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Parcial Estrategias Educativas

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Universidad Nacional de Salta – Facultad de Humanidades
Estrategias Didácticas – Primer Parcial
Estudiante: Flores Alberto Exequiel – L.U: 718492
Consignas:
Elaborar un ensayo sobre la escuela y su organización frente a una pandemia. Tener en cuenta la lectura de los textos de los autores: De Souza, Dussel y otros y los presentados en Bitácora de cuarentena
Fecha de presentación: 28.07 hasta 23.59
Desarrollo
Comportamiento Emergente
Dos años, un momento histórico único en características, matices, decisiones, acciones, pensamiento que hicieron de estos dos años de pandemia únicos. En medio de la era de la información y del mercado global, un enemigo invisible amenazo y amenaza la supervivencia de las sociedades humanas, provocando distintos efectos en cada uno de sus esferas: en lo político, económico, social, sanitaria, y en la que aquí nos compete hablar, sobre la educativa. 
Sobre educación hemos escuchado bastante, pues no se agotan la multitud de relatos que entre maestras/os, directivos movilizaron el núcleo de significación de la educación y buscaron los medios para poder establecerla de momento en la virtualidad. De esta experiencia rescatamos muchos elementos para pensar el trayecto. Pensar el trayecto también implica ponerse de frente al estado actual de la educación, un panorama en crisis pero que hay diversos frentes de lucha, donde se busca cambiar el lente, la perspectiva y el sentido en como se ha venido trabajando tanto los y las docentes, como la forma en como se conciben los procesos de enseñanza y del aprendizaje, el diseño curricular, las políticas educativas y la propia participación de los estudiantes, familias y la comunidad. 
Entre estas tramas de lucha, dentro del contexto globalizante del mercado y la manipulación de los sentidos de formación, empleo y profesionalización, va siendo momento de ubicar el lente en la organización escolar y en como esta se encuentra, como se las arregló pese a que atraviesa una fuerte desconfianza creciente sobre su función ultima, puesta en entredicho frente a los otros productores de conocimientos y saberes emergidos en la era de la informática, el contenido multimedia y los medios masivos de comunicación. Pero también, reconocer que en este tiempo, la escuela como organización educativa desarrollo miles de planes contingentes, formas de mantener el trayecto de sus estudiantes, de reforzar el vínculo en medio de un distanciamiento que fortaleció las bases del individualismo, formas y acciones que, algunas si son una respuesta estatal, pero también acudimos a recuperar otras que fundadas en las normas, eligieron otra forma de trabajar lo educativo.
En este trabajo, vamos a revisar en como la escuela se ha organizado dentro de sus límites y posibilidades, que ha tenido que modificar y plantear al respecto de cómo dar continuidad a su objetivo en el estado de emergencia sanitaria. En particular, como se organizó en lo virtual, frente a la emergencia del estudiante y las apuestas que realizo como una antesala a lo que vendrá a posterior. Y al final a manera de cierre, unas acepciones sobre la escuela que considero no olvidar jamás, porque esa es en definitiva el sentido principal de todo este trabajo.
A Grande Rasgos: Un Cambio en la administración
“…las políticas están sosteniendo la importancia de mantener la escuela, la educación a distancia, ya sea con plataformas digitales, con programas televisivos, cuando no se puede con materiales impresos, con la radio, etc.” Dussel, Inés (2020) Pag.47.
Con la declaración del covid-19 como pandemia, el cierre de las escuelas y centros educativos ha tenido una doble interpretación: por un lado el contexto pone en evidencia la necesidad de cuidar de la salud en general, suspendiendo la presencialidad; pero también ha sido una manera forzosa a de ensayar nuevas formas de enseñar, aprender y evaluar. Se suele decir que nadie está preparado para la sorpresa y la imprevisión, más en un contexto histórico hiperacelerado en la comunicación, producción y reproducción de contenidos- Aquí encontramos el primer punto de inflexión en el cual la escuela ensayaría. Sabemos que hoy, la escuela comparte con otros espacios, medios lo que es la transmisión de saberes y conocimientos. Esto ha supuesto, como ya venía dándose desde hace un par de años, presionar a la organización sobre su papel, la obsolencia que alegan grupos y sectores de la sociedad y la ausencia de un plan de adaptación a las nuevas lógicas de esta era de la información.
“Nadie pensó ni intuyo estar preparado, en condiciones para transformar de manera brusca, la forma en que la escuela ha venido trabajando. La presencialidad es por definición, el modo de operatividad de la actividad escolar” Si bien ya se venía tratando e incluyendo, de manera idónea o no, las competencias digitales en lo educativo, las competencias digitales en estudiantes, docentes, esta inmediatez de acciones revelo que no existía un desarrollo en pedagogía digital la vez que expuso la persistencia de las brechas digitales.
La conectividad que ahora asume el papel de la base del espacio donde las actividades escolares han de darse, un recursos que tiene la potencialidad y limitación de establecer quienes pueden acceder la escuela; dentro de la base del espacio, encontramos las ventanas del acceso donde los dispositivos tecnológicos van a ser el intermediario entre los y las docentes, el contenido y el estudiante; pero a efecto de todo esto requiere un conocer, un saber sobre la utilización de estos recursos y habilidades que permitan la comprensión del contenido, que el estudiante entienda lo que está haciendo con los contenidos al trabajar con herramientas digitales.
Frente a esta cuestión, la escuela tomo distintas líneas de acción, hemos visto como en unas la virtualidad tomo el control del acto educativo, adecuando los programas, los contenidos y la dosificación de estos para que, en cierto modo como un replicante, la virtualidad instaure el aula allí. En otras, trabajo sobre la base de esta virtualidad, su sentido y significatividad. Así es, la base del vínculo y la relación que se producen dentro del acceso, humanizando la comunicación, un esfuerzo noble y comprometido de que ninguno quedara fuera en estos tiempos difíciles, pero quienes trabajaron esta línea de acción evidenciaron en carne propia los efectos del aislamiento, la soledad, la incertidumbre sobre el futuro, el desbordamiento de la psiquis y la perdida de la confianza sobre la capacidad de resolución, tanto del estudiante al realizar su actividad, como la de las y los docentes, que ante el silencio, el anonimato, su rol tensionado frente a una pantalla con anónimos, antes conocidos. Y, por otro lado, una amalgama de lo presencial y virtual como un par complementario que incorporo medios como la radio, teléfonos fijos, whatsapp, programas de televisión, idóneos para lugares donde se dificultar llegar.
En estas tres modalidades en como la escuela organizo su objetivo, yace una cuestión interesante, veámoslo:
Pensar en el acceso a los contenidos en tiempos de pandemia, supone deconstruir la materialidad del vínculo, de la relación entre docente, estudiante y contenidos. El espacio áulico, con su tiempo, sus normas, sus lógicas no son posibles de ser extrapolados en su totalidad a la virtualidad, pero se puede hacer otra cosa. La escuela organizo la interpretación del sujeto de la educación, entre el pasado, el presente y el futuro, para establecer, de manera excepcional una conexión entre los contenidos simplificados. ¿Qué significa esto? Coloco al estudiante en el centro y definió la complejidad del contenido de acuerdo a parámetros del pasado de la escuela, al presente incorporando la pandemia y la multitud de dificultades y desafíos para dar mantenimiento a los trayectos educativos, en como las y los docentes también se ubican en ella, y el futuro al respecto de cómo trabajar “el día después”. Con respecto al futuro, Puiggrós (2020) nos indica que “La educación es lo contrario de la ausencia de futuro, dado queestá tejida con el deseo y la voluntad humanos de superar el abismo que separa el hoy del mañana” Pág. 42
Esto último supone no solo pensar, reflexionar y criticar el modo de trabajo de la escuela, sino que es la revisión de lo que el pasado, el presente han hecho de la escuela y la preparación de nuevas maneras de acercar el contenido escolar a los estudiantes, presenten en como algunos docentes, con un esfuerzo propio, con creatividad, solos o acompañados por la institución, dieron un giro de tuerca al trabajo en el aula. Considero que la distinción solo o acompañados es importante, ya que es la evidencia y el recordatorio, de que si en ocasiones durante la pandemia chicas y chicos, aprendieron, comprendieron y resignificaron lo aprendido, ha sido una tarea que las y los docentes llevaron a cabo en solo junto con todo lo que los interpelo de este tiempo excepcional, pero también donde la escuela estuvo presente asistiendo en el análisis del sujeto de la educación, poniéndose en el centro de la tensión que la atraviesa, y por momentos, recuperando el sentido humanizador del proceso de enseñanza y del aprendizaje, por momentos recordando que pese a que tuvo distintos objetivos en contextos históricos anteriores, humanizar el que y el cómo transmitir saberes es lo que realmente le suma cuota de valor y confianza, para que los estudiantes no se rindan, no pierdan su voluntad y motivación en lo que respecta a su trayecto escolar.
La Emergencia del Sujeto que aprende
“Den farligste forræ blandt alle er den, ethvert menneske har I sig selv” - “El traidor más peligroso de todos es aquel que cada ser humano tiene en si mismo” Soren Kierkergaard – Las obras del amor.
La emergencia sanitaria afecto de manera únicas al entramado de relaciones que la escuela construye su acción. En esta ocasión ha dejado en manos de profesores, directores como extensión de la escuela, a estudiantes y a las familias con una tarea excepcional. Organizar la escuela en pandemia pero para atajar una cuestión, que estando latente, hace acto de aparición. La educación virtual o, mejor dicho, la educación virtual de emergencia sanitaria, trajo consigo el debate sobre los estudiantes, sobre las reales intenciones y el compromiso de ellos frente a las actividades, frente al docente, frente su propio proceso de aprendizaje.
Si bien, desde la escuela se estableció la necesidad de trabajar el dialogo personalizado a fin de poder darle una vuelta de rosca a la manera en cómo pensar el vínculo docente, estudiante y contenido, en estas circunstancias complejas, su impronta se encuentra limitad por lo que requiere tratar de revisar las conceptualizaciones y valoraciones que se tienen de los estudiantes.
“En el crucial momento de su vida, cuando estaban asomando al mundo y buscando construir el propio, desprendiéndose y diferenciándose de su familia, su supervivencia depende de que se encierren con esta última. El hacinamiento, el acoso, la incompatibilidad de caracteres y de comportamientos entre las generaciones producen, sumadas al encierro necesario, depresiones y un aumento del número de suicidios de adolescentes en varias provincias argentinas” Puiggrós (2020) “Balance del estado de la educación, en época de pandemia en América Latina: el caso de Argentina” en Pensar la Educación en tiempos de pandemia: Entre la emergencia, el compromiso y la espera. Buenos Aires, Argentina. Unipe. Pág. 34
En este punto de la vida estudiantil, las y los jóvenes que interrumpen su trayecto escolar ven aumentado las probabilidades de comprender la interrupción como la negación del mundo hacia ellos, una negación que crea una profunda marca de incertidumbre y pone al sujeto de la educación en los límites de su continuidad. La relación a través de lo virtual, tiene una suerte de sentido instrumental, pese a que se ha puesto esfuerzos en darle un sentido humano, no parece ser suficiente para atraer, motivar y movilizar al estudiante. 
Frente al desconcierto del sujeto de la educación, el y la docente ven al estudiante como desconocido, producto de los procesos que atraviesa mencionados anteriormente, una caja negra impenetrable, cuyo sentido de anonimato, característica propia del mundo virtual, ha cercenado las posibilidades de interacción con él, se desconoce que piensa, que siente, que entiende sobre lo que se le enseña. 
Esto no es en general, ya que rescatamos la inventiva de ciertos espacios y docentes en humanizar el vínculo digital, pero esto que pasa aquí, en lo planteado trae con fuerza la creencia, de que es el propio estudiante quien no quiere trabajar, que no quiere responder por pereza. La resistencia del estudiante se la justifica por el hecho de que es un sujeto que tiene pereza, que es flojo, que no le importa aprender. Si, argumentos que dañan aún más el vínculo dado que se producen desde la subjetividad del docente y la ausente comprensión de como los distintos aspectos de la vida sociedad interpelan su acceso y trabajo con los contenidos escolares.
La presunción valorativa sobre el estudiante trae más desconcierto que certezas en la organización escolar, generalizado esta presunción, la escuela toma posturas defensivas, analiza y evalúa las razones del porque el estudiante actúa así, y crea medidas de contingencias para salvaguardar al grupo dentro de sus posibilidades, forzando la humanización artificial del vínculo digital (A diferencia del planteo de humanizar el tratamiento de los contenidos expuesto con anterioridad aquí, un efecto de esta emergencia sanitaria, fue la humanización artificial del vínculo digital, creando un suerte de humanización devenida en un conjunto de normas que a fuerza bruta intentan transgredir las lógicas del mundo virtual, pero se convierte en un problema que agota tanto al docente como a los estudiantes, atiende a los efectos de la empatía sintética), que nuevamente encuentra resistencia frente a las lógicas del mundo virtual. Sin duda, la pandemia trajo una vieja conocida pero como diría una frase icónica “regreso en forma de ficha”, renovado dilema sobre es el estudiante alguien que no quiere aprender, o si es la misma sociedad que crea la alteridad del estudiante como justificación que quienes logren salir de esta escuela en pandemia, han sido aquellos elegidos, propios de su voluntad y esfuerzo. En otras palabras, la presencia de la emergencia del sujeto de la educación. 
Sorprendentemente, la escuela ha reconocido esta situación, y plantea que el abordaje de la emergencia del sujeto de la educación ha de hacerse aprovechando dos cuestiones. A saber, los dispositivos tecnológicos, es decir la tecnología material con la cual se hace efectivo el espacio áulico, y las tecnologías de socialización entendiendo a estas a las redes de intercambio y comunicación que surgen en el trabajo con las tecnologías materiales. ¿Qué significa esto? El trabajo en la virtualidad supone romper la extrapolación activa del espacio aulico, reorganizando el espacio, el tiempo y los vínculos entre docentes y estudiantes, ampliando la comprensión del contenido en los planos de su especificidad, un contenido escolar que encuentra la conexión con la realidad y que al mismo tiempo flexibiliza su interpretación y reconstrucción desde la apropiación de los estudiantes. Daniel Brailovsky (2020) refiere a este de manera precisa a través de lo que es los docentes arquitectos y anfitriones: 
“…los docentes necesitamos ser las dos cosas: arquitectos y anfitriones. Nos hace falta ser arquitectos de nuestras aulas porque eso permite construir una reflexión estratégica, situada, consciente de las ventajas y desventajas de los dispositivos que empleamos (…) Pero necesitamos a la vez ser anfitriones, porque enseñar es también percibir la forma que todo esto adquiere en cada encuentro. Si como arquitectos se nos demanda una mirada larga y atenta al contexto, como anfitriones hacemos culto de lo singular, del aquí y ahora” Brailovsky, D. (2020) "Ecos del tiempo escolar", en Dussel, I. Ferrante , P y Pulfer, D. comps. (2020). Pensar la educaciónen tiempos de pandemia: entre la emergencia, el compromiso y la espera. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. UNIPE. Pag. 151
Hacia el abismo, la cuestión de la invasión en la virtualidad
“No se puede regresar un dado lanzado a su posición original” Anónimo.
La retirada de la presencialidad y la instauración de la virtualidad como el espacio, ya nos advierte de un estado que para mantener el papel y forma de la escuela ha de encontrar en los medios masivos de información y comunicación la forma de que siga presente. Pero ¿a que costo?
La escuela, frente a una nueva función propia del contexto que nos interpela, tuvo que reorganizar su manera de trabajar en pos de una nueva logica para seguir cumpliendo con su objetivo, la educación. Esta se trasladó al espacio virtual y al hogar, donde en uno pudimos observar la búsqueda de una replica de la escuela dentro de las videollamadas, las conferencias, los zooms y los meets.
“La domesticación del espacio escolares también un problema en otro sentido. Se pierde la idea de la escuela como un espacio (…) Me parece que, por supuesto, las escuelas son un espacio donde se subvierten ciertas jerarquías, se instalan otras, pero vemos que la ausencia de ese espacio físico escolar hace visible que en las escuelas y en las aulas pasan otras cosas que no pasan en las pantallas” Dussel, I. (2020) “Clases en pantuflas” Bitacora de Pandemia. Pag. 50
Estos espacios actuando como replicantes de un lugar cuyas puertas, cuya habitabilidad estaban prohibidas. Pero no por un mal, sino por un bien, “en aras de la salud y el bienestar común, la escuela ha de enfocar su actividad en otro espacio, siempre responsable de la tarea encomendada por la sociedad”. En específico, la organización de las aulas, del tiempo escolar, de la distribución de roles y autoridades en lo virtual como en el avance sobre el espacio domestico trajeron viejos y renovados conflictos a la mesa de discusión, dado que lo tradicional encuentra sus limites y restricciones. 
Desde el anonimato de las pantallas, el silencio absoluto durante algunas clases, la escasa participación, y en el ámbito del hogar, donde la casa se reconstruye en una interpretación extendida del aula, la autoridad que se reconfiguraba constantemente en la figura de docentes en pantallas y al mismo tiempo en las madres, padres, hermanos, abuelos/as, para dar sostén la escuela. En específico, la trama de relaciones de la escuela y como venían configuradas fueron detonadas. Como un hilo deshilachado, pero aun firme mostro la naturaleza de las relaciones que la escuela teje y también acerco al común de la sociedad la tarea de la escuela, que no es solamente enseñar como tal. Justamente esta toma de conciencia sobre la escuela y la configuración de la trama de vínculos sobre su quehacer esta idóneamente reflejado en los aportes de Sousa Santos (2020):
Es aquí donde la pandemia opera como un analista privilegiado. Los ciudadanos ahora saben lo que está en juego. Habrá más pandemias en el futuro, probablemente más graves, y las políticas neoliberales continuarán socavando la capacidad de respuesta del Estado, y las poblaciones estarán cada vez más indefensas. Semejante ciclo infernal solo puede interrumpirse si se interrumpe el capitalismo. De Sousa Santos, Boaventura (2020) “La cruel pedagogía del virus” – Lección nº 3. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Clacso. Pág. 69
Si bien aquí tratamos de ver lo importante que es el trabajar y sostener estas relaciones, consideramos oportuno también agregar que no es una cuestión que este aislada. Al contrario, esta atravesada por un contexto político, económico y social particular. Esta mención al capitalismo, ya supone entender las relaciones en clave hacia formas de organización de la escuela en pandemia, no es una novedad pero si una profundización. Sus alcances han sido fuertemente visibilizados a través de como el acceso a internet, a las herramientas de conexión como meets, zoom han establecido una línea de productos especificas solamente para la solvencia de la escuela en estos tiempos. No asisten a la relación como tal, solo tratan de ser mediadores de dicha relación, que al final solo se jacta de poder dar un alcance, como si tratáramos de extender un hilo más allá de lo posible sin considerar los efectos que produce. En efecto, la forma en como la escuela se organiza, pasa a sustentarse a través del medio, siendo este en muchas oportunidades, el que va dar disponibilidad y acceso, a todos, a pocos o a ninguno. Esto ultimo encuentra quizás, una mayor comprensión en el siguiente fragmento dado que expresa la verdadera naturaleza de los vínculos educativos en el tramado político-económico.
“El problema es táctico: hasta dónde las nuevas tecnologías entregan, tergiversan u obturan el principio pansophiano y hasta donde lo pueden resignificar positivamente. ¿Aceptamos que en nombre del Estado, del mercado o de algún nuevo tótem corporativo se estandarice la trasmisión de saberes?” Pansophia Project, (2018).
A Grande Rasgos: Apuestas Laterales
“La campaña será costosa, pero al final salvaremos a la escuela de su peor enemigo, de sí misma” Anónimo
Comportamientos Emergentes, cambios en la administración, la emergencia del sujeto de la educación y hacia el abismo: la cuestión de la invasión en la virtualidad han sido una exposición general de como la escuela se ha organizado en ciertos puntos específicos para poder seguir trabajando, para dar continuidad a las funciones que se le asignaron, las sobreimpuestas y las legadas por y para la sociedad. Pese a todo lo que se pueda decir de la escuela, esta sigue en el juego haciendo lo que mejor sabe hacer, apuestas laterales. Seguir pensando frente a distintos contextos históricos, frente a épocas de crisis, la manera en cómo reinventar su misión y sus objetivos. Como organización que al no estar definida de manera concluyente, le permite reestructurarse para dar cabida a posibilidades inéditas de pensar las estrategias y los procesos de enseñanza y del aprendizaje. Que aun dentro de la norma, existen ese pequeño margen de oportunidad aportada por el profesorado para sostener la educación y a los estudiantes. Me gustaría cerrar con lo que considero una mención particular, a saber, la escuela como organización a tomado realmente, dentro de lo visto aqui, la posición de una organización que aprende pero no como novedad, sino mas bien hacernos recordar de que en la escuela, es una organización que cobra vida a partir de quienes la habitan y la transita, es el esfuerzo de toda una generación, en estos dos años, de no agotar el encanto y la inventiva de lo que realmente significa la escuela, un lugar donde el futuro comienza.
Bibliografia
· Inés Dussel (2020) “La clase en pantuflas. Reflexiones a partir de la excepcionalidad” Conversatorio virtual organizado por el ISEP (Instituto Superior de Estudios Pedagógicos) https://tinyurl.com/ybh4mgus (duración 1h 19 min 07 s) Pag. 47
· Dussel , I. Ferrante , P y Pulfer, D. comps. (2020). Pensar la educación en tiempos de pandemia : entre la emergencia, el compromiso y la espera. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. UNIPE
· Puiggrós (2020) “Balance del estado de la educación, en época de pandemia en América Latina: el caso de Argentina” en Pensar la Educación en tiempos de pandemia: Entre la emergencia, el compromiso y la espera. Buenos Aires, Argentina. Unipe
· Brailovsky, D. (2020) "Ecos del tiempo escolar", en Dussel , I. Ferrante , P y Pulfer, D. comps. (2020). Pensar la educación en tiempos de pandemia : entre la emergencia, el compromiso y la espera. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. UNIPE
· Dussel, I. (2020) “Clases en pantuflas” Bitacora de Pandemia
· De Sousa Santos, Boaventura (2020) “La cruel pedagogía del virus” – Lección nº 3. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Clacso.
· Pansophia Project (2018) «Manifiesto», en Pansophia Project. http://pansophia.org/manifiesto/ [Consultado el 17 de julio de 2020].
· «Once tesis urgentes para una pedagogía del contraaislamiento», en Pansophia Project, 4 de mayo. http://pansophia.org/once-tesis-urgentes-para-una-pedagogia-delcontra-aislamiento/[Consultado el 17 de julio de 2020].
· Mascheleim y Simons. (2014) Defensa de la escuela. Capitulo: La domesticación de la escuela. BsAs. Ed. Miño y Dávila *
· Dussel y otros (2020) Pensar la Educación en tiempos de pandemia. Entre la emergencia, el compromiso y la espera. Nicolas Arata. *
Sin embargo, si aprovechamos para "desescolarizar" nuestra mente y nos fijamos en el funcionamiento de escuelas rurales internivelares con un alumnado de diferentes edades, que se ausenta según la temporada laboral de sus familias, las "pasas", los contagios, habituales de invierno o primavera u otros problemas que suelen surgir; en unas escuelas rurales que tienen mucha experiencia adaptando su organización y su metodología a esas realidades como hemos practicado en escuelas como la de Sahún durante muchos años, podemos encontrar ideas y recursos para abordar esta situación con más garantías de éxito.
Entre lo que hemos aprendido, de forma resumida, se podría nombrar:
· Tenemos que centrarnos en cada alumna y alumno individualmente, sus necesidades, sus aprendizajes actuales, sus capacidades, sus ritmos de trabajo y sus intereses. O sea, partir del niño o niña y no del libro de texto o de los contenidos y competencias del currículo. Esos contenidos y competencias son sólo una referencia y un lugar de llegada para organizarnos, no de partida.
· Buscar la alianza, la participación y la complicidad de la comunidad educativa tanto para ayudarnos como para recoger sus aportaciones y sugerencias.
· Fijarnos en el territorio local, en que cada niña y cada niño tiene en su entorno social y físico posibilidades y recursos de aprendizaje.
· Darle importancia al territorio digital, al uso de las TEDIs, a poder ser con software libre, tanto como herramienta de información y comunicación como espacio de aprendizaje.
Esas ideas se pueden plasmar en metodologías vivas y activas no tradicionales con herramientas como:
· El Plan personal como herramienta de organización de cada niña y niño que vertebra las actividades y propuestas a realizar a lo largo de la semana, de la quincena, del mes...
· El compromiso de realizar pequeños proyectos individuales o en pequeño grupo adaptados a la distancia.
· El Cuaderno de viaje.
· La investigación del medio, las matemáticas, la lectoescritura... mediante retos y juegos.
· Los textos libres.
· El Cuaderno o Libro viajero entre el alumnado de la propia clase o con otras.
· La realización de fichas con un enfoque de pasatiempo.
· Propuestas de elaboración de presentaciones, podcasts, programas de radio, vídeos...
· Las Webquests y las Cazas del tesoro.
· Las "apps" y los juegos digitales.
· ...
Y entrar en procesos de evaluación basados en documentos, trabajos, exposiciones y conferencias... y no en exámenes y notas.
Pero si hay algo esencial que no deberíamos olvidar es la comunicación auditiva y visual diaria a través de videoconferencias individuales o colectivas con sesiones fijas en plataformas como jitsi, lo que además, nos permitiría un tiempo de aula digital fundamental cuanto más pequeñas sean nuestras niñas y niños por la necesidad de afectividad en las interacciones de enseñanza y aprendizaje, y una estructuración más estable del tiempo colectivo.
Y si estos planteamientos los llevamos a cabo cada día también en la enseñanza presencial no nos será ningún problema dar el salto a una educación combinada con periodos a distancia
La Leyenda de la Escuela

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