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La actividad física y el ejercicio como beneficio en la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson

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La actividad física y el ejercicio como beneficio en la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson
LUZ MARINA INFANTE CORONADO
Diseño Curricular en Educación Física
Corporación universitaria Latinoamericana CUL
2023
La actividad física y el ejercicio como beneficio en la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente al sistema nervioso, provocando síntomas motores y no motores que impactan significativamente en la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que la actividad física y el ejercicio desempeñan un papel fundamental en el manejo y la mejora de los síntomas de la enfermedad, así como en la promoción de una mejor calidad de vida.
Uno de los principales beneficios de la actividad física y el ejercicio en las personas con enfermedad de Parkinson es la mejora de la función motora. El ejercicio regular, como el entrenamiento de fuerza, el equilibrio y la flexibilidad, puede ayudar a mantener y mejorar la movilidad, la coordinación y la estabilidad, contrarrestando los efectos motores adversos de la enfermedad. Además, la actividad física puede reducir la rigidez muscular, mejorar la marcha y disminuir los temblores, lo que contribuye a una mejor funcionalidad física en la vida diaria.
Otro beneficio importante es el impacto positivo en la salud mental y emocional. La actividad física y el ejercicio liberan endorfinas, neurotransmisores responsables de la sensación de bienestar y reducción del estrés. Esto puede ayudar a aliviar los síntomas depresivos y la ansiedad, comunes en personas con enfermedad de Parkinson. Además, el ejercicio en grupo o en entornos sociales promueve la interacción social, el apoyo mutuo y la sensación de pertenencia, lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida en general.
Asimismo, la actividad física y el ejercicio pueden tener un impacto positivo en la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse y adaptarse. Diversos estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia pueden promover la generación de nuevas conexiones neuronales y mejorar la función cognitiva en personas con enfermedad de Parkinson. Esto puede traducirse en una mejor memoria, atención y velocidad de procesamiento, así como en una mayor capacidad de planificación y toma de decisiones.
Es importante destacar que la actividad física y el ejercicio deben ser adaptados y personalizados a las necesidades individuales de cada persona con Parkinson. Un programa de ejercicio supervisado por un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o un entrenador especializado en Parkinson, puede garantizar la seguridad y la eficacia de la actividad física.
En conclusión, la actividad física y el ejercicio desempeñan un papel fundamental en la mejora de la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson. A través de la mejora de la función motora, el impacto positivo en la salud mental y emocional, y la promoción de la neuroplasticidad, el ejercicio puede contribuir significativamente al bienestar general de las personas con Parkinson. Se recomienda buscar la orientación de profesionales de la salud para desarrollar un programa de ejercicio adecuado a las necesidades individuales y disfrutar de los

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