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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-299

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El arroz es el principal alimento de cerca de dos terceras partes de
la población en la Tierra (FIGURA E13-3). Un tazón de arroz pro-
porciona una buena cantidad de carbohidratos y algunas 
proteínas; sin embargo, es una fuente deficiente de muchas 
vitaminas, incluida la vitamina A. Y a menos que la gente con-
suma suficientes frutas y verduras junto con el arroz, con fre-
cuencia sufren deficiencia de vitamina A. De acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud, más de 100 millones de ni-
ños muestran deficiencia de vitamina A; en consecuencia, cada
año, de 250,000 a 500,000 niños se quedan ciegos principal-
mente en Asia, África y América Latina. Especialmente en Asia,
la deficiencia de vitamina A afecta severamente a la gente po-
bre, ya que un tazón de arroz quizá sea todo lo que comen al
día. En 1999 la biotecnología ofreció un remedio probable: el
arroz sometido a ingeniería genética contenía niveles elevados
de beta-caroteno, que es un pigmento que le imparte al narci-
so sus brillantes colores amarillos y que el organismo humano
convierte fácilmente en vitamina A. 
El hecho de crear un arroz con altos niveles de beta-carote-
no no fue una tarea sencilla. Sin embargo, los fondos aportados
por el Instituto Rockefeller, el Programa de Biotecnología de la
Comunidad Europea y la Oficina Federal Suiza para la Educa-
ción y la Ciencia permitieron a los biólogos moleculares euro-
peos Ingo Potrykus y Peter Beyer enfrentarse a semejante labor.
Insertaron tres genes en el genoma del arroz, dos de narciso y
uno de bacteria. Las secuencias de DNA reguladoras se inclu-
yeron con los genes para controlar su expresión, de forma que
éstos se activaran en los granos de arroz. Como resultado, ese
“arroz dorado” sintetiza el beta-caroteno (FIGURA E13.4, par-
te superior derecha).
El problema era que el arroz dorado original tenía varias
desventajas. Primera, no producía suficiente beta-caroteno, de
modo que la gente tenía que consumir enormes cantidades 
de este arroz para obtener el requerimiento diario de vitamina
A. Segunda, las variedades de arroz dorado original crecían
bien sólo en ciertas regiones; para su uso mundial, los genes
deben insertarse en las variedades locales de arroz. Finalmen-
te, los pueblos que podrían resultar beneficiados por la mayo-
ría de las tecnologías transgénicas a menudo son demasiado
pobres para solventarlas.
Sin embargo, la comunidad del arroz dorado no se dio por
vencida. El primer avance, y quizás el más importante, lo logra-
ron no los científicos sino los hombres de negocios. La compa-
ñía biotécnica Syngenta y diversas empresas poseedoras de pa-
tentes han ofrecido tecnología (de forma gratuita) a los centros
de investigación en Filipinas, India, China y Vietnam, con la es-
peranza de que modifiquen las variedades de arroz nativo para
su uso local. Además, cualquier agricultor que produzca anual-
mente arroz dorado con un valor de menos de $10,000 no tie-
ne que pagar regalías a Syngenta ni a otra empresa poseedora
de una patente. 
Mientras tanto, los expertos en biotecnología de Syngenta
se dieron a la tarea de incrementar los niveles de beta-carote-
no. Aunque el narciso es una elección obvia para obtener ge-
nes que dirijan la síntesis del beta-caroteno, a final de cuentas
parece que no era la mejor elección. Los genes de jitomate, de
pimienta y en forma especial de maíz hacen que el arroz pro-
duzca más beta-caroteno. El arroz dorado 2, con genes prove-
nientes del maíz, produce 20 veces más beta-caroteno que el
arroz dorado original (compara el arroz de la parte superior de-
recha con el de la parte izquierda de la figura E13-4). Aproxima-
damente tres tazas de arroz dorado 2 cocinado deberían
proporcionar suficiente cantidad de beta-caroteno como para
igualar la cantidad diaria recomendada de vitamina A. La com-
pañía Syngenta donó arroz dorado 2 a la Oficina Humanitaria
para el Arroz, para que realice experimentos y plantaciones en
el Sudeste de Asia.
¿El arroz dorado 2 es la mejor forma, o la única, de resolver
los problemas de desnutrición en la gente de escasos recursos?
Quizá no. Por una parte, la dieta de mucha gente pobre es 
deficiente en muchos nutrimentos, no solamente de vitamina A.
Con el propósito de ayudar a resolver este problema, la Funda-
ción de Bill y Melinda Gates está donando fondos para la inves-
tigación de Peter Beyer, uno de quienes originaron el arroz
dorado, buscando aumentar sus niveles de vitamina E, hierro y
zinc. Además, no toda la gente pobre tiene acceso a cualquier
clase de arroz, y mucho menos al arroz dorado. En algunas re-
giones de África, el camote, y no el arroz, es la fuente básica pa-
ra obtener almidón. Con los esfuerzos recientes para persuadir
a esta gente de que consuma naranjas, en vez de camote blan-
co, se han incrementado de manera significativa sus niveles de
vitamina A. Finalmente, en muchas partes del mundo, los go-
biernos y las organizaciones humanitarias están implementando
programas masivos de aporte de vitamina A. En algunas regio-
nes de África y Asia, hasta el 80 por ciento de los niños reciben
grandes dosis de vitamina A varias veces durante su niñez tem-
prana. Algún día, estos esfuerzos combinados darán como re-
sultado un mundo donde ningún niño padecerá ceguera por la
carencia de un simple nutrimento en sus dietas.
Arroz doradoGUARDIÁN DE LA BIOTECNOLOGÍA
FIGURA E13-3 ¿Un campo de sueños?
Para cientos de millones de personas, el arroz proporciona la
fuente principal de calorías, pero no la cantidad suficiente de vi-
taminas y minerales. ¿La biotecnología puede mejorar la calidad
del arroz y, por consiguiente, la calidad de vida de esta gente?
FIGURA E13-4 Arroz dorado 
El arroz convencional sin cascarilla es blanco o muy pálido (parte
inferior derecha). El arroz dorado original (parte superior derecha)
era de un dorado tenue debido a un mayor contenido de beta-
caroteno. La segunda generación, el arroz dorado 2 (parte iz-
quierda), tiene un amarillo más intenso porque su contenido de
beta-caroteno es 20 veces mayor que el del arroz dorado original.

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