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1 EENNFFEERRMMEEDDAADD RREENNAALL YY EEMMBBAARRAAZZOO El embarazo normal se acompaña de cambios anatómicos y funcionales del tracto urinario. En las mujeres con una enfermedad renal preexistente el pronóstico para resultados perinatales favorables está muy estrechamente relacionado con la función renal al momento de la concepción. Cuando los niveles de Creatinina sérica se encuentran por debajo de 1,4 mg/dL y la hipertensión está ausente el pronóstico es excelente. Una Creatinina sérica por encima de 2,0 mg/dL y un aclaramiento de Creatinina menor de 50 mL/min con presencia de hipertensión, se asocian a tasas mucho más bajas de éxito. Durante el embarazo se producen cambios significativos tanto de la estructura como de la función de las vías urinarias. Cambios anatómicos a nivel renal. Estos cambios son más marcados del lado derecho, secundarios a factores hormonales y obstructivos mecánicos. Los cálices y la pelvis renal se dilatan y disminuye la frecuencia de peristalsis, cambios que ocurren al final del primer trimestre. Estos cambios en el sistema colector se consideran debidos a la influencia hormonal sobre el músculo liso. A partir del segundo trimestre el útero grávido puede comprimir uno o ambos uréteres contra la pelvis, lo que resulta en una obstrucción parcial durante la posición supina y lateral derecha. La implicación clínica de esta dilatación fisiológica, y del aumento del reflujo vésico-ureteral se relaciona, posiblemente, con un incremento de las infecciones del tracto urinario en el embarazo y con la interpretación apropiada de los estudios urográficos y ultrasónicos del riñón materno. Existe, además, una hipertrofia renal que aparece rápidamente y que está mediada por la vasodilatación intrarrenal inducida por el embarazo. Cambios fisiológicos en la filtración glomerular y en el flujo plasmático renal efectivo. Diversos estudios han tratado de demostrar estos cambios; sin embargo, los resultados de los mismos son difíciles de interpretar dados los problemas en la metodología de las investigaciones. El incremento del flujo plasmático renal que se produce a partir del segundo trimestre es causado por el efecto combinado de un incremento del output cardiaco y de una disminución de la resistencia vascular renal debida a un aumento en la producción de prostaglandinas renales. Se ha calculado que un 25%, aproximadamente, del output cardiaco durante el embarazo, está destinado al flujo renal. Por ejemplo, las medidas de aclaramiento realizadas con las pacientes en posición de decúbito lateral, son mayores al final del embarazo. También estos estudios sugieren que durante la posición de decúbito y lateral derecha la masa del útero grávido impide un flujo plasmático renal efectivo. Las tasas de filtración glomerular y el flujo plasmático renal efectivo tienen incrementos, la primera de 50-75% y el segundo de 30-50%, sobre el normal al final del primer trimestre de la gestación, desconociéndose el mecanismo exacto que determina este incremento. La tasa de aclaramiento de Creatinina, que refleja la tasa de filtración glomerular, usualmente se aproxima a 200 mL/min (promedio 137 mL/min). Estos cambios producen una caída marcada en el nitrógeno ureico (valor promedio 9 mg/dL. Valores de 13 ó más mg/dL se consideran patológicos) y la Creatinina sérica (promedio 0,6 mg/dL. Valores por encima de 0,8 mg/dL son sospechosos). También se producen cambios en la reabsorción tubular de glucosa, sodio, aminoácidos y ácido úrico. Elaine Hernández Libro: Temas de Obstetricia y Ginecología Autor: Profesor Consultante José A. Oliva Rodríguez 2 Durante el embarazo normal puede producirse glucosuria en presencia de niveles normales de glucosa en sangre, debido a un incremento en la tasa de filtración glomerular, combinado con una reabsorción tubular disminuida de glucosa. Esta presencia de glucosa en orina constituye un factor que promueve las infecciones del tracto urinario. La ligera disminución de la concentración de sodio en el plasma durante el embarazo es el resultado de un incremento en el total de sodio filtrado, causado por el incremento en la tasa de filtración glomerular. Este incremento es responsable también de la ligera disminución de las concentraciones de ácido úrico, en el segundo trimestre, aunque hay un retorno a los valores normales en el tercer trimestre. La posición materna influye en la función renal. La tasa de filtración glomerular, el flujo plasmático renal, la excreción de sodio y la producción urinaria disminuyen cuando la paciente está reclinada. También, la posición de decúbito dorsal empeora la compresión de los uréteres por el útero grávido. El cambio de posición de la gestante hacia el decúbito lateral, condiciona que los parámetros antes mencionados retornen a lo normal. Respuesta normal del Sistema Renina-Angiotensina en el embarazo. La Renina es una enzima proteolítica secretada por la arteriola aferente. La Renina da paso a la Angiotensina I, un decapéptido del Angiotensinógeno o sustrato de Renina. La Angiotensina I, a continuación, se separa de dos aminoácidos para formar la Angiotensina II; ésta es un potente vasoconstrictor y estimulador de la secreción de Aldosterona adrenal. El útero grávido y la placenta también producen Renina. Se ha demostrado que esta Renina es inactiva en la circulación materna; sin embargo, hay evidencias que la misma puede regular el flujo sanguíneo uterino. Durante el embarazo, la actividad de la Renina del plasma, Angiotensinógeno, Aldosterona y los niveles de Angiotensina I y II se incrementan. Hay una "down regulation" de la respuesta vasoconstrictora a la Angiotensina I, demostrada por una respuesta presora disminuida a la Angiotensina II infundida. Existen evidencias sugiriendo que la respuesta presora a la Angiotensina I infundida está relacionada con un incremento marcado en las prostaglandinas circulantes, específicamente Prostaciclinas de origen uterino y placentario. Otras alteraciones fisiológicas renales inducidas por el embarazo normal se relacionan con: – Mantenimiento de la homeostasis ácido-base normal. – Osmorregulación. – Retención de líquidos y electrólitos. El obstetra podrá encontrarse ante dos situaciones en la evaluación de una gestante: 1. Inicio agudo de una enfermedad renal en gestantes sin historia de previa de la misma. 2. Presencia del embarazo en una gestante con historia previa de una enfermedad renal. Complementarios básicos a indicar ante la sospecha de una enfermedad renal. 1. Proteinuria. Las gestantes durante el último trimestre tienden a presentar una proteinuria postural ligera, que no sobrepasa los 300 mg en 24 horas o la presencia de trazas en un análisis simple de orina, que corresponde a 15 mg%. Se debe evitar la contaminación de la muestra con secreciones vaginales. La gestante con proteinuria ortostática debe ser evaluada en busca de bacteriuria, sedimento urinario anormal, reducción del índice de filtración glomerular e hipertensión. De no encontrarse estas anomalías, es probable que la proteinuria, no se asocie a complicaciones. 3 2. Análisis de orina. El mismo nos mostrará una glucosuria ocasional, leucocitos, piocitos, cilindros hemáticos céreos, grasos, y granulosos, así como la presencia de bacterias, contribuyendo todos al diagnóstico de la patología renal que se sospecha. 3. Creatinina. Permite una evaluación de la función renal en forma global con valores más bajos que los reportados en mujeres no gestantes. 4. Aclaramiento de Creatinina. 5. Eosinófilos en orina (Nefritis intersticial). 6. Sodio urinario. 7. Relación Creatinina en orina/Creatinina plasmática. 8. Ecografía renal. Biopsia renal. Excepcionalmente se realiza durante el embarazo, de ser necesaria, preferiblemente debe realizarse a partir de la 5ª semana del postparto. La biopsia renal debe ser pospuesta hasta después del embarazo, a menos que sus resultados se considerenque alteren significativamente el manejo de la enfermedad renal. IINNFFEECCCCIIOONN UURRIINNAARRIIAA DEFINICION. Se denomina infección urinaria al hallazgo de mas de 100.000 bacterias por mL de orina obtenida mediante un Urocultivo. Constituyen una de las infecciones más frecuentes durante el embarazo ya que el mismo conlleva una serie de factores que favorecen el desarrollo de la infección. Entre los que se citan: hormonales, obstructivos, así como la disminución de factores de defensa del organismo e inmunológicos. Una muestra de orina no contaminada que contenga más de 100.000 microorganismos de un solo uropatógeno, se considera evidencia de infección renal. Aunque la presencia de cantidades menores de bacterias puede representar una contaminación, pueden también significar infección activa si existen síntomas clínicos. FORMAS DE PRESENTACION DE LA INFECCION URINARIA. 1. Bacteriuria asintomática. 2. Infección urinaria baja (Cistitis). 3. Infección urinaria alta (Pielonefritis). 4. Infección crónica. FACTORES CONDICIONANTES Y DE RIESGO. 1. Estasis urinaria. 2. Reflujo vesicoureteral aumentado. 3. Disminución de la sensibilidad vesical en el puerperio temprano como consecuencia de traumatismos durante el trabajo de parto y parto y de la analgesia y anestesia administradas durante los mismos. 4. Falta de percepción de distensión vesical por la episiotomía, desgarros perineales o hematomas. 4 5. Distensión vesical post parto a consecuencia del incremento de la diuresis, favorecida por el cese de la oxitocina. 6. Cateterismo vesical condicionado por las situaciones anteriores. 7. Antecedentes de: a) Infección urinaria previa. b) Malformación renal. c) Parto pretérmino. d) Síndrome hipertensivo del embarazo. e) Anemia. f) Cateterización previa. g) Higiene perineal insuficiente. GERMENES MAS FRECUENTES CAUSANTES DE LA INFECCCION RENAL. Generalmente la infección es causada por una sola bacteria, casi siempre de la zona perineal y generalmente Gram negativas. Bacterias mas frecuentes. § E. coli: cepas de las mismas presentan fimbrias P que permiten la adherencia bacteriana a receptores glucoproteicos en la membrana de las células uroepiteliales, lo que aumenta su virulencia y favorece la infección. § Klebsiella pneumoniae. § Proteus mirabilis § Enterobacter. § Estreptococo Beta-hemolítico. También, la susceptibilidad individual (el grupo Lewis es más susceptible) y la presencia de anomalías anatómicas o funcionales (reflujo vesicoureteral) influyen en la severidad de la infección. BBAACCTTEERRIIUURRIIAA AASSIINNTTOOMMAATTIICCAA.. Constituye la forma más común de la infección urinaria. Algunos autores han relacionado su presencia con un incremento de hipertensión, prematuridad y anemia, lo que ha sido negado por otros investigadores. Se define como la presencia de bacterias en la orina sin síntomas clínicos Se presenta en 4- 7% de las gestantes, incidencia similar a la de las mujeres sexualmente activas. El 20-40% de las mujeres con Bacteriuria asintomática desarrollan una infección sintomática. Kincaid Smith halló en su estudio que un grupo importante de gestantes con Bacteriuria asintomática presentaban una enfermedad renal subyacente. El E. coli es el organismo patógeno que se halla con más frecuencia. El tratamiento de la colonización urinaria asintomática evitará las infecciones sintomáticas del tracto urinario. TRATAMIENTO. El tratamiento consiste en la ingestión abundante de líquidos, acidificación de la orina, vaciamiento frecuente de la vejiga y Antibioticoterapia, idealmente de acuerdo al germen causal y a la sensibilidad al mismo de acuerdo al Antibiograma. 5 Antibióticos recomendados y dosis. è Amoxicilina 500 mg c/8 horas durante 3 días, ó 3 g dosis única. è Ampicilina 500 mg c/6 horas 10 días; 250 mg c/6 horas 3 días, ó 2g dosis única. è Sulfisoxasol 500 mg c/6 horas; 1 g c/8 horas, ó 2 g dosis única. è Cefalosporina 500 mg c/6 horas 10 días, ó 250 mg c/6 horas 3 días. è Nitrofurantoína 50-100 mg c/6 horas10 días, ó 200 mg dosis única. Tasa de recurrencia con cualquiera de estos esquemas 30%. No se recomiendan, por sus posibles efectos en el feto, el Trimetropim-Sulfa (su actividad antifolínica puede producir paladar hendido) y la Tetraciclina (alteraciones en la dentición fetal). Por otra parte, las sulfas deben de evitarse en el último trimestre, y sobre todo en el último mes, por su efecto directo sobre la Glucoroniltransferasa y sobre la unión a proteínas de la bilirrubina, lo que puede causar hiperbilirrubinemia en el recién nacido. Cuando se administra Ampicilina, debe vigilarse a la gestante con estudio del sedimento urinario, debido a que la misma puede causar nefritis intersticial. Según Lucas y Cunningham, las gestantes con concentraciones bajas de bacterias en el Urocultivo deberían tratarse, ya que pueden desarrollar una Pielonefritis con recuentos de 20.000-50.000/mL de un solo uropatógeno. IINNFFEECCCCIIOONN UURRIINNAARRIIAA BBAAJJAA ((CCIISSTTIITT IISS)).. SINTOMAS CLINICOS. Polaquiuria, disuria, urgencia miccional, tenesmo vesical, en ocasiones hematuria con pocos hallazgos sistémicos asociados. PROFILAXIS. q Educación sanitaria sobre el aseo vulvo-perineal, para evitar la contaminación del meato urinario con gérmenes intestinales. q Evitar el cateterismo vesical. q Control adecuado de las infecciones para evitar sus recidivas. DIAGNOSTICO. q Prueba de tira en busca de Nitritos. Su presencia indica bacteriuria y la necesidad de realizar Urocultivo. Dicha prueba debe repetirse a los 7 días de terminar un tratamiento y es necesaria para comprobar la cura microbiológica. q Examen de orina con estudio del sedimento urinario que, en la evolución de la paciente, debe tener una frecuencia mensual. q En el sedimento urinario hay piuria, bacteriuria y hematuria microscópica que, en ocasiones, puede ser macroscópica Si el cultivo es estéril, los síntomas descritos pueden ser consecuencia de una uretritis por Clamydia, aunque en estos casos existe una cervicitis mucopurulenta. TRATAMIENTO. Dependerá del germen causal hallado en el Urocultivo. Si no se dispone de éste, administrar Nitrofurantoína 100 mg c/8 horas durante 10 días, o Ampicilina 500 mg c/6 horas durante 10 días. Si después de la curación aparece una recurrencia, repetir tratamiento y continuar el mismo con Nitrofurantoína 50 mg 2-3 veces al día hasta 30 días y el Urocultivo se haga negativo. 6 IINNFFEECCCCIIOONN UURRIINNAARRIIAA AALLTTAA ((PPIIEELLOONNEEFFRRIITT IISS AAGGUUDDAA)).. Se presenta, según lo referido en la literatura, entre el 1-2%, de las gestantes, influyendo en esta incidencia la frecuencia con que se diagnostica y trata la Bacteriuria Asintomática. La Pielonefritis es más común a partir del segundo trimestre, siendo unilateral y derecha la afección en más del 50% de los casos y bilateral en el 25%. SINTOMAS CLINICOS. Se caracteriza por un comienzo brusco, con compromiso del estado general, fiebre, escalofríos, náuseas en ocasiones vómitos, dolor en fosas renales, pudiendo existir el antecedente de polaquiuria, disuria, urgencia miccional, tenesmo vesical y hematuria. La temperatura puede variar de 40º hasta 34º centígrados. Existe con frecuencia, por tanto, una inestabilidad termorreguladora. Del 1 al 2% de las gestantes con Pielonefritis desarrollan grados variables de insuficiencia respiratoria, causada por la lesión alveolar y el edema pulmonar inducidos por las endotoxinas. Esta lesión pulmonar puede ser tan severa que lleve al Síndrome de Distrés Respiratorio del Adulto. Puede existir una hemólisis causada por las endotoxinas. COMPLEMENTARIOS. Al inicio del cuadro clínico, y antes de iniciar una terapéutica, se le indicará a la paciente un Sedimento urinario (mostrará muchos leucocitos, con frecuencia en racimos, y numerosas bacterias) y un Urocultivo, así como un Hemograma con Leucograma.De presentar la gestante un cuadro séptico se indicará, además, un Hemocultivo ya que se ha encontrado que el 15% de las mujeres con Pielonefritis aguda tienen bacteriemia. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL. 1. Trabajo de parto. 2. Corioamnionitis. 3. Apendicitis. 4. Abruptio placentario. 5. Mioma complicado. 6. Metritis con celulitis pelviana en el puerperio. Durante una Pielonefritis aguda, y por efecto de las endotoxinas liberadas, puede producirse un daño pulmonar y hasta un Shock séptico. TRATAMIENTO. Además de las medidas generales, dentro de las cuales son de gran importancia la hidratación adecuada y la medida de la diuresis, se comenzará con tratamiento antibiótico por vía parenteral, recomendándose los siguientes esquemas terapéuticos: è Ampicilina 1-2 g EV c/4 ó 6 horas. è Cefalosporinas 1-2 g EV c/6 horas. è Gentamicina 80 mg IM c/8-12 horas. è Amikacina 500 mg IM c/12 horas. è Combinación de Ampicilina-Sulbactam y Aztreonam. 7 De acuerdo a la respuesta, el tratamiento puede durar de 3 a 6 semanas, pasándose a la vía oral si la respuesta al tratamiento es satisfactoria (paciente afebril por 48 horas), aunque muchos autores consideran que se debe pasar a la vía oral al cabo de 2 semanas de tratamiento. Algunos autores recomiendan, después de la fase aguda, continuar el tratamiento hasta las 2 primeras semanas del postparto con Nitrofurantoína 50-100 mg al día. Recordar que los aminoglucósidos resultan nefrotóxicos, por lo que deben emplearse solo cuando el beneficio supere los riesgos inherentes al empleo de los mismos. Manejo de la gestante con una Pielonefritis aguda según Lucas y Cunningham (1994). 1. Ingreso. 2. Cultivos de orina y Hemocultivos. 3. Hemograma completo, Creatinina sérica e Ionograma. 4. Control frecuente de signos vitales con inclusión del volumen urinario. 5. Cristaloides IV para establecer un volumen urinario de por lo menos 30 mL por hora. 6. Tratamiento antimicrobiano endovenoso. 7. Radiografía de tórax, sobre todo si hay disnea o taquipnea. 8. Repetición de los estudios a las 48 horas. 9. Pasar los medicamentos a la vía oral una vez que desaparezca la fiebre. 10. Alta después de 24 horas sin fiebre. Continuar tratamiento por 7-10 días. 11. Cultivo de orina 1-2 semanas después de haber terminado el tratamiento antimicrobiano. Toda gestante que no experimente una mejoría clínica en 48-72 horas de iniciado el tratamiento debe ser evaluada en busca de una obstrucción urinaria. LLIITT IIAASSIISS RREENNAALL Tiene una frecuencia baja en gestantes normales (0,3-0,5%) pudiendo llegar al 7% en gestantes con Bacteriuria asintomática o infecciones urinarias altas. Distintos factores relacionados con el embarazo pueden condicionar el desarrollo de cálculos renales, especialmente de estruvita, oxalato de calcio (descartar hipertiroidismo) y ácido úrico, constituyendo el dolor que lo acompaña la causa más común de dolor abdominal no obstétrico que requiere hospitalización e intervención médica (Falger). DIAGNOSTICO. Debe realizarse en función de: 1) Historia Clínica, 2) Examen Físico, 3) Pruebas de Laboratorio (Parcial de orina con Sedimento urinario y Urocultivo, determinación de calcio, fósforo y ácido úrico en suero. Si existe hipercalcemia, descartar la posibilidad de un hiperparatiroidismo, y si existe hipercloremia la de cálculos de fosfato-cálcico. Determinaciones de calcio, ácido úrico y oxalato en orina de 24 horas y medir el pH de la orina varias veces en el día durante varios días, que si es persistentemente ácido sugiere piedras de ácido úrico, y si es alcalino de fosfato de amonio-magnesio), 4) Radiológicas, y 5) Ultrasonográficas, que contribuyen a determinar el grado y sitio de obstrucción causado por el cálculo, siendo útil en la evaluación continua del proceso en la gestante. Un Urocultivo positivo a Proteus mirabilis en una paciente con infección crónica del tracto urinario es muy sugestivo de la presencia de piedras de estruvita. 8 TRATAMIENTO. El tratamiento depende de los síntomas y de la edad gestacional, así como si existe una infección concomitante. Se debe hidratar adecuadamente a la gestante, manteniendo una excreción diaria de orina de 2 L ó más. Se debe tratar, además, la causa subyacente que condiciona la litiasis con una dieta apropiada de acuerdo a dicha causa. En las gestantes con cálculos sintomáticos se podrá recurrir a: 1) Cistoscopia, 2) Sondeo uretral, 3) Nefrostomía percutánea, y 5) Exploración quirúrgica si los síntomas persisten, sobre todo la infección. Se ha reportado el empleo del Láser transuretral y de la Litotricia para la fragmentación de los cálculos. GGLLOOMMEERRUULLOONNEEFFRRIITT IISS GLOMERULONEFRITIS AGUDA. La Glomerulonefritis Aguda puede ser el resultado de enfermedades infecciosas (casi siempre de origen estreptocócico y rara en el embarazo), multisistémicas o de trastornos primarios únicos de los glomérulos. PRESENTACION CLINICA. Se caracteriza por la presencia de hematuria, proteinuria con grados variables de insuficiencia renal y retención de agua y sal lo que trae como consecuencia: hipertensión arterial, edema incluso periorbitario, lo que hace difícil en ocasiones desde el punto de vista clínico y sobre todo cuando se produce en la segunda mitad del embarazo el diagnóstico diferencial con la Preeclampsia. Mientras que algunas mujeres recobran la función renal después del parto otras progresan hacia la enfermedad renal crónica. DIAGNOSTICO. Los hallazgos típicos incluyen hematuria microscópica, cilindros hemáticos en el sedimento urinario, y niveles séricos de complemento bajos o en descenso. PRONOSTICO. Los factores que se asocian a un pronostico perinatal desfavorable son una función renal alterada, hipertensión arterial temprana o severa, y proteinuria con el espectro nefrótico. TRATAMIENTO. Depende de la etiología de la Glomerulonefritis. Se recomienda el control de la presión arterial, pudiendo ser necesario también el de los líquidos y del sodio. GLOMERULONEFRITIS CRONICA. Se incluyen dentro de la forma crónica un grupo de entidades fisiopatológicas entre las que se incluyen: Episodio conocido previo de Glomerulonefritis aguda, Nefropatía Ig A, Glomerulonefritis membrano-proliferativa, Gloméruloesclerosis focal, así como un número de otros diagnósticos. La historia natural de la enfermedad, con frecuencia resulta en un fallo renal crónico y riñones "cicatrizados". 9 El embarazo no parece afectar el curso de la enfermedad (excepto en la Glomeruloesclerosis focal y la Glomerulonefritis membranoproliferativa, en las que el embarazo parece afectar el curso de la enfermedad), aunque la excreción de proteínas por la orina puede incrementarse transitoriamente a causa del aumento del flujo plasmático renal que se produce en el embarazo. Es posible que el incremento en la proteinuria también refleje una presión intraglomerular aumentada, siendo una práctica corriente en pacientes no gestantes reducir tal presión con tratamiento antihipertensivo y una restricción proteica de la dieta. EXAMENES DE LABORATORIO. 1. Sedimento urinario. 2. Depuración de Creatinina de 24 horas. 3. Proteinuria de 24 horas. 4. Complemento C3-C4 (C3 factor nefrítico). La evaluación de la función renal se realizará mediante la determinación de la Creatinina sérica cada 2 semanas hasta la semana 36 y semanal de esta semana hasta el parto. Los resultados perinatales desfavorables como son el aborto espontáneo, parto pretérmino, retardo del crecimiento fetal y pérdidas perinatales son mayores si se desarrolla hipertensión o si se presenta un daño en la función renal. Toda mujer con una Creatinina sérica mayor de 1,8 mg% debe evitar el embarazo y con valores comprendidos entre 1,4-1,8 mg%, si se embarazan, deben ser sometidas a un estricto control de su función renal y de su presión arterial. De agravarse la función renal se deberá realizar la interrupciónde la gestación. SSIINNDDRROOMMEE NNEEFFRROOTTIICCOO DEFINICION. Está dado por la presencia de 3,5 g/1,73 m2 de superficie corporal o más de proteínas en 24 horas (para algunos, más de 5 g en 24 horas) con la tríada de hipoalbuminemia (albúmina sérica menor de 3 g/dL), edema e hiperlipidemia, debida a una enfermedad glomerular primaria (aguda o crónica) o secundaria. CAUSAS. Es causado por un gran número de enfermedades, pocas de las cuales responden a la terapéutica con corticoides, por lo que un diagnóstico histológico debería obtenerse antes de iniciar una terapéutica. La Preeclampsia es la causa más común del Síndrome nefrótico en el embarazo,, presentándose generalmente en el tercer trimestre. Otras causas de síndrome nefrótico durante el embarazo incluyen: q Glomerulonefritis proliferativa. q Glomerulonefritis membranosa. q Glomerulonefritis membrano-proliferativa. q Lupus Eritematoso Sistémico. q Nefropatía diabética. q Nefrosis lipoídica. q Amiloidosis (rara). 10 MANIFESTACIONES CLINICAS. 1. Proteinuria. Se pierden por la orina, además de la albúmina, otras proteínas de bajo peso molecular: Transferrina, Ceruloplasmina, Globulina de unión a la Tirosina, Proteína de unión a la Vitamina D y Antitrombina III. 2. Hipoalbuminemia. Se cree debida al aumento de la excreción urinaria de Albúmina, más el aumento del catabolismo renal de Albúmina. La síntesis hepática de Albúmina aparece normal o aumentada. 3. Edema con fóvea, que se acumula en zonas pendientes, pudiendo existir derrame pleural y ascitis. El edema pulmonar se presenta cuando existe una insuficiencia cardiaca congestiva o una insuficiencia renal. 4. Hiperlipidemia. Existe un aumento de la Colesterolemia, Triglicéridos, Lipoproteínas de muy baja densidad y de baja densidad y disminución de las de alta densidad. Se considera que la síntesis hepática aumentada de lípidos es la causa primaria. 5. Estado de hipercoagulabilidad. Resultado de las pérdidas urinarias de factores, como la Antitrombina III y el Factor Activador del Plasminógeno, estando elevados los niveles plasmáticos de los Factores V, VII y X. 6. Susceptibilidad aumentada a las infecciones. PRONOSTICO. Dependerá de la afección renal subyacente y no de la cantidad de proteinuria. En ausencia de hipertensión y de insuficiencia renal la probabilidad de un resultado favorable del embarazo es buena, estando indicado un tratamiento conservador. En las gestantes preeclámpticas el aclaramiento de Creatinina puede estar disminuido. TRATAMIENTO. El tratamiento del síndrome nefrótico dependerá de la causa del mismo sin importar que la mujer esté embarazada, ya que los medicamentos empleados en el tratamiento no afectan al feto. El mismo comprenderá: 1. Reposo. En decúbito lateral, lo que mejora el flujo renal y contribuye a la disminución del edema. 2. Dieta. Dieta alta en proteínas, con moderada restricción de sodio (4 g al día), baja en colesterol y grasas saturadas aunque en la embarazada no se ha podido comprobar, como en las no gestantes, que las dietas altas en proteínas tienden a producir hiperfiltración en el glomérulo y endoteliosis, lo que agrava la función renal, por lo que resulta controversial qué tipo de dieta se debe administrar a la gestante. 3. Esteroides. Se indicarán cuando exista la certeza de una respuesta adecuada de la función renal a éstos, no recomendándose suspenderlos antes del parto para evitar una reactivación del proceso renal. Dosis: Prednisona 1 mg/kg de peso como dosis de inicio, con reducción progresiva de la misma hasta llegar a la dosis mínima necesaria. 11 4. Diuréticos. No está recomendado su empleo en las gestantes nefróticas que tienen generalmente un volumen intravascular disminuido. El uso de diuréticos en ellas pudiera producir, hipotensión, oliguria pre-renal e incremento de fenómenos trombóticos. Su administración, de considerarse necesaria, deberá ir precedida de una expansión del volumen intravascular con Albúmina. 5. Albúmina. Se debe administrar cuando sus niveles séricos se encuentren por debajo de 2 mg% y exista constricción del volumen intravascular. La dosis es de 25-50g al día, siendo su efecto de muy corta duración. Al terminar la infusión de albúmina se puede administrar 20 mg de Furosemida EV, para forzar la diuresis y disminuir los edemas. 6. Anticoagulación. Recomendada por algunos autores cuando los valores de albúmina se encuentran por debajo de 2 mg, sobre todo en el tercer trimestre, y existen factores favorables para el desarrollo de una trombosis venosa, recomendándose la Heparina en dosis de 5.000 U subcutánea cada 12 horas hasta el post-parto inmediato. Si existe un acontecimiento tromboembólico, es necesario recordar que puede existir un incremento en las necesidades de Heparina para lograr un Tiempo Parcial de Tromboplastina terapéutico, debido a la disminución de los niveles de antitrombina III. TTRRAASSPPLLAANNTTEE RREENNAALL La mujer con transplante renal debe esperar de 1-2 años para concebir. Las madres potenciales deben recibir información sobre los riesgos que se pueden presentar si durante el embarazo se desarrolla una hipertensión o una insuficiencia renal. Los trastornos hipertensivos se incrementan en las gestantes con transplante renal. El riñón transplantado aumenta su aclaramiento de Creatinina de manera similar a los riñones normales. La frecuencia de retardo del crecimiento y de parto pretérmino se incrementa, posiblemente a causa del compromiso vascular que se presenta en estas pacientes. Estas gestantes necesitan una observación estricta, por lo que se recomiendan las siguientes medidas de control: 1. Tratamiento de la bacteriuria asintomática y, si es recurrente, tratamiento durante todo el embarazo. 2. Determinaciones seriadas de enzimas hepáticas y Hemograma completo para detectar efectos tóxicos de la Azatioprina. 3. Realizar Prueba de Tolerancia a la Glucosa alrededor de la semana 26. 4. Valoración de la función renal mediante determinaciones de Creatinina sérica y, de ser los resultados anormales, mediante el Indice de Filtración Glomerular (resultado normal una disminución del mismo en el tercer trimestre de menos del 30%). 5. Control de la hipertensión o de la Preeclampsia si aparecieran en el transcurso del embarazo. 6. Ingreso si existen sospechas de infección renal o de rechazo. 7. Vigilancia fetal estricta dado el aumento de la incidencia de retardo del crecimiento fetal y de parto pretérmino en estas gestantes. 12 8. El parto por cesárea está indicado sólo por indicaciones obstétricas aunque, de manera ocasional, el riñón transplantado puede obstruir el canal del parto (tasa de cesáreas 50%). Como el riñón transplantado está denervado, puede desarrollar Pielonefritis y urosepsis sin que se presente dolor, por lo que debe de ser indicado un Urocultivo al menos cada trimestre. Algunos centros especializados no recomiendan modificaciones en el régimen inmunosupresor. Muchas mujeres con un régimen de tres medicamentos (Ciclosporina, Azatioprina y Prednisona) han tenido embarazos con buenos resultados materno-fetales. Una caída significativa del Indice de Filtración Glomerular puede ser causado por: § Rechazo agudo. § Efectos tóxicos de la Ciclosporina. § Preeclampsia. § Obstrucción urinaria. LLUUPPUUSS EERRIITTEEMMAATTOOSSOO SSIISSTTEEMMIICCOO ((LLEESS)) Este proceso tiende a exacerbarse unas tres veces durante las primeras 20 semanas y siete veces más durante el puerperio en pacientes con LES activo, bien por un tratamiento inefectivo o por no haberse realizado previamente el diagnóstico. Las pacientes deben estar estables al menos 6 meses antes de concebir. Los niveles seriados de Complemento pueden ser usados para el control de la enfermedad durante el embarazo. El monitoreo de los niveles de C3, C4 y CH50 permiten establecer la actividad del lupus durante el mismo. Si estos nivelestienden a disminuir, ésto señala un probable incremento de la actividad autoinmune y el tratamiento debe ser iniciado o incrementado. Los niveles de Complemento también son útiles para diferenciar la actividad lúpica de la Preeclampsia. Esto es de gran importancia ya que ambos procesos tienen manifestaciones clínicas similares y las pacientes con LES tienen un riesgo incrementado de desarrollar una Preeclampsia. El tratamiento con inmunosupresores debe continuarse si había sido establecido, no existiendo evidencias convincentes que los mismos produzcan malformaciones fetales. El bloqueo cardiaco completo puede presentarse en fetos cuyas madres presentan títulos elevados de anticuerpos anticardiolipinas. EENNFFEERRMMEEDDAADD PPOOLLIIQQUUIISSTTIICCAA AAUUTTOOSSOOMMIICCAA DDOOMMIINNAANNTTEE Enfermedad genética con una prevalencia de 1 en 400-1.000 individuos. La edad al diagnóstico es muy variable, el 16% se diagnostican alrededor de los 35 años y el 40% alrededor de los 45 años. La posibilidad de que el feto herede el gen es de 50%, estando localizado el mismo en el brazo corto del cromosoma 16. Pueden existir quistes hepáticos asintomáticos persistentes en el 30% de los pacientes con esta enfermedad. Los trastornos hipertensivos del embarazo son más frecuentes en mujeres que presentan ya al momento de la concepción los quistes renales. Si se produce la insuficiencia renal durante el embarazo, el pronóstico es similar al de otros tipos de enfermedad renal crónica. 13 Un 20% de las pacientes pueden tener un aneurisma cerebral. Las complicaciones perinatales se reportan más frecuentes en las pacientes afectadas de más de 30 años de edad y en las que desarrolla una Preeclampsia. El consejo genético en portadores es de gran importancia en la consulta preconcepcional. AASSEESSOORRAAMMIIEENNTTOO PPRREECCOONNCCEEPPCCIIOONNAALL EENN MMUUJJEERREESS CCOONN UUNNAA EENNFFEERRMMEEDDAADD RREENNAALL CCRROONNIICCAA Se debe tener en consideración, no tanto la enfermedad de base, sino: 1. Grado de alteración funcional renal. 2. Presencia o ausencia de hipertensión. 3. Alteración leve o nula de la función renal: Creatinina sérica < 1,5 mg/dL y HTA mínima. 4. Alteración moderada de la función renal: Creatinina sérica de 1,5-3 mg/dL. 5. Insuficiencia renal severa: Creatinina sérica > 3 mg. Si bien las mujeres con hipertensión arterial e insuficiencia renal tienen un alto riesgo de resultados perinatales desfavorables, en las que presentan una enfermedad renal crónica pero permanecen normotensas y con función renal normal, el pronóstico del embarazo puede no ser favorable. IINNSSUUFFIICCIIEENNCCIIAA RREENNAALL CCRROONNIICCAA CAMBIOS EN LA INSUFICIENCIA RENAL CRONICA. En la insuficiencia renal leve existe un aumento del flujo plasmático renal y del índice de filtración glomerular inducidos por la vasodilatación renal. La expansión del volumen sanguíneo depende de la severidad de la enfermedad y es proporcional a la Creatinina sérica. En las mujeres con una disfunción leve a moderada se observa una hipervolemia inducida por el embarazo. Sin embargo, en las mujeres con insuficiencia renal severa la expansión del volumen está atenuada y llega, en promedio, a estar alrededor de un 25%. Si bien hay un cierto grado de eritropoyesis inducida por el embarazo en estas mujeres, ésta no es proporcional al aumento del volumen plasmático, por lo que la anemia preexistente se intensifica. ASPECTOS EN EL MANEJO DE LAS GESTANTES CON INSUFICIENCIA RENAL CRONICA. 1. Control Prenatal frecuente. 2. Evaluar el comportamiento de la Presión Arterial. 3. Evaluación de la función renal. 4. Diagnóstico y tratamiento de la Bacteriuria asintomática. 5. No restringir la ingestión de proteínas. 6. Tratamiento de la anemia con Eritropoyetina recombinante. 7. Tratamiento adecuado de la Hipertensión Arterial. 8. Control del Estado Fetal.
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