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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-941

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DE UN VISTAZO
E S T U D I O D E C A S O P L A N TA S D E R A P I Ñ A
E S T U D I O D E C A S O : Plantas de rapiña
44.1 ¿Qué son las hormonas vegetales y cómo
actúan?
44.2 ¿Cómo regulan las hormonas el ciclo de vida 
de las plantas?
El ciclo de vida de las plantas comienza con una semilla
Investigación científica: ¿Cómo se descubrieron 
las hormonas vegetales?
La auxina controla la orientación de la plántula que brota
La forma genéticamente determinada de la planta adulta 
es resultado de interacciones hormonales
La duración del día controla la floración
Las hormonas coordinan el desarrollo de semillas y frutos
La senectud y el estado de latencia preparan a la planta para 
el invierno
44.3 ¿Las plantas pueden comunicarse y moverse
rápidamente?
Las plantas llaman a los “guardianes” cuando son atacadas
Las plantas podrían advertir a sus vecinos y a su descendencia
de los ataques
Algunas plantas se mueven rápidamente
O T R O V I S TA Z O A L E S T U D I O D E C A S O :
Plantas de rapiña
EN LA MARISMA, LAS PLANTAS ESTÁN
“HAMBRIENTAS”, no de luz solar, sino de
nitrógeno. Las marismas y las ciénagas tien-
den a ser medios ácidos, y el ácido desalien-
ta el crecimiento de las bacterias fijadoras
de nitrógeno. Aunque el nitrógeno es esca-
so en el medio acuático, es abundante en
las proteínas del cuerpo de los animales, y
algunas plantas que habitan en los pantanos
han desarrollado estilos de vida carnívoros
que satisfacen sus necesidades de nitrógeno.
En un pantano de Carolina del Sur, una
mosca desprevenida se posa sobre una plan-
ta aparentemente inofensiva (véase la ima-
gen en el recuadro al inicio del capítulo),
atraída por el néctar que recubre los bordes
de las hojas con forma de concha de alme-
ja. De repente, las hojas se cierran, presio-
nando el cuerpo del insecto contra las
glándulas digestivas que recubren sus su-
perficies internas. Sus bordes con espigas
embonan para atrapar al infortunado insec-
to. Durante los siguientes cuatro o cinco
días, las enzimas digerirán a la mosca, y la
hoja absorberá las moléculas que contienen
nitrógeno antes de que su trampa se abra
de nuevo para atraer a su siguiente víctima.
Cerca de ahí, un insecto alas de encaje
se posa sobre un cúmulo de gotitas dulces y
refulgentes sólo para encontrarse después
luchando indefenso en medio de una masa
pegajosa (FIGURA 44-1). Para empeorar la
situación, unos tentáculos rojos con más es-
feritas de pegamento dulce se doblan hacia
él para atraparlo sin remedio. Las enzimas
en la secreción digerirán el cuerpo del in-
secto, y la planta, llamada rocío del sol, se
dará un “festín” al absorber los nutrimentos
ricos en nitrógeno.
Debajo de la superficie de la marisma,
todavía tiene lugar otro drama. Una utricula-
ria deja colgadas en el agua cientos de pe-
queñas cámaras con forma de pera, las
cuales varían —dependiendo de la espe-
cie— desde un tamaño equivalente a una
cabeza de alfiler hasta el de un guisante.
Cada una de estas pequeñas “vejigas” está
sellada con una puerta hermética cuyo bor-
de inferior tiene cerdas. Un diminuto crustá-
ceo (emparentado con el camarón, pero
apenas visible para nosotros) nada y pasa
rozando las cerdas. En 1/60 de segundo, el
animal es atrapado por la vejiga, donde las
enzimas lo matarán y digerirán poco a poco.
Pero, ¿cómo logran estas plantas de rapiña
moverse lo suficientemente rápido para
atrapar animales que vuelan o nadan?
FIGURA 44-1 Una planta rocío
del sol atrapa a un alas de encaje

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