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572 Capítulo 28 ¿CÓMO FUNCIONAN LOS ECOSISTEMAS? incluso en condiciones de sequedad. En Estados Unidos, el noreste, la región media del Atlántico, la parte central norte y las regiones altas del oeste, al igual que Florida, son las más vulnerables, porque las rocas y los suelos que ahí predominan no amortiguan la acidez. La sedimentación ácida daña la vida en lagos y bosques En los montes Adirondack del estado de Nueva York, la llu- via ácida ha provocado que aproximadamente el 25 por cien- to de todos los lagos y estanques sean ya demasiado ácidos para permitir la vida de peces en ellos. Pero antes de que los peces mueran, se destruye gran parte de la red alimentaria que les da sustento. Primero mueren las almejas, los caracoles, los langostinos y las larvas de insectos, después los anfibios y finalmente los peces. El resultado es un lago cristalino: her- moso, pero muerto. Los efectos no se limitan a los organismos acuáticos. La lluvia ácida también altera el crecimiento y el rendimiento de muchos cultivos agrícolas porque al penetrar en el suelo disuelve y arrastra consigo nutrimentos indispen- sables, como el calcio y el potasio, al tiempo que mata los microorganismos descomponedores, con lo cual impide el re- torno de nutrimentos al suelo. Las plantas, envenenadas y pri- vadas de nutrimentos, se debilitan y quedan a merced de las infecciones y el ataque de los insectos. En las alturas de los Montes Verdes de Vermont, los científicos han sido testigos de la muerte de alrededor de la mitad de las piceas rojas y ha- yas y de un tercio de los arces de azúcar desde 1965. La nieve, la lluvia y la espesa niebla, que comúnmente cubren estas cumbres orientales, son muy ácidas. En una estación de con- trol situada en la cima del monte Mitchell, en Carolina del Norte, el pH de la niebla ha registrado valores de 2.9, lo que significa que es más ácida que el vinagre (FIGURA 28-14). La sedimentación ácida aumenta la exposición de los orga- nismos a los metales tóxicos, como aluminio, mercurio, plomo y cadmio, entre otros, que son mucho más solubles en agua acidificada que en agua de pH neutro. El aluminio que se di- suelve de las rocas inhibe el crecimiento de las plantas y ma- ta los peces. Se ha encontrado que, en ocasiones, el agua que se distribuye a los hogares está peligrosamente contaminada con plomo, disuelto por el agua ácida de la soldadura de plo- mo de tuberías antiguas. En el cuerpo de los peces que viven en aguas acidificadas se han encontrado niveles peligrosos de mercurio, elemento que queda sometido al efecto de amplifi- cación biológica conforme recorre los niveles tróficos (véase la sección “Guardián de la Tierra: Las sustancias tóxicas se acumulan a lo largo de las cadenas alimentarias”). La Ley del Aire Limpio ha reducido significativamente las emisiones de azufre, pero no las de nitrógeno En Estados Unidos las enmiendas a la Ley del Aire Limpio en 1990 dieron por resultado una sustancial reducción de las emisiones de dióxido de azufre y de óxidos de nitrógeno de las plantas generadoras de energía. Las emisiones totales de azufre han disminuido considerablemente en ese país, me- jorando la calidad del aire y reduciendo el nivel de acidez de la lluvia en algunas regiones. Pero la Ley del Aire Limpio no limita de manera estricta las emisiones de óxidos de nitróge- no y amoniaco. Aunque las emisiones de óxidos de nitrógeno se han reducido en algunas regiones, los compuestos de nitró- geno en la atmósfera han registrado un leve aumento en tér- minos generales, en particular por la creciente cantidad de automóviles que queman gasolina. Las emisiones de amonia- co (NH3), en su mayor parte provenientes de la ganadería y los fertilizantes, se han incrementado en un 19 por ciento en Estados Unidos desde 1985. Por desgracia, los ecosistemas dañados se recuperan lenta- mente. Un estudio reciente de los lagos Adirondack reveló signos esperanzadores de que el 60 por ciento de sus aguas se están volviendo menos ácidas, aunque su total recuperación aún se encuentra a décadas de distancia. Algunos suelos del sureste de Estados Unidos están más saturados con sustancias ácidas y en estas zonas los niveles de ácido de las aguas dul- ces van en aumento. Los bosques ubicados a grandes alturas continúan en riesgo en todo el territorio de Estados Unidos. Muchos científicos creen que se necesitará una mayor reduc- ción en las emisiones, junto con controles mucho más estrictos de las emisiones de nitrógeno, para evitar que los ecosistemas se sigan deteriorando y para permitir que aquellos que ya es- tán dañados se recuperen. 28.5 ¿QUÉ PROVOCA EL CALENTAMIENTO GLOBAL? La interferencia en el ciclo del carbono contribuye al calentamiento global Durante el periodo carbonífero, que se inició hace unos 345 millones de años y concluyó hace 280 millones de años, canti- dades enormes de carbono quedaron aisladas del ciclo del carbono cuando, en las condiciones calurosas y húmedas de esa época, los cuerpos de organismos prehistóricos quedaron sepultados en los sedimentos y no se descompusieron. Con el tiempo, el calor y la presión transformaron estos cuerpos, jun- to con la energía que habían almacenado a partir de la luz so- lar, en combustibles fósiles como hulla, petróleo y gas natural. Sin la intervención humana, el carbono habría permanecido bajo tierra. Pero a partir de la Revolución Industrial hemos dependido cada vez en mayor grado de la energía almacena- da en estos combustibles. Un investigador estima que un tan- que de gas común guarda los residuos transformados de 1000 toneladas de vida prehistórica, principalmente de organismos microscópicos de fitoplancton. Cuando quemamos los com- bustibles fósiles en nuestras centrales eléctricas, fábricas y au- tomóviles, utilizamos la energía de la luz solar prehistórica y FIGURA 28-14 La sedimentación ácida destruye los bosques La lluvia y la niebla ácidas han destruido este bosque situado en la cima del monte Mitchell, en Carolina del Norte.
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