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Cada tipo de vértebra descansa en un armazón esquelético bá- sico que evolucionó primero en los peces pero que, a través del tiempo evolutivo, desarrolló adaptaciones de acuerdo con el estilo de vida único de los animales. Un ejemplo cercano lo en- contramos si nos fijamos en las patas de un perro. ¿Dónde se encuentran en el perro el “tobillo”, la “rodilla”, el “codo” y la “muñeca”? ¿Están todos los huesos de las manos y los pies hu- manos contenidos dentro de las pequeñas patas del perro? Compara los dibujos de la FIGURA E39-3. ¡Te llevarás una sor- presa! Caminar con un perroENLACES CON LA VIDA omóplato húmero cúbito radio metatarsianos falanges pelvis fémur rótula tibia peroné omóplato húmero cúbito radio muñeca metacarpianos falanges pelvis fémur rótula tibia peroné metatarsianos falanges tobillo rodilla codo talón mano muñeca rodilla pata talón metacarpianos falanges codo FIGURA E39-3 Extremidades del perro y del ser humano tones que constituían el grupo control. En comparación con los ratones que sirvieron de control, aquellos a los que se inyectó OPG perdieron mucho menos masa ósea durante el periodo que estuvieron en condi- ciones de ingravidez, lo cual sugiere que es- to podrá ayudar a los futuros astronautas. Para simular una ingravidez prolongada, aquí en la Tierra, un equipo de investigadores internacionales convenció a algunos volunta- rios de que pasaran tres meses confinados en una cama con la cabeza inclinada ligeramen- te hacia abajo (FIGURA 39-13). A un grupo se le administró un fármaco contra la osteo- porosis; a los integrantes del otro grupo se les indicó que hicieran ejercicio acostados tres veces a la semana; y el tercer grupo sir- vió de control. Los datos recabados aún se están analizando, pero los hallazgos prelimi- nares indican que el ejercicio realizado tres veces a la semana redujo la pérdida ósea y muscular, y que el fármaco contra la osteo- porosis ayudó a contrarrestar la pérdida de hueso. Como podrás imaginar, el estudio re- sultó tedioso para los voluntarios. Uno de ellos comentó: “En verdad ya quiero levantar- me de esta cama. Cómo extraño manejar mi auto, andar en bicicleta y tomar una ducha”. Más tarde, después de levantarse len- tamente y empezar a tratar de mover las piernas que se habían desacos- tumbrado a la locomoción, comentó: “Es una excelente experiencia. Estoy contento por haberla disfrutado”. Piensa en esto Algunas personas cre- en que la investigación en relación con los viajes espaciales es una pérdi- da de dinero y talento, pues aún exis- ten muchos problemas sin solución y necesidades sin satisfacer aquí en la Tierra. ¿Cómo podría justificar un cien- tífico de la NASA la investigación sobre pér- dida ósea en el espacio ante una audiencia escéptica? ¿Aceptarías ser un voluntario pa- ra un estudio en el que hay que permanecer postrado en una cama, como el que se des- cribió aquí? ¿Por qué? FIGURA 39-13 Un voluntario hace ejercicio mien- tras está boca arriba y ligeramente inclinado
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