Resumen de La ciencia del autor Bunge

Vista previa del material en texto

La ciencia. Bunge
La ciencia ha sido un instrumento valioso a lo largo de la historia para comprender, modificar y adaptar el mundo natural a las necesidades humanas. Mario Bunge, en su perspectiva, concibe la ciencia como una colección de ideas racionales, verificables y sujetas a falibilidad, que se utilizan para construir conceptos del mundo que nos rodea. Estos conceptos no solo han permitido mejorar nuestro entorno natural en función de nuestras necesidades, sino también generar creaciones materiales y culturales, lo que lleva a la aplicación de la ciencia en forma de tecnología.
Bunge diferencia dos tipos de ciencia: las ciencias formales y las ciencias fácticas. Las ciencias formales se centran en saberes racionales y sistemáticos, como la lógica y la matemática, que no tratan con hechos y no proporcionan información sobre la realidad. En cambio, las ciencias fácticas se ocupan de entidades empíricas, eventos y procesos concretos, y utilizan métodos de observación y experimentación para investigar.
En las ciencias formales, se trabaja con entidades ideales y abstractas que existen solo en la mente. A medida que se conectan estas entidades formales, se construyen relaciones complejas que no entran en conflicto con la realidad, ya que su significado fáctico no es inherente a ellas. Estas ciencias son aplicables en la vida cotidiana más que a la realidad misma.
En contraste, las ciencias fácticas se apoyan en hechos concretos y enunciados interpretados. La racionalidad es crucial aquí, pero la verificación a través de la experiencia es esencial. Bunge enumera quince características clave de las ciencias fácticas que abarcan su naturaleza factual, su interconexión lógica y su contribución a la comprensión y modificación de los fenómenos naturales y humanos.
Las ciencias fácticas son analíticas, descomponiendo problemas en elementos para luego reconstruirlos. Este enfoque permite comprender los mecanismos subyacentes y las interacciones entre las partes. Además, estas ciencias son sistemáticas, estableciendo conexiones lógicas entre ideas y generando teorías.
Bunge también destaca que las ciencias fácticas son comunicables, su conocimiento se transmite a través de un lenguaje especializado y preciso. La verificación empírica es crucial para estas ciencias; las hipótesis se prueban mediante observación y experimentación, y las explicaciones se construyen en base a leyes.
Las ciencias fácticas también se esfuerzan por ser predictivas, utilizando leyes y teorías para prever eventos futuros. Estas características permiten que la ciencia sea un sistema abierto y progresivo, siempre en búsqueda de la verdad y de herramientas que beneficien a la sociedad.
Para concluir, Bunge presenta una visión integral y estructurada de la ciencia, enfocándose en sus elementos esenciales y en su contribución al conocimiento y al avance de la sociedad. Su enfoque destaca la importancia de la objetividad, la metodología, la relación entre teoría y experiencia, y la utilidad práctica de la ciencia en la vida cotidiana y en la búsqueda de respuestas a los desafíos de la realidad.