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IMPORTANCIA DEL DESARROLLO PERSONAL EN LA PRIMERA INFANCIA El desarrollo emocional, social y físico de un niño pequeño tiene un impacto directo en su desarrollo general y en el adulto en el que se convertirán. Por esto es muy importante comprender la necesidad de invertir en los niños pequeños, ya que así se maximiza su bienestar en el futuro. Los estudios neurológicos demuestran que los primeros años desempeñan un papel clave en el desarrollo del cerebro del niño. Los bebés comienzan muy pronto a aprender cosas acerca del mundo que les rodea, incluyendo durante los periodos prenatal, perinatal (inmediatamente antes y después del nacimiento) y posnatal. Las primeras experiencias de un niño, los vínculos que forman con sus padres y sus primeras experiencias educativas, afectan profundamente su desarrollo físico, cognitivo, emocional y social en el futuro. Optimizar los primeros años en la vida de un niño es la mejor inversión que se puede hacer a la hora de asegurar su éxito futuro. Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo integral de la persona y define la capacidad de las niñas y niños para ser ciudadanas y ciudadanos saludables, responsables y productivos para sí mismos, su familia y la sociedad. Por ello, es importante garantizar que tengan un nacimiento saludable, logren el apego seguro, tengan un estado nutricional adecuado, logren una comunicación verbal efectiva, aprendan a caminar solos, regulen sus emociones y comportamientos y desarrollen la capacidad de representar sus vivencias. Las niñas y los niños son seres únicos que –desde su nacimiento- experimentan un proceso de descubrimiento de sus capacidades y potencialidades que les permite actuar en la vida. Son seres sociales pues forman parte de una familia y se desarrollan en un determinado contexto social y cultural. El Estado y la sociedad deben reconocer y garantizar sus derechos para ampliar sus capacidades y oportunidades. La intervención oportuna y adecuada en los primeros años de vida reduce riesgos de enfermedades, deserción escolar, criminalidad y de ayuda estatal a través de programas sociales. Cabe precisar que el desarrollo de la niña y el niño en sus primeros años predice su progreso escolar. Invertir en el desarrollo humano los primeros años de vida es muy rentable. Se ha demostrado que la inversión en intervenciones orientadas a la infancia (considerando desde la etapa de gestación) genera mayores ingresos a las familias. Por eso, un país que invierta en los primeros cinco años de vida de sus ciudadanas y ciudadanos, tendrá un mayor ahorro debido al menor gasto futuro en intervenciones de recuperación.
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