueda fundarse en las fuentes restringidas de la psicología llamada “científica”. La extensión hacia las “ciencias del hombre” establece ya una primera y básica apertura. En consecuencia, la posición y las preguntas del historiador no se forman sólo en el interior de las disciplinas psicológicas sino que requieren una formación suficiente en los conceptos y los procedimientos de la historia. Las mejores historias son las que pueden interesar a un público que no se restringe al de los especialistas. Es en contra de la modalidad autocomplaciente, instalada en el parroquialismo de cátedra. 
LA PLURALIDAD EN LA CONSTRUCCIÓN: LAS HISTORIAS
10) ¿Por qué la psicología se presenta como un objeto complejo? ¿Cómo se traduce esa complejidad, esa “condición plural”, en el plano de la historia?
La psicología se presenta como un objeto complejo. Esa complejidad y esa pluralidad de impactos no deja de trasladarse a las historias posibles: hay diversas historias en la medida en que los problemas, las preguntas que organizan una investigación histórica pueden ser diferentes. Lo importante es que esa condición plural es un desafío y una fuente de interés para el conocimiento, en la medida en que está en la base de cierta cualidad de las formaciones “psi”, que se han mostrado capaces de impactar y permear diferentes expresiones del pensamiento y las practicas científicas y culturales en el mundo contemporáneo. 
a) Una historia de los saberes y los conceptos:
Una exploración de los comienzos de las ciencias del hombre, en el tránsito del siglo XVIII al XIX, debe partir de la evidencia de que esas mismas separaciones disciplinares (sobre todo entre ciencias de la naturaleza/ ciencias de la cultura; explicación/comprensión, etc.) son una construcción retrospectiva. 
La historia de los saberes no puede limitarse al orden de los conceptos en el interior de un léxico de la disciplina sino a una exploración de los que la psicología recibe y transforma. El horizonte epistémico es a la vez más amplio y se instala en una periodización que se alarga en la medida en que ciertas matrices de inteligibilidad de los problemas y los modelos nacen justamente en esas intersecciones.
Aun una historia focalizada sobre los conceptos, en el horizonte de la historiográfica contemporánea, se enfrenta con la exigencia de ampliar sus enfoques y sus herramientas para indagar las condiciones extrateóricas de un orden conceptual. 
b) Una historia de los usos
En este plano, una historia de las prácticas y las instituciones incluye y a la vez desborda las formas de la profesionalización universitaria en la medida en que la inserción de los psicólogos en ámbitos sociales y profesionales constituidos, en la medicina y en la psiquiatría, en la educación y en el trabajo, en la familia y los grupos, necesariamente convoca a otro cruce de historias. Es difícil abordar, por ejemplo, las condiciones y los objetivos de los psicólogos en el hospital o la escuela sin considerar la densidad histórica encarnada y acumulada en esas instituciones. Y el problema mayor es que el sentido y la eficacia de las practicas psicológicas en esos espacios no pueden ser comprendidas partiendo sólo de las ideas de los psicólogos sobre lo q creen hacer, sino de lo q efectivamente hacen. 
c) Una historia social y cultural
Se hace posible en la medida en que se trata de un discurso que ha penetrado profundamente en la cultura moderna y proporciona un conjunto de nociones incorporadas a la trama de significaciones de la vida real. Si se piensan las prácticas de la psicología, en la relación q establece con un público y un mercado específico, en la interacción con las demandas de “usuarios” diversos, se advierte el impacto sobre una trama de representaciones y creencias sobre la propia vida, la educación y la crianza, la familia y la pareja, la sexualidad, etc. En ese sentido, puede hablarse de una cultura “psi” que ha contribuido notoriamente a reconfigurar nociones y valores del mundo moral. 
La posición del historiador debe reconocer los problemas específicos de esa historia que coloca a la psicología fuera de los reductos académicos o las organizaciones profesionales: ante todo, las cuestiones se abren necesariamente a un ciclo temporal de más larga duración.
d) Una historia de la profesión
Las formas y los modelos de profesionalización, en el siglo XX, presentan perfiles diferentes de acuerdo con los ámbitos en los que la psicología ha buscado establecerse. Dado el despliegue de los usos de las psicologías en la sociedad y las instituciones, las variantes en las modalidades profesionales ya no dependen solamente de la comunidad de los especialistas, sino de la historia previa y las características de esos ámbitos de uso de la psicología a los q ya se hizo referencia: los dispositivos de la salud, la educación y el trabajo, los aparatos públicos de las fuerzas de seguridad y el sistema jurídico penal. 
La construcción de una autonomía y de una identidad disciplinar no obedece solo a razones internas. Las condiciones de la edificación de la psicología como dispositivo profesional es un tema mayor de la investigación histórica.
La focalización en la profesión plantea ciertas cuestiones para un trabajo histórico crítico de los imaginarios instituidos según las modalidades de las pertenencias corporativas. Posiblemente es el genero historiográfico q mas enfrenta las resistencias de quienes se han acostumbrado a las narraciones históricas subordinadas a los fines de la legitimidad. 
Si las historias oficiales son siempre un desvío o un bloqueo para el conocimiento histórico, las peores son generalmente las q se enuncian en nombre de una institución o un circulo q se presenta como el garante de una “verdad” o de la defensa de la organización. 
Lo importante es reconocer que el pasado,en la visión legitimista, tiende a colarse en los debates y las luchas presentes, según una lógica que de los movimientos religiosos se ha traspuesto a las organizaciones políticas y las comunidades profesionales. La insistencia en la “identidad” y la legitimidad revela el peso de los fantasmas de ilegitimidad y bastardía. La disputa entre ortodoxias y heterodoxias forma parte de la estructura misma de un campo intelectual o disciplinar: cuanto más rígida es la ortodoxia más contestataria e iconoclasta es la acción contraria y mas traumáticas son las fracturas. Lo importante es advertir que allí donde domina una memoria hegemónica no hay casi lugar para una investigación histórica autónoma. 
UNA HISTORIA INTELECTUAL DE LA PSICOLOGÍA:
11) ¿Qué es la historia intelectual? ¿En qué se opone al modelo de la memoria? ¿Cuál sería una condición importante para poder realizar este tipo de historia? ¿Qué riesgos implica la “colocación plural” de la historia crítica, considerando q sus objetos se configuran en dos esferas: la sociocultural y la conceptual?
La historia intelectual, un enfoque y un dominio inclusivo que recibe algo de distintos géneros historiográficos. En principio, se distancia del modelo de la memoria (la identidad, la continuidad, la autonomía de un grupo o de un campo) y busca explorar una trama de procesos y acontecimientos, múltiples, heterogéneos, siempre parciales; no busca reconstruir totalidades sino problemas; y no es un reducto de certezas sino que su motor es la curiosidad.
Una condición de una historia así concebida es la suspensión de todo a priori normativo sobre lo que la disciplina es o deber ser. Y si bien las fuentes científicas  son una base indiscutible de la investigación, las preguntas históricas que pueden arrojarse sobre esas fuentes no alcanzan a responderse sin un trabajo analítico que necesariamente las desborda, hacia el campo intelectual, institucional o político.
Se trata de situar una formación discursiva e institucional en una trama que inevitablemente excede los límites de la "disciplina" o la institución. Una historia así concebida se caracteriza por una colocación plural, dispuesta a desplazarse en la medida en que sus "objetos" se configuran en construcciones que pueden ser, en principio, diferenciadas en dos esferas: sociocultural y conceptual. Pero se trata de evitar tanto la reducción a la lógica del pensamiento científico como a una descripción de los usos y las formas sociales. En el primer caso, el estudio de los conceptos (que, como ha sido dicho, siempre se sostiene en la pluralidad de tradiciones científicas) no consagra la autonomía intrateórica de un espacio “epistémico” ni, mucho menos, se encierra en un solo autor o escuela. En el segundo, la indagación de condiciones no discursivas, extrateóricas, que se focaliza en las prácticas y las instituciones, los “usos” y aplicaciones, no se refiere globalmente a la sociedad, al orden político, ni mucho menos a una visión homogénea del poder sino que debe dar cuenta de un orden que es propio de un campo científico profesional, con sus posiciones, reglas de pertenencia, de consagración y principios de legitimidad.
Los enfoques de la historia intelectual, desarrollados en los últimos años, dan cuenta de procedimientos y modalidades de investigación que están muy lejos de ofrecer un modelo uniforme. Un "mapa" del género exhibe la diversidad de tradiciones, de problemas y de accesos metodológicos. Las intersecciones posibles acentúan la permeabilidad de los límites entre la historia de los conceptos y las teorías, una orientación hacia la historia cultural y la antropología histórica, la historia social y política, la historia institucional de grupos y de campos. Aplicada a la discusión de la "memoria" de la profesión, esa historia ilumina los modos en los que el pasado puede actuar sobre el presente: hay síntomas recurrentes en los alineamientos o los conflictos de los especialistas, que adquieren sentido en el marco de un análisis de los lazos que unen el presente con el pasado o, mejor, la perduración y la eficacia de ciertas formaciones que hunden sus raíces en el pasado. En ese sentido, la psicología no puede prescindir de una relación pensada con su pasado, ni en el orden de los conceptos ni en el de sus prácticas en ámbitos e instituciones (como la escuela, el hospital o el consultorio), que poseen su propia densidad histórica.
12) ¿Qué supone la cuestión de la recepción? Oponga las historias q parten del descubrimiento o de la fundación a las q se hacen cargo de las lecturas, las traducciones o los desplazamientos. ¿Cómo se define la recepción? ¿Cuáles son los problemas de los q se ocupa?
No es lo mismo la historia que parte del "descubrimiento" o de la "fundación" (sea de la psicología experimental, del psicoanálisis o la psicología genética) que la que debe hacerse cargo de las lecturas, las traducciones o los desplazamientos. Este es el nudo de la historia de la recepción, en la que el acento se desplaza de los grandes autores y los textos fundadores a la historia las lecturas más eficaces, los contextos de apropiación, las funciones de mediación e implantación de una disciplina. Por otra parte, esto es no sólo relevante sino indispensable en una tradición cultural y de pensamiento como la Argentina, dominada por la inmigración y la recepción de ideas, lenguajes y costumbres. Pero los problemas de la recepción no se limitan a las traducciones y desplazamientos entre espacios culturales nacionales; también la circulación y las trasposiciones entre campos disciplinares configurados como “culturas” diversas con lenguajes y reglas propios, exige tomar en cuenta el problema de la recepción como un práctica activa que modifica aquello sobre lo que se aplica.
Del prejuicio de la naturaleza al descubrimiento del sentido – Vezzetti y Talak
La estructura social de la experimentación en psicología - Danziger
1. Danzinger afirma que la distribución de roles durante el experimento “creaba un tipo particular de sistema social”. Con esta afirmación se refiere al sistema social de la experimentación psicológica, y hace referencia a que, dentro de dicho sistema la interacción entre sujetos e investigadores estaba regulada por un sistema de restricciones sociales que fijaba límites rigurosos. Y a su vez, la comunicación dentro de este sistema estaba regida por los roles que habían asumido los participantes y se veía afectada por preceptos y prohibiciones que se daban por sentados. 
Dado que los experimentos de psicología se llevan a cabo en un contexto social, y que es imposible aislar la situación social de experimento del resto de la vida social, los participantes ingresan a la situación experimental con una identidad social ya constituida y el status social que posean influye en la interacción que se produce en esa situación. Esto puede tener relación con la decisión de quien asume el rol del conductor del experimento y quien el de sujeto. 
2. En los experimentos del laboratorio de Leipzig, la distribución de los roles no era estricta. Los roles eran intercambiables, una misma persona podía cubrir las dos posiciones (la de investigador y la de sujeto) en distintas ocasiones. La diferenciación se consideraba una cuestión de conveniencia en la práctica, y cualquier participante del experimento podía ejercer cualquiera de los roles, o ambos, con igual aptitud. 
3. Wundt no ejercía habitualmente el rol de conductor del experimento psicológico porque se consideraba que el rol de fuente de datos psicológicos exigía mayor complejidad psicológica que el rol de investigador. 
Quienes participaban en la situación experimental eran miembros de la comunidad científica, generalmente se conocían como compañeros de estudios, o conocidos de amigos, o como profesor y alumno, por lo tanto los sujetos experimentales solían ser integrantes del equipo de trabajo y por consiguiente miembros de la comunidad científica. 
4. Danzinger propone que el estilo de experimentación psicológica del laboratorio de Wundt deriva de un tipoparticular de trabajo académico y un tipo especial de objetivo de investigación, la tradición académica del sistema universitario alemán del siglo XIX, la cual se basaba en vincular la formación de un elite intelectual con la producción de nuevo conocimiento en el contexto de un emprendimiento mancomunado de investigación. El objetivo de investigación abarcaba el análisis de procesos generales característicos de la mente humana normal y madura, La experimentación psicológica estaba diseñada para la investigación de dicho objeto. Este contexto social es el que permite que se dé el estilo de investigación del laboratorio de Leipzig.
5. En el experimento clínico pertenece a la tradición francesa. Nace en un contexto social de medicina, los investigadores tenían formación en medicina; fuera de la situación experimental ya existía una relación entre médico y paciente, y los rasgos fundamentales de esa relación simplemente continuaban en la situación experimental. En los estudios franceses había una distinción clara y permanente entre investigadores e individuos estudiados. A diferencia del modelo de Wundt, los roles dentro de la situación experimental no eran intercambiables. A su vez, el objeto de estudio difería del objeto de los experimentos del laboratorio de Leipzig. Mientras que el objeto de este último eran los procesos mentales elementales que caracterizan a toda mente normal, el experimento clínico tenía como objeto de estudio a las patologías, los efectos de un estado anormal. 
Es en el contexto de los experimentos clínicos donde se encuentra por primera vez el uso sistemático del término “sujeto” en el campo de la psicología experimental. Los investigadores orientados al ámbito de la medicina, acostumbraban a utilizar este terminó porque durante largo tiempo se utilizó para designar a los seres vivos que fueran objeto de tratamiento médico o de observación naturalista. Luego ese uso lingüístico ya establecido en la medicina se extendió a la psicología. 
6. El modelo de Galton pertenece a la tradición inglesa. Nace en una sociedad en la cual el avance social dependía de las capacidades que cada persona pudiera ofrecer en el mercado. Por lo tanto, la información “científica” sobre esas capacidades tenía gran valor. 
Este modelo se da en el marco de una exposición social, en la cual se dispone un laboratorio para evaluar las “facultades mentales” de los presentes en el público. Por lo tanto las personas estudiadas eran personas comunes. Se suponía que el investigador poseía un conocimiento especializado sobre las personas estudiadas, y compartía este conocimiento a cambio de un honorario. Debido a la particularidad de esta situación, los roles en este método claramente no eran intercambiables. 
El método antropométrico consideraba al individuo aislado de su contexto social. Si bien esto era un rasgo común a todas las modalidades de investigación en psicología, la línea de investigación iniciada por Galton fue la más tajante en la separación conceptual entre el desempeño de un individuo y las circunstancias sociales de ese desempeño. Wundt, a diferencia de Galton, no estaba conforme con el aislamiento de los individuos de su contexto histórico y social, por eso limitó el alcance de su método a los procesos mentales elementales, es decir a los más simples. Por otro lado, los experimentos clínicos se interesaban por los procesos de sugestión entre individuos, consideraban a estos procesos como condición fundamental para la aparición de los estados patológicos que investigaban. Lo aíslan o no?
En este modelo los datos de cada individuo carecían de importancia considerados en sí mismos porque lo que buscaba producir la experimentación de Galton era un sistema de desempeños individuales, comparables entre sí. Si bien se obtenían características de individuos independientes, denominadas aptitudes, el objeto de interés para Galton era su distribución en una población. 
7. El método de Wundt aborda los datos obtenidos con el objetivo de describir los procesos elementales normales que caracterizan a toda mente normal. El experimento clínico lo hace con el objetivo de mostrar los efectos que caracterizan a un estado anormal o patológico. Y el modelo de Galton con el objetivo de conformar un sistema de desempeños individuales comparables entre sí, una serie estadística de dichos desempeños. 
El enfoque antropométrico se diseñó para proporcionar un conocimiento de naturaleza esencialmente estadística, lo cual convertía al sujeto individual en un dato estadístico. Esto lo convertía en un objeto de conocimiento de una clase muy diferente de los “casos” de los experimentos clínicos y de los “ejemplares” de mente humana normal de los experimentos de Leipzig. Estas diferencias de estatus de los objetos de conocimiento se vinculaban a ciertos rasgos de la interacción entre los investigadores y los sujetos humanos. En particular, es pertinente en este caso la influencia de la relación previa entre investigadores y sujetos sobre la estructura social de la interacción sujeto-conductor del experimento. En el estilo de práctica de Galton los investigadores y sus sujetos eran extraños que se reunían y acordaban colaborar durante el breve periodo de la experimentación o del test. En el experimento clínico, generalmente los investigadores y los sujetos hacían extensivo a la situación experimental el patrón ya existente en la relación médico-paciente. En el laboratorio de Wundt, los participantes eran colegas investigadores, con intereses comunes y una amistad que a menudo abarcaba varios experimentos. Es decir, en cada caso había cierta correspondencia entre el tipo de objeto de conocimiento buscado y la naturaleza de la situación experimental que se aplicaba para producir ese objeto. La interacción social entre desconocidos, en una relación limitada y definida contractualmente, era el medio más adecuado para producir un objeto de conocimiento cuya construcción requería sucesivos encuentros breves con una serie de sujetos humanos. Paralelamente, la interacción cooperativa por parte de colegas que podían intercambiar los roles de sujeto y de investigador era adecuada para construir un objeto de conocimiento definido en términos de procesos fundamentales comunes a la mente adulta normal. Por último, los fenómenos que producía la experimentación clínica dependían en gran medida del acuerdo tácito entre participantes para hacer extensivo el contexto médico-paciente a la situación experimental. 
La situación social dentro del laboratorio de Leipzig, en la cual cualquiera de los participantes del experimento puede ocupar tanto el rol de investigador como el de sujeto está favorecida por el contexto social en el cual se inscribe, es decir la tradición académica del sistema universitario alemán del siglo XIX en la cual se considera que todos pueden producir conocimiento (tanto profesores como alumnos), y de esta manera le concede un papel activo a los alumnos en la producción de conocimiento. A su vez, la situación social está íntimamente relacionada con el objeto de estudio, el estudiar procesos universales y el no enfocarse en cuestiones patológicas permite que cualquiera pueda ocupar el lugar de fuente de datos. 
La distinción clara y permanente en los roles del experimento clínico está influenciada por el contexto social medicinal. En dicha situación experimental se reproduce la asimetría fundamental de la relación entre médico y paciente. A su vez, al tener como objeto de estudio estados anormales, no cualquiera puede ocupar la posición de sujeto estudiado.
En el modelo de Galton, el contexto de una sociedad en la cual los avances sociales dependen de las capacidades que cada individuo pueda ofrecer al mercado proporciona el interés por las dichas capacidades o aptitudes individuales de los individuos y a su vez la comparación entre las mismas. Por esta misma razón las personas estudiadas por el método antropométrico son personas comunes, integrantes del público.
El modelo de Leipzig no fue el único origen de la experimentaciónen psicología. Se pueden encontrar por lo menos dos modelos más, contemporáneos a él. 
8. Los tres tipos de factores interdependientes que harían de cada investigación un esquema coherente de teoría y práctica son: la costumbre, que proporciona un conjunto de significados y expectativas compartidos, dados por sentados, sin los cuales la interacción entre los partícipes de la situación experimental no tomaría un curso predecible. Diversas costumbres intervinieron en el surgimiento de estilos independientes de investigación psicológica en distintos lugares. Dichas costumbres fueron las de los institutos de investigación de las universidades alemanas del siglo XIX, las de la investigación médica científica, las de los exámenes académicos competitivos. Esos modelos aceptados por la costumbre fueron fuentes de modelos de interacción social que se podían adaptar directamente a los propósitos de la investigación psicológica. La existencia previa de tales modelos determino la posibilidad de iniciar la investigación en psicología sin tener que afrontar la tarea impracticable de crear formas sociales totalmente nuevas; a pesar de lo cual, una vez que la nueva práctica estuvo en marcha, dio lugar a nuevas variantes de las formas conocidas y estableció su propia dirección. Las prácticas de investigación psicológica constituyen el segundo de los factores que se distinguen en los estilos que surgieron en cada lugar. Un tercer elemento lo conforman los diversos intereses de conocimiento que no coincidían. 
12. El modelo de experimentación que resultó menos viable en el siglo XX fue el modelo de Leipzig. El autor argumenta esta hipótesis haciendo un seguimiento de cómo fue perdiendo importancia este modelo mediante un análisis del contenido de las revistas científicas de psicología. A partir de esto plantea que hubo una disminución global del intercambio de roles entre investigador y sujeto. En ningún momento posterior a 1890 la disposición de los experimentos original de Leipzig predominó en la disciplina. A lo sumo, era un modelo más entre otros. La experimentación de tipo aplicado (psicología aplicada) que se impuso con el cambio de siglo se caracterizaba por perseguir un conocimiento que estuviera prontamente disponible para que las agencias de control social pudieran emplearlo a fin de que su trabajo fuera más eficiente y se pudiera defender más racionalmente. El conocimiento que permitía predecir conductas se adecuaba a esos fines, pero no el conocimiento obtenido en situaciones en que los participantes examinaban en colaboración la estructura de su experiencia. 
“Tres tradiciones” – Vezzetti y Talak
1. Tradición psicobiológica. Surge en Inglaterra. El impacto del evolucionismo de Darwin en la psicología introduce un nuevo campo de problemas característicos: la psicología se separa de la matriz del conocimiento y del campo de la conciencia, que eran propios de la tradición empirista. Los problemas giran hacia la conducta en términos de la relación del organismo con su medio vital. La noción de la evolución se aplica tanto a las especies (del animal al hombre), a las edades evolutivas (de niño a adulto) y a los estadios de civilización (desde las poblaciones primitivas a las más civilizadas). Los problemas que le conciernen son: la relación organismo-medio, la evolución, la relación herencia-medio (innato-adquirido), el instinto. Utiliza el método genético, y su modelo es la biología. 
Tradición psicofísica. Nace en Alemania. La psicología del sentido externo surge a partir de la psicofísica de Fetchner y es el fundamento de la psicología sensorial. Es una psicología de la conciencia, apegada a las relaciones entre fenómeno físico, proceso fisiológico y representación mental. Los problemas que le conciernen son: Actos y contenidos de la conciencia, representaciones mentales, experiencia interna y externa, fenómenos fisiológicos y psicológicos. Su método es psicofísico y experimental, y su modelo la física. 
Tradición psicopatológica y clínica. La primera formulación nace en Inglaterra, pero su formulación más pública es en Francia. Gira alrededor de las cuestiones de la psicopatología y la clínica de la hipnosis. Sus problemas giran en torno del síntoma. Nace la hipnosis como primer modelo de sistematización de un procedimiento que es a la vez psicoterapéutico y de investigación y que puede ser igualmente considerado como un modelo experimental. Los problemas por los que se interesa son: la psicoterapia, la sugestión, las masas, la histeria, la disociación psíquica, el liderazgo, los automatismos psíquicos, el conflicto. Su método es el clínico, y su modelo la medicina mental. 
3. El modelo fundamental en la constitución de la disciplina psicológica como psicofísica o psicología experimental, en Alemania, es la física. Aún cuando la psicofísica se desplaza hacia la psi fisiológica, en realidad lo hace tomando como modelo una fisiología que, en Alemania, no es la misma que la fisiología inglesa. Mientras la fisiología alemana está fundada en la física, se realiza en Departamentos de Filosofía o de cs y se construye en el lab, la fisiología inglesa responde al modelo de la investigación clínica, en gran medida desarrollada en los consultorios, ligada a las escuelas de medicina y apegada a los problemas del tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos. De allí que los ingleses se interesen por la hipnosis, procedimiento que los exprimentaristas alemanes rechazaban. También la formación social, cultural e institucional son diferentes. Un segundo rasgo diferencial de la tradición alemana es que la preocupación metodológica sigue el modelo físico-matemático; de allí que el problema de la medición cumpla un papel fundamental. En cambio, en la tradición fisiológica inglesa no aparece ninguna de estas dos condiciones. Y sin embargo hay un labor de investigación empírica, inspirada en la fisiopatología, que impulsa un desarrollo muy importante de la disciplina.
4. En cuanto a la tradición psicopatológica y de la clínica de la hipnosis, es la más heterogénea porque responde a una corriente propiamente médica, ligada a la constitución de la neurología y la medicina mental, en la que tienen también incidencia los desarrollos de una fisiología de inspiración clínica. Pero la tradición del magnetismo animal mantiene su autonomía y sus vías propias de desarrollo y pervivencia. Se trata de un campo de ideas y de prácticas en el que intervienen intereses y objetivos diversos aunque luego predominen los ligados a la práctica clínica.
Filosofía naturalista – Husserl
1. El naturalismo es una consecuencia del descubrimiento de la naturaleza considerada como unida del ser espacio-temporal conforme a leyes naturales exactas. Concibe todo como naturaleza. Para esta corriente, todo lo existente es físico y como tal pertenece al complejo unitario de la naturaleza física, o bien, aunque sea psíquico, no es más que una variante que depende de lo físico. Todo ser es de naturaleza psicofísica, es decir, está inequívocamente determinado por una legalidad rígida. Pretende estudiar al hombre a la manera de los fenómenos del orden de la naturaleza. Lo que caracteriza al naturalismo es, por un lado la naturalización de la conciencia, y por el otro, la naturalización de las ideas, y, por consiguiente, de todo ideal y de toda norma absoluta. 
2. La ciencia natural de la conciencia y la fenomenología de la conciencia estudian a la conciencia desde actitudes diferentes. La ciencia natural de la conciencia se ocupa de la conciencia empírica, es decir, de la conciencia como existente en el orden de la naturaleza (la ciencia natural naturaliza a la conciencia), mientras que la fenomenología estudia a la conciencia pura, a la “conciencia de”, es decir, una conciencia intencional, y la estudia en una actitud fenomenológica, en términos de los fenómenos que se le aparecen a la conciencia. 
3. El primer objeto de investigación para la fenomenología y la psicología debería ser todo lo psíquico, lo cual tiene un carácter de “conciencia de”.Hay varias formas de “conciencia de”
4. Los psicólogos creen que deben todo su conocimiento psicológico a la experiencia. Sin embargo, para Husserl se trata de una experiencia ingenua, cuya descripción nunca puede conducir a una psicología que pretenda ser exacta. Esto se debe a que hay un error de principio en la psicología, y es que ignora el carácter específico de ciertos análisis de conciencia, que deben ser previos para que las experiencias ingenuas puedan convertirse en experiencias en un sentido científico. La descripción de los datos de la experiencia ingenua, el análisis esencial y la formulación conceptual que acompañan a esos datos, se hacen por medio de conceptos cuyo valor científico es decisivo para el progreso posterior del método. Por otro lado, el valor científico de dichos conceptos no puede existir desde un comienzo, ni puede prevenir de la acumulación de experiencias del sujeto y del experimentador mismo, ni puede tampoco ser lógicamente adquirido a partir de ninguna comprobación de la experiencia. 
La convicción de que toda representación abstracta deriva de experiencias anteriores se confunde con la convicción muy distinta de que todo concepto recibe de la experiencia el derecho fundamental de su posible uso. Eso quiere decir que no se pueden encontrar derechos fundamentales para la validez del concepto más que considerando lo que las percepciones o recuerdos reales proporcionan. Esta psicología usa conceptos vagos, es decir, que no fueron encontrados analíticamente. Una psicología que deja sin fijación científica, sin elaboración metódica los conceptos que determinan sus objetos no puede ser exacta. 
La experiencia natural confusa debe convertirse en experiencia científica y formular juicios objetivamente válidos de la experiencia.
La psicología contemporánea ya no quiere ser la ciencia del alma, sino de los fenómenos psíquicos. Si pretende serlo, es necesario que pueda describir y determinar dichos fenómenos con rigor conceptual. Es necesario que adapte a sí misma, por medio de un trabajo metódico, los conceptos rigurosos necesarios. 
5. Para Husserl, la cuestión metódica cardinal de toda ciencia de la experiencia es la cuestión de cómo la experiencia natural confusa puede convertirse en una experiencia científica, cómo puede llegar a formular juicios objetivamente válidos de la experiencia. Su resolución encuentra la rta en la circunstancia que los precursores de la cs de la experiencia captaron en concreto e intuitivamente el sentido de los métodos necesarios de la experiencia y en una esfera accesible de la experiencia objetivamente valida, iniciando asi la cs. Deben los motivos de su conducta a su penetración profunda en el sentido de las experiencias mismas o en el sentido del ser dado en ellas. Ya que aunque el ser esta “dado” en las experiencias “vagas” pero el sentido solo esta confusamente dado. Para el conocimiento de la naturaleza exterior, el pasaje de la experiencia ingenua a la experiencia científica, de los vagos conceptos corrientes a los conceptos científicos completamente claros, ya fue dado (por primera vez por galileo). En lo que se refiere al conocimiento de lo psíquico, de la esfera de la conciencia, Husserl plantea que este pasaje aun no fue realizado, más allá de la existencia de que la psicología experimental exacta se considere a sí misma como equivalente en pleno derecho a la ciencia exacta de la naturaleza. 
6. La psicología empírica había estado desorientada por el espejismo del método científico natural inspirado en el modelo físico químico. Esta afirmación hace referencia a la afirmación que se tiene de que el método de todas las ciencias de la experiencia es el mismo, y por lo tanto el de la psicología el mismo que el de la ciencia de la naturaleza física. Un dato significativo es que los padres de la psicología experimental han sido fisiólogos y físicos. Según Husserl, el verdadero método debería adaptarse a la naturaleza de las cosas sometidas a la investigación y no a nuestros prejuicios y conceptos. Se dice que la psicología debe proceder del mismo modo que la ciencia natural, es decir utilizar el método experimental objetivo. Sin embargo, saber cómo los datos de la experiencia llegan a una determinación objetiva y qué sentido tiene cada vez la objetividad y la determinación de la objetividad, qué función desempeña en cada caso el método experimental, todo eso depende del sentido propio de los datos, o bien del sentido que la respectiva conciencia experimental les confiere de acuerdo a su esencia. Seguir el modelo de la naturaleza implica casi inevitablemente cosificar la conciencia, lo que desde un principio nos lleva a un absurdo, de donde surge siempre de nuevo la propensión a planteos absurdos del problema y a direcciones erróneas de la investigación. 
7. Sólo el mundo espacio-temporal de los cuerpos es naturaleza en el sentido estricto de la palabra. Toda otra existencia individual, lo psíquico, es una naturaleza en 2° sentido, lo cual determina diferencias entre el método de las cs de la naturaleza y el método psicológico.
Los seres corpóreos (las cosas reales) son experimentados como individualmente idénticos en una pluralidad de experiencias inmediatas, es decir, de percepciones. Por lo tanto, cuando las percepciones son concebidas como distribuidas entre diversos sujetos, el ser corpóreo solo puede ser percibido como individualmente idéntico por muchos sujetos y ser descripto como un mismo ser intersubjetivo. Las mismas cosas (cosas, procesos, etc.) se presentan a nuestros ojos y pueden ser determinadas por nosotros de acuerdo a su naturaleza. Pero su naturaleza significa que al presentarse a la experiencia en fenómenos subjetivos muy variados, ellos existen, sin embargo, como unidades temporales de propiedades permanentes o variables y están allí insertos en el complejo que los reúne a todos, de un mundo material único con un tiempo único, un espacio único. Solo en esa unidad son lo que son, mantienen su identidad individual (sustancia) y la mantienen como vehículos de propiedades reales únicamente en un vínculo o relación recíproca de causalidad. 
Por el contrario, las relaciones en la esfera de lo psíquico son totalmente distintas de las relaciones en la esfera de lo físico. El ser psíquico, el ser como fenómeno no es, por principio, una unidad experimentable como individualidad idéntica en varias percepciones separadas, ni siquiera en las percepciones del mismo sujeto. Los fenómenos psíquicos no son unidades sustanciales, no tienen ninguna propiedad real. Atribuir una naturaleza a los fenómenos, investigar sus componentes reales, sus nexos causales es puro absurdo, es el absurdo de naturalizar algo cuya existencia excluye el ser como naturaleza. Un fenómeno aparece y desaparece, no conserva un ser permanente, idéntico que, como tal, en el sentido de la ciencia de la naturaleza pueda ser objetivamente determinable. Lo psíquico no se experimenta como aparente; es vivencia y vivencia contemplada en la reflexión; aparece como individualidad por sí mismo, en un fluir absoluto. Lo psíquico también puede ser algo recordado. 
8. Si los fenómenos no son naturaleza, tienen sin embargo una esencia captable en la contemplación inmediata, a través de la intuición de esencias. Para investigar a lo psíquico de manera racional es preciso tomar a los fenómenos tal como se dan, es decir, como un tener conciencia, como “conciencia de” la cual tiene una significación, apunta a algo objetivo.
9. La contemplación intuitiva de esencias, no implica más dificultades que la percepción. Las esencias captadas en la intuición de esencia pueden ser fijadas en conceptos fijos, al menos en gran parte, y por consiguiente crean la posibilidad para enunciaciones firmes, objetivas a su modo y absolutamente válidas. La intuición de esencia no es experiencia en el sentido de percepción, recuerdo o actos de la misma especie, y tampoco es una generalización empírica que en su sentido postula a la vez existencialmente un ser individual a partir de hechosaislados de la experiencia. La contemplación capta la esencia como ser esencial y en ningún modo postula existencia. Por lo tanto, el conocimiento de esencia no contiene ni la más mínima forma de afirmación relativa a una existencia individual. 
Todo juicio que implica la expresión adecuada, en conceptos firmes adecuadamente formaos de lo que hay en esencia, todo juicio de esa especie es un conocimiento absoluto de validez general y, en cuanto a juicio de esencia, de una especie sería absurdo pretender fundar, corroborar o refutar por medio de la experiencia. 
10. Contestada en la nueve. 
11. En la actitud psicofísica, lo psíquico con su total esencia peculiar, se coordina con un cuerpo y con la unidad de la naturaleza física; lo captado en la percepción inmanente y aceptado como perteneciente a su esencia entra en relación co lo sensiblemente percibido y por lo tanto con la naturaleza. Solo gracias a esta coordinación adquiere una objetividad natural indirecta, y de un modo mediato, una posición en el espacio y en el tiempo de la naturaleza, en aquel que se mide con el reloj. La dependencia empírica en que se halla lo psíquico respecto de lo físico proporciona un medio para determinar intersubjetivamente lo psíquico como ser individual y al mismo tiempo para explorar progresivamente las relaciones psicofísicas. Este es el dominio de la psicología como ciencia natural que, en su sentido literal, es psicología psicofísica y por consiguiente, en oposición a la fenomenología, ciencia empírica.
12. 
13. Para Husserl, una ciencia empírica de lo psíquico, solo podrá regir cuando la psicología se base en una fenomenología sistemática, es decir cuando las formas d esencia de la conciencia y las de sus correlatos inmanentes, estudiados y fijados por medio de la pura intuición en complejos sistemáticos, proporcione las normas para el sentido y el contenido científicos de los conceptos de cualquier fenómeno, de los conceptos con los que la psicología empírica expresa lo psíquico mismo en sus juicios psicofísicos. Solo una fenomenología verdaderamente radical y sistemática que se practique no solo accesoriamente, en forma de reflexiones aisladas, sino como entrega exclusiva a los muy diversos y complicados problemas de la conciencia, llevada con espíritu completamente libre, no cegado por prejuicios naturalistas, puede darnos la comprensión de lo psíquico en la esfera de la conciencia individual y en la de la comunidad. 
Crítica de los fundamentos de la psicología: el psicoanálisis – Politzer
1. Politzer caracteriza a los psicólogos y a la psicología en general como reacios a una renovación. Al no conocer el sentido de la vida ni de la verdad, no pueden actuar saliéndose de los principios reconocidos oficialmente. Se les dificulta reconocer una evidencia que no ha sido dada y que esté por crearse. 
2. Los psicólogos, según Politzer, se convierten en víctimas de cualquier ilusión porque son incapaces de descubrir la verdad. No tienen idea alguna de la verdad, no saben reconocerla ni captarla. La ven en cualquier parte. Plantea que todas las psicologías científicas que se han sucedido a partir de Wundt no son más que disfraces de la psicología clásica, es decir, que más allá de pretenderse psicologías experimentales, en el fondo no se diferencian de la psicología clásica. El advenimiento de la psicología experimental se basó su aplicación a las viejas tradiciones. Utiliza un tono irónico. 
3. Los psicólogos reciben las matemáticas de tercera mano: las recibieron de los fisiólogos, quienes a su vez las tomaron de los físicos; estos últimos, y ellos solamente fueron quienes la recibieron directamente de manos de los matemáticos. Lo mismo sucede con el método experimental. Pasa del físico al fisiólogo y después al psicólogo. Politzer afirma que los psicólogos son científicos de la misma manera que los salvajes evangelizados son cristianos porque se convencen de que para adquirir ciencia, lo mismo que para adquirir fe, precisan embrutecerse.
4. La psicología clásica no pasa de ser la elaboración de un mito. La psicología clásica sigue siendo tan pre-científica y mitológica como antes. A pesar de pretenderse científica, sigue siendo una psicología del alma mitológica y mantiene su creencia del mito de la doble naturaleza del hombre. La psicología oficial debe su origen a inspiraciones oficialmente opuestas a las que únicamente pueden justificar su existencia, y lo que es más grave, se nutre exclusivamente de esas inspiraciones. No representa sino una elaboración de la creencia general en los demonios, es decir, una mitología del alma, por una parte, y del problema de la percepción tal cual se presenta ante la filosofía antigua, por la otra. Posee una actitud mística ante el alma. El trabajo de la psicología ha sido el de la racionalización de un mito. La tarea de la psicología contemporánea es la disolución del mito de la doble naturaleza del hombre. Debe borrar las articulaciones introducidas por la elaboración nocional en esta creencia primitiva. Tiene que producir la liquidación definitiva de toda esa mitología. Ante ese estado de situación, ante ese punto muerto en que se encuentra la psicología, hace falta una crítica renovadora que liquide lo que la psicología ha sido hasta ahora. 
5. Politzer evalúa la negación radical de la psicología clásica, introspeccionista o experimental, que se encuentra en el behavorismo de Watson como un descubrimiento importante. Significa la condenación de aquel estado de espíritu, consistente en creer en la magia de la forma, sin comprender que el método científico exige una radical reforma del entendimiento. Watson ha reconocido que la psicología objetiva clásica no es objetiva en el verdadero sentido de la palabra, afirma que después de 50 años de psicología científica es necesario que la psicología se convierta en ciencia positiva. Sus continuadores se apartaron del behavorismo al descubrir que el behavorismo de Watson no tiene salida, y retornaron a nociones introspectivas o se limitan simplemente a traducir en términos de behavior las nociones de la psicología clásica. La verdad del conductismo está constituida por el reconocimiento del carácter mitológico de la psicología clásica y la noción de behavior no sirve más que cuando se considera su esquema general, previamente a la interpretación que le dan los watsonianos y los demás. 
6. Politzer dice que no se trata de limpiar y podar ramas, sino de talar el árbol. Con esto se refiere a que la crítica a la psicología clásica debe dirigirse al tronco del árbol, es decir a la ideología central. Tampoco se trata de condenarlo todo en bloque, pues hay hechos que sobrevivirán a la muerte de la psicología clásica, pero únicamente la nueva psicología podrá aportarles su verdadera significación. 
7. Las ciencias de la naturaleza que tratan del hombre no agotan ciertamente cuanto podemos aprender sobre él. El termino vida designa un hecho biológico, al mismo tiempo que la vida propiamente humana, la vida dramática del hombre. Esta oposición implica que la psicología como ciencia necesita incorporar la subjetividad, es decir es necesario que haya una orientación al yo, esto es importante para pensar los hechos psicológicos. Esta vida dramática presenta todos los caracteres que hacen posible que se estudie científicamente un dominio. Politzer define drama como hecho y encuentra en esta noción una fusión entre lo objetivo y lo subjetivo. Al no encontrar un lugar en la psicología clásica, las reflexiones sobre esta vida dramática hallaron su lugar en la literatura y el teatro.
8. Politzer afirma que hasta nuestros días no se ha efectuado ningún descubrimiento psicológico digno de ese nombre porque el trabajo psicológico no ha sido más que nocional, trabajo de elaboración, articulación, la racionalización de un mito y finalmente su crítica en lugar de tener una orientación hacia lo concreto, es decir, hacia la vida dramática del hombre. La crítica kantiana de la psicología racional debería haber arruinado definitivamente la psicología.Pero la crítica no surtió este efecto. Cierto es que eliminó la noción de alma, pero la refutación de la psicología racional, al no ser más que aplicación de la crítica general de las cosas en sí, parece dio por resultado que la psicología tuviera un realismo empírico. Esta crítica parece consagrar la hipótesis de la vida interior. El antiguo fondo de la psicología ha podido sobrevivir, y sobre él han caído las exigencias de moda durante el siglo XIX: experiencia y cálculo. 
9. De las dos inspiraciones radicalmente opuestas que dieron origen a la psicología oficial, Politzer pone el énfasis en la crítica de la mitología del alma. Cuando habla del culto del alma, de la religión de la vida interior, y de salvarse contemplándose el ombligo, dice que su esencia es la misma que la de nuestra civilización. Esa esencia es la abstracción. …
Falso sería decir, que la psicología clásica se alimenta solamente del pasado. Por el contrario, ha logrado unirse a ciertas exigencias modernas: la vida interior, en el sentido fenomenista de la palabra, ha logrado efectivamente convertirse en valor. La religión de la vida interior es el mejor medio de defensa contra los peligros de una verdadera renovación. Como no implica el apego a ninguna verdad determinada, sino simplemente juego desinteresado con las formas y cualidades, produce la ilusión de la vida y el progreso espiritual, cuando la abstracción que es su esencia, detiene toda verdadera vida; y como no se conmueve sino debido a su propia profundidad, no pasa de ser eterno pretexto para ignorar la verdad.
 El destino de la abstracción es la muerte. 
10. Las tendencias que, contribuyendo a la disolución de la psicología clásica, anuncian la nueva psicología son: el psicoanálisis, el conductismo y la teoría de la gestal. Lo que aporta la teoría de la Gestalt es la negación del modo de obrar fundamental de la psicología clásica, consistente en deshacer la forma de las acciones humanas para intentar después reconstituir la totalidad, que es sentido y forma, partiendo de elementos sin significación y amorfos. Sin embargo, no parece poder liberarse de las preocupaciones de la psicología clásica. El conductismo, reconoce el fracaso de la psicología objetiva clásica, y aporta, con la idea de conducta, fuere cual fuere finalmente su interpretación, una definición concreta del hecho psicológico. Pero, cae de nuevo en la fisiología, la biología. Y sólo estudia lo externo. El psicoanálisis, proporciona la visión verdaderamente clara de los errores de la psicología clásica, y nos muestra inmediatamente la psicología nueva tanto en vida como en acción. Sin embargo, en su seno oculta a la antigua psicología. 
11. Politzer afirma haber vislumbrado la verdadera psicología reflexionando sobre el psicoanálisis, porque el psicoanálisis introduce la subjetividad, la orientación al yo, y sobretodo introduce el sentido, cuestiones que Politzer plantea como necesarias para una psicología científica de los hechos psicológicos. 
En un primer momento, la aparición del psicoanálisis desenfrenó una oleada de protesta, que luego se calmó, porque los partidarios de la psicología clásica cambiaron su estrategia para combatir al psicoanálisis, al entender que la protesta no era la forma de combatirlo, porque equivalía a entregar y abandonar el terreno sin lucha a los psicoanalistas. Al contrario, le concedieron un lugar a Freud en la psicología, dejando caer sobre él, todo el desprecio manifestado hoy por ciertas tendencias, afirmando que el psicoanálisis no deja de ser un renacimiento de la antigua psicología. Politzer, en contra de esto, afirma que el nacimiento del psicoanálisis no es una evolución de la psicología clásica, sino que es una revolución: el psicoanálisis lejos de ser un enriquecimiento de la psicología clásica, es precisamente la demostración de su derrota. Constituye la primera fase de la ruptura con el ideal tradicional de la psicología, con sus temas y sus fuerzas inspiradoras. 
12. Politzer se propone descubrir las enseñanzas que aporta el psicoanálisis a la nueva psicología por un lado, aislando al psicoanálisis de los prejuicios que lo rodean, investigando su verdadera inspiración, y oponiendo constantemente dicha inspiración a los procedimientos constitutivos de la psicología clásica cuya negación implica, y por otro lado, juzgar las construcciones teóricas de Freud en nombre de dicha inspiración, cosa que permitirá al mismo tiempo, asir el núcleo vivo de los procedimientos clásicos. Para esta tarea, elige empezar por el estudio de la teoría freudiana del sueño porque el psicoanálisis reposa sobre la teoría del sueño, y la interpretación de los sueños es donde mejor aparece el sentido del psicoanálisis, y quedan al desnudo sus procedimientos constitutivos. 
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19. La abstracción es el proceso fundamental de toda la psicología clásica, porque describe a los procesos psicológicos en términos de mecanismo y no en términos de acciones en primera persona; trata con nociones que corresponden a hechos psicológicos considerados fuera de su relación constitutiva con la primera persona. A teoría más representativa de la abstracción es evidentemente la de las facultades del alma. La primera persona queda dividida en facultades, los hechos psicológicos no son ya manifestaciones del yo: provienen de facultades independientes que ni son ni pueden ser más que entidades en tercera persona. La psicología moderna, que afirma haber superado la teoría de las facultades del alma, se halla exactamente en el mismo caso. Los ,arcos que nos ha legado la teoría de las facultades han sido conservados cuidadosamente (excepto en la denominación, pues en vez de facultades nos hablan de funciones), y con ellos el procedimiento fundamental que figura en su base. Por el contrario, la inspiración fundamental del psicoanálisis, más allá de la teoría de los sueños, es la de enlazar los hechos psicológicos con el yo.

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