Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
T i r o i d e s ENDOCRINOLOGÍA II TIROIDES – PARATIROIDES – TERMORREGULACIÓN Introducción: La glándula tiroides humana adulta está formada por dos lóbulos laterales ubicados a la altura de las vértebras cervicales 5 y 7, anterior al cuello, rodeando la tráquea. Los dos lóbulos se conectan a través de un istmo, lo que le da un aspecto de alas de mariposa. Se encuentra altamente irrigada por las arterias tiro – cervicales. Desde el punto de vista nervioso, se encuentra regulado a través del sistema nervioso autónomo (SNA). Los dos pares de glándulas paratiroides descansan cerca o en la superficie posterior de los lóbulos laterales de la tiroides. La unidad anatomo – funcional de la glándula es el acino o folículo tiroideo, que tiene forma esférica. Esta estructura se halla revestida por un epitelio de células cúbicas, llamadas células foliculares, que segregan y depositan en la luz del folículo una sustancia, el coloide tiroideo, cuyo principal constituyente es una glicoproteína yodada, la tiroglobulina. Entre los folículos se encuentra el tejido intersticial, muy rico en capilares. Dentro de los folículos se hallan grupos de células parafoliculares o células C que segregan calcitonina. Esta estructura folicular está muy relacionada con su dependencia funcional de un oligoelemento muy escaso, el yodo, para la síntesis de sus hormonas. Esto conlleva la necesidad de poder concentrar el yodo y almacenar la hormona yodada de forma tal que no sea inmediatamente accesible al torrente sanguíneo, y de poder regular su liberación y secreción como hormona activa según las necesidades del organismo. En condiciones de ingestión adecuada de yodo, se almacena suficiente tiroglobulina yodada para asegurar al organismo unas cantidades adecuadas de hormona durante 100 días, aproximadamente. Fisiología La estructura del folículo se altera según la actividad de la glándula. Cuando se halla en reposo presenta hipofunción, los folículos son grandes, poseen mucho coloide y están tapizados por células planas. Cuando la glándula es muy activa o hiperfuncionante, los folículos son pequeños, el coloide es escaso y las células foliculares son altas, cúbicas o cilíndricas. Regulación: • Eje hipotálamo – hipófisis – tiroides: La función de la tiroides es regulada por el sistema hipotálamo – hipófisis – tiroides. En ciertas áreas hipotalámicas se elabora un factor u hormona liberadora de tirotropina, TRH, o tiroliberina, el cuál es un tripéptido. Ésta pasa a la sangre en la eminencia media del hipotálamo y es llevada por los vasos portales largos a la pars distalis de la adenohipófisis. Allí ejerce una acción tónica estimulante en las células tirotropas hipofisarias, estimulando la síntesis y liberación de tirotropina o TSH. Mecanismo de acción de TRH: La unión de la TRH a sus receptores hipofisarios activaría como segundo mensajero la cascada de Ca 2+ / fosfatidilinositol, que conlleva a la fosforilación de proteínas – quinasas. La estimulación de las células tirotropas es inhibida por la somatostatina, hormonas tiroideas y glucocorticoides y es, en cambio, estimulada por los estrógenos. La tirotropina o TSH, es una glucoproteína secretada por las células especializadas de la adenohipófisis, las células tirotropas. La TSH ejerce numerosos efectos sobre la glándula endócrina periférica, y el resultado final de los mismos es un aumento de la secreción de las hormonas tiroideas, T3 y T4. Esta estimulación, a su vez, da lugar a un aumento de todas las fases de síntesis. Mecanismo de acción de TSH: El receptor de TSH pertenece a la familia de receptores acoplados a proteína G hetero – trimétricos, ubicados en la membrana plasmática. Dicho receptor está conformado por dos subunidades: α y β. Dependiendo de la subunidad a la que se una la hormona, se activará una determinada vía de señalización (porque está acoplado a diferentes proteínas G) mediadas por segundos mensajeros: • Si interacciona con la proteína Gs, se activa la vía de Adenilato ciclasa – AMPc: las diferentes acciones que provoca su activación llevan al crecimiento, tanto en número como tamaño de células de la glándula. Si esta estimulación no es regulada correctamente, puede presentarse bocio. ¿Por qué la glándula tiroides puede almacenar hormona y otras glándulas no pueden? Se estableció como teoría que originalmente los mamíferos acuáticos, poseían una glándula tiroidea sin la capacidad de almacenar, ya que a nivel del mar las concentraciones de iodo son mayores. En conclusión, no necesitaban la función de almacenar. Pero, a partir de la evolución, los organismos se alejaron de la vida marina y, consecuentemente, las cantidades de iodo disminuyeron. Por eso, como respuesta adaptativa, la glándula tiroides desarrolló la capacidad de almacenar hormonas tiroideas. • Si interacciona con la proteína Gq, se activa la vía de la Fosfolipasa C: esta vía lleva a la estimulación de los diferentes pasos implicados en la biosíntesis de hormonas tiroideas, principalmente el atrapamiento de iodo, y generación de peroxidasas, a partir de la oxidación de la glucosa y obtención de NADPH. El sistema hipotálamo – hipófisis – tiroides es regulado por servomecanismos. El más importante es un mecanismo de retroalimentación largo directo negativo, por el cual el nivel de tiroxina (T4) libre y de tri – yodo – tironina (T3) libre en el plasma actuarían directamente sobre la hipófisis, impidiendo la liberación de TSH y disminuyendo la expresión de los receptores para TRH, y sobre el hipotálamo, inhibiendo la liberación de TRH. Cuando el nivel de hormonas tiroideas en sangre desciende, aumenta la secreción de tirotropina, su concentración en sangre y su excreción urinaria. A la inversa, un exceso de tiroxina disminuye la secreción de TSH, su concentración en sangre y su excreción urinaria. El mecanismo inhibidor lo ejercería la T3 libre sobre los receptores nucleares de las células tirotropas hipofisaria y a nivel hipotalámico. Esa T3 libre proviene de dos fuentes: T3 y T4 plasmática, esta última des – yodada en las células tirotropas e hipotalámicas, por medio de des – halogenasas. • Autorregulación tiroidea o Efecto de Wolff – Chaikoff: Se denomina autorregulación tiroidea al conjunto de mecanismos que permiten a la glándula tiroides adaptarse a las variaciones del aporte de yodo al organismo. ➔ En caso de disminución del aporte de yodo se produce hipertrofia de la tiroides y aumento de la función tiroidea. Esta se manifiesta por mayor captación de yoduros, mayor organificación y síntesis de tiroxina (T4) y tri – yodo – tironina (T3). ➔ En cambio, si el organismo recibe un exceso de yodo se deprime la función tiroidea. Esta disminución se manifiesta por una menor captación de yoduros, menor organificación (efecto Wolff – Chaikoff; es transitorio) y síntesis de tiroxina y tri – yodo – tironina. Biosíntesis de las hormonas tiroideas: El yodo ingresa al organismo ya sea con la dieta o con los medicamentos. Cuando la ingestión es menor se produce el bocio endémico. El yodo ingerido en forma orgánica o inorgánica se convierte en yoduro en el tracto gastrointestinal y posteriormente es absorbido. Este ion constituye el principal factor necesario para la síntesis de hormonas tiroideas. La tiroides produce principalmente T4 y cantidades menores de T3 y T3 reversa (ver más adelante), que segrega a la sangre. Estas hormonas tiroideas provienen de una gran prohormona almacenada en el coloide folicular, llamada tiroglobulina. Una molécula de tiroglobulina tiene 120 residuos de tirosina, de los cuales 40 son yodados, pero solamente 4 a 8 participan en la formación de tiroxina. En otras palabras, una molécula de tiroglobulina es prohormona de 2 a 4 moléculas de tiroxina. Las células folicularesde la tiroides poseen una bipolaridad funcional. Su polo basal está en contacto con los capilares sanguíneos: de ellos reciben yoduro y aminoácidos y hacia ellos segregan T4 y T3 que pasan a la sangre. Su polo apical se halla en contacto con el coloide folicular, el cual está formado por la tiroglobulina. Pueden distinguirse los siguientes pasos en el proceso de biosíntesis y liberación a la sangre de las hormonas tiroideas T3 y T4: • TRANSPORTE DE YODUROS A TRAVÉS DE LA MEMBRANA BASAL POR ACCIÓN DE UNA BOMBA IÓNICA: la entrada de yoduro (I-) en la célula tiroidea se produce en contra de un gradiente electroquímico y es posible gracias a un cotransportador de I-/2Na+, llamados NIS. Este transporta Na+ y I- al interior de la célula gracias al gradiente de Na+ generado por la bomba Na+ – K+ ATPasa. La Ritmo de secreción: Las hormonas tiroideas presentan un ritmo de secreción circadiano, es decir, que presentan variaciones en los niveles secretados en un lapso de 24 horas. Los mayores niveles plasmáticos de estas hormonas ocurren en las primeras horas de sueño. captación de yodo por la tiroides es interferida por ciertos aniones monovalentes, especialmente perclorato (ClO4-) y tiocianato (SCN-), por inhibición competitiva. • SÍNTESIS DE TIROGLOBULINA EN EL RETÍCULO ENDOPLASMÁTICO DE LAS CÉLULAS FOLICULARES: tras la transcripción y el procesamiento del ARNm de la tiroglobulina, éste es traducido por los ribosomas en el retículo endoplasmático rugoso. La cadena polipeptídica de tiroglobulina es expulsada al lumen del retículo endoplásmico. Durante su paso por el aparato de Golgi se glucosila progresivamente. La molécula de tiroglobulina glucosilada se empaqueta en vesículas, saliendo así del aparato de Golgi. Estas vesículas se funden con la membrana apical que bordea el lumen folicular, liberando su contenido al mismo. La síntesis de la tiroglobulina (tanto el proceso transcripcional como el de traducción) y su exocitosis al lumen folicular están bajo el control principal de la TSH. • YODACIÓN DE LA TIROGLOBULINA EN LA INTERFASE ENTRE EL BORDE APICAL DE LA CÉLULA Y EL COLOIDE FOLICULAR: para lograr la yodación de la tiroglobulina, es necesario cumplir con varios pasos. En principio, el yoduro atraviesa la membrana apical por medio de un transportador llamado pendrina. Ahora sí, el resto de los acontecimientos ocurren a nivel del coloide. Una enzima ubicada en la membrana apical de la célula folicular, llamada tiro – peroxidasa (TPO), la cual es una proteína integral de membrana cuyo sitio catalítico se sitúa hacia el coloide, en presencia de H2O2 (peróxido de hidrógeno) cataliza la oxidación del I- a un estado reactivo de mayor valencia, para ser incorporado a los residuos de tirosina de la tiroglobulina (proceso también catalizado por TPO en presencia de H2O2). El yodo se une a la posición 3 de la molécula de tirosina, que da lugar a la formación de 3 – mono – yodo – tirosina o MIT. Esta es luego yodada en posición 5 y se transforma en 3, 5 – di – yodo – tirosina o DIT. Por la condensación de dos moléculas de DIT, se obtiene la tiroxina (T4); de la condensación de una molécula de MIT con una de DIT resulta la 3, 5, 3’ – tri – yodo – tirosina (T3), en tanto que la condensación de una molécula de DIT con una molécula de MIT produce 3, 3’, 5 – tri – yodo – tirosina (T3 reversa). Las condensaciones también son catalizadas por TPO. • ALMACENAMIENTO DE LA TIROGLOBULINA: así, una vez que la tiroglobulina se encuentra yodada, se acumula y almacena en el coloide. La TSH estimula la fagocitosis de la tiroglobulina yodada hacia el interior de las células foliculares a partir del coloide tiroideo. • HIDRÓLISIS DE LA TIROGLOBULINA: los fragmentos de tiroglobulina yodada fagocitados en forma de gotitas de coloide, pasan a los lisosomas, donde se realiza la proteólisis de la tiroglobulina. Como producto, en la luz del liso endosoma habrá residuos de MIT, DIT, T3 y T4. Al terminar, los residuos pasan al citoplasma y la MIT y DIT son des - halogenados por la enzima des – halogenasa, sin afectar las hormonas de T4 ni T3. El yodo liberado, vuelve al coloide por medio del transportador pendrina. • LIBERACIÓN DE HORMONAS TIROIDEAS A LA SANGRE, QUE ATRAVIESA LA CÉLULA HASTA EL BORDE BASAL: la tiroxina y tri – yodo – tironina liberadas en el paso anterior se redirigen por difusión pasiva a la membrana basal de la célula folicular y pasan a la sangre. Hormonas tiroideas en circulación: Vertidas al plasma, la T4 y T3 son distribuidas por el torrente sanguíneo a los distintos tejidos donde, T3 o T4 transforma en tri – yodo – tironina van a ejercer su acción. No circulan como yodo – aminoácidos libres, sino que son trasportados por proteínas específicas. La globulina de unión a la tiroxina o TBG es la que tiene mayor afinidad por la T4 y transporta un 70% de este yodo – tironina. Por otra parte, la albúmina tiene una afinidad por la T4 menor que la TBG, pero gracias a su alta concentración en suero, transporta un 20% de la T4. Las dos proteínas tienen bastante menor afinidad por la T3 que por la T4. Es importante aclarar que sólo una pequeña cantidad tri – yodo – tironina circula en el torrente sanguíneo de forma libre (sin estar unida a proteínas); siendo ésta la que ejerce las acciones fisiológicas en los tejidos periféricos y que, como ya dijimos antes, al actuar sobre la hipófisis, inhiben la secreción de tirotropina o TSH. La globulina de unión a la tiroxina o TBG aumenta por administración de estrógenos y en el embarazo e hipotiroidismo, y disminuye por tratamiento con metil – testosterona, glucocorticoides, en la nefrosis e hipertiroidismo. Mecanismos de acción de hormonas tiroideas: Mecanismo de acción de T3: Los receptores de hormonas tiroideas presentan afinidad sólo por T3, de forma que es esta hormona la única yodo – tironina que posee acciones a nivel periférico. En gran parte, T3 se origina a partir de T4 mediante la acción de desyodasas intracelulares. La mayoría de sus acciones son efectos genómicos. Una vez salen del plasma, las hormonas tiroideas ingresan a las células blanco mediante transportadores de membrana. En el citoplasma se unen a receptores de hormonas tiroideas (TR), expresados en todos los tejidos del cuerpo. El complejo hormona tiroidea – TR genera un heterodímero en asociación con el receptor X de retinoides (RXR). En su conjunto, el heterodímero se une a elementos de respuesta del ADN, para activar o reprimir la transcripción de genes específicos. También se han observado efectos mitocondriales (estimulación de la síntesis de ciertas proteínas para aumentar la fosforilación oxidativa) o efectos no genómicos (efectos rápidos; involucran el transporte de ciertos iones, el tráfico de proteínas intracelulares y la regulación de algunas enzimas proteínas – quinasas). Funciones de las hormonas T3 y T4: En líneas generales se puede decir que las hormonas tiroideas ejercen claros efectos morfogenéticos y un papel muy importante en los procesos de crecimiento, diferenciación y desarrollo; regulan a lo largo de la vida numerosos procesos metabólicos, como el consumo de oxígeno, la termogénesis, el balance mineral y la síntesis y degradación de proteínas, carbohidratos y lípidos. Resulta difícil dar una versión completa y resumida de los múltiples efectos de las hormonas tiroideas en el organismo y la mayoría de los autores lo hace refiriéndose a las manifestaciones de hipotiroidismo o de hipertiroidismo. Los principales órganos o tejidos diana de las hormonas tiroideas son el sistema nervioso central (SNC), hígado, riñón, músculo esquelético, cardíaco, tejido adiposo y hueso. • Crecimiento y hueso: los efectos de las hormonas tiroideas sobre el crecimiento longitudinal no se ejercen directamente sobre el hueso, sino que se deben, indirectamente, a un efecto en las célulassomatotropas de la adenohipófisis, en las que la T3 activa de forma directa al gen de la GH. Como consecuencia aumenta su secreción, que a su vez estimula la IGF – 1. En cambio, los efectos sobre la maduración de los huesos sí son directos. En dosis fisiológicas, las hormonas tiroideas estimulan la actividad de los osteoblastos (encargados de la síntesis del tejido óseo), pero en dosis elevadas estimulan la de los osteoclastos, promoviendo la resorción ósea. En la especie humana, el efecto de la hormona tiroidea sobre el crecimiento se manifiesta sobre todo en los niños en edad de desarrollo. • Metabolismo energético: un efecto característico de las hormonas tiroideas es el aumento de la utilización de O2, debido a la estimulación del número y tamaño de mitocondrias, síntesis proteica y de las enzimas involucradas en la fosforilación oxidativa (principalmente la ATPasa dependiente de Na+/K+; su actividad también disipa calor) en los tejidos metabólicamente activos (aumento de la termogénesis sin desacople de la fosforilación oxidativa). Estos procesos requieren energía e incrementan la cantidad de calor producida por el organismo, por lo que se ha propuesto que quizá constituya uno de los mecanismos mediante los cuales la hormona tiroidea eleva el metabolismo. En conclusión, el aumento del metabolismo basal puede explicarse a través de los efectos que Ayuno y T3 reversa: La desyodación de T4 en la posición 3’ da T3 reversa que, como se mencionó, es inerte. En el ayuno, aún más si es prolongado, la concentración en sangre de T3 disminuye mientras que T3 reversa aumenta. Esto es importante ya que T3R disminuye la tasa metabólica para evitar el gasto energético y favorecer la preservación de la energía. provocan las hormonas tiroideas a nivel del metabolismo de hidratos de carbono, el sistema cardiovascular y tejido adiposo. • Efecto calorigénico: las hormonas tiroideas son necesarias para la estimulación de la termogénesis facultativa dependiente del tejido graso pardo, fundamental en la defensa del organismo contra el frío; mecanismo importantísimo para la termorregulación en el recién nacido, aunque en el humano adulto no está bien definida su importancia. La generación de calor por parte de las hormonas tiroideas se produce sobre todo mediante el estímulo de la síntesis de la proteína desacoplante de tipo 1 (UCP-1), presente en la grasa parda. En el recién nacido, el frío es un estímulo potente para la secreción de hormonas tiroideas. La T3, al igual que las catecolaminas (por unión a receptores β – adrenérgicos) aumentan la expresión de la UCP – 1 a nivel de la membrana interna mitocondrial y, en consecuencia, la respiración mitocondrial en el tejido adiposo pardo al estimular este mecanismo de desacoplamiento. Esta enzima bloquea la fosforilación oxidativa (es decir, los H+ acumulados en el espacio intermembrana no atraviesan la ATP sintasa, hacia la matiz mitocondrial, para la síntesis de ATP), sino que vuelven a la matiz a través de UCP – 1, actuando como un canal iónico. Este pasaje de iones H+ disipa calor. • Tejido adiposo: las hormonas tiroideas estimulan la lipólisis por efecto directo y por la estimulación de receptores β – adrenérgico en los adipocitos. En consecuencia, los lípidos se movilizan con rapidez del tejido adiposo, lo que disminuye los depósitos de grasas. Su movilización del tejido adiposo incrementa asimismo la concentración plasmática de ácidos grasos libres y acelera considerablemente su oxidación por las células. También aumenta el número de receptores para las lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la superficie celular e incrementa el metabolismo intracelular del colesterol. • Sistema cardiovascular: las hormonas tiroideas actúan directamente sobre los vasos sanguíneos provocando vasodilatación. En consecuencia, se produce una disminución de la resistencia periférica y la presión arterial diastólica. Esto favorece la activación del sistema renina – angiotensina aumentando la volemia y el retorno venoso. Esto generará un aumento del volumen de fin de diástole, generando un aumento de la precarga y, por tanto, del volumen sistólico (mecanismo de Frank – Starling). A su vez, las hormonas tiroideas tienen diversos efectos genómicos a nivel del músculo cardíaco, promoviendo un efecto cronotrópico e inotrópico positivo. Por un lado, favorecen la expresión de receptores β – adrenérgicos aumentando la sensibilidad de este tejido a la acción de la descarga simpática (noradrenalina). Por otra parte, regula de forma positiva la expresión de proteínas regulatorias y estructurales a nivel de los cardiomiocitos, como la cadena pesada de la miosina y SERCA. En cambio, las hormonas tiroideas regulan de forma negativa a la proteína inhibitoria de SERCA, denominada fosfolanbam, contribuyendo de esta manera a acelerar la recaptación de calcio al retículo sarcoplásmico y la recuperación diastólica. En última instancia, los cambios hemodinámicos mencionados determinan un mayor gasto cardíaco destinado a favorecer el aporte de oxígeno y combustibles a los tejidos cuya tasa metabólica aumenta también por efecto de estas hormonas. • Sistema Nervioso Central (SNC): las acciones sobre el sistema nervioso central son extremadamente importantes, especialmente durante el desarrollo. Actualmente se piensa que las hormonas tiroideas influyen en el desarrollo del cerebro humano en el embarazo y recién nacido. Uno de los principales procesos regulados por la hormona tiroidea es la mielinización, necesaria para un correcto funcionamiento del cerebro, mediante efectos en la diferenciación de oligodendrocitos y el control temporal de la expresión de los genes de mielina. • Metabolismo de hidratos de carbono: la hormona tiroidea estimula casi todas las fases del metabolismo de los hidratos de carbono, entre ellos, la rápida captación de glucosa por las células (efecto hipoglucemiante), el aumento de la glucólisis, el incremento de la gluconeogénesis, una mayor absorción en el tubo digestivo e incluso una mayor secreción de insulina, con sus efectos secundarios sobre el metabolismo de los hidratos de carbono. Toda esta actividad obedece, probablemente, a la expresión general de las enzimas metabólicas celulares producida por la hormona tiroidea. Al potenciar las acciones de las catecolaminas, las hormonas tiroideas pueden estimular su efecto glucogenolítico. • Músculo esquelético: la síntesis proteica (anabolismo proteico) se estimula por niveles fisiológicos de hormonas tiroideas. Esto provoca un efecto positivo de las hormonas tiroideas sobre el crecimiento corporal. Sin embargo, en presencia de excesos importantes en los niveles de hormonas tiroideas se produce un estímulo del catabolismo proteico. • Sistema respiratorio: el incremento del metabolismo eleva la utilización de oxígeno y la formación de dióxido de carbono; estos efectos activan todos los mecanismos que aumentan la frecuencia y la profundidad de la respiración. Las hormonas tiroideas son esenciales para el desarrollo humano normal, como queda crudamente ilustrado por la lamentable enfermedad del cretinismo en regiones en las que la deficiencia de yodo es endémica. El cretinismo se caracteriza por discapacidad intelectual profunda, estatura corta, retraso del desarrollo motor, cabello denso y áspero, y abdomen protuberante. Aunque suele quedar eclipsado por el deterioro cognitivo del desarrollo que aparece en el cretinismo, también se produce enanismo debido a los efectos de la deficiencia de hormona tiroidea sobre el crecimiento humano. Si el hipotiroidismo se diagnostica y se trata en los 7 – 14 días de vida, el desarrollo (incluso el mental) cursa casi con normalidad. ¿Qué es la pesquisa neonatal? Es un análisis bioquímico que sirve para detectar enfermedades o desórdenesen los recién nacidos cuyos síntomas clínicos no se hacen evidentes hasta que el daño irreversible ha ocurrido y para los cuales existe tratamiento como, por ejemplo, el hipotiroidismo. Para realizarla es necesario obtener una muestra de sangre por punción del talón a todos los recién nacidos vivos entre las 48hs y el 5° día de vida (previo al alta neonatal), 24hs después de que el niño haya empezado a alimentarse. • Sistema digestivo: como ya dijimos antes, estimula la captación de monosacáridos, pero, además aumentan las secreciones digestivas, motilidad del aparato digestivo, el apetito y consumo de alimentos. A continuación, se resumen los efectos fisiológicos de T3, tanto genómicos como no genómicos: Efectos fisiológicos de las hormonas tiroideas TEJIDO EFECTO MECANISMO Corazón Automatismo (frecuencia) Incrementan el número y la afinidad de los receptores β – adrenérgicos. Contractibilidad Aumenta la respuesta a las catecolaminas circulantes. Tejido adiposo Catabólico Estimula la lipólisis Músculo Catabólico Estimula la degradación de las proteínas. Hueso Desarrollo Promueven el crecimiento y desarrollo esquelético normales. Sistema Nervioso Desarrollo Promueve el desarrollo encefálico normal, estimulando la síntesis de mielina y mejorando la conducción nerviosa (en caso contrario, puede aparecer el Cretinismo). Tracto gastro - intestinal Metabólico Aumenta la motilidad y las secreciones. Lipoproteína Metabólico Aumenta el número de los receptores de LDL en el hígado Otros Calorígeno Estimula el consumo de oxígeno por parte de los tejidos metabólicamente activos, a excepción de testículos, bazo, retina y pulmones. Incrementa el metabolismo basal. METABOLISMO BASAL El metabolismo basal es la energía que se consume en las actividades mecánicas de sostén de diferentes procesos vitales, como es la respiración, la circulación de la sangre, la conservación de la temperatura corporal y entre otros procesos. Este metabolismo basal es altamente sensible al estado tiroideo. En definitiva, el metabolismo basal es la energía necesaria para el mantenimiento de las funciones orgánicas normales y homeostáticas. Por otra parte, la tasa ¿Cuáles son las condiciones basales? ¿De qué dependen? Despierto, en un ambiente tranquilo, reposo completo, descansado (física y mentalmente), temperatura entre 20 – 23 °C, con un ayuno de 12 – 16 horas, tras horas de haber realizado ejercicio físico activo. El metabolismo basal no sólo depende de las condiciones basales definidas, sino también de la edad, sexo, estatura, estado de vigilia – sueño, ingesta de alimentos, enfermedades, fiebre, crecimiento, embarazo y lactancia, temperatura y trastornos en la función tiroidea del individuo. metabólica basal sería el gasto metabólico en condiciones de reposo y ambientales muy concretas, por unidad de tiempo. En cuanto al parámetro TMR (tasa metabólica en reposo o gasto energético en reposo) es una tasa estable del metabolismo energético, en condiciones de mínimos estrés ambiental y fisiológicos, medido 3 o 4 horas después de comer. En la práctica, la tasa metabólica basal y el gasto energético en reposo difieren menos de un 10%, por lo que ambos términos pueden ser intercambiables. ¿Cómo podemos determinar la tasa metabólica? Se pueden realizar mediante calorimetría, la cual permite cuantificar la energía que genera nuestro cuerpo, durante las fases de reposo y de esfuerzo. Pero, la calorimetría directa (utilizada en investigación) tiene un inconveniente casi insalvable; requiere introducir a la persona en una campana que mide la temperatura muy rigurosamente y constatar, mediante un proceso térmico muy complejo, cuántas calorías está quemando. En cambio, la calorimetría indirecta (utilizada en la clínica) permite conocer el índice metabólico de nuestro cuerpo mediante el análisis y determinación del consumo de oxígeno y dióxido de carbono. La calorimetría indirecta se realiza a través de una prueba de esfuerzo con análisis de gases. TERMORREGULACIÓN ¿Qué se entiende por temperatura? La temperatura es una magnitud física que refleja la cantidad de calor, ya sea de un cuerpo, un objeto o el medio ambiente. Dicha magnitud está vinculada a la noción de frío (ósea, menor temperatura) y calor (mayor temperatura). ¿Qué es la temperatura corporal? La temperatura corporal es la medida relativa de calor o frío asociado al metabolismo del cuerpo humano y su función es mantener activos los procesos biológicos. Las temperaturas excesivamente altas o muy bajas pueden modificar las tasas metabólicas, alterar la función de los órganos y provocar daños en los tejidos. Por lo tanto, la regulación de la temperatura corporal (balance entre la ganancia y la pérdida de calor) es un parámetro vital para la homeostasis corporal. Tradicionalmente, se considera que el valor promedio de la temperatura corporal normal tomada oralmente oscila alrededor de los 37°C. A su vez, se puede categorizar en central o de núcleo y temperatura periférica superficial: - Temperatura central: es la referida a los tejidos profundos, cavidad toracoabdominal. Debido a su difícil accesibilidad, se mide con termómetros de profundidad a través de la temperatura rectal, esofágica, membrana timpánica, sanguínea o del hipotálamo. Su rango normal fluctúa entre 36,5°C – 37,2°C. No obstante, la temperatura corporal central varía en función de la hora del día, siguiendo un ritmo circadiano (con un pico durante el día y una baja por la noche) y, en el caso de las mujeres, también guarda relación con el momento del ciclo menstrual en el cual se encuentre. Asimismo, la forma física, el estrés agudo, la edad, el sexo, la alimentación y los hábitos de sueño también influyen en la temperatura corporal central. - Temperatura periférica: es la referida a los tejidos superficiales, incluyendo la piel, tejido celular subcutáneo, tejido adiposo blanco y masa muscular. Se manifiesta en la piel como consecuencia del contacto con el medio externo ambiental, con el tejido celular subcutáneo y la masa muscular. Se mide a través de la temperatura de la axila o boca normalmente, y se registra con los termómetros convencionales (o superficiales). En resumen, la temperatura corporal (que depende de la central y periférica) cambia por diferentes causas y su regulación requiere de diferentes mecanismos que llevan a la producción de calor (o termogénesis) y otros a la pérdida de calor (o termólisis). Mecanismos de regulación de la temperatura – Termorregulación Los mecanismos de la termorregulación se pueden clasificar en aquellos de tipo reflejo (o autonómico) y de conducta (o voluntarios). En los mecanismos tipo reflejo, el sistema nervioso autónomo activa una serie de respuestas termorreguladoras ante los cambios de la temperatura corporal de forma automática y sin intervención de la voluntad del sujeto. En cambio, en los mecanismos de conducta, el sujeto es consciente de tomar ciertas decisiones cuando siente que pierde su confort térmico, aunque su temperatura corporal no necesariamente varía. El sistema que regula los distintos mecanismos de la termorregulación está constituido por: - RECEPTORES: tanto cutáneos y profundos, ubicados en piel y vísceras respectivamente. Los primeros censan variaciones de la temperatura externa, mientras que los segundos de las variaciones internas. La información de los receptores del calor es transmitida por las fibras de tipos de C (amielínicas), es decir, siguen las mismas vías que el dolor; la información de los receptores del frío se transmite por las fibras del tipo A δ. Estos receptores, tanto cutáneos como profundos, se clasifican en receptores de calor o de frío, dependiendo de la información que envíen al centro termorregulador. - CENTRO INTEGRADOR: localizado en el hipotálamo, cuya misión es recibir e integrar la información deun punto de referencia codificado por el propio sistema nervioso central. En el área preóptica del hipotálamo existen diversos grupos de neuronas que reciben la información proveniente de los distintos receptores, permitiendo integrar la información y comparar con el set point del termostato interno que posee. Así, enviar una respuesta eferente para mantener constante la temperatura central del organismo. En su conjunto, estos distintos grupos constituyen el centro termorregulador (centro integrador). Estos tres grupos de neuronas se dividen en: C, F e I. Las neuronas I constantemente mantienen una sinapsis excitatoria con las neuronas F, las cuales se encuentran en el hipotálamo posterior y se encargan de activar los mecanismos destinados a la ganancia de calor por estimulación del sistema nervioso simpático. Por último, el grupo de neuronas denominadas C se ubican en el hipotálamo anterior y se encarga de activar los mecanismos destinados a la disipación de calor por estimulación del sistema nerviosos parasimpático. A éstas últimas les llegan aferencia tanto de receptores de la piel como vísceras, tanto para el frío como el calor. Si la información proviene de receptores para el calor, las neuronas C estarán estimuladas, ejerciendo una doble función: inhibir las neuronas F y estimular los mecanismos de disipación del calor. En cambio, si la información proviene de receptores para el frío, las neuronas C estarán inhibidas y, consecuentemente, las neuronas F estarán estimuladas por las I. El resultado de esta operación genera las respuestas termorreguladoras apropiadas, tanto voluntarias como involuntarias, para ajustar o mantener constante la temperatura central del organismo. De esta forma, el hipotálamo activará distintos mecanismos, ya sea para generar y conservar calor o bien, perderlo o disiparlo: Respuestas fisiológicas al calor – Mecanismos involucrados en la pérdida de calor Es importante señalar que el ser humano es un organismo homeotermo (o endotermo), lo cual implica que, a pesar de grandes variaciones en la temperatura ambiental, la producción de calor interna equilibra la pérdida de calor por los mecanismos de radiación, conducción y convección, dando como resultado una temperatura corporal estable. Este equilibrio se conoce como balance o flujo calórico. • Pérdida de calor por radiación: La radiación hace referencia al movimiento de energía en forma de rayos infrarrojos entre el cuerpo y el medio externo u objetos más fríos, los cuales no necesariamente están en contacto directo con la superficie corporal. Se calcula que aproximadamente este mecanismo representa el 60% de la pérdida de calor corporal. • Pérdida de calor por convección: La convección consiste en la transferencia de calor desde el cuerpo hacia partículas libres en el ambiente como las de aire o agua. Estas partículas ganan energía calórica al interactuar con la superficie corporal y, posteriormente, cuando se separan son reemplazadas por otras partículas frías que, a su vez, ganan energía; de esa forma el ciclo se repite, generando pérdida de calor. Este mecanismo es responsable de hasta el 12% de la pérdida de calor. Si no hay aire más fresco para hacer el reemplazo, el proceso se detiene. Esto sucede, por ejemplo, cuando estamos en una habitación pequeña con muchas personas. • Pérdida de calor por conducción: La conducción corresponde a la pérdida de calor corporal que se da cuando objetos entran en contacto directo con la superficie del cuerpo. Este proceso genera que la temperatura del objeto y la del cuerpo se equilibren, y una vez esto sucede, evita que el sujeto continúe perdiendo energía calórica. Por este mecanismo, se puede llegar a una pérdida de calor corporal del 3%. Por lo tanto, la exposición del organismo al calor estimula una descarga PARASIMPÁTICA para activar los mecanismos de disipación del calor: - Vasodilatación (indirecta): los vasos sanguíneos cutáneos se dilatan, llevando a un aumento del retorno venoso desde las extremidades al corazón a través de venas superficiales. Esto permite que se produzca pérdida de calor por los mecanismos de radiación y convección. - Pérdida de calor por evaporación del sudor: La evaporación aumenta la pérdida de calor de la superficie del cuerpo y es una estrategia termorreguladora crítica en temperaturas ambiente que exceden la temperatura central (los procesos de radiación, conducción y convección se dirigen hacia el interior del cuerpo); el sudor enfría la piel y de forma secundaria los órganos internos. En este mecanismo, es determinante la humedad ambiental, dado que la presencia y elevación de ésta, evita la evaporación del sudor y, por tanto, el descenso de temperatura. Se estima que aproximadamente un 20% del calor corporal se pierde mediante este mecanismo. Además de estos mecanismos involuntarios, el hipotálamo también regula mecanismos voluntarios, informando a centros superiores la información brindada por los receptores del calor, para hacernos consientes y poder tomar decisiones al respecto: ponernos ropa liviana, por ejemplo. Respuesta fisiológica al frío – Mecanismos de producción y conservación de calor La temperatura corporal en el humano requiere para su mantenimiento la activación de mecanismos de producción y conservación del calor, que compense su pérdida constante por disipación al medio externo. Por lo tanto, en relación con los mecanismos de producción de calor podemos decir, en términos generales, que el gasto energético puede ser subdividido en dos categorías de termogénesis: termogénesis obligatoria y termogénesis facultativa. - Los procesos termogénicos obligatorios son esenciales para la vida de todas las células del cuerpo e incluyen los procesos que mantienen la temperatura del cuerpo constante y normal. El mayor componente de la termogénesis obligatoria es provisto por la tasa metabólica basal. También se considera un proceso termogénico obligatorio a la termogénesis inducida por el alimento y que deriva de la digestión, absorción y metabolismo de los nutrientes dietarios. - A diferencia de la termogénesis obligatoria, que ocurre continuamente en todos los órganos del cuerpo, la termogénesis facultativa puede ser rápidamente activada o desactivada, y tiene lugar sobre todo en dos tejidos: el músculo esquelético y el tejido adiposo marrón o grasa parda. Cuando disminuye la temperatura, se activa el hipotálamo posterior y, a través del sistema nervioso simpático se estimulan los mecanismos de generación y conservación de la energía. → MECANISMOS DE CONSERVACIÓN DEL CALOR: - Vasoconstricción: se produce la vasoconstricción de vasos sanguíneos cutáneos (superficiales). En consecuencia, la sangre retorna desde las extremidades al corazón vía venas profundas; por eso la piel se vuelve pálida con el frío. De esta forma, la temperatura cutánea disminuye y se acerca a la temperatura ambiental. Este efecto disminuye la pérdida de calor por conducción, convección y radiación. - Intercambio de calor por contracorriente: las arterias de los brazos y piernas corren paralelas a un conjunto de venas profundas pero su flujo es opuesto, en contracorriente, de manera que el calor de la sangre arterial que circula del núcleo a la periferia difunde hacia la sangre venosa que fluye de la periferia al núcleo. De esta forma, el calor es regresado a la región central del cuerpo. - Piloerección: la estimulación del sistema nervioso simpático provoca la contracción de los músculos erectores, ubicados en la base de los folículos pilosos, lo que ocasiona que se levante el pelo. La erección del pelo amplía la capa de aire en contacto con la piel disminuyendo los movimientos de convección del aire y, por lo tanto, se reduce la pérdida de calor. En el humano, al no tener pelaje, este mecanismo no es importante y produce lo que comúnmentese denomina piel de gallina. → MECANISMOS DE GENERACIÓN DE CALOR: - Termogénesis no tiritante (o no temblorosa): la activación del sistema nerviosos simpático, por parte de estímulos periféricos y termorreceptores centrales del hipotálamo posterior, pueden estimular la termogénesis en el tejido adiposo pardo y beige. La unión de la noradrenalina a los receptores β3 – adrenérgicos acoplados a proteína Gs, presente en estos tejidos, activa la vía de la adenilato – ciclasa. En última instancia, la PKA activa a varias lipasas para liberar ácidos grasos libres que serán utilizados como fuente energética tanto en tejidos periféricos como el propio tejido adiposo. En los adipocitos pardos y beige, aumenta el metabolismo oxidativo de estos ácidos grasos (por medio de la β – oxidación) pero se desacopla de la producción de ATP. Esto ocurre porque a través de los receptores β3 – adrenérgicos, también se estimula la expresión de proteínas desacoplantes en la membrana interna mitocondrial, principalmente de la UCP – 1. Esta proteína UCP – 1 permite el paso de hidrogeniones (H+) a través de la membrana mitocondrial interna sin producción de ATP, pero con disipación de calor. - Termogénesis tiritante (mecanismo de la tiritona): el músculo esquelético participa en la generación de calor, mediante la activación de las motoneuronas α y γ (de músculos opuestos) del asta anterior de la médula espinal, que producen contracciones musculares seriadas y repetitivas, conocidas como mecanismos de la tiritona, aumentando la generación de calor por aumento de la actividad celular muscular. No se realiza trabajo externo (movimiento), por lo cual toda la energía liberada al tiritar se transforma en calor. - Metabolismo basal: el hipotálamo detecta el descenso de temperatura y secreta TRH, que estimula a la adenohipófisis para que produzca y libere TSH que, a su vez, genera en la tiroides la secreción de tiroxina. Esta hormona, como se explicó anteriormente, se transforma en su forma activa, actuando a nivel celular y provocando un aumento metabólico que produce energía en forma de calor. Principalmente, el aumento del metabolismo basal se da por la estimulación de la utilización de O2 en los distintos tejidos (por aumento en número y tamaño de mitocondrias y enzimas involucradas en la fosforilación oxidativa), su acción sinérgica con las catecolaminas en la termogénesis no tiritante, y sus efectos a nivel cardiovascular (aumento del gasto cardíaco) y respiratorio (aumento de la frecuencia respiratoria). El tejido adiposo juega un papel fundamental en el balance energético en los mamíferos y en el humano. Durante los períodos de alta ingesta calórica, los adipocitos almacenan energía en forma de grasa, y esta grasa va a poder ser liberada posteriormente en forma de ácidos grasos libres, en periodo de restricción calórica. Este tejido adiposo está formado por células especializadas denominadas adipocitos, y se pueden dividir en tres grupos: marrones (o pardo), blancos y beige. - Tejido adiposo marrón o pardo: es metabólicamente muy activo y está especializado en producir calor mediante el proceso de la termogénesis. Se caracteriza por acumular muchas gotas de grasa, pero de pequeño tamaño, y además posee una amplia presencia de mitocondrias entre la grasa, que le dan ese color pardo tan característico, y expresan también la proteína UCP – 1. - Tejido adiposo blanco: tiene como misión la acumulación del exceso de energía en forma de grasa. Los adipocitos blancos tienen una forma esférica y son células con un gran tamaño variable, ya que la grasa acumulada en una sola vacuola que llega a ocupar un gran volumen citoplasmático, y con poca presencia de mitocondrias. - Tejido adiposo beige: tiene características anatómicas y funcionales intermedias entre la grasa parda y el tejido adiposo blanco. Se encuentra bastante disperso, especialmente en la región inguinal. Así como el depósito marrón, pueden llegar a expresar la proteína UCP 1. Poseen vacuolas de grasas, pero un valor intermedio entre el adiposo blanco y el pardo. Alteraciones de la Termorregulación • FIEBRE E HIPERTERMIA: La existencia de un trastorno del equilibrio térmico, debido a una modificación funcional, por ejemplo, del centro regulador hipotalámico, origina un estado anormal denominado fiebre. La fiebre es una elevación del valor de referencia de la temperatura corporal, en respuesta a citoquinas pirógenas, que actúan sobre el hipotálamo a través de receptores que estimulan cambios en ese valor. Durante la fiebre, el hipotálamo ajusta los procesos de regulación para mantener la temperatura del núcleo corporal en un valor nuevo, y este valor nuevo es más alto al llamado valor de referencia o punto de ajuste. Aunque aparentemente en un estado de fiebre los patógenos externos serían la razón, en realidad son factores propios liberados por células fagocítica, considerados como pirógenos internos o endógenos, los que producirían directamente el aumento de ese valor de referencia del centro termorregulador del hipotálamo. Según diferentes estudios, el mecanismo de la fiebre puede describirse y sintetizarse en la siguiente forma: 1) La detección de diferentes toxinas ya sea microbiana, factores mediadores de inflamación, infecciones, y a las que se le une una proteína inmunológica de reconocimiento. 2) Este complejo de unión de la toxina con la proteína inmunológica de reconocimiento se une a receptores de un macrófago, de lo que resulta en la síntesis y liberación de varios factores citocinéticos, como interleuquina 16 y el factor de necrosis tumoral α. 3) Esos factores citocinéticos son liberados a la circulación general y llegan a los órganos circuventriculares del cerebro. 4) Debido a que la barrera hematoencefálica es muy reducida, estos factores pueden atravesarla y unirse a receptores endoteliales en vasos o de células microgliales locales, activando a las enzimas fosfolipasa A2 y ciclooxigenasa 2 (vía del ácido araquidónico). 5) Finalmente, esas enzimas median la síntesis y liberación de las prostaglandinas de tipo E2. Pareciera que esas prostaglandinas E2 estimulan la producción de AMPc, que a su vez aumenta el set point o valor de referencia en el centro termorregulador hipotalámico. Este aumento del set point, indica al sistema nervioso central y periférico, convertir su energía en calor, por medio de cambios endocrinos, autónomos y conductuales. Por ello, sentimos frío cuando tenemos fiebre y conforme el cuerpo intenta igualar el valor de referencia más elevado. En cambio, la hipertermia resulta de una compensación incompleta del sistema termorregulador debido a una carga de calor impuesta, por ejemplo, por un ejercicio intenso en un ambiente caluroso. Durante el ejercicio físico la temperatura central del organismo va subiendo hasta alcanzar un nuevo nivel que es proporcional al metabolismo e independiente en un amplio rango térmico de la temperatura ambiente. La elevación de la temperatura central debe considerarse una elevación pasiva, debida al exceso de calor y no debida a un cambio del punto de referencia. Cuando el ejercicio progresa, la temperatura central alcanza un nuevo punto estable en un nivel más elevado, debido a que se ha llegado a un equilibrio entre el exceso de calor producido y su pérdida. La vía más importante de pérdida de calor por el organismo durante el ejercicio físico es la evaporación del sudor de la superficie de la piel. METABOLISMO FOSFO – CÁLCICO Introducción: El metabolismo del calcio y del fósforo está controlado por la parathormona, calcitonina y los metabolitos de la vitamina D, cuya acción coordinada mantiene unas concentraciones circulantes adecuadas para la fisiología celular y de todo el organismo en general. El calcio y fósforo son los principales constituyentesminerales del esqueleto, ya que éste contiene el 98% del calcio y el 80% del fósforo del organismo. El resto de ellos se halla en los tejidos blandos, excepto una pequeña parte que se encuentra en el plasma y el líquido extracelular. El aporte cálcico guarda relación con el tipo de dieta y se absorbe en el intestino, principalmente en el duodeno y el yeyuno, por medio de un transporte activo que involucra una ATPasa calcio dependiente y una proteína ligadora de calcio, llamada calbindina D. El calcio plasmático puede dividirse en tres fracciones: • Calcio ligado a las proteínas: no difusible; principalmente unido a albúminas y en menor proporción a las globinas. • Calcio difusible no ionizado: forma complejos con fosfatos, citratos y sulfatos. • Calcio iónico (Ca2+): también es difusible; es de especial importancia por ser el que participa en los intercambios con el hueso, riñón e intestino, y que interviene en el proceso de osificación. El hueso es una forma especializada de tejido conectivo que se caracteriza por poseer una sustancia intracelular calcificada. Tiene tres tipos de células asociadas con funciones específicas: - Osteoblastos: se encargan de la formación del hueso. - Osteocitos: se encargan de mantener el tejido vivo. - Osteoclastos: se encargan de la resorción ósea. Hay tres importantes procesos bioquímicos que tienen lugar en la interfase líquido extracelular – cristal óseo. Ellos son: ➔ Deposición ósea: es la formación de nuevo hueso, llevada a cabo por los osteoblastos. En ellos se sintetizan proteínas, proteoglicanos y otros compuestos que forman la sustancia fundamental del hueso. ➔ Intercambio iónico: intercambio entre el calcio iónico del líquido extracelular y el calcio intercambiable del hueso para mantener la calcemia. ➔ Resorción ósea: destrucción de hueso no intercambiable, para poder acceder a más calcio y fosfato. El proceso se debe a la acción de células osteolíticas (osteoclastos, etc.). Estas segregan enzimas que producen despolimerización de los mucopolisacáridos de la sustancia fundamental, hidrólisis del colágeno y disolución de los cristales. La calcemia está regulada por un equilibrio entre el calcio iónico plasmático y el calcio esquelético. Hay dos mecanismos homeostáticos que la regulan: ➔ El primer mecanismo, llamado fisicoquímico, consiste en un equilibrio entre el calcio ionizado del líquido extracelular y el calcio intercambiable del hueso. Al disminuir el ion calcio en el plasma, se disocian tanto el calcio ligado a las proteínas como el que forma complejos, y se libera calcio iónico. En una segunda etapa, el calcio intercambiable pasa del hueso al líquido extracelular. El mecanismo fisicoquímico es un proceso rápido de intercambio con una reserva de calcio de magnitud limitada, que compensa modificaciones rápidas de la calcemia. Es independiente de la paratiroides. ➔ El segundo mecanismo, llamado bioquímico, se halla en relación con el calcio no intercambiable del hueso y actúa a través de dos hormonas, la parathormona y la calcitonina. La parathormona aumenta la resorción ósea y la calcitonina la disminuye. De esta manera, cuando se produce hipocalcemia, aumenta la producción de parathormona y desaparece la calcitonina de la sangre, con lo cual aumenta la resorción ósea y se normaliza la calcemia. Por el contrario, cuando se produce hipercalcemia, aumenta la producción de calcitonina y desaparece la parathormona de la sangre, con lo que disminuye la resorción ósea y se normaliza la calcemia. Es un mecanismo lento con una reserva de calcio ilimitada, que permite mantener la calcemia normal de manera sostenida en casos de déficit o exceso de provisión de calcio al líquido extracelular. Existe otro mecanismo homeostático, que corresponde al aumento de la absorción intestinal de calcio en caso de hipocalcemia y a su disminución en la hipercalcemia. La elevación de la parathormona inducida por la hipocalcemia incremente la formación renal de la forma activada de la vitamina D, la 1, 25 – di hidroxi – vitamina D, que a su vez aumenta la absorción intestinal de calcio. A la inversa, la disminución de la parathormona inducida por la hipercalcemia aumenta la formación renal de la forma menos activa de la vitamina D, la 24, 25 – di hidroxi – vitamina D, y disminuye la forma más activa, con lo cual disminuye la absorción intestinal de calcio. Glándula paratiroides: Hormona parathormona La parathormona es un polipéptido producido por las células principales de las glándulas paratiroideas, que actúan como regulador de la homeostasis del calcio. Se forma a partir de una Conceptos: Se denomina hueso intercambiable a aquella fracción del hueso que se halla en constante intercambio iónico con el líquido extracelular. En cambio, se denomina hueso no intercambiable a aquella fracción que no está en intercambio iónico con el líquido extracelular. El calcio no intercambiable del hueso representa el 99% del calcio óseo. pre – prohormona, pero ninguna de estas dos aparece en sangre. La parathormona se almacena en gránulos de secreción y posee un efecto hipercalcemiante. Mecanismo de acción: Los receptores de parathormona en hueso y riñón son proteínas ligadas a una proteína G. La unión de esta hormona a su receptor provoca un cambio conformacional, permitiendo su separación de dicha proteína. Ésta activa a la enzima adenilato ciclasa, aumentando la síntesis de AMPc. El principal regulador de la secreción de parathormona es la calcemia. Su aumento y/o disminución es detectado por un sensor sensible a las concentraciones de Ca 2+, que se ubica en la membrana de las células paratiroideas. El aumento de la concentración de calcio en el líquido extracelular facilita, a través de una proteína G, la activación de la fosfolipasa C con la consiguiente formación de inositol trifosfato (IP3) y la liberación de Ca2+ desde organelas intracelulares en la célula paratiroidea. Esto, en conjunto con la activación de la proteína quinasa C (PKC), gracias a la acción del diacilglicerol (DAG), actúa como regulador final de la secreción de parathormona. Acciones fisiológicas: por medio de su acción directa sobre hueso y riñón, e indirecta en el intestino, la PTH evita la hipocalcemia y regula continuamente las concentraciones de calcio en el líquido extracelular su: ➔ Acción en el hueso: actúa directamente estimulando la resorción ósea. La unión de la parathormona a receptores expresados en la membrana plasmática de los osteoblastos estimula la liberación de diferentes agentes (como RANK) que se unirán a receptores ubicados en los precursores de osteoclastos para activar la vía de la enzima adenilato – ciclasa, aumentando la síntesis de AMPc. Esto aumenta la permeabilidad de los osteoclastos al Ca2+, permitiendo su ingreso pasivo. La entrada de este ion estimula la resorción ósea, ya que aumenta la actividad de los osteoclastos y la síntesis de diversas proteasas encargadas de digerir la matriz ósea. En consecuencia, iones calcio y fosfato provenientes del hueso no intercambiable, pasan al líquido extracelular. ➔ Acción en el riñón: favorece la reabsorción de calcio en el túbulo distal y colector, mediante el sistema del adenilato ciclasa – AMPc. A su vez, inhibe la reabsorción de fosfato a nivel del túbulo contorneado proximal, ya que inhibe el cotransporte H2PO4- /Na+. Además, estimula en las mitocondrias de las células túbulo – proximales la actividad de la 1 – α – hidroxilasa de la 25 – hidroxi – vitamina D, enzima que cataliza la formación de la 1, 25 – di hidroxi – vitamina D, el metabolito derivado de la vitamina D más activo biológicamente. ➔ Acción en el intestino: no actúa de forma directa en el intestino. Sin embargo, al estimular la síntesis renal de 1, 25 – di hidroxi vitamina D, favorecería indirectamente la absorción intestinal de calcio y fosfato.Vitamina D y sus derivados metabólicos Las vitaminas D2 y D3, o ergocalciferol y colecalciferol respectivamente, (en conjunto calciferoles), estructuralmente son esteroles (derivan del colesterol) y su principal acción fisiológica es mantener las concentraciones de calcio y fosfato adecuadas para la mineralización ósea y la función neuromuscular. Los calciferoles poseen un efecto hipercalcemiante. La metabolización, transporte, almacenamiento y actividad de las vitaminas D2 y D3 son semejantes. En cuanto a la vitamina D contenida en los alimentos, es absorbida en las porciones proximales del intestino delgado, incorporada por su carácter liposoluble a los quilomicrones y transportada por el sistema linfático para ser almacenada en el tejido adiposo, hígado y músculo. Tanto la vitamina D3 originada en la piel, como las D2 y D3 procedentes de esos depósitos, al pasar a la circulación son transportadas por una proteína ligadora de vitamina D, o transcalciferina. Transportada por esta proteína, la vitamina D es hidroxilada en su carbono 25 por la 25 – hidroxilasa localizada en microsomas y mitocondrias de los hepatocitos, originándose así la 25 – hidroxi vitamina D, o calcidiol, metabolito ya activo. A continuación, la 25 – OH – D (25 – hidroxi – vitamina D) también transportada por transcalciferina, es hidroxilada en riñón por la 1 – α – hidroxilasa, enzima presente en las mitocondrias de las células del túbulo contorneado proximal. Así se origina la 1, 25 – dihidroxi – vitamina D o calcitriol, metabolito de mayor actividad biológica de la vitamina D. Además de esa hidroxilación en el carbono 1, la 25 – OH – D también puede hidrolizarse en el riñón en su carbono 24, para originar 24, 25 – dihidroxi – vitamina D, de controvertido papel fisiológico. Mecanismo de acción: el receptor de 25 – OH – D y 1,25 – (OH)2 – D forma parte de la familia de receptores reguladores de la transcripción de genes, presente en citosol y en el núcleo de las células diana. Al combinarse con su receptor, esos metabolitos regulan la transcripción de genes que codifican la síntesis de PTH, calbindinas, 1 – α – hidroxilasa de la 25 – OH – D, y de proteínas ¿Por qué es importante la exposición del sol, de 10 a 15 minutos, en brazos y piernas, sin protector solar? Debido a que las vitaminas D2 y D3 son escasos en los alimentos en estado natural, el colecalciferol (vitamina D3) sintetizado en la piel constituye nuestra fuente primordial de vitamina D. ¿Cómo se sintetiza la vitamina D3 en nuestra piel? A partir del 7 – dehidrocolesterol (pro - previtamina D3), repartido por igual en el citoplasma de las células de la epidermis y dermis, se obtiene una previtamina D3 por exposición a la luz ultravioleta. Inmediatamente, se transforma en vitamina D3, pasa a los capilares de la dermis y luego a circulación. específicas producidas por las células óseas. Así mismo, poseen acciones no genómicas, como por ejemplo la activación de canales de calcio en la membrana del enterocito. Acciones fisiológicas: ➔ Acción en el intestino: tanto las 25 – OH – D como la 1,25 – (OH)2 – D favorecen la absorción intestinal de calcio. Este efecto se produce por tres vías: facilitando el paso de Ca2+ a través de canales ubicados en la membrana de las microvellosidades intestinales; mediante la síntesis en los enterocitos de proteínas citosólicas ligadoras de calcio o calbindinas, que lo transportan a la membrana basolateral de esas células; y estimulando el transporte de Ca2+ a través de la membrana basolateral y su paso a los capilares, por medio de una bomba Ca2+/Na+ - ATPasa. Además, estimula la absorción de fósforo, mediante la estimulación de la síntesis del cotransportador Na+/Pi (fosfato). ➔ Acción en el hueso:: la vitamina D posee, en primer lugar, una acción indirecta sobre el hueso, al facilitar mediante la absorción intestinal de calcio y, en menor medida, de fosfato, los materiales esenciales para la mineralización de su matriz orgánica. Sin embargo, la acción de la vitamina D en el hueso también es directa. Así, en los osteoblastos, células claves en la formación de hueso, existen receptores para 1, 25 – (OH)2 – D, a través de los que estimula la síntesis de proteínas no colágenas e inhibe la de colágeno. Simultáneamente, ese metabolito estimula la diferenciación de células hematopoyéticas precursoras hacia monocitos y la de fagocitos mononucleares hacia osteoclastos, vía por la que favorece la resorción ósea. ➔ Acción en el riñón : la 1, 25 – (OH)2 – D inhibe en el riñón la actividad de la 1 – α – hidroxilasa de la 25 – OH – D y, por lo tanto, su propia biosíntesis (autorregulación). A su vez, actúa en sinergia con la parathormona, aumentando la reabsorción de Ca2+ en el túbulo contorneado distal y la del fosfato. ➔ Acción en la paratiroides : las células paratiroideas poseen receptores para 1, 25 – (OH)2 – D, de forma que concentraciones elevadas de este metabolito regulan negativamente la transcripción del ARNm de la parathormona, inhibiendo su síntesis. En función de las necesidades de calcio, el paso de 25 – (OH) – D a 1, 25 – (OH)2 – D está controlado estrechamente por las concentraciones de este metabolito y PTH. De tal forma, la actividad de la 1 – α – hidroxilasa de la 25 – OH – D es inhibida por tasas altas de calcitriol y estimulada por la PTH. Calcitonina: La calcitonina es una hormona sintetizada y liberada por las células parafoliculares o C, presentes en la glándula tiroides. La hipercalcemia es el estímulo fisiológico más importante para la secreción de calcitonina. Su efecto hipocalcemiante permite normalizar la concentración del ion calcio. Sin embargo, y a pesar de ello, se duda de la trascendencia fisiológica de tal acción, dado que no se ha podido demostrar ninguna alteración bioquímica significativa o duradera, secundaria al exceso o defecto de la calcitonina. La calcitonina desaparece de la sangre durante la hipocalcemia. Acciones fisiológicas: ➔ Acción en el hueso: su acción principal es inhibir la resorción ósea. Se une a receptores específicos, sobre los cuales actúa por dos vías: por un lado, causa la retracción y separación de esas células de la superficie ósea; y, por otro, inhibe la producción de HCl (ácido clorhídrico) y enzimas proteolíticas, mecanismo por el cual los osteoclastos reabsorben el tejido óseo. ➔ Acción en el riñón: aumenta la excreción urinaria de calcio y fosfato, debido a que inhibe la reabsorción de ellos.
Compartir