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Manual de
Historia Constitucional 
Argentina
(Primera parte)
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales 
y Políticas de la U. N. N. E. - Cátedra "C"
Corrientes
1997
o 
sJi
Enrique Eduardo Galiana
Enrique Eduardo Galiana
Ediciones del autor 
© Enrique Eduardo Galiana-1997 
Todos los derechos reservados 
Diseño electrónico é impresión 
Amerindia Ediciones Correntinas
Impreso en Argentina - Printed in Argentina
Manual de Historia Constitucional Argentina
...A mis padres, mi esposa, mis hijos 
Catalina Itatí y Luís Enrique.
A mis amigos vivos, que los tengo 
pocos, y al ausente a quien extraño... 
Rubén Dario Casco
Manual de Historia Constitucional Argentina
Introducción
l trabajo que presentamos, que no es otra cosa 
que una compilación de trabajos docentes reali­
zados durante mi larga carrera enseñando, du­
rante más de treinta años.
Los mismos llenan vacíos que los alumnos estaban 
exigiendos.
La falta de elementos bibliográficos disponibles nos lle­
vó a la tarea de poder brindar a los educandos material no 
disponible, esencialmente como indicativos para ampliar sus 
temas y sus horizontes en la búsqueda del conocimiento y la 
verdad.
El pensamiento histórico es materia maleable, su eterno 
repensar, es la voluntad absoluta de su vigencia en el ser hu­
mano, lo acompaña en todo momento, cada ser humano es en 
sí historia pura, y su objetivo es proteger la vida y la libertad 
con esencias puras de su existencia en la comunidad.
La historia si no tuviera como fin la defensa absoluta de 
la vida y la libertad no tendría razón de ser.
Alrededor de dichos valores absolutos para todas las 
comunidades, como rectores de la república nos permiten ana­
lizar tiempos y espacios donde gobernantes y gobernados han
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Enrique Eduardo Galiana
gozado de los mencionados derechos, y en otros han sido ani­
quilados, pues ahí está la respuesta para obtener una fórmula 
de la tiranía.
Decíamos anteriormente que todos los tiranos se pare­
cen, y pretendo que mis alumnos aprendan que el primer aplau­
so lleva al podio al tirano.
La cátedra predica y enseña la libertad de pensamiento, 
la tolerancia en todos los aspectos, borrar los estigmas que 
fueron transmitiéndose a través de generaciones con diferen­
cias aberrantes a nuestra constitución. Borrar los motivos o 
justificaciones de pensamientos lineales, nadie que se crea 
republicano puede creer que para siempre tiene razón, o que 
su verdad es absoluta. No existe la verdad absoluta, salvo la 
existencia de Dios, para los creyentes como veremos, porque 
los ateos tienen otro concepto, o no...?
El material que brindamos llena algunos vacíos del pro­
grama vigente, es absolutamente mejorable por cierto y no 
desplaza cualquier otra bibliografía sobre el tema, es comple­
mentario.
No desarrollamos la bolilla o unidad tres, porque la 
misma tiene material abundante en todos los autores que sir­
ven de base o a para to eru dito d e l program a, sería 
sobreabundante.
No se descarta la posibilidad de ampliar cada uno de 
los temas, lo que es más, lo recomendamos.
Pero la aspiración de un profesor, es que el alumno pase
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Manual de Historia Constitucional Argentina
por sus clases y aprenda esencialmente que la persona del 
hombre es la cosa más hermosa del mundo, que aprenda y 
comprenda que si no defiende su libertad y dignidad, consien­
ta las conductas de quienes pausadamente con sus pensamien­
tos lineales imponen normas restrictivas de las mismas.
Con la aspiración de la justicia, y el derecho vigente 
dedico a mis alumnos el material contenido en el texto.
Dr. Enrique Eduardo Galiana
Corrientes, noviembre de 1997.-
Enrique Eduardo Galiana
Manual de Historia Constitucional Argentina
HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA 
Bolilla N° 1 
I. Historia en general. Concepto.
Antes de hablar científicamente de la Historia, veamos cómo la 
define nuestra lengua castellana: "Historia. Narración y exposi­
ción verdadera de los acontecimientos pasados y cosas memora­
bles. En el sentido absoluto se toma por la relación de los sucesos 
públicos y políticos de los pueblos.; pero también se da este nombre 
a la de sucesos, hechos o manifestaciones de la actividad humana de 
cualquiera otra clase. Historia de la Literatura, de la Filosofía, de las 
Artes, de la Medicina, de la Legislación^ Conjunto de los sucesos 
referidos por los historiadores. Este es muy entendido en historia, 
aquél no la conoce. La Historia de Tucídides, de Tito Livio, de 
Mariana. Obra Histórica en que se refieren los acontecimientos o 
hechos de un pueblo o de un personaje . . . " (1)
Tenemos entonces que la historia se compone de un elemento 
esencial, el pasado; ese pasado debe tener cierta relevancia, cuando 
se refiere a los hechos acaecidos en él.
Con un ejemplo trataremos de aclarar el concepto de la historia 
en general. Suponiendo que el alumno se coloque mirando al pasa­
do a través de los elementos y testimonios que quedaron en el tiem­
po y fueron dejados por el hombre. Grandes bibliotecas,-monu­
mentos, casas, poesías, ropas, utensilios, armas, diarios, etc. Con 
esos elementos podremos saber qué ocurrió en el pasado. Cómo 
vivían los hombres. Cómo se gobernahan: cómo se vestían: de dón­
de sacaban sus alimentos; qué relación tenía el poder del gobernan­
te con sus gobernados fhombres libres, esclavos, vasallos, etc.'): je-
(1) Diccionario de la Legua Española - Real Academia Española - 20* Edición -
Tomo H - Págs. 738/739 - 1984.
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Enrique Eduardo Galiana
lación entre el poder y la libertad; en ese diálogo permanente entre 
el hombre y su pasado va a encontrar vestigios de esclavitud, de 
libertad, de opresión, de lucha contra la opresión, etc.
Es decir que por medio del pensamiento, porque no cabe la 
menor duda que solamente razonando podemos volver hacia el 
pasado, porque materialmente nos es imposible retrotraernos. Po­
dremos representar una idea de lo que había ocurrido en determina­
do tiempo del pasado. Ubiquémonos en Corrientes en 1588. Es sa­
bido que se funda el 3 de abril de 15 88 la ciudacLde-Comentes, ú, 
queremos saber lo que ocurrió de importancia ese día, tendremos 
que leer el Acta Fundacional de Corrientes. Ocurrieron otros he­
chos, los que vinieron, comieron, se bañaron, se vistieron, cazaron 
para poder comer, prendieron fuego, etc., pero esos hechos no que­
dan como importantes para la historia, porque lo trascendente borra 
lo intrascendente, es decir, lo importante apaga el fulgor de lo no 
importante. El Acta Fundacional de Corrientes, relata cómo el Fun- 
dador de la ciudad clavó el tronco que servirá para tener el rollo por 
el cual Su Majestad, Rey de Castilla, tomaba posesión de este terri­
torio, como él cumplí acón las~5bligaciones del Adelantazgo que 
traía como parte de su Título, cómo distribuyó la Ciudad, la funda­
ción del Cabildo; es decir que a través de la lectura del Acta
Fundacional y de los demás documentos que van creando en ese 
momento, podemos reproducirla escena en la cual el Adelantado 
fiindó la Ciudad de Corrientes, peroüolamente con la mente. 
(Retrospección intelectiva).
T Eulas Ciencias Físicas, los experimentos, sabido es. pueden re­
petirse en la cantidad de veces que nosotros creamos conveniente, 
la Historia en cambio es un pasado irreversible. Sigamos a un histo­
riador: "El objeto sobre el cual puede verse la historia, es un hecho 
pasado e irreversible, ha estado en el tiempo y en el espacio, pero 
ahora no existe, no actúa. En la historia no se da la lógica de la 
misma manera que en los hechos físicos. Ello se debe especialmen­
te a que el agente promotor del hecho histórico es la voluntad hu- 
majja, la que no responde de igual manera ante dos indicaciones
Manual de Historia Constitucional Argentina
idénticas. La voluntad del hombre se halla en permanente lucha 
para modificar la naturaleza y tampoco puede este aspecto correla­
cionarse con los hechos físicos. A la pregunta ¿ Qué es la historia ? 
podemos responder utilizando las explicaciones queha dado el his­
toriador francés^Henry Marrou: "La Historia es el conocim iento riel 
pasado humano. Un conocimiento válido, verdadero, oculto a lo 
que podría haber sido, el resultado de la imaginación, de la novela, 
del mito, de las leyendas pedagógicas, de aquellas aleluyas de la 
escuela primaria. Conocimiento que será la culminación de un es- 
fuerzo riguroso y sistemático por hallar la verdad de lo sucedido. Y 
ál hablar de pasado humano, entendemos por tal todas las acciones, 
pensamientos, sentimientos y obras (materiales y espirituales) del 
hombre o de los hombres de ayer, susceptible de comprensión por 
el hombre de hoy, que es el historiador . . . (2)
Una definición o concepto de historia, que la tomamos en la 
Cátedra, es la siguiente: "La historia es ¡a recreación intelectual 
del pasado humano mediante la búsqueda de los hechos, reali­
zada sobre la base de testimonios y la exposición congruente de 
sus resultados " .(3)
Recrear el hecho histórico, essencillamente rescatarlo del pasa­
do y traerlo al presente por medio de los testimonios, que pueden 
ser materiales o espirituales, (libios, revistas, diarios, documentos 
de cualquier tipo, armas, utensilios, etc.). El hecho ha ocurrido una 
solaj¿ez, y ha sido visto por otros hombres; cuando estos hombres 
relatan el hecho de manera escrita: por medio de monumentos; por 
medio de utensilios u otros elementos del pasado, nos permiten co­
nocer el hecho que ellos vieron, pero con una ventaja para nosotros, 
tenemos mavor cultura, tenemos mayores conocimientos v lo 
que es más importante, hemos vivido después de los hechos yjene- 
mos la ventaja de .saber cuáles fueron los resultados posteriores a 
esos hechos, como por ejemplo, si valióla p ena que hombres del
(2) Tao Anzoátegui, Víctor y Martiré, Eduardo - Manual de Historia de las Insti­
tuciones Argentinas - Págs. 10 y 11.
(3) Cassani y Pérez Amuchástegui.
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Enrique Eduardo Galiana
pasado lucharan por su libertad tanto tiempo, contra la opre­
sión dejin poder que pudo ser totalitario. (Todas las tiranías son 
iguales).
Hablamos del. pasado humano. Tiene que haber una distancia 
temporal entre el hombre y los hechos que va a relatar. Porque el 
hombre que relata el pasado humano, se encuentra libre de las cir­
cunstancias que rodean el hecho humano pasado. Aquél que preten­
de juzgar su propia época se encuentra atado por una serie de liga­
mentos que le impiden obrar objetivamente. Un ejemplo aclara ¡a 
circunstancia, si yo pretendo escribir la historia del tiempo político 
en que vivo, estaré sujeto a mi filiación política, a mi conveniencia 
económica, a mi conveniencia académica, a mi conveniencia so­
cial, entonces escribiré una historia o justificando a mis amigos o 
atacando a mis enemigos, la misma no será objetiva, al justificar a 
mis amigos omitiré citar los errores, al atacar a los enemigos, omi­
tiré citar sus aciertos. No existe, en consecuencia, historia. (No es 
inexorable que así sea).
Lo importante en la historia, es que relatemos el hecho pasado 
y que sea humano, los j i echos del hombre son los que le interesan 
al historiador, le son indiferentes los fenómenos de la naturaleza, la 
lluvia, los terremotos, etc., salvo cuando éstos se refieran aloslhe- 
chos del hombre, el caso del terremoto de San Juan, nos permitirá 
estudiar la conducta de los hombres, la solidaridad de los mismos, 
la actitud de los gobernantes, la actitud de la preñsa-en determinado 
período, qué hicieron otros países respecto a la Argentina, la ayuda­
ron o no; es decir, siempre el protagonista hacedor de la historia
Una explicación de la historia en palabras sencillas nos la da el 
autor que cito: "La única diferencia radical entre la historia humana 
y la historia natural, es que aquella no puede nunca comenzar de 
nuevo -hemos dicho que los fenómenos naturales se repiten tantas 
veces el investigador quiera- . . . y otros han mostrado cómo el 
chimpancé y el orangután no se diferencian del hombre, por lo 
que hablando rigurosamente llamamos inteligencia, sino por-
Manual de Historia Constitucional Argentina
' que tienen mucha menos memoria que nosotros. Las pobres 
bestias se encuentran cada mañana con que han olvidado casi 
todo lo que han vivido el día anterior, y su intelecto tiene que 
trabajar sobre un mínimo material de experiencia. Parejamen­
te el tigre de hoy es idéntico al de hace seis mil años, porque 
cada tigre tiene que empezar de nuevo a ser tigre, como si no 
hubiese habido antes ninguno. E l hombre, en cambio, merced a 
su poder de recordar acumula su propio pasado, lo posee y lo 
aprovecha. El hombre no es nunca un primer hombre; comien­
za desde luego a existir sobre cierta altitud, de pretérito amon­
tonado. Este es el tesoro único del hombre, su privilegio y su 
señal. Y la riqueza menor de ese tesoro consiste en lo que de él 
parezca acertado y digno de conservarse: lo importante es la 
memoria de los errores, que nos permite no cometerlos mismos 
siempre. El verdadero tesoro del hombre es el tesoro desús erro­
res, la larga experiencia vital decantada gota a gota en milenios. 
Por eso Nietzche define al hombre superior como EL SER DE 
LA MAS LARGA MEMORIA. Romperla continuidad con el 
pasado, querer comenzar de nuevo, es aspirar a descender y 
plagiar al orangután (4)
Como un ejemplo, el autor antes citado nos trae el simbolismo 
de la coronación de los monarcas ingleses y culmina al comentar tal 
hecho con lo siguiente: "El inglés tiene empeño en hacernos constar 
que su pasado, precisamente porque ha pasado, porque le ha pa­
sado a él sigue existiendo para él. La grandeza de este pueblo, dice 
Gasset, es realmente que recuerda su pasado y evita los vaivenes 
pueriles en que caen los países del continente . . . " .(5)
Con ésto quiere decir el filósofo español, que el hombre tiene 
continuidad, que es imposible concebir una historia discontinua.
NOTA: Los alumnos deben saber que las obras del filósofo es­
pañol no se resumen en la Rebelión de las Masas, sino que se en-
(4) Ortega y Gasset, José - Obras completas - Tomo IV - La rebelión de ais 
Masas - Pág. 136.
(5) O. Cit.
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Enrique Eduardo Galiana
cuentran compiladas en doce tomos, por lo que de esa manera le 
brindamos en este curso un apoyo cultural a su intelecto.
Lo mismo podemos decir de Juan Bautista Alberdi que alcanzan 
más de treinta tomos; al igual que las obras de Domingo Faustino 
Sarmiento que alcanzan más de sesenta tomos. Por eso es preciso 
tener un verdadero concepto de la historia para evitar caer en la 
vulgaridad de repetir por tradición conocimientos que son descono­
cidos o afirmaciones falsas.
r Se discute si la historia es una ciencia o si la historia no es una 
ciencia. Varnós a coincidir con José Antonio Maravall(6), en que la 
historia no tiene leyes, pero s í dentro de la historia existen cier- 
tas leyes: todas las tiranías se parecen(7); síntomas de restriccio- 
nes a la libertad, esclavitud, persecuciones, matanzas sin debido 
proceso, negación de los derechos, constituyen elementos que nos 
permiten estudiar a través del paso del tiempo la existencia de una 
tiranía por ejemplo. Indudablemente la historia es formativa, resu- 
me la experiencia de la historia, maestra de la vida, que cruza toda 
la Edad Media, conoce una nueva actualidad en los escritores del 
Barroco sin llegar a desaparecer nunca, es relegada a último plano 
por las nuevas teorizaciones debidas al estoicismo de los siglos XVIII 
a XIX . . . No cabe desconocer este aspecto de la historia. A él se 
liga, no su carácter de saber racional, sino su función formativa. 
Y según ella, el saber que de esa forma se transmite no va dirigida 
al hombre de ciencia sino al hombre que hace la ciencia, y no 
menos, al hombre que actúa. La recomendación tradicionalmen­
te dirigida al político acerca del conveniente estudio de la histo­
ria, se orienta en ese sentido generalmente y nosotros no tene­
mos por qué rechazarlo, siempre que no se olvide la fundamen­
taljustificación de lahistoria que hasta aquíhemos expuesto..
(6) Teoría del Saber Histórico - Revista de Occidente - Madrid.
(7) Galiana, Enrique Eduardo - Algo más sobre la Libertad de prensa - La Prensa
- N® 40.173 - 18-03-86 - Pág. 6.
(8) Maravall, José Antonio - Teoría del Saber Histórico - Págs. 198/199.
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Manual de Historia Constitucional Argentina
El mismo autor luego nos dice: \En realidad nuestra conciencia 
del pasado no debilita o encoge nuestros poderes activos. Empleada 
en forma adecuada nos proporciona una visión más libre del presen­
te y refuerza nuestra responsabilidad respecto al futuro, el hombre 
que ve su vida como una dinámica libertad creadora, sabe que en la 
historia encuentra el medio de librarse de modos de ser ya hechos, 
establecidos, que tratan de imponérsele por la inercia de lo que ha 
sido". (9) Vamos finalmente a tratar de exponer las direcciones en 
que esa acción liberadora de la Historia se resuelve. Y en primer 
lugar observamos que la Historia de hoy no pretende hablarnos de 
acontecimientos que sean al presente como fueron ayer. Lo de hoy 
es siempre diferente de lo de ayer, como será diferente lo de maña- 
ja , y así sucede respecto a todo momento, a todo ahora que trata­
mos de aislar y analizar. Los elementos o datos o factores con que 
los acontecimientos están compuestos, tomados en abstracto pue­
den ser iguales y de hecho lo son, por lo menos en parte; pero los 
acontecimientos históricos que son conjuntos en los que se arti­
culan, siempre con variaciones, esos elementos resultan en toda 
ocasión distintos, la Historia nos hace ver así y por consiguiente la 
Historia vive irremisiblemente del pasado, el conocimiento deTa 
historia nos libera de ese pasado y abre ante nosotros un espacio 
amplio en que edificar nuestro destino; por ejemplo, las crisis son 
los grandes momentos de liberación que la historia ofrece al 
hombre, las crisis despejan el campo, eliminan lo que estaba ya 
muerto y se mantenía como vivo sin poder ser más que un estor­
bo, destruyen lo falso que pretendía hacer valer un derecho a la 
existencia como si fuera auténtico, vencen el miedo y la resistencia 
a todo cambio, dejando de considerarlo como una perturbación. La 
Historia nos permite captar una serie de modos de ser, de proyectos 
de vidas que ya no pueden ser los nuestros. Nos dá por consiguiente 
una radical experiencia científicamente dilucidada de variación y de 
distancia. Del pasado la Historia nos da a conocer aquellas expe­
riencias que para nuestra contemplación de espectadores del preté-
(9) Ob. Cit.
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Enrique Eduardo Galiana
rito queden cuajadas en la línea de nuestro presente como errores, 
pero -también en la Historia se buscan los progresos del espíritu 
humano, aquellos que superaron los errores _del pasado que le tocó 
al momento histórico en que se vivía. La Historia nos hace ver como 
al no corregirse los proyectos de vida en común de acuerdo con la 
transformación a que inevitablemente, por el simple roce con la 
realidad de los hechos están sometidas las posibilidades con que se 
cuenta, se puede llegar a acumular un error de consecuencias 
funestas. Piénsese como ejemplo eminente en el error de los roma­
nos, que incapaces de conjugarse con las nuevas circunstancias no 
advirtieron la necesidad de reformar la república y dieron de bruces 
en el Imperio. Si tomamos nuestra realidad Argentina, estamos tam­
bién en presencia de errores reiterados que deben ser subsanados, 
mayor solidaridad, mayor comprensión, mayor espíritu democráti­
co, que nuestra educación se eleve y salgamos de la mediocridad en 
que nos encontramos hoy, 1986, errores que se vienen repitiendo y 
que permiten que ciclos de democracia se encuentren interpolados 
por ciclos de dictadura, la única manera de defender la democracia, 
es tomando de la Historia los errores del pasado. (10)
La Historia nos libera de los errores cometidos. Lo que no nos 
libera sin más es del error, como creyeron los ilustrados llevándo­
nos al paraíso secularizado de un progreso absoluto y definitivo._La 
Historia también, es cierto, puede liberarnos no sólo de los errores 
del pasado, sino de los para nosotros mucho más catastróficos son 
los errores del presente. En general, el hombre tiene la tendencia a 
considerar que las cosas que ve ante sí son sencillamente naturales, 
derivan de que el hombre es como es, y una de dos, o debemos 
respetarlas tal como las encontramos ante nosotros, sujetando a esa 
norma nuestra actividad de cualquier orden, sobre todo del político 
o del económico, o podemos actuar sin especial miramiento ante 
ellas, porque siendo productos naturales, seguirán existiendo del 
mismo modo, cualquiera que sea nuestro comportamiento. En uno
(10) Galiana, Enrique Eduardo - Diario El Litoral - A No Olvidar Correntinos
- Pago Largo - 31.03.86.
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Manual de Historia Constitucional Argentina
y otro caso se da lugar a actividades sociales de la mayor gravedad 
cuyas consecuencias representan un colosal error, no absolutamen­
te, sino respecto a la pretensión que en relación a ellas se había 
formulado, esto es, una radical inautenticidad. La historia nos libera 
de la presión del contorno, nos ordena y nos dá posibilidades de ser 
libres. Es cierto que ese pretérito nos pesa, nos condiciona en la 
actualidad, sabemos que en realidad todos los errores del pasado 
nos están marcando límites para poder realizarnos, para poder ac­
tuar, para poder vivir, pero claro, no es cierto que nos haya atado de 
tal manera que no tengamos un horizonte, que no tengamos posibi­
lidades de vivir, que no exista algo mejor de lo que tenemos, en esa 
eterna lucha, en esa constante lucha entre el pasado con el hombre 
como actor, por supuesto, y hacedor de la historia, en el presente 
con las limitaciones que el hombre no acepta, en ese diálogo entre 
el poder político y el hombre individual con sus derechos inaliena­
bles, la historia nos brinda la posibilidad de no cometer los errores 
del pasado, de mejorar el presente y con un horizonte mejor. Refi­
riéndose a ese horizonte, Maravall dice: "El horizonte no cierra, 
sino que abre el mundo a la mirada. Por eso el horizonte es 
libertad, pero libertad concreta, es a saber, libertad dentro de 
una estructura dada de cosas. Es libertad concreta en una si­
tuación históricamente articulada, libertad y situación referi­
das a un sujeto humano, en cuya existencia singular cobran 
realidad”. <“>
Luego de estos comentarios, nosotros apreciamos el valor de la 
historia que veremos en los puntos siguientes, dice un autor: "Papá, 
explicáme para qué sirve la historia", diría hace algunos años a su 
padre, que era historiador, un muchachito allegado mío. Quisiera 
poder decir que este libro es mi respuesta . . . (12)
Dos elementos o conceptos son fundamentales, comprender el 
presente por el pasado, creo que lo hemos explicado, prolongar un 
error sobre las mismas causas y trasladarlo al presente, es mantener
(11) Maravall, José Antonio - Ob. Cit.
(12) Bloch, March - Introducción a la Historia.
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Enrique Eduardo Galiana
el error vigente, como por ejemplo cuando en las democracias no 
aprendemos a vivir en ellas.
Comprender el pasado por el presente: para ésto valga una 
anécdota que transcribimos del autor citado: "He recordado esta 
anécdota, en cierta ocasión acompañaba yo en Estocolmo a Henry 
Pirenne. Apenas habíamos llegado cuando me preguntó ¿Qué va­
mos a ver primero?. Parece que hay un Ayuntamiento completa­
mente nuevo. Comencemos por verlo. Y después añadió como si 
quisiera evitar mi asombro: Si yo fuera un anticuario sólo me gusta­
ría ver las cosas viejas, pero soy un historiador y por eso amo la 
vida. Esta facultad de captar lo vivo es, en efecto, la cualidad domi­
nante del historiador. No nos dejemos engañar por cierta frialdad de 
estilo, los más grandes entre nosotros han poseído esa cualidad. 
Fustel. . . a su manera que era más austera no menos que Michelet. 
Quizás esta facultad sea en su principio un don de las hadasque 
nadie pretendería adquirir si no lo encontró en la cuna. Pero no por 
eso es menos necesario ejercitarlo y desarrollarlo constantemente. 
¿Cómo hacerlo sino del mismo modo de que el propio Pirenne nos 
daba él ejemplo en su contacto perpetuo con la actualidad? Porque 
el temblor de la vida humana que exigirá un duro esfuerzo de ima­
ginación para ser restituido a los viejos textos, es aquí directamente 
perceptible a nuestros sentidos . . . " (13)
¿Quésentido tendrían para nosotros los nombres que usa­
mos para caracterizar los estados de alma desaparecidos, las 
formas sociales desvanecidas, s i no hubiéramos visto antes vivir 
a los hombres? Pero el erudito -nos referimos al historiador- 
que no gusta de mirar en torno suyo, ni de los hombres, ni las 
cosas, ni los acontecimientos, merece quizás el nombre de un 
anticuario útil, y obrará sabiamente renunciando al oficio de 
historiador. Con ésto damos por terminado al concepto de his­
toria en general. w
* * *
* Esto no exim e al estudiante de leer en las obras generales.
(13) Ob. Cit. - Págs. 38/39.
- 1 4 -
Manual de Historia Constitucional Argentina
II. Concepto moderno de la historia.
Partamos de una base. Los antiguos cronicones medievales, las 
antiguas historias de relatos de guerreros, príncipes, dioses, han 
dejado olvidado el verdadero sentido de la historia.
Nos embarcamos decididamente en el concepto que la historia 
es maestra de vida, a lo cual agregamos "es¡a vida misma Todos 
l'os hombres vivimos nuestra propia historia, las experiencia de nues­
tro pasado se transmiten a cada uno de nosotros mismos. Somos 
resumen de un pasado, y estamos fabricando un horizonte futuro 
con las experiencias de dicho pasado.
Cuando hablamos de nosotros mismos nos remitimos a una Par­
tida de Nacimiento, a un padre y a una madre, a los abuelos, a los 
bisabuelos, etc. y todos ellos de alguna manera han ido limitando 
nuestra libertad en pautas, en formas de vida, religión, lengua, cos­
tumbres, etc. Es así que tenemos nuestra propia historia y nuestro 
propio horizonte.
C El concepíom oderno de la historia, en primer lugar busca ¡a 
verdad en la historia, y la objetividad, ésto quiere sisnifícar que 
el historiador debe despojarse de todo criterio Glosófíco que le 
impida_demostrar científícamente la verdad de lo acaecido en el 
pasado, y comprender la realidad pretérita.~J
También es finalidad del concepto-de la historia moderna deter­
minar su valor, en la cual encontramos lucha de escuelas, unas le 
dan el carácter de ciencia, a ja .historia, otros le niegan tal carácter
como Huizinga.
Veamos lo que dice un historiador respeto a este tema: "^co n ­
cepto modemoesjnuydistinto y está condicionado por laidea^dela 
unjdacTde la especie humana que propagó el cristianismo. Hasta 
entonces no había habido historia universal. Todas las historias es­
critas p.n F.dades pasadas se refieren a pueblos y tiempos determina-
- 1 5 -
Enrique Eduardo Galiana
dos, y desdeñan, o mejor, ignoran en absoluto los sucesos de otros 
tiempos y de otros puebloŝ . . . (14)
(2 Con esto nos quiere demostrar el autor que las antiguas historias 
se referían a un determinado espacio, a un determinado tiempo, sin 
relación de continuidad, es decir que una parte de la historia no se 
tocaba con la subsiguiente, eran elementos estancos, aislados, que 
negaban el criterio evolutivo/y las relaciones íntimas queunüempo 
y otfo tienen entre sí.J)
^Sigamos con~el autor: "El concepto de la perfectibilidad o 
progresibilidad humana está igualmente explícito en muchos San­
tos Padres; pero no se incorpora desde luego a la ciencia y no produ­
ce, por tanto, resultado útil en los estudios. La vida continúa no 
obstante su camino y va completándose en el sentido que hoy le 
damos. Al ideal de una perfección pasada sucede el de una per­
fección futura y siempre mayor". Paracelso, escribía en el Siglo 
XVI: "Dedico este libro a los que creen que las cosas nuevas valen 
más que las antiguas, por el sólo hecho de ser nuevas". Y la idea del 
progreso indefinido (que supone la unidad fundamental de la histo­
ria humana) está ya evidente en Bacón y en muchos otros autores 
del Siglo XVII. En el Siglo XVIII, esta teoría es la común y corrien­
te y se aplica incluso a las artes bellas (Turgot) respecto de los cua­
les el dogma era considerar como insuperable lo clásico. En todos 
estos precedentes se funda la idea moderna según la cual la uni­
dad históricatiene el carácter de evolutiva o genética corno dice 
Berheim: "Es la unidad de sustancia del germen que se desarrolla 
en una serie de posiciones o estados indefinidos de evolución, los 
cuales muestran un cierto sentido y dirección general qúe es su ley.
< De aquí resulta la continuidad no interrumpida del desarrollo en el 
tiempo, y por tanto, la dependencia en que el momento actual se 
encuentra respecto de los precedentes, sin cuya herencia y fuerza 
adquirida no podría explicarse, en fin, que toda la historia es una
(14) Altamira, Rafael - La Enseñanza de la Historia - Madrid - 1985.
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Manual de Historia Constitucional Argentina
marcha ascendente, continua y acumulada en el desenvolvimiento 
de las energías y cualidades del sujeto social".(15)
Esta explicación que ha venido a la Sociología por influjo prin­
cipalmente de las Ciencias Naturales, donde tuvo su origen; es hoy 
dominante aún en los autores que no militan por completo en las 
filas del positivismo.
Su influencia se refleja en las ciencias concretas. Así en la Lin­
güística ha producido una teoría nueva acerca de la vida del idioma, 
frente a la antigua que admitía la existencia de lenguas madres y 
lenguas hijas, proviniendo éstas de aquéllas y sustituyéndolas con 
individualidad especial. Así por ejemplo el Castellano no es una 
lengua distinta del Latín, sino es el Latín el evolucionado o como 
dijéramos un Latín del Siglo XIX.
Por ejemplo esa famosa división en la historia entre bárbaros y 
romanos; o griegos y bárbaros, etc., perdura en la historia pero es 
una gran incongruencia, es una gran mentira; ni existieron bárbaros, 
ni existieron romanos en el sentido dado, existió la humanidad con 
diferentes culturas; es como la tendencia que tenemos los seres hu­
manos al opinar que los que no piensan como nosotros tienen la 
insolencia de parecerse a los seres humanos porque no lo son; ¿qué 
quiero decir con ésto?, que el que no piensa como nosotros es un 
bárbaro, un amarillo, un hombre que no está ubicado, es un igno­
rante, etc., y no es así, el que no piensa como nosotros sencilla­
mente ejerce el derecho inalienable que han ejercido los seres 
humanos a través del tiempo, de discrepar; que es una de las 
bases de la vida democrática y la convivencia pacífica.
En la historia, cuyo concepto moderno estamos tratando, las 
palabras "viejo” y "muerto" no tienen valor. En la Historia todo 
está vivo y en constante actividad y producción. Por ejemplo: "La 
historia de las naciones Arias de Europa, sus idiomas, sus institu­
ciones, sus relaciones con los demás, todo forma una larga serie de 
causas y efectos de la cual ninguna parte puede ser plenamente
(15) Ob. Cit. - Págs. 206/207
- 1 7 -
Enrique Eduardo Galiana
entendida sise toma como algo separado e independiente de las 
demás partes". Este punto de vista de la mutua e indispensable 
dependencia y explicación que tienen todos los períódos~3eTa'E5s- 
toria es el que mejor explica el concepto que admite que la Historia 
es la vida misma. Si se nos pregunta qué aplicación tiene el estudio 
de los sucesos e instituciones de tiempos tan lejanos del nuestro, 
contestaremos que la distancia no se mide simplemente por el trans­
curso del tiempo, y que aquellas Edades en que hubieron de nacer la 
Literatura, el Arte, la libertad política, están a veces sólo por analo­
gía e influencia indirecta, a veces por causas y efectos actuales no 
distantes, sino muy próximos a nosotros. Coloquemos la Historia y 
la Literatura de los períodos culminantes de Grecia y Roma en el 
lugardebido en la Historia de la Humanidad, pero nada más que en 
el lugar debido; miremos a los antiguos, a los hombres de Plutarco, 
a los hombres de Homero, no como de otra raza sino como hombres 
de pasiones iguales a las nuestras, como hermanos mayores, en la 
común familia aria. Hagamos entender que la lengua que ahora ha­
blamos forma en realidad una sola con la lengua de Homero (Igual 
sucede con los españoles),
Es por eso que cuando estudiamos en la actualidad Historia Cons­
titucional Argentina, vamos a leer textos, documentos; hechos rea- 
les del pasado que no son repetición, porque la Historianasejepite. 
los hombres son diferentes, losJjernpas_san_difgrentes, nosotros 
somos diferentes; pero qué mucho se parecen a nuestros tiempos 
modernos; en alguna oportunidad dijimos que todas las tiranías se 
parecen, la restricción de la libertad, acallar la libertad de prensa, 
negar la propiedad, confiscar, etc.; naturalmente ésto nos lleva de la 
mano a decir que la Historia es una unidad de causas y efectos y 
que los períodos de desarrollo tienen que ser superiores a los perio­
dos de retrocesos. Veamos: un período de retroceso es aquél que 
vuelve a los totalitarismos y a las tiranías, ya que se supone que el 
hombre ha luchado durante tanto tiempo por consolidar su libertad, 
si volvemos a la tiranía, volvemos a vivir los errores del pasado, en 
cambio si progresamos en el sentido de garantizar con mayor efica-
Manual de Historia Constitucional Argentina
cia la libertad y la vida; estamos en que las causas y efectos fueron 
provechosas para todos nosotros. Veamos algo: "Las instituciones 
políticas son fruto de una civilización mediterránea y occidental 
que ha descubierto hace unos tres mil anosef diálogo entre el poder 
ylallbertad en el marco de la ciudad (Polis) y que ha vuelto a él 
después de siglos de olvido en el ámbito de Estado:Nación; al final 
de la Edad Media en la Gran Bretaña y a los finales del Siglo XVIII 
p.n los Estados Unidos y en Francia. Esta concepción de una socie­
dad política en la que el poder de los gobernantes se haya equi­
librado v limitado por Jas libertades de Jos ciudadanos a través 
dejo s propios mecanismos institucionales, es con la que seen- 
frentan en el mundo moderno la ideología marxista, las tenta­
ciones fascistas, el subdes lio, el superequipamiento técnico
Y algunas otras novedades legítimo pensar por lo tanto, que la
situación presente del Dere Constitucional no es algo que inte­
rese únicamente a los especialistas, afecta también en cierta medi­
da, a todos los que meditan sobre el mundo del futuro inmediato y 
que pretenden saber cuáles de las fuerzas que se disputan nuestro 
porvenir acabarán configurándolo o qué combinaciones serán final­
mente las determinantes. Más allá del combate del Derecho Consti­
tucional para preservar en su propio ser y preservar lo que en él hay 
de esencial pese a los nuevos ámbitos en los que se encuentra in­
merso, lo que un poco está en juego es el destino de una civiliza­
ción, con todo lo que ha aportado la humanidad a los hombres a 
través de muchos sufrimientos".(16)
Creemos que este es el concepto moderno más eficaz, la historia 
debe ser objetiva, desprovista de pasiones, debe retratar la verdad 
del diálogo con el pasado, debe ser resultado de causas y efectos 
interrumpidos, tienen por unidad al hombre, en su eterna lucha 
por la libertad y por el progreso de la_humanjdad, cuando en un 
determinado período de la historia las estructuras fortalecen la li-
(16) Hauriou, André - Derecho Constitucional e Instituciones Políticas - Págs.
16 y 17.
- 1 9 -
Enrique Eduardo Galiana
bertad vemos y apreciamos que ellas están luchando por un progre­
so ininterrumpido, cuando las sociedades compuestas por supuesto 
por los hombres, vuelven a las tiranías, estamos en un período que 
llamamos de retroceso. El concepto moderno de la historia, se resu­
men en consecuencia así VERDAD, OBJETIVIDAD y PROGRE­
SO^ vida y libertad).
Para terminar este punto rescatamos las palabras de uno de los 
grandes historiadores del mundo: "Ninguna ciencia satisface tan 
completamente como la historia la inmensa necesidad de lo ver­
dadero, de lo bueno, de lo bello, que la humanidad siente más 
imperiosamente a medida que más adelanta en su camino. Nue­
vos rostros en este mundo y sucesores de aquellos que conocién­
dolo apenas lo abandonaron, anillos temporales de la cadena 
en la cual a pesar de la destrucción de los individuos, se perpe­
túa la especie; ¿Cómo podríamos dirigirnos si estuviéramos ateni-
dos solamente a la propia experiencia?. En poco, superiores a los
brutos, y acaso más desgraciados que ellos; guiados por el instinto 
del placer o el imperio de la necesidad, nos pareceríamos al niño 
nacido a medianoche, que al ver salir el sol, lo creyera acabado de 
crear en aquel momento. Nos acostumbran a la vida y nos anticipan 
las preciosas pero caras lecciones de la experiencia, el estudio de los 
hombres y el de los libros, real e inmediato el uno, más extenso en 
variedad y duración el otro, imperfectos entrambos, y se dividen, la 
historia, que en los libros atesora los estudios hechos acerca del 
hombre, combina perfectamente estas dos lecciones y forma la me­
jor transición de la teoría a la práctica, de la escuela a la socie­
dad...". <17>
NOTA: Lectura recomendable para el alumno: "Sólo en la 
medida en que los hombres sean capaces de asumir el pasado como 
un alimento sustancioso convirtiéndolo en sangre y haciendo de lo 
sucedido una sucesión histórica, podrán los hombres, los pueblos, 
las culturas, vivir en sus recuerdos. Pero más allá de ese límite tie-
(17) Cantú, César - Historia Universal - Tomo I - Edición 1910 - Pag. 1.
- 2 0 -
Manual de Historia Constitucional Argentina
nen el deber de olvidar. Lo ahistórico y lo histórico son por igual 
necesarios a la salud de un individuo, de un pueblo, de una cultura. 
Esta natural y clara relación de la historia con la vida ha sido, 
empero, oscurecida por la exigencia de que la historia haya de 
ser una ciencia. El saber histórico, que se ha hecho universal, que 
se ha elevado al rango de una potencia espiritual absoluta, ha roto y 
sacudido el yugo de la vida. No regulado ya por el grado de la nece­
sidad, no contenido ya en los límites que imponga la fuerza plástica 
déla vida, actúa más bien como debilitación del presente y desarrai­
go de la actividad. En lugar de una cultura sana, que por sí misma 
pueda desarrollar sus peculiaridades, aparece el caos de la moderna 
educación y la fatiga y cansancio de una época decadente, que quie­
re tan solo mirar hacia atrás, concluir, y a quien la universalidad de 
la misión histórica priva completamente de toda consistencia inte­
rior". <18)
"Que nos responda la España revolucionaria del año '34, ella es 
nuestra hermana y a gritos de desconsuelo nos dice: Todas nuestras 
tierras han sido propiedad de los conventos y han permanecido esté­
riles, porque las tema incultas la holgazanería de los frailes, nuestro 
trabajo y nuestro pensamiento era la propiedad de nuestros déspo­
tas, las dos mitades del hombre, la dote de Dios había caído en 
manos de hielo. Los déspotas y los conventos no trabajaban, roba­
ban el pan del pueblo y se sustentaban con él. A vosotros america­
nos, os enterraban en las entrañas de vuestra inculta tierra, para que 
sacáseis el oro con que nuestros tiranos comunes sacrifican sus 
mezquinas pasiones, a nosotros nos hacían correr la Europa y levan­
tar y pegar fuego a las hogueras de la inquisición, donde los frailes 
abrasaban vivos a los que se atrevían a pensar o trabajar sin darles a 
ellos la riqueza que los pobres adquirían con el sudor de sus fren­
tes"/19)
(18) Goetz, Walter - Historia Universal - Versión española de Manuel García 
Morente - Tomo I - Edición 1962 - Pág. 20.
(19) Pujol, Juan Gregorio - Introducción a la Historia de los Partidos Políticos 
de la Argentina - Pág. 19.
-2 1 -
Enrique Eduardo Galiana
"La historia es la larga lucha del hombre mediante elejercicio de 
su razón, por comprender el mundo que le rodea y actuar sobre él. 
Pero el período contemporáneo ha ensanchado la lucha de una ma­
nera revolucionaria. El hombre se propone ahora comprender y 
modificar no sólo el mundo circundante sino también a sí mismo, y 
ésto ha añadido por así decirlo una nueva dimensión a la razón y 
nueva dimensión a la historia. La época actual es, de todas, la que 
más se ocupa de la historia y más piensa en términos históricos. El 
hombre contemporáneo es conciente de sí mismo, y por lo tanto de 
la historia, como nunca lo ha sido el hombre antes. Escruta de bue­
na gana la penumbra de que procede con la esperanza de que los 
débiles rayos de luz que en ella perciba, iluminarán la oscuridad 
hacia la que se dirigen; y a la vez sus aspiraciones y ansiedades 
relacionadas con el camino que le queda por andar aguzan su pene­
tración de lo que ha quedado atrás. Pasado, presente y futuro están 
vinculados en la interminable cadena de la historia . . . (20)
* * *
(20) Carr, E.H. - ¿Qué es la Historia? - Págs. 183/183.
- 2 2 -
Manual de Historia Constitucional Argentina
III. Método
Delimitado el objeto de la Historia, (Ia conducta del hombre 
trascendente en el pasado que sobresale dentro de la sociedad), 
debemos contar con un camino para restablecer dicho pasado; va­
mos, en consecuencia, a pesquisar acciones específicamente hu­
manas. ___
En el habla cotidiana usamos el término fruétodo’1 para signifi­
car una manera de hacer las cosas ordenadamente; llamamos metó­
dico a quien pone orden en su comportamiento habitual. En esferas 
científicas suele usarse indistintamente el término tanto para hacer 
referencia ala actitud gnoseológica de búsqueda, como para indicar¥ 
la existencia de pautas normativas? Por nuestra parte, cuando habla­
mos de.método damos al término un significado estricto: "Busque-; 
da del camino para alcanzar el conocimiento ".
Cuando se habla de método histórico no significa que deba des­
cartarse este método de la metodología ̂ n general.
Método, es un enfoque concepttíalizador^paraJa-búsqueda 
del camino hacia el conocimiento. La pretensión de que un solo 
método sea valedero es ridicula; y la fácil dicotomía método bueno- 
método malo, tan grata a los marxistas, y utilizada a veces para el 
análisis de la historiografía argentina, es índice de ignorancia, pa­
traña o petulante dogmatismo. Hablar de un método científico es 
incurrir en una simplificación excesiva. Ño hay un solo método cien- 
tífico, hav mil v todos_racionales. _
ÜjComprender es el acto más humano del ser humano y todo 
actuar realmente humano descansa en la comprensión, busca 
comprensión, encuentra comprensión; con el método buscamos 
comprender la vida, la historia es maestra de vida y compren­
sión de vida^y
Quien pretenda investigar deberá comenzar por enterarse de aque­
llo que se sabe en tomo a su problema, luego tendrá que buscar y
-2 3 -
Enrique Eduardo Galiana
hallar los materiales que le permitan completar esos conocimientos, 
con ese material realizará el análisis crítico que convenga y a través 
de ese proceso analítico conformará la teoría del caso; comprobada 
ésta podrá entonces presentar los resultados de su investigación, 
como conclusión del trabajo, a fin de cuentas ningún investigador 
puede omitir esos pasos\El proceso investigativo indicado antes, se 
formula en las etapas sucesivas a la que es menester sujetarse y que 
para Bernheim, son tresf}
a) La heurística, que consiste en la búsqueda y el hallazgo de 
las fuentes, es la ciencia de las fuentes.
b) La crítica, que se ocupa del análisis comparativo o 
interpretativo de las fuentes halladas.
c) La síntesis, que se refiere a la creación histórica.
Veamos ahora individualmente cada uno délos pasos.
1. La Heurística: (La ciencia de las fuentes).
Sólo halla quien busca. Buscad y hallaréis.
1.1. Momento bibliográGco: ante todo es indispensable la 
recurrencia a la lectura de las obras que se han escrito 
sobre el tema, si hablamos'por ejemplo de un tema que 
atañe a la Provincia de Santa Fé, buscaremos las obras de 
historia de la Provincia de Santa Fé, quien lee la historia 
sólo por un autor da por demostrado lo que lee y así lo 
dice y lo escribe si se ofrece; pero si lee a un segundo 
autor que trata el mismo asunto, comenzará a tener du­
das y cuanto más fuere leyendo más irá dudando -aunque 
amplía el conocimiento-. Ya hemos insistido en que toda 
investigación científica tiene como punto de partida 
una duda; la recurrencia a la bibliografía es por tanto 
indispensable. Pues así como las muchas lecturas crean '
- 2 4 -
Manual de Historia Constitucional Argentina
dudas, también las despejan, y simultáneamente abren otras 
etapas cada vez más precisas, cada vez más fértiles, cada 
vez más verdaderamente dudas. Si la consulta bibliográfi­
ca es indispensable en todo saber,"en lá historia resalta 
más~su necesidad, por ejemplo, si tratamos el tema "Pri­
mero y Segundo Gobierno de Rosas", nos encontrare- 
moscón una vasta bibliografía, unos que escriben a favor, 
otros que van a estar en contra de este personaje importan­
te de la historia argentina, pero de ninguna manera pode-. 
mos- pretender hablar del tema si no hemos tocado una 
porción importante de la muy grande bibliografía existen­
te sobre dicho Jema.
1.2. Momento temático: una vez que pasamos el momento 
bibliográfico, o sea la consulta delós'libros, el historiador 
se planteara "una serie de hipótesis y seguirá a través de 
ellas; muchas dudas se le plantearán en el camino pero 
tendré que ir superándolas. Así por ejemplo, si tomamos 
el tema: la educación en. Corrientes entre 1835 y 1845, 
aparecerá ante nosotros la existencia de una Universi­
dad entre 1841 y 1842,(21) ese tema que nosotros nos 
formulamos como hipótesis deberá ser comprobado y 
por medio de los testimonios y documentos necesarios; 
la hipótesis resultará o no positiva, de acuerdo a los ele­
mentos bibliográficos y fuentes que podamos reunir. Con 
el tema de la Universidad vamos a tener que buscar otros, 
por ejemplo el gobierno de Corrientes, los fondos que 
destinara el gobierno, la situación internacional de Co­
rrientes, la navegación de los ríos, etc. El tema de investi­
gación, en consecuencia, se impone constrictivamente a 
la experiencia del investigador. Todos los temas deben ser 
investigados hasta alcanzar la suficiente coherencia, mu­
chas veces la resolución de un tema facilita la de otros y al
(21) Galiana, Enrique Eduardo - La Universidad de San Juan Bautista - 1986.
Enrique Eduardo Galiana
revés, es habitual que un tema resuelto ponga de mani­
fiesto la falencia de lo resuelto en otros temas y sea preci­
so volver a comenzar la larga, ardua pero fructífera tarea 
de comenzar el proceso retornando al momento bibliográ­
fico.
1.3. Momento erudito: en el momento temático el investiga­
dor ha agota3olos recursos bibliográficos, ha sistemati­
zado sus hipótesis -sus temas- ha armado la dirección de 
su encuesta, o sea las preguntas que le va a formular al 
pasado y ios testimonios a los cuales les va a formular, 
sabe qué ha de buscar porque sabe qué quiere hallar. Es 
decir que teniendo los documentos o testimonios les inte­
rroga a los mismos; les pregunta.
Sometido el testimonio a la inquisición se con vierte en 
fuente. Testimonio es toda reliquia. Fuente es el testi­
monio ante ¡a pregunta que le hace el historiador. LA 
ERUDICION, QUE ES EL MOMENTO DE PREGUN­
TAR A LOS TESTIMONIOS PARA QUE ESTOS SE 
CONVIERTAN EN FUENTE. Yo pregunto por ejemplo: 
un diario de la época; lo leo sobre determinado tema y 
saco una determinada conclusión porque antes me había 
hecho una propuesta probar, por ejemplo, la tiranía resista; 
el testimonio, diario o documento me responde, pero el 
que hace la pregunta y el que dirige la pregunta es el in­
vestigador, así que este momento, por ello se llama mo­
mento de la erudiccióo. Es necesario que el investigador 
formule la pregunta a los testimonios. Tomemos en este 
tema otroejemplo: "Bueno es que tomen debida nota de 
ésto ciertos profesores de historia de todos los niveles de 
enseñanza, que martirizan a sus alumnos enviándolos a 
investigar a los archivos sin comprender que .los pobres 
muchachos carentes de erudicción suficiente, sólo lleva­
rán de los legajos las polillas y pulgas en ellos instaladas y 
serán incapaces de sacar provecho alguno. Otra vez viene
Manual de Historia Constitucional Argentina
al caso un sabio precepto de Bloch: "No se puede dar peor 
consejo a un. principiante que el de que espere en actitud 
de aparente sumisión la inspiración del documento".(22)
En este momento el investigador enfrenta a los testi­
monios (cartas, expedientes judiciales, expedientes admi­
nistrativos, protocolos de Escribanos, periódicos, revis­
tas, folletos, etc.) o también a las colecciones documenta­
les como por ejemplo enla República Argentina las Asam­
bleas Constituyentes dirigidas por Emilio Ravignani, la 
Colección de la Biblioteca de mayo, la reproducción fac- 
similar de los periódicos déla época, las Actas de los Ca­
bildos de las Provincias, las Actas del Consulado de Bue­
nos Aires, etc.
Pero el buen historiador debe saber qué compilaciones 
merecen fé. Esta verdadera manía de ir a buscar en los 
archivos directamente, es culpable de que los mismos se 
encuentren deteriorados con documentos ya ilegibles por 
la cantidad de curiosos que los han manoseado, y otros, 
anotados y subrayados por inconscientes que i gnoran cuán­
to puede variar el significado de un párrafo con un agrega­
do o cualquier anotación extraña. Además, estos mismos 
iconólatras son víctimas de su propia m anía. Durante el 
año 1950 muchos historiadores argentinos invadieron los 
archivos en el afán de hallar documentos inéditos sobre 
San Martín y más de uno cayó en el ridículo de exhumar 
documentos que el prolijo Gregorio F. Rodríguez había 
publicado cuidadosamente en su Contribución Históri­
ca Documental en 1921.
Con ésto superamos el tema dd momento erudito.
1.4. Momento diagnóstico: _ cuando el investigador recurre a 
los archivos o museos debe tomar cuidadosa nota de los 
- pormenores propios de los testimonios que utiliza, es de-
(22) Pérez Amuchátegm, A.J. - Algo Más sobre la Hitsoría - Pág. 142.
- 2 1 - .
Enrique Eduardo Galiana
cir que debe hacer una puntual descripción agregando elo­
cuentes y útiles ejemplos. Estas fichas descriptivasperini- 
teñ al investigador contar en su mesa de trabajo con todos 
los detalles inherentes a cada testimonio sin necesidad de 
recurrir nuevamente al archivo o museo para cualquier 
comprobación. En este momento pues, se hace un pro­
lijo examen (diagnosis) de las particulares caracterís­
ticas délos testimonios utilizados, razón por la cual se 
denomina diagnóstico. Esta tarea minuciosa era casi im­
prescindible hasta no hace mucho. En la Facultad de Filo­
sofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires hay gran 
cantidad de legajos que corresponden a sendas copias del 
Archivo de Indias, con sus correspondientes diagnosis rea­
lizadas por José Torre Revello a lo largo de dieciocho años. 
En nuestros días la microfilmaáón socorre con venta­
ja al investigador, lo mismo ocurre con los papiros, 
tabletas, monumentos, etc. Los adelantos alcanzados por 
la fotografía han hecho que la engorrosa tarea de diagno­
sis se haya simplificado notablemente hasta el extremo de 
que sólo en casos de excepción la reproducción de un tes- 
> timonio exige ficha diagnóstica. Agregamos ía fotocopia- 
dora, ha suplido una serie de problemas que tenían los 
investigadores.
1.5 E l fichado: Casi todos los manuales de metodología in­
cluyen normas aceptadas umversalmente para el fichado. 
En español hay una farragosa e útil compilación de técni­
cas de fichado. En los últimos años y con criterio amplio 
se ha dado en llamar ficha a cualquier impreso (apuntes, 
transcripciones, etc.) destinado al uso interno de Uni­
versidades, Cátedras e incluso Instituciones Públicas 
y Privadas. En este trabajo, ficha significa tarjeta de pa­
pel grueso o cartulina que sirve como instrumento de tra- 
bajopara catalogar y clasificar datos e informaciones que 
se estimen necesarias. Las fichas pueden ser bibliográ-
- 28 -
Manual de Historia Constitucional Argentina
fícas, cronológicas, eruditas, de regesto y de referen­
cia.
1.5.1. La ficha bibliográfica: tiene por objeto ordenar la bi­
bliografía, es decir, catalogar libros, artículos, monografías; 
en obras de conjunto, sueltos de diarios o periódicos. Los 
datos fundamentales son el autor, apellido y nombre, el 
título completo según figura en la portada del libro y pie 
de imprenta, lugar de edición, editorial y año de edición. 
Si ios datos de pie de imprenta no se hallan en la portada
. debe buscárselos generalmente al dorso o en la última pá­
gina.
1.5.2. Ficha cronológica: tiene por objeto catalogarlos even­
tos históricos con relación a ¡a sucesión temporal de 
los mismos. Por ejemplo si tomamos las leyes dictadas 
por la Provincia de Comentes entre 1821 y 1824 referidas
a] comercio, o referidas a la justicia, o referidas al papel 
moneda. También las fichas cronológicas pueden reducir­
se a la catalogación de datos fundamentales. Se comienza 
por asentar el año, luego el mes y finalmente el día, eso 
facilita el ordenamiento en el fichero. Enseguida se agre­
ga el lugar y a continuación la información conveniente, 
al pie se Sidíca la fuente y si es un archivo, un museo, una 
biblioteca especializada, en fin, se asienta la asignatura 
topográfica, ubicación precisa de la sigilación, sección, 
cuerpo, estante, etc. Todo ésto por supuesto queda a vo­
luntad del historiador que utilizará sus propias formas de 
fichado. 5
1.5.3. Ficha erudita: consiste en la reproducción puntual de 
un párrafo. Su finalidad es catalogar temas por autores. 
Tomemos por ejemplo el Cabildo Abierto del 22 de mayo, 
y utilizamos Rafael López Rosas, Longhi, Galletti, Ra­
vignani .y otros, y tomamos los párrafos respectivos de 
cada uno de los autores, consignando página, portada del 
libro con su título completo, etc. (ver ficha bibliográfica).
- 2 9 -
Enrique Eduardo Galiana
1.5.4. Ficha de resumen: es la que habitualmente utilizan los 
estudiantes en sus clases para ayudar la memoria, a 
veces. La ficha en definitiva es de resumen, en ella se 
consignan los pequeños resúmenes para ayudar a la me­
moria. Estas fichas reemplazan muchas veces a la erudita 
con ventaja, especialmente cuando interese menos el tex­
to prístino que la conceptuación precisa de ese texto.
1.5.5. Ficha de referencia: es aquélla que sirve para remitir 
al lector de un encabezamiento no usado en el catálo­
go, a uno usado, ya sea el autor, materia o título. Su 
función es orientar al consultar en la búsqueda de material 
bibliográfico que puede interesarle, es el caso del capítu­
lo que dice: véase pág. 18 del libro tal, o del mismo libro, 
capítulo tal; la ficha de referencia es imprescindible para 
relacionar ios contenidos de un fichero o del mismo libro.
1.5.6. El fichado y la publicación: un fichado correcto es de 
insustituible necesidad para llevar a cabo cualquier publi­
cación seria. Se ha dicho que la seriedad de una mono­
grafía científica está en relación directa con ¡a correc­
ción del aparato erudito y tal aparato se arma con la 
adecuada aplicación del fichado al texto.
0 La crítica: reunidos los materiales suficientes para su 
labor, el investigador realiza múltiples tareas analíticas. 
Son cuatro los momentos lógicos en la crítica.
2.1. Momento de autenticidad: se trata de comprobar si el 
testimonio en cuestión en tanto cosa, guarda la forma in­
dispensable para aseverar que no se trata de una reproduc­
ción o falsificación, que no ha sido alterado o fraguado, es 
una tarea eminentemente técnica en la que el historiador 
debe recurrir continuamente a las ciencias auxiliares ins­
trumentales. En relación al tema esta crítica es ¡a exter­
na o material.
2.2. Momento de veracidad: una carta, un documento ofi-
-30 -
Manual de Historia Constitucional Argentina
cial, en fin, pueden ser auténticos, pero ello, por sí, no 
suponen que sean veraces, es decir, la carta puede ser del 
siglo pasado atribuida al gobernador de Corrientes Gena­
ro Berón de Astrada, la tinta puede ser de la época y pudo 
haber sido despachada; pero realizada por un enemigo suyo, 
falseando la verdad. Es este el momento de veracidad en 
que se trata de comprobar si los contenidos (no la forma) 
del testimonio responden a circunstancias verdaderas o 
inventadas, falseadas, o distorsionadas, es el Sanioso caso 
de los testamentos o de documentos de propiedad de 
inmuebles que han traído juicios muy importantes. 
Durante la Segunda Guerra Mundial cuando proliferaban 
periódicos partidistas de uno y otro bando, era común que 
algunos de ellos publicaran en notas destacadas fotogra­
fías que atestiguaban una tragedia de vida en ciudades 
abiertas. La misma fotografía aparecía en los periódicos 
de un bando para mostrar la inhumanidad de otro y en los 
del otro, para demostrar la inhumanidad del otro. La mali­
ciosa interesada información pública y privada de ambos 
bandos en guerra era abundosa en exageraciones. Es bien 
conocido el caso del mendocino Pedro Vargas sinteti­
zado por Galván Moreno, q u e debió sufrir prisiones, 
desprecios, y hasta el repudio de su muy patriota cónyu­
ge, en razón de su condición de godo (enemigo de la revo­
lución) y hay documentos muy oficiales que establecen 
severas penalidades para este americano traidor. Pero cuan­
do San Martín aseguró la Libertad de Chile con la victoria 
obtenida en Maipú el 5 de abril de 1818, se apresuró a 
extender los despachos de Sargento Mayor Graduado en 
favor de Pedro Vargas y se los envió al Gobernador Inten­
dente de Mendoza con una nota en que decía: "Ya es 
tiempo de que cesen los sacrificios prestados en bene-
(23) El Apóstol 'de la Libertad - San Martín en sus vidas y en sus Obras - 
Claridad -1946.
-3 1 -
Enrique Eduardo Galiana
Gcio de la causa por Don Pedro Vargas. Prisiones, 
maltas y confinaciones ha tenido que sufrir este buen 
ciudadano. Y es claro que toda la documentación ofi­
cial por la que se le aplicaron prisiones, multas y con­
finaciones a pesar de ser oficial y auténtica de toda 
autenticidad y a pesar de haber sido ejecutada con todo 
rigor nada tenía de veraz".
Pero no sólo en los casos de guerra se emplean arbi­
trios semejantes. La lectura de los periódicos es suficiente 
para advertir en qué medida se exageran algunos matices 
de la realidad, se omiten otros, se da alas al rumor por las 
más distintas vías y el rumor es una fuente histórica 
valiosa pero de difícil tratamiento. No todo cuanto con­
tiene el rumor es verdadero, tampoco es nunca enteramente 
falso. Una noticia descabellada jamás se transforma en 
voz pública, para que un rumor circule es menester que 
encierre un mínimo verosímil, adecuado al ambiente en 
que debe propagarse. Los fabricantes de rumores conocen 
bien esta receta, y así hacen creer al vulgo los más escan­
dalosos infundios en medio de noticias verosímiles y aún 
verdaderas. Este es el caso que antecedió a la Batalla 
de Pago Largo por el clérigo enviado por las tropas 
rosistas entrerrianas Don Higinio Falcón, el que dis­
tribuyó rumores de tal naturaleza que logró en alguna 
medida dividirá las fuerzas corren tinas, otro caso de 
rumores son los creadas por la Provincia de Buenos 
Aires luego de la resolución del 11 de septiembre de 
1852 con respecto al Gobernador de Corrientes Juan 
Gregorio Pujol. (Se atribuía a Pujol entendimiento con 
los porteños)(24,.Esto se denomina en la actualidad oficina 
de rumores. En la Historia es muy común que los rumores
(24) Galiana. Enrique Eduardo - Pujol y la Revolución.de] 11 de Septiembre 
de 1852 - 1986.
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Manual de Historia Constitucional Argentina
se tomen como cosas ciertas.
2.3. Momento hermeaéutíco o de interpretación: Realiza­
das cuando es del caso las tareas previas de loa momentos 
precedentes, el historiador se enfrenta al más grave de los 
problemas por las dificultades que implica la disolución 
que Je presenta su pesquisa historiográfica, la interpreta­
ción. En este momento lógico es preciso poner enjuego 
todas las dotes intelectuales; pues la tarea consiste en 
relacionar situación símente los datos que emergen de 
las fuentes. Para ello el historiador debe ir apoyándose, 
sucesiva y simultáneamente en aquello que comprueba, 
aquí es preciso retocar, afilar, transformar y muchas veces 
desechar hipótesis para volver nuevamente al experimen­
to afinando la dirección de encuesta sobre la base de apo­
yos firmes y comprobados^ Ejemplificar la tarea que el 
historiador realiza en este momento lógico equivaldría a 
presentar una extensa monografía^ue permitiera poner de 
relieve como una hipótesis se confirman mientras otras 
deben ser rectificadas o deshechadas; cómo una rectifica­
ción o deshechamiento fortalece las hipótesis confirma­
das o abre nuevas dudas a resolver con el consiguiente 
retomo a la etapa heurística. Queremos sin embargo apuntar 
aquí un consejo práctico para los alumnos, la prueba her­
menéutica. La mayor seriedad científica, la mayor agu­
deza crítica deben ser puestas de manifiesto en esta etapa 
de la crítica.
2.4: Momento de Valoración: Realizada la interpretación hay 
que valorar las fuentes, las conclusiones finales a que se 
arriban en d momento de valoración conllevan la consi­
guiente valoración del material heurístico recogido ya que 
entonces, y sólo entonces puede advertir que algunos ma­
teriales son principales y otros son secundarios. Pero debe 
tenerse en cuenta que a esta altura del proceso tal 
jerarquización no obedece a que aquéllos gustan más ai
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Enrique Eduardo Galiana
historiador que éstos, sino a que éstos están sumidos en 
aquéllos en razón de las relaciones necesarias de situacio­
nes. En este último momento lógico de la critica.
2.4. Momeato de Valoración: Realizada la interpretación hay 
que valorar las fuentes, las conclusiones finales a que se 
arriban en el momento de valoración conllevan la consi­
guiente valoración del material heurístico recogido ya que 
entonces, y sólo entonces puede advertir que algunos ma­
teriales son principales y otros son secundarios. Pero debe 
tenerse en cuenta que a esta altura del proceso tal 
jerarquización no obedece a que aquéllos gustan más al 
historiador que éstos, sino a que éstos están sumidos en 
aquéllos en razón de las relaciones necesarias de situacio­
nes. En este último momento lógico de la crítica es 
cuando el historiador ha analizado minuciosamente todo 
el material heurístico disponible, y está en condiciones 
concretas para saber cuáles fuentes confirman con sufi­
ciente solidez sus conclusiones, cuáles son las accesorias 
y cuáles por insignificantes pueden ser y&'marginadas.
3. La Síntesis: Síntesis no significa resumen sino ordena­
miento. En esta etapa debe el historiador ordenar 
sistemáticamente los resultados de sus pesquisas. Bebe 
hacer en primer lugar la selección que es el resultado in­
mediato de la valoración. Tienen que seleccionarse cientí­
ficamente los materiales hallados 'en la etapa heurística - 
de las fuentes- e incluso los que no hayan sido hallados. 
(Quedan vacíos que el historiador llena con su creación 
lógica, fantasía, leyenda, etc.).
3.1. Momento del ordenamiento: Seleccionar equivale a ir 
poniendo orden sistemático entre las fuentes selectas. Y 
es claro que al mismo tiempo la experiencia del historia­
dor va ordenándose sistemáticamente en tanto esas fuer­
zas selectas le demuestran cada vez con más firmeza y 
certeza la coherencia que hay entre las relaciones necesa-
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Manual de Historia Constitucional Argentina
rias de la situación que los vincula.
3.2. Momento de creación: Cuando el historiador tiene ante 
sí las fuentes selectas debidamente ordenadas se produce 
el momento culminante déla pesquisa, el investigador 
ve intelectualmente su objeto científíco, la estructuraen 
su plenitud dinámica.
3.3. La exposición: Para algunos autores el método termina 
con la síntesis. Para Pérez Amuchástegui la metodología 
histórica termina con la exposición y dice: "Pero cree­
mos que nada logra un investigador con crear (o re­
crear) intelectualmente una realidad si no registra de 
alguna manera su experiencia, y al registrarla la expo­
ne aunque sea a s f mismo. Pensamos que un físico que 
descubriera un nuevo comportamiento en su discipli­
na y se lo guardara, ningún aporte haría a la ciencia,
lo mismo ocurre con el historiador, por eso la cuarta 
etapa es la exposición, que tiene tres momentos:
3.3.1. La composición: La recreación lograda en la síntesis coa 
todas las circunstancias concomitantes que convengan, 
compuesta literariamente.
3.3.2. La conformación: No basta que el historiador compon­
ga literariamente lo obtenido en la síntesis, tiene que aportar 
los elementos de juicio que permitan al lector confirmar 
sus comprobaciones. Para ello necesita acomodar sus fi­
chas y sus conclusiones de manera que cada afirmación 
suya esté suficientemente avalada con el aparato eru­
dito. Debe conformarla composición con un adecuado 
aparato erudito constituido principalmente por las ci­
tas a pie de página y anexos. Por cita a pie de página se 
entiende tanto la referencia bibliográfica como la repro­
ducción de textos,
3.3.3. La presentación: La presentación es el libro u opúsculo 
en donde se expone el resultado de la pesquisa realizada. 
Sobre el particular es oportuno hacer algunas considera-
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Enrique Eduardo Galiana
ciones. En el Siglo XIX los eruditos han exagerado e] apa­
rato de tal naturaleza, hay monografías cuyas notas a pie 
de página y anexos exceden en mucho el texto propia­
mente dicho. Pero en nuestros días la historia interesa no 
sólo a los eruditos sino a la inmensa mayoría de las perso­
nas, tanto que abunda cierta historiografía chocarrerai’* 
con pretensiones de popularizar el conocimiento histórico 
cuya incidencia en las masas sólo sirve para desatar pasio­
nes o alimentar charlas de café. Pero más o menos a partir 
de 1950, ciertas editoriales verdaderamente serias comen­
zaron a lanzar al mercado obras historiográficas impor­
tantes elaboradas con estilo ameno y agradable, la discu­
sión erudita no va a pie de página sino a manera de co­
mentario crítico al final de cada capítulo, y el aporte heurís­
tico en medida de lo indispensable va agregado en anexos. 
El lector interesado en conocer el problema tratado en el 
libro tiene suficiente y clara información en el texto, y el 
erudito que quiera profundizar el tema puede a través de 
los comentarios críticos y los anexos analizar la discusión 
y recurrir a las fuentes consultadas.
(*)—■C hocarrería .* chiste grosero, trampa en el juego.
* # *
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Manual de Historia Constitucional Argentina
IV. División de ia Historia
En la articulación y división déla materia histórica no se proce­
de sin arbitrariedad y sin que se produzca un fuerte desgarramiento. 
La vida histórica forma un engranaje y enlace de relaciones múlti­
ples de las cuales una invade a la otra, engranaje de tal manera estre­
cho que los fundamentos de división no se pueden distinguir en 
ninguna parte con claridad. Espacio y tiempo se dan la mano entre 
sí, lo corporal y lo espiritual se entretejen el uno en el otro, por lo 
taiíto se pueden trazar muy groseras líneas de separación.
Relativamente más sencilla es la separación cronológica, tam­
bién la más fácil de hallar y la más importante. Al proceso de 
esta separación lo llamamos periodiGcación y a los espacios de 
tiempo limitados por ese proceso, períodos.
Más difícil es la división objetiva. Una separación según pun­
tos de vista simplemente espaciales, se resiste, y junto a ella debe 
emprenderse otra separación según las distintas relaciones huma­
nas. Este puede conectar en su articulación general con la división 
de las fuentes, sin embargo aquí hay que tomar en consideración 
otros puntos de vista. La Historia Universal debiérase aquí concebir 
como una especialidad, después viene la división según los campos 
especiales de que se trate.
1. Según preponderen puntos,de vista geográficos. (Continen­
tes: Europa, América, etc.).
2. Según prepondere una delimitación política. (Argentina* Bo­
liviana, etc.).
3. Según las formaciones de los grupos sociales.. (Del pueblo de 
Israel, Armenio, etc.).
4. Según las relaciones personales de procedencia. (La Nación, 
las Provincias, etc.).
5. Según los fenómenos de la vida-práctica. (Historia del Libro, 
del Vestido, etc.).
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Enrique Eduardo Galiana
6. Según los fenómenos correspondientes al orden volitivo. (El 
Derecho» la moral, etc.).
7. Según los fenómenos de la vida espiritual. (Historia j e l Axte, 
de la Música, etc.).
La primer división que se nos aparecerá, es la muy critica­
da pero vigente, en Edad Antigua, Edad Media, Edad Moder­
na, y Edad Contemporánea.
También se puede dividir conforme a las pautas dadas, en 
la historia universal, historias nacionales, historia ameri­
cana, por ejemplo, o historia europea de acuerdo a los con - 
tiñen tes o historia africana; historia del vestido, historia 
de las costumbres, historia económica, historia política, 
es decir la historia puede dividirse de m il maneras y las 
pautas dadas son aceptadas por casi todos los científicos.
Un ejemplo clásico, la historia universal tiene diversas 
denominaciones, Historia de la Humanidad, Historia del 
Mundo, Historia Universal, Historia General, fueron utiliza­
das a través de] tiempo. Por ejemplo, Ja división de la historia 
teniendo preferentemente a PUNTOS DE VISTA GEOGRA­
FICOS se ocupa de los continentes, países en particular, re­
giones, ciudades y localidades. La división de la historia TEN­
DIENDO A LAS FRONTERAS POLITICO-GEOGRAFI­
CAS se deben tomar en consideración la historia de un siste­
ma formal de relaciones entretejidas entre los Estados, por 
ejemplo la historia de un Estado en particular y de una de sus 
Provincias hasta cualquier suceso particular en la existencia 
de ese Estado; historia de los Estados europeos, historia de 
los Estados no europeos, historia del país alemán, historia 
Sudamericana, etc.
LA HISTORIA TOMANDO EL PUEBLO, la estirpe, la 
familia o el individuo, la historia de la Nación judía, la histo­
ria de la Nación germana, la historia del pueblo inglés, la 
historia de la Nación argentina, etc.
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LA HISTORIA SEGUN LOS FENOMENOS DE LA 
VEDA PRACTICA, en ella encontramos la historia jurídica 
dei cultivo, y de la industria ganadera en España por ejem­
plo, historia de las plantas, historia española, historia de las 
plantas que se cultivan en España, historia natural y moral de 
las Indias, los Reyes y la colonización interior de España des­
de el Siglo XVT hasta el Siglo XEX; la colonización alemana 
de Sierra Morena, la historia de la economía, la historia del 
azúcar, etc.
LA DIVISION DE LOS FENOMENOS SEGUN EL OR­
DEN VOLITIVO, el derecho, las costumbres, la moral, la 
religión, historia del Cristianismo, historia del Derecho Ro­
mano, historia Constitucional Argentina, etc.
LAHISTORIA SEGUN LOS FENOMENOS DEL ESPI­
RITU, la historia del arte, la historia de la literatura, la histo­
ria de la filosofía, historia de la música, historia de las cien­
cias, historia de la enseñanza, historia de la educación, histo­
ria del periodismo.
Como se advierte en todos los campos, aquí también 
repítesele el hecho de que los intereses de los que participan 
profesionalmente en las publicaciones se sitúan en primer tér­
mino.
LUEGO TENEMOS LA DIVISION DE LA HISTORIA 
SEGUN EL MODO DE EXPOSICION:
8. La historiografía narrativa: se vincula a l_a_poesía por el gozo 
en lajiarracíón de los acontecimientos memorables^pero pa­
ralelamente fluye la tendencia del hombre a la perduración de 
su yo fugitivo en inscripciones públicas de registros oficia­
les. La historiografía narrativa se satisface con comunicar lo 
reaMel sucederhistórico.
9. La historiografía pragmática: que tiende a entender el curso 
del suceder histórico según causas y efectos, y a extraer se­
gún la circunstancia de la documentación así obtenida, con­
secuencia para la vida, el Estado, para los partidos políticos,
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Enrique Eduardo Galiana
para la escuela, etc.: "Quizás sea mi obra un poco atractiva 
para el que me escuche por la circunstancia de que no contie­
ne nada legendario, pero me basta con que reconozca mi obra 
como útil si desea lograr un claro conocimiento de los hechos 
pasados y gracias a él, comprender bien aquellos procesos 
que según el curso de las cosas humanas se pueden dar de 
nuevo en el porvenir del mismo modo o de una manera seme­
jante". (Z5) Con estas palabras caracteriza Tucídides la dife­
rencia entre su modo de tratar la historia y el de sus predece­
sores.
10. La historiografía genética: que concibe todo fenómeno histó­
rico como algo que se ha producido paulatinamente como el 
punto final de este devenir y hace recaer el peso principal de 
su interés sobre las distintas etapas que ha pasado la situación 
de aquel fenómeno. La historiografía genética supera a ¡as 
demás en tanto y en cuanto hace una depuración óe las 
fuentes, destruyela dependencia historiográSca del bien 
y del mal, relata cómo han llegado a serlas cosas, le resul­
to mucho más importante la depuración metódica de las 
fuentes, como hemos dicho, en ellas busca lo tea ly elimi­
na todo aquéllo con lo cual los adornos retóricos, estéti­
cos, sentimentales, ocultan y difu minan la realidad de los 
hechos transmitidos.
11 .La historiografía sociológica: mientras la historiografía prag­
mática inquiere el engranaje causal de los sucesos y la finali­
dad práctica del conocimiento histórico, y la consideración 
genética busca lo orgánico, es decir las formaciones históri­
cas en sujeción a leyes, la unión de ambas direcciones prestó 
amplia ayuda al espíritu de nuestro tiempo, éste exige en to­
das partes la composición y la valoración práctica del saber. 
El gran guía es también aquí la ciencia natural con su escuela 
técnica, la sociología no ha podido todavía aportar, hasta
{25) Bahuer, Guillermo - Introducción al Estudio de la Historia - Barcelona - 
Cuarta Edición - Pág. 211.
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Manual de Historia Constitucional Argentina
ahora, valores duraderos, pero .?? le deben a ella en ¡a 
aportación histórica sociológica, nuevos puntos de vista.
Es decir que la Historiografía Sociológica tiende a dedu­
cir consecuencias finales sobre el porvenir, ésto constituye si 
se quiere un pragmatismo de orden superior que lo aparte de 
lo subjetivo y lo sentimental. Por este camino fueron las su­
gestiones de Comte en este sentido, operó la teoría marxista 
y recientemente con medios totalmente distintos Spengler. 
La eliminación de la psicología individual, la acentuación de 
lo social, el interés por las grandes perspectivas, posponien­
do todo lo causal, tales son los principales signos distinti­
vos de la Historiografía Sociológica. La sociología no con­
duce tampoco a una metódica unitaria ni se puede celebrar la 
historiografía que se asienta en su espíritu. Se trata todavía 
en todas partes de ensayos a tientas. La Sociología absorbe 
la Psicología individual.
Conclusión: La historia se divide de diversas maneras, 
de múltiples maneras, y todas ellas, podemos afirmar, que 
son divisiones propuestas por el hombre, pero ninguna de 
ellas es imperativa y absoluta.
Por ejemplo, Vico en su Ciclografía, esto es, su idea res­
pecto de los ciclos históricos, en el proceso del Mundo se 
sucederían tres Edades, Teocrática y Sacerdotal la primera; 
Aristocrática y Guerrera la segunda; Igualitaria y Razonable 
la tercera. Cada una conforma un tipo bien diferenciado, un 
estilo que abarca todas las manifestaciones de la vida en co­
mún. Este drama tríaco se cumple y se repite nuevamente - 
cosi e recorsi- en una suerte de movimiento circular o de 
eterno retorno según lo mostraría la Historia de la Antigüe­
dad con sus Edades de Dioses, de Héroes y de Hombres reite­
radas en los Siglos cristianos. No parece haber ni progreso ni 
trascendencia alguna. Sin embargo las fases no serían igua­
les, mera repetición, sino que se trataría de una sucesión
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Enrique Eduardo Galiana
rara vez necesita el historiador valerse de la psicología 
individua], es continuo su valimiénto de la psicología so­
cial y la psicología política. Claro está que el historiador 
no necesita ser un perito en estas disciplinas, pero tiene 
que tener conocimientos generales. Así tenemos Geohis- 
toria, la Historia de las Mentalidades, etc.
2. Ciencias auxiliares conexas: llamamos conexas a aque­
llas ciencias que auxilian a la historia y queJieii^D con 
ésta un nexo por el objeto real, la cosa, susceptible de ser 
estudiado. Las llamadas cornilnmeñte ciencias sociales se 
interesan por el estudio de cosas históricas con enfoques 
propios de las ciencias estadísticas. No hace falta ejempli­
ficar el valimiento que el historiador hace de la econo­
mía, la sociología, la política, la estrategia, la etnografía, 
la lingüística, la demografía, el folklore, la mitología.
3. Ciencias auxiliares instrumentales: quedan compren­
didas aquellas ciencias clásicas auxiliares de las que la 
arqueología, la numismática, la Biología, la epigrafía, 
la papirología, la criptografía, la diplomática, la genea­
logía, y la heráldica forman parte.
3.1. Arqueología: ciencia que estudia todo lo que se refiere a 
las artes y a los monumentos de la antigüedad.(27)
3.2. Numismática: ciencia que trata del conocimiento de las 
monedas y medallas, principalmente de las antiguas.{2S)
3.3. Filología: ciencia histórica que estudia una cultura tal 
como se manifiesta en su lengua y en su literatura, 
principalmente a travos de sus textos escritos. Técnica 
que se aplica a los textos para reconstruirlos, fijarlos e 
interpretarlos.(29)
3.4. Epigrafía: ciencia cuyo objeto es conocer e interpretar 
las inscripciones.{30)
(27) Real Academia Española - Diccionario de la Lengua Española. 20a Edi­
ción - 1984 - Espasa Calpe - Tomo I - Pág. 127.
(28) Ob. Cit. - Tomo D - Pág. 963.
(29) Ob. Cit. - Tomo I - Pág. 643.
(30) Ob. Cit. - Tomo I - Pág. 570.
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Manual de Historia Constitucional Argentina
3.5. Papirología: ciencia auxiliar de la historia que se aplica 
al estudio délos papiros. {Papiro:lámina sacada del tallo 
de esta planta que empleaban los antiguos para escribir en 
ella). (3,)
3.6. Criptografía: arte de escribir con clave secreta o de un 
modo enigmático.(32)
3.7. Diplomática: estudio científico de los diplomas y otros 
documentos tanto en sus caracteres internos como exter­
nos, principalmente para establecer su autenticidad o fal­
sedad. Diplomacia: ciencia o conocimiento de los intere- 
ses y relaciones de unas naciones con otras.(33)
3.8. Genealogía: serie de progenitores y ascendientes de cada 
persona. Escrito que la contiene. (34)
3.9. Heráldica: arte del Blasón.(3S) Blasón: arte de explicar 
y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o 
persona. Cada figura, señal o pieza que se ponen en un 
escudo. Escudo de Armas, Honor o Gloria.<36)
4. Ciencias auxiliares colaboradoras: entre ellas sê en­
cuentran el auxilio de la física-matemática, la biología, la 
medicina, en la tarea dd historiador ayudándolo. De qué 
mañera colaboran estas ciencias. Ea caso de ¡a química 
biológica se descubrió en el piso de un templo, que la 
sangre que había era sangre vacuna y de esa manera 
se destruyó ¡a crítica que se le bada respecto a 1a muerte 
de personas humanas cuando en realidad se mataban 
vacunos. Por otra parte, importantes estudios realizados 
en el Instituto de Historia de Medicina de la Universidad 
de Buenos Aires, bajo la dirección de Aníbal Ruiz More­
(31) Ob. Cit. - Ibmo II - Pág. 1009.
(32) Ob. Cit. - Tomo I Pág. 397.
(33) Ob. Cit. -Tomo I - Pág. 503.
(34) Ob. Cit. - Tomo I - Pág. 108.
(35) Ob. Cit. - Tomo II - Pág. 725.
(36) Ob. Cit. - Tomo I - Pág. 197.