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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-851

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¿CÓMO SE REPRODUCEN LOS ANIMALES? 819
a)
b)
saltamontes hembra
espermatóforo
FIGURA 40-9 La reproducción en tierra requiere de la fecunda-
ción interna 
a) Un rinoceronte de Sumatra macho, en peligro de extinción,
monta a una hembra para aparearse. b) Un grillo mormón hembra
introduce un paquete de espermatozoides en su cuerpo.
Costa Rica, pero no se les ha vuelto a ver desde 1989. Su de-
saparición, en opinión de los científicos, fue provocada por
cambios ambientales relacionados con el uso del suelo y el ca-
lentamiento global; además, fue tan repentina que nadie pen-
só en preservar la herencia genética de tal especie en un
zoológico congelado, así que ésta se perdió para siempre.
La fecundación interna se efectúa dentro 
del cuerpo de la hembra
En la fecundación interna, los espermatozoides se introducen
en el cuerpo de la hembra, donde tiene lugar la fecundación.
La fecundación interna es una adaptación importante a la vi-
da terrestre, porque los espermatozoides deben permanecer
bañados en líquido hasta que llegan a los óvulos. Incluso en
entornos acuáticos, la fecundación interna eleva la probabili-
dad de alcanzar el éxito, porque los espermatozoides y los óvu-
los están confinados juntos en un espacio pequeño, en lugar de
depender de encuentros dentro de un gran volumen de agua.
La fecundación interna por lo regular se realiza mediante
la cópula, el comportamiento por el cual el macho deposita
espermatozoides directamente en el tracto reproductor de la
hembra (FIGURA 40-9a). En una variación de la fecundación
interna, los machos de algunas especies empacan sus esper-
matozoides en un envoltorio llamado espermatóforo (“porta-
dor de espermatozoides” en griego). En muchas especies que
producen espermatóforos, como algunos escorpiones, salta-
montes y salamandras, no se efectúa cópula. El macho simple-
mente suelta un espermatóforo en el suelo; si una hembra lo
encuentra, se fecunda a sí misma insertándolo en su cavidad
reproductora, donde se liberan los espermatozoides que con-
tiene (FIGURA 40-9b).
Entre los animales que copulan para reproducirse, los 
machos compiten por las hembras. Esta competencia ha pro-
piciado el desarrollo evolutivo de una amplia variedad de es-
tructuras y comportamientos reproductores seleccionados
sexualmente. Un ejemplo espectacular de competencia para el
acceso a parejas se da a principios de la primavera en los bos-
ques occidentales de Canadá. Conforme la nieve se derrite y el
suelo se calienta, las serpientes jarreteras macho salen de sus
guaridas subterráneas donde invernaron en grupos de millares.
Posteriormente salen las hembras y se inicia un frenesí de apa-
reamiento. En un mar de miles de cuerpos que se retuercen,
cada hembra atrae a docenas o incluso centenares de machos
(FIGURA 40-10). Sólo uno de ellos logrará copular con ella.
Para que la fecundación ocurra, un óvulo maduro debe es-
tar presente. Muchos caracoles e insectos hembra almacenan
espermatozoides dentro de sus cuerpos durante días o inclu-
so meses, lo que garantiza una provisión para cuando los óvulos
estén listos. En los mamíferos, los cuales no almacenan esper-
matozoides, el comportamiento de apareamiento debe estar
sincronizado. A menudo la hembra experimenta la ovulación
(cuando el ovario libera un óvulo) sólo durante ciertos mo-
mentos del año y da señales de que está lista para aparearse
mediante feromonas y comportamientos. La cópula misma
provoca la ovulación en unos cuantos mamíferos, como el co-
nejo. Los zoólogos que intentaban criar un rinoceronte de Su-
matra hembra (véase la figura 40-9a), una especie que no se
había logrado reproducir en cautiverio durante un siglo, final-
mente descubrieron que su ovulación era estimulada por el
cortejo; fue así como nacieron dos rinocerontes. Los esperma-
FIGURA 40-10 Competencia por las hembras
Al salir del estado de hibernación, masas de serpientes jarreteras
macho compiten para aparearse con las hembras.

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