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822 Capítulo 40 REPRODUCCIÓN ANIMAL proporcionan la energía necesaria para mover el flagelo. Las sacudidas de la cola, que en realidad es un flagelo largo, im- pulsan al espermatozoide por el tracto reproductor femenino. En el ser humano y otros mamíferos, la espermatogénesis no comienza sino hasta la pubertad, cuando el hipotálamo li- bera GnRH, que estimula a la hipófisis anterior para que pro- duzca LH y FSH. La LH estimula a las células intersticiales de los testículos para que produzcan testosterona (FIGURA 40- 15). La testosterona, en combinación con la FSH, estimula a las células de Sertoli para realizar la espermatogénesis. Al igual que muchos procesos fisiológicos, la producción de es- permatozoides está regulada por retroalimentación negativa. La testosterona, al estimular la espermatogénesis, también in- hibe la liberación de GnRH por parte del hipotálamo y de LH y FSH por parte de la hipófisis, lo que limita la producción posterior de testosterona y la producción de espermatozoides. Las células de Sertoli, cuando son estimuladas por la FSH y la testosterona, no sólo promueven la espermatogénesis, sino que secretan la hormona inhibina, que también inhibe la pro- ducción de GnRH, LH y FSH (figura 40-15). Este proceso de retroalimentación mantiene la producción de espermatozoi- des a niveles relativamente constantes a lo largo de la vida re- productiva del hombre. Las estructuras accesorias producen semen y conducen a los espermatozoides al exterior del cuerpo Los túbulos seminíferos se fusionan para formar el epidídimo, un solo tubo continuo, largo y plegado (véase la figura 40- 12a). El epidídimo lleva al conducto deferente, que saca los espermatozoides del escroto. Casi todos los cientos de millo- nes de espermatozoides que se producen cada día en el cuer- po de un hombre se almacenan en el conducto deferente y en el epidídimo. El conducto deferente se une a la uretra, que co- necta la vejiga con la punta del pene. Este camino final común lo comparten, en diferentes momentos, tanto la orina (duran- te la micción) como los espermatozoides (durante la eyacula- ción, un reflejo causado por estimulación sexual que expulsa a los espermatozoides por el pene). El líquido eyaculado del pene, llamado semen por las vesículas seminales constituye aproximadamente el 60 por ciento del semen. Este líquido es rico en fructosa, que aporta energía para los espermatozoides; también contiene prostaglandinas (véase el capítulo 37) que estimulan contrac- ciones uterinas, las cuales ayudan a transportar a los espermato- zoides por el tracto reproductor femenino. Su pH levemente alcalino protege a los espermatozoides del ambiente ácido de la vagina que, de otra forma, inhibiría la actividad espermáti- ca. La próstata produce una secreción rica en nutrimentos, la cual constituye alrededor del 30 por ciento del volumen del semen e incluye enzimas que aumentan la fluidez de éste des- pués de que es liberado en la vagina, permitiendo que los espermatozoides se desplacen más libremente. Las glándulas bulbouretrales hipotálamo hipófisis anterior células intersticiales células de Sertoli GnRH FSHLH testosterona + ++ + + + ++ – espermatogénesis = estimula = inhibe inhibina – –– – testículos FIGURA 40-15 Control hormonal de la espermatogénesis La GnRH del hipotálamo estimula a la hipófisis anterior para que li- bere LH y FSH. La LH estimula a las células intersticiales para que produzcan testosterona. La testosterona y la FSH estimulan a las células de Sertoli y a las espermatogonias para que realicen esper- matogénesis. Las células de Sertoli liberan inhibina, la cual, junto con la testosterona, inhibe la liberación ulterior de FSH y LH para establecer un ciclo de retroalimentación negativa que mantiene casi constante la tasa de espermatogénesis y la concentración de testosterona en la sangre. PREGUNTA: ¿Por qué las inyecciones de testosterona suprimen la producción de espermatozoides? vaina del flagelo flagelo Flagelo Segmento intermedio Cabeza mitocondria centriolos núcleo acrosoma FIGURA 40-14 Espermatozoide humano Un espermatozoide maduro es una célula equipada únicamente con lo esencial: un núcleo haploide, el acrosoma (que contiene en- zimas para digerir las barreras que rodean al óvulo), mitocondrias para producir energía y un flagelo largo para la locomoción.
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