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Los sucesos catastróficos pudieron haber causado las peores extinciones en masa Los registros geológicos indican que la mayoría de las extin- ciones en masa coinciden con los periodos de cambio climáti- co. Para muchos científicos, no obstante, la rapidez de las extinciones en masa sugiere que el lento proceso del cambio climático no fue el único responsable de tales desapariciones de especies a gran escala. Quizá los sucesos más repentinos también jugaron un papel importante. Por ejemplo, los suce- sos geológicos catastróficos, como las erupciones volcánicas masivas, quizás hayan tenido efectos devastadores. Los geólo- gos han encontrado evidencia de erupciones volcánicas pasa- das tan colosales que harían ver la explosión del monte Santa Elena, en 1980, como el estallido de un simple petardo. Aun- que tales erupciones gigantescas afectarían directamente sólo a una pequeña porción de la superficie terrestre. La búsqueda de las causas de las extinciones masivas dio un giro fascinante a inicios de la década de 1980, cuando Luis y Walter Álvarez propusieron que el suceso de la extinción de hace 65 millones de años, que aniquiló a los dinosaurios y mu- chas otras especies, fue causado por el impacto de un meteo- rito gigantesco. La idea de los Álvarez se recibió con gran escepticismo cuando fue presentada por primera vez, pero las investigaciones geológicas a partir de entonces han generado una gran cantidad de evidencias de que ese impacto masivo en realidad ocurrió hace 65 millones de años. De hecho, los in- vestigadores identificaron el cráter Chicxulub, de 160 kilóme- tros de ancho, formado debajo de la península de Yucatán en México, como el lugar de impacto de un meteorito gigantesco (de 16 kilómetros de diámetro) que colisionó contra la Tierra precisamente en el tiempo en que desaparecieron los dino- saurios. ¿Pudo el impacto de ese inmenso meteorito haber causado la extinción masiva de los dinosaurios? Nadie lo sabe con cer- teza; no obstante, los científicos su- gieren que tal impacto masivo hubiera arrojado tanto material de desecho hacia la atmósfera, que to- do el planeta hubiera quedado en la oscuridad durante varios años. Como muy poca luz solar llegaría a la corteza terrestre, las temperatu- ras descenderían rápidamente, y la captación de energía para la foto- síntesis (de la cual depende a final de cuentas toda la vida terrestre) disminuiría drásticamente. Ese “in- vierno por impacto” a nivel mun- dial tal vez resultó mortal para los dinosaurios e infinidad de otras es- pecies. 346 Capítulo 17 HISTORIA DE LA VIDA 17.6 ¿CÓMO EVOLUCIONARON LOS SERES HUMANOS? Los científicos están profundamente interesados en conocer el origen y la evolución de los seres humanos, en especial la evolución del sorprendente cerebro humano. El tema de la evolución humana que presentaremos en esta sección es una síntesis del pensamiento actual sobre este asunto. Sin em- bargo, es tema de especulación porque la evidencia fósil de la evolución humana es relativamente escasa. Los paleontólo- gos no se ponen de acuerdo sobre la interpretación de la evi- dencia fósil, en tanto que muchas ideas tienen que revisarse conforme se vayan encontrando nuevos fósiles. Los seres humanos heredaron algunas adaptaciones de antiguos primates para vivir en los árboles Los seres humanos son miembros del grupo de mamíferos co- nocido como primates, que incluye también a lémures, monos y simios. Los fósiles de primates más antiguos tienen 55 millo- nes de años, pero como son relativamente raros en compara- ción con los de muchos otros animales, los primeros primates tal vez surgieron mucho antes, aunque no dejaron registro de fósiles. Tal vez los primeros primates se alimentaban de frutas y hojas, y estaban adaptados para vivir en los árboles. Muchos primates modernos aún conservan la forma de vida en los ár- boles de sus antepasados (FIGURA 17-12). La herencia común de los seres humanos y otros primates se refleja en un conjunto de características físicas que estaban presentes en los prima- tes antiguos y que persisten en muchos primates modernos, incluidos los seres humanos. La visión binocular dio a los antiguos primates una buena percepción de la profundidad Una de las primeras adaptaciones de los primates parece ha- ber sido la posesión de ojos grandes que miran hacia delante b) FIGURA 17-12 Primates representativos a) tarsero, b) el lémur y c) el mono ma- caco cola de león tienen la cara relativa- mente plana, con ojos dirigidos hacia delante que les brindan una visión binocu- lar. Todos tienen, además, visión cromática y manos prensiles. Estas características, conservadas desde los primates más anti- guos, las comparten los seres humanos.
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