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Resumen - Antropología (T)

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Resumen Antropología teórico. 
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Busca develar el pasaje de la antropología filosófica a la antropología cultural. 
La filosófica es una rama de la filosofía del siglo 6 a.C. que estudia al ser, hace una 
ontología, estudia las acciones humanas (ética), estudia la belleza (estética). 
Es decir que estudia al ser humano, su condición de ser humano, lo que lo hace humano y 
distinto a los demás seres. Ser temporal, estar transido por el tiempo y reconocer al mismo, 
ser gregario, que tiene la necesidad de otro y no es un ser en soledad. 
La preocupación de la antropología filosófica es el hombre, y me va a devolver una figura 
de este como un ser de cultura, como un ser hacedor de cultura. 
La antropología es un discurso, un saber, un estudio o disciplina que tiene como objetivo 
de estudio al hombre como ser humano, la antropología filosófica y la cultural tienen al 
mismo objeto de estudio que es el hombre. La antropología filosófica estudia al hombre en 
tanto hombre, mientras que la antropología cultural incorpora al hombre en la cultura, lo 
estudia como un ser cultural. Y su problemática inicial es la diferencia que tiene este con el 
animal, y a medida que se va diferenciando, despegándose del animal, es que va 
apareciendo en el campo de la cultura. 
Según Max Scheler el lugar que ocupa el hombre en el cosmos, orden, universo, tiene que 
ver con su condición de diferente al resto de los seres que ocupan un lugar en el mismo. En 
el despegue del hombre con el animal, hay un punto de contacto, es una cierta zona común, 
es aquel sustrato biológico, físico, material que nos emparenta con el animal, como la 
necesidad de comida, abrigo, la necesidad sexual, etc. Esta es la animalidad en el hombre. 
La cultura se encarga de suavizar, opacar, limpiar estas necesidades y gracias a eso el 
hombre puede retardar la respuesta ante la misma, esto es lo que nos territorializa al ámbito 
humano. 
La animalidad en el hombre es camuflada por el aparato cultural, el hombre posee un plus, 
un valor agregado que son las preocupaciones metafísicas, políticas, etc. Las perspectivas 
de este plus pueden ser tanto espiritualista, como algo en el hombre que es semejante a lo 
divino, algo trascendente, o materialista como una complejizacion, sofisticación de la 
materia, es un estadio superior de la propia evolución material. 
Las diferencias entre el hombre y el animal: 
El hombre es extrañado, es capaz de separarse de la cultura, de tomar distancia. El hombre 
es capaz de cuestionarse sobre las cosas y hacer con ellas lo que más quiera. Él habita el 
mundo, le da significaciones, no es solo una categoría geográfica si no un domicilio 
existencial, lo transforma al medio en su propio espacio físico. 
El animal en cambio es incrustado en la naturaleza, está fijado, fundido en ella. No tiene 
consciencia ni del propio ser ni del otro, es una mismidad estructural con la naturaleza, él 
está en su hábitat, dura en él y transcurre en el tiempo. 
Según Jaspers, él distingue el comienzo del origen de la filosofía, comienzo para él es 
como una fecha de nacimiento, que sería en el siglo 6 a.C. con los jónicos. En cambio al 
origen esto no le importa, éste piensa en las fuentes que generan el impulso a filosofar, 
aquello que brota como el agua y lo impulsa a interrogarse. 
Plantea 4 orígenes de la filosofía: 
El primero asombro o admiración: Estas dos palabras obedecen a un mismo pathos, como 
afección o sentimiento, es aquel impacto que siente el sujeto a partir de un elemento 
externo. Tiene que ver con la conmoción que pone en movimiento al hombre a preguntarse. 
Devuelve la consciencia de no saber, y está vinculado a la ignorancia y determina la 
pregunta, a lo que le sucede un deseo por responderla. 
La pregunta ya es cultura, y las respuestas son formas culturales, que engrosan el tejido 
cultural y lo que la determina es el enfrentamiento con la naturaleza, se maravilla con el 
objeto. 
Hay 3 secuencias del asombro: El animal incrustado en la naturaleza, el hombre distanciado 
de ella, y por último el hombre como objeto de preocupación, siendo epístrofeo y epimeleo, 
que son el retorno y el cuidado hacia uno mismo, o de sí mismo. Maravillarse de uno 
mismo es tener la consciencia de no saber y asumirse como objeto de estudio y de 
preocupación. 
La segunda es la duda como aquello que moviliza a pensar, el hombre es el único ser que 
duda, esto implica interrogarse, como poner algo en suspenso. 
Al dudar de la certeza, rompe con ésta y a su vez con lo que lo sustenta, con el cimiento que 
tiene para transitar por el “abismo”. El hombre es el único que puede soportar estar en la 
“intemperie existencial” planteándose a sí mismo que siempre hay una razón más por la que 
vivir, una nueva dación de sentido, es decir que puede generar un nuevo sosiego para 
transitar ese “abismo”. 
La tercera fuente de origen son las situaciones límites, que también hacen brotar en el 
hombre el impulso a filosofar. Estas situaciones son estrictamente humanas e inevitables, se 
le imponen al hombre y son ineludibles, pueden ser el error, el “acaso” o angustia del “tal 
vez” y la muerte. El único ser con consciencia de esta última es el hombre, y está 
relacionado con su temporalidad y la finitud del mismo, nosotros le damos un sentido a la 
muerte, la asumimos ya sea negándola, aplazándola o ritualizándola. 
Según Cassirer, el retoma la estructura “Animal – Hombre” y a su vez el circulo funcional 
que se da en el animal como eterno, repetitivo, que se vincula con el concepto de Scheler 
del animal como incrustado en la naturaleza, definiendo a este círculo como la sucesión 
cristalizada que con determinado estimulo “A”, sea “B” siempre la respuesta. En el animal 
el tiempo de respuesta es inmediata, instintiva, y las diferencias con el hombre son en 
cuanto al tiempo en que este posee consciencia del mismo, de que es un ser finito y que el 
hombre habita el mundo, en cambio el animal dura en él. Plantea que el hombre puede 
romper con este círculo funcional, modificar los esquemas gracias al hiato, a la distancia 
que hay entre el estimulo y la respuesta, el hombre puede retardar, diferir, posponer la 
respuesta, provocando una respuesta mediata y humana. 
Toma la costumbre como ancestral, antropológica, que lo sitúa en el cosmos humano, lo 
espacializa al horizonte humano. Esto se logra gracias a que el hombre es un animal 
simbólico, es decir que está dotado de un equipo simbólico, que es constitutivo del hombre, 
que produce subjetividad como aquello que lo hace hombre, es instituyente, lo instituye al 
hombre en el universo humano, simbólico. El equipo simbólico son los elementos que nos 
permiten romper con el círculo funcional. Éste está provisto de lenguaje, pensamiento, 
religión, arte, mito, etc. Es como un surtidor que abastece de las distintas respuestas 
posibles. 
Foucault plantea que todos los elementos que integran este equipo nos ponen en el umbral 
del hombre como hacedor de cultura. 
La palabra cultura, según su etimología que proviene de dos palabras latinas, cultus 
(sustantivo) y collo (verbo), nos plantea a un hombre que humaniza, trabaja, define a todo 
lo que rodea al cultivo, es decir los seres humanos y sus relaciones según la primera palabra 
cultus, que viene de cultivo, y según la segunda, collo, viene de habitar, tiene que ver con 
“ser en un mundo”, nos da sosiego, abrigo, protección como una trama, un tejido que nos 
sostiene. Y el objetivo de la antropología es estudiar esa trama, el cosmos cultural, estudiar 
a lo otro, lo diferente, lo que nos desconcierta, nos produce temor, lo que socaba nuestra 
certeza. Esa otredad como espejo donde la mismidad se mira y necesita de este otro para 
identificarse a sí mismo. La cultura implica la posibilidad de trascender sobre la naturaleza, 
transformándola en una producción cultural. 
Cultivar está asociado también a un pensamientoreligioso, a humanizar, y los alcances de 
este concepto pueden ser, en el sentido restringido, como una corriente de carácter 
europeizante, asociada a la apreciación de bienes vinculados con el clasicismo, con cierto 
perfil estético, literario, epistemológico, etc. Y en el sentido amplio a los elementos ya 
construidos por nosotros, pensar la cultura como obra, producto humano, pensando al 
hombre como artesano, como hacedor de cultura, y entre todos hacemos de un territorio 
cultural. 
Según las metáforas, el concepto de cultura varia en dos, la agraria que plantea a la cultura 
como cultivo, poniendo al hombre como hacedor de cultura como decíamos antes, y la 
metáfora del tejido, que pone la cultura como una trama, una red, pone al hombre como 
tejedor, y los tejidos son los elementos que refuerzan al equipo simbólico. 
La tarea del antropólogo es generar consciencia de no saber, comienza con una distancia 
inaugural entre el antropólogo y el otro que se genera por la opacidad, y esta distancia se va 
haciendo cada vez más pequeña a medida que se lo va conociendo, a medida que hay un 
saber del objeto, es un acercamiento epistemológico y antropológico que permitirá 
distinguir entre otras otredades. El antropólogo debe iluminar, hacer menos amenazante a la 
otredad. 
Según Todorov, los ejes de la antropología son: 
A- 1. Axiológico: referido a los juicios de valor que uno emite, para definir a la otredad, la 
mismidad hace un juicio de valor ubicando a la otredad como inferior. 
2. Praxiológico: Referido a como se vincula con el otro en cuanto a lejanía, cercanía, es 
decir la inclusión o exclusión de la mismidad con el otro. 
3. Gnoseológico: Relacionado a los vínculos en el orden del conocimiento, es decir 
conocer o ignorar la otredad. 
B- 1. Axiológico, en cuanto a la manera de juzgar. 
2. Topologico, relacionado a la ubicación que le doy al otro. Toda relación de mismidad 
–otredad incluye movimientos de territorialización, desterritorialización y 
reterritorialización, ya sea en espacios físicos o simbólicos. 
3. Tecnológico, referido al hacer con los otros, que es lo que se hace con ellos. 
4. Político, en cuanto a las relaciones con el otro se establecen diferencias, se producen 
relaciones dinámicas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Locura: 
Tomando como punto de partida a la emergencia del saber psiquiátrico, lo que hace 
Foucault es hacer una arqueología, tomando esto como un método de análisis, trata de 
excavar en las capas discursivas, en la espesura, cometiendo un descenso arqueológico para 
develar lo no visible, y es aquí donde aparece el monstruo en sus primeras representaciones. 
La locura es capturada por un logos epistémico, es decir que se transforma en un objeto de 
estudio, es objetivada y territorializada, fijada al interior de un corpus epistémico, al interior 
del saber científico. 
El punto más bajo de esta espesura, lo encontramos en la experiencia trágica, se logra ver 
la locura a través del arte, es decir que lo trágico es igual a lo artístico, la locura es 
nombrada por el arte, es escrita y narrada por la literatura y es pintada por los artistas. 
La locura es una construcción epocal, que viene a ocupar el lugar que ocupaba la lepra, 
como si fuera un castigo divino, produciendo así un quiebre en la unidad religiosa y con 
esto la desacralización del mundo que se puede ver en las pinturas. Esto implica un 
desdibujamiento de la figura de Dios como gerente de la cohesión universal, fracturándose 
lo moral, antropológico y lo cósmico. 
La locura y el loco anuncian el fin de los tiempos, traen consigo un discurso enteramente 
otro, este discurso es desanidado, fracturado y devuelve una visión apocalíptica del fin de 
los tiempos, donde la figura de Dios es opacada por el triunfo de Satán. 
Se puede ver por ejemplo en el tríptico de heno, una desmesura en la ambición material, y 
alude así a la pérdida del rumbo. El loco tiene una función especular, es el espejo de un 
tiempo desanidado del fundamento y librado a su anarquía, esta locura es asociada a la 
muerte, despertando en la mismidad sentimientos de rechazo, temor, debido a que anuncia 
el fin de los tiempos, y el tiempo es inminente, a su vez también despierta sentimientos de 
respeto porque trae algún tipo de verdad, es portador de un logos – otro, evocando 
fascinación, por su extravagancia y su ser extraordinario. 
En la experiencia trágica la locura toma una dimensión topotecnológica, excluyéndola del 
corazón de la mismidad e interiorizándola en la nave de los locos, en ese tiempo la gente se 
imaginaba que los ríos de Europa cargaban naves que llevaban a estos otros, el agua no se 
sabía de dónde venía ni hacia donde iba, y este loco viene del mas allá y hacia el mas allá 
es donde lo transporta esta nave. Ésta es un dispositivo de exclusión de la mismidad y a su 
vez de inclusión dentro de la misma, territorializando a la amenaza. 
Pasamos al momento de la experiencia crítica, llamada por Foucault “el gran encierro” 
debido a que en el siglo 17, se inaugura en Paris el hospital general, y se encierra a la 
otredad en ese lugar, que constituye una estructura semijurídica de un intenso matiz 
burocrático, se trata de una institución donde no hay matiz terapéutico, no hay una 
intención de curar si no de encerrar, es otro dispositivo de internamiento y se lo compara 
con la nave ya que ambos excluyen al otro de manera indiscriminada, es una masa 
compacta de otredad homogénea, pero heterogénea en su constitución, es decir que encierra 
a todos los otros. En conceptos de Foucault, en el inicio de la edad media, comienza a 
perderse la visibilidad de la locura y se funde con “los otros”, alienando así a todos los que 
transgreden el buen orden burgués. 
En la segunda parte de la experiencia crítica hay un nuevo ejercicio de poder, que es el 
“poder de policía”, que separa y ubica a cada uno en su respectivo lugar, es decir que los 
territorializa a donde corresponde, tratando de que esa masa improductiva a lo mejor se 
revierta. Se inaugura un nuevo modo de mirar, los locos no aprenden, no siguen el ritmo y 
no comprenden sus deberes. 
El trabajo es la clave para la detección de la locura, la mirada se convierte en un control 
sobre los sujetos haciendo que en cada espacio funcional estén los locos con los locos, los 
vagos con los vagos, etc. Así se obtiene una ganancia en el saber cómo rédito 
epistemológico. 
Llegando a la emergencia del saber psiquiátrico, que se dio a través de la construcción 
histórica de los saberes y las condiciones que la posibilitaron. La emergencia de la 
psicopatología sirve para entender el dialogo entre este saber, y las condiciones que lo 
posibilitaron. Para esto debemos meternos en la sociedad disciplinaria donde el objeto esta 
en disciplinar a los sujetos. La sociedad de control es un dispositivo de secuestro para fijar 
y territorializar a cada sujeto, el incorregible queda por fuera del control policial, así 
también como el monstruo, los anormales y el niño onanista, y resultan heterogéneos ante 
el sistema de control. Entonces aparece la consideración del cuerpo como un blanco de 
operaciones que es la dimensión laboratorio, manipulando a los cuerpos y esperando 
transformaciones. La sociedad disciplinaria descubre una anátomopolítica que es el 
ejercicio del poder que impacta sobre los cuerpos. 
Según Foucault hay un desplazamiento de esta anátomopolítica a una biopolítica como 
dispositivo político. Hay un control anatómico y microfísico para lograr un mejor 
rendimiento de los cuerpos sobre las poblaciones vivas. Si no tiene nada que corregir, se 
ejerce un control para lograr un mayor rendimiento. 
Otro dispositivo político que surge es el del panóptico como un espacio que visibiliza. Es 
un dispositivo arquitectónico multivalente, que tiene la intención de prevenir en vez de 
perseguir, es un “ojo” que todo lo ve, que siempre está presente. El modeloproviene del 
jardín de las fieras en París que tiene la perfecta distribución espacial de las especies, posee 
celdas abiertas en su frente y fondo y cerradas en sus laterales, las aberturas tienen la 
función de brindar luminosidad y los costados aíslan a los sujetos para que tengan el menor 
contacto posible para así poder dominarlo y controlarlo. 
Tiene como rédito económico que genera sujetos productores que sostienen el 
funcionamiento del modelo económico – político haciendo que el capital no se detenga. 
Como rédito epistemológico tiene al arte de la distribución y la combinación de sujetos para 
ver los resultados que se pueden obtener, otorgando saber sobre los sujetos, así nace la 
psicopatología y los saberes políticos. La torre que se encuentra en un lugar privilegiado en 
el centro, presenta una serie de mirillas, que desde adentro puede ver la totalidad de las 
cosas y por fuera no hay posibilidad de ver el interior, haciendo que con la presencia de 
algunos o ninguno se genere una sensación de control incesante. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Incorregible: (Separado) 
Se desprende de los “otros” en la sociedad disciplinaria, en donde hay un pasaje del poder 
jurídico (negativo) al poder disciplinario (positivo). Foucault lo llama revolución del poder 
de occidente, debido a esta mutación, fue un acontecimiento radical, que transforma. 
El poder negativo es un poder sustancial, como una cosa material, por eso está asociado con 
el tener, pasa de mano en mano, y asociado a la ley, ya que el que lo posee puede imponer 
un orden, una prohibición, el soberano es aquel que no tienen ningún poder que limite el 
suyo. 
La problemática de este poder es la infracción, ya que esta supone un desafío a la soberanía 
del rey. Es un poder predatorio porque se manifiesta como un poder que quita, lastima, 
rompe y castiga físicamente. Se ejerce crueldad sobre los cuerpos como manifestación del 
poder soberano, no hay intención de corregir. 
Es un poder oneroso, y se paga caro, mientras mayor es el gasto que se produce, mayor es 
la demostración de poder. 
Es un poder discontinuo debido a que solo se manifiesta ante las infracciones. 
Y es un poder lagunar porque crece a grandes rasgos. 
A partir del sigo 17 18 hay una nueva concepción del mundo, se forma la sociedad 
burguesa sobre los tres pilares que son la razón, la virtud y el trabajo. 
Hay una producción de ganancias incesante y se da gracias al incremento de la eficiencia de 
los trabajadores. El poder negativo no puede hacer nada en contra de aquello que entorpece 
la producción y el problema del poder deja de ser la infracción, ahora el problema pasa a 
ser la corrección de conductas que no caen por fuera de la ley, para poder producir nuevos 
sujetos. 
Entonces aparece el poder positivo, que consiste en trabajar sobre la conducta del sujeto 
que esta desviada, es anormal, para lograr corregirla, normalizarla, encauzarla. Hay que 
sujetar al sujeto a la norma basada en los 3 pilares. Necesita ser un poder continuo para eso, 
estar corrigiendo continuamente, mediante la presión constante para encauzar el 
comportamiento. 
Este poder se reparte en todo el cuerpo social, mediante la red institucional de secuestro, 
que son aquellas instituciones que responden a ese modelo. 
Para comprender este modelo Foucault usara una genealogía para descubrir lo que oculta la 
historia. Busca como surgen las relaciones disciplinarias, entonces entendemos que es una 
red, debido a que cubre a toda la vida social y lo social se cumple dentro de estas 
instituciones y son de secuestro por ser de encierro, fijación, etc. 
Hay dos exponentes históricos europeos de dispositivos de encierro. 
Lepra: conocida en el Medioevo como “enfermedad religiosa” y por eso se fundaron 
leprosarios como instituciones de encierro indiscriminado y no terapéutico. Estan ubicados 
en las afueras de la ciudad, es decir que excluyen a los enfermos y los apartan. 
Peste: En ese momento primero se creó una estricta división espacial, prohibiciones para no 
salir de la zona que les correspondía a cada uno, división de la ciudad, vigilancia en las 
calles, es decir que este fue un encierro dentro de la ciudad, de manera individualizante. 
La institución disciplinaria de normalización sintetiza estos dos modelos, es un espacio de 
encierro al igual que el leprosario, es una exclusión que incluye, debido a que los hace 
entrar en la sociedad, toma una posición dentro de ella, se cuadricula el espacio y el tiempo 
se lo segmenta en ritmo, ocupaciones, ciclos. A cada lugar le corresponde una conducta, un 
gesto y a cada momento una conducta y un ritmo. Aquello que hace posible esta vigilancia 
y encauzamiento es la nueva configuración del poder conocida como “panóptico”. Es un 
dispositivo que funciona como modelo arquitectónico, cuyo significado de la palabra es 
“ver todo”, y permitió diseñar algo, basado en el jardín de las fieras de París, que a nivel 
espacial hay un punto privilegiado más otros espacios individualizados, funciona bajo la 
diada “ver y ser visto” para producir la sensación de estar vigilados constantemente, la 
sujeción real se basa en una ficticia, al sentirse observado uno se autocontrola y 
autonormaliza. 
El poder disciplinario es polivalente y múltiple, está repartido en la sociedad y cae sobre el 
cuerpo, es una anátomopolítica para trabajar sobre los cuerpos, y se valora en el ámbito del 
trabajo. 
Cuerpo como jardín: se lo observa, cuida, corrige para que crezca prolijo. 
Cuerpo como laboratorio: se experimenta para ver su mejor desempeño y de esas 
experiencias se espera obtener 3 réditos. Económico en cuanto que al ser obreros lograr un 
trabajo más eficiente. Social en cuando a que se vuelve más claro y eficiente y se consolida 
en el buen orden burgués. Y Epistémico debido a que se extrae un saber (pedagogía y 
psiquiatría) y siempre que hay saber hay poder. 
La sociedad disciplinaria trata de producir sujetos que se autocontrolen. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mujer: 
Para comenzar a hablar de la mujer, Foucault plantea que es imprescindible hacer una 
arqueología en la espesura discursiva de una cuestión presente, meternos en esa espesura de 
saberes, de discursos que se acumulan como sedimentos. 
A lo largo de la historia se ha ido consolidando el ideal de mujer, como un modelo 
LogoFaloCéntrico, es decir que gira en torno a las mujeres, pero tiene como centro el 
modelo de saber masculino, viril. 
Cada una de las representaciones que se tienen, buscan continuidades y discontinuidades de 
este modelo, de cómo llegamos a esta que es la cuestión presente, como saber cuáles fueron 
las continuidades que lo permitieron y como surgieron las marcas identitarias. 
Estas identidades de lo masculino y femenino son siempre en el orden de la ficción, de la 
construcción y producción ya que naturalmente no hay “masculino” y “femenino”. Este 
modelo logofalocéntrico aún así presenta al hombre como dominante y a la mujer como 
dominada. 
Entrando en la espesura de los saberes llegamos al mito griego, donde aparece la mujer de 
Prometeo, el mito cuenta que éste se pelea con Zeus para defender a los hombres, él quería 
que los hombres tengan fuego, entonces se lo roba a Zeus que tenía el privilegio de 
poseerlo, y Zeus decide castigarlos y les pide a los hombres que armen un ser y que cada 
uno le ponga algo, así dan nacimiento a la primera mujer, la mujer castigo, Pandora. 
La primera concepción que se tiene entonces sobre la mujer se caracteriza por ser 
improductiva, móvil, de naturaleza voraz, es decir que consume, que trae consigo un 
discurso persuasivo, que seduce y encanta, es decir que posee una belleza asociada a la 
atracción, y a su vez se observa algo de lo terrorífico y monstruoso. Esta mujer trae el mal a 
la tierra, trae consigo las pestes, sufrimiento, enfermedad, dolor y vejez. 
Los varones dejan de nacerde la tierra como se creía y dejan de tener la buena vida que les 
brindaba Gea, ahora deben casarse con las mujeres, y es parte del mal, ya que ésta los agota 
física y económicamente, lo que el hombre produce la mujer lo consume, y si elige no 
casarse, tiene como desventaja no poseer descendencia, por lo que se considera a la mujer 
un mal necesario y los hombres dejan de vivir en el estado de plenitud en el que vivían. 
Este mito explica básicamente que el hombre implantaba la semilla y a la mujer se la 
consideraba una “maseta” dándole la pertenencia de los hijos al padre, como propiedad de 
él. 
En la época clásica, la concepción de Aristóteles analiza políticamente la constitución del 
gobierno, y dice que ni las mujeres, ni los esclavos, ni los niños poseen la capacidad de 
gobernar, ya que la mujer está emparentada con la esclavitud y los niños no son aptos. 
Adopta a la razón como el alma del gobierno, teniendo una parte racional y una irracional 
gobernada por la hybris, que tiende a lo ilimitado, a la desmesura y es insaciable. Y en lo 
racional se encuentra la razón en su parte práctica que es aquella que conoce acerca del 
obrar y su parte teórica que tiene el conocimiento sobre las necesidades abstractas y los 
objetivos universales. Esta razón pone límites, da medida, y define al ethos, que es el 
carácter o la forma de ser, son los distintos límites que se le imponen a los deseos. Y lo 
irracional define la falta de gobierno, a una falta de principios y límites. Entonces plantea 
que a estos 3 les falta la razón, la ética viril griega es racionalista y para ser virtuosos hay 
que poseer esa racionalidad, entonces dicen que al no poseer racionalidad suficiente la 
mujer está destinada a ser mandada, ya que ella no puede darle forma a sus deseos. Posee 
una precariedad ontológica que la hace ser de naturaleza peligrosa, por eso es que “hay que 
hacer algo” y se la territorializa, encierra, fija al interior del oikos, como ámbito privado, es 
decir un interior controlado que también custodia el espacio moral, dentro del hogar la 
mujer es la que administra los bienes del varón. Plantea que la mujer es un problema, por 
eso es un otro. 
Así llegamos al Medioevo cristiano, donde aparece la mujer pecado con el mito de Eva, 
que cae en la tentación arrastrando al hombre con ella, no se puede autogobernar y su 
cuerpo posee una fuerza de atracción lujuriosa, irresistible, la carne es la sede de lo 
pecaminoso. A partir del siglo 12 hay una recuperación de ciertas figuras bíblicas como la 
virgen María y Sara, la esposa de Abraham, dando a luz al ideal aristotélico, una mujer 
joven y virgen como perfecta esposa. Aparece la mujer fijada al espacio de la enseñanza y 
la formación y el hombre es el perfecto conductor de esta paideia femenina, ya que la mujer 
joven tiene la maleabilidad asegurada, dándole al hombre conductor una mayor plasticidad. 
La mujer depende de la manutención del marido, dándole una relación de subordinada, 
sigue siendo una figura improductiva y la dependencia económica supone una fijación al 
oikos y al marido, esta dependencia excede el marco del dinero, el hombre es responsable 
de todos los actos de la mujer y debe corregir toda trasgresión moral. 
Aparece en el esposo una función pedagógica ya que imparte los principios ordenadores, la 
mujer por su estatuto racional exige mayor control, habiendo un incipiente esquema 
panóptico como mecanismo de control y corrección. 
Sara es la representante de una red de deberes atribuidos a una buena esposa. 
Primer deber es honrar y respetar a los suegros como a sus propios padres, tratarlos de igual 
manera, dándole al matrimonio la unión de dos familias, y en el amor conyugal debe haber 
asimetría, el amor de la esposa ser desmesurado y el del hombre debe ser con juicio y sin 
perder la racionalidad. 
El segundo deber es de ser buena esposa, casta y fiel, debe poseer respeto por el marido, 
que es el que custodia su cuerpo, ya que el hombre es el que se hace cargo de aportar los 
medios de subsistencia y también de la instrucción, enseñanza y control. 
El tercer deber es el de cuidar a la familia, ocuparse de los hijos, su función nutricia, el 
padre se encarga de la función educativa y moral. 
El cuarto deber es el de mostrarse irreprochable, debe ser buena cristiana en relación con la 
buena imagen, ya que será la suya propia y la de su familia.

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