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Palabras que visitan. Musicar con María Zambrano Cintia Rolón UNO Llegarán otros días, llegarán otras voces. Sonreirás a solas. Los gatos lo sabrán. César Pavese, Los gatos lo sabrán. A quien pueda interesar, a quien corresponda. Hay premura en los trazos abigarrados sobre el exiguo espacio de papel. La carta1 escrita en un invierno francés, está fechada a escasos días del cruce de frontera2. De las carreteras catalanas por los Pirineos Orientales. A pie. Bajo la lluvia. Tras la derrota. En el exilio. El pedido de ayuda se dirige a quien pudiera ser el destinatario3: “dotado de la sensibilidad”[…] “para hacerse cargo de la situación de seres tan poco estimados en nuestra patria, como somos los intelectuales”[…]” en momentos en que toda claridad ha de extremarse hasta bordear la crudeza”. La rúbrica de María Zambrano signa el texto. Pero es el dolor quien la escribe, modula el tono, colorea su tinte, y propaga aire para que las palabras respiren, aún entrecortadas, en medio de una atmósfera entumecida de emborronados, bombas, rasgaduras y muerte. El presente escrito remite al Seminario sobre la obra de María Zambrano, pensadora española (Málaga1904- Madrid 1991), realizado en el espacio teórico de Teoría y Técnica de Grupos II, sede San Isidro, durante el 2013. A continuación, las citas en cursiva son autoría de María Zambrano, salvo especificación de otra fuente. 1 La carta, en letra manuscrita, está fechada el 4 de febrero de 1939, desde el Hotel Café du Tourisme, en la pequeña comunidad francesa de Sabres. 2 Un éxodo de medio millón de españoles/las, tuvo lugar tras la toma de Barcelona. Muchedumbres extenuadas, civiles, aldeanos, campesinos, obreros, profesionales, mujeres, ancianos, niños y soldados republicanos, huían en una retirada lenta, embotellada, amenazada por las inclemencias del tiempo y la metralla constante de la aviación franquista. 3 Dr. José Pratt, abogado y político socialista español, miembro del Gobierno de la República en el Exilio y del Servicio de .Emigración de los Republicanos Españoles (S.E.R.E). La escritura se agolpa hacia los bordes de las páginas, con marginalias al filo de querer brincar. Saltar al vacío, desde el vacío mismo, hacia la nada del mundo. Letras mudas de un grito sordo El acopio de grafías desvaría al colapsar con la estrechez de esas hojas. En tal disyunción, podrían, quizás, improvisar un cuerpo, menguar la herida. Carta-phármakon4, remedio y veneno. Epístola peregrina, embarco y provisión para el viaje, promesa de un puerto. “Pero hoy me encuentro en la calle, sin saber si mi marido ha muerto y teniendo que elegir entre el campo de concentración o ir a que Franco me fusile5. Mi deseo es ir a América – Argentina o Méjico6- donde creo podré vivir. Más, ¿cómo llego?” Porque la ruta del agua dispone derivas, una carta lanzada al mar, deviene naufragio de palabras. Ellas, a fuerza de nado, procuran no diluirse en mareas de olvido. Criaturas anfibias, a boca-nadas, sobreviviendo. Viviendo sobre, cuando vivir, sobra. A- brazadas entre las olas para mantenerse a flote, aunque los pies desciendan y la pleamar arrastre. Cuerpos de sal y tinta, espuman en un mar de letras. Carta: ubicuidad que nombra sostén y confín. Brecha irremediable. Cita del desencuentro. Castillos de arena. Barajas del azar. Diálogo inconcluso. Caligrafía amatoria. Mapa sindonde. Paradoja que ofrendan el espacio y el tiempo pactando un secreto: desear. Deshoras. Infinitos epistolarios enhebrarán y rasgarán la vida en María Zambrano. Como gesto imposible y entrañable de una caricia a distancia. Un intersticio fugaz, habitable de un 4 Jacques Derrida (1930-2004) filósofo argelino francés, estudia la ambigüedad de este término griego, phármakon, asociado a la escritura como memoria y olvido, según el mito egipcio sobre el origen de la escritura y el desenlace de Fedro, de Platón. Connota lo “indecidible” de esta única palabra en que se despliega cura y veneno. Véase: http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/textos.htm La Farmacia De Platón (1972) y sobre género epistolar, La Tarjeta Postal, de Sócrates a Freud y más allá (1980). 5 La medida adoptada por el gobierno francés era el traslado a campos de concentración o la repatriación. Es dable conjeturar que una vez llegados a territorio francés, por las divisiones realizadas, entre mujeres, niños, ancianos, enfermos y milicianos combatientes, êtres repoussants, malpropres, fuyards, déserteurs et des indésirables, María Zambrano desconociera el paradero de su marido. 6 No será Argentina, sino México quien la recibe, siendo el país latinoamericano que ejerció la mayor hospitalidad para con los 20.000 refugiados españoles/las que alojó. Aquella vez, como esa otra vez: también fue este país que dio asilo a exiliados/das argentinos durante la última dictadura militar (1976- 1982) entre otros pocos (España, Suecia, Venezuela). http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/textos.htm entredós intelectual. Pliegos. Cartas. Pieles sucesivas, deshojadas una a una, para reencontrarse en carne viva. “[…] no, no es que duela, es una sensación como de quien ha sido despellejado, como San Bartolomé, una sensación ininteligible, pero que es […]”. Tras la derrota, en el exilio. Pero de pie. Porque: “Lo que en el fracaso queda, es algo que ya nada ni nadie, puede arrebatarnos. Y este género de fracaso era entonces y sigue siendo ahora la garantía de un renacer…”. Renacer cada vez que se vuelve a salir al alba, al camino. Comenzar. Acaso el fin de la filosofía, la música, la poesía, las artes7, amistades que tramaron la escritura en esta autora, no sea más que comenzar. Comenzar a pensar. Pensar modos de preguntas con respuestas suficientemente asimétricas, incesantes, que no clausuren la posibilidad de retornar del interrogante de donde emergieron. Para que pensar pueda respirar. En el instante inasible de la Aurora8, despuntan sobre la orilla cartas errantes, palabras náufragas, trozos de llamadas. Ma(r)e-escritura; obituario en el que ondean, también, cadáveres semánticos. La República esparce su bandera en el mar, el día después y del otro lado de la orilla. Rojas, las aguas, doradas las costas, morados los cuerpos que sobre-vivieron. “Por una gota de luz, toda la sangre de España”9 - tiembla un poeta. Las manos que piensan, sueltan la pluma que escribe. Ligera, ésta vuela sobre la espalda, para brotar en alas ¿Respirar? Solo por las membranas húmedas de las branquias. Piernas tambaleantes rematan en una aleta caudal. Una cabellera andante 7 María Zambrano realizó innumerables indagaciones sobre otros campos del arte, a saber, teatro, cine, pintura, literatura. La falta de políticas y criterios editoriales para publicar su obra (observación en que coinciden muchos intelectuales que la estudiaron, Máximo Cacciari, entre otros) han impedido su difusión a potenciales lectores. La Fundación María Zambrano, en Málaga, hace años ha tomado iniciativas al respecto. Quedan además, cerca de 2000 escritos inéditos, a la espera de publicación. 8 Hay tantasauroras por nacer, es la cita vedántica que antepone Nietzsche en su escrito. Aurora, es una de las figuras de pensamiento en María Zambrano, que dialoga fusionándola con el Eterno Retorno de Nietzsche, filósofo- artista estudiado privilegiadamente por la pensadora, además de Baruch Spinoza. 9 “la del niño/ la del hermano/ la del padre/ la de la virgen/ la de los héroes/ la del criminal, y la del juez/ la del poeta, /la del pueblo y la del Presidente (…) solo existe un negocio/ solo una transacción / y una moneda… ¡la sangre!” Fragmento del poema Oferta, de León Felipe, (1884-1968) poeta español amigo de María Zambrano, también exiliado. crece enredada entre sueños. La mutación se ha iniciado. La sirena anclada en los bosques de Sabres, se ha puesto a cantar ¿Podrán esta vez, los navegantes, escuchar? “De Ud. espero al menos, una contestación adecuada a mis desesperadas circunstancias10. Le saluda afectuosamente, su amiga María Zambrano”. DOS -¿Cómo definiría poesía? -En una ocasión dije que la poesía era un caracol nocturno en un rectángulo de agua, pero desde luego, se le ve la raíz irónica a esa no definición, es decir, un caracol nocturno no se diferencia gran cosa de uno diurno y un rectángulo de agua es algo tan ilusorio como una aporía eleática. José Lezama Lima11. Conversaciones. La respuesta del poeta no es floreo de una esgrima intelectual. Ni apelación retórica, burla o sátira. La ironía intenta extraviar las coordenadas que todo interrogante óntico pretende territorializar. Desorganizar sus jerarquías y procesos lógicos. Prefiere el desplazamiento oblicuo del cruce de alfil. Con lo imprevisto, descompone el mundo en fragmentos para compasarlo por lo infinitamente pequeño. Pequeño como un caracol ¿Caracol nocturno? ¿En que se diferenciaría del diurno? Un niño respondería que no es lo mismo: un caracol nocturno, que uno diurno, que aquel gris de caparazón multicolor ¿Podría ser el poeta deudor de la mirada del niño? ¿Y de su lengua? 10 La carta detalla su militancia política a favor de la República, penurias económicas, enfermedades severas que en esos días le afligen a ella y familiares. Inicio de un exilio que no culminará, aún regresando 45 años después a su patria y pulso de su producción intelectual: exilio político, de la palabra, de los poetas, existencial. Para su lectura, el documento y transcripción se encuentran en: iesjorgejuan.es/sites/.../5-mariazambrano/5.2.mariazambrano.vida.ppt. 11 José Lezama Lima (1910-1976) poeta, narrador y ensayista cubano, uno de los más destacados del siglo XX, con quien María Zambrano mantuvo una intensa amistad intelectual, en los años en que ella residió en Cuba, participando en la revista literaria Orígenes. Abrazo insular que se prolongaría a través del profuso intercambio epistolar entre ambos, hasta el fallecimiento del poeta. Fragmento extraído de Conversaciones con José Lezama Lima http://artespoeticas.librodenotas.com/artes/1544/conversaciones- con-jose-lezama-lima. http://artespoeticas.librodenotas.com/artes/1544/conversaciones-con-jose-lezama-lima http://artespoeticas.librodenotas.com/artes/1544/conversaciones-con-jose-lezama-lima Escribe José Luis Pardo (Nunca fue tan hermosa la basura, 2010): “Los niños […] no tienen derecho a la palabra ni palabra derecha, recta, correcta. No están del todo fuera del lenguaje (en el caos, en la nada) ni al margen de la casa, sino simplemente en las afueras del lenguaje, en los márgenes de la casa. Los niños no hablan ni dejan hablar, no dicen ni callan: cantan, bailan, balbucean, tararean, tartamudean, gesticulan, gritan, lloran. Saborean, pero no saben”. Niños y poetas parecen compartir cierto recodo gramatical. Habitantes de y habitados por una lengua marginal, misteriosa geografía que se extiende entre las palabras y las cosas, los desborda el asombro. Se abisman en el detalle. Desasimiento de lo abstracto que da sitio a lo singular de las cosas, del mundo y de sí. Poema - erizo, arrojado en medio de la ruta. Se lo alza, se lo arropa y se le escucha murmurar a lo bajo. Poema- caracol, minúsculo, ligero; con su casa a cuestas, trazando palabras-baba-saliva a medida que crece12. ¿Qué hay de caracol en la razón poética? ¿Lo nimio, lo humilde, lo austero? “De la razón poética es muy difícil, casi imposible, hablar. Es como si hiciera morir y nacer a un tiempo; ser y no ser, silencio y palabra, sin caer en el martirio ni en el delirio que se apodera del insomnio del que no puede dormirse, solamente porque anda a solas. ¿Lo llamaríamos desamparo? Tal vez. Terror de perderse en la luz más aún que en la oscuridad, necesidad de respiración acompasada, necesidad de la convivencia, de no estar sola en un mundo sin vida; y de sentirla, no sólo con el pensamiento, sino con la respiración, con el cuerpo, aunque sea el minúsculo cuerpo de un pequeño animal, que respira: el sentir de la vida, donde está y donde no está, o donde no está todavía [...]” TRES “Sobre los hombros del poeta anidan también los pájaros; con los brazos abiertos ante la creación, el poeta se abre a todas las cosas, se ofrece íntegramente sin ofrecer resistencia a nada, quedándose vacío y quieto para que todas las criaturas aniden en él; se convierte en simple lugar vacío donde lo que necesita asentarse y vaga sin lugar, encuentre el suyo y se pose. Tal puede ser el símbolo del poeta”. María Zambrano, Pensamiento y poesía en la vida española. 12 Alusión a las metáforas zoológicas planteadas en el caso del erizo por Jacques Derrida, Che cos´ è la poesía? (véase: http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/poesia.htm ) y del caracol por Chantal Maillard En la Traza. Pequeña Zoología Poemática. Barcelona. Centro de Conferencia Contemporánea 2008. http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/poesia.htm “En un otoño de indecible belleza”, en Morelia13, María Zambrano escribe Filosofía y Poesía (1939) situando la pugna entre estas dos formas, en sí mismas insuficientes de conocimiento. Ambas formas de la palabra, entrañan actitudes que revelan no solo una dicotomía en cuanto a su expresión, sino respecto al saber. Nupcias desencantadas en los modos de estar y conocer del lenguaje. Tal escisión ocurre en Grecia a partir de la condenación platónica14 a los poetas; con ella sobrevendrá su destierro al exilio y el triunfo del pensamiento filosófico. “Desde que el pensamiento consumó su toma de poder, la poesía se quedó a vivir en los arrabales, arisca y desgarrada diciendo a voz en grito todas las verdades inconvenientes; terriblemente indiscreta y en rebeldía...” Rememoración que, aun siendo el exilio de los poetas una de las omisiones más obsecuentes en la historia del pensamiento occidental, sobrevive resonando como memoria del olvido, en los sentidos que nos habitan y subsisten. “A veces, unas cuantas palabras ignoradas alcanzan un eco que resuena por espacio de siglos. Es que en ellas transparece una actitudesencial. Palabras que son hechos y como los hechos, aunque hayan sido realizados por alguien […] parecen tener siempre algo de impersonal. Puede olvidarse quién las dijo y pueden olvidarse hasta las palabras mismas. Pero queda actuando, vivo y duradero, su sentido.” 13 María Zambrano fue trasladada de la Casa de España que alojaba a los intelectuales republicanos exiliados, a la Universidad Michoacana, en Morelia. Entre volcanes y violetas, ejerció la enseñanza universitaria en las asignaturas de Sociología, Psicología e Introducción a la Filosofía. Vicisitudes cuando un profesor es profesora. Octavio Paz señala que "hubo según parece cierta oposición entre algunos de sus colegas”. Traducción: una mujer profesora de Filosofía. 14 En el Seminario realizado en teóricos, se indagó la constelación de tópicos que asume esta condenación presentando fragmentos del Libro II Y III de la República de Platón con la lectura crítica de cada uno de ellos, propuesta por María Zambrano. Platón acusa en los mitos de Homero, y Hesíodo 1) La metamorfosis divina, defendiendo el principio de identidad e inmutabilidad de los dioses. 2) Infundir temor a la muerte por su relación con Hades, fomentando en los jóvenes debilidad. 3) Las pasiones femeninas (sollozos, gemidos) en héroes y dioses, promoviendo comportamientos de mujeres y no de hombres. 4) censura la risa. 5) La desobediencia e insolencia que estimulan en el pueblo tales leyendas. 6) La atracción a los placeres corporales. 7) Fomentar la injusticia por la que los inmorales gozan de felicidad y los rectos sufren desgracias. Algunos puntos a destacar planteados por la pensadora serán la inversión platónica impugnando la lógica identitaria a favor de una realidad sensible, fantasmal, cambiante, múltiple, heterogénea; el logos delirante vs el logo racional, y una poesía que vive según la carne, el cuerpo. Difícilmente, recusa la autora, podría la Filosofía haber nacido del asombro, “según nos dicen textos venerables.”15 De haber sido así, no se hubiera plasmado el pensar inmediatamente en filosofía sistemática. Sistema en tanto esa “forma de la angustia y la forma del poder […] de una soledad obstinada”. Tampoco recurriría a la abstracción, puesto que la filosofía ha procedido siguiendo un movimiento doble. Más que “una idealidad de la mirada”, como correlato esperable del pasmo extático, ciega su visión respecto a la abundancia y singularidad de lo viviente. Para desprenderse, luego, con diligencia, “de las múltiples maravillas que lo suscitan”. Del asombro no nacen ni la abstracción ni el sistema. El pasmo es abrazo prendado de aquello que lo enamora, necesariedad, avidez de su infinita presencia. María Zambrano corrobora entonces como admiración y violencia conviven sin aniquilarse en ese primer momento del pensamiento filosófico. Estima que, en tal dualidad, residiría, el conflicto originario de la filosofía: “El ser primeramente pasmo extático ante las cosas-reales, vivientes, plenas- y el hacerse violencia enseguida para liberarse de su presencia y de lo que ellas indican”. La filosofía es, para ella, “un éxtasis fracasado por un desgarramiento. ¿Qué fuerza es esa que la desgarra? ¿Por qué la violencia, la prisa, el ímpetu de desprendimiento?” Teoría significa originariamente, mirada, contemplación, modo de considerar algo. Las perturbaciones de la mirada lo son de los conceptos y viceversa. Las cosas ante los ojos, se presentan como teoremas. La intensidad de su presencia es la experiencia vedada, de aquí en más. No solo que las cosas están vivas, sino que están viviendo. El vértigo de la razón se abisma ante el desbordamiento de lo viviente, de su singularidad. “Algunos de los que sintieron su vida suspendida, su vista enredada en la hoja, o en el agua […] y quedaron aferrados a lo presente e inmediato, a lo que regala su presencia y dona su figura, a lo que tiembla de tan cercano: ellos no sintieron violencia alguna […] ni se dispusieron a subir el camino que lleva del simple encuentro con lo inmediato hasta aquello 15 A pie de página María Zambrano escribe: Aristóteles, Metafísica. L. I. 982b, aludiendo al enunciado: “Que no se trata de una ciencia productiva, es evidente ya por los primeros que filosofaron. Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los relativos a sol y a las estrellas, y la generación del universo [...]”. permanente, idéntico, Idea. Fieles a las cosas, fieles a su primitiva admiración extática, no se decidieron jamás a desgarrarla […]” Este género “de desasosiego y una plenitud inquietante, casi aterradora”, se llamó poesía “¿y quién sabe si algún otro nombre borrado?”. Contrapunto16-urdimbre de un ensayo que indaga los itinerarios de ambos logos, caminando a espaldas uno del otro. Poesía: palabra puesta al servicio de la embriaguez. “Da lo que no hay y finge lo que no es”. El poeta no renuncia, ni busca. Ante sí, ante sus ojos, oídos y tacto, tiene lo que mira, escucha, toca y lo que aparece en sueños, fantasmas17 mezclados con otros errantes que forman un mundo abierto a la posibilidad. Estar poeta: pasión por el Afuera. “El poeta enamorado de las cosas se apega a ellas, a cada una de ellas y las sigue a través del laberinto del tiempo, del cambio, sin poder renunciar nunca a nada: ni a una criatura, ni a un instante de esa criatura, ni a una partícula de la atmósfera que la envuelve, ni a un matiz de la sombra que arroja, ni del perfume que expande, ni del fantasma que ya en ausencia, suscita”. Una posesión azarante lo toma como si excediera las fuerzas humanas. Es más que humano lo que en su cuerpo le habita. Se siente morada, nido de algo que lo posee y lo arrastra. Por ello lo expresa, y le reprochan que “habla sin saber”. Recibe sin buscar y lo dona. Estar poeta: no someterse a ninguna soberanía salvo la del instante y la singularidad. En ello reside su Ética. CUATRO 16 “Frente-y estos frente los ve el filósofo, no el poeta-a la unidad descubierta por el pensamiento, la poesía se aferra a la dispersión. Frente al ser trata de fijar solo las apariencias. Y frente a la razón y la ley, la fuerza irresistible de las pasiones, el frenesí. Frente al logos, el hablar delirante. Frente a la vigilancia de la razón […] la embriaguez perenne. Y frente a lo atemporal, lo que se realiza y desrealiza en el tiempo. Olvida lo que el filósofo recuerda y es la memoria misma, de lo que el filósofo olvida […]” Filosofía y Poesía, páginas 45-46. 17 “Ni por un momento se apiada Platón de los fantasmas que precisan del hombre para perdurar. Ni por un momento se apiada del hombre que necesita que perduren sus fantasmas”, Ibídem p. 22. “Nadie consigue pronunciar tu nombre. Sólo yo conozco la inflexión perfecta. Fáltales la ternura en que fluye y la dulzura en las consonantes. No saben distinguir el color de la nota musical exacta. Por eso yo respondo cada día inventando un nombre: azul, pájaro, brisa, luz. Palabras comunes que se pueden decir sencillamente aun sin conocerte y sin amarte.” Silvina Ocampo, Cornelia frente al espejo.María Zambrano, filósofa, poeta, ensayista, mujer de la calle. Perita en lejanías, habitó del lado del viento y la orilla. Procuró restituir su infinito al pensar, en tanto ética del vivir. Perpetua extranjera para el campo del pensamiento occidental, lo musicalizó dispensándole aquello de lo que éste principalmente, depuso: ritmo, latido, entrañas, diapasón, partituras, atriles y oídos. Musicalidad. Se distinguió, “entre todos”, por obsequiar una de las más lúcidas críticas a la razón discursiva. Le hizo hacer al castellano delirar hasta el colapso, escucharse en duermevela, acoger las ruinas, reinventarse desde ellas, apasionarse en miniaturas: pensando. Filóloga incisiva surcó una geopoética de la lengua que pujó desde sus blancos lo innombrable, convocando palabras, espectros, fragmentos anárquicos esparcidos por la memoria, que muevan pensar. Lluvia de aurora, pensamiento del rocío, razón poética, eventuales huellas en arena mojada, la evocan en su condición de “pájaro impensado” que echó a volar. Peregrina de si, supo que la lengua y la vida le fueron donadas como querencia resbaladiza. Manojos de estudiantes arroparon su temblor docente en las aulas; otros tantos la extrañaron sin jamás conocerla, en la mayor orfandad con que la guerra despoja de las cátedras universitarias, solo, las inteligencias combativas. Escritura bastarda, delatora, sigue siéndolo para una patria empeñada en silenciar sus crímenes, a golpes de botas, en nombre de la Patria, Dios, o el tirano de turno. Poderes que en(callaron) sus ideas, adoquinando su nombre en una calle o estación de tren. La ineptitud poética que cualquier despotismo ostenta, deviene potencia por la que el arte inventa estrategias para sortear censuras, salvar las letras 18y poner la libertad a bailar. 18 “Pero sí fue una treta que utilizábamos muchos para que se salvaran algunas letras”, afirma el compositor español, Luis Eduardo Aute, cuya canción “Al alba” (1975), logró sortear la censura franquista sin que ésta advirtiera que estaba dedicada a los cinco últimos fusilamientos del Régimen. Los hijos que no tuvimos/se esconden en las cloacas/ comen las últimas flores/ parece que adivinaran /que el día que se avecina /viene con hambre atrasada/ Presiento que tras la noche/vendrá la noche más larga/quiero que no me abandones/ amor mío al alba. Las ejecuciones eran realizadas en la madrugada. El pedido de Justicia por dos de estos fusilamientos fue elevado a la Argentina en mayo del 2013, debido a que el gobierno español en la actualidad elude la investigación de 150.000 causas de lesa humanidad, ocasionada durante la dictadura franquista( 1939-1975) incluyendo desapariciones y robo de niños. Por ello, entre monumentos y homenajes, los burócratas de ideas y las derechas oficiales siguen sin advertir que la calle se torció en desvío, eligió perderse en un laberinto y que María Zambrano, pasajera incesante, junto a sus gatos zodiacales19 saludan desde la ventanilla del vagón. La Academia le imputa Ser y no Ser. En su indigencia no cuenta más que con dos opciones y un solo verbo, preferentemente requerido como sustantivo. Ser: muy intelectual, muy mística, muy literaria. Y No Ser: francesa20 ni secuaz. Lastres que persisten de una Metafísica empeñada en pensar orinando de pie y que se afincan en las lógicas intelectuales hegemónicas, en la pereza de la doxa. Pitonisa del pensamiento presocrático; apasionada irrenunciable del saber griego, amante incondicional de Spinoza y Nietzsche. Dolores, amores, sabores hilaron amistades con Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Miguel Cervantes, Federico García Lorca, León Felipe, José Bergamín, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Emilio Prado, Ramón Gaya, Rafael Dieste, Jorge Guillén, Luis Cernuda, Carlos Barral, José Gaos, José Ángel Valente, Jesús Moreno Sanz, Clara Janés, Maruja Mallo, Dulce Suayna Loynaz, Rosa Chacel, Pablo Picasso, Octavio Paz, Carlos Fuentes, César Vallejo, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Reyna Rivas, Lydia Cabrera, Elémire Zolla, Elsa Morante, Alberto Moravia, Elena Crocce, Victoria Guerrini, Elena Laurentis, Simone Weill, Albert Camus, René 19 Alusión al poema que José Lezama Lima dedicara a María Zambrano: María se nos ha vuelto tan transparente/que la vemos al mismo tiempo/en Suiza, en Roma o en La Habana. /Acompañada de Araceli no le teme al fuego ni al hielo. /Tiene los gatos frígidos/y los gatos térmicos, /aquellos fantasmas elásticos de Baudelaire//la miran tan despaciosamente/que María temerosa comienza a escribir. 20 “¡Ay, si María Zambrano hubiese sido francesa! No le habrían faltado la Academia, el Collége de France, la atención de algún Malraux o de algún D'Ormesson” escribe el filósofo español Fernando Savater en el artículo Los Guernicas que no vuelven, del diario El País ( 1981), frente a la pregunta del pensador rumano, Emil Ciorán, si recordaban en España a María Zambrano, que permanecía en el exilio. http://elpais.com/diario/1981/01/28/opinion/349484407_850215.html http://elpais.com/diario/1981/01/28/opinion/349484407_850215.html Char, Roger Caillois, Alan Guy, Emil Ciorán, Julio Cortázar, Victoria Ocampo, Alejandra Pizarnik, Héctor Cichioni . 21 No construyó escuela ni sistema; en ello se jugó en una Ética afirmada en el No a las Razones arquitectónicas, imperiales, que durante siglos han y siguen tiranizando Sentidos y Valores, clausurándolos en Verdades. No mera contienda ideativa, sino pugnando una estética, un posicionamiento político, un modo de vida. Por vocación nerítica alojó en el Arca de Noé, una diversidad de especies nocturnas, mutantes, de linajes excéntricos: la estirpe de Antígona con sus enmurados/das vivientes y artistas transterrados/das, camadas felinas y semiseres larvales de condición zoológica, parroquianos/nas de soledades sedientas, ánimas indecisas, místicos ensoñados, lengüilargas revoltosas Tamaña familia errante maulló su muerte, entre la sombra de un naranjo y un limonero. Aficionada al eterno retorno, María Zambrano, regresa al alba, trasmutada en Ana de Carabantes. Eso, ella o ello, de identidad trasvolada. Lo incesante: buscar a su hermano secuestrado. Continúa en el exilio.22. 21 Respecto a Baruch Spinoza, María Zambrano emprende una tesis doctoral que no concluyó, cuyo único artículo conservado es La Salvación del Individuo en Spinoza (1936) La nómina a continuación comprende, salvo excepciones, ilustres ignotos para la Academia local. Parte del Seminario en los teóricos propuso como tarea a los alumnos/as indagar algunos/nas de las escrituras de estos nombres. Básicamente lo integran intelectuales, escritores/ras, poetas, artistas, españoles/as (incluidos en la controvertida denominación historiográfica de Generación del 98, Generación del 27, Generación del 50) del circuito literario y de pensamiento mexicano, cubano, francés, e italiano, acorde a las migraciones de la pensadora en Morelia, La Habana, París y Roma. También el poeta peruano César Vallejo y quienes trabajaron y la acompañaron en su retorno a España. Julio Cortázar la visitó frecuentemente en los boques de Le Jure; de allí que parte de la dedicatoria que María Zambrano le escribió de su libro “Claro del bosque” fue: “aquel donde amaneció la inacabable amistad de corazón”, añadiendo entre paréntesis “pienso en Lezama, en Alexandra”. Clara alusión a José Lezama Lima y Alejandra Pizarnik, ambos poetas fallecidos previamente a la publicación de este libro (1977). Alejandra Pizarnik le envió poemarios que se hallan en su biblioteca. Con Héctor Cichioni estableció un frondoso intercambio epistolar,con afinidades poéticas y de circunstancias de vida adversas, a causa de las dictaduras. 22 El exilio fue estudiado durante el Seminario, como una problemática ética y política que incumbe por excelencia la dimensión de Otro, indagando la semántica que abre este concepto, su especificidad y conexiones tal como lo fue investigando-experienciando María Zambrano: desterrados/das, expatriados/das, buscadores/ras de asilo, peregrinos/nas, sobrevivientes, refugiados/das, supervivientes, emigrantes, emigrado/das, transterrados/das. Esta denominación es del poeta español exiliado José Gaos. CINCO “Pensar, vivir, mar casi indistinguible / Yo –eso- tiemblo, / infinito que se estremece sin cesar. / Sombras de mundos ínfimos, / sombras de sombras / cenizas de alas. / Pensamientos a nado maravilloso, / que os deslizáis en nosotros, entre nosotros, lejos de nosotros, / lejos de aclararnos, lejos de penetrar nada, / extranjeros en nuestras casas, / vendedores siempre ambulantes, / polvos para distraernos y dispersarnos la vida”. Henry Michaux, Pensamientos. El Seminario “Musicar con María Zambrano”23 realizado en el espacio teórico de San Isidro durante el 2013, procuró atender gestos perimidos, lenguas muertas, razones poéticas. Jirones de olvidos que solo en su condición de excepcionalidad, en su sobrevuelo espectral, visitarían las aulas universitarias, alcanzando ocasionalmente insuflar en sus improbables moradores: viento, efusión, arrebato, “música callada”24, cierto perfume a duermevela que los anima. Aroma a almoraduj25. No es la opción elegida, presentar a María Zambrano, como alguien que nació, pensó y murió, para dar “marcha” en lo inmediato con lo que realmente interesa: su pensar26. No lo es, si ello elude el engorroso entramado que teje, y desteje en la misma puntada, a la vez, su escritura, vida, pensamiento. ¿Cómo decirlo? Leer a María Zambrano es dar con la fisicalidad de sus palabras, aún en su trazo inefable. Escuchar esa neuralgia de palabras que fue surcando, también en su absoluta literalidad, o desnudez, si esto fuera posible. Esquirlas de carne componiendo una escritura agujereada, única intemperie 23 La actividad recibió distintas designaciones. Junto a la mencionada, se tituló también Bandas Teloneras, o se parafraseó expresiones de María Zambrano, tales como Recordar, contar, cantar, Notas (musicales) con María Zambrano. 24 Extractos del poemario Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz (1542-1591) místico español, frecuentemente citado por María Zambrano en expresiones como “música callada”, “soledad sonora”, “mi Amado, la montaña”, “ínsulas extrañas”, “déjame muriendo un no sé qué, que quedan balbuciendo” y al que le dedicó varios ensayos. 25 Del legado árabe, hierba usada como infusión curativa, con flores lilas, cuyo sabor y perfume semejan la menta. María Zambrano la nombra en varios ensayos, entre ellos el de su heterónimo, Ana de Carabantes, (1986) aludiendo al poema de su amigo Emilio Prados, Rincón de la Sangre, que celebra la pequeñez de esta hierba y aún así, “como huele y como duele”. 26 Se parafrasea el modo de presentación que formulara Heidegger en su seminario sobre Aristóteles consignado por Diego Tatián en su libro Spinoza, una introducción (2009, Editorial Quadrata). descosida, para una existencia desasida. Palabras que visitan27: soledad, exilio, partida, corazón, entrañas, patria. Hambre. Pero conjugado de todas las maneras posibles. Hambre de existir, poesía que diga hambre y que por hambre, grite. Si se quiere, el desarrollo en negativo de aquello que Artaud reprochara a Lewis Carroll: “Es la obra de un hombre que comía bien. Y esto se nota en sus escritos” Y en este punto, parafraseando en negativo el enunciado anterior, y sustituyendo uno de sus términos, se trata en todo caso de “la obra de una mujer que no comía bien. Y esto se nota en sus escritos”. Hambre generizado y corporeizado. ¿Cómo propiciar diversidades que en esa conjunción disyunta, escritura y mujer, den qué pensar? Y que la mención aséptica “alguien que”, impediría problematizar. Aporías. Sea si son los estudios sobre mujeres lo mismo que estudios de géneros. Si categorías que nuclean “mujeres y psicoanálisis”, “mujeres y filosofía”, “la creación en la mujer”, perpetúan discursos esencialistas binarios, (mujer/femenino, hombre/masculino) y exclusiones. Sea si las teorías críticas feministas seguirán siendo parques temáticos optativos en la facultad, o eternas convidadas de piedra en las lecturas de cátedras. Sea si la centralidad recaerá en la imputación a la Razón Patriarcal. O esto interesa por las preguntas que impulsa. Para entrever indicios de lo olvidado, prácticas significantes forcluídas. Para “sacar las palabras del silencio”. Señalar lagunas del saber dominante, que abran lo no pensado. Visibilizar el lugar vacante de pensadoras, escritoras, en la historia del pensamiento occidental: apéndice de libros, bandas teloneras, perennes invitadas. Cuerpos devorados por la Historia Trágica. Atendiendo que lo femenino, declina en plural. Y transmitir, desde esas voces acalladas,28 modos de memoria: aquel modo en que la ausencia se queda para permanecer como pregunta. O ese otro, en que el olvido de lo escrito deviene calígrafo para escribirnos. 27 La palabra es un eje de investigación privilegiado en la obra zambraniana. Ya sean como enjambre, o aleteos de sentidos escuchando su zumbido, las palabras, como las formas-sueños, eligen visitar a, morarse en, irse de sus ocasionales criaturas vivientes. 28 En el Seminario se presentaron 40 nombres de intelectuales y escritoras argentinas y extranjeras, muchas de ellas, psicoanalistas; los alumnos/nas manifestaron haber leído o conocer solo 2 o 3 de estas pensadoras. En la experiencia de esta cursada se mostraron y problematizaron micro-resistencias SEIS Si el pensamiento no barre la casa por dentro, no es pensar. María Zambrano, Delirio y Destino. ¿Gestos perimidos? Pensar sucede cuando una ocurrencia nos tumba, un guiño nos dibuja, un salto inesperado nos impele a mutar de umbral. No sé si el pensamiento es geométrico29, y retrata líneas, rayas, puntos, como pretendieran los filósofos antiguos. Si presenta, acaso, dobleces, arrugas, si es mineral, tal vez, sutil. O si hay algún secreto costado por el que pensar derrapa hormonas disidentes con órdenes simbólicos contrariados ofrecidos y retaceados en una lengua ¿sin sexo ni muerte? Pero ¿Cuál pensar se alienta si se le sustrae corpografía, fuerza, intensidad? ¿Si se le resta el gesto indisciplinado? Gesto en tanto itinerario y cruce, que sin voluntad propia, simplemente, acontece. Cualquier experiencia universitaria podría corroborarlo. Cierta ecolalia docente, aquella misma con la que se sojuzga a los y las estudiantes, plantearía la conveniencia de penser autrement. Proposición de Michel Foucault y fuente bibliográfica de por medio (¿será el prólogo del segundo volumen de Historia de la Sexualidad?). Fosilizada en fórmula, una vez inoculada solo bastaría esperar el hechizo como respuesta del alumnado. No pensar de otro modo, sino que lo repitan del mismo modo. Mientrastanto ¿podría conjeturarse el gesto del filósofo francés? Uno posible ¿Alguien nos contará, que en este aforismo está jugando su última carta? ¿Qué asoma la relación que hay entre pensar y morir? Lo paradojal de su propuesta para sí: ¿pensar de otro modo cuando el tiempo se abrevia, en vísperas de su muerte segura, pronta a venir? O justamente por ello, porque ya no podrá seguir pensando de otro modo, dona su legado. femeninas a través del canto, improvisaciones de poemas musicales como rechazo a la ley comunitaria y relatos otros de historias olvidadas. Ecos de Antígona contemporáneos como los landays de la burkas cantoras afganas o los qarawis de las warmisapas peruanas. 29 Recuerda María Zambrano de niña, en“A modo de autobiografía”, (1987): “Mi padre me habló de la Academia Platónica, donde está inscrito Nadie entre aquí sin saber geometría, y yo la geometría no la dominaba y, de tanto en tanto, con mucha impaciencia, le preguntaba a mi padre: ¿Pero cuándo me vas a enseñar geometría? ¿Por qué? Porque yo necesito pensar. Entonces, no tengo más remedio que aceptar que mi verdadera condición, es decir, vocación, ha sido la de ser, no la de ser algo, sino la de pensar, la de ver, la de mirar, la de tener la paciencia sin límites que aún me dura para vivir pensando, sabiendo que no puedo hacer otra cosa y que pensar tampoco lo he hecho”. Porque las palabras no coinciden consigo mismas, el tiempo es solo distancia respecto de sí, porque pensar asoma como discurso fisurado de aquello que vamos adviniendo y ello nos certifica nuestra condición de mortales. ¿Se advierte lo redundante en tal afirmación que celebramos como primicia? Porque si no es de otro modo... -no- es- pensar. ¿Gestos perimidos, lenguas muertas? María Zambrano escribe sobre su experiencia de pensar: “aparecen como círculos concéntricos o tangentes en el pensamiento. Llegué a dibujarlos, a encontrar la metáfora del pensar que luego se desgranaba Así tuve frutos, y formas y flores del pensamiento: la granada, la sierpe, los bienaventurados. En fin, títulos nacidos de un parto o germinación interminable. Era como si la naturaleza misma se pusiera a pensar”. Pensar entretejido de “un saber tratar con todo género de realidades, casarse con todo, saber tratar especialmente con lo otro-con los dioses, el animal, la planta, el viejo, el niño, el enfermo, el monstruo”. Piedad30. Alma. Corazón. Entrañas. Sagrado. Éstas y una proliferación de categorías en desuso, que cualquier ortodoxia contemporánea desestimaría o doblegaría para aggiornarla a la jerga dominante. Nominaciones inusuales, colapso de palabras y sentidos, conceptos derrotados, especímenes lingüísticos en desaparición. Y el murmullo imperceptible de esa lengua muerta cuyos saberes y pasiones se hallan en extinción. Porque el genérico “hombre” en María Zambrano recibirá el nombre de “heterodoxo cósmico”, o “criatura viviente”. Porque hay un canto que revela lo que de insecto musical hay de abeja, de cigarra en toda alma. Y más si es femenina. Porque enriquecerá la cita de Empédocles: “Dividiendo bien el logos-distribuyéndolo por las entrañas” para invitar a entrañar el logos, hacerlo viviente, móvil, palpitante, sudoroso, respecto a la necrofilia de la Razón. Esas entrañas que evocan lo oscuro, el abismo, raíces de la tierra, venas, alcantarillas en las ciudades. Cuestión de carne, 30 Piedad es “saber tratar adecuadamente con el misterio. Con lo otro […] un dios, un animal, una planta, un ser humano enfermo o monstruoso, algo invisible o innominado, algo que es y no es […]o una realidad que linda o está más allá de los linderos del ser. Tender puentes entre abismos existenciales. Con lo sagrado. Saber tratar con los muertos y sus sombras […]”. Sentir multiplicidad, lo discordante en sí, lleva a la piedad. cuerpo abierto, vísceras ligadas a lo íntimo que entraña una metáfora central en su pensamiento: la del corazón. “En su ser carnal el corazón tiene huecos, habitaciones abiertas, está dividido para permitir algo que a la humana conciencia no se le aparece como propio de ser centro”. Gestos dirimidos, lenguas muertas, razones poéticas. “De la razón poética es muy difícil, casi imposible hablar”. Estuve a punto de decir-lo, cerca de amar-lo, a(penas) de nombrar-lo. Un casi: tensionando insuficiencia y potencia, de lo viviente, por, en los confines del lenguaje. Razón poética, logos que cae, fiesta del impoder del lenguaje. Gesto ético del pensar que entrañe poesía. Con palabras-viento, palabras efusión, palabras-ritmo. Ritmo no como fluir, observa Martín Heidegger, sino como juntura. .Labor poética para restituirnos el enigma. No para hacer un enigma del mundo sino para retornarle al mundo su condición de enigma. Porque lo grave en estos tiempos graves, no es que todavía no podamos pensar31, sino que aun, no podamos poetizar. SIETE La razón poética asume una disposición dialógica a lo incondicionalmente otro. Va recogiendo, experenciando y pensando lo Otro que la Razón a lo largo de los siglos y reinado, fue desdeñando. Según María Zambrano, “en la vida nada ha de ser humillado.” Oficio cartonero, de algún modo, que halla en el desecho maravillas, posibilidades de vida, circulación y reciclaje En esta consideración por lo nimio, encuentra “viviendo” todo aquello arrojado al descarte. Oye la hierba llover; escucha el gemido de una piedra. Reivindica las fuerzas no humanas que el Pensamiento Occidental reniega en su idolatría por el “Sujeto”, noción que difícilmente encontramos en sus escritos, por tratarse, entre otras cuestiones, de “una especie de esclavitud, un concepto”. Los libros no serán para ella colecciones de pensamientos, “ni siquiera la 31Se parafrasea el difundido enunciado heideggeriano Lo gravísimo de nuestra época grave es que todavía no pensamos planteado en las lecciones de 1951-1952 en el libro ¿Qué significa pensar? (2005, 3era. edición, Editorial Trotta, Madrid). forma privilegiada del pensar” sino seres vivientes. Con todo lo que ello implica: presencia física, respiración, vibración, peso, número sonido. El libro está de pleno en la physis. “Sin él algo faltaría en la creación. Una criatura, nada menos”. Por ello, la razón poética tiende sus manos a cuanta forma existencial habita el universo; aun aquellas que no advinieron y las que yéndose, moran la comunidad de vivos y muertos, transmutadas. Logos sumergido que dialoga con los sueños, las pasiones, la poesía, la música, los géneros literarios y filosóficos menores, los delirios, lo sagrado. Es dable imaginar las ideas de María Zambrano dialogar con otras de autores con cuerpos de pensamiento relevantes. Sentarse en una mesa en París, con Gilles Deleuze, café, whisky, cigarrillos. Pensar: simulacro y razón poética, devenir minoritario ¡cuán afín consideraría esta propuesta! Devenir mujer-devenir negro- devenir felino, devenir ¿de izquierda? En esto María Zambrano re-encontraría lo que ha sido su posición política, siempre a babor. O problematizando los géneros literarios en su relación con la vida, insistencia que trazó en ella, un modo de vivir. Podría tal vez compartirle al filósofo francés, sus observaciones al respecto. Como el triunfo de la filosofía sistemática y la razón tecno científica derrotaron formas literarias que además del ensayo, fueron los diálogos filosóficos, las guías, los tratados breves, la confesión,y tantas más, hoy por hoy, géneros inclasificables para la filosofía. Pero más importante aún, formas de escritura que nacieron y tuvieron su apogeo en los países del sur de Europa, España e Italia. Formas escriturales y de racionalidad subordinadas a ciertos lugares de producción intelectual. Derrotadas, confinadas a la periferia. Diagramas, líneas de poder, que dan cuenta las condiciones de producción histórica de cuerpos de pensamiento, el triunfo y hegemonía de unos sobre otros otros. De allí que los grandes sistemas, a los que la Filosofía rinde pleitesía, sean de países centrales, Alemania, Francia, colonizadores intelectuales por excelencia. El retiro del Ser en Martín Heidegger bien podría extender puentes con el olvido de Lo Sagrado en María Zambrano. De camino al habla, (1950-59) el habitar poético, en uno, con los Claros del bosque y el impecable ensayo de Filosofía y Poesía, entre otras posibilidades. También lo griego y el regreso al pensamiento presocrático, referencias ineludibles para ambos, que orientaron sus ideas y pensar. Uno, en alemán; otra, en castellano ¿Pensar en castellano?32 Allí donde Maurice Blanchot tramaría lo neutro a partir de Heráclito, María Zambrano invocaría que la razón poética no fue invención alguna en su producción de pensamiento, sino que la encontró ya escrita por este pensador presocrático33. Seguramente, se la sopló al oído y ella lo murmuró como médium. De letra y puño cada uno, aduce que ni lo neutro es polémico tampoco la razón poética lo es. El libro “Thomas el oscuro” (1942), en francés y con anotaciones al margen, formaba parte de la biblioteca ambulante de la autora. Mantiene relaciones sorprendentes con sus escritos heterónimos, “Ana de Carabantes” y “Otras huellas”. El poeta surrealista francés René Char: un amigo en común entre ambos. La experiencia de soledad y la escritura, otra amiga compartida. La invisibilidad de uno y otra, académica, intelectual, un modo de estar, no estando. Podrían morirse de risa y reírse de muerte juntos, al advertir las disputas a cargo de aquellos (esos que emulan lo que estos pensadores más combatieron) sobre si sus obras o de-sobras, integran el canon literario o filosófico. Walter Benjamín y su exigencia metodológica: “pasarle a la historia el cepillo a contrapelo”. Es decir, escribir la historia desde el punto de vista de los vencidos, contra la historiografía alemana de época, cuyos partidarios entran siempre “en empatía con el vencedor”. Hay claras resonancias en esto con los postulados zambranianos. Viabilizar el pasaje de una Historia Trágica, siempre en mayúscula, del lado de los victoriosos, que exigen sangre, cuerpos, muerte, a lo que ella denomina historia ética. En “La Tumba de Antígona”, (1967) María Zambrano, interviene el mito de Sófocles, tuerce el destino de su protagonista, y escenifica estas vicisitudes, al compás del eco de la guerra civil española, y la lucha fratricida. 32 Pregunta indagada por el filósofo español, Miguel Morey, conocido en el medio académico argentino por su estudio del pensamiento contemporáneo francés (filósofos mencionados en el presente escrito, tales como Maurice Blanchot, Jacques Derrida, Michel Foucault, Gilles Deleuze) y menos difundido por su indagación de la obra de María Zambrano. Uno de los estudiantes que la extrañaron sin conocerla en las aulas universitarias. Greta Rivara Kamaji, filósofa mexicana, reflexiona que a los exilios sufridos por la pensadora andaluza, ha de agregarse el de la lengua, preguntando si tiene algo que decir nuestro idioma a la filosofía. Ver Reflexiones en torno a María Zambrano, Signos Filosóficos, Nro. 9, (2003, UNAM). 33 La razón poética recibe también la influencia, según señala la pensadora, del escrito La Guerra (1937) de su amigo Antonio Machado, (1875-1939) poeta español. Las relaciones entre filosofía y poesía han sido minuciosamente estudiadas; una mención ineludible lo es la del poeta Friedrich Schiller en “Poesía Filosófica”. Pero sobre todo se la ha abordado en el siglo XX, después de Friedrich Nietzsche y Martín Heidegger. “Iluminaciones” de Walter Benjamín, “Mínima Moralia” de Theodor Adorno, “Presencias Reales”, de George Steiner, “Esferas”, de Peter Sloterdijk. “Intelección por la belleza”, del argentino Leopoldo Marechal, “Logopoeia” en Ezra Pound, son algunas referencias de filósofos y literatos, que dieron cuenta de esta búsqueda. Pero esta reflexión adopta en la obra de María Zambrano relieves absolutamente diferentes. No es un tópico marginal u ocasional, sino la médula de todo su pensamiento, abordado como problematización teórica y del vivir para ella, acuciante. No se tratará de simple conjunción, o banal cosmética, sino de hacer de la palabra un gesto poético y creador. Acaso ¿Es dable imaginar las ideas de María Zambrano dialogar con otras, de autores con cuerpos filosóficos y literarios relevantes? ¿Para qué? ¿Para autorizar el decir de una pensadora irrelevante, a falta de lectura, en estos y otros campos académicos? ¿Apuntalar su escritura enlazándola con las de “otros grandes”: Albert Camus, Jean Paul Sartre, Emil Ciorán, Máximo Cacciari, Friedrich Nietzsche, por señalar algunos? ¿Medir su producción intelectual, ética y estética para confirmar cuán cerca está? Soñar amistades tan improbables aunque no imposibles, relevantes como el andar silencioso de un diminuto caracol entre orillas, cuando gobierna la Noche. OCHO ¿Será el olvido un modo de memoria? ¿Y la transmisión un modo de olvido? ¿Habrá antídotos para la narcolepsia en las aulas universitarias? ¿Quién recordará donando gestos perimidos en la docencia, en la clínica, en leer, escribir y pensar? ¿Y vivir? “Y buscamos esta palabra de acción dislocadora de un alma que no corre hacia nada sin el fuego del amor” Palabra de acción dislocadora. Gesto: delta de cuerpos. Gesto de interponer cuerpos desencajados a otros adormecidos: esos recitativos que nos habitan, ruido mudo de palabras dóciles, acostumbradas, previsibles, clisheteadas. Ensayar lo inconveniente, lo disonante. Repetir interpretación psicoanalítica Repetir interpretación psicoanalítica en Freud. Repetir interpretación psicoanalítica en Freud y Lacan. Interponer: Arte. Arte conectado a interpretación no es un dislate. Así lo llamaba Sigmund Freud en sus inicios y otro tanto después: arte interpretativa ¿Alguien avista las posibilidades que este cuerpo interpuesto, abre? ¿Qué hizo de esta enseñanza freudiana borrar uno de los términos y privilegiar otro, hasta cercenarlo como máquina enloquecida abrochadora de significados? ¿Se recuerdan las analogías que Freud indagó entre el lenguaje del sueño y la poesía? ¿Y la esmerada cantidad de páginas introductorias para ingresar ese material desdeñado en la racionalidad de época: los sueños? Acerca de los sueños: ¿podría conjeturarse como uno de los grandes sueños freudianos la creación de un Instituto para la formación de analistas? No solo para alejar la función del analista del sacerdote y el médico, figuras de autoridad en ese entonces. Sino para arrimar otro diseño universitario para la enseñanza (imposible) del psicoanálisis34: Según Freud: “(…) universitas literarum, una unión más estrecha entre la ciencia médica y las ramas de saber que corresponde al ámbito de la filosofía.”. “¿Qué propone este instituto?”-escribe el psicoanalista argentino Germán García- “Una conexión con la resolución de problemas artísticos, filosóficos o religiosos; así como aportar desde el psicoanálisis revelaciones de importancia para la historia de la literatura, la mitología, la historia de las culturasy la filosofía de las religiones”. Y el estatuto de verdad en la obra de Lacan: en la medida que una interpretación pertinente suprima el síntoma será “que la verdad se especifica por ser poética”. Lacan, (Seminario 24, clase 11, 1977) quien se auto-designa ser insuficientemente 34 Marcelo Percia señala en una entrevista que se le hiciera por la publicación de su libro Alejandra Pizarnik, maestra del psicoanálisis (2009, editorial Alción Editora, Córdoba) como “Históricamente, el psicoanálisis surge como un pensamiento apoyado por un lado en la medicina y por otro en el arte, en la literatura y en la filosofía. Alcanza con pensar en que los autores que más obsesionan a Freud son Sófocles y Shakespeare, o recordar que en un momento dijo que esperaba que le dieran el premio Nobel de Literatura, más que en el de ciencia. Y otras veces pensó que las cosas que el psicoanálisis trataba de pensar ya habían sido pensadas por el arte[…]” http://ladiaria.com.uy/articulo/2009/8/la-poesia-como- excusa/?m=nosotros http://ladiaria.com.uy/articulo/2009/8/la-poesia-como-excusa/?m=nosotros http://ladiaria.com.uy/articulo/2009/8/la-poesia-como-excusa/?m=nosotros poeta, advierte que no será por la lógica articulada que el analista “sienta” el alcance de su decir, por más que él incurra en ella. Nos consta. Arte interpretativa, arte grupal; clínica poética, razón poética; filosofía mística, logos musical. Ambigüedad que se produce por el enlace de dos palabras que en principio, se nos ocurren, extranjeras entre sí. O ambigüedad también porque damos por sentado que arte, clínica, filosofía, son sustantivos que se pueden adjetivar. Adjetivos como atribuciones ¿o podemos liberarle también la asignación identitaria al adjetivo para pensarlo como modos de estar de las palabras ocasionales? ¿Cómo leer entonces, palabra analítica? Del gesto interesa su intensidad, vibración, temperatura, color; “su fuego de amor” Sino, interponer cuerpos, “palabras de acción dislocadoras” sería meramente chocar, golpear, zamarrear. Codear para abrirse paso. Allí estaba Sócrates, el gran orador, enseñando lo que le fuera transmitido por Diótima de Mantinea35 acerca del Amor. Eros: a ratos, exuberante por ser hijo de Poros y a ratos, con su andar, pobre, descalzo, por ser hijo de Penia. El Maestro y sus discípulos celebran el Banquete. Puede apreciarse en cada uno de los discursos de los invitados que es el amor; también que el pensamiento es diálogo. Hasta la llegada, al final, de Alcibíades. Quien no va a hablar del amor, sino que poseído por la pasión, la ebriedad, declarará su amor a Sócrates. Acontecimiento que irrumpe. Alcibíades se abandona entregándose en palabras enamoradas al Maestro. No se trataría, desde esta perspectiva, de hablar de clínica, arte, poesía, amor o muerte. En definitiva, hablar de algo. Sino de hablar por aquello que a uno le hace decir. Embriagado. Como un enamorado. Delirar de amor. Porque en el principio-susurra María Zambrano- era el delirio. 35 Este diálogo está abordado en el ensayo La Voz Abismática (1986, en Las Palabras de Regreso, 2009) siendo la voz de la sacerdotisa la que le revela el amor a Sócrates. “La crítica mejor ha rechazado la existencia de Diótima de Mantinea, de la que, sin embargo, se sabe que salvó de la peste a Atenas, si bien se dice que ella no podía hacer más que eso, como si aquella que sabía salvar de la peste a una ciudad, sin necesidad de escribir una tragedia, no tuviera poder en su voz (…)” Diótima, Antígona, Eloísa junto a otras protagonistas femeninas literarias, filosóficas, ficcionales, reales, en su relación con la historia, fueron una importante línea de investigación en la obra de esta pensadora y eje de sus seminarios en América y Europa. NUEVE Vivo en posibilidades — morada más hermosa que la palabra — en ventanas más numerosa — óptima —en puertas — Emily Dickinson. Poema 657. María Zambrano publica a los 29 años el ensayo “Porque se escribe” (1933). Afirmación positiva de aquello que en este escrito conviene escuchar, acompasando su cadencia, a modo de susurro. ¿Alguien siente la necedad de lo que se dice? Vocerío. Ruidos. Hablas parlanchinas con pisadas presurosas. Trivialidad de palabras maniatadas a lo circunstancial, nos asaltan, saquean y se fugan dejándonos en el cuerpo esa desazón a desierto. “Escribir es defender la soledad en que se está”. Una parada. Intervalo que crea el gesto de retirada: ausentarse para escribir. Y en el mismo ademán, un alto en el fuego de esa lengua desbocada que se aparta bisbiseando. “Es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que precisamente por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ella”. ¿Puede escucharse la diferencia entre un estar solitario, ermitaño, y otro modo específico de la experiencia de soledad? Paradoja, palabra bisagra: soledad que une separando, que se repliega de lo cotidiano para regresar transformada. “Soledad sonora” que al alejarse, comunica. “Habiendo un hablar, ¿por qué el escribir? […] Hablamos porque algo nos apremia y el apremio llega de fuera, de una trampa en que las circunstancias pretenden cazarnos, y la palabra nos libra de ella. Por la palabra nos hacemos libres, libres del momento, de la circunstancia apremiante e instantánea. Pero la palabra no nos recoge, ni por tanto, nos crea y, por el contrario, el mucho uso de ella produce siempre una disgregación; vencemos por la palabra al momento y luego somos vencidos por él, por la sucesión de ellos que van llevándose nuestro ataque sin dejarnos responder. Es una continua victoria que al fin se transmuta en derrota. Y de esta derrota, derrota íntima, humana, no de un hombre particular, sino del ser humano, nace la exigencia del escribir. Se escribe para reconquistar la derrota sufrida siempre que hemos hablado largamente. Y la victoria sólo puede darse allí donde ha sido sufrida la derrota, o sea, en las mismas palabras.” Cuando al hablar hacemos de las palabras servidumbre rastrera, “aves de presa” para saciarnos a nuestro antojo, escribir. Escribir para procurar el silencio, la pausa necesaria. Para darnos un tiempo en sí para sí. Para demorarnos en ellas ensoñando una posible amistad. Soledad también que nos acompaña en el sueño. Experiencia de la soledad para que “las palabras nos visiten”. Y a las “traidoras”, salvarlas “de su vanidad, de su vacuidad” ¿Quién aprende, aspira, enseña a soportar la soledad?36 “¿Qué es lo que quiere decir el escritor y para qué quiere decirlo? ¿Para qué y para quién? Quiere decir el secreto; […] “Hay cosas que no pueden decirse”, y es cierto. Pero esto que no puede decirse, es lo que se tienen que escribir. Descubrir el secreto y comunicarlo, son los dos acicates que mueven al escritor El secreto se revela al escritor mientras lo escribe y no si lo habla. El hablar sólo dice secretos en el éxtasis, fuera del tiempo, en la poesía. La poesía es secreto hablado, que necesita escribirse para fijarse, pero no paraproducirse. […]” La poesía descubre con la voz el secreto. Pero el escritor lo graba, lo fija ya sin voz. Y es porque su soledad es otra que la del poeta. En su soledad se le descubre al escritor el secreto, no del todo, sino en un devenir progresivo. Va descubriendo el secreto en el aire y necesita ir fijando su trazo […]” Punto final. Dejo acá a María Zambrano escribiendo en su “soledad sedienta” palabras tales como: victoria, derrota, libros, potencia, bombas, libertad, secreto, combate, fidelidad, lucha, gloria, comunidad, amor, Dios. Como si el destino le dictara al oído, cada uno de estos gestos sonoros que irían componiendo en un cercano futuro y hasta el 36 “Poco a poco, he ido viendo claro cuál es el defecto más general de nuestro tipo de formación y de educación: nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña - a soportar la soledad”. Friedrich Nietzsche, en La Gaya Ciencia, (1882) consignado en Pequeña Doctrina de la Soledad de Miguel Morey (2004). final, el pentagrama de su vida. ¡Cuán inusitada dimensión cobrarían cada uno de estos singulares surcos horadados en este escrito! Esa ruptura sin retorno con su Maestro José Ortega y Gasset37 porque “nací para ser hija, discípula, para obedecer y ya ves”. Cantando con Miguel Hernández frente a las bombas explosionando en Madrid. Porque si habrían de morir, lo hicieron cantándole a la libertad. Regresando de Chile, tras la derrota de la República. Por ello mismo. Porque es la derrota lo que le impelerá a luchar; lo que motive el combate, no su resultado. Caminando a pie, junto a Antonio Machado, hasta pisar suelo extranjero, Le Perthus. Porque no habrá otra patria para todo artista e intelectual que no sea junto al pueblo y en su dolor. Ese dolor aquí y allí, del lado de la patria. Viviendo- muriendo la peor de las experiencias: el exilio político, la pérdida de una comunidad, una suerte de esclavitud. Exilio, además, de esos cuerpos amigos: separarse de familiares, compañeros, olores, lugares, el acento de la lengua y también de papeles, apuntes, libros. Añorarlos perdidamente. Soledad que alude no solo la ausencia de otros, sino la ausencia de sí misma: condición existencial efímera, diaria, errante, ese no tenerse. El hogar, un perenne vagar. Y volver a nacer y crear múltiples lenguas, patrias, amores y amistades. Y en Morelia, “en ese silencio de piedras, poblado de palabras por decir” seguir escribiendo. Enseñando la libertad en Grecia el mismo día y a la hora que caía España. Recitar poemas del poeta peruano César Vallejo a cada inicio de clase. De los alumnos, aprender a pedir” por favor”, a retroceder lo altanero de esa lengua española. Toques y tambores en esas ínsulas extrañas, Cuba, mientras, baila y entona cantes y melismas. París, Roma, y dieciséis años entre las montañas, en los bosques de Le Jure francés. Estudiantes universitarios que en España por vez primera escuchan su voz en una grabación, leyendo “Claros del bosque”. Volver a España: 37 No ha llegado todavía aquí-y el Maestro José Ortega y Gasset, filósofo español (1883-1955) señalándose el pecho-y Ud. de un salto, se planta más allá. Las diferencias son teóricas y con ellas, radicalmente políticas. Maestro escrito con mayúscula, su estatura es de inalcanzable medida; maestras, en minúscula y plural, próximas, interesan por lo que realmente cuenta del educar: aprender a leer. María Zambrano se declarará discípula, y no secuaz, si por discipulado se entiende, soltar la mano y abrirse de toda medida para labrar un otro camino ¿Regresar? Si yo nunca me he ido. Seguir escribiendo, despertar a la memoria de tantos jóvenes y arremeterle a esa transición democrática empeñada en seguir silenciando, los crímenes de guerra, el terror, la mutilación. Primera mujer que recibe el Premio Cervantes (1988), el mayor galardón que se ofrece a la literatura en castellano. Celebración a la que no asiste. Enmudecida. Escribe Cristophe Bident: “La decisiva fuerza del reconocimiento supone también que de él, o en él, no se concede nada definitivamente […] Imposible reconocer sin la sensación impávida y alertada de ser mortal: sin la experiencia no experimentada ni la amenaza no resuelta de la muerte”. Palabra silenciada que nos habita, a punto de emerger, bien podría evocar esa voz femenina, palabra de una mujer: María Zambrano. Ángel del límite, dama peregrina, una existencia mitad humana, mitad sirena y mitad gatuna. Cifra de un “no sé qué, que se queda balbuciendo”. Y aún así, se levanta y canta38. 38 A pedido de María Zambrano, la lápida de su tumba, en Málaga, dice: Surge amica mea et veni, tomado del Cantar de los Cantares. En el cierre del Seminario, algunos alumnos/nas y docentes la evocaron entre velas, cajas de música, gatos, coreografías, lecturas de poesía, improvisaciones musicales, susurros al oído de palabras vedadas y en la producción de un escrito colectivo, cuya lectura era interrumpida por el resoplido de la onomatopeya: Shhh! “ “(…) Tú que vas del grito a la palabra, tú que merodeas, te mueves como el viento, te olvidas de la historia somnolienta pero corres a despertarla. Acompañante que has sido fiel como el humo de sus cigarros. Fuiste inhalada para inspirarlo(…)¡Levántate y canta! canta para que no se olvide, para recordar, para seguir viviendo con la memoria un poco más triste pero la fuerza más renovada(…)¿Qué es para ti el exilio? Si las mujeres que pisan fuerte aquí no se olvidan. Es más; dejan huellas sutiles. Cuerpos invisibles que se manifiestan en el pensamiento…” SHHhhhhh! (algunos fragmentos de Improvisaciones musicales María Zambrano, de los alumnos/nas Gisela Candas, Alex Maggi, Pablo Defays). Referencias Bibliográficas Beneyto, José María y González Fuentes, Juan Antonio (Comps.)(2004): María Zambrano. La Visión más transparente. Madrid, Editorial Trotta - Fundación Carolina, (2004). Bident, Christophe (2003): Reconocimientos. Anteleme, Blanchot, Deleuze, Madrid, Editorial Arena Libros (2006). Birulés, Fina (2011): Pensadoras del siglo. Aportaciones al pensamiento filosófico femenino, España, Instituto de la Mujer. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, (2011). 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