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paradigma social

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RESUMEN de: Hermenéutica de la medicina. Socioantropología de la salud (Raggio, A., 2014).
Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
PARADIGMA SOCIAL
1) Hermenéutica (contexto histórico social)
Es un paradigma que surgió en el siglo XVIII, con la primera Revolución Industrial, destacando la relación de la salud con
los oficios. En el siglo XIX, el paradigma social logró un nuevo impulso por parte de los movimientos obreros de Europa.
En oposición al modelo mecanicista, surgen investigaciones tendientes a destacar la relación de la enfermedad con las
condiciones de vida y el desgaste físico en el ámbito laboral.
También los estudios etnográficos de la antropología contribuyeron al desarrollo de la medicina social, ya que se
interesaba por las prácticas curativas de las sociedades simples de forma integral, considerando la medicina en relación
al contexto socio-cultural y descuidando las variables biológicas.
Otro factor que propició el desarrollo de este paradigma en el siglo XIX fue la falta de respuestas eficaces por parte de la
medicina mecanicista. Eran tiempos anteriores al descubrimiento de las vacunas, los antibióticos y la anestesia. El
paradigma mecanicista, aferrado a lo biológico, dejaba un vacío que el paradigma social intentaba llenar con su
intervención sobre variables sociales, culturales y ecológicas. Luego, cuando la medicina mecanicista logró resultados
visibles con el desarrollo de sus estrategias medicamentosa y quirúrgica, hubo un rebrote biologicista que le restó
adeptos al paradigma social. Frente a esto, la medicina social entró en declive y prácticamente quedó abandonada
desde 1920 hasta 1950.
A partir de mediados del siglo XX, con el desarrollo de la sociología de la salud, se incrementó el interés en estudiar otras
causas aparte de las biológicas. También se desarrolló el terreno de la salud mental y se empezó a reconocer la
existencia del factor psicosomático en el desarrollo de la enfermedad, su evolución y su tratamiento. Además, se formó
la Organización Mundial de la Salud (OMS), influenciada por la medicina social.
2) Concepto de Salud:
La salud es vista como el estado de bienestar integral: psíquico, físico y social. La enfermedad es la interrupción o
bloqueo de ese estado de bienestar, ocasionado por una disfunción social.
Detrás de la disfunción orgánica de los pacientes hay una sociedad o una cultura que no está cumpliendo con ellos en lo
económico, en las relaciones laborales, en lo habitacional, en los servicios básicos, en las libertades y derechos
individuales, en la seguridad, en la ecología, en la satisfacción de las necesidades afectivas y sexuales o en las formas de
recreación que propone.
Su hipótesis central afirma que:
- La enfermedad es la expresión corporal de los aspectos indeseables del sistema sociocultural. Esta idea es respaldada
por dos hipótesis auxiliares:
- Determinadas condiciones de vida y estilos de vida, generados por la extracción sociocultural y la localización
geográfica, favorecen o previenen el desarrollo de determinadas patologías.
- Considerar las variables culturales mejora la eficacia de los tratamientos, ya que favorece la aceptación del paciente y
facilita la aplicación de la terapéutica.
Este planteo toma el cuerpo como un elemento biológico que forma una unidad con los demás componentes de la
persona: la psíquis, la cultura y el conjunto de interacciones. En conclusión, la teoría de la medicina social reconoce la
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biología pero centra su atención en la distribución espacial y social de la enfermedad. Lo biológico es el ámbito donde se
manifiesta la enfermedad, pero no donde se origina.
3) Cuerpo de conocimientos:
Este paradigma no
significa el abandono de
lo biológico sino una
ampliación del análisis
de la salud con la
incorporación de
variables históricas y
socioculturales.
Pretende una
interpretación de la
salud y la enfermedad
de carácter integrador,
holístico, opuesta al
reduccionismo
biologicista dominante,
que contemple la
relación de los estados
corporales con el
contexto sociocultural.
Lleva a cabo un análisis diacrónico de la enfermedad, donde se estudia su historia social. Reconstruye el proceso de
formación de la enfermedad, rastreando todas las variables que pudieron desatarla. Con esto, aborda la patología de
manera integral, holística, desde una perspectiva de multicausalidad.
Se define como cientificista, pero está escasamente desarrollado ya que no tiene demasiada acumulación de
conocimientos. A pesar de que es un paradigma viejo, le falta consolidar sus hipótesis generales con un cuerpo de
hipótesis auxiliares y con enunciados observacionales que amplíen la corroboración y la información empírica. El
crecimiento lento y discontinuo que ha tenido, fue consecuencia de que las condiciones sociales y políticas nunca lo
favorecieron. Esto se debe a que se trata de un paradigma disfuncional al sistema capitalista. Buscar la casusa de la
enfermedad en lo social y cultural, lo hace un paradigma crítico del sistema. Por este motivo, ha sido rechazado tanto
por los organismos de salud privados como por el Estado y sus políticas de salud, lo que lo privó de los recursos
necesarios para avanzar en sus investigaciones. No obstante, a partir de los años 50, se impulsa una corriente
multidisciplinaria (psicología, antropología, sociología y medicina) que estudia la relación entre las condiciones-estilos
de vida y la enfermedad, que el paradigma mecanicista no atiende.
4) Terapéutica:
Se focaliza en las relaciones sociales, sobre todo las asociadas al trabajo y los afectos. Toma las relaciones laborales
pretendiendo reducir los efectos de la explotación del cuerpo en el trabajo, estudiando las condiciones materiales de
trabajo perjudiciales para la salud. También busca las causas de patologías en las relaciones afectivas, estudiando las
condiciones más satisfactorias para la sexualidad y las formas de interacción familiar más propicias para la conservación
de la salud. También hay trabajos que se sumergen en otros factores sociales de morbilidad y mortalidad, como la
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guerra, la violencia política, el tránsito, las catástrofes naturales, etc., señalando cómo inciden en la salud y la
prolongación de la vida.
a) Diagnóstico
Se trata de un diagnóstico integral. Durante la parte biológica se trata la sintomatología y las disfunciones orgánicas con
una buena auscultación y quizás algunos análisis básicos. Pero lo más importante es la parte dialógica, participativa y
grupal del diagnóstico. Esto exige una anamnesis prolongada y diacrónica, que involucra no sólo al paciente sino a su
grupo de pertenencia. Relevar las variables socio económicas y culturales para reconstruir la etiología de la enfermedad,
requiere de una actitud relativista, que evite el choque cultural y permita la proximidad simpática para sumar
interlocutores y obtener sinceridad en las respuestas.
Finalmente, un dictamen holístico identifica la patología, determina la disfunción orgánica que la induce y delimita las
causas socioeconómicas y culturales que la provocan.
b) Pronóstico
Durante el pronóstico se analizan las posibilidades que hay de llevar a cabo el tratamiento planificado, al que llamamos
“plan estratégico”. Como será un tratamiento que implique modificar las condiciones de vida, será una tarea compleja y
de largo plazo, que requerirá de un proyecto adecuado. Para definir las posibilidades de fracaso o triunfo del plan, se
requiere considerar:
 los objetivos,
 los recursos materiales disponibles,
 las actividades necesarias,
 los grupos aliados y adversarios de la implementación deltratamiento,
 las fuerzas de cada uno.
Entonces, el pronóstico es el análisis de la factibilidad de este plan estratégico, es decir: ¿qué tan factible será poder
modificar las condiciones de vida necesarias?
c) Tratamiento:
El tratamiento es la implementación del plan estratégico.
- Es integral, ya que atiende tanto a variables corporales como socioculturales. Se pretende corregir y, por sobre todo,
prevenir la disfunción corporal, resolviendo los estilos y las condiciones de vida causantes de la enfermedad. Utiliza lo
menos posible las estrategias mecanicista (medicamento, cirugía y aparatología) y, cuando lo hace, no descuida los
aspectos sociales del paciente.
- Es interdisciplinario, ya que requiere de la intervención de las cuatro áreas (psíquico, físico, cultural y social) para
lograr el estado de bienestar.
- Es colectivista, porque aborda las patologías en el plano de la comunidad, y no solamente en el plano del paciente
individual. En la medida que contempla variables socioculturales, históricas y ecológicas, debe considerar la comunidad
donde operan. Tampoco toma al grupo como una suma de individuos, sino como un conjunto de relaciones sociales
donde se encuentra la causa de la enfermedad y también de la terapéutica. Reducir los niveles de morbilidad, implica
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movilizar los recursos (políticos, culturales, materiales) de la comunidad, venciendo resistencias y sumando adhesiones
para modificar estilos y condiciones de vida.
- Es relativista, porque considera la cultura de la comunidad. Sabe que las modificaciones de las condiciones y los estilos
de vida no pueden ser el resultado de una imposición cultural, autoritaria y etnocéntrica, sino de un proceso
autogestionado por la propia comunidad. Es un cambio social que la terapéutica sugiere, asiste y acompaña, pero que
debe ser impulsado y ejecutado por la propia comunidad. Por lo mismo, entiende al paciente como ser social, portador
de una cultura, que puede favorecer o entorpecer el recupero de la salud. Eso hace que haya que considerar esa cultura
como facilitadora del tratamiento y sus efectos.
- Institucionalmente, es anticorporativista, promoviendo la descentralización y la activa participación del paciente y su
grupo. Trata de evitar la complejidad, la jerarquización, la burocracia y las divisiones especializadas propias de la
corporación mecanicista. Es un modelo horizontal e interdisciplinario, accesible, que busca generar canales de
comunicación y participación del paciente.
- No es una terapéutica
pragmática, es
prolongada y compleja.
Trata de evitar la
inmediatez y simplicidad
del mecanicismo;
atacando las causas más
profundas de la
enfermedad, aunque
esto implique un
proceso de largo plazo y
de grandes esfuerzos.
Esto conlleva ser
preventiva,
transformadora,
comunicativa,
activadora y
comprometida.
- Es preventiva porque su objetivo no es eliminar el padecimiento y aliviar los síntomas inmediatos de un paciente en
particular. No busca contrarrestar la enfermedad sino erradicarla. La misión que persigue es la de evitar nuevos
padecimientos, modificando las condiciones de vida y los estilos de vida que los ocasionan. Recién se considera exitosa
cuando logra la reducción de los niveles de enfermedad en toda la comunidad.
- Es transformadora: exige modificar la interacción política y económica que repercuten en las condiciones y estilos de
vida favoreciendo la enfermedad.
- Es activadora: la transformación social no puede ser realizada por el médico. Él puede denunciar la relación causal
entre determinadas condiciones y pautas de vida con determinadas patologías, pero para cambiarlas se requiere la
intervención sobre la realidad. El único que puede modificar las condiciones es el paciente en colaboración de su grupo
de pertenencia. Para que emprenda dicha tarea, el médico debe desarrollar un proceso de concientización, capacitación,
estimulación y motivación del paciente. Es decir, activar su iniciativa.
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Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
- Es comunicativa, porque no es posible relevar las variables culturales, sociales, históricas y ecológicas que motivaron la
enfermedad sin una prolongada e intensa comunicación con el paciente. Este diálogo comienza en el diagnóstico y se
extiende durante el tratamiento, cuando el médico debe persuadir al paciente y su grupo en la transformación social.
- Es comprometida porque requiere pensar de forma crítica e involucrarse con el cambio social. El pensamiento crítico
se desarrolla en la medida en que cuestiona la cultura y la sociedad y busca modificarlas para prevenir la enfermedad.
Para esto es necesario activar al paciente y su grupo social, lo que requiere involucrarse y entablar una relación con
ellos.
5) Paciente:
- No es culpable de su enfermedad sino víctima de la sociedad. No es responsable de su enfermedad, ni de su biología;
en realidad, es víctima del sistema social en que está inserto. Las interacciones sociales (familia y trabajo), los hábitos y
las condiciones materiales de vida lo predisponen a la enfermedad. El sistema social no le brinda los medios y las
posibilidades de desarrollar plenamente su vida afectiva y laboral.
- Es activo y responsable del recupero de sus salud. Aunque no es responsable de su enfermedad, sí deberá ser
participativo en la ejecución de su tratamiento. La sanación requiere erradicar los factores patológicos de sus
condiciones y estilo de vida, lo que necesita de su intervención y su capacitación.
- Está acompañado, tanto por su grupo de pertenencia como por el equipo médico. No es un paciente solitario porque la
terapéutica requiere la intervención de toda la comunidad. El paciente, si quiere modificar el contexto social que
provoca la patología, debe articular su iniciativa con la de sus pares, desarrollar una práctica colectiva que permita
avanzar en la transformación sociocultural pretendida. Además, a su tradicional grupo de pertenencia, se agrega el
equipo interdisciplinario que lo atiende como paciente. La terapéutica del paradigma social exige que el equipo médico
se involucre con el paciente y su grupo a partir de una intensa comunicación para el análisis de las variables
socioculturales que
exige el
diagnóstico y la
persuasión que
implica el
tratamiento.
- Es un paciente
capacitado y
concientizado. La
terapéutica del
paradigma social
exige que el
paciente y su
grupo comprendan
plenamente el
sentido social,
cultural e histórico
que tiene la
enfermedad.
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- Es un paciente tomado como sujeto social y como agente de cambio, no como una cosa o un objeto. No es posible
comunicarse, persuadir, motivar, estimular, involucrarse, activar en su conciencia y en su voluntad, a alguien que no se
reconoce como sujeto. Por el contrario, se reconoce en el paciente la capacidad de informar, opinar y decidir.
- Sin embargo, es un paciente caso (al igual que el mecanicista). Aunque no es tomado como una cosa u objeto, sí es
tomado como un caso más de una determinada disfunción social. No es un paciente entendido como individualidad sino
como representante de un grupo social determinado. El paciente no importa como individuo sino como ejemplo de la
morbilidad que afecta a un grupo social con particulares condiciones y estilos de vida. Se define al paciente, centrando la
atención en los rasgos que comparte con los miembros de su grupo de pertenencia, y sin considerar los caracteres que
lo diferencian de su comunidad y lo definen como particular. No es sujeto particular, sólo sujeto sociocultural.
6) El médico:- Sufre de ambigüedad en su rol porque sus conocimientos médicos no le alcanzan para resolver el problema social. No
hay, hasta la fecha, centros universitarios que brinden una formación académica con los contenidos interdisciplinarios,
los métodos y las técnicas, para actuar simultáneamente en el plano corporal y en el contexto sociocultural del paciente.
- Por esto mismo, es un sujeto impotente. Evalúa y visualiza lo social como causa de la patología, pero carece de los
medios (materiales e intelectuales) como para poder transformarlos, por lo que encuentra enormes dificultades para
obtener resultados concretos.
- Es comunicativo: necesita formar una relación con el paciente y conocerlo, no sólo como corporalidad sino también
como sujeto social: su historia, sus condiciones y estilos de vida, su grupo de pertenencia y las interacciones sociales más
relevantes de su vida.
- Es democrático: por una razón práctica, mantiene una relación horizontal con el paciente y estimula su participación. El
paciente controla un conjunto importante de la información de la cual el médico no puede prescindir, situación que lo
obliga a mantener una relación respetuosa con el paciente.
- Es participativo: el médico debe convocar la participación del paciente para asegurar el éxito de la terapéutica, ya que
es el paciente el que debe remover las causas últimas de su enfermedad, por lo que se requiere su intervención activa
tanto en el diagnóstico y como en el tratamiento.
- Es relativista: no es un médico que impone sus ideas, ni su cultura ni su tratamiento. Es un médico que propone,
persuade, adapta, considera y reflexiona. Sabe que debe ganar la confianza y la convicción del paciente a través de la
persuasión, y para esto deberá considerar la perspectiva cultural del paciente.
- Es crítico: esta característica es el atributo que lo hace indeseable para el Estado y la clase dominante, quienes
controlan los recursos que toda medicina necesita para desarrollarse. Pero no puede evitarlo. Tiene que hacer un
ejercicio crítico si pretende abordar la enfermedad en un sentido integral y modificar las condiciones y estilos de vida
que no están funcionando. Ineludiblemente, el diagnóstico de cada enfermedad implica la denuncia en alguno o varios
de estos aspectos de la sociedad, lo que conlleva conflictos con el poder.
- Es comprometido: el médico o puede eludir el compromiso social porque todo tratamiento de la medicina social
implica la propuesta de transformación de las condiciones de vida del grupo víctima de la sociedad.
Críticas al paradigma social:
A pesar de sus buenas intenciones, esta medicina tiene varios inconvenientes:
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Realizado por Prof. Yanina Frezzotti para la materia SOCIOANTROPOLOGÍA DE LA SALUD (Unnoba, 2019).
1. Reduccionista: al darle tanta relevancia a lo social, desatiende lo biológico. Mientras el paradigma mecanicista se
basaba en la monocausalidad biológica, este se concentra en la monocausalidad social. Aunque se manifiesta como
multicausal, en la práctica médica no le da la suficiente consideración ni a lo orgánico, ni a la curación de los síntomas.
2. Masificador: no se considera al paciente como persona individual, sino sólo como una manifestación de lo colectivo.
En la práctica médica, esto significa centrar la preocupación en la prevención, descuidando la curación del paciente.
3. No tiene instituciones propias: no logra salir de la crítica y pasar a la acción social, generando formas de organización
cívica alternativas al corporativismo mecanicista. A pesar del desarrollo del tercer sector, con el crecimiento de las
Organizaciones no gubernamentales (ONG), fundaciones, grupos de autoayuda, de voluntariado social, etc., no se
destacan entre ellos la presencia de los que atienden temas de salud desde la perspectiva médica social.
4. Carece de eficacia política:
los médicos del paradigma
social no han sabido
encontrar una forma
alternativa de acumulación
de poder o de articular sus
demandas con otros grupos
de interés, lo que les resta
eficacia práctica para obtener
algunas victorias en la
reducción de los niveles de
morbilidad. Cada vez que choca con el sistema, queda aislado y sin respuestas.
5. Carece de eficacia curativa. Su tratamiento tiene un componente preventivo muy fuerte. Los recursos prácticos de
esta medicina se concentran en el plano prepatológico, lo que hace que sea una medicina impotente frente a las
demandas de pacientes que ya presentan síntomas. Su preocupación es evitar que una enfermedad prolifere pero no
tiene propuestas frente a la enfermedad ya manifiesta.
6. Carecen de eficacia teórica. A pesar de ser un paradigma con 300 años de vigencia, tiene un cuerpo de conocimiento
pobre, con escasas investigaciones, poco material bibliográfico, falta de hipótesis auxiliares e información para
corroborar sus enunciados. Por otra parte, la formación académica de los médicos sigue siendo biologicista, no hay
ámbitos de formación integral, con contenidos de ciencias naturales y sociales.Pese a que todas las críticas son reales,
también son reales los postulados de este paradigma y muy lamentable que no se tengan en cuenta en la formación
profesional médica. Las variables culturales, sociales e históricas reclaman a gritos su intervención en la interpretación y
la solución del problema de la enfermedad.

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