Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
El médico de Patrick Deuel le planteó un ultimátum: hospitalizar- se y perder peso o morir. Pero había que derrumbar una pared para que Patrick pudiera salir de su habitación, donde sus 486 kilos lo tenían atrapado. Después de casi un año de dieta y ejer- cicio bajo supervisión médica, Patrick perdió 191 kilos y estaba listo para una cirugía de derivación gástrica o bypass. El médico selló la mayor parte del estómago de Patrick y dejó sólo una pe- queña bolsa que se unió con la parte intermedia del intestino delgado (FIGURA E34-1a). Ahora su estómago sólo puede reci- bir pequeñas porciones de alimento, al igual que su intestino delgado, donde se absorben los nutrimentos ricos en calorías. La obesidad es una epidemia creciente en Estados Unidos. El porcentaje de adultos con sobrepeso ha aumentado a más del doble desde 1980, y entre los niños y adolescentes, ese porcentaje se ha elevado a más del triple. Una forma simple de hacer una estimación de la grasa corporal es calcular el índice de masa corporal (IMC), que se obtiene dividiendo el peso de un individuo (en kilogramos) entre su altura al cuadrado (en el sistema métrico decimal). El cálculo del IMC se aplica a la gen- te con cantidades promedio de músculo y supone que el peso que excede de esta cantidad corresponde a grasa, de manera que el cálculo no es exacto para personas con una gran muscu- latura, como aquellas que practican el físico-constructivismo. Muchos sitios de Internet incluyen tablas o efectúan este cálcu- lo por ti: busca bajo el nombre IMC. Un IMC entre 20 y 24 se considera saludable. Un estudio reciente de los Centros para el Control de Enfermedades concluyó que el 66 por ciento de to- dos los adultos estadounidenses tienen sobrepeso (IMC ≥ 25) y que el 32 por ciento de ellos son obesos (IMC ≥ 34). ¿GENÉTICAMENTE OBESO? ¿Acaso algunas personas “nacieron para ser gordas”? El médi- co describió a Patrick como “obeso” cuando éste apenas tenía tres meses. Los investigadores han encontrado por lo menos 134 genes diferentes que influyen en el peso de algún modo. Los individuos difieren genéticamente en la forma como sus cuerpos responden al ejercicio, en qué tan satisfechos se sien- ten después de comer, en cuánta grasa almacenan y en cuántas calorías consumen sus cuerpos en reposo. Aunque nuestros genes no han cambiado apreciablemente en los últimos 20 años, el número de gente con sobrepeso en Estados Unidos ha aumentado drásticamente. A pesar de las diferencias genéticas, toda persona con sobrepeso ha comido más de lo que su cuer- po necesita, al sucumbir ante un impulso que ayudó a nuestros ancestros a sobrevivir a la hambruna. El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) aconseja comer más veces pero en menor cantidad, y elegir frutas, vegetales, cereales integra- les, carnes magras y lácteos. En respuesta a la demanda de con- sumo, varias cadenas de comida rápida ahora incluyen opciones saludables en sus menús. El NIH también recomienda realizar ejercicio de moderada intensidad (como caminar, por ejemplo) durante 30 minutos por lo menos, de ser posible, a diario. Para perder peso o para mantenerlo, algunas personas requieren ejercicio adicional. ¿Te parece mucho trabajo? Quizá, pero bien vale la pena. Los individuos con sobrepeso tienen un mayor riesgo de sufrir infartos al miocardio y accidentes cerebrovascu- lares, diabetes, cáncer, apnea del sueño (es decir, problemas para respirar durante el sueño), osteoartritis, enfermedades hepáticas y cálculos biliares. ¿DELGADO MEDIANTE CIRUGÍA? Algunas personas tienen dificultad inusual para controlar su pe- so; en tal caso, los médicos podrían recomendar cirugía para aquellos cuyo peso representa un grave riesgo para la salud. Stuart Logan, por ejemplo, comenzó a engordar cuando cursa- ba el primer año de la escuela elemental. Para cuando tenía 16 años, pesaba 265 kilos; entonces optó por la cirugía de la ban- da gástrica, aprobada recientemente en Estados Unidos. Como se observa en la FIGURA E34-1b, este proceso limita el ingre- so de alimento al colocar una banda alrededor de la parte su- perior del estómago. Tres meses después de la cirugía (que le permitió reducir a la mitad la entrada de alimento a su estó- mago), Logan había perdido 18 kilos y por fin podía sentarse en el sillón de la peluquería. Mientras que algunos estudios indican que la banda gástrica produce resultados menos espectacula- res que la cirugía de derivación gástrica, se trata de una operación quirúrgica más simple, es reversible e implica menos complica- ciones que esta última, la cual en ocasiones provoca una defi- ciencia nutricional porque evita el paso de alimento por una parte del intestino delgado. Mientras tanto, Patrick ya se some- tió a una segunda operación para eliminar un sobrante de piel y tejido abdominal que anteriormente albergaba los 272 kilos que perdió. Ahora, que pesa menos de 180 kilos, se regocija al poder ver sus rodillas y ser capaz de caminar de nuevo. Cuando se antoja una hamburguesa con quesoGUARDIÁN DE LA SALUD El extremo superior del estómago se cierra para formar una pequeña bolsa. El intestino delgado se corta a la mitad de su trayectoria y se une con la bolsa gástrica. Las secreciones de la parte baja del estómago y de la parte superior del intestino delgado se desvían hacia la porción media del intestino delgado. Una banda ajustable de silicón se coloca alrededor de la parte superior del estómago para formar una pequeña bolsa y disminuir la rapidez de la entrada del alimento a la parte inferior del estómago. a) Cirugía de derivación gástrica (o bypass) b) Cirugía de banda gástrica FIGURA E34-1 Cirugías para perder peso
Compartir