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¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE EL NICHO ECOLÓGICO Y LA COMPETENCIA? 539 fica cada especie participante sufre daños porque se reduce el acceso a los recursos cuyo suministro es limitado. La intensi- dad de la competencia interespecífica depende del grado de similitud entre las necesidades de las dos especies. En otras palabras, el grado de competencia es proporcional a la magni- tud de la superposición de los nichos ecológicos de las espe- cies en competencia. Las adaptaciones reducen la superposición de nichos ecológicos entre especies que coexisten Del mismo modo que dos organismos cualesquiera no pue- den ocupar exactamente el mismo espacio físico al mismo tiempo, tampoco dos especies pueden habitar en el mismo ni- cho ecológico de forma simultánea y continua. Este impor- tante concepto, que suele designarse como el principio de exclusión competitiva, fue formulado en 1934 por el microbió- logo ruso G. F. Gause. Este principio conduce a la hipótesis de que si se pusieran juntas dos especies con el mismo nicho y se les obligara a competir por recursos limitados, inevitablemen- te una de ellas vencería a la otra en la competencia y la espe- cie menos adaptada de las dos se extinguiría. Gause utilizó dos especies del protista Paramecium (P. aurelia y P. cauda- tum) para demostrar este principio. En matraces de laborato- rio ambas especies prosperaban a partir de bacterias y se alimentaban en las mismas partes de los matraces. Cultivadas por separado, ambas poblaciones proliferaban (FIGURA 27-1a), pero cuando Gause ponía las dos especies juntas en un mismo matraz, una de ellas siempre eliminaba, o “excluía competiti- vamente”, a la otra (FIGURA 27-1b). Gause repitió entonces el experimento sustituyendo al P. caudatum por otra especie, P. bursaria, que tendía a alimentarse en otra parte del matraz. En este caso, las dos especies de Paramecium pudieron coe- xistir por tiempo indefinido porque ocupaban nichos ligera- mente distintos. Las especies invasoras, como los mejillones cebra, tienen nichos que se superponen significativamente con los de las especies nativas, como las almejas de agua dulce, con las que son capaces de competir. Para conocer más acer- ca de las especies invasoras, véase la sección “Guardián de la Tierra: Especies invasoras trastornan las interacciones de la comunidad”. El ecologista R. MacArthur puso a prueba en condiciones naturales lo que Gause descubrió en el laboratorio, para lo cual investigó cinco especies de sílvidos norteamericanos. To- das estas aves cazan insectos y anidan en el mismo tipo de ár- bol llamado picea. Aunque en apariencia los nichos de estas aves se traslapan considerablemente, MacArthur encontró que cada especie concentra su búsqueda en zonas específicas del árbol, emplea diferentes tácticas de caza y anida en épo- cas ligeramente distintas. Al dividirse los recursos que pro- veen las piceas que comparten, los sílvidos reducen al mínimo la superposición de sus nichos y aminoran la competencia en- tre las diversas especies (FIGURA 27-2). MacArthur descubrió que, cuando coexisten dos especies con necesidades similares, por lo regular, cada una ocupa un nicho más pequeño que el que ocuparía si estuviera sola. Es- te fenómeno, llamado partición de recursos, es una adaptación evolutiva que reduce los efectos perjudiciales de la competen- cia interespecífica. La partición de recursos es el resultado de la coevolución de especies con una superposición extensa, pe- ro no total, de nichos. Puesto que la selección natural favorece sílvido de Blackburn sílvido de pecho bayor sílvido del cabo May sílvido verde de garganta negra sílvido del mirto 0 6 12 18 al tu ra d e b ús q ue d a d e al im en to (e n m et ro s) FIGURA 27-2 Partición de recursos Cada una de estas especies insectívoras de sílvidos norteamericanos busca alimento en diferentes zonas de las piceas. Al ocupar nichos similares, pero no idénticos, se reduce la competencia.
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