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Caminar a contraviento

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Caminar a contraviento
Publicado en 15/02/2021
Cuando nos referimos a la paz todos sabemos de qué se trata pero a la hora de definir el concepto nos encontramos que no resulta ser algo tan fácil de resumir… ¡Una palabra tan pequeña y con tanto significado! Paz es tener presente en cada instante la igual dignidad de todos los seres humanos, capaces de crear, de inventar su destino, de no resignarse.
Paz es vivir serenamente, intensamente, sembrando cada día semillas de amor y de concordia.
Paz es caminar a contraviento, todos distintos, todos unidos por valores comunes.
Paz es com-padecer, com-partir, desvivirse.
Paz es transitar resueltamente desde una cultura secular de imposición y violencia a una cultura de comprensión y conciliación.
Paz es, en suma, atreverse a pasar de la fuerza a la palabra
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. Madre Teresa
Para hablar de paz hay que comenzar por diferenciar entre paz positiva y paz negativa.
El concepto de paz negativa es el que predomina en occidente. Pone el acento en la ausencia de guerra y de violencia directa, entendiéndose ésta por agresión física. Según esta concepción la paz sería simplemente la “no-guerra” y consistiría en evitar los conflictos armados.
En cambio el concepto de paz positiva supone un nivel reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia. Se busca la armonía social, la igualdad, la justicia y, por tanto, el cambio radical de la sociedad. La paz no es lo contrario de la guerra sino la ausencia de violencia estructural[1], la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza. La paz no es una meta utópica, es un proceso. No supone un rechazo del conflicto, al contrario, los conflictos hay que aprender a afrontarlos y a resolverlos de forma pacífica y justa.
Como dijimos, algunos consideran la paz simplemente por la negación de su opuesto o sea como la ausencia de conflictos siendo que, en realidad, de la paz emanan todos los demás bienes, cualidades y virtudes del espíritu humano: generosidad, abundancia, creatividad, fuerza…
Paz personal y colectiva
Cuando hablamos de paz nos referimos generalmente a dos aspectos: uno personal (a nivel individual) y otro colectivo (a nivel social y global).
La paz personal es el sentimiento de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés, el enojo y el miedo y somos conscientes de las incontables maravillas que nos ofrece la vida.  Saber que todo está bien y que seguirá así.
En la paz personal la mente está tranquila y nos permite escuchar al corazón. Aunque es algo difícil de desarrollar, ésta es la base para la paz colectiva. Para que la paz sea algo más que un mero concepto es preciso hacerla realidad en nuestro interior.
Sin gente pacífica jamás tendremos un mundo en paz.  La esperanza de la humanidad radica en nuestra capacidad de ir desarrollando la paz personal a lo largo de nuestra vida  hasta lograr su máximo exponente en ese punto donde ya no nos afecta más ningún miedo, ni siquiera al deterioro o a la muerte física.
Desde el punto de vista de algunos psicólogos, la paz es un estado de equilibrio caracterizado por la  sensación de seguridad, confianza, tranquilidad, estabilidad, auto-organización y disponibilidad de energía. Hay una tendencia natural de la vida que, de forma tanto directa como indirecta, intenta alcanzar dicho estado, mediante la aplicación de estrategias de comportamiento para obtener y conservar los recursos o satisfactores, tales como la competición, el enfrentamiento, la comparación, la búsqueda de la aceptación y la evitación del rechazo.
La paz es un estado necesario para un buen funcionamiento del organismo humano. Debe diferenciarse el concepto budista de paz interior entendido como una forma de superar o vaciarse de las necesidades corporales para lograr una conexión espiritual con el universo, lo que se logra a través del ascetismo, la meditación y la contemplación con la guía de un maestro. Se aproxima más al concepto psicoanalítico de homeostasis, donde se ubica al yo o locutor interno como su guardián. Para tener paz o equilibrio se busca tener protección, seguridad y confianza. El miedo es la respuesta natural del organismo cuando pierde la paz o está en riesgo de perderla.
La paz colectiva puede presentar grados relativos que van desde la guerra como ausencia absoluta de paz pasando por distintos tipos de violencia hasta la hermandad entre las personas y los pueblos. No se trata simplemente de negro o blanco sino más bien de todo un abanico de situaciones que van progresivamente de la guerra en toda su furia, en un extremo, a la completa paz de un grupo humano libre de toda violencia, en el otro. Como vemos existe en el medio una variada gama de grises que incluyen las peleas y discusiones,  la violencia familiar y doméstica, la violencia económica y social, las agresiones verbales y psicológicas, el abuso sexual, el maltrato, la inseguridad, etc., etc.,etc.
El verdadero desafío consiste en desarrollar cada vez más el espíritu pacífico empezando por la toma de conciencia de esta realidad.
[1]          El término violencia estructural se refiere a las formas de violencia y desigualdad generadas por las estructuras sociales; es decir, a las desigualdades entre individuos, grupos y sociedades que impiden a las personas satisfacer sus necesidades fundamentales, materiales y espirituales.

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