Logo Studenta

Ciencia y sociedad en América Latina

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Ciencia y sociedad en América Latina- Judith Sutz.
Nuevas tensiones y desafíos provocan una serie de transformaciones profundas en la Universidad latinoamericana que ahora se “enclava” en un mundo globalizado. En este contexto la nueva agenda de la Universidad se caracteriza por los estudios sociales de la Ciencia y la Tecnología, que aparecen como algunos de sus nuevos ejes vertebra dores. Esta mirada privilegia el tema de la creación del conocimiento, de los actores que lo hacen, lo usan y lo difunden, de sus motivaciones, creencias, valores y recompensas, de sus conflictos y sus formas de organización. De este modo Universidad-Sociedad, Universidad-Producción, Universidad-Estado, Universidad-Innovación, Universidad-Desarrollo son abordajes que permiten indagar en torno a esos temas.
Para comprender dicha transformación, la autora señala dos dimensiones de análisis destacando una serie de cambios: A nivel general : 1- Cambio en la lógica de la producción. 2- Cambio en las relaciones Universidad-Estado. 3- Cambios en la mediación Universidad-Sociedad, 4- Cambios en los plazos en que la Universidad ubica su accionar. 5- Cambios en los liderazgos internos de la Universidad. 6- Expectativas en términos de remuneraciones que tienen los Universitarios. 7- La privatización del conocimiento. A nivel regional, caracterizando la especificidad de la universidad latinoamericana.
GeneralidadesEntre ellos aparecen: 1- Cambio en la lógica de la producción, que ha transformado el conocimiento, su creación, acceso, difusión, transferencia, adecuación, apropiación y los costos asociados a cada uno de estos aspectos. 2- Cambio en las relaciones Universidad-Estado, tanto en la dimensión del financiamiento como en la del rol de este último en relación con las actividades de educación superior. 3- Cambios en la mediación Universidad-Sociedad, desde el momento en que la Universidad asume el rol de productora directa de bienes y servicios para los usuarios finales.
Antes la mediación era a través de la práctica profesional de los egresados o del mecanismo general de difusión del conocimiento. Ahora hay una diversificación tal que ha complejizado notablemente esta lógica, tanto por parte de otras organizaciones que demandan sus propias especificidades como desde el interior mismo de las universidades, en función de los distintos saberes en ellas cultivados. Ahora, las seculares mediaciones que hacían de la universidad una institución aparte que preservaba niveles sustantivos de autonomía decisoria se está desvaneciendo lentamente.
Esta situación crea un importante conjunto de indefiniciones. Entre ellas aparece como la más fuerte la relacionada con los roles relativos de los universitarios y del mundo exterior; que de alguna manera puede sintetizarse en el siguiente interrogante: ¿Hay que avanzar hacia la “des-academización de los universitarios para acercar Universidad y Sociedad en estos nuevos tiempos o hay que procurar que ello no ocurra, inventando nuevas instituciones que sustituyan las antiguas mediaciones, hoy aparentemente insuficientes?
4- Cambios en los plazos en que la Universidad ubica su accionar. El problema es que el viejo modelo lineal “investigación-desarrollo-innovación”, dentro del cual la Universidad se ubicaba cómoda y aisladamente en el extremo izquierdo, no se complace con la realidad. En efecto en ese contexto era típicamente una institución de largo plazo, preocupada por construcciones de maduración lenta. El punto es que la creciente exigencia externa de obtener resultados de aplicación inmediata -exigencia y no planteo a discutir, pues viene acompañada de implicancias presupuestarias- pone en cuestión la continuidad de la Universidad como espacio en que se puede abordar la complejidad, dado que su tratamiento descarta el apresuramiento como estrategia de trabajo. En los nuevos modelos interactivos y retroalimentados no hay quien pueda jugar su rol en solitario; devenidos obligatorios, los diálogos remiten nuevamente al tema de los plazos.
5- Cambios en los liderazgos internos de la Universidad producidos como resultado de impactos y desafíos externos. La creación de conocimiento, elemento central en la distinción entre una Universidad y cualquier otra institución de formación terciaria, ponía el liderazgo (representación del espíritu universitario), en los “científicos básicos”, dedicados a tiempo completo a sus tareas académicas. Los “tecnólogos” en todas las ramas tenían pro medialmente dedicaciones institucionales más bajas y también una estimación interna más baja. Son las fuerzas y debilidades relativas de ambos grupos las que están siendo trastocadas actualmente. Viejos liderazgos cuestionados por otros emergentes: no es solo desde afuera que se procesan los cambios.
6- Expectativas en términos de remuneraciones que tienen los universitarios. ...”A la universidad nadie viene a hacerse rico”... A esta idea se le suma la de que justamente por producir un bien demandado por agentes con capacidad de pagarlo, la Universidad tiene que pasar a autofinanciarse.
Todo ello ha ido produciendo un sistema doble de financiamiento y remuneraciones universitarias, uno derivado de fuentes presupuestales y otro de la capacidad de generar contratos externos.
Tanto el tema de las remuneraciones como el de la estabilidad laboral están induciendo cambios muy significativos: a nivel de la auto percepción de lo que la Universidad es y debe ser, a nivel del perfil de las actividades que se va construyendo y a través de las salidas a la tensión provocada por una diferencia de identidad académica que se traduce crecientemente en diferenciación salarial y de oportunidades.
7- La privatización del conocimiento. En el esquema tradicional las mediaciones Universidad-Sociedad obviaban su inclusión en la agenda universitaria pues la legitimidad de las opciones y de la apropiación de los beneficios en materia de generación y aplicación de conocimiento fuera de los claustros estaba fuera de discusión. Pero desde que la Universidad es la que produce conocimiento no con el compromiso de máxima difusión sino con destinatario muñido de derechos propietarios sobre él, la privatización pasa a competirle directamente. Entonces los conflictos se multiplican entre los que niegan su existencia y los que lo subrayan argumentando la polarización entre el ethos universitario y la mercantilización de los saberes. La consecuencia de esto es una modificación en su relación con la esfera de lo público y lo privado y una transformación de los qué, para qué y para quién de la práctica universitaria. ¿No estaremos dentro de poco llamándole Universidad a una institución muy diferente de aquella que heredamos?
Especificidad Latinoamericana Un primer grupo de especificidades tiene que ver con las diferencias en los contextos en que la Universidad le toca actuar: en relación al Estado, al empresariado, a la pobre valoración social del conocimiento y de una aún más pobre auto-identificación de conocimiento. 1- En términos de la relación Universidad-Estado es que éste no se ve a sí mismo como agente en el proceso de innovación.
En los países de la OCDE el Estado ha definido medidas tendientes a fortalecer las capacidades nacionales de innovación, tanto a nivel de la oferta como de la transformación de ésta en conocimiento aplicado y volcado al mercado. Llegando incluso a ocuparse de hacer cosas y no sólo promover que otros las hagan.
En este contexto que produce una división socio técnica del trabajo que apoya la coordinación y rentabiliza los esfuerzos de los diversos agentes de la innovación, se encuentra la Universidad. Ella pelea su espacio y su identidad en un marco en el que la creación de conocimiento es altamente valorada. En América Latina, una mayor confianza en las fuerzas del mercado y el descreimiento en la capacidad de acción coherente del Estado, militan en contra de la formulación de políticas de innovación a nivel público. La Universidad se encuentra aislada justamente cuando más fuerte es el reclamo para que demuestre lautilidad de lo que hace. Ello le plantea el tener que sumar a su perfil específico como creadora de conocimientos, muchos otros, sin tener los instrumentos idóneos, sea en el ámbito financiero, de ordenamiento jurídico, de promoción industrial o de formación profesional.
2- Situación del sector privado en relación con la producción del conocimiento. Los sectores privados se articulan fuertemente con la producción mundial de resultados pues el espacio nacional no es visualizado como un ofertante dinámico y eficiente de soluciones científico-tecnológicas; dentro de él, las universidades latinoamericanas sufren más fuertemente ese tipo de invisibilidad. Un segundo grupo está vinculado a ciertos aspectos internos, derivados del pequeño tamaño relativo de casi todas las comunidades científicas latinoamericanas y de su menor grado de maduración en comparación con el mundo desarrollado.
Las comunidades científicas de la región necesitan legitimarse como tales a través de circuitos externos. Lo que les provoca no pocas tensiones, en particular a causa de los criterios de pertenencia a la comunidad internacional y los de pertinencia local. Esta situación colabora a procesar divisiones crecientemente irreductibles entre partes de la Universidad y entre categorías de universitarios, en buena medida derivadas de los sistemas de evaluación vigentes Las universidades se ven enfrentadas a un triple desafío, asumido en buena medida desde una acentuada soledad: generar conocimiento, lograr que éste sea validado en los circuitos internacionales, y lograr su visibilidad y reconocimiento en el ámbito local. Si consiguen articular estas tres cosas sobrevivirán como universidades en el sentido clásico del término; si no, seguramente conserven en su interior comunidades capaces de lograr articulaciones parciales, pero tan enfrentadas en sus lógicas de reproducción que empujen a la institución, de hecho o de derecho, a su ruptura.

Continuar navegando