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¿CUÁLES SON LOS RESULTADOS DE LAS INTERACCIONES ENTRE LOS DEPREDADORES Y SUS PRESAS? 543 Las interacciones entre depredador y presa moldean las adaptaciones evolutivas Para sobrevivir, los depredadores deben alimentarse y las pre- sas deben evitar servir de alimento. Por consiguiente, las po- blaciones de depredadores y presas ejercen una intensa presión ambiental mutua que da por resultado su coevolu- ción. Conforme las presas resultan más difíciles de atrapar, los depredadores deben volverse más hábiles para la caza. La coevolución ha dotado al puma de garras y colmillos filosos, y al cervatillo de un pelaje moteado y el comportamiento de ya- cer completamente inmóvil mientras espera a su madre. La coevolución ha dado origen a la aguda visión del halcón y a la coloración parda, semejante a la de la tierra, de los mamí- feros que son sus presas. La evolución que se genera bajo la presión de los depredadores también ha producido los vene- nos y brillantes colores de la rana flecha venenosa y la serpien- te coralillo (véase las figuras 27-7 y 27-9a). En los siguientes apartados examinaremos algunos de los resultados evolutivos de las interacciones entre depredadores y presas. En la sec- ción “Guardián de la Tierra: Especies invasoras trastornan las interacciones de la comunidad”, aprenderás lo que sucede cuando los controles y equilibrios naturales son esquivados al introducir organismos en comunidades ecológicas en las que no evolucionaron. Algunos depredadores y presas han adoptado comportamientos que se contrarrestan Las adaptaciones de los murciélagos y las palomillas (véase la figura 27-3) ofrecen un excelente ejemplo de cómo la coevo- lución moldea tanto las estructuras físicas como los compor- tamientos. En su mayoría, los murciélagos son cazadores nocturnos que se orientan y localizan presas por ecolocación. Estos animales emiten pulsaciones sonoras de frecuencia ex- tremadamente alta y gran intensidad y, mediante el análisis de los ecos que regresan a ellos, crean una “imagen” de su entor- no. Por la presión selectiva de este sistema especializado de localización de presas, ciertas palomillas (una presa favorita de los murciélagos) han perfeccionado unos oídos simples que son especialmente sensibles a las frecuencias que los mur- ciélagos ecolocalizadores utilizan. Cuando escuchan a un murciélago, estas palomillas intentan escapar volando de for- ma errática o dejándose caer al suelo. Los murciélagos pue- den contrarrestar esta defensa llevando la frecuencia de sus pulsaciones sonoras fuera del intervalo de sensibilidad de la palomilla. Algunas palomillas han perfeccionado un método para interferir la ecolocación de los murciélagos produciendo sus propios chasquidos de alta frecuencia. En respuesta a es- to, cuando caza una palomilla chasqueante, el murciélago puede interrumpir temporalmente sus propias pulsaciones so- noras y hacer blanco en la polilla siguiendo los chasquidos de ésta. El camuflaje oculta tanto a los depredadores como a sus presas Una antigua máxima de las novelas de detectives dice que el mejor lugar para esconderse es el que está justo a la vista de todo el mundo. Tanto los depredadores como sus presas han adoptado colores, dibujos y formas parecidos a su entorno. Estos disfraces, llamados camuflaje, hacen que los animales pasen desapercibidos aun a la vista de todos (FIGURA 27-4). Algunos animales muestran un gran parecido con objetos específicos, como hojas, ramitas, algas marinas, espinas o in- cluso excrementos de aves (FIGURA 27-5a-c). Los animales ca- muflados tienden a permanecer inmóviles en vez de huir de sus depredadores; ¡un “excremento de pájaro” que huye sería muy notorio! En tanto que muchos animales camuflados pa- recen plantas, algunos tipos de plantas han evolucionado has- ta parecer rocas, que sus depredadores herbívoros ignoran (FIGURA 27-5d). El camuflaje también ayuda a los depredadores que ace- chan a su presa. Por ejemplo, un guepardo manchado pasa de- sapercibido en la hierba mientras vigila a los mamíferos que pastan. El pez rana se parece mucho a las rocas y esponjas cu- biertas de algas sobre las que reposa inmóvil, con un señuelo que se alza de su labio superior (FIGURA 27-6). Los peces pequeños advierten sólo el señuelo, y el pez rana los traga cuando se acercan a él. b) pez ranaa) guepardo FIGURA 27-6 El camuflaje ayuda a los depredadores a) Mientras acecha a sus presas, el guepardo se confunde con el fondo de los pastizales. b) Combinando el camufla- je con el mimetismo agresivo, un pez rana aguarda emboscado; su cuerpo camuflado armoniza con la roca incrustada de esponjas sobre la que reposa. El señuelo atrae a depredadores pequeños que terminan convertidos en presas.
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