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PUNTEO - PARCIAL, Estruc de la Subjetividad

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80. Punteo para el examen. Definición de 
subjetividad 
 
81. Componentes de la subjetividad 
82. Concepto de paradigma: 
PARADIGMA: Thomas Kuhn acuña el concepto de paradigma. Un paradigma es aquello que los 
miembros de una determinada comunidad científica, y sólo ellos, comparten .Señala qué entidades 
existen en el universo y cuáles no, qué interrelaciones pueden darse entre estas entidades, qué 
preguntas pueden hacerse sobre ellas y qué respuestas pueden darse. 
 
83. Psicoanálisis y Ciencia: 
 
En Tratamiento psíquico (tratamiento del alma) (1890) 
 
No se le daba lugar a lo anímico sobre lo psíquico. Parecieron temer que si se concedía cierta 
autonomía a la vida anímica, dejarían pisar el seguro terreno de la ciencia. 
 
Tres ensayos de una teoría sexual (1905) 
El hecho de la existencia de necesidades sexuales en el hombre y el animal es expresado en la 
biología mediante el supuesto de una «pulsión sexual». En eso se procede por analogía con la 
pulsión de nutrición: el hambre. El lenguaje popular carece de una designación equivalente a la 
palabra «hambre»; la ciencia usa para ello «libido». 
 
Pulsiones y Destino de la Pulsión: 
“Muchas veces hemos oído sostener el reclamo de que una ciencia debe construirse sobre conceptos básicos 
claros y definidos con precisión. En realidad, ninguna, ni aun la más exacta, empieza con tales definiciones. El 
comienzo correcto de la actividad científica consiste más bien en describir fenómenos que luego son 
agrupados, ordenados e insertados en conexiones. Ya para la descripción misma es inevitable aplicar al 
material ciertas ideas abstractas que se recogieron de alguna otra parte, no de la sola experiencia nueva. Y 
más insoslayables todavía son esas ideas —los posteriores conceptos básicos de la ciencia— en el ulterior 
tratamiento del material. Al principio deben comportar cierto grado de indeterminación; no puede pensarse 
en ceñir con claridad su contenido. Mientras se encuentran en ese estado, tenemos que ponernos de acuerdo 
acerca de su significado por la remisión repetida al material empírico del que parecen extraídas, pero que, en 
realidad, les es sometido. En rigor, poseen entonces el carácter de convenciones, no obstante lo cual es de 
interés extremo que no se las escoja al azar, sino que estén determinadas por relaciones significativas con el 
material empírico, relaciones que se cree colegir aun antes que se las pueda conocer y demostrar. Sólo 
después de haber explorado más a fondo el campo de fenómenos en cuestión, es posible aprehender con 
mayor exactitud también sus conceptos científicos básicos y afinarlos para que se vuelvan utilizables en un 
vasto ámbito, y para que, además, queden por completo exentos de contradicción. Entonces quizás haya 
llegado la hora de acuñarlos en definiciones. Pero el progreso del conocimiento no tolera rigidez alguna, 
tampoco en las definiciones. Como lo enseña palmariamente el ejemplo de la física, también los «conceptos 
básicos» fijados en definiciones experimentan un constante cambio de contenido.” 
 
 
 
84. Pulsión: 
PULSION: EN PULSIONES Y DESTINO DE LA PULSION: la «pulsión» nos aparece como un concepto 
fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico, de los estímulos que 
provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de la exigencia de trabajo 
que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal. 
 
Pulsión: El punto de partida de un acto psíquico es siempre una situación de tensión, de ruptura, que 
reclamará compensación. 
 De ahí que toda tensión será vivida, experimentada, en forma displacentera y la acción primera 
del individuo tenderá a resolver este displacer o, al menos, a evitarlo. 
 Previo a la tensión estaríamos en un funcionamiento meramente neuronal y por tanto pre 
psíquico, ya que si todo se resuelve a este nivel de descarga absoluta no hay exigencia de trabajo, de 
acción para el individuo. Todo ocurre sin dejar rastros, sin producir efectos. La exigencia de trabajo 
(empuje-trieb) se produce si y sólo si, el estado de tensión se hace sentir como displacentero; es decir, 
si esa ruptura del equilibrio es percibida como tensionaste y en tanto tal, reclama una solución. Es aquí 
donde podemos insertar el concepto de pulsión (trieb) cuya característica esencial será el empuje, es 
decir aquello que pondrá en funcionamiento, que empujará al individuo a vincularse con el objeto. 
 Previo a esto, estamos en el plano de la inercia, en donde se dan una serie de fenómenos que 
en tanto y en cuanto se resuelven espontáneamente son ajenos al individuo y no promueven en él 
ningún desarrollo (psíquico). 
 Es a nivel de principio de constancia que podemos empezar a hablar de pulsión y de un yo 
incipiente que reclama satisfacción pulsional. Previo a esto no habría exactamente hablando, vida 
psíquico. La génesis de la vida psíquica está entonces, en el proceso pulsión-satisfacción de la pulsión. 
 Es recién a partir del principio de constancia y de sus complejizaciones que podemos hablar de 
pulsión. 
 En relación a esto último diremos, siguiendo a Freud, que la pulsión es un proceso somático en 
su origen, pero no cualquier proceso somático. 
 Sabemos que en nuestro organismo se dan una serie de procesos de los cuales nosotros no 
somos cocientes porque no llegamos a percibirlos. Por ejemplo, el proceso de circulación de la 
circulación sanguínea, el proceso digestivo, etc. Es decir todos procesos que se resuelven en forma 
espontánea, sin nuestra participación activa; no generando en nosotros una exigencia de trabajo 
(trieb-empuje), excepto que se produzca alguna disfunción orgánica. 
 Para que un proceso sea pulsión, tenga estatuto pulsional, va a tener que ser percibido, y en ese 
sentido reclamar al individuo, una acción conducente a su resolución. El ejemplo que da Freud de esto 
es el hambre como paradigma de las pulsiones de autoconservación, es decir, aquellas pulsiones 
asociadas a las grandes necesidades vitales. Esta situación (el hambre) pondrá en funcionamiento al 
individuo y establecerá sus primeros vínculos con el objeto (el otro significado y significante), el que va 
a posibilitar el desarrollo del aparato psíquico. Si esto no se diera, el yo quedaría sin posibilidades de 
desarrollo y la muerte real sería precedida por la muerte psíquica. 
 Resumiendo entonces el pensamiento de Freud: 
La pulsión es el representante psíquico de un impulso endosomático constante. Es un concepto límite 
entre lo psíquico y lo somático cuya integración está dada por lo esencial del concepto de pulsión que 
es el empuje o, como decíamos también, exigencia de trabajo para el psiquismo. 
 Las pulsiones de autoconservación, que como dijimos están ligadas a las grandes necesidades 
vitales (hambre, sed, etc.) van a estar reguladas por el principio de constancia, cuya tendencia, como 
sabemos, es la de mantener lo más bajo posible el nivel de tensión pulsional. Esto significa que siempre 
va a crear un resto, un remanente que volverá al circuito pulsional. 
 Freud va a decir también que la satisfacción de las pulsiones de autoconservación surgirán las 
pulsiones sexuales. Ofrece como ejemplos paradigmáticos de esto el chupeteo del bebé después de 
mamar y la tendencia de los niños a llevarse objetos a la boca. Conductas estas que revelan una 
ganancia de placer que está más allá de la satisfacción de la necesidad vital (hambre o sed). 
 Dice también que la descarga de estas tensiones de índole sexual son tramitadas por otro de 
los principios reguladores de la descarga que es el principio de displacer-placer. 
 Este principio supone el principio anterior y, al mismo tiempo, es una complejización del mismo. 
Todas aquellas acciones que el individuo realiza y que le significan un placer están ligadas a la pulsión 
sexual y reguladas por el principio de displacer-placer. 
 Es importanteaclarar que el displacer en el plano sexual no se relaciona, como en las pulsiones 
de autoconservación con un aumento de tensión, ya que aquí el aumento de tensión, (dentro de los 
límites), también resulta placentero. 
 Las pulsiones sexuales, en un primer momento, tenderán al autoerotismo (el niño resolverá en 
su propio cuerpo y por sí mismo la tensión) generando una independencia en relación al objeto y un 
predominio de la fantasía. 
 En cambio, las pulsiones de autoconservación lo obligan, por su perentoriedad a vincularse, si o 
si, con el objeto y es de este modo que se va a ir introduciendo, poco a poco, el principio de realidad 
que tendrá en cuenta la necesidad de descarga del yo y las posibilidades reales de su satisfacción (al yo 
le convendrá conectarse objetivamente con el objeto para poder hallar así satisfacción a su tensiones 
pulsionales). Freud va a decir que en última instancia es la necesidad, la educadora del yo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
85. Componentes de la pulsión: 
Componentes de la pulsión: 
Como referencia última en relación a la pulsión diremos que esta tiene cuatro componentes: 
Fuente 
Objeto 
Meta 
Empuje 
 
La fuente: Es el lugar donde se ha originado la tensión. En el caso de las pulsiones de 
autoconservación, la fuente será un órgano de la periferia interior del cuerpo (la mucosa del 
estómago o de la garganta, etc.). 
 Mientras que en el caso de las pulsiones sexuales será un órgano de la periferia exterior del cuerpo (la 
oca, por ejemplo), también llamado zona erógena. 
 
El objeto: Es aquello a través de lo cual se logra la satisfacción pulsional. Es un medio, un vector de 
la satisfacción. En el caso de las pulsiones de autoconservación, el objeto es necesario (para el 
hambre: la comida); mientras que en el caso de las pulsiones sexuales el objeto es contingente ( 
una persona de otro sexo o del mismo, una parte del mismo cuerpo, etc.) 
 
La meta: Es siempre la satisfacción y tendrá lugar en la fuente pulsional. Es decir que el circuito de 
la pulsión es circular. Va de la fuente a la fuente encontrando en medio al objeto. 
 
El empuje: Es lo esencial de la pulsión. Es la exigencia de trabajo de este proceso somático respecto 
del psiquismo. 
 El empuje o trieb es lo que liga a la fuente con el objeto. 
 
86. Elemento de la pulsión: según texto pulsiones y destinos de la pulsión: Los elementos de la pulsión 
son: esfuerzo, meta, objeto, fuente de la pulsión. Por esfuerzo {Drang} de una pulsión se entiende 
su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Ese 
carácter esforzante es una propiedad universal de las pulsiones, y aun su esencia misma. Toda 
pulsión es un fragmento de actividad; cuando negligentemente se habla de pulsiones pasivas, no 
puede mentarse otra cosa que pulsiones con una meta pasiva. La meta {Zielj de una pulsión es en 
todos los casos la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulación en 
la fuente de la pulsión. Pero si bien es cierto que esta meta última permanece invariable para toda 
pulsión, los caminos que llevan a ella pueden ser diversos, de suerte que para una pulsión se 
presenten múltiples metas más próximas o intermediarias, que se combinan entre sí o se permutan 
unas por otras. La experiencia nos permite también hablar de pulsiones «de meta inhibida» en el 
caso de procesos a los que se permite avanzar un trecho en el sentido de la satisfacción pulsional, 
pero después experimentan una' inhibición o una desviación. Cabe suponer que también con tales 
procesos va asociada una satisfacción parcial. 
 El objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en 
la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le coordina sólo a consecuencia 
de su aptitud para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno; también puede 
ser una parte del cuerpo propio. En el curso de los destinos vitales de la pulsión puede sufrir un 
número cualquiera de cambios de vía ; a este desplazamiento de la pulsión le corresponden los más 
significativos papeles. Puede ocurrir que el mismo objeto sirva simultáneamente a la satisfacción 
de varias pulsiones; es, según Alfred Adler [1908], el caso del entrelazamiento de pulsiones. Un lazo 
particularmente íntimo de la pulsión con el objeto se acusa como fijación de aquella. Suele 
consumarse en períodos muy tempranos del desarrollo pulsional y pone término a la movilidad de 
la pulsión contrariando con intensidad su desasimiento. Por fuente de la pulsión se entiende aquel 
proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en 
la vida anímica por la pulsión. 
 
87. Clasificación de las pulsiones: 
 
 La teoría de las pulsiones en Freud siempre es dualista, aunque la clasificación de las mismas irá 
variando a lo largo de su obra. 
 
Freud alude por primera vez al término de pulsión en Tres ensayos para una teoría sexual (1905). 
En Introducción al narcisismo (1914) distinguirá entre libido objetal y libido del yo y posteriormente 
en Pulsiones y destinos de pulsión (1915) realiza una primera clasificación en pulsiones sexuales y 
pulsiones del yo. Finalmente en Más allá del principio del placer (1920) propone la que será su 
clasificación definitiva en pulsiones de vida y pulsiones de muerte. 
 
En Pulsiones y destinos de pulsión (1915) realiza una primera clasificación en pulsiones yoicas o de 
autoconservación, ligadas a las funciones corporales para la conservación de la vida del individuo, y 
pulsiones sexuales, diferenciando así la sexualidad del resto de funciones en tanto trasciende al 
individuo por su finalidad de conservación de la especie. 
 
Caracterización general de las pulsiones sexuales: son numerosas, brotan de múltiples fuentes 
orgánicas, al comienzo actúan con independencia unas de otras y solo después se reúnen en una 
síntesis más o menos acabada. La meta a que aspira cada una de ellas es el logro del placer del 
órgano; solo tras haber alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la función de 
reproducción, en cuyo carácter se las conoce comúnmente como pulsiones sexuales. En su primera 
aparición se apuntalan en las pulsiones de conservación, de las que solo poco a poco se desasen. 
(Freud, 1915) 
 
 
1°teoria pulsional: copiado del texto pulsión y destinos de la pulsión: ¿Qué pulsiones pueden 
establecerse, y cuántas? Es evidente que esto deja mucho lugar a la arbitrariedad. Nada puede' objetarse 
si alguien usa el concepto de pulsión de juego, de pulsión de destrucción, de pulsión de socialidad, siempre 
que el asunto lo exija y la rigurosidad del análisis psicológico lo permita. Empero,- no puede dejarse de 
indagar si estos motivos pulsionales, tan unilateralmente especializados, no admiten una ulterior 
descomposición en vista de las fuentes pulsionales, de suerte que sólo las pulsiones primordiales, ya no 
susceptibles de descomposición, pudieran acreditar una significación. He propuesto distinguir dos grupos 
de tales pulsiones primordiales: las pulsiones yoicas o de autoconservación y las pulsiones sexuales. Pero 
no conviene dar a esta clasificación el carácter de una premisa necesaria, a diferencia, por ejemplo, del 
supuesto sobre la tendencia biológica del aparato aní-mico , es una mera construcción auxiliar que sólo ha 
de mantenerse mientras resulte útil, y cuya sustitución por otra en poco alterará los resultados de nuestro 
trabajo descriptivo y ordenador.- El grupo de las llamadas «neurosis de trasferencia» (la histeria y la 
neurosis obsesiva), y en ellas obtuvo la intelección de que en la raíz de todas esas afecciones se hallaba un 
conflicto entre los reclamos de la sexualidad y los del yo. 
 Lo que la biología dice sobre esto no contraría por cierto la separación entre pulsiones yoicas y 
pulsiones sexuales. Enseñaque la sexualidad no ha de equipararse a las otras funciones del individuo, pues 
sus tendencias van más allá de él y tienen por contenido la producción de nuevos individuos, vale decir, la 
conservación de la especie. Nos muestra, además, que dos concepciones del vínculo entre yo y sexualidad 
coexisten con igual título una junto a la otra. Para una, el individuo es lo principal; esta aprecia a la 
sexualidad como una de sus funciones y a la satisfacción sexual como una de sus necesidades. 
Para la otra, el individuo es un apéndice temporario y transitorio del plasma germinal, cuasi-inmortal, que 
le fue confiado por [el proceso de] la generación. - La hipótesis de que la función sexual se distingue de los 
otros procesos corporales por un quimismo particular constituye, por lo que sé, también una premisa de la 
escuela de investigación biológica de Ehrlich. 
 Pero, debido a la trayectoria que ha seguido en su desarrollo, el psicoanálisis ha podido aportar hasta 
ahora datos más o menos satisfactorios únicamente sobre las pulsiones sexuales; es que sólo este grupo 
pudo observarse como aislado en las psiconeurosis. Cuando el psicoanálisis se extienda a las otras 
afecciones neuróticas, sin duda obtendremos también una base para conocer las pulsiones yoicas, aunque 
en este nuevo campo de estudio parece desmedido esperar condiciones tan favorables a la observación. 
Con miras a una caracterización general de las pulsiones sexuales puede enunciarse lo siguiente: Son 
numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al comienzo actúan con independencia unas de otras y 
sólo después se reúnen en una síntesis más o menos acabada. La meta a que aspira cada una de ellas es el 
logro del placer de órgano;^* sólo tras haber alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la 
función de reproducción, en cuyo carácter se las conoce comúnmente como pulsiones sexuales. En su 
primera aparición se apuntalan en las pulsiones de conservación, de las que sólo poco a poco se desasen; 
también en el hallazgo de objeto siguen los caminos que les indican las pulsiones yoicas.-^" Una parte de 
ellas continúan asociadas toda la vida a estas últimas, a las cuales proveen de componentes libidinosos 
que pasan fácilmente inadvertidos durante la función normal y sólo salen a la luz cuando sobreviene la 
enfermedad. Se singularizan por el hecho de que en gran medida hacen un papel vicario unas respecto de 
las otras y pueden intercambiar con facilidad sus objetos {cambios de vía}. A consecuencia de las 
propiedades mencionadas en último término, se habilitan para operaciones muy alejadas de sus acciones-
meta originarias {sublimación). Tendremos que circunscribir a las pulsiones sexuales, mejor conocidas por 
nosotros, La observación nos enseña a reconocer, como destinos de pulsión de esa índole, los siguientes: 
 
El trastorno hacia lo contrario. 
La vuelta hacia la persona propia. 
La represión. 
La sublimación. 
 
 Puesto que no tengo proyectado tratar aquí la sublimación, ‘‘y como la represión exige un capítulo 
especial, sólo nos resta describir y examinar los dos primeros puntos. Atendiendo a los motivos {las 
fuerzas} contrarrestantes de una prosecución directa de las pulsiones, los destinos de pulsión pueden ser 
presentados también como variedades de la defensa contra las pulsiones. 
El trastorno hacia lo contrario se resuelve, ante una consideración más atenta, en dos procesos diversos: la 
vuelta de una pulsión de la actividad a la pasividad, y el trastorno en cuanto al contenido. Ejemplos del 
primer proceso brindan los pares de opuestos sadismo-masoquismo y placer de ver-exhibición. El 
trastorno sólo atañe a las metas de la pulsión; la meta activa —martirizar, mirar— es remplazada por la 
pasiva —ser martirizado, ser mirado—. El trastorno en cuanto al contenido se descubre en este único caso: 
la mudanza del amor en odio. La vuelta hacia la persona propia se nos hace más comprensible si pensamos 
que el masoquismo es sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio. Lo esencial en este proceso es 
entonces el cambio de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta. 
 
88. Pulsión de vida y pulsión de muerte: Clasificación de las pulsiones Pulsión de vida (Eros)- Pulsión 
de muerte (Tánatos) 
 
La idea de Freud es que siempre, en toda moción pulsional, ha y un dualismo energético 
que en 1905, planteará en términos de pulsiones de autoconservación y pulsiones 
sexuales ya a partir de 1920, con pulsión de vida y pulsión de muerte. 
1. Pulsión de vida y pulsión de muerte: Al comentar su viraje teórico, Freud aclara que "con el 
establecimiento de la libido narcisista y la extensión del concepto de la libido a la célula aislada se convirtió 
nuestro instinto sexual [la pulsión sexual] en el ‘Eros’, que intenta aproximar y mantener reunidas las 
partes de la sustancia animada, y los llamados generalmente instintos sexuales [pulsiones sexuales] 
aparecieron como la parte de este ‘Eros’ dirigida hacia el objeto. La especulación hace actuar al ‘Eros’ 
desde el principio mismo de la vida, como ‘instinto de vida’ [pulsión de vida], opuesto al ‘instinto de 
muerte’ [pulsión de muerte] surgido por la animación de lo inorgánico". 62 Este es el momento es que con 
mayor claridad puede advertirse el cambio conceptual fundamental en las hipótesis de Freud en relación a 
la teoría de las pulsiones. Anteriormente, en su primera formulación las pulsiones sexuales tenían como 
meta primordial la descarga de la tensión y la recuperación del equilibrio anterior. Ahora, en su segunda 
teoría las pulsiones de vida pugnan por la unión, por estar dirigidas "hacia el objeto", objeto que, antes, 
constituía la parte más variable de la pulsión. En otras palabras, la pulsión de vida tiene como meta 
primordial la unión o ligadura de lo que antes estaba separado. Ligadura es unión, es la formación de 
estructura. El Eros tiende a utilizar la energía libidinal en catexis de ligadura, en vincular lo que antes 
estaba desligado. Lejos de tender hacia la disminución de la tensión –vía descarga- cuyo modelo inicial (es 
conveniente recordarlo) era el arco reflejo, ahora esa tensión se deriva y emplea como catexis, como 
ligadura. De ahí el cambio de denominación desde la pulsión sexual y el modelo de descarga = orgasmo, al 
modelo de la pulsión de vida o Eros y su meta en el amor: la unión y la permanencia vincular con el objeto. 
En vez de la antigua división entre pulsiones sexuales y pulsiones de autoconservación, Freud entiende 
ahora una oposición entre pulsiones yoicas y pulsiones de objeto, ambas de naturaleza libidinal. A su vez, 
ambas están opuestas a las "pulsiones de destrucción". 
 
89. Pulsión sexual y pulsión de autoconservación: 
 
La idea de autoconservación como pulsión empieza a subordinarse ahora al concepto de 
narcisismo y podríamos agregar en este sentido, que originariamente la 
autoconservación va a depender de los suministros narcisistas que el otro significativo 
(la madre), proporcione al niño, todo lo cual hace patente la dependencia libidinal del 
ser humano. En realidad, sería más correcto hablar de una heteroconservación, en 
tanto, en el caso del ser humano, es imprescindible la presencia de otro cuya sexualidad 
y deseo sirvan de apuntalamiento para la vida pulsional del niño. 
 Como aclaración final diremos que Freud siempre habla en sus obras de trieb 
(pulsión) y muy pocas veces de instinkt (instinto). La traducción inglesa, y luego la 
española basada en esta última, tradujo erróneamente trieb por instinkt; por eso parece 
en muchos textos la palabra instinto cuando, en realidad, debiera figurar pulsión. 
 
Cuando en una etapa intermedia de sus formulaciones teóricas estableció la distinción 
entre pulsiones sexuales, dirigidas a los objetos, y pulsiones yóicas, entre las cuales se 
hallabas las dedicadas a la conservación del individuo, nos advirtió, en esta nueva 
hipótesis, que las segundaseran también de naturaleza sexual, pero con una libido 
dirigida hacia el propio Yo. "Estos descubrimientos demostraron –concluye Freud- la 
insuficiencia de la dualidad primitiva de instintos del yo e instintos sexuales [pulsiones 
yoicas y pulsiones sexuales]. Una parte de los instintos del yo quedaba reconocida como 
libidinosa" 59; lo cual, por cierto, no invalidaba aquella fórmula que indicaba que las 
psiconeurosis derivaban de conflictos entre las pulsiones yóicas y las pulsiones sexuales. 
A partir de este momento, Freud comienza a reconocer "en el instinto sexual el ‘eros’ 
que todo lo conserva" 
 
 
 
90. Representantes de la pulsión: 
Término utilizado por Freud para designar los elementos o procesos en los que la 
pulsión encuentra su expresión psíquica. Unas veces el término es sinónimo de 
representante-representativo, otras tiene un sentido más amplio, incluyendo también 
el afecto. Freud generalmente asimila el representante de la pulsión al representante-
representativo; en la descripción de las fases de la represión se examina sólo el 
destino del representante-representativo, hasta que se toma en consideración «otro 
elemento del representante psíquico»: el quantum de afecto (Affektbetrag), que «[...] 
corresponde a la pulsión en la medida en que se ha desprendido de la representación y 
encuentra una expresión adecuada a su cualidad en procesos que percibimos como 
afectos». Así, pues, junto a un elemento representativo del representante de la 
pulsión, puede hablarse de un factor cuantitativo o afectivo del mismo. Observemos, 
no obstante, que Freud no utiliza el término «representante afectivo», que podría 
crearse por simetría con el de representante. representativo. El destino de este 
elemento afectivo no es menos importante para la represión: en efecto, ésta «[...] no 
tiene otro motivo ni otro fin que la evitación del displacer: de ello resulta que el 
destino del quantum de afecto del representante es mucho más importante que el de 
la representación». Recordemos que este «destino» puede ser variado: el afecto 
persiste y puede entonces desplazarse a otra representación; se transforma en otro 
afecto, especialmente angustia; también puede ser suprimido. Pero se observará que 
esta supresión no es una represión en el inconsciente, como la que actúa sobre la 
representación; en efecto, no puede hablarse en rigor de afecto inconsciente. Lo que 
así se designa sólo corresponde, de hecho, en el sistema Ics, «[...] a un rudimento que 
no ha llegado a desarrollarse». Así, pues, hablando estrictamente, sólo a nivel del 
sistema Pcs-Cs (o del yo) se puede sostener que la pulsión está representada por el 
afecto. (1) Por afán de claridad, dedicamos tres artículos distintos (representante de la 
pulsión, representante psíquico, representante-representativo) a términos cuyas 
significaciones se superponen en gran parte, hasta el punto de ser intercambiables 
entre sí en la mayor parte de los textos freudianos. Estos tres artículos examinan un 
mismo concepto, pero hemos preferido reservar a cada uno de nuestros tres 
comentarios la discusión de un punto más particular. 
 
 
91. Representantes de la pulsión: Según texto la represión: El destino general de la representación 
representante de la pulsión difícilmente pueda ser otro que este: desaparecer de lo conciente si 
antes fue conciente, o seguir coartada de la conciencia si estaba en vías de devenir conciente. 
 
92. Represión y afecto: 
 
Represión y afecto: Según texto la represión Pues bien; tenemos razones para suponer una represión primordial, 
una primera fase de la represión que consiste en que a la agencia representante psíquica (agencia 
representante-representación) de la pulsión * se le deniega la admisión en lo conciente. Así se establece una 
fijación; a partir de ese momento la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue 
ligada a ella. 
 La segunda etapa de la represión, la represión propiamente dicha, recae sobre retoños psíquicos de la 
agencia representante reprimida o sobre unos itinerarios de pensamiento que, procedentes de alguna otra 
parte, han entrado en un vínculo asociativo con ella. A causa de ese vínculo, tales representaciones 
experimentan el mismo destino que lo reprimido primordial. 
La represión propiamente dicha es entonces un «esfuerzo de dar caza».* Por lo demás, se comete un error 
cuando se destaca con exclusividad la repulsión que se ejerce desde lo conciente sobre lo que ha de 
reprimirse. En igual medida debe tenerse en cuenta la atracción que lo reprimido primordial ejerce sobre 
aquello con lo cual puede ponerse en conexión. Probablemente, la tendencia a la represión no alcanzaría su 
propósito si estas fuerzas {atracción y repulsión} no cooperasen, si no existiese algo reprimido desde antes, 
presto a recoger lo repelido por lo conciente. 
La observación clínica nos constriñe a descomponer lo que hasta aquí concebimos como unitario, pues 
nos muestra que junto a la representación interviene algo diverso, algo que representa a la pulsión y 
puede experimentar un destino de represión totalmente diferente del de la representación. Para este 
otro elemento de la agencia representante psíquica ha adquirido carta de ciudadanía el nombre de 
monto de afecto-^^ corresponde a la pulsión en la medida en que esta se ha desasido de la 
representación y ha encontrado una expresión proporcionada a su cantidad en procesos que devienen 
registrables para la sensación como afectos. 
Desde ahora, cuando describamos un caso de represión, tendremos que rastrear separadamente lo que en 
virtud de ella se ha hecho de la representación, por un lado, y de la energía pulsional que adhiere a esta, 
por el otro. 
 
93. Pulsiones parciales: 
Las pulsiones parciales de la sexualidad, así como la aspiración sexual que las compendia, muestran 
gran capacidad para mudar su objeto, para permutarlo por otro, y por ende también por uno más 
asequible; esta proclividad al desplazamiento y esta predisposición a adoptar subrogados no 
pueden sino contrarrestar con fuerza el efecto patógeno de una frustración. Entre estos procesos 
que protegen de enfermar por una privación, hay uno que ha alcanzado particular importancia 
cultural. Consiste en que la aspiración sexual abandona su meta dirigida al placer parcial o al placer 
de la reproducción, y adopta otra que se relaciona genéticamente con la resignada, pero ya no es 
ella misma sexual, sino que se la debe llamar social. Damos el nombre de “sublimación” a este 
proceso, plegándonos al juicio general que sitúa más alto las metas sociales que las sexuales, en el 
fondo egoístas. Por lo demás, la sublimación no es sino un caso especial de apuntalamiento de 
unas aspiraciones sexuales en otras, no sexuales. 
 
94. Estímulo: 
En el texto pulsiones y destinos de la pulsión, contrastando a la pulsión en oposición a los 
estímulos fisiológicos, dirá que: La pulsión, en cambio, no actúa como una fuerza de choque 
momentánea, sino siempre como una fuerza constante. Puesto que no ataca desde afuera, sino 
desde el interior del cuerpo, una huida de nada puede valer contra ella. Será mejor que llamemos 
«necesidad» al estímulo pulsional; lo que cancela esta necesidad es la «satisfacción». Esta sólo 
puede alcanzarse mediante una modificación, apropiada a la meta (adecuada), de la fuente interior 
de estímulo. 
 Imaginemos un ser vivo casi por completo inerme, no orientado todavía en el mundo, que 
captura estímulos en su sustancia nerviosa.'' Este ser muy pronto se halla en condiciones de 
establecer un primer distingo y de adquirir una primera orientación. Por una parte, registra 
estímulos de los que puede sustraerse mediante una acción muscular (huida), y a estos los imputa 
a un mundo exterior; pero, por otra parte, registra otros estímulos frente a los cuales una acción 
así resulta inútil, pues conservan su carácter de esfuerzo {Drang} constante; estos estímulos sonla 
marca de un mundo interior, el testimonio de unas necesidades pulsionales. La sustancia 
percipiente del ser vivo habrá adquirido así, en la eficacia de su actividad muscular, un asidero para 
separar un «afuera» de un «adentro». Entonces, primero hallamos la esencia de la pulsión en sus 
caracteres principales, a saber, su proveniencia de fuentes de estímulo situadas en el interior del 
organismo y su emergencia como fuerza constante, y de ahí derivamos uno de sus ulteriores 
caracteres, que es su incoercibilidad por acciones de huida. 
“En el texto pulsión y destinos de la pulsión” del lado de la fisiología. Esta nos ha proporcionado el 
concepto del estímulo y el esquema" del reflejo, de acuerdo con el cual un estímulo aportado al tejido vivo 
(a la sustancia nerviosa) desde afuera es descargado hacia afuera mediante una acción. Esta acción es 
«acorde al fin», por el hecho de que sustrae a la sustancia estimulada de la influencia del estímulo, la aleja 
del radio en que este opera. Ahora bien, ¿qué relación mantiene la «pulsión» con el «estímulo»? Nada nos 
impide subsumir el concepto de pulsión bajo el de estímulo: la pulsión sería un estímulo para lo psíquico. 
Pero enseguida advertimos que no hemos de equiparar pulsión y estímulo psíquico. Es evidente que para 
lo psíquico existen otros estímulos que los pulsionales: los que se comportan de manera muy parecida a 
los estímulos fisiológicos. Por ejemplo, si una fuerte luz hiere el ojo, no es ese un estímulo pulsional; sí lo 
es el sentir sequedad en la mucosa de la garganta o acidez en la mucosa estomacal." Ahora hemos 
obtenido material para distinguir entre estímulos pulsionales y otros estímulos (fisiológicos) que influyen 
sobre el alma. En primer lugar: El estímulo pulsional no proviene del mundo exterior, sino del interior del 
propio organismo. Por eso también opera diversamente sobre el alma y se requieren diferentes acciones 
para eliminarlo. Además: Todo lo esencial respecto del estímulo está dicho si suponemos que opera de un 
solo golpe; 
 
 
95. Pseudopulsión: 
Según texto la represión: Para deslindar mejor la represión podemos traer al debate algunas otras 
situaciones pulsionales. Puede ocurrir que un estímulo exterior sea interiorizado, por ejemplo si 
ataca o destruye a un órgano; entonces se engendra una nueva fuente de excitación continuada y 
de incremento de tensión. Tal estímulo cobra, así, notable semejanza con una pulsión. Según 
sabemos, sentimos este caso como dolor. Ahora bien, la meta de esta seudo-pulsión es sólo el cese 
de la alteración de órgano y del displacer que conlleva. Otro placer, un placer directo, no puede 
ganarse con la cesación del dolor. El dolor es también imperativo; puede ser vencido 
exclusivamente por la acción de una droga o la influencia de una distracción psíquica. Pero el 
ejemplo del dolor es muy poco trasparente para que sirva de algo a nuestro propósito. 
 
96. Instinto 
La palabra pulsión ( Trieb ) surge por primera vez en el texto “Tres ensayos de una teoría sexual 
para indicar su radical diferencia con el instinto ( Instintik ). Este se define como un 
comportamiento preformado, fijo y hereditario, propio de una especie animal y que varía poco de 
un individuo a otro. El instinto es un concepto que remite a automatismos heredados, puesto que 
es algo que está grabado, inscripto en la materia viva como tal, y que se desencadena en una 
situación específica, y es independiente de toda experiencia previa. El término instinto aparece en 
la obra de Freud cuando éste se refiere al "instinto en los animales", al "conocimiento instintivo de 
peligros" y, fundamentalmente, cuando afirma que, si en el sujeto hay formaciones psíquicas 
hereditarias análogas al instinto en los animales, éstas constituyen los "esquemas filogenéticos 
hereditarios", que son las protofantasías de seducción, castración, escena primaria, etc. 
 
97. Esquema y desenlace anímicos universales. 
98. Deseos 
99. Zonas erógenas: 
En “Introducción al narcisismo” Define erogeneidad: como la actividad por la cual el cuerpo envía a la vida 
anímica estímulos de la excitación sexual. En el texto “introducción al narcisismo”, dirá que se puede 
considerar la erogeneidad como propiedad general de todos los órganos, y ello nos autoriza a hablar de un 
aumento o disminución en una determinada parte del cuerpo. A cada una de estas alteraciones de la 
erogeneidad en el interior de los órganos podría serle paralela una alteración de la investidura libidinal 
dentro del yo. 
Es una proyección centralmente condicionada de la necesidad a la periferia. Desde el punto de vista 
biológico es un prurito, que es que se constituye en la tensión displacentera. Freud, dice que es un sector 
de la piel de la mucosa en el que las estimulaciones de cierta clase provocan una sensación placentera de 
determinada cualidad” Debemos incluir en las zonas erógenas a los órganos internos, como así también 
cualquier parte del cuerpo. 
 En lo que respecta a las aperturas de las zonas erógenas, al comienzo los objetos son generados por el 
propio bebe, no hay otro, es autoeróticas, o sea, la pulsión no está dirigida hacia otra persona, se satisface 
en el cuerpo propio 
 La primera actividad y la más importante para su vida es el mamar, el pecho materno, que le producía 
placer. Los labios del niño se comportaron como una zona erogena. Al comienzo, la satisfacción de la zona 
erógena se asoció con la satisfacción de la necesidad de alimentación. El que hacer sexual, se apuntala 
primero en una de las funciones que sirve para la conservación de la vida, y solo más tarde se independiza 
de ella. La acción del niño “chupeteador” se rige por la búsqueda de placer, ya vivenciado y ahora 
recordado. Así la satisfacción se obtiene mamando rítmicamente un sexto de la piel o de la mucosa. La 
meta sexual de la pulsión infantil consiste en producir satisfacción mediante la estimulación apropiada de 
las zonas erógenas que de un modo u otro se ha escogido, para que se cree la necesidad, tiene que 
haberse vivenciado antes. La necesidad de repetir la satisfacción se traduce en dos cosas: 
_Una tensión que es displacentera 
_Un prurito condicionado centralmente y proyectado a una zona erogena periférica. 
LIBIDO: Energía de las pulsiones sexuales orientadas hacia el objeto. 
ETAPAS LIBIDINALES: (son parciales y cada una a la vez más compleja que la anterior) O1-O2-A1-A2-FU-FG 
 “Esquema de psicoanálisis” el primer órgano que aparece como zona erógena y propone al alama una 
exigencia libidinosa es, a partir del nacimiento, la boca. Al comienzo, toda actividad anímica se acomoda 
de manera de procurar satisfacción a la necesidad de esta zona. Desde luego, ella sirve en primer término 
a la autoconservación por vía del alimento. Muy temprano en el chupeteo en que el niño persevera 
obstinadamente se evidencia una necesidad de satisfacción, que, si bien tiene por punto de partida la 
recepción del alimento y es incitada por esta, aspira a una ganancia de placer independiente de la 
nutrición, y que por eso puede y debe ser llamada sexual. 
 Ya durante esta fase “oral” entran en escena con la aparición de los dientes, unos impulsos sádicos 
aislados. 
 Segunda fase: Esta fase oral secundaria llamada cabalística o etapa del sadismo dentario. Así como 
antes chupaba para conocer, ahora todo lo muerde, ahora es esa su forma de conocer al mundo. Antes 
chupaba la mejilla de la mamá, ahora la muerde. Que una pulsión pasa de oral primaria a oral secundaria, 
no quiere decir que esa pulsión madure, desde el destete, la lactancia y la fase anal hay un crecimiento, 
pero no en las pulsiones, sino en el bebe, que ahora necesita otra cosa. Que el recurso alucinatorio falle, 
tanto en la oral primaria o oral secundaria, es bueno, así se impone la pulsión de auto conservación. 
Sádico-anal, aquí la satisfacción es buscada en la agresión y en la función excretoria. 
 Tercerfase, es la llamada fálica, aquí no desempeñan un papel los genitales de ambos sexos, sino sólo 
el masculino (falo). Los genitales femeninos permanecen por largo tiempo ignorados; el niño en su intento 
de comprender los procesos sexuales, rinde tributo a la venerable teoría de la cloaca, que tiene su 
justificación genética. 
 Con la fase fálica, la sexualidad llega a su apogeo y se aproxima al sepultamiento Desde entones, 
varoncito y niña tendrán destinos separados. Ambos empezaron por poner su actividad sexual al servicio 
de la investigación sexual, y ambos parten de la premisa universal del pene. Pero ahora los caminos de los 
sexos se divorcian. El varoncito entra en la fase edípica, inicia el que hacer manual con el pene, junto a 
unas fantasías simultáneas sobre algún quehacer sexual de este pene en relación con la madre, hasta que 
el efecto conjugado de una amenaza de castración y la visión de la falta de pene en la mujer le hacen 
experimentar el máximo trauma de su vida, iniciador del período de latencia con toas sus consecuencias. 
 La niña, tras el infructuoso intento de emparejarse al arón, vivencia el discernimiento de su falta de 
pene, o mejor, de su inferioridad clitorídea, con duraderas consecuencias para el desarrollo del carácter, y 
a menudo, a raíz de este primer desengaño en la rivalidad, reacciona lisa y llanamente con un primer 
extrañamiento de la vida sexual. 
 Estas tres fases, una viene a agregarse a la otra, se superponen entre sí, coexisten juntas. La 
organización plena, solo se logra en una cuarta fase la genital. 
 ¿Cómo se abre, cómo se forman las zonas erógenas? Por la atención, la dedicación de la mama. Esa 
oreja tan besada, tan susurrada, permanentemente, es una fuente de excitación en el futuro. 
 El bebé tanto es besado, tocado, etc., por la madre que así todo el cuerpo, si el bebe no esta bien 
erogenizado, no vive, se muere (llamada muerte blanca). Lo primero que se inviste es el corazón y los 
pulmones. 
 Las zonas erógenas coinciden con el autoerotismo. Cuando las zonas erógenas se tienen que abrir 
predomina lo que Freud llama “sentimiento oceánico”. Quiere decir que el mundo y ese organismo que 
llamamos bebe, forman una totalidad, una unidad. El objeto que satisface es concebido, es pensado como 
propio, como generado por la propia zona erógena. El modelo, el ejemplo de Freud, es como si fueran los 
labios besándose a Shi mismos. 
 La madre al principio no aparece como otro, no aparece como separada del bebe. Todavía no hay yo y 
no yo (otro). El mundo y el bebe son una unidad, cada cosa que lo satisface, cree que lo genera él. La boca 
genera la teta, etc. El otro todavía no existe, no hay un concepto mamá. Todavía no esta inscripto el 
aparato psíquico, no aparece separada de él. Entonces como cada zona erógena genera su objeto, el 
cuerpo propio consiste en “archipiélagos de islas anémicas”. Cada zona erógena va a constituir algo así 
como una isla, sin que haya, nada más que las conecte, lo único que las bordea es un cierto líquido. 
 Entonces cada zona erógena se va a ir inscribiendo como huella anémica. Esas huella anémicas que se 
van dando por simultaneidad (se van a inscribir todas juntas) generan una vía, que es una vía de 
satisfacción. Luego, el segundo enlace, o la trascripción, se van a dar por semejanza y queda asociada por 
semejanza. La huella de la mamada va a ser por semejanza a la huella de la primer vivencia de satisfacción. 
 Luego se va a ir asociando, y con esto vamos a trabajar nosotros. Cuando un paciente habla lo hace 
desde la conciencia, habla desde el yo, uno preguntara que asocia con aquello que dijo, y desde aquí se 
hará un camino regrediente sobre las asociaciones. 
 Hay requisitos para que se constituya una zona erógena: 
 La creatividad de la mamá. 
 Se produce un cambio económico, cuantitativo en cuanto a la distribución de las investiduras 
consistente (ese cambio) en su desplazamiento desde el corazón y pulmones, hasta el aparato 
digestivo. Esto es: lo primero que se inviste es el pecho esto es automático e inmediatamente 
corazón y pulmones. Investir es poner libido. Esta investidura tiene que desplazarla al aparato 
digestivo, sino no puede comer. Esto no es automático, tiene que ver con la creatividad de la 
mamá. No se inviste sino recibe alimento. 
 Que se produzca o que se realice una proyección (sacar afuera) de la tensión de la necesidad 
surgida en una periferia interna hacia el exterior. El exterior en cada uno de nosotros se forma a 
partir del interior. La necesidad surge, cuando nace, entra el alimento, pasa por el aparato 
digestivo. Llega el alimento por vez primera. El pezón es parte de la boca. Cuando vuelve a surgir 
una tensión de necesidad en una periferia interior (el hambre no surge de la boca) y va a hacer el 
camino inverso, sube desde el estómago, pasa por el tubo hacia arriba, llega a la bocha y surge el 
grito desde la boca. Cuando grita, aparece el pezón en la boca. La tensión generada en lo interno, 
sale al exterior. 
El estómago, la garganta, la lengua, los labios van a ser zonas erógenas. La definición es toda parte del 
cuerpo recubierta de piel o de mucosa. 
 
100. Función libidinal: 
 En conferencia 22 dice: La función libidinal recorre un largo camino de desarrollo hasta poder 
entrar al servicio de la reproducción en la manera llamada normal. Ahora querría exponerles la 
importancia que este hecho tiene para la causación de la neurosis. 
 Un desarrollo de esa índole acarrea dos peligros: primero, el de la inhibición y , segundo, el de la 
regresión. Vale decir, edad la tendencia general de los procesos biológicos a la variación, por fuerza 
sucederá que no todas las fases preparatorias trascurran con igual felicidad y se superen 
completamente; partes de la función quedarán retrasadas de manera permanente de esos estadios 
primeros, y un cierto grado de inhibición se mezclará en el cuadro total del desarrollo. 
 Da el ejemplo de un pueblo migrante, que un par se detendrán y se establecerán en estaciones 
en el camino. Juzgamos posible, respecto de cada aspiración sexual separada , que partes de ella 
queden retrasadas en estadios anteriores del desarrollo, por más que otras puedan haber 
alcanzado la meta última. Advierten ustedes que nos representamos a cada una de estas 
aspiraciones como una corriente continuada desde el comienzo de la vida, que descomponemos, 
en cierta medida artificialmente, en oleadas separadas y sucesivas. Una demora así de una 
aspiración parcial en una etapa anterior debe llamarse fijación (a saber, de la pulsión). 
 El segundo peligro de un desarrollo como este, que procede por etapas , reside ne que 
fácilmente las partes que ya han avanzado pueden revertir, en un movimiento de retroceso, hasta 
una de esas etapas anteriores; a esto lo llamamos regresión. La aspiración se verá impelida a una 
regresión de esta índole cuando el ejercicio de su función, y por tanto el logro de una meta de 
satisfacción, tropiece con fuertes obstáculos externos en la forma más tardía o de nivel evolutivo 
superior. 
 Aquí se nos presenta la conjetura de que fijación y regresión no son independientes entre sí. 
Mientras más fuertes sean las fijaciones en la vía evolutiva, tanto más la función esquivará las 
dificultades externas mediante una regresión hasta aquellas fijaciones, y la función desarrollada 
mostrará una resistencia tanto menor frente a los obstáculos mostrara una resistencia tanto menor 
frente a los obstáculos externos que se oponen a su decurso. 
 
 
101. Etapas de evolución de la libido: 
Etapas del amor con la evolución libidinal: sacado del texto pulsión y destinos de la pulsión: El amor 
proviene de la capacidad del yo para satisfacer de manera autoerótica, por la ganancia de un placer 
de órgano, una parte de sus mociones pulsionales. Es originariamente narcisista, después pasa a los 
objetos que se incorporaron al yo ampliado,y expresa el intento motor del yo por alcanzar esos 
objetos en cuanto fuentes de placer. Se enlaza íntimamente con el quehacer de las posteriores 
pulsiones sexuales y coincide, cuando la síntesis de ellas se ha cumplido, con la aspiración sexual 
total. Etapas previas del amar se presentan como metas sexuales provisionales en el curso del 
complicado desarrollo de las pulsiones sexuales. Discernimos la primera de ellas en el incorporar o 
devorar, una modalidad del amor compatible con la supresión de \a existencia del objeto como 
algo separado, y que por tanto puede denominarse ambivalente. En la etapa que sigue, la de la 
organización pregenital sádico-anal, el intento de alcanzar el objeto se presenta bajo la forma del 
esfuerzo de apoderamiento, al que le es indiferente el daño o la aniquilación del objeto. Por su 
conducta hacia el objeto, esta forma y etapa previa del amor es apenas diferenciable del odio. Sólo 
con el establecimiento de la organización genital el amor deviene el opuesto del odio. 
 
102. Fijación: 
Un lazo particularmente íntimo de la pulsión con el objeto se acusa como fijación de aquella. Suele 
consumarse en períodos muy tempranos del desarrollo pulsional y pone término a la movilidad de 
la pulsión contrariando con intensidad su desasimiento. Por fuente de la pulsión se entiende aquel 
proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en 
la vida anímica por la pulsión. 
También podemos definirla como ligazón privilegiada de la libido con objetos, imágenes, o tipos de 
satisfacción libidinal vinculados a los estadios pregenitales. La noción de fijación, generalmente ligada a la 
de regresión, en una concepción genética y dinámica de la evolución de la libido, permite reconocer las 
condiciones en que un adulto puede persistir en la búsqueda de satisfacciones ligadas a un objeto 
desaparecido (por ejemplo, la fijación al estadio anal en la neurosis obsesiva). Más en general, se hablará 
de una fijación de ciertas representaciones (representantes de la representación o incluso significantes) 
ligadas al dinamismo pulsional, para designar con ello el modo de inscripción en el inconciente. 
 Así discernirán en la fijación libidinal el segundo factor poderoso que se conjuga con la frustración para 
causar la enfermedad. De manera esquemática pueden formularlo así: en la etiología de las neurosis la 
fijación libidinal es el factor interno, predisponente, y la frustración es el factor externo, accidental. 
En conferencia 23 dice: ¿Cómo encuentra la libido el camino hacia esos lugares de fijación? Bien; todos 
los objetos y orientaciones de la libido resignados no lo han sido todavía por completo. Ellos o sus retoños 
son retenidos aún con cierta intensidad en las representaciones de la fantasía. La libido no tiene más que 
volver a las fantasías para hallar expedito desde ellas el camino a cada fijación reprimida. Estas fantasías 
gozan de cierta tolerancia, y no se llega al conflicto entre ellas y el yo, por grandes que sean las 
oposiciones, mientras se observe una determinada condición. Es una condición de naturaleza cuantitativa, 
infringida ahora por el reflujo de la libido a las fantasías. Por este aflujo la investidura energética de las 
fantasías se eleva tanto que ellas se vuelven exigentes, desarrollan un esfuerzo, orientado hacia la 
realización. Ahora bien, esto hace inevitable el conflicto entre ellas y el yo. Si antes fueron preconscientes 
o concientes, ahora son sometidas a la represión por parte del yo y libradas a la atracción del inconciente. 
Desde las fantasías ahora inconscientes, la libido vuelve a migrar hasta sus orígenes en el inconciente, 
hasta sus propios lugares de fijación. 
 
 
 
 
103. Regresión: 
Ligazón privilegiada de la libido con objetos, imágenes, o tipos de satisfacción libidinal vinculados a los 
estadios pregenitales. La noción de fijación, generalmente ligada a la de regresión, en una concepción 
genética y dinámica de la evolución de la libido, permite reconocer las condiciones en que un adulto puede 
persistir en la búsqueda de satisfacciones ligadas a un objeto desaparecido (por ejemplo, la fijación al 
estadio anal en la neurosis obsesiva). Más en general, se hablará de una fijación de ciertas 
representaciones (representantes de la representación o incluso significantes) ligadas al dinamismo 
pulsional, para designar con ello el modo de inscripción en el inconciente. 
 Así discernirán en la fijación libidinal el segundo factor poderoso que se conjuga con la 
frustración para causar la enfermedad. De manera esquemática pueden formularlo así: en la 
etiología de las neurosis la fijación libidinal es el factor interno, predisponente, y la frustración es el 
factor externo, accidental. 
En conferencia 23 dice: ¿Cómo encuentra la libido el camino hacia esos lugares de fijación? Bien; 
todos los objetos y orientaciones de la libido resignados no lo han sido todavía por completo. Ellos 
o sus retoños son retenidos aún con cierta intensidad en las representaciones de la fantasía. La 
libido no tiene más que volver a las fantasías para hallar expedito desde ellas el camino a cada 
fijación reprimida. Estas fantasías gozan de cierta tolerancia, y no se llega al conflicto entre ellas y 
el yo, por grandes que sean las oposiciones, mientras se observe una determinada condición. Es 
una condición de naturaleza cuantitativa, infringida ahora por el reflujo de la libido a las fantasías. 
Por este aflujo la investidura energética de las fantasías se eleva tanto que ellas se vuelven 
exigentes, desarrollan un esfuerzo, orientado hacia la realización. Ahora bien, esto hace inevitable 
el conflicto entre ellas y el yo. Si antes fueron preconscientes o concientes, ahora son sometidas a 
la represión por parte del yo y libradas a la atracción del inconciente. Desde las fantasías ahora 
inconscientes, la libido vuelve a migrar hasta sus orígenes en el inconciente, hasta sus propios 
lugares de fijación. 
 
 
104. 1°topica y 2°topica: 
1°topica y 2°topica Freud elabora a lo largo de su obra dos modelos teóricos acerca del funcionamiento 
psíquico: 
 
La primer y segunda tópicas 
 
I. Primera Tópica del psiquismo o primer tópica 
La primera tópica es la primera teoría o modelo conjetural sobre el psiquismo y está 
formada básicamente por tres hipótesis: 
 
1) La hipótesis topográfica 
2) La hipótesis económica 
3) La hipótesis dinámica. 
 
1) La hipótesis topográfica: (de topos=lugar, grafein= descripción). Se trata de una 
representación “espacial” del psiquismo en la que Freud describe planos o “lugares” 
a los que luego llamará sistemas. 
 
Hay tres sistemas: 
a) El inconsciente 
b) El preconsciente 
c) El conciente 
 
Usando la metáfora que le sugiere Stefan Zweig, Freud compara al sistema 
psíquico con un iceberg y dice que el nivel o plano manifiesto o conciente, sería 
equivalente a lo que en un témpano o iceberg queda a la vista sobre el nivel del 
mar; constituyendo lo oculto por el agua (metafóricamente hablando), los 
sistemas preconsciente e inconsciente en proporción mucho mayor. Cabe aclarar 
que el nivel o plano preconsciente es imaginado como una zona intermedia 
entre los dos. 
 
2) La hipótesis económica 
 
 En esta conjetura acerca del psiquismo Freud visualiza a los tres sistemas, 
inconsciente-preconsciente y conciente, como constituidos por energía psíquica. 
 De ahí el nombre de hipótesis económica (de cantidad de energía). Hay 
que recordar que Freud estaba influido por los desarrollos científicos de la 
época, particularmente por los avances de la física. Helmont había formulado el 
principio de conservación de la energía, en el que consideraba que: 
 
 “Al igual que la masa, la energía también es cantidad, y (que) puede 
transformarse pero no ser destruida”. Cuando la energía desaparece de una 
parte de un sistema tiene que aparecer en otra partedel mismo. Por ejemplo, 
cuando un objeto se enfría otro objeto adyacente se calienta. 
 
 Freud traspoló los descubrimientos hechos en el campo de la física al 
estudio de la vida psíquica, postulando la hipótesis económica. 
 
El psiquismo está constituido por cargas psíquicas 
 
4) La hipótesis dinámica: 
 
Con esta hipótesis Freud completa la primera tópica. En ella imagina a la energía 
psíquica como circulando dinámicamente por los tres planos inconciente-
preconciente y conciente. 
 Es decir que la energía no está estática, sino que hay incluso una lucha de fuerzas 
entre las cargas psíquicas que pugnan por hacerse conscientes y otras cargas 
psíquicas que intentan impedir esa descarga. 
Posteriormente surgirán en este modelo teórico, conceptos como represión y 
resistencia. Resumiendo: 
 
“La primera teoría del psiquismo (primera tópica) describe tres planos (inconciente-
preconciente-conciente) constituidos por energía psíquica (cargas) que circulan 
dinámicamente. 
 
II. La segunda teoría acerca del psiquismo o segunda tópica 
III. Hacia 1923, Freud establece el segundo modelo teórico acerca del funcionamiento 
psíquico. Se trata de la teoría (también llamada hipótesis) estructural dónde, por 
primera vez, hable de tres instancias: 
IV. 
V. El ello, el yo y el superyó 
VI. 
VII. Este nuevo modelo no invalida al anterior sino que lo complemente. El ello, el yo 
y el superyó funcionarán, según el caso, de acuerdo a los principios del inconsciente, 
preconsciente y/o consciente. 
VIII. Es en esta segunda teoría donde Freud habla de aparato psíquico, traspolando un 
concepto usado en la fisiología de la época (por ejemplo, aparato respiratorio, 
locomotor, digestivo, etc.). 
IX. 
X. 
XI. 
XII. 
Primera Tópica 
 En la primera formulación teórica , Freud divide al aparato psíquico en tres sistemas que implicarán 
modos diversos de procesamiento psíquico. 
 Estos tres sistemas son: El inconsciente 
 El preconsciente 
 El conciente 
 
 A esta teoría se la llama también primera tópica (del griego topos=lugar), ya que se describen distintos 
lugares en el aparato psíquico. 
A. SISTEMA INCONSCIENTE 
 
 El descubrimiento central de Freud ha sido la afirmación de la existencia de un psiquismo 
inconsciente. 
 Si bien esta idea aparece esbozada, mucho tiempo antes, por escritores y poetas a través de 
múltiples metáforas, es Freud quien le va a dar un estatuto científico, sistematizando su estudio. 
 Al ver que los datos proporcionados por la conciencia no eran suficientes, se hizo necesaria la 
hipótesis que postula la existencia de un psiquismo inconsciente. 
 Es entonces desde este lugar, que se van a poder explicar fenómenos psíquicos como los 
sueños, los actos fallidos, los olvidos y los síntomas neuróticos. Fenómenos que previamente eran 
considerados como carentes de sentido o absurdos. A PARTIR DE Freud se va a demostrar su plena 
significación. 
 La noción de inconsciente puede ser entendida en dos planos: 
 
a) Plano descriptivo: es inconsciente todo contenido psíquico que está fuera del capo actual de la 
conciencia, incluyendo tanto lo preconsciente como lo inconsciente. 
b) Plano tópico: el término inconsciente designa uno del os tres sistemas en que Freud divide el 
aparato psíquico (en su primera teoría del aparato psíquico). En este plano el psiquismo 
inconsciente tiene características propias que lo distinguen de los sistemas preconsciente y 
conciente. Está constituidos por aquellos contenidos psíquicos a los que les ha sido negado el 
acceso al sistema preconsciente-conciente, es decir lo reprimido. 
 
 Lo reprimido está constituido fundamentalmente por los deseos infantiles. (Complejo de Edipo) 
 Según una hipótesis conjetural de Freud todo lo reprimido es inconsciente, lo que significa que 
está sometido a la legalidad del inconsciente; pero no todo lo inconsciente es reprimido, ya que 
habría, según Freud, un inconsciente heredado, que formaría lo que se denomina núcleo del 
inconsciente. 
 Este núcleo estaría integrado, según Freud, por las protofantasias o fantasías originarias (escena 
primaria, escena de seducción, escena de castración) y serían procesos psíquicos universales y 
fundantes del psiquismo. Estos contenidos, a diferencia de los reprimidos, nunca habrían sido 
conscientes, en el sentido de que estarían más allá de la vivencia, de lo contingente y constituirían 
la herencia filogenética, lo preindividuales, y lo supraindividual. Freud equipara esto último con el 
concepto biológico de instinto como aquello que es propio de una especie determinada y que 
estaría más allá de las características individuales. 
 Lo dicho anteriormente acerca de la existencia de un inconsciente heredado sería lo más 
conjetural en la obra de Freud y es expresión de uno de sus pensamientos más constantes, que 
podría ser enunciado de la siguiente manera: todo lo que es interno en algún momento fue 
externo. 
 Freud, influenciado por las teorías evolucionistas imperantes en su época pensaba que todo lo 
que actualmente es realidad psíquica en tiempos protohistóricos habría sido realidad material y 
que estas protofantasias, en algún momento de la historia del hombre, habrían sucedido en la 
realidad. 
 Retomando entonces diremos que: los contenidos inconscientes reprimidos buscan siempre 
acceder al sistema preconsciente-conciente, para lograr la satisfacción a través de la acción motriz; 
pero, sólo lo logran en forma disfrazada por efecto de la censura que impide que aparezcan tal cual 
son. 
 Estos contenidos psíquicos inconsciente van a estar regidos por el proceso primario cuya 
característica fundamental es que la energía fluye libremente, es decir va pasando sin trabas de 
una representación a otra. 
 Las leyes del proceso primario son: 
a) Desplazamiento 
b) Condensación 
c) Ausencia de cronología 
d) Ausencia de negación 
e) Sustitución de la realidad exterior por la realidad psíquica 
 
a) Desplazamiento 
 Es el pasaje o trasferencia de investidura (carga) psíquica, de mayor o menor intensidad, 
de una representación a otra. 
 La representación que recibe la carga puede ser aparentemente insignificante. Por 
ejemplo en los sueños, cuando nos peleamos con alguien que en la realidad nos es 
indiferente; pero que está representando a una persona que nos despierta mucha bronca y 
que, por un rasgo cualquiera, se asocia con la primera. 
 Otro ejemplo podría ser cuando una persona que está atravesando una situación de 
duelo, al mirar una película ante una escena aparentemente insignificante se pone a llorar. 
 Ahí se produjo un desplazamiento de la situación del dolor por la pérdida del ser amado 
a las imágenes de la película. 
 
b) Condensación 
 Es una representación que contiene en sí misma varias representaciones. 
 Este camino se hace patente en los sueños, en los chistes y en los lapsus linguae. En 
cuanto a estos últimos, cuando la condensación afecta al lenguaje van a aparecer 
verdaderos neologismos. 
 Todas las figuras compuestas son el producto de la actividad condensatoria del 
inconsciente. Esto se relaciona con la abolición en el inconsciente de uno de los principios 
de la lógica formal: El principio de identidad. 
 Este principio postula que todo ente es idéntico a sí mismo. 
 Pero, para el inconsciente, una persona puede ser esa persona y también varias más. 
 En las figuras míticas se evidencia también, esta actividad condensatoria (centauro, 
esfinge, quimera, sirena). 
 Es importante aclarar que la condensación supone el desplazamiento, ya que no hay 
condensación sin desplazamiento (aunque puede haber desplazamiento sin condensación). 
 El pensamiento inconsciente se caracteriza por ser condenatorio. Esto se hace evidente, 
entre otras cosas, cuando Freud hace referencia a las ecuacionessimbólicas, donde 
conceptos claramente diferenciados a nivel preconsciente tienen, para el psiquismo 
inconsciente, un tratamiento unitario. Las ecuaciones (o equivalencias) simbólicas son: 
 
Pene = heces = niño = dinero = regalo 
 
 Estos conceptos tienden para el inconsciente una misma valoración narcisista y remiten 
a todo aquello que puede completar ilusoriamente al sujeto. 
 
c) Ausencia de cronología 
 Para el inconsciente no hay registro del tiempo. No hay orden sucesivo. Se trata de un 
constante presente. 
 Este fenómeno se puede observar en los niños pequeños que cuando aluden al tiempo 
lo hacen de modo indistinto: hoy es lo mismo que ayer. 
 
d) Ausencia de negación 
Esta característica hace posible la convivencia de términos contrarios. Al no existir negación 
es posible la contradicción. Por ejemplo, ser y no ser al mismo tiempo. 
 Esta ausencia de negación invalida el principio lógico de no contradicción que dice que 
no se pueden afirmar dos cosas que entre sí se repelen. Entre otras situaciones, esto se 
hace evidente en los sueños. Por ejemplo, una persona sueña que toma sol en medio de 
una tormenta. 
e) Sustitución de la realidad exterior por la realidad psíquica 
A nivel inconsciente no hay distinción entre lo subjetivo y lo objetivo. Por ejemplo, el deseo 
de matar a alguien es para el inconsciente equivalente a haberlo hecho. 
 
B. SISTEMA PRECONCIENTE-CONCIENTE 
Desde el punto de vista tópico se encuentran en este sistema todos aquellos fenómenos 
psíquicos que no estando en el campo actual de la conciencia pueden ser traídos a ella, por 
medio de una investidura de atención. 
 Por ejemplo, si alguien interrumpe nuestra lectura ( campo actual de la conciencia) para 
preguntarnos acerca de las vacaciones pasados, vamos a responderle, con mayor o menor 
esfuerzo, trayendo a la conciencia los datos registrados de nuestras vacaciones , que están a 
nivel preconsciente y que ahora, mientras los relato, ocuparán el campo actual de la 
conciencia, pasando entonces , el material de la lectura a un nivel preconsciente. 
 Los procesos preconscientes son desde un plano descriptivo inconscientes (no 
concientes) en la medida en que no aparezcan aquí y ahora del acontecer conciente, pero , 
se diferencian metapsicológicamente del sistema inconsciente, en lo que respecta a sus 
modos de funcionamiento. 
 Freud ubica al sistema preconsciente entre el sistema inconsciente y la conciencia., y va 
a decir que el sistema preconsciente está separado del inconsciente por la censura, la que 
impedirá que los contenidos inconscientes pasen al preconsciente, o bien les va a dar 
cabida, previa deformación. 
 Freud también va a mencionar una segunda censura que sitúa entre el preconsciente y 
la conciencia, pero que no va a tener el mismo efecto deformador que la censura entre 
preconsciente e inconsciente. 
 
La primer censura tiene que ver con la represión. 
La segunda, en cambio, tiene que ver con la supresión. 
 
El sistema preconsciente está caracterizado, en su modalidad de funcionamiento, por el 
proceso secundario, con un tipo de energía que Freud denomina energía ligada. Esto 
significa que aquí, a diferencia del proceso primario, la energía está más controlada y puede 
aplazarse o postergarse su descarga a través de un rodeo que permita establecer las 
situaciones más apropiadas en que esa energía pueda satisfacerse. 
Con respecto a la conciencia Freud dice que será función del sistema preconsciente-
conciencia y relaciona esta función con el sistema preconsciente-conciente. 
 El sistema percepción-conciencia está situado en la periferia del aparato psíquico y es el 
encargado de recepcionar los datos provenientes del mundo exterior 
 (Estímulos externos) y también del mundo interior (estímulos endógenos o 
pulsionales).Su acontecer es fundamentalmente actual. En ese sentido, se opone a los 
sistemas preconsciente e inconsciente que serían de huellas mnémicas. 
 
105. Series Complementarias: 
El grado de libido insatisfecha que los seres humanos, en promedio, pueden tolerar en sí mismos es 
limitado y la sublimación de la libido, prescindiendo de que a muchas personas se les ha concedido 
en escasa medida la capacidad de sublimar. 
 La movilidad de la libido, hace depender la satisfacción del individuo del logro de un número 
muy escaso de metas y objetos. Baste recordar que un desarrollo libidinal incompleto deja tras sí 
fijaciones libidinales muy extensas a fases anteriores de la organización y del hallazgo de objeto, 
que la más de las veces no es susceptibles de una satisfacción real. 
 Así discernirán en la fijación libidinal el segundo factor poderoso que se conjuga con la 
frustración para causar la enfermedad. De manera esquemática pueden formularlo así: en la 
etiología de las neurosis la fijación libidinal es el factor interno, predisponente, y la frustración es el 
factor externo, accidental. ¿Son las neurosis enfermedades exógenas o endógenas? Este dilema no 
me parece, en su conjunto, más atinado que otro que podría plantearles: ¿El niño es procreado por 
el padre o es concebido por la madre? Las dos condiciones son igualmente indispensables, 
responderán ustedes. En la causación e las neurosis la situación es, si no idéntica, muy parecida. 
Con respecto a la causación, los casos de contracción de neurosis se ordenan en una serie dentro 
de la contracción de neurosis se ordenan en una serie dentro de la cual dos factores –constitución 
sexual y vivencia o, si ustedes quieren, fijación libidinal y frustración – aparecen de tal modo que 
uno aumenta cuando el otro disminuye. 
 
106. Modelos de Widson 
107. Identificación nucleares y orbitales 
108. Proyección del objeto orbital y en el objeto externo 
109. Métodos que permiten el estudio sistemático de la subjetividad. 
110. Método del tema central del conflicto de relación (CCRT) 
111. Episodios de relación, deseo, relación del otro, reacción del sujeto 
112. Limitaciones del CCRT: 
El CCRT fue desarrollado por Lester Luborsky y Paul Crits-Christoph (1990) con el objetivo de operacionalizar 
del concepto de trasferencia. Luborsky y Crits-Christoph afirman que los tres componentes que forman 
parte un episodio de relación en el CCRT -deseos, reacciones de los otros y reacciones del sujeto- son 
también partes esenciales de la trasferencia. En apoyo de su hipótesis, subrayan los detalles de un ejemplo 
de resistencia suscitada por la trasferencia erótica (Freud, 1895d) y destacan ciertas peculiaridades de la 
paciente a la que conocemos como Dora (Freud, 1905e [1901]). 
En el primer caso, Freud (1895d) explica que determinado síntoma histérico de una de sus pacientes estaba 
ligado al "deseo que acariciara muchos años atrás, y enseguida remitiera a lo inconciente, de que el hombre 
con quien estaba conversando en ese momento se aprovechara osadamente y le estampara un beso" (pág. 
307). Al término de una sesión, aflora en la paciente ese mismo deseo, pero esta vez -al entrar en juego la 
trasferencia- enlazado a la figura de Freud. Esto "le causa espanto, pasa una noche insomne y en la sesión 
siguiente, si bien no se rehúsa al tratamiento, está por completo incapacitada para el trabajo" (pág. 307). 
Luborsky y Crits-Christoph (1990) sostienen que en el ejemplo se distinguen dos de los tres componentes de 
la trasferencia: el deseo (D) y la reacción de la paciente (RS). 
Luborsky y Crits-Christoph (1990) hacen hincapié en que en el Fragmento de análisis de un caso de 
histeria(Freud, 1905e [1901]) se percibe que: 1) el patrón trasferencial de Dora comienza con un deseo de 
ser amada por su padre y por el señor K (D), 2) a ese deseo le sigue una reacción de Dora que consiste en 
sentirse rechazada (RS), pues su padre no la ama a ella sino a la señora K (RO), y 3) a consecuencia de esta 
sensación de ser rechazada, Dora rechaza a los hombres (RS). 
De todos modos, vemos que si bien es verdadque Freud alude a esos componentes en ambos casos, 
también es verdad que nunca los menciona al definir el concepto de trasferencia. En el Epílogo de Dora 
(Freud, 1905e [1901]), v. gr., estipula que las trasferencias: "Son reediciones, recreaciones de las mociones y 
fantasías que a medida que el análisis avanza no pueden menos que despertarse y hacerse concientes; pero 
lo característico de todo el género es la sustitución de una persona anterior por la persona del médico" (pág. 
101). Y si bien agrega que: "toda una serie de vivencias psíquicas anteriores no es revivida como algo 
pasado, sino como vínculo actual con la persona del médico" (pág. 101, bastardillas agregadas), acaba de 
indicar que en esa serie están incluidas las "mociones y fantasías" del paciente, y no las reacciones del otro o 
las reacciones del paciente ante la conducta de ese otro. Lo mismo sucede cuando en la última de las Cinco 
conferencias sobre psicoanálisis (Freud, 1910a [1909]) refiere: "Siempre que tratamos psicoanalíticamente a 
un neurótico, le sobreviene el extraño fenómeno de la llamada trasferencia, vale decir, vuelca sobre el 
médico un exceso de mociones tiernas, contaminadas hartas veces de hostilidad, y que no se fundan en 
ningún vínculo real; todos los detalles de su emergencia nos fuerzan a derivarlas de los antiguos deseos 
fantaseados del enfermo, devenidos inconcientes. Entonces, revive en sus relaciones con el médico aquella 
parte de su vida de sentimientos que él ya no puede evocar en el recuerdo, y solo reviviéndola así en la 
‘trasferencia' se convence de la existencia y del poder de esas mociones sexuales inconcientes" (pág. 47, 
bastardillas agregadas). 
Partiendo de otra confusión, en el CCRT también se considera que cualquier episodio de relación –completo- 
narrado por un sujeto puede ser incluido entre los diez o doce que se necesitan para detectar su patrón 
trasferencial. Corresponde tabular, pues, episodios como estos: 
1. Una paciente relata que, mientras recorría Europa con su hermana, sintió furia y malestar estomacal (RS) 
al verla dedicada a comprar "baratijas" (RO) en lugar de acompañarla a recorrer museos y catedrales (D). 
Pero la paciente termina reconociendo que ella había hecho exactamente lo mismo en su primer viaje (con 
el propósito de obtener un beneficio económico que ahora -tras varios años de análisis- le resulta carente de 
sentido). 
2. Un paciente cuenta que, al participar en un taller vivencial de Gestalt, conoció a otro estudiante de 
psicología apenas mayor que él. Agrega que quedó muy impresionado al descubrir que ambos estaban 
pasando por situaciones sorprendentemente idénticas (sobre todo en el terreno sentimental). Recuerda que 
lo invitó a su fiesta de cumpleaños (D) y, al ver que aquel se presentaba con una chica llamativamente 
parecida a su propia novia (RO), quedó embargado por la siguiente sensación: algo asombroso sucedía en el 
mundo (RS). 
Ambos invisten al otro como un mero doble (mientras que la primera percibe a la hermana como lo que ella 
fue y ahora rechaza, el segundo experimenta a su nuevo amigo como lo que él es). Por ello, ninguno de los 
dos episodios parece contener "la sustitución de una persona anterior" por la persona que ocupa el lugar de 
"otro" en el relato. Sobre todo, si atendemos a que Freud (1912b) establece con toda claridad cuál puede 
ser dicha persona -o imago- anterior: "De acuerdo con nuestra premisa, esa investidura se atendrá a 
modelos, se anudará a uno de los clisés preexistentes en la persona en cuestión o, como también podemos 
decirlo, insertará al médico en una de las ‘series' psíquicas que el paciente ha formado hasta ese momento. 
Responde a los vínculos reales con el médico que para semejante seriación se vuelva decisiva la ‘imago 
paterna' -según una feliz expresión de Jung (1911-12, pág. 164)-. Empero, la trasferencia no está atada a ese 
modelo; también puede producirse siguiendo la imago materna o de un hermano varón" (pág. 98, 
bastardillas agregadas). 
Por otra parte, hay que señalar que, si bien Freud (1910a [1909]) juzga que la trasferencia "se produce de 
manera espontánea en todas las relaciones humanas, lo mismo que en la del enfermo con el médico" (pág. 
47), nunca afirma que en todas las relaciones humanas entra en juego la trasferencia. Al referirse a este 
punto, Greenson (1967) especifica: "El comportamiento de trasferencia del paciente para con su 
analistasuele ser muy diferente de su comportamiento para con la mayoría de las personas en su vida 
exterior, salvo con los pocos que son figuras de trasferencias semejantes. Las reacciones de trasferencia 
suelen ser específicas y circunscriptas" (pág. 251, bastardillas agregadas). 
Es verdad que, inmediatamente después, Greenson (1967) se ocupa de lo que llama "reacciones de 
trasferencia generalizadas". Indica que esta forma de trasferencia difiere de las anteriores "precisamente 
por no ser específica ni incircunscrita (...) Lo que distingue esta forma de trasferencia de otras es que las 
reacciones al analista son las reacciones típicas, habituales y normales del paciente con la gente; la 
trasferencia es característica de las relaciones de objeto del paciente en general. Es esta cualidad de no 
especificidad, de ausencia de caracteres distintivos, la que hizo llamarla ‘trasferencia de carácter'" (pág. 251, 
bastardillas agregadas). Explica que fue Wilhelm Reich quien llamó "trasferencia de carácter" al fenómeno 
aludido y añade: "otros [A. Freud y Sterva] han considerado esa denominación engañosa y ambigua" (pág. 
251, aclaración entre corchetes agregada).9 Nosotros preferimos dejar de lado el término trasferencia al 
denominar dicho modo de relacionarse con los otros e incluirlo en el campo de los patrones vinculares. 
Otra crítica que puede realizarse al CCRT está ligada al contenido de las categorías. Los deseos, las 
reacciones del objeto y las reacciones del sujeto (ver Anexo A) se construyeron empíricamente. Como 
destaca Maldavsky (2004), las categorías del CCRT derivan de un proceso inductivo: se crearon atendiendo a 
los resultados de un estudio previo destinado a detectar los elementos que abarcan mejor los deseos, las 
reacciones de los otros y las reacciones del sujeto que aparecen en los relatos. Por ello, no están 
relacionados de ningún modo con la metapsicología psicoanalítica. El deseo número veintidós, v. gr., es: 
"tener éxito; ser competente, hacer lo mejor, ganar". En él podrían estar incluidos, entre otros, deseos 
derivados de las erogeneidades sádico anal primaria (tener éxito al intentar hacer justicia por mano propia, 
ser competente al intentar aprovecharme de otro apelando al engaño, la estafa o la violencia física, hacer lo 
mejor para desarrollar la musculatura de mis extremidades, ganar habiendo hecho trampas), sádico anal 
secundaria (tener éxito al intentar dominar la realidad concreta, ser competente al intentar realizar un ritual 
eficaz, hacer lo mejor a instancias del superyó, ganar cuando me opongo a otro -con argumentos válidos- al 
debatir sobre la realidad concreta) y fálico uretral (tener éxito al intentar ser considerado el mejor, 
sercompetente cuando intento localizarme espacial o temporalmente, hacer lo mejor para consumar una 
ambición, ganar para poder realizar alardes competitivos). 
Consideremos, por dar otro ejemplo, el deseo de "ser entendido", que en el CCRT incluye las siguientes 
variantes: "ser comprendido, empatizar con, ser visto correctamente". En el MEIR, en cambio, se conjetura 
que: 1) el deseo de "ser entendido" deriva de la erogeneidad oral primaria y 2) solo puede tabularse como 
tal si el sujeto quiere: "que otro sepa descifrar qué le sucede - que otro interprete correctamente qué pasa 
dentro de su mente sin que él tenga que explicarlo". Difiere notoriamente, entonces, del deseo de "ser 
comprendido", que procede de la erogeneidad sádico oral secundaria y posee los siguientes componentes: 
"que otro capte el estado afectivo del sujeto - que otro se identifique con

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