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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-523

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¿EN QUÉ DIFIEREN LOS COMPORTAMIENTOS INNATOS Y LOS APRENDIDOS? 491
do tengamos presente que las categorías no son más que guías
generales y que muchos ejemplos de aprendizaje no pertene-
cen claramente a ninguna categoría.
La habituación es una disminución en la respuesta 
a un estímulo repetido
Una forma común de aprendizaje simple es la habituación,
que se define como una disminución en la respuesta a un es-
tímulo repetido. La capacidad para habituarse evita que un
animal derroche su energía y su atención en estímulos sin im-
portancia. Esta forma de aprendizaje se observa incluso en los
animales más simples. Por ejemplo, una anémona de mar re-
trae sus tentáculos cuando se le toca, pero gradualmente deja
de retraerlos si se le toca de manera continua (FIGURA 25-2).
Es obvio que la capacidad para habituarse es adaptativa. Si
una anémona de mar se replegara cada vez que la roza un fi-
lamento de un alga marina que ondea en las aguas, el animal
desperdiciaría gran cantidad de energía y su postura retraída
le impediría atrapar alimento. El ser humano se habitúa a mu-
chos estímulos: quienes viven en ciudades se acostumbran al
ruido del tráfico nocturno, y quienes viven en el campo, al co-
ro de grillos y ranas arborícolas. Es posible que al principio
ambos encuentren el hábitat del otro insoportablemente rui-
doso, pero se acostumbrarán con el tiempo.
El condicionamiento es una asociación 
aprendida entre un estímulo y una respuesta
Una forma más compleja de aprendizaje es el aprendizaje por
ensayo y error, en el que los animales adquieren nuevas res-
puestas apropiadas a los estímulos a través de la experiencia.
Muchos animales enfrentan recompensas y castigos naturales;
además, pueden aprender a modificar sus respuestas a los
mismos. Por ejemplo, un sapo hambriento que captura una
abeja pronto aprende a evitar encuentros futuros con las abe-
jas (FIGURA 25-3). Basta una experiencia con el aguijón de la
abeja en la lengua para que el sapo modifique su respuesta a
los insectos voladores con la finalidad de excluir a las abejas
(e incluso a otros insectos parecidos a ellas).
El aprendizaje por ensayo y error es un aspecto importan-
te del desarrollo del comportamiento en muchas especies ani-
males, y a menudo se presenta durante el juego y el
comportamiento de exploración (véase la sección “Conexio-
nes evolutivas: ¿Por qué juegan los animales?”). Este tipo de
aprendizaje desempeña un papel clave en el comportamiento
humano; por ejemplo, permite a un niño aprender que algu-
nos alimentos saben bien o mal, que una estufa está caliente
y que no debe tirar de la cola de un gato.
Una técnica de laboratorio llamada condicionamiento ope-
rante ha revelado algunas propiedades interesantes del
aprendizaje por ensayo y error. Durante el condicionamiento
operante, el animal aprende a realizar un comportamiento
(como empujar una palanca o picotear un botón) para recibir
una recompensa o evitar un castigo. Esta técnica se asocia
principalmente con el psicólogo comparativo estadounidense
B. F. Skinner, quien diseñó la “caja de Skinner”, en la que se
aísla a un animal y se le permite adiestrarse a sí mismo. La ca-
ja podría contener una palanca que, al presionarse, expulsa
una bolita de alimento. Si el animal empuja accidentalmente
la palanca, aparecerá alimento como recompensa. Después de
repetirse varias veces tal suceso, el animal aprende el vínculo
entre la acción de oprimir la palanca y recibir alimento, por lo
que pronto comienza a presionar la palanca una y otra vez.
Se ha utilizado condicionamiento operante para adiestrar
animales e inducirlos a que realicen tareas mucho más com-
plejas que oprimir una palanca, pero quizá la revelación más
interesante de esta técnica ha sido que las especies difieren en
su propensión a aprender asociaciones específicas. En parti-
cular, las especies parecen estar predispuestas a aprender
comportamientos que son pertinentes para sus necesidades.
Por ejemplo, si se da a una rata un alimento con sabor distin-
tivo al que se ha añadido una sustancia que hace que el ani-
mal enferme, aprenderá a evitar ese alimento en el futuro. En
contraste, es muy difícil adiestrar a una rata para que se yer-
ga sobre sus patas traseras como respuesta a una señal auditi-
va o visual dada. La diferencia puede explicarse preguntando
cuál tarea de aprendizaje tiene mayor probabilidad de bene-
ficiar a una rata de Noruega silvestre (la especie de la que
Cuando se le toca por primera
vez, la anémona se retrae.
Después de muchos toques,
la anémona se habitúa
y deja de responder.
FIGURA 25-2 Habituación en una
anémona de mar

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