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El cáncer es una enfermedad caracterizada por el creci- miento sin control de células malignas que forman un tumor, el cual es una población de células que han escapado de los procesos reguladores normales y crecen a un ritmo anormal. Las células de un tumor benigno normalmente quedan confi- nadas a una sola área, pero las de un tumor maligno crecen de forma descontrolada y se extienden a otras partes del cuerpo. Al crecer, un tumor maligno usa cantidades cada vez mayores de los suministros de energía y nutrimentos del cuerpo y pre- siona a los órganos vitales cercanos. El sistema inmunitario se defiende de las células cancerosas Todos los días se forman células cancerosas en nuestro cuer- po. Es casi imposible evitar algunos carcinógenos (agentes causantes de cáncer), como los rayos gamma del Sol, la radiac- tividad de las rocas del suelo y los carcinógenos naturales con- tenidos en los alimentos. Por fortuna, las células asesinas y las células T citotóxicas vigilan el cuerpo en busca de células can- cerosas y destruyen casi todas, antes de que tengan oportuni- dad de proliferar y diseminarse. Las células cancerosas, desde luego, pertenecen a la categoría de lo “propio” (son células del cuerpo), y el sistema inmunitario no responde a lo “pro- pio”. ¿Cómo entonces se eliminan las células cancerosas? Es probable que los procesos mismos que causan el cáncer tam- bién hagan que aparezcan nuevas proteínas, ligeramente dis- tintas, en la superficie de las células cancerosas. Las células T citotóxicas encuentran esas proteínas nuevas, las reconocen como antígenos extraños y destruyen a las células cancerosas (véase la figura 36-10). No obstante, cabe la posibilidad de que algunas células cancerosas evadan la detección porque no portan los antígenos que permitirían al sistema inmunitario reconocerlas como extrañas.Algunos tipos de cáncer, como la leucemia, suprimen la actividad del sistema inmunitario; y otros simplemente se desarrollan tan rápido que rebasan a la respuesta inmunitaria. Si el tumor crece y se extiende, la salud del individuo dependerá del tratamiento médico que reciba. Los tratamientos médicos para el cáncer dependen de distinguir y matar selectivamente a las células cancerosas Las tres formas principales de tratamiento para el cáncer son cirugía, radiación y quimioterapia. La eliminación quirúrgica del tumor es el primer paso en el tratamiento de muchos cán- ceres, pero, por desgracia, en ocasiones es difícil eliminar todos los fragmentos de tejido canceroso. Una alternativa es bom- bardear las células cancerosas con radiación para exterminar- las; la radiación puede destruir incluso cúmulos microscópicos de células cancerosas, alterando su DNA e impidiendo que se dividan y crezcan. Por desgracia, ni la cirugía ni la radiación son efectivas contra el cáncer que se ha diseminado por todo el cuerpo. La quimioterapia, o tratamiento con fármacos, suele utili- zarse para complementar la cirugía y/o la radiación, o para tra- tar cánceres que no se pueden combatir con cirugía ni con radiación. Los medicamentos de la quimioterapia atacan a la maquinaria de la división celular. Puesto que las células cance- rosas se dividen con mayor frecuencia que las células norma- les, se espera que los ataques contra células en división maten selectivamente a las células cancerosas. El problema es que también otras células del cuerpo se están dividiendo y es ine- vitable que la quimioterapia mate a algunas células sanas. Son los daños que sufren las células en división de los folículos ca- pilares y del recubrimiento intestinal los que producen los bien conocidos efectos colaterales de pérdida de cabello, náu- seas y vómito. Se ha dedicado una cantidad enorme de trabajo de inves- tigación a la búsqueda de tratamientos para el cáncer que sean más eficaces y tengan menos efectos colaterales desagra- dables. La creación de una “vacuna para el cáncer” es priori- taria. Otros enfoques incluyen: 1. desarrollar terapias que estimulen el sistema inmunitario para que ataque a los tumo- res, y 2. la creación de anticuerpos o receptores de células T que reconozcan las células tumorales y puedan llevar fárma- cos o partículas radiactivas directamente a las células cance- rosas sin afectar a las sanas. Las investigaciones y las pruebas clínicas continúan, y quizá los pacientes con cáncer puedan obtener pronto los beneficios de nuevos e innovadores trata- mientos. Sin la constante vigilancia de las defensas del cuerpo, es poco probable que cualquiera de nosotros sobreviviera más de unos cuantos años. Sin embargo, podemos reducir la pro- babilidad de desarrollar cáncer si evitamos el humo del ciga- rrillo y adoptamos una dieta rica en frutas y verduras. Otras conductas que aminoran el riesgo de contraer cáncer son evi- tar el consumo excesivo de alcohol, usar filtros solares y hacer ejercicio con regularidad. a) b) FIGURA 36-15 El VIH causa el SIDA a) Los puntos rojos en esta micrografía electrónica de barrido son virus de VIH que acaban de salir de una gran célula T auxiliar (en verde), infectada recientemente. b) En esta micrografía electróni- ca de transmisión, virus de VIH emergen de la célula T auxiliar y, en el proceso, adquieren una envoltura exterior de membrana plasmática (verde). Esto les permitirá infectar nuevas células.
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