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PARTE IX 1519© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos ENFERMEDADES DEL MIOCARDIO, DEL PERICARDIO Y DEL LECHO VASCULAR PULMONAR CONSIDERACIONES GENERALES, 1519 Etiología, 1520 Prevención, 1521 ANATOMÍA, 1521 Anatomía cardíaca normal, 1521 CONSECUENCIAS PATOLÓGICAS DE LAS LESIONES CARDÍACAS CONGÉNITAS, 1522 Insuficiencia cardíaca congestiva, 1522 Cianosis, 1523 Hipertensión pulmonar, 1524 Síndrome de Eisenmenger, 1525 Arritmias cardíacas, 1526 Endocarditis infecciosa, 1527 Dolor torácico, 1527 EVALUACIÓN DE LOS PACIENTES CON UNA CARDIOPATÍA CONGÉNITA, 1528 Exploración física, 1528 Electrocardiograma, 1528 Radiografía torácica, 1529 Resonancia magnética cardiovascular, 1529 Ecocardiografía, 1529 Cateterismo cardíaco, 1535 MALFORMACIONES CARDÍACAS ESPECÍFICAS, 1535 Cortocircuitos izquierda-derecha, 1535 Cardiopatías cianóticas, 1544 Trastornos valvulares y vasculares, 1567 Lesiones diversas, 1571 BIBLIOGRAFÍA, 1572 75 Cardiopatías congénitas en el paciente adulto y pediátrico GARY D. WEBB, JEFFREY F. SMALLHORN, JUDITH THERRIEN Y ANDREW N. REDINGTON CONSIDERACIONES GENERALES Este capítulo va dirigido al cardiólogo de adultos que trabaja en un país occidental y es compatible con las recomendaciones de tratamiento experto para la asistencia a adultos con defectos cardíacos congénitos. (Está disponible en línea en ExperConsult una actualización de las directrices del ACC/AHA.) La exposición se centra en los problemas en la adolescencia tardía y en la etapa adulta; estos trastornos pueden apreciarse mejor en el contexto de un conocimiento de la anatomía, fisiología y episodios de la infancia, y estos aspectos se abordarán en cada apartado cuando sea apropiado. Para los casos en los que se necesite información más detallada, se remite al lector a otras fuentes.1-3 Los trastornos cardiovasculares congénitos se definen como cualquier anomalía de la estructura o la función del sistema cardiocirculatorio presente en el momento del nacimiento, aun cuando se descubran mucho más tarde. Las malformaciones cardiovasculares congénitas suelen deberse a una alteración en el desarrollo embrionario de una estructura normal o a un fallo en la progresión de dicha estructura tras una fase precoz del desarrollo embrionario o fetal. A su vez, los patrones de flujo aberrante que produce un defecto anatómico pueden influir significativamente en el desarrollo estructural y funcional del resto del aparato circulatorio. Por ejemplo, la presencia de una atresia mitral en un feto puede impedir el desarrollo normal del ventrículo izquierdo, la válvula aórtica y la aorta ascendente. Igualmente, una constricción del conducto arterioso fetal puede dar lugar a una dilatación ventricular derecha y a una insuficiencia tricuspídea en el feto y el neonato. Los episodios posnatales pueden influir considerablemente en la presentación clínica de una determinada malformación «ais- lada». Los lactantes con una malformación de Ebstein de la válvula tricúspide pueden mejorar espectacularmente al disminuir el grado de insuficiencia tricuspídea debido al descenso normal de la resistencia vascular pulmonar que se produce tras el nacimiento; y los lactantes con atresia o estenosis pulmonar grave pueden no desarrollar cianosis hasta que se produce el cierre espontáneo normal de un conducto arterioso persistente (CAP). La constricción ductal muchos días des- pués del nacimiento puede constituir también un factor crucial en el desarrollo de una coartación de la aorta en algunos lactantes. En una fase posterior, los pacientes con una comunicación interventricular (CIV) pueden experimentar el cierre espontáneo y desarrollar una obstrucción al tracto de salida del ventrículo derecho y/o insuficiencia aórtica al prolongar el seguimiento. Estos ejemplos seleccionados sirven para subrayar que los cambios anatómicos y fisiológicos en el corazón y la circulación pueden seguir evolucionando desde el período prenatal hasta el final de la etapa adulta. Incidencia en la infancia. No es fácil determinar con exactitud la verdadera incidencia de las malformaciones cardiovasculares congénitas, debido en parte a diferencias en las definiciones. La incidencia en la etapa fetal supera a la correspondiente al inicio de la infancia, porque las lesiones muy complejas se asocian con aborto precoz o muerte intrauterina pos- terior. Aproximadamente en el 0,8% de los nacimientos vivos se producen complicaciones debido a una malformación cardiovascular. En esta cifra no se incluyen las que podrían ser las dos anomalías cardíacas más corrientes: la válvula aórtica bicúspide congénita funcionalmente normal y el prolapso de la válvula mitral. Algunos defectos pueden tener una preponderancia sexual determinada: el CAP, la anomalía de Ebstein de la válvula tricúspide y la comunicación interauricular (CIA) de tipo ostium secundum son más frecuentes en las mujeres, mientras que la estenosis de la válvula aórtica, la coartación de la aorta, la hipoplasia del corazón izquierdo, la atresia pulmonar y tricuspídea, y la transposición de las grandes arterias (TGA) son más corrientes en los hombres. Aproximadamente en el 25% de los lactantes con cardiopatías significativas se detectan anomalías extracardíacas, y su presencia puede incrementar significativamente la tasa de mortalidad. A menudo, las anomalías extracardíacas son múltiples. Un tercio de los lactantes con anomalías cardíacas y extracardíacas presentan algún síndrome establecido. Paciente adulto. Gracias a los excelentes resultados obtenidos por la cardiología pediátrica, el número total de pacientes adultos con cardiopatía congénita (CC) es ahora mayor que el de casos pediátricos. Así, más del 90% de los pacientes nacidos en Bélgica en 1990 vivieron hasta alcanzar al menos los 18 años de edad. En EE. UU., cada año nacen 40.000 niños con defectos cardíacos congénitos.4 Más de 35.000 de estos cumplirán, como mínimo, 18 años. En la actualidad, cerca de 1,3 millones de adultos estadounidenses tienen defectos cardíacos congénitos, más del 50% de los cuales se clasifican como complejos y necesitados de seguimiento por expertos durante toda la vida. Estos pacientes, de moderadamente a muy complejos, tienen un riesgo importante de muerte prematura, reintervenciones o complicaciones futuras de sus enfermedades y tratamientos. Muchos, especialmente aquellos con trastornos de moderadamente a muy complejos, deberían visitar a un especialista formado en la asistencia a las CC en adultos. Actualmente no existen suficientes especialistas o centros para que esto sea posible en todos los casos. Los pacientes adultos deberían haber sido informados durante la adolescencia acerca de su anomalía, su pronóstico y la posibilidad de nuevas intervenciones quirúrgicas o complicaciones, Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1520 EN FE RM ED A D ES D EL M IO CA RD IO , D EL P ER IC A RD IO Y D EL L EC H O V A SC U LA R PU LM O N A R IX si es el caso, y también deberían haber sido asesorados sobre sus res- ponsabilidades en relación con su autocuidado y el seguimiento médico. Los pacientes deben ir acompañados de copias de sus informes quirúrgicos y de otros documentos esenciales de su ficha pediátrica cuando empiezan a recibir asistencia como pacientes adultos. En la tabla 75-1 se enumeran los tipos de pacientes que deberían considerarse con CC «simple» y aquellos que son candidatos a la asistencia comunitaria. En las tablas 75-2 y 75-3 se muestran los diagnósticos de los pacientes moderadamente complejos y muy complejos. Estos dos últimos deberían seguirse en centros especializados durante toda su vida. Las CC de los adultosno representan una mera continuación de la patología infantil. Los patrones de muchas de las lesiones varían en la vida adulta. Las arritmias son más frecuentes y tienen un carácter diferente (v. capítulo 32). Las cavidades cardíacas suelen dilatarse, y los ventrículos tienden a desarrollar una disfunción sistólica. Las bioprótesis valvulares, que son propensas a fallar prematuramente en la infancia, duran más tiempo cuando se implantan a una edad superior. Las comorbilidades que tienden a aparecer en la vida adulta se convierten a menudo en factores importantes que necesitan una atención especial. Debido a ello, las necesidades de los pacientes adultos con CC suelen estar mejor cubiertas por un médico o un equipo médico familiarizado con la cardiología pediátrica y adulta. Para conseguir los mejores resultados, la cirugía cardíaca y las técnicas intervencionistas de cateterismos congénitos deben realizarse en centros con un volumen adecuado, quirúrgico e institucional, de casos cardíacos congénitos de cualquier edad. Los pacientes que se operan en centros no especializados, incluso por cirujanos cardíacos especialistas en CC, tienen una tasa de mortalidad tres veces mayor que aquellos atendidos en centros especializados en CC.5 En la mayoría de los casos, el centro especializado es un hospital infantil; este modelo probablemente no sea sostenible para la asistencia óptima a medida que la población con CC aumente. Conviene que un equipo cualificado con la preparación, la experiencia y el equipo adecuados se encargue de los estudios ecocardiográficos, el cateterismo cardíaco diagnóstico, los estudios electrofisiológicos, la resonancia magnética (RM) y otras modalidades de imagen en los casos más complejos (v. capítulos 14 a 19). En condiciones ideales, estos pacientes deberían ser atendidos por un equipo multidisciplinar. Son fundamentales los especialistas en cardiología y ecocardiografía, pero también se debe poder acceder a profesionales con otra preparación, experiencia e intereses, como cirujanos especializados en CC y sus equipos, personal de enfermería, especialistas en medicina reproductiva, profesionales de la salud mental, especialistas en técnicas de diagnóstico por imagen, asesores especializados en neumología, etc. Etiología Las malformaciones cardíacas congénitas pueden tener una herencia mendeliana como consecuencia directa de una anomalía genética, mostrar una estrecha asociación con un trastorno genético subyacente (p. ej., una trisomía), tener una relación directa con el efecto de una toxina ambiental (p. ej., diabetes materna, el alcohol) o ser el resultado de una interacción entre sistemas genéticos y ambientales multifactoriales demasiado complejos como para poder especificar una sola causa (p. ej., síndrome CHARGE; v. «Síndromes en las cardiopatías congénitas», más adelante). Este último grupo está disminuyendo conforme las modernas técnicas genéticas permiten identificar nuevas anomalías genéticas como causa subyacente de numerosos trastornos. Consideraciones genéticas. La mutación de un solo gen puede ser la causante de las formas familiares de CIA con prolongación de la conducción auriculoventricular (AV), prolapso de la válvula mitral, CIV, bloqueo cardíaco congénito, situs inversus, hipertensión pulmonar y los síndromes de Noonan, LEOPARD, Ellis-van Creveld y Kartagener (v. «Síndromes en las cardiopatías congénitas», más adelante). Los genes responsables de algunos defectos han sido identificados (p. ej., síndrome de QT largo, síndrome de Holt-Oram, síndrome de Marfan, miocardiopatía hipertrófica, estenosis aórtica supravalvular), y la presencia de defectos en genes contiguos del brazo largo del cromosoma 22 puede ser la causa subyacente de las malformaciones troncocónicas de los síndromes de DiGeorge y velocardiofacial. Sin embargo, actualmente podemos atribuir a aberraciones cromosómicas, a mutaciones genéticas o a defectos de TABLA 75-1 Tipos de pacientes adultos con cardiopatía congénita simple* Enfermedad original Comunicación interventricular pequeña aislada (sin lesiones asociadas Estenosis pulmonar leve Foramen oval persistente aislado o comunicación interauricular pequeña Valvulopatía aórtica congénita aislada )Valvulopatía mitral congénita aislada (excepto válvula en paracaídas, valva hendida) Alteraciones reparadas Comunicación interauricular de tipo ostium secundum o seno venoso reparada sin lesiones residuales Comunicación interventricular reparada sin lesiones residuales Conducto arterioso previamente ligado u ocluido *Habitualmente, estos pacientes pueden ser atendidos en la comunidad médica general. Tomado de Webb G, Williams R, Alpert J, et al: 32nd Bethesda Conference: Care of the Adult with Congenital Heart Disease, October 2-3, 2000. J Am Coll Cardiol 37:1161, 2001. TABLA 75-2 Tipos de pacientes adultos con cardiopatía congénita de gravedad moderada* Anomalía de Ebstein Coartación de la aorta Comunicación interauricular por el ostium primum Comunicación interauricular por el seno venoso Comunicación interventricular con los siguientes: Ausencia de una o más válvulas Coartación de la aorta Enfermedad mitral Estenosis subaórtica Insuficiencia aórtica Obstrucción al tracto de salida del ventrículo derecho Válvula mitral/tricúspide con acabalgamiento Comunicaciones auriculoventriculares (parciales o completas) Conducto arterioso persistente (sin cerrar) Drenaje venoso pulmonar anómalo, parcial o total Estenosis aórtica subvalvular o supravalvular (excepto miocardiopatía hipertrófica obstructiva) Estenosis de la válvula pulmonar (de moderada a grave) Fístula/aneurisma del seno de Valsalva Fístulas ventriculares aortoizquierdas Insuficiencia de la válvula pulmonar (de moderada a grave) Obstrucción infundibular relevante del tracto de salida del ventrículo derecho Tetralogía de Fallot *Estos pacientes deberían seguirse periódicamente en centros regionales de cardiopatía congénita del adulto. Tomado de Webb G, Williams R, Alpert J, et al: 32nd Bethesda Conference: Care of the Adult with Congenital Heart Disease, October 2-3, 2000. J Am Coll Cardiol 37:1161, 2001. TABLA 75-3 Tipos de pacientes adultos con cardiopatía congénita de gran complejidad* Atresia mitral Atresia pulmonar (todos los tipos) Atresia tricuspídea Cardiopatías congénitas cianóticas (todas las formas) Conductos, con o sin válvulas Enfermedades obstructivas vasculares pulmonares Intervención de Fontan Otras anomalías de la conexión auriculoventricular o ventriculoarterial no incluidas en las anteriores (es decir, corazón entrecruzado, isomerismo, síndromes de heterotaxia, inversión ventricular). Síndrome de Eisenmenger Transposición de las grandes arterias Tronco arterioso/hemitronco Ventrículo de doble salida Ventrículo único (también denominado ventrículo de doble entrada o doble salida, común o primitivo) *Estos pacientes deberían ser atendidos regularmente en centros de cardiopatías congénitas del adulto. Tomado de Webb G, Williams R, Alpert J, et al: 32nd Bethesda Conference: Care of the Adult with Congenital Heart Disease, October 2-3, 2000. J Am Coll Cardiol 37:1161, 2001. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1521 C ard io p atías co n g én itas en el p acien te ad u lto y p ed iátrico 75 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . la transmisión genética menos del 15% de todas las malformaciones cardíacas (v. capítulos 7 y 33). Es interesante destacar que, aunque se desconoce la causa, dis- tintos defectos genéticos pueden provocar la misma malformación cardíaca (p. ej., comunicaciones AV). Además, el hecho de que, salvocontadas excepciones, solo uno de los miembros de una pareja de gemelos monocigóticos se vea afectado por una CC indica que la mayoría de las malformaciones cardiovasculares tienen una herencia compleja. No obstante, esta observación podría haber llevado en el pasado a subestimar la contribución genética, ya que la mayoría de los estudios recientes en gemelos revelan que la incidencia de defectos cardíacos en gemelos monocigóticos es más del doble, aunque normalmente solo afectan a uno de los miembros de la pareja. Estudios familiares indican que la incidencia de CC es de 2 a 10 veces mayor en los hermanos de los pacientes afectados o en los descendientes de un progenitor afectado. Las malformaciones muestran a menudo una concordancia total o parcial dentro de una misma familia. Los estudios cardíacos fetales rutinarios de embarazos subsiguientes podrían estar claramente indicados en tales circunstancias. Consideraciones ambientales. La diabetes y la rubéola materna, la ingestión de talidomida e isotretinoína en las fases iniciales de la gestación y el consumo abusivo y crónico de alcohol por parte de la madre cons- tituyen factores ambientales conocidos que interfieren en la cardiogenia normal de los seres humanos. Por ejemplo, la incidencia de tetralogía de Fallot con atresia pulmonar es 10 veces más frecuente en los hijos de madres diabéticas. El síndrome de la rubéola consiste en cataratas, sordera, microcefalia y, ya sea por separado o en combinación, CAP, estenosis valvular y/o arterial pulmonar, y CIA. La exposición a talidomida se asocia a deformidades importantes de las extremidades y, en ocasiones, a malformaciones cardíacas sin predilección por una lesión específica. La ingestión de litio durante la gestación se asocia a anomalías de la válvula tricúspide. El síndrome alcohólico fetal consiste en microcefalia, micrognatia, microftalmía, retraso del crecimiento prenatal, retraso del desarrollo y defectos cardíacos (a menudo del tabique ventricular) en el 45% de los lactantes afectados, aproximadamente. Prevención Los médicos que asisten a gestantes han de familiarizarse con los teratógenos conocidos y con fármacos (p. ej., inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina [ECA] y desarrollo renal fetal) que pueden tener una influencia nociva más funcional que estructural sobre el corazón y la circulación fetales y neonatales, y deben tener presente que, en muchos casos, la información sobre el potencial teratógeno de esos fármacos es insuficiente. Deben utilizar siempre el equipo y las técnicas radiológicas adecuadas para reducir la exposición fetal y gonadal a las radiaciones, con el objeto de limitar los peligros de esta causa más que probable de defectos congénitos. La detección de anomalías genéticas durante la vida fetal es una realidad cada vez más frecuente. Se pueden obtener células fetales a partir del líquido amniótico o de una biopsia de vellosidades coriónicas. Muchos fetos en los que se detecta una CC se someten a pruebas genéticas y la ecografía fetal está frecuentemente indicada cuando se diagnostica una anomalía cromosómica por otras razones. Son muchas las consideraciones sociales, religiosas y jurídicas que influyen en la decisión de interrumpir la gestación en estas circunstancias, pero generalmente no se puede utilizar la anomalía cardíaca como única razón para la interrupción debido al pronóstico mucho más favorable incluso de las CC más complejas. La inmunización de los niños contra la rubéola ha constituido una de las medidas preventivas más eficaces contra el síndrome de rubéola fetal y las anomalías cardíacas congénitas asociadas al mismo. ANATOMÍA Anatomía cardíaca normal La clave para poder comprender bien las CC radica en el enfoque segmentario del diagnóstico de las lesiones simples y complejas. Situs cardíaco El situs cardíaco hace referencia al estado de las orejuelas auriculares. La orejuela auricular izquierda normal es una estructura con aspecto digital con una base estrecha y músculos pectíneos que están confinados en la orejuela, y un vestíbulo liso que confluye con el cuerpo de pared lisa de la aurícula izquierda. Por el contrario, la orejuela auricular derecha tiene una base ancha y los músculos pectíneos se extienden alrededor del vestíbulo y llegan a la cruz cardíaca. Situs ambiguus hace referencia a los corazones con dos orejuelas auriculares izquierdas o derechas morfológicas. Estas variantes se describen en el apartado dedicado al isomerismo y tienen repercusiones en relación con las anomalías intra- y extracardíacas asociadas. Conexiones auriculoventriculares Las conexiones AV son las comunicaciones entre las aurículas y los ventrículos. Las conexiones AV son concordantes si la aurícula izquierda morfológica está conectada a un ventrículo izquierdo morfológico a través de la válvula mitral y la aurícula derecha morfológica está conectada al ventrículo derecho morfológico a través de la válvula tricúspide. Se dice que las conexiones son discordantes en todos los demás casos, como la TGA corregida congénitamente (TGA-cc), y las conexiones univentriculares, cuando ambas aurículas se conectan predominantemente a uno de los ventrículos. Conexiones ventriculoarteriales Son las conexiones entre las válvulas semilunares y los ventrículos. Existe concordancia ventriculoarterial cuando el ventrículo izquierdo morfológico está conectado a la aorta y el ventrículo derecho mor- fológico está conectado a la arteria pulmonar. Existe discordancia ventriculoarterial cuando el ventrículo izquierdo morfológico está conectado a la arteria pulmonar y la aorta comunica con el ventrículo derecho morfológico. Existe un ventrículo derecho de doble salida cuando más del 50% de las dos grandes arterias están conectadas al ventrículo derecho morfológico. Se dice que el corazón tiene una sola salida cuando está conectado únicamente a una gran arteria. Aurículas La designación de una aurícula izquierda o derecha morfológica está determinada por la morfología de la orejuela auricular y no por la situación del drenaje venoso sistémico pulmonar. La orejuela auricular derecha es amplia y triangular, mientras que la izquierda es más pequeña y digitiforme. La arquitectura interna es el dato fundamental para el diagnóstico exacto, de modo que la derecha tiene músculos pectíneos extensos que discurren alrededor del vestíbulo de la aurícula, al con- trario de la izquierda. Aunque las venas pulmonares habitualmente drenan en una aurícula izquierda morfológica y las venas sistémicas en una aurícula derecha morfológica, no siempre ocurre así. Válvulas auriculoventriculares La válvula mitral morfológica consta de dos valvas; la valva anterior o aórtica mantiene una continuidad fibrosa con la cúspide no coronaria de la válvula aórtica. Las valvas mitrales están soportadas por dos grupos de músculos papilares, uno anterolateral y otro posteromedial. Cada uno de los músculos papilares soporta la parte adyacente de ambas valvas, observándose una variación considerable en la morfología de estos músculos. La válvula tricúspide es una válvula con tres valvas. Con frecuencia puede ser difícil identificar las tres valvas debido a la variabilidad de la comisura anteroposterior. En una inspección minuciosa, las cuerdas comisurales que nacen de los músculos papilares pueden permitir la identificación de las tres valvas. Las tres valvas ocupan una posición septal anterior, superior e inferior. Las comisuras entre las valvas son la septal anterior, la anteroinferior y la inferior. Los músculos papilares que soportan las valvas se insertan fundamentalmente en la trabécula septomarginal y sus ramificaciones apicales. Ventrículo derecho morfológico El ventrículo derecho morfológico es una estructura de forma triangular con una entrada, un componente trabecular y una salida. La entrada del ven- trículo derecho tiene inserciones de la valva septal de la válvula tricúspide. Por debajo de lamisma se encuentra la banda moderadora, que nace de la base de la trabécula septomarginal y presenta extensas trabeculaciones hacia la punta del ventrículo derecho. La salida del ventrículo derecho está constituida por la fusión de tres estructuras (es decir, el tabique infundibular, que separa la válvula aórtica aorta de la pulmonar; el pliegue ventriculoinfundibular, que separa las válvulas tricúspide y pulmonar, y, por último, las ramas anterior y posterior de la trabécula septomarginal). Ventrículo izquierdo morfológico En el corazón normal, el ventrículo izquierdo morfológico es una estruc- tura de forma elíptica con un fino patrón trabecular, sin inserciones septales de la válvula mitral. Consta de una parte interna que contiene la válvula mitral y un aparato de tensión, con una zona trabecular apical que se caracteriza por unas trabeculaciones muy finas y una zona externa que sustenta la válvula aórtica. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1522 EN FE RM ED A D ES D EL M IO CA RD IO , D EL P ER IC A RD IO Y D EL L EC H O V A SC U LA R PU LM O N A R IX Válvulas semilunares La válvula aórtica es una estructura de tres valvas de cuyas cúspides izquierda y derecha nacen las arterias coronarias izquierda y derecha, respectivamente, mientras que la cúspide no coronaria no comunica con ninguna arteria coronaria. Cabe destacar que la cúspide no coronaria mantiene una continuidad fibrosa con la valva anterior de la válvula mitral. La válvula aórtica tiene una inserción semilunar en la unión entre la salida ventricular y sus grandes arterias. Las cúspides aórticas poseen un núcleo principal de tejido fibroso con un recubrimiento endocárdico en ambas superficies. Las cúspides son más gruesas en su punto medio, donde forman un nódulo. La válvula pulmonar tiene unas características muy parecidas a las de su contrapartida aórtica, pero sin orificios coronarios en la parte superior de los senos. Cayado aórtico y arterias pulmonares En un corazón normal, el cayado aórtico suele apuntar hacia la izquierda con la primera rama, la arteria innominada, de la que nacen las arterias carótida y subclavia derechas. En general, las arterias carótida y sub- clavia izquierdas nacen por separado del cayado aórtico. Por definición, la aorta ascendente es proximal al origen de la arteria innominada, mientras que el cayado aórtico transversal se extiende desde la arteria innominada hasta el nacimiento de la arteria subclavia izquierda. El istmo aórtico es la zona situada entre la arteria subclavia izquierda y el ligamento arterioso o un CAP. Conexiones venosas sistémicas En el corazón normal, la vena cava superior desemboca en el techo de la aurícula derecha. La vena cava inferior desemboca en la parte inferior de la aurícula derecha morfológica y las venas hepáticas se unen a la vena cava inferior antes de su desembocadura auricular. Las venas coronarias drenan al flujo del seno coronario, que discurre por el surco AV posterior y desemboca en la aurícula derecha. La vena cava inferior está protegida por la válvula de Eustaquio y puede variar de tamaño de un corazón a otro. Drenaje venoso pulmonar en el corazón normal Las venas pulmonares drenan en la aurícula izquierda. Normalmente hay tres venas pulmonares procedentes del pulmón derecho trilobulado y dos venas pulmonares procedentes del pulmón izquierdo bilobulado. Las venas pulmonares drenan en puntos superiores e inferiores de la aurícula izquierda. Existe un breve segmento extraparenquimatoso de vena pulmonar antes de que esta desaparezca en los hilios adyacentes de los pulmones. Variantes anatómicas en el feto y sus implicaciones en niños, adolescentes y adultos Cada vez es más frecuente diagnosticar CC durante la vida fetal, y cada vez es mayor nuestra capacidad para modificar la evolución de las cardiopatías estructurales (mediante intervenciones fetales) y fisiológicas (mediante el tratamiento farmacológico). El conocimiento de los cambios que experimentan la estructura, el funcionamiento y el metabolismo cardiocirculatorios durante el desarrollo fetal tiene más importancia actualmente que en cualquier momento precedente. La infancia y la adolescencia son períodos de crecimiento somático acelerado y de cambios hemodinámicos muy rápidos. Algunas lesiones estenóticas que pueden progresar lentamente durante la infancia necesi- tan una vigilancia más frecuente durante la adolescencia. La infancia y la adolescencia es un buen momento para empezar a informar al paciente (no solo a los padres) acerca de su cardiopatía y de las responsabilidades que conlleva. Aspectos como la necesidad de seguir el tratamiento farmacológico, la conveniencia de evitar el tabaco y las drogas, y el asesoramiento acerca del embarazo y los métodos anticonceptivos no son exclusivos de los adultos con CC, y cada vez es más necesario abordarlos también en las clínicas especializadas en cardiología pediátrica. De hecho, se debe considerar que los primeros años de la adolescencia forman parte del proceso de transición antes de la transferencia al segui- miento de adultos. El tratamiento del adolescente mayor y el seguimiento de los adultos con CC recién diagnosticada o tratada previamente es una nueva subespecialidad en auge que continúa necesitando de una planificación adecuada para garantizar que se disponga de recursos ade- cuados para el creciente número de «graduados» adultos de programas pediátricos. Es evidente que es deseable un abordaje coordinado con especialistas de un centro asociado de CC del adulto. Los pacientes adultos, y a menudo también sus familiares, deben comprender su situación cardíaca, tanto lo que se ha hecho hasta ese momento como lo que podría suceder en el futuro. Esto es muy importante para un paciente joven que está «a punto de ingresar» en el mundo de los adultos. Los pacientes necesitan información y deben participar en su propia asistencia. Se debe explicar a los pacientes con riesgo relativamente alto las posibles complicaciones a largo plazo que pueden sufrir los adultos con CC (como arritmias, insuficiencia ventricular, obstrucción de conductos y endocarditis). También hay que explicarles la posible necesidad de futuro tratamiento, ya sea médico (antiarrítmicos, anticoagulantes, tratamiento para la insuficiencia cardíaca), por medio de catéteres (dilatación valvular, endoprótesis, ablación de arritmias) o quirúrgico (repetición de cirugía, trasplantes), si pudieran necesitarlos a corto o medio plazo. Hay que exponerles los problemas diarios a los que pueden enfrentarse estos adultos jóvenes, como la prescripción de actividades deportivas, las restricciones en relación con la conducción y las limitaciones para viajar. Muchos jóvenes con CC necesitan asesoramiento acerca de las posibilidades laborales, la entrada en el mercado laboral, la suscripción de seguros y la esperanza de vida. Muchos de ellos quieren formar una familia, y habrá que analizar las posibilidades reproductivas. Se les debe ofrecer la posibilidad de hablar sobre los métodos anticonceptivos más adecuados para cada caso. El asesoramiento previo a la concepción acerca del riesgo para la madre y el efecto durante el embarazo debe correr a cargo de médicos especializados, que deberán tener en cuenta la anatomía cardíaca materna, la capacidad funcional de la madre, la esperanza de vida materna, el riesgo de transmisión de la CC a la descendencia y el riesgo de parto prematuro. Hay que desaconsejar el embarazo a las pacientes de alto riesgo (p. ej., con síndrome de Marfan con dilatación de la raíz aórtica, hipertensión pulmonar grave, síntomas de la clase III o IV de la New York Heart Association[NYHA] y estenosis aórtica grave). Las pacientes de riesgo medio (p. ej., un paciente con cianosis, un paciente que necesita warfarina por una válvula mecánica u otros trastornos o un paciente con obstrucción moderada del tracto de salida ventricular izquierdo o disfunción ventricular izquierda moderada) deben saber que pueden quedar embarazadas, pero que su gestación puede presentar complicaciones y deberán someterse a un seguimiento muy estricto. Por último, pero no por ello menos importante, algunas comorbilidades como la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia complican aún más la situación de estos adultos con el paso del tiempo, y el cardiólogo de estos pacientes debe tenerlas en cuenta. CONSECUENCIAS PATOLÓGICAS DE LAS LESIONES CARDÍACAS CONGÉNITAS Insuficiencia cardíaca congestiva Aunque los mecanismos básicos de la insuficiencia cardíaca son parecidos a todas las edades, las causas habituales, el momento de aparición y, a menudo, el enfoque terapéutico varían con la edad (v. también capítu- los 21 a 31). El desarrollo de la ecocardiografía fetal ha permitido diagnos- ticar la insuficiencia cardíaca en el interior del útero. Los signos cardinales de la insuficiencia cardíaca fetal son el edema de cuero cabelludo, la ascitis, el derrame pericárdico y la disminución de los movimientos fetales. Entre los lactantes prematuros, especialmente aquellos que pesan menos de 1.500 g al nacer, el CAP es la causa más frecuente de descompensación cardíaca, siendo poco frecuentes otras formas de cardiopatía estructural. En los neonatos a término, las causas iniciales más importantes de insuficiencia cardíaca son los síndromes de hipoplasia cardíaca izquierda y de coartación aórtica, las taquiarritmias sostenidas, las fístulas arteriovenosas cerebrales o hepáticas y la miocarditis. Las CIV y comunicaciones AV, la TGA, el tronco arterioso y los drenajes venosos pulmonares anómalos totales son las lesiones que con más frecuencia provocan insuficiencia cardíaca después de la primera o la segunda semana de vida, una vez que la dismi- nución de la resistencia vascular pulmonar permite la formación de co r- tocircuitos izquierda-derecha importantes. Los niños de menos de 1 año con malformaciones cardíacas representan el 80-90% de los pacientes pediátricos que desarrollan insuficiencia cardíaca congestiva. En los niños de más de 1 año, la insuficiencia cardíaca se debe a menudo a un trastorno adquirido o representa una complicación de un procedimiento quirúrgico o intervencionista. En el primer caso cabe destacar los trastornos reumáticos y endomiocárdicos, las endocarditis infecciosas, los trastornos hematológicos y nutricionales y las arritmias cardíacas graves. La insuficiencia cardíaca congestiva no es frecuente en los adultos con CC, aunque uno de los problemas más frecuentes es la prevención de la disfunción miocárdica. El paciente adulto con una CC puede desarrollar insuficiencia cardíaca cuando coinciden un sustrato (p. ej., disfunción Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1523 C ard io p atías co n g én itas en el p acien te ad u lto y p ed iátrico 75 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . miocárdica, insuficiencia valvular) y un factor desencadenante (p. ej., arritmia sostenida, gestación, hipertiroidismo). Entre los pacientes propensos a insuficiencia cardíaca congestiva cabe destacar aquellos con una sobrecarga de volumen prolongada (p. ej., insuficiencia valvular y cortocircuitos izquierda-derecha), aquellos con una depresión primaria de la función miocárdica (p. ej., ventrículos derechos sistémicos, ven- trículos dañados durante la cirugía o por el tratamiento tardío de la presión ventricular o sobrecarga de volumen). El tratamiento se basa en un conocimiento exhaustivo de los elementos que contribuyen a la des- compensación y al abordaje de todos los componentes tratables. A menudo se emplean regímenes habituales de la insuficiencia cardíaca del adulto, que pueden consistir en inhibidores de la ECA, antagonistas del receptor de angiotensina, β-bloqueantes, diuréticos, marcapasos de resincronización, trasplante y otros tratamientos novedosos. Apenas hay indicios de la eficacia de estas estrategias, y muchos de los tratamientos comprobados que se usan en la insuficiencia cardíaca con cardiopatías adquiridas no han logrado beneficios demostrables en los pacientes con insuficiencia cardíaca y CC. Las CC suponen el 40% de los trasplantes de corazón pediátricos, pero solo el 2% de los adultos. Los adultos con CC que se someten a un tras- plante de corazón tienen una supervivencia media de 11 años, similar a la de los pacientes con otros tipos de cardiopatía. Los pacientes a los que se ha realizado la operación de Fontan tienden a tener peor evolución, probablemente porque tienen una enfermedad multiorgánica. Aproxima- damente un tercio de los trasplantes cardiopulmonares se realizan por CC. La supervivencia a los 3 años es de aproximadamente el 50%, el porcentaje es incluso mejor en pacientes con síndrome de Eisenmenger. Cianosis La cianosis central consiste en una desaturación de oxígeno arterial como consecuencia de un cortocircuito o mezcla entre la sangre venosa sis- témica y la circulación arterial. El grado de desaturación dependerá de la magnitud del cortocircuito y de la mezcla y del flujo sanguíneo pulmonar. Morfología Los defectos cardíacos que producen cianosis central pueden dividirse en dos categorías: 1) aquellos que conllevan un aumento del flujo sanguíneo pulmonar, y 2) aquellos que conllevan una disminución del flujo sanguíneo pulmonar (tabla 75-4). Fisiopatología La hipoxemia estimula la síntesis renal de eritropoyetina, que a su vez estimula la producción medular de eritrocitos circulantes, con el consiguiente aumento de la capacidad para el transporte de oxígeno. Todos los pacientes cianóticos deben manifestar eritrocitosis secundaria, ya que esta representa una respuesta fisiológica a la hipoxia tisular.6 La mejora de la oxigenación tisular que se consigue con esta adaptación puede bastar para alcanzar un nuevo equilibrio con un hematocrito superior. No obstante, este mecanismo de adaptación puede fracasar si la viscosidad de la sangre aumenta hasta el punto de que dificulta la distribución del oxígeno. Manifestaciones clínicas Aunque hoy en día la eritrocitosis es infrecuente por la menor prevalencia de CC cianóticas no tratadas en los países desarrollados, puede causar síndrome de hiperviscosidad. Estos síntomas son cefalea, síncopes, mareo, cansancio, alteración del estado mental, alteraciones visuales, parestesias, acúfenos y mialgias. La ferropenia, un hallazgo frecuente en pacientes adultos cianóticos en caso de flebotomías repetidas o hemorragias importantes, debe tratarse, porque aumenta el riesgo de complicaciones.8 Se han documentado anomalías de la hemostasia en pacientes cianóticos con eritrocitosis; estas anomalías pueden aparecer hasta en un 20% de los pacientes. La tendencia a las hemorragias puede ser leve y superficial, con fácil formación de hematomas, petequias cutáneas y hemorragias mucosas, o ser moderada o incluso muy peligrosa, con hemoptisis o hemorragias intracraneales, digestivas o postoperatorias. También se ha observado un aumento del tiempo de protrombina y el tiempo parcial de tromboplastina; un descenso de las concentraciones de factores V, VII, VIII y IX; trastornos cualitativos y cuantitativos de las plaquetas, aumento de la fibrinólisis y una disfunción endotelial sistémi- ca debido al aumento de la fuerza de cizallamiento. Paradójicamente, hace poco tiempose ha descrito una tendencia trombótica, con el 47% de los pacientes cianóticos con infarto cerebral asintomático y el 31% con trombosis pulmonar.7 Se pueden producir complicaciones neurológicas, como hemorragias cerebrales, secundarias a los defectos hemostáticos; estas complicacio- nes pueden aparecer en pacientes que reciben anticoagulantes. Los pacientes con cortocircuitos derecha-izquierda tienen riesgo de sufrir embolias cerebrales paradójicas, especialmente si tienen deficiencia de hierro. Se debe sospechar la existencia de un absceso cerebral en todo paciente cianótico con una cefalea nueva o diferente o con síntomas neurológicos de nueva aparición. En los pacientes cianóticos deben utilizarse filtros de aire en las líneas venosas periféricas/centrales para evitar las embolias paradójicas a través de un cortocircuito derecha- izquierda. Una disfunción renal en pacientes con CC cianótica puede manifes- tarse con proteinuria, hiperuricemia o insuficiencia renal. Los estudios histopatológicos glomerulares demuestran la existencia de anomalías vasculares y un aumento de la celularidad y la fibrosis. Es frecuente detectar hiperuricemia, que podría deberse fundamentalmente a una menor reabsorción del ácido úrico, más que a un aumento de su producción asociada a la eritrocitosis. También puede producirse nefropatía por uratos, nefrolitiasis por ácido úrico y artritis gotosa. Entre las complicaciones reumatológicas de la CC cianótica cabe destacar la gota y, especialmente, la osteoartropatía hipertrófica, que probablemente es la causante de las artralgias y los dolores esqueléti- cos que se observan hasta en un tercio de los pacientes cianóticos. En los pacientes con cortocircuitos derecha-izquierda, los megacarioci- tos liberados por la médula ósea pueden obviar los pulmones y quedar atrapados en las arteriolas y capilares sistémicos, induciendo la libera- ción de factor de crecimiento plaquetario, que favorece la proliferación celular local. Esto da lugar a la formación de nuevo tejido óseo, que provoca artralgias y dolores esqueléticos. Los pacientes con cianosis central normalmente tienen arterias coronarias dilatadas, y las estenosis ateroescleróticas son infrecuentes. Su concentración de colesterol total es también menor que la de la población general. Opciones terapéuticas y resultados Procedimientos de reparación completa La reparación fisiológica o anatómica resulta en una separación total o casi total de las circulaciones pulmonar y sistémica en las lesiones cianóticas complejas, que da lugar a la mejora de la cianosis y el cortocircuito. Estas intervenciones deberían realizarse siempre que sea posible. Las reparaciones completas rara vez carecen de secuelas a largo plazo a pesar de su nombre, y médicos y pacientes deben ser conscientes de la necesidad de cuidado regular durante toda la vida en casi todos los casos. Intervenciones de cirugía paliativa En los pacientes con lesiones cianóticas se puede recurrir a la cirugía paliativa para incrementar el flujo sanguíneo pulmonar, permitiendo que persista la cianosis. En la tabla 75-5 se resumen las diferentes derivaciones quirúrgicas paliativas. Actualmente se siguen utilizando las derivaciones de Blalock-Taussig-Thomas, central y de Glenn (también conocida como cavopulmonar). Las derivaciones de Blalock-Taussig- Thomas han producido hipertensión pulmonar con menos frecuencia que las centrales (Waterston y Potts) y tienen menor probabilidad de producir distorsión de las arterias pulmonares. Las derivaciones de Glenn tienen la ventaja de que incrementan el flujo pulmonar sin imponer una sobrecarga de volumen al ventrículo sistémico; pero necesitan unas presiones arteriales pulmonares reducidas para funcionar, y se asocian al desarrollo de fístulas arteriovenosas pulmonares con el paso del tiempo, lo que puede acentuar la cianosis. TABLA 75-4 Defectos cardíacos que provocan cianosis central* Transposición de las grandes arterias Anomalía de Ebstein Tetralogía de Fallot Fisiología de Eisenmenger Atresia tricuspídea Atresia pulmonar crítica o estenosis Tronco arterioso Ventrículo único funcional Retorno venoso pulmonar total anómalo *Obsérvense las cinco T y las dos E. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1524 EN FE RM ED A D ES D EL M IO CA RD IO , D EL P ER IC A RD IO Y D EL L EC H O V A SC U LA R PU LM O N A R IX Trasplantes En pacientes cianóticos con o sin paliación que ya no eran aptos para otras formas de tratamiento se han realizado trasplantes de corazón o de uno o ambos pulmones con reparación cardíaca quirúrgica y de corazón y pulmón (v. capítulo 28). En los trastornos constrictivos vasculares pulmonares está contraindicado el trasplante aislado de corazón. Cada vez es mayor el número de pacientes con CC y tratamiento paliativo previo de insuficiencia ventricular que se someten con éxito a un trasplante de corazón. Uno de los mayores problemas en estos pacientes es la elección del momento más adecuado para el trasplante. Otras medidas terapéuticas de la cianosis El objetivo de la flebotomía es el control de los síntomas. Cuando los pacientes manifiestan síntomas problemáticos de hiperviscosidad, tienen depleción de hierro (volumen corpuscular medio [VCM] normal, hematocrito > 65%), y no están deshidratados, se les debe extraer 250-500 ml de sangre a lo largo de 30-45 min y reponer el volumen extraído. Esta intervención puede repetirse, si es necesario, cada 24 h hasta observar una mejoría sintomática o hasta que la concentración de hemoglobina haya descendido por debajo de 18-19 g/dl. La flebotomía no está indicada en pacientes asintomáticos. Si se detecta la aparición de anemia ferropénica, se deben prescribir suplementos de hierro.8 Hay que procurar que los pacientes cianóticos no desarrollen ferropenia, que puede provocarles un deterioro funcional, aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y un pronóstico cardiovascular adverso. Para tratar las hemorragias muy intensas se pueden administrar transfusiones de plaquetas, plasma fresco congelado, vitamina K, crioprecipitado y desmopresina. Debido a la tendencia inherente a las hemorragias de los pacientes cianóticos, se debe evitar el ácido acetilsalicílico, la heparina y la warfarina, salvo en el caso de que los riesgos del tratamiento compensen los de la ausencia de tratamiento. Asimismo, deben evitarse los antiinflamatorios no esteroideos para prevenir las hemorragias gastrointestinales. Para tratar la hiperuricemia sintomática y la artritis gotosa se deben prescribir los tratamientos estándar, según las necesidades. Aspectos reproductivos En una paciente con CC cianótica (excepto una paciente con el síndrome de Eisenmenger), la gestación se asocia a un 32% de complicaciones cardiovasculares maternas y a un 37% de prematuridad fetal. Las gestantes con una saturación de oxígeno en reposo superior al 85% responden mejor que aquellas que tienen una saturación de oxígeno inferior al 85% (v. capítulo 90). Seguimiento Aunque las cifras han disminuido mucho en los países desarrollados, todos los pacientes cianóticos precisan seguimiento por un cardiólogo especializado en CC, que debe prestar especial atención a las cardiopatías subyacentes; los síntomas de hiperviscosidad; las complicaciones sistémicas de la cianosis; las variaciones en el grado de tolerancia al ejercicio; los cambios en los niveles de saturación, y la profilaxis contra la endocarditis, la gripe y las infecciones neumocócicas. El médico debe recordar la medición de la saturación de oxígeno solo después de que el paciente haya descansado durante al menos 5 min y determinar la presión arterialen el brazo contralateral al lado utilizado para un cortocircuito aortopulmonar. En los pacientes cianóticos estables se recomienda un seguimiento anual, que debe incluir la vacunación anual contra la gripe, vacunaciones contra los neumococos, análisis hematológicos anuales (hemograma completo, ferritina, perfil de coagulación, función renal, ácido úrico) y estudios periódicos de ecocardiografía Doppler. La terapia domiciliaria con oxígeno en ocasiones puede ser útil. Hipertensión pulmonar Frecuente en el pasado por retraso diagnóstico o terapéutico, la hiper- tensión pulmonar grave es un trastorno asociado a lesiones cardíacas congénitas cada día menos frecuente en los países desarrollados. Cuando aparece, el estado del lecho vascular pulmonar representa a menudo el principal factor determinante de las manifestaciones clínicas, la evolución y las opciones de tratamiento correctivo (v. capítulo 85). Una declaración de consenso reciente ofrece información importante sobre este tema general.9,10 La hipertensión arterial pulmonar puede deberse a un incremento del flujo y/o la resistencia vascular pulmonar; el aumento de la resistencia se debe a veces a un incremento del tono vascular, pero normalmente es el resultado de un desarrollo insuficiente y/o de cambios estructurales obstructivos/obliterantes en el lecho vascular pulmonar. Aunque la hipertensión pulmonar suele afectar a todo el lecho vascular pulmonar, también puede tener una repercusión focal. Por ejemplo, se puede observar una hipertensión pulmonar unilateral en un pulmón derivado de forma excesiva (el otro pulmón puede estar protegido y nutrido por una derivación cavopulmonar de Glenn) o en determinados segmentos pulmonares irrigados por flujo colateral aortopulmonar. Normalmente, la resistencia vascular pulmonar desciende con rapidez inmediatamente después del nacimiento, debido al inicio de la ventilación y a la consiguiente vasodilatación pulmonar. Posteriormente, y de forma gradual, el músculo liso de la media de las arterias pulmo- nares de resistencia disminuye gradualmente de grosor. Este proceso suele demorarse varios meses en los lactantes con comunicaciones aortopulmonares o ventriculares importantes, momento en el que la resistencia vascular pulmonar sigue siendo algo elevada. En los pacientes con presiones arteriales pulmonares elevadas desde el nacimiento puede fallar el crecimiento normal de la circulación pulmonar, y a menudo se observan cambios anatómicos en los vasos pulmonares en forma de una proliferación de las células de la íntima y de un engrosamiento de la íntima y la media, de manera que en el niño mayor o el adulto se puede alcanzar finalmente una resistencia vascular relativamente estabilizada como consecuencia de los cambios obliterantes en el lecho vascular pulmonar. Es bastante probable que una lesión de las células del endotelio vascular pulmonar ponga en marcha una cascada de episodios que incluyan la liberación o activación de factores que alteran la matriz extracelular, inducen hipertrofia, hacen proliferar las células musculares lisas vasculares y estimulan la síntesis proteínica en el tejido conjuntivo. En conjunto, estos factores pueden provocar alteraciones permanentes en la estructura y la función vasculares. Mecanismos de desarrollo Aparentemente, los daños que sufre la íntima guardan relación con fuerzas de cizallamiento, ya que el daño de las células endoteliales se produce a velocidades de cizallamiento elevadas. Una reducción del diámetro luminal en las arteriolas pulmonares, por un engrosamiento de la media muscular o por un fenómeno de vasoconstricción, incrementa la velocidad de flujo. La fuerza de cizallamiento aumenta también con la viscosidad de la sangre; por consiguiente, los lactantes con hipoxemia, un hematocrito alto y un flujo sanguíneo pulmonar elevado están más expuestos a desarrollar vasculopatías pulmonares. Los pacientes con cortocircuitos izquierda- derecha que no manifiestan hipertensión arterial pulmonar durante la lactancia o la niñez pueden no desarrollarla nunca o hacerlo a partir de la tercera o cuarta década de la vida. Una vez que aparecen los cambios proliferativos de la íntima, con hialinización y fibrosis, estos cambios no revierten con la reparación del defecto cardíaco subyacente. En las cons- tricciones vasculares pulmonares graves pueden aparecer malformaciones arteriovenosas y predisponer a hemoptisis, a veces, masivas. Mayores problemas produce la variabilidad en el momento de aparición y en la progresión de la obstrucción vascular pulmonar entre pacientes con lesiones cardíacas iguales o parecidas. Aunque pueda haber influencias genéticas (un buen ejemplo es la aparente aceleración de la vasculopatía pulmonar en los pacientes con CC y trisomía 21), cada vez es mayor el número de pruebas que indican la existencia de importantes factores TABLA 75-5 Derivaciones sistémico-pulmonares paliativas Arteriales Derivación de Blalock-Taussig-Thomas (de la arteria subclavia a la AP) Clásica: terminolateral, pulsos braquiales homolaterales ausentes o reducidos Actual: injertos tubulares laterolaterales, pulsos braquiales mantenidos Derivación central (injertos tubulares laterolaterales, de la aorta a la AP) Derivación de Potts (de la aorta descendente a la API) Derivación de Waterston (de la aorta ascendente a la APD) Venosas Derivación de Glenn (de la VCS a la AP homolateral sin conexión con el corazón u otra AP) Derivación cavopulmonar (de Glenn) bidireccional (derivación terminolateral de la VCS a la API y la APD) AP, arteria pulmonar; APD, arteria pulmonar derecha; API, arteria pulmonar izquierda; VCS, vena cava superior. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1525 C ard io p atías co n g én itas en el p acien te ad u lto y p ed iátrico 75 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . modificadores genéticos, prenatales y posnatales del lecho vascular pulmonar que parecen depender, al menos en parte, de la lesión. Así, por ejemplo, existe una variabilidad cuantitativa en el lecho vascular pul- monar que guarda relación con el número de arterias de la circulación pulmonar, y no solo del tamaño y de la estructura de sus paredes, todos ellos pueden verse modificados por CC coexistentes. Síndrome de Eisenmenger Su frecuencia está descendiendo en el mundo desarrollado, pero sigue siendo frecuente en los países que no aplican tratamiento cardíaco temprano. El síndrome de Eisenmenger, término acuñado por Paul Wood, define una vasculopatía obstructiva pulmonar secundaria a un importante cortocircuito izquierda-derecha preexistente que hace que las presiones arteriales pulmonares se aproximen a las presiones sistémicas y que el flujo sea bidireccional o, de forma predominante, de derecha a izquierda. Entre las CC que pueden dar lugar al síndrome de Eisenmenger cabe destacar algunos defectos «sencillos», como las CIA, las CIV y el CAP; y otros defectos más «complejos», como las comunicaciones AV, el tronco arterioso, la ventana aortopulmonar y el corazón univentricular. La elevada resistencia pulmonar suele establecerse al inicio de la infancia (con frecuencia antes de los 4 años, excepto en la CIA) y, en ocasiones, ya está presente desde el nacimiento. Evolución natural del paciente no operado Los pacientes con defectos que permiten una comunicación libre entre los circuitos pulmonar y sistémico a nivel aórtico o ventricular suelen tener una infancia bastante saludable y van desarrollando gradualmente una cianosis manifiesta durante la segunda o tercera década de la vida. La intolerancia al esfuerzo (disnea y cansancio) es proporcionalal grado de hipoxemia o cianosis. Si no se producen complicaciones, estos pacientes mantienen generalmente una capacidad funcional buena hasta la tercera década de vida; posteriormente, su capacidad física suele declinar de forma lenta y progresiva. La mayoría de los pacientes sobreviven hasta la etapa adulta, con unos porcentajes de supervivencia del 77% a los 15 años y el 42% a los 25 años. Los pacientes con síndrome de Eisenmenger suelen desarrollar insuficiencia cardíaca congestiva después de los 40 años de edad. Las formas más frecuentes de muerte son la muerte súbita (≈30%), la insuficiencia cardíaca congestiva (≈25%) y la hemoptisis (≈15%). En el resto de los casos, la muerte se debe en la mayoría de los casos a la ges- tación, a la mortalidad perioperatoria durante la cirugía extracardíaca y a causas infecciosas (abscesos cerebrales y endocarditis). Manifestaciones clínicas Los pacientes pueden experimentar las siguientes complicaciones: complicaciones relacionadas con su cuadro cianótico; palpitaciones en casi la mitad de los pacientes; fibrilación o aleteo auricular en ≈35%, taquicardia ventricular hasta en ≈10%; hemoptisis en el 20% de los casos, aproximadamente; tromboembolia pulmonar, angina, síncope y endocarditis en el 10% de los casos cada uno de ellos, aproximadamente, e insuficiencia cardíaca congestiva. La hemoptisis se debe habitualmente a hemorragias de los vasos bronquiales o a infartos pulmonares. La exploración física revela la existencia de cianosis central y defor- mación en palillo de tambor de los lechos ungueales. Los pacientes con síndrome de Eisenmenger y CAP pueden tener unos lechos ungueales sonrosados en la mano derecha (más que en la izquierda) y cianosis y deformaciones en ambos pies, o lo que se conoce como cianosis diferencial. Esto se debe a que la sangre venosa pasa por el conducto y penetra en la aorta distal a las arterias subclavias. Los pacientes con sín- drome de Eisenmenger pueden tener una presión venosa yugular normal o elevada, especialmente con ondas v prominentes cuando manifiestan además insuficiencia tricuspídea. También es típico observar signos de hipertensión pulmonar (un impulso ventricular derecho, un tono P2 fuerte y palpable, y un tono S4 en el lado derecho). En muchos pacientes se percibe un chasquido de eyección pulmonar y un soplo sistólico de eyección, suave y raspante, achacables a la dilatación del tronco pulmonar, y (con menos frecuencia) un soplo diastólico de insuficien- cia pulmonar, decreciente y agudo (soplo de Graham Steell). El edema periférico no aparece hasta que se produce una insuficiencia cardíaca derecha. Pruebas de imagen y de laboratorio Electrocardiograma (ECG). Lo habitual en un ECG es registrar ondas P picudas que indican sobrecarga auricular derecha y signos de hipertrofia ventricular derecha con desviación del eje a la derecha. También pueden detectarse arritmias auriculares. Radiografía torácica. La radiografía torácica muestra unas arterias pul- monares centrales dilatadas con un rápido estrechamiento de los vasos pulmonares periféricos (los signos radiológicos característicos del síndrome de Eisenmenger). Se puede observar también una calcificación de la arteria pulmonar, lo que constituye un signo diagnóstico de hipertensión pulmonar prolongada. En el síndrome de Eisenmenger debido a CIV o CAP se suele observar un cociente cardiotorácico normal o solo ligeramente aumentado. En el síndrome de Eisenmenger debido a CIA se observa generalmente un cociente cardiotorácico elevado como consecuencia de la dilatación auricular y ventricular derecha, junto con una aorta apenas visible, reflejo del bajo gasto cardíaco durante toda la vida. En el CAP de Eisenmenger se puede observar la calcificación del conducto arterial. Ecocardiografía. Se debe apreciar fácilmente el defecto intracardíaco además de un cortocircuito bidireccional. No es fácil visualizar un CAP por hipertensión pulmonar. Se observan signos de hipertensión pulmonar. La evaluación de la función ventricular derecha aporta más datos para poder establecer el pronóstico. Cateterismo cardíaco. El cateterismo cardíaco no solo permite medir directamente la presión arterial pulmonar y documentar la existencia de hipertensión pulmonar grave, sino que permite también evaluar la capacidad de reacción de los vasos pulmonares. Mediante la administración de vasodi- latadores arteriales pulmonares (O2, óxido nítrico, prostaglandina I2 [epopros- tenol]) se puede determinar los pacientes en los que está contraindicada la reparación quirúrgica y aquellos otros con hipertensión pulmonar reversible que pueden beneficiarse de la reparación quirúrgica o incluso reparación con catéter. El material de contraste radiológico puede provocar hipotensión y acentuar la cianosis, por lo que se debe usar con precaución. Biopsia pulmonar abierta. La biopsia pulmonar abierta rara vez se usa actualmente; solo se debe considerar esta posibilidad cuando no se puede confirmar la reversibilidad de la hipertensión pulmonar basán- dose únicamente en los datos hemodinámicos. Un experto determinará la gravedad de los cambios, para lo que a menudo se utiliza la clasificación de Heath-Edwards. Indicaciones para la intervención Clásicamente, el principio subyacente en el tratamiento de los pacientes con síndrome de Eisenmenger era evitar los factores que pueden desestabilizar el delicado equilibrio fisiológico. Hasta la última década más o menos, se recomendaba un método de no intervención. El uso generalizado de los vasodilatadores pulmonares en los pacientes con Eisenmenger comenzó en 2006, después de la publicación del estudio comparativo aleatorizado BREATHE-5 (v. más adelante). Desde entonces, varios estudios con fármacos de distintas clases han aportado datos del efecto favorable de estas «terapias avanzadas».11 Además, o en vez de las terapias avanzadas (que son muy caras), el foco del tratamiento se centra en la prevención de las complicaciones (p. ej., vacuna antigripal y vacuna antineumocócica para reducir la morbilidad de las infecciones respiratorias) o a restablecer el equilibrio fisiológico (p. ej., suplementos de hierro para la ferropenia, antia- rrítmicos para las arritmias auriculares y diuréticos para la insuficiencia cardíaca derecha). Como norma general, hay que considerar que el primer episodio de hemoptisis constituye una clara indicación para realizar nuevas investigaciones. Normalmente se recomienda el reposo en cama; y aunque suelen tener una duración limitada, se debe considerar que estos episodios representan una amenaza potencial para la vida del paciente, y se debe buscar una causa susceptible de tratamiento. Cuando los pacientes quedan muy incapacitados por la intensa hipoxemia o la insuficiencia cardíaca congestiva, el mejor tratamiento disponible consiste en el trasplante de pulmón (más la reparación del defecto cardíaco) o, con unos resultados algo mejores, el trasplante de corazón y pulmón. Generalmente, esta solución se reserva para aquellos pacientes que no presentan ninguna contraindicación y a los que se atribuye una supervivencia al cabo de 1 año inferior al 50%. Esa evaluación presenta muchas dificultades, debido a la evolución impredecible de la enfermedad y al riesgo de muerte súbita. Solo deben realizarse intervenciones extracardíacas cuando sea absolutamente necesario, por su elevada mortalidad. Los pacientes con síndrome de Eisenmenger son especialmente vulnerables a las alteraciones hemodinámicas que inducen la anestesia o la cirugía, como un leve descenso de la resistencia vascular sistémica que puede incre- mentar el cortocircuito derecha-izquierda y posiblemente potenciar un Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1526 EN FE RM ED A D ES D EL M IO CA RD IO , D EL P ER IC A RD IO Y D EL L EC H O V A SC U LA R PU LM O N A R IX colapso cardiovascular. Se recurre a la anestesia local siempre que sea posible. Se recomienda evitar el ayuno prolongado y especialmente la deshidratación, prescribir antibióticos profilácticos cuando convenga y realizar una monitorización intraoperatoria muy minuciosa. La elección entre la anestesia general y la anestesia epidural o raquídea es motivo de controversia. La anestesia debe administrarla un anestesiólogo cardíaco experimentado que conozca bien la fisiología del síndrome de Eisenmenger. Otros riesgos potenciales de la cirugía son las hemo- rragias excesivas, las arritmias postoperatorias y las trombosis venosas profundas con formación de embolias paradójicas. Para la mayoría de las vías intravenosas que se colocan a los pacientes cianóticos hay que utilizar un «filtro de aire» o un sistema de «atrapamiento de burbujas». Conviene que el paciente vuelva a caminar lo antes posible. Lo mejor en estos casos es la asistencia postoperatoria en una unidad de cuidados intensivos. Opciones terapéuticas y resultados Oxígeno Se ha comprobado que el suplemento nocturno de oxígeno no mejora la capacidad de ejercicio ni las tasas de supervivencia de los pacientes adultos con síndrome de Eisenmenger. A menudo se recomienda el suplemento de oxígeno durante los vuelos comerciales, aunque esta recomendación carece de bases científicas. Trasplante Se puede realizar un trasplante pulmonar asociado a la reparación de algún defecto cardiovascular previo. En otros casos, si no se pue de corregir la anatomía intracardíaca puede ser necesario un trasplante cardiopulmonar. La tasa de supervivencia a los 3 años después de un trasplante cardiopulmonar por CC es aproximadamente del 50%. El subgrupo de pacientes con síndrome de Eisenmenger puede tener mejor evolución, con una tasa de supervivencia a los 5 años del 50%. Esas operaciones son las que más esperanza ofrecen a pacientes con CC terminal que se enfrentan a la muerte y que tienen una calidad de vida intolerable. Tratamiento médico En 2006 se publicó el estudio BREAT- HE-5, que demostró que el bosentán puede administrarse de manera segura a los paciente s con s índrome de Eisenmenger. Mejoró la distancia reco- rrida en 6 min. Desde entonces, varios estudios han demostrado una mejoría de los resultados de distintos tipos en pacientes Eisenmenger empleando tres clases farmacológicas diferentes de vaso- dilatadores pulmonares: antagonistas del receptor de endotelina, inhibidores de la fosfodiesterasa y prostaciclinas. Un artículo de revisión reciente propuso un algoritmo terapéutico para estos pacientes (fig. 75-1). Seguimiento Es muy importante educar a los pacientes. Conviene insistir en la necesidad de evitar los medicamentos sin receta, la deshidra- tación, el tabaco, las altitudes elevadas y la actividad física excesiva. Resulta fundamental evitar la gestación utilizando métodos anticonceptivos adecuados. Se recomienda la vacunación antigripal anual, una dosis única de la vacuna antineumocócica y la profilaxis de la endocarditis, además de una higiene oral adecuada. Se debe realizar una revisión anual con un hemograma completo y una medición de las concentraciones de ácido úrico, creatinina y ferritina para vigilar los factores susceptibles de tratamiento que puedan provocar deterioro. Arritmias cardíacas La mayoría de las arritmias que se observan en adolescentes y adultos jóvenes guardan relación con una CC operada previamente (v. también capítulos 32 a 38). Las arritmias pueden representar un problema clínico importante en los pacientes cardíacos congénitos adolescentes y adultos, y constituyen la razón más frecuente de las consultas a los servicios de urgencia y las hospitalizaciones; las arritmias suelen recidivar y pueden empeorar o dejar de responder al tratamiento con el paso del tiempo. El tratamiento puede ser problemático. Arritmias auriculares Las arritmias más frecuentes son el aleteo o flúter auricular y, en menor medida, la fibrilación auricular (v. capítulo 38). El aleteo auricular suele reflejar una anomalía auricular derecha y la fibrilación auricular, una anomalía izquierda. En estos pacientes, el aleteo auricular presenta a menudo un aspecto y un comportamiento atípicos, y es mejor utilizar la denominación de taquicardia por reentrada intraauricular. Puede haber dificultades para reconocer el aleteo auricular, y el observador debe permanecer atento para poder identificar una conducción 2:1 camuflada como un ritmo sinusal (habitualmente con una frecuencia cardíaca en reposo ≈100 latidos/min). Las recidivas son frecuentes, aunque no hay que asumir necesariamente que representen un fracaso del tratamiento. Las circunstancias en las que es más frecuente el aleteo auricular son las reparaciones de Mustard/Senning para la TGA, las CIA reparadas o sin reparar, la tetralogía de Fallot reparada y la anomalía de Ebstein de la válvula tricúspide, también es probable después de una operación de Fontan. El aleteo auricular puede reflejar un deterioro hemodinámico en los pacientes que se han sometido a una reparación de Mustard, de Senning, de una tetralogía de Fallot o de Fontan. Su aparición suele asociarse a un aumento de los síntomas y las limitaciones funcionales. Los fármacos más utilizados para su tratamiento son la warfarina, los β-bloqueantes, la amiodarona, el sotalol, la propafenona y la digoxina. Como norma general, a los pacientes con una buena función ventricular se les puede administrar sotalol o propafenona, mientras que aquellos FIGURA 75-1 Algoritmo terapéutico recomendado para la hipertensión arterial pulmonar y el síndrome de Eisenmenger. ARE, antagonista del receptor de endotelina; DR6M, distancia recorrida en 6 min; 3; IPDE-5, inhibidor de la fosfodiesterasa 5; VD, ventrículo derecho. (Tomado de Roth TS, Aboulhosn JA: Pulmonary Hypertension And Congenital Heart Disease. Cardiol Clin 2016;34(3):391-400.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1527 C ard io p atías co n g én itas en el p acien te ad u lto y p ed iátrico 75 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . con disminución de la función ventricular deben recibir amiodarona. Actualmente se están utilizando y perfeccionando otros tratamientos, como marcapasos, intervenciones de ablación y técnicas quirúrgicas innovadoras. La taquicardia ventricular mantenida y la fibrilación ven- tricular son menos frecuentes, y suelen asociarse a dilatación, disfunción y cicatrices ventriculares. Aunque la muerte súbita es frecuente en algunas circunstancias, no se conoce bien el mecanismo de la misma. Taquicardia ventricular La taquicardia ventricular puede ser una manifestación de los efectos proarrítmicos de diversos fármacos, o aparecer en pacientes con infarto o lesión miocárdica aguda y en pacientes con CC y una disfunción ventricular grave. En concreto, se producen taquicardias ventriculares sostenidas en pacientes con tetralogía de Fallot reparada, en los que se observa como una manifestación de los problemas hemodinámicos (normalmente insuficiencia pulmonar grave) que precisan reparación; también puede reflejar una dilatación y disfunción del ventrículo derecho, o guardar relación con alguna cicatriz ventricular. Muerte súbita A diferencia de lo que sucede en los adultos, los niños no suelen morir de forma repentina e inesperada como consecuencia de un tras- torno cardiovascular. No obstante, se han producido casos de muerte súbita enpacientes de cualquier edad con arritmias, estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica obstructiva, hipertensión arterial pulmonar idiopática, síndrome de Eisenmenger, miocarditis, bloqueo cardíaco completo congénito, fibroelastosis endocárdica primaria, y cuando hay anomalías específicas en el origen y en el trayecto de la arteria coronaria (v. también capítulo 42).12 Bloqueo auriculoventricular Es frecuente detectar un bloqueo AV de primer grado en pacientes con comunicación AV, anomalía de Ebstein o TGA completa (o dextrotrans- posición; D-TGA) y en pacientes mayores con CIA. Los pacientes con TGA-cc pueden desarrollar un bloqueo cardíaco completo, que también puede aparecer tras la cirugía en otros pacientes. Cuando hay que colocar marcapasos a un paciente cianótico, suelen utilizarse electrodos epicárdicos por el riesgo de embolias paradójicas. Muchos pacientes adultos con CC suelen tener problemas de acceso vascular debido a intervenciones quirúrgicas previas, procedimientos de catéter y a la presencia de electrodos de marcapasos. Endocarditis infecciosa La endocarditis infecciosa como complicación de una CC es infrecuente antes de los 2 años de edad, excepto en el período postoperatorio inmediato (v. también capítulo 73). Las recientes directrices para la profilaxis de la endocarditis han alterado claramente la práctica clínica. Se insiste mucho en el mantenimiento de una higiene oral excelente. Se recomienda la profilaxis antibiótica antes de las intervenciones dentales en pacientes con válvulas cardíacas protésicas o cuando se utiliza material protésico para la reparación de las válvulas cardíacas; con antecedentes de endocarditis infecciosa, CC con cianosis persistente, defectos residuales adyacentes a un parche protésico o un dispositivo protésico y en los 6 meses siguientes a la colocación de un material o un dispositivo protésico por una CC, y en receptores de un trasplante cardíaco que presentan una valvulopatía cardíaca. Dolor torácico La angina de pecho es un síntoma infrecuente de las CC, aunque, cuando hay dolor típico, es preciso un estudio completo en busca de anomalías coronarias (p. ej., origen y curso anómalos, estenosis de los orificios, puentes miocárdicos). El dolor debido a pericarditis suele ser de inicio agudo y acompañado de fiebre, y es posible identificarla por los hallazgos físicos, radiológicos y ecocardiográficos específicos. Con más frecuencia, el dolor torácico postoperatorio tardío tiene un origen musculoesquelético y puede reproducirse con el movimiento de las extremidades superiores o la palpación. Véase también el capítulo 56. Síndromes en las cardiopatías congénitas El acrónimo ALCAPA del síndrome ALCAPA (del inglés anomalous left coronary artery arising from the pulmonary artery) se traduce por arteria coronaria izquierda anómala que nace de la arteria pulmonar. También se conoce como síndrome de Bland-White-Garland (vídeos 75-1 a 75-3). El síndrome de Alagille es un síndrome autosómico dominante que consiste en colestasis intrahepática, facies característica, anomalías verte- brales en forma de mariposa, y grados variables de estenosis periférica de la arteria pulmonar o hipoplasia difusa de la arteria pulmonar y sus ramas. Su causa más frecuente son mutaciones puntuales en el gen JAG1 del cromosoma 20p y, con menos frecuencia, deleciones del cromosoma 20p (7% de los casos) o mutaciones puntuales del NOTCH2 (1%). El síndrome de deleción de 22q11 está causado por una microdeleción en el cromosoma 22q11, que resulta en una gran variedad de manifes- taciones clínicas. Se conoce, asimismo, por síndrome de DiGeorge, velocardiofacial o de Takao. Las alteraciones cardíacas consisten en defectos conotroncales, como interrupción del cayado aórtico, tetralogía de Fallot, tronco arterioso y ventrículo derecho con salida doble. En el síndrome CHARGE, CHARGE es el acrónimo de coloboma ocular, defectos cardíacos (heart) congénitos, atresia de coanas, retraso del crecimiento y desarrollo, hipoplasia genital y anomalías del oído (ear) asociadas a sordera. El fenotipo es muy variable. Los defectos cardíacos congénitos observados en la asociación CHARGE son tetralogía de Fallot con o sin otros defectos cardíacos, comunicación AV, ventrículo derecho de doble salida, ventrículo izquierdo de doble entrada, TGA, interrupción del cayado aórtico y otros. La mayoría de los casos están causados por mutaciones o deleciones de un gen codificante de una proteína de remodelación de la cromatina, CHD7. El síndrome de Down es la malformación más frecuente causada por la trisomía 21. La mayoría de los pacientes (95%) tienen una trisomía completa del cromosoma 21; algunos presentan una translocación o un mosaico. El fenotipo tiene carácter diagnóstico (estatura baja, aspecto facial característico, retraso mental, braquidactilia, inestabilidad atloaxoidea y trastornos tiroideos y leucocíticos). Son frecuentes los defectos cardíacos congénitos (40%) siendo los más observados las comunicaciones AV, las CIV y el CAP. Los pacientes con síndrome de Down son propensos a desarrollar vasculopatías pulmonares más precoces y graves de lo que cabría esperar como consecuencia de las lesiones identificadas. Las directrices de vigilancia de la salud para pacientes con síndrome de Down contienen recomendaciones de tratamiento y estudio.13 El síndrome de Ellis-van Creveld es un síndrome de displasia esquelética autosómico recesivo en el que las lesiones cardíacas más frecuentes son aurícula común, CIA por el orificio primero y comunicación AV parcial. Este síndrome pertenece al grupo creciente de las «ciliopatías» y está causado por mutaciones de EVC1 o EVC2. El síndrome de Holt-Oram es autosómico dominante y consiste en anomalías radiales en el antebrazo y la mano junto con CIA de tipo ostium secundum (la lesión más frecuente), CIV o, rara vez, otras malformaciones cardíacas. Está causado por mutaciones en el TBX5 y se caracteriza por su variabilidad fenotípica inter- e intrafamiliar. El síndrome LEOPARD es un trastorno autosómico dominante. Está muy relacionado con el síndrome de Noonan y comparte un sustrato genético similar (deleción del gen PTPN-11). Hay lentigo, alteraciones electrocardiográficas, hipertelorismo ocular, estenosis pulmonar, genita- les anómalos, retraso del crecimiento y sordera (deafness). Algunas veces puede haber miocardiopatía o CC complejas. El síndrome de Noonan es un síndrome autosómico dominante que produce un fenotipo algo similar al del síndrome de Turner, pero con un complemento cromosómico normal. El síndrome de Noonan está causado por mutaciones del gen PTPN-11, así como de KRAS, SOS-1, NRAS y RAF-1, lo que ha conducido a la hipótesis de que los genes de la vía RAS contribuyen al síndrome de Noonan y otros relacionados. Se asocia a anomalías cardíacas congénitas, especialmente a estenosis displásica de la válvula pulmonar, estenosis de la arteria pulmonar y CIA. Es menos frecuente la miocardiopatía hipertrófica. Otra anomalía frecuente es un edema linfático congénito. El síndrome rubeólico fue un trastorno grave, pero ha sido erradicado en gran medida en las zonas con programas de vacunación. Abarca un amplio espectro de malformaciones causadas por la infección de la rubéola en las fases iniciales de la gestación, como cataratas, retinopatía, sordera, CC, lesiones esqueléticas y retraso mental. El espectro de lesiones cardíacas congénitas es muy amplio e incluye estenosis de la arteria pulmonar, CAP, tetralogía de Fallot y CIV. El síndrome de la cimitarra (vídeos 75-4 y 75-5) consiste en una cons- telación de anomalías, entre las que se encuentran una conexión venosa pulmonar anómala total o parcial (CVPAP) entre el pulmón derecho y la vena cava inferior, que a menudo se asocia a hipoplasia del pulmón dere- cho y la arteria pulmonar derecha. El segmento inferior del pulmón derecho (lóbulo secuestrado) suele recibir un aporte arterial adicional de la aorta
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