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Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez S, Eliana Rodríguez O. UNIVERSIDAD DE CARABOBO Facultad de Ciencias de la Salud Escuela de Medicina Práctica Médica Valencia, 2017 Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 1 EXAMEN CARDIOVASCULAR SÍNTOMAS Y SIGNOS CARDIOVASCULARES Bradicardia/ Taquicardia Bradisfigmia/Taquisfigmia Cardiomegalia Cianosis Disnea Ortopnea Palpitaciones Síncope Soplos Nota: ver glosario de términos RECUENTO FISIOLÓGICO: EL CICLO CARDÍACO El ciclo cardíaco es el conjunto de fenómenos eléctricos y mecánicos, incluyendo los cambios de presión y de volumen de sangre, que tienen lugar en las cavidades cardíacas durante cada latido del corazón. Está compuesto por dos grandes fases: diástole, durante la cual las cavidades del corazón se relajan y se llenan de sangre, y sístole, en la cual los atrios y los ventrículos se contraen y expulsan sangre hacia los ventrículos y la circulación pulmonar y sistémica respectivamente. A su vez, la diástole está compuesta por: Relajación isovolumétrica: consiste en la relajación del miocardio ventricular y se llama isovolumétrica porque ocurre mientras las válvulas auriculoventriculares y sigmoideas están cerradas, por lo que el volumen intraventricular se mantiene igual y lo único que cambia es la presión dentro de éste, de manera que disminuye por debajo de la presión que hay en las aurículas. Una vez que la presión en las aurículas supera a la de los ventrículos, se abren las válvulas atrioventriculares y comienza el llenado ventricular. Llenado pasivo/rápido: en el cual la diferencia de presiones entre la aurícula y el ventrículo es muy grande y por eso la sangre pasa rápidamente. Llenado lento: las presiones empiezan a equipararse porque aumenta el volumen y la presión en el ventrículo, por lo que la sangre pasa más lentamente. Llenado activo (sístole auricular): las aurículas se contraen ligeramente para vencer el gran gradiente de presión y pasar el remanente de sangre. Al terminar de pasar la Ciclo cardíaco Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 2 sangre, y por ser mayor la presión en los ventrículos que en las aurículas, se cierran las válvulas AV produciendo el primer ruido (R1) La sístole se divide en: Contracción isovolumétrica: una vez que se cierran las válvulas AV, ocurre la contracción del miocardio ventricular y es isovolumétrica porque tanto las válvulas AV como las sigmoideas están cerradas, de manera que el volumen intraventricular se mantiene igual y lo único que ocurre es un aumento de la presión intraventricular. Una vez que la presión en los ventrículos supera la presión de la arteria que le sigue (Aorta para el VI, A. Pulmonar para el VD), se abren las válvulas sigmoideas. Eyección: consiste en la salida de sangre a través de las arterias, una vez que se han abierto las válvulas sigmoideas. Después de que ha salido cierta cantidad de sangre, las presiones en las arterias superan a las de los ventrículos, por lo que las válvulas aórtica y pulmonar se cierran, provocando el segundo ruido (R2) y se da de nuevo la relajación isovolumétrica. * En resumen podemos decir que la sístole transcurre entre el R1 y el R2, y que la diástole transcurre entre el R2 y el R1. EXAMEN FÍSICO Inspección: Se puede dividir sistemáticamente en el examen del pulso venoso y el de la región precordial. En este apartado sólo abordaremos el segundo punto. Examen de la región precordial La región precordial es toda la zona del tórax anterior sobre la cual se proyectan el corazón y los grandes vasos, para cuyo examen se coloca al paciente en decúbito dorsal y se observa de manera tangencial, iluminando con una linterna de ser necesario y sincronizando los eventos con el pulso arterial. En primer lugar, se evalúa la región paraesternal izquierda ubicada en el extremo esternal de los espacios intercostales izquierdos (EIC) 3°,4° y 5° donde se proyecta el ventrículo derecho. En condiciones normales debemos apreciar una retracción a este nivel que coincida con el pulso arterial, manifestándose de tal manera la sístole ventricular; por el contrario, en condiciones patológicas se pudiese evidenciar un latido. Posteriormente, se evalúa el área apical o mitral, que se ubica sobre el 4° o 5° espacio intercostal izquierdo a nivel de la línea medioclavicular (LMC) o 1-2cm por dentro, la cual corresponde a la proyección del ápex cardíaco. Normalmente se visualiza su latido, simultáneo con el pulso arterial, aunque es posible que en algunos individuos no sea visible. Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 3 Palpación: A través de esta se intenta percibir los movimientos observados, o no, durante la inspección. Se procede a colocar la región tenar e hipotenar de la mano derecha cubriendo la región paraesternal izquierda mientras con la mano izquierda se palpa el pulso arterial, de manera que se logre percibir una retracción que coincide con el pulso. A nivel del ápex se utiliza la yema de los dedos índice, medio y anular. Lo normal sería palpar el latido simultáneamente con el pulso, y en el lugar previamente descrito. En condiciones patológicas, como la cardiomegalia, es posible palpar el ápex por debajo y por fuera de su lugar habitual. Asimismo, se recomienda la palpación de algunos puntos donde sólo habrá hallazgos en condiciones patológicas como, p.ej., el latido epigástrico el cual se localiza con la mano de manera oblicua con el talón sobre el epigastrio y los dedos sobre el área precordial, siendo sugestivo de cardiomegalia el hecho de palpar un latido. Este latido puede ser visto a simple vista en la inspección, sobre todo en pacientes delgados. Percusión: La percusión rinde poco para delimitar al área que ocupa el corazón ya que, en alguna medida, se interpone pulmón. Sin embargo, durante la percusión del tórax anterior es posible percibir el área de submatidez cardíaca en el hemitórax izquierdo desde el 3° hasta el 4° o 5° espacio intercostal. Auscultación: La auscultación cardiaca es la acción de escuchar y analizar con una finalidad diagnóstica los sonidos originados por el accionar periódico del corazón. Puede realizarse con el método directo (colocando el pabellón de la oreja sobreel tórax), o el indirecto (usando el estetoscopio). Para auscultar, con el estetoscopio, se usa la membrana o diafragma en la mayoría de los casos, reservando la campana para buscar algunos ruidos de baja tonalidad. Asimismo, se palpa el pulso para sincronizar lo auscultado con el ciclo cardíaco. Con el paciente en decúbito dorsal en un lugar silencioso, se procede a colocar el estetoscopio sobre cada uno de los focos de auscultación, siguiendo un orden que simula una Z invertida (es decir, comenzando en el foco mitral y siguiendo orden de la siguiente tabla en sentido ascendente). Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 4 Focos de auscultación Foco aórtico 2° EIC derecho con línea paraesternal Foco pulmonar 2° EIC izquierdo con línea paraesternal Foco aórtico accesorio 3° EIC izquierdo con línea paraesternal Foco tricuspídeo 5° EIC izquierdo con línea paraesternal Foco mitral o apexiano 5° EIC izquierdo con línea medioclavicular La auscultación de los focos cardiacos nos permite: 1. El tricúspide: identificar mejor los ruidos que se generan en relación a la válvula tricúspide 2. El aórtico: reconocer mejor los ruidos que se generan en relación a la válvula aortica 3. El pulmonar: identificar mejor los ruidos que se generan en relación a la válvula pulmonar 4. El mitral: ayuda a tener una mejor idea global del funcionamiento del corazón y reconocer bien el primero y segundo ruido. Es de elección para reconocer el funcionamiento de la válvula mitral. Su auscultación mejora si se gira al paciente a un decúbito lateral izquierdo. Ruidos y silencios durante la auscultación cardíaca Además de determinar la frecuencia cardíaca mediante la auscultación, esta nos permitirá identificar las diferentes fases del ciclo cardíaco. Los hallazgos encontrados, por lo tanto deben describirse en el orden del mismo. Los ruidos cardiacos son sonidos cortos, bien definidos. Entre ellos, destacan especialmente el primer y segundo ruido: Primer ruido (R1): corresponde al cierre de las válvulas auriculoventriculares, por lo que se ausculta bien a nivel de los focos mitral y tricuspídeo. Este ruido determina el inicio de la sístole, por lo que es simultáneo con el pulso arterial. Lo normal es que el cierre de ambas válvulas sea al mismo tiempo, por lo que este debe ser un ruido único. Elaborado por: Colaboradores: Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana Cecilia Milanés, Andrea V. Rivero, María Laura Rivas, Andrea Rodríguez Sanna, Eliana Rodríguez O. 5 Sin embargo, en condiciones patológicas, puede haber aumento o disminución de alguno de sus componentes. Sístole: en condiciones normales, es el silencio comprendido entre el R1 y el R2. Segundo ruido (R2): corresponde al cierre de las válvulas sigmoideas aórtica y pulmonar, por lo que su auscultación es más clara en la base del corazón en los focos homónimos. Estos ruidos normalmente se desplazan o separan un poco con la respiración: durante la inspiración profunda, en relación al mayor retorno venoso al tórax, el cierre de la válvula pulmonar de retrasa y provoca lo que se conoce como desdoblamiento fisiológico del segundo ruido, mientras que al final de la espiración tienden a escucharse al unísono (único). En condiciones anómalas, pueden haber distintos tipos de desdoblamientos e incluso variaciones en la intensidad del ruido (por ejemplo, aumenta si existe hipertensión arterial sistémica o pulmonar y en cambio disminuye cuando hay insuficiencia valvular). Diástole: normalmente, es el silencio comprendido entre el R2 y el R1 del siguiente ciclo cardíaco. De esta manera, al final de la auscultación debe describirse cada uno de estos eventos, cuyo resultado en un paciente sano sería “R1 único, sístole silente, R2 único, diástole silente” Sin embargo, otros ruidos que se pueden escuchar, aunque con mucho menos frecuencia y en condiciones que no son necesariamente normales, son: Tercer ruido (R3): ocurre al comienzo de la diástole, después del R2, debido a la vibración de las paredes ventriculares como consecuencia de la desaceleración súbita de la sangre durante la fase de llenado pasivo rápido. Se puede encontrar en condiciones fisiológicas en muchos niños y en adultos jóvenes (menores de 30 años) y en el tercer trimestre de un embarazo pero también se escucha en algunas condiciones patológicas como insuficiencia mitral, miocardiopatía dilatada, entre otras. Ocasionalmente, en presencia de taquicardia, la secuencia del primero, segundo y tercer ruido producen una cadencia parecida al galope de un caballo que se conoce como galope ventricular o protodiastólico, y representa una alteración en la función sistólica ventricular. Cuarto ruido (R4): se escucha durante la diástole, inmediatamente antes del R1. Es producido por las vibraciones del miocardio ventricular debido a la desaceleración súbita de la sangre durante el llenado activo del ventrículo que ocurre durante la sístole auricular. Nunca se escucha en condiciones normales, es decir que su presencia indica siempre alguna patología como: estenosis aórtica o pulmonar, hipertensión arterial sistémica o pulmonar, entre otras. También, en presencia de taquicardia, se puede producir una cadencia de galope entre el cuarto, primer y segundo ruido conocido como galope auricular o presistólico que expresa una disminución de la distensibilidad ventricular.
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