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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-528

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496 Capítulo 25 COMPORTAMIENTO ANIMAL
Al igual que todas las formas de comunicación, las señales
visuales tienen ventajas y desventajas. En el lado positivo, son
instantáneas, y es posible modificar rápidamente las señales
activas para comunicar diversos mensajes en un periodo cor-
to. La comunicación visual es silenciosa y hay poca probabili-
dad de poner sobreaviso a depredadores distantes, aunque 
el animal sí se vuelve llamativo para los que están cerca. En el
lado negativo, las señales visuales suelen ser poco eficaces 
en la oscuridad y donde la vegetación es densa, aunque las lu-
ciérnagas hembra envían señales a parejas potenciales utili-
zando patrones de destellos específicos para cada especie. Por
último, las señales visuales están limitadas a la comunicación
a distancias cortas.
La comunicación por sonido es eficaz 
a distancias más largas
El uso de sonido supera muchas de las deficiencias de las se-
ñales visuales. Al igual que estas últimas, las señales sonoras
llegan a los receptores casi instantáneamente, pero, a diferen-
cia de las señales visuales, el sonido se puede transmitir en la
oscuridad, en bosques densos y en aguas turbias. Además, las
señales sonoras resultan eficaces a distancias más grandes que
las visuales. Por ejemplo, los graves y retumbantes bramidos
del elefante africano pueden ser escuchados por elefantes que
están a varios kilómetros de distancia, y el canto de las balle-
nas jorobadas se oye a cientos de kilómetros de su origen.
Asimismo, los aullidos de una jauría de lobos se escuchan a
muchos kilómetros en una noche tranquila. Incluso la peque-
ña rata canguro produce un sonido (golpeando el suelo con
sus patas traseras) que se escucha a 45 metros de distancia.
Las señales auditivas son similares a las visuales en que son
susceptibles de modificarse para comunicar mensajes que
cambian rápidamente. (Pensemos en las palabras y los mati-
ces emocionales que la voz humana comunica durante una
conversación). Es posible indicar los cambios de motivación
con un cambio en la intensidad o el tono del sonido. Un indi-
viduo es capaz de comunicar diferentes mensajes mediante
variaciones en el patrón, el volumen y el tono del sonido pro-
ducido. El etólogo Thomas Struhsaker estudió a los monos
vervet de Kenia en la década de 1960 y descubrió que produ-
cían diferentes gritos como respuesta a amenazas de cada uno
de sus principales depredadores: serpientes, leopardos y águi-
las. En 1980 otros investigadores informaron que la respuesta
de los monos vervet a cada uno de esos gritos era apropiada
para el depredador de que se trataba. El grito semejante a un
“ladrido”, que advierte de un leopardo u otro carnívoro cua-
drúpedo hace que los monos que están en el suelo trepen a los
árboles y los que ya están en los árboles, trepen más alto. El
grito “raup”, que avisa de un águila u otra ave de presa, hace
que los monos en el suelo miren hacia arriba y busquen refu-
gio, mientras que los monos que ya están en los árboles bajan
al abrigo de ramas más bajas y densas. Otro grito peculiar avi-
sa de la presencia de una serpiente y hace que los monos se
pongan de pie y busquen en el suelo a este depredador.
El uso de sonido de ninguna manera está limitado a las
aves y los mamíferos. Los grillos macho producen cantos es-
pecíficos para cada especie que atraen a las hembras apropia-
das. El molesto zumbido del mosquito hembra, cuando se
prepara para picar, avisa a los machos cercanos que pronto
habrá ingerido la sangre necesaria para poner huevecillos.
Los patinadores de agua macho hacen vibrar sus patas y en-
vían patrones de vibraciones, específicos para cada especie, a
través del agua con la finalidad de atraer hembras y repeler a
otros machos (FIGURA 25-11). Desde estas señales más bien
simples hasta la complejidad del lenguaje humano, el sonido
es una de las formas más importantes de comunicación.
Los mensajes químicos persisten más tiempo 
y es difícil variarlos
Las sustancias químicas producidas por un individuo que in-
fluyen en el comportamiento de otros miembros de su especie
se denominan feromonas. Las sustancias pueden transmitir
mensajes a largas distancias y, a diferencia del sonido, su pro-
ducción requiere muy poca energía. Es posible que otras es-
pecies, como depredadores que podrían ser atraídos por
señales visuales o auditivas, ni siquiera detecten las feromo-
nas. Como si fueran letreros, las feromonas persisten cierto
tiempo y pueden comunicar un mensaje después de que el
animal se ha ido. Las jaurías de lobos, que cazan en áreas de
hasta 1000 kilómetros cuadrados, marcan los límites de su te-
rritorio con feromonas de la orina y advierten a otras jaurías
de su presencia. Como sabe cualquiera que ha paseado un pe-
rro, los perros domesticados revelan su linaje lupino al marcar
su vecindario con orina que lleva un mensaje químico: “Yo vi-
vo en esta área”.
Tal comunicación requiere que el animal sintetice y res-
ponda a una sustancia diferente para cada mensaje. Por ello,
en general, se comunican menos mensajes en forma química
que visual o auditivamente. Además, las señales de las fero-
monas no logran comunicar mensajes que cambian rápida-
mente. No obstante, las sustancias químicas comunican con
gran fuerza unos cuantos mensajes sencillos, pero cruciales.
Muchas feromonas provocan un cambio inmediato en el
comportamiento del animal que las detecta. Por ejemplo, las
termitas que buscan alimento y lo encuentran dejan un rastro
FIGURA 25-11 Comunicación por vibración
El patinador de agua aprovecha la tensión superficial del agua pa-
ra sostener su peso. Al hacer vibrar sus patas, el insecto envía se-
ñales que se propagan en forma radial por la superficie del agua.
Estas vibraciones anuncian la especie y el sexo del patinador a
otros insectos cercanos.

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