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848 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos DEFINICIÓN, 848 CLASIFICACIÓN, 848 CAUSAS VASCULARES DEL SÍNCOPE, 848 Hipotensión ortostática, 849 Síncope de mecanismo reflejo, 849 Hipotensión o síncope de mecanismo neurológico (síncope vasovagal), 850 Hipersensibilidad del seno carotídeo, 850 CAUSAS CARDÍACAS DEL SÍNCOPE, 850 CAUSAS NEUROLÓGICAS DE LA PÉRDIDA DE CONCIENCIA TRANSITORIA, 851 CAUSAS METABÓLICAS DE LA PÉRDIDA DE CONCIENCIA TRANSITORIA, 851 PRUEBAS DIAGNÓSTICAS, 851 Anamnesis, exploración física y masaje del seno carotídeo, 851 Pruebas de laboratorio: análisis de sangre, 852 Prueba de la mesa basculante, 852 Imagen cardíaca, 853 Pruebas de esfuerzo y cateterismos cardíacos, 853 Electrocardiografía, 853 Pruebas electrofisiológicas, 854 ESTRATEGIA PARA EVALUAR A PACIENTES CON SÍNCOPE, 855 TRATAMIENTO DE LOS PACIENTES CON SÍNCOPE, 856 Síncope de mecanismo neurológico, 856 PERSPECTIVAS FUTURAS, 857 BIBLIOGRAFÍA, 858 43 Hipotensión y síncope HUGH CALKINS Y DOUGLAS P. ZIPES DEFINICIÓN El síncope, o pérdida de conciencia (PDC) transitoria, es un síntoma que presenta PDC repentina, transitoria, completa asociada a incapacidad para mantener el tono postural, con recuperación rápida y espontánea. El supuesto mecanismo del síncope es la hipoperfusión cerebral.1,2 El metabolismo del cerebro, a diferencia del de muchos otros órganos, depende en gran medida de su perfusión. Por ello, la interrupción del flujo sanguíneo cerebral provoca la PDC en unos 10 s. La recuperación de una conducta y una orientación adecuadas después de un episodio sincopal suele ser inmediata. La amnesia retrógrada, aunque infrecuente, puede observarse en los adultos mayores. Es importante reconocer que el síncope, definido en los términos aquí citados, representa un tipo de situaciones dentro de un espectro mucho más amplio que causan la PDC transitoria, incluyendo el accidente cerebrovascular y las convulsiones epilépticas. Las causas de la PDC transitoria distintas al síncope difieren en cuanto al mecanismo y la duración.1 El síncope es un problema clínico importante debido a su frecuencia, a su elevado coste económico y a su asociación frecuente con dis- capacidad; a la posibilidad de causar lesiones y al hecho de ser el único signo de alerta previo a la muerte súbita cardíaca (MSC)1-3 (v. capítulo 42). Los pacientes con síncope representan el 1% de los ingresos hospitalarios y el 3% de las consultas al servicio de urgencias (SU). Hasta el 50% de los adultos jóvenes describen un episodio previo de PDC, la mayoría episodios aislados que nunca requieren atención médica. La prevalencia de un primer episodio de síncope es especialmente alta entre los 10 y los 20 años, aparecen otros máximos entre los 60 y los 80 años, aproximadamente.4 Los pacientes que sufren síncopes refieren, asimismo, que su calidad de vida es notablemente menor; los síncopes pueden resultar en lesiones traumáticas. El pronóstico de los pacientes con síncope varía en gran medida en función del diagnóstico. Los pacientes con síncope que padecen una cardiopatía estructural o una enfermedad eléctrica primaria presentan una mayor incidencia de MSC y de mortalidad general. El síncope debido a hipotensión ortostática se asocia a una duplicación de la incidencia de mortalidad, debido sobre todo a las múltiples comorbilidades en este grupo de pacientes. Por el contrario, los pacientes jóvenes que manifiesten síncope de mecanismo neurológico presentan un pronós- tico excelente. CLASIFICACIÓN En las tablas 43-1 y 43-2 se exponen las consideraciones diagnósticas referidas a pacientes con PDC transitoria, real o aparente, y con síncope, respectivamente. El síncope se puede diferenciar de la mayoría de otras causas de PDC transitoria mediante la comprobación de si la PDC fue transitoria, de inicio rápido, de corta duración y seguida de una recuperación espontánea. Si la respuesta a cada una de estas pregun- tas es afirmativa y la PDC transitoria no fue causada por un trauma- tismo craneal, las consideraciones diagnósticas incluyen el síncope verdadero, en cuyo caso la PDC transitoria se considera debida a hipo- perfusión cerebral global, convulsiones epilépticas, síncope psicógeno y otras causas infrecuentes. Al evaluar a un paciente con PDC transi- toria, es importante tener en cuenta alteraciones distintas del síncope, como tr astornos metabólicos, epilepsia y consumo de alcohol, así como cuadros en los que la PDC puede ser solo aparente (es decir, reacción de conversión). Estas causas psicógenas del síncope, identificadas cada vez con mayor frecuencia, suelen diagnosticarse en pacientes de 40 años o menos y, en especial, en aquellos con antecedentes de enfermedad psiquiátrica.1,5 El diagnóstico diferencial del síncope (v. tabla 43-2) incluye entre las causas más frecuentes las vasculares, seguidas de las cardíacas, con más frecuencia las arritmias. Aunque el conocimiento de los cuadros frecuentes que pueden causar síncope es esencial y permite al facultativo identificar la causa probable del proceso en la mayoría de los pacientes, reviste igual importancia el conocimiento de otras causas menos frecuentes, pero potencialmente mortales, del síncope, como el síndrome de QT largo, la displasia ventricular derecha arritmógena, el síndrome de Brugada, la miocardiopatía hipertrófica, la fibrilación ventricular (FV) idiopática, la taquicardia ventricular polimorfa catecolaminérgica, el síndrome de QT corto y la presencia de émbolos pulmonares1,6-11 (v. capítulo 84). La distribución de las causas del síncope varía, tanto con la edad del paciente como con el entorno clínico en el que se le evalúe. Los síncopes de mecanismo neurológico y de mecanismo reflejo son los más frecuentes a cualquier edad y en cualquier situación. Las causas cardíacas del síncope, especialmente las taquiarritmias y bradiarritmias, constituyen el segundo grupo de causas más frecuentes de síncope. La incidencia de causas cardíacas de síncope es superior en los ancianos y en pacientes que acuden al SU para su evaluación. La hipotensión ortostática es muy poco frecuente en pacientes de menos de 40 años, pero es habitual en personas de edad muy avanzada (v. capítulo 88). CAUSAS VASCULARES DEL SÍNCOPE Las causas vasculares del síncope, en particular el síncope reflejo y la hipotensión ortostática, son con diferencia las causas más comunes, y son responsables de al menos un tercio de todos los episodios sincopales.12,13 Por el contrario, los síndromes de robo vascular son causas muy poco habituales de síncope. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 849 H ip o ten sió n y sín co p e 43 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Hipotensión ortostática La bipedestación desplaza de 500 a 800 ml de sangre al abdomen y a las extremidades inferiores, causando un descenso brusco del retorno venoso al corazón. Este descenso provoca una disminución del gasto cardíaco y la estimulación de los barorreceptores aórticos, carotídeos y cardiopulmonares, procesos que desencadenan un incremento reflejo de los impulsos nerviosos simpáticos. En consecuencia, la frecuencia cardíaca, la contractilidad cardíaca y la resistencia vascular aumentan, a fin de mantener una presión arterial (PA) generalizada estable en bipedes- tación. El término intolerancia ortostática hace referencia a un conjunto de signos y síntomas de una anomalía en cualquier elemento de este sistema de control de la PA. La hipotensión ortostática se define como una caída de 20 mmHg en la PA sistólica o como un descenso de 10 mmHg en la PA diastólica a los 3 min de permanecer de pie.La hipotensión ortostática puede ser asintomática o estar asociada a síncope, mareo o presíncope, temblor, debilidad, fatiga, palpitaciones, diaforesis y vista borrosa o estrechamiento concéntrico del campo visual. Estos síntomas suelen empeorar en el paciente justo al levantarse por la mañana o después de comer o realizar ejercicio. La hipotensión ortostática inicial se define como disminución mayor de 40 mmHg en la PA, justo al ponerse de pie, con recuperación rápida (< 30 s) de la normalidad.1,2,11 Por el contrario, la hipotensión ortostática progresiva tardía se caracteriza por una disminución gradual de la PA sistólica en bipedestación. El síncope producido después de las comidas, en especial en los ancianos, puede tener su origen en la redistribución de la sangre hacia el intestino. Se ha referido una disminución de la PA sistólica de unos 20 mmHg, casi 1 h des- pués de comer, en casi un tercio de los ancianos que viven en residencias. Aunque suele ser asintomática, puede causar mareo o síncope. Los fármacos que causan hipovolemia o vasodilatación son la causa más frecuente de hipotensión ortostática (tabla 43-3). Los ancianos son especialmente susceptibles a padecer los efectos hipotensores de los fármacos debido a la disminución de la sensibilidad de los barorrecepto- res, la reducción del flujo sanguíneo cerebral, la pérdida de sodio renal y el deterioro del mecanismo que regula la sed, que se manifiesta con el envejecimiento (v. capítulo 88). La hipotensión ortostática puede tener también causas neurógenas, que se diferencian a su vez en insuficiencia autónoma primaria y secundaria (v. capítulo 99). Las causas primarias suelen ser idiopáticas, mientras que las secundarias están asociadas a una anomalía conocida, de tipo bioquímico o estructural, o bien se observan como parte de una enfermedad o síndrome determinados. Existen tres tipos de insuficiencia autónoma primaria. La insuficiencia autónoma pura (síndrome de Bradbury-Eggleston) es un trastorno esporádico idiopático caracterizado por hipotensión ortostática, que suele ir acompañado de signos de insuficiencia autónoma de mayor extensión, como trastornos en la función intestinal, vesical, termo- rreguladora y sexual. Los pacientes con insuficiencia autónoma pura muestran reducción de la concentración plasmática de noradrenalina en decúbito supino. La atrofia multisistémica (síndrome de Shy-Drager) es un trastorno progresivo y esporádico, que se inicia en la edad adulta y se caracteriza por disfunción autónoma, parkinsonismo y ataxia, en cualquier posible combinación. El tercer tipo de insuficiencia autóno- ma pri maria es la enfermedad de Parkinson con insuficiencia autónoma. Un reducido grupo de pacientes con enfermedad de Parkinson puede experimentar también insuficiencia autónoma, incluyendo hipotensión ortostática. Además de estas formas de insuficiencia autónoma crónica, existe una neuropatía panautónoma aguda poco frecuente. Esta neuropatía se manifiesta generalmente en personas jóvenes y provoca insuficiencia simpática y parasimpática grave y extensa, con hipotensión ortostática, anhidrosis, trastorno de la función vesical e intestinal, frecuencia cardíaca fija y midriasis arreactiva. El síndrome de taquicardia ortostática postural (STOP) se caracteriza por síntomas frecuentes en posición levantada (p. ej., mareo, palpita- ciones, temblor, debilidad generalizada, visión borrosa, intolerancia al ejercicio, cansancio), un aumento de frecuencia cardíaca de 30 latidos/min o más en posición levantada (o ≥ 40 latidos/min en pacientes de 12 a 19 años) y ausencia de descenso mayor de 20 mmHg de la PA sistólica.1,2,12 No se ha definido completamente el fundamento fisiopatológico de este síndrome. Algunos pacientes presentan tanto este síndrome como el síncope de mecanismo neurológico. Síncope de mecanismo reflejo Las causas del síncope de mecanismo reflejo, o situacional, se indican en la tabla 43-2. Son un grupo de cuadros en que los reflejos cardiovas- culares que controlan la circulación son inadecuados para responder TABLA 43-1 Causas de la pérdida de conciencia transitoria real o aparente Síncope (v. tabla 43-2) Enfermedad neurológica o cerebrovascular Epilepsia Accidente isquémico transitorio vertebrobasilar Síndromes metabólicos y coma Hiperventilación con hipocapnia Hipoglucemia Hipoxemia Intoxicación por fármacos o alcohol Coma Síncope psicógeno Ansiedad, trastorno de angustia Trastornos de somatización TABLA 43-2 Causas del síncope Causas vasculares Anatómicas Síndromes de robo vascular (síndrome de robo subclavio) Ortostáticas Insuficiencia autónoma Idiopáticas Hipovolemia Inducido por fármacos y alcohol De mecanismo reflejo Hipersensibilidad del seno carotídeo Síncope de mecanismo neurológico (desmayo común, vasodepresor, neurocardiógeno, vasovagal) Síncope glosofaríngeo Circunstancial (hemorragia aguda, tos, defecación, risa, micción, estornudo, deglución, posprandial) Causas cardíacas Anatómicas Valvulopatía cardíaca obstructiva Disección aórtica Mixoma auricular Enfermedades del pericardio, taponamiento Miocardiopatía obstructiva hipertrófica Isquemia e infarto de miocardio Embolia pulmonar Hipertensión pulmonar Arritmias Bradiarritmias Bloqueo auriculoventricular Disfunción del nódulo sinusal, bradicardia Taquiarritmias Taquicardia supraventricular Fibrilación auricular Taquicardia supraventricular paroxística (TRNAV, WPW) Otras Taquicardia ventricular Cardiopatía estructural Síndromes hereditarios (DAVD, MCH, síndrome de Brugada, síndrome de QT largo) Proarritmia inducida por fármacos Implantación de un marcapasos o funcionamiento anómalo de un DAI Síncope de origen desconocido DAI, desfibrilador automático implantable; DAVD, displasia arritmógena del ventrículo derecho; MCH, miocardiopatía hipertrófica; TRNAV, taquicardia por reentrada del nódulo auriculoventricular; WPW, síndrome de Wolff-Parkinson-White. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 850 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V ante un factor desencadenante que causa vasodilatación con o sin bradicardia y descenso de la PA e hipoperfusión cerebral generalizada. En cada caso, el reflejo se compone de un desencadenante (rama aferente) y una respuesta (rama eferente). Este grupo de síndromes de síncopes reflejos tiene en común la vía de respuesta del reflejo, que consiste en un aumento del tono vagal y la retirada del tono simpático periférico que causa bradicardia, vasodilatación y, finalmente, hipo- tensión, presíncope o síncope. Si predomina la hipotensión debida a vasodilatación periférica, se clasifica como respuesta refleja de tipo vasodepresor; si predomina la bradicardia o la asistolia, se clasi- fi ca como respuesta cardioinhibidora, y cuando tanto la vasodila- tación como la bradicardia tienen una función en el proceso, se clasifica como respuesta mixta. Los desencadenantes específicos permiten distinguir estas causas de síncope. Por ejemplo, el síncope miccional se produce como consecuencia de la activación de mecanorreceptores en la vejiga urinaria; el síncope por defecación es consecuencia de los impulsos nerviosos procedentes de los receptores de tensión de la pared intestinal, y el síncope por deglución está causado por impulsos nerviosos aferentes originados en el aparato digestivo superior. Los dos tipos más frecuentes de síncope reflejo, hipersensibilidad del seno carotídeo e hipotensión de mecanismo neurológico se explicarán más adelante. La identificación del desencadenante es importante debido a sus implicaciones terapéuticas, pues al evitar el agente desencadenante se pueden prevenir otros episodios sincopales.Hipotensión o síncope de mecanismo neurológico (síncope vasovagal) El término hipotensión o síncope de mecanismo neurológico (conocido también como síncope neurocardiógeno, vasodepresor y vasovagal, y «lipotimia») se ha empleado para describir una anomalía frecuente en la regulación de la PA, que se caracteriza por el inicio brusco de hipotensión con o sin bradicardia. Los desencadenantes asociados a un síncope de mecanismo neurológico incluyen el estrés ortostático, como el que puede producirse por una bipedestación prolongada o una ducha de agua caliente, y el estrés emocional, causado, por ejemplo, por la visión de sangre.1,2,12 Un gran número de pacientes que manifiestan síncope de mecanismo neurológico pueden presentar trastornos psiquiátricos leves. Los pacientes con síncope causado por hipotensión mediada neuralmente pueden presentar también seudosíncope psicógeno.5 Se ha propuesto que el síncope de mecanismo neurológico tiene su origen en un reflejo paradójico que se inicia cuando la precarga ventricular disminuye por la acumulación venosa. Esta reducción causa disminución del gasto cardíaco y de la PA, circunstancia detectada por los barorreceptores arteriales. El aumento consiguiente de la concentración de catecolaminas, en combinación con la reducción del llenado venoso, causa la contracción enérgica de un ventrículo casi vacío. El propio corazón participa en este reflejo por medio de los mecanorreceptores, o fibras C, que consisten en fibras amielínicas presentes en las aurículas, los ventrículos y la arteria pulmonar. Se ha propuesto que la contracción enérgica de un ventrículo casi vacío origina la activación de estos receptores en individuos suscepti- bles. Estas fibras C aferentes se proyectan centralmente respecto del núcleo vagal dorsal del bulbo raquídeo, pueden causar una retirada «paradójica» del tono simpático periférico y un aumento del tono vagal, que a su vez provoca vasodilatación y bradicardia. La última consecuencia clínica es el síncope o el presíncope. Sin embargo, no todos los síncopes de mecanismo neurológico son producidos por la activación de los mecanorreceptores. En los seres humanos, la visión de sangre o una emoción extrema pueden desencadenar un síncope, lo que indica que quizás participen centros neuronales superiores también en la fisiopatología del síncope vasovagal. Además, los mecanismos centrales pueden contribuir a la producción del síncope de mecanismo neurológico. Hipersensibilidad del seno carotídeo El síncope causado por hipersensibilidad del seno carotídeo se produce por la estimulación de los barorreceptores del seno carotídeo, situados en la arteria carótida interna, por encima de la bifurcación de la arteria carótida común. Se diagnostica mediante reproducción del síncope clínico durante masaje del seno carotídeo, con una respuesta cardioin- hibidora si la asistolia dura más de 3 s o produce bloqueo auriculoven- tricular (AV); o una respuesta vasodepresora considerable si la PA sistólica baja más de 50 mmHg; o una respuesta mixta cardioinhibidora y vasodepresora.1 La hipersensibilidad del seno carotídeo se detecta en casi un tercio de los pacientes ancianos que sufren síncope o caídas.2 Sin embargo, este trastorno se observa también con frecuencia en pacientes ancianos asintomáticos. Por ello, el diagnóstico de la hipersensibilidad del seno carotídeo debería abordarse rigurosamente, después de excluir otras causas alternativas del síncope. Una vez diagnosticado, se recomienda la implantación de un marcapasos de doble cámara, en pacientes que manifiesten síncope recurrente o caídas a causa de la hipersensibilidad del seno carotídeo que es cardioinhibidora o mixta (clase 2A/IIa, nivel de evidencia [NE] B-R).1,2,14 CAUSAS CARDÍACAS DEL SÍNCOPE Las causas cardíacas del síncope, en especial taquiarritmias y bradia- rritmias, son el segundo grupo de causas más frecuentes de síncope, y suponen entre el 10 y el 20% de los episodios sincopales (v. tabla 43-2; v. capítulos 37 y 39). La taquicardia ventricular (TV) es la taquiarritmia TABLA 43-3 Causas de hipotensión ortostática Fármacos Diuréticos Bloqueantes α-adrenérgicos Terazosina, labetalol Bloqueantes de las neuronas adrenérgicas Guanetidina Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina Antidepresivos Inhibidores de la monoaminooxidasa Alcohol Diuréticos Bloqueantes ganglionares Hexametonio, mecamilamina Tranquilizantes Fenotiacinas, barbitúricos Vasodilatadores Prazosina, hidralacina, antagonistas del calcio Hipotensores de acción central Metildopa, clonidina Trastornos primarios con insuficiencia autónoma Insuficiencia autónoma pura (síndrome de Bradbury-Eggleston) Atrofia mulsistémica (síndrome de Shy-Drager) Enfermedad de Parkinson con insuficiencia autónoma Causas neurógenas secundarias Envejecimiento Enfermedades autoinmunitarias Síndrome de Guillain-Barré, enfermedad mixta del tejido conjuntivo, artritis reumatoide Síndrome de Eaton-Lambert, lupus eritematoso sistémico Neuropatía autónoma de la carcinomatosis Lesiones del sistema nervioso central Esclerosis múltiple, encefalopatía de Wernicke Lesiones vasculares o tumores que afecten al hipotálamo y al mesencéfalo Deficiencia de dopamina β-hidroxilasa Hiperbradicininismo familiar Trastornos médicos generales Diabetes, amiloidosis, alcoholismo, insuficiencia renal Neuropatías sensoriales hereditarias, de carácter dominante o recesivo Infecciones del sistema nervioso Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, enfermedad de Chagas, botulismo, sífilis Enfermedades metabólicas Deficiencia de la vitamina B12, porfiria, enfermedad de Fabry, enfermedad de Tangier Lesiones de la médula espinal Modificado de Bannister SR, editor. Autonomic Failure. 2nd ed. Oxford: Oxford University Press, 1988, p 8. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 851 H ip o ten sió n y sín co p e 43 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . más frecuente que puede provocar síncope. La taquicardia supraven- tricular (TSV) puede causar también síncope, aunque la gran mayoría de los pacientes con arritmias supraventriculares manifiestan síntomas menos graves, como palpitaciones, disnea y mareos. Las bradiarritmias que pueden originar un síncope incluyen el síndrome del seno enfermo y el bloqueo AV. Las causas anatómicas del síncope comprenden la obstrucción del flujo sanguíneo, como un émbolo pulmonar gran- de (v. capítulo 84), mixoma auricular (v. capítulo 81) y estenosis aórtica (v. capítulo 68). CAUSAS NEUROLÓGICAS DE LA PÉRDIDA DE CONCIENCIA TRANSITORIA Las causas neurológicas de la PDC transitoria, como migrañas, convulsiones, malformaciones de Arnold-Chiari y accidentes isquémicos transitorios, son sumamente infrecuentes y suponen menos del 10% de todas las causas de síncope (v. capítulos 65 y 97). Se ha comprobado que la mayoría de los pacientes en quienes se ha determinado una causa «neurológica» de la PDC transitoria manifestaron en realidad una convulsión y no un síncope verdadero. CAUSAS METABÓLICAS DE LA PÉRDIDA DE CONCIENCIA TRANSITORIA Las causas metabólicas de la PDC transitoria son raras, y suponen menos del 5% de los episodios sincopales. Las causas metabólicas más frecuentes de síncope son hipoglucemia (v. capítulo 51), hipoxia e hiperventilación (v. capítulo 86). La determinación de hipoglucemia como causa de una aparente PDC requiere la demostración de que el paciente manifestaba hipoglucemia durante el episodio sincopal. Aunque se ha considerado en general que el síncope inducido por hiperventilación se debe a la reducción del flujo sanguíneo cerebral, un estudio ha confirmado quesolo la hiperventilación no fue suficiente para provocar síncope. Esta observación indica que el síncope inducido por hiperventilación puede tener también un componente psicológico. Los trastornos psiquiátricos pueden provocar asimismo síncopes. Hasta un 25% de los pacientes con síncope de origen desconocido puede presentar trastornos psiquiátricos, siendo el síncope uno de los síntomas iniciales1 (v. capítulo 96). PRUEBAS DIAGNÓSTICAS La identificación de la causa precisa del síncope es a menudo difícil. Como el síncope suele manifestarse esporádica e infrecuentemente, es muy difícil explorar al paciente u obtener un electrocardiograma (ECG) durante un episodio sincopal. Por este motivo, el objetivo principal de la evaluación de un paciente con síncope es determinar un diagnóstico provisional de la causa del síncope. Anamnesis, exploración física y masaje del seno carotídeo La anamnesis y la exploración física son con diferencia los elementos más importantes de la evaluación de un paciente con PDC transitoria y síncope, y se pueden utilizar para identificar la causa en más del 25% de los pacientes.1,2,13,15-17 Las directrices sobre el síncope del ACC/AHA/HRS de 2017 proporcionan una recomendación de clase I (NDE B-NA) para realizar una anamnesis y una exploración física detallada a los pacientes con síncope.1 Una anamnesis sistemática y detallada permite obtener la máxima información. La evaluación inicial comenzará determinando si el paciente experimentó en realidad un episodio sincopal, mediante las siguientes preguntas: 1) ¿perdió el paciente totalmente el conocimiento?; 2) ¿fue la PDC transitoria, de inicio rápido y de corta duración?; 3) ¿se recuperó el paciente espontánea y totalmente, y sin secuelas?, y 4) ¿perdió el paciente el tono postural? Si la respuesta a una o más de estas preguntas es negativa, se sospechará de otras causas no sincopales de la PDC transitoria. Aunque las caídas se pueden diferenciar del síncope por la ausencia de la PDC, se ha descrito una superposición entre los síntomas de las caídas y del síncope2,18 porque los ancianos pueden manifestar amnesia del episodio de la PDC. Al evaluar a un paciente de síncope, se prestará una atención especial a: 1) comprobar si el paciente presenta antecedentes de cardio- patía, de una enfermedad metabólica (como diabetes) o antecedentes familiares de cardiopatía, síncope o muerte súbita; 2) comprobar si algún medicamento haya podido causar el síncope, sobre todo los que puedan provocar hipotensión, bradicardia o bloqueo cardíaco, o una respuesta proarrítmica (antiarrítmicos); 3) determinar el número y la cronicidad de los episodios anteriores sincopales y presincopales; 4) identificar los factores desencadenantes, como la postura y la actividad inmediatamente anterior al síncope, y 5) determinar el tipo y la duración de los síntomas prodrómicos y de recuperación. También es útil obtener el relato riguroso de los testigos para elaborar un informe detallado del episodio, como la manera de producirse el colapso, el color de la piel y las características de la respiración del paciente, la duración de la inconsciencia y los movimientos del paciente durante el episodio de inconsciencia. Las características más útiles de la anamnesis para diferenciar entre hipotensión neurológica, arritmia, convulsiones o síncope psicógeno se resumen en la tabla 43-4. Las anamnesis obtenidas en pacientes con síncope asociado a bloqueo AV y TV son similares. En cada caso, el síncope se produce en general con menos de 5 s de aviso y con pocos, o nulos, síntomas prodrómicos y de recuperación. Entre las características demográficas indicativas de un síncope causado por una arritmia, como TV o bloqueo AV, están el sexo masculino, menos de tres episodios anteriores sincopales y una edad avanzada. Las características de la anamnesis que señalan un diagnóstico de síncope neurológico incluyen palpitaciones, vista borrosa, náuseas, calor, diaforesis o mareos, antes del síncope y náuseas, sensación de calor, diaforesis o fatiga después del síncope. Las características útiles de la anamnesis para distinguir entre convul- siones y un síncope comprenden la orientación después del suceso, la cianosis facial o la ausencia de palidez durante el episodio, la presencia de espuma en la boca, el dolor muscular, la somnolencia después del episodio, tiempo de convulsión respecto al inicio del síncope (corto apunta a causa neurológica y largo, a una causa arrítmica) y una duración de la inconsciencia superior a 5 min.16 Si el paciente se muerde la lengua, es un hecho muy indicativo de que la PDC ha tenido un origen convulsivo y no sincopal. Un estudio reciente describió que los antecedentes de mordedura de lengua durante un episodio de PDC tenían una sensibilidad del 33% y una especificidad del 96% a la hora de predecir que la causa de dicha PDC era una crisis epiléptica.17 Otros síntomas que apuntan a una convulsión como la causa de un episodio sincopal comprenden: 1) un aura antes del episodio; 2) la desviación horizontal de la mirada durante el episodio; 3) aumento de la PA y del pulso durante el episodio, y 4) cefalea después del episodio. Se puede observar incontinencia urinaria o fecal, tanto si se trata de una convulsión como de un episodio sincopal, pero se produce a menudo en caso de convulsión. Las convulsiones tónico-clónicas generalizadas (gran mal) se asocian normalmente a movimientos tónico-clónicos. El síncope causado por isquemia cerebral puede provocar rigidez de decorticación con movimientos clónicos en los brazos. Las convulsiones acinéticas o las ausencias típicas (pequeño mal) pueden reconocerse por la falta de respues- ta del paciente sin pérdida del tono postural. Las convulsiones del lóbulo temporal duran varios minutos y se caracterizan por confusión, cambios en el grado de conocimiento y signos autónomos, como rubor. La insuficiencia vertebrobasilar deberá considerarse como causa del síncope si este se produce en asociación con otros síntomas de isquemia del tronco encefálico (p. ej., diplopía, acúfenos, debilidad o pérdida sensorial localizadas, vértigo o disartria). El síncope debido a una migraña suele asociarse a una cefalea unilateral pulsátil, escotomas centelleantes y náuseas. Exploración física Además de efectuar una exploración cardíaca completa se pres- tará especial atención para comprobar si el paciente manifiesta una cardiopatía estructural, determinar el grado de hidratación del paciente y detectar anomalías neurológicas importantes, indicativas de disautonomía o de accidente cerebrovascular. Los signos vitales ortos- táticos son un elemento crítico de la evaluación. La PA y la frecuencia cardíaca del paciente se obtendrán en posición supina y luego, cada minuto durante casi 3 min, en bipedestación. Se buscarán las dos anomalías siguientes: 1) hipotensión ortostática temprana, definida como un descenso de 20 mmHg en la PA sistólica o una disminución de 10 mmHg en la PA diastólica, a los 3 min de estar de pie, y 2) STOP (v. anteriormente «Hipotensión ortostática»). La relevancia del STOP radica en su estrecha relación con el síncope de mecanismo neurológico. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 852 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V Masaje del seno carotídeo El masaje del seno carotídeo se realizará después de comprobar la presencia de soplos aplicando una presión suave sobre el pulso carotí- deo, primero en un lado y después en el otro, justo debajo del ángulo mandibular, donde está situada la bifurcación carotídea. La presión se aplicará de 5 a 10 s, tanto en decúbito supino como en bipedestación porque una respuesta anómalaal masaje del seno carotídeo se observa solo en bipedestación, hasta en un tercio de los pacientes. Como las complicaciones principales asociadas al masaje del seno carotídeo son neurológicas, este masaje se evitará en pacientes que hayan presentado un accidente isquémico transitorio previo, un accidente cerebrovascular en los 3 meses anteriores y soplos carotídeos, excepto si se ha excluido una estenosis importante por medio de pruebas Doppler carotídeas. Una respuesta normal al masaje del seno carotídeo es la disminución transitoria de la frecuencia sinusal o la prolongación de la conducción AV, o ambas. La hipersensibilidad del seno carotídeo se diagnostica mediante reproducción del síncope clínico durante masaje del seno carotídeo y las respuestas observadas previamente.1 El diagnóstico de la hipersensibilidad del seno carotídeo como causa del síncope precisa de la reproducción de los síntomas del paciente durante el masaje del seno carotídeo. Pruebas de laboratorio: análisis de sangre Los análisis sistemáticos de sangre, como la concentración sérica de electrólitos, enzimas cardíacas, glucemia y hematocrito, tienen escaso valor diagnóstico en pacientes con síncope, y por ello no se recomienda su práctica habitual. Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope señalan que es razonable realizar análisis de sangre específicos para evaluar a pacientes seleccionados con síncopes identificados basándose en la valoración clínica mediante anamnesis, exploración física y ECG (clase IIa, NDE B-NA).1 Prueba de la mesa basculante La prueba de la mesa basculante es una prueba diagnóstica valiosa para evaluar a pacientes con síncope;1,2,13 una respuesta positiva indica susceptibilidad al síncope de mecanismo neurológico. Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope señalan que la prueba con camilla inclinada puede ser útil en pacientes con sospecha de síncope vasovagal si el diagnóstico no está claro después de la evaluación inicial (clase IIa, NDE B-NA).1 La prueba de inclinación ascendente se realiza en general durante 30-45 min después de una fase de estabilización previa horizontal de 20 min, a un ángulo entre 60 y 80° (siendo 70° el más frecuente). La sensibilidad de la prueba puede aumentar, con una disminución asociada de la especificidad, al emplear pruebas de mayor duración, ángulos más agudos y agentes desencadenantes, como iso- prenalina o nitroglicerina. Cuando se utilice isoprenalina, se recomienda que la velocidad de infusión aumente progresivamente de 1 a 3 µg/min para aumentar la frecuencia cardíaca un 25% por encima del valor inicial. Cuando se utilice nitroglicerina, se administrará una dosis fija de 300 a 400 µg de nitroglicerina en aerosol, por vía sublingual después de un período de 20 min sin medicación, estando el paciente en bipedes- tación. Estos dos métodos desencadenantes son equivalentes en cuanto a precisión diagnóstica. En ausencia de estimulación farmacológica, se ha estimado que la especificidad de la prueba es del 90%, que disminuye significativamente cuando se emplean agentes desencadenantes. La prueba de la mesa basculante está indicada principalmente para confirmar un diagnóstico de síncope de mecanismo neurológico, cuando la evaluación inicial sea insuficiente para establecer un diagnós- tico. La prueba de la camilla inclinada es útil también para diagnosticar el seudosíncope psicógeno.5 La prueba de inclinación ascendente no se aconseja en general cuando se pueda diagnosticar al paciente por medio de la anamnesis y la exploración física iniciales. Sin embargo, la confirmación del diagnóstico mediante una respuesta positiva a la prueba de la inclinación ascendente es muy tranquilizante para algunos pacientes. La inducción de hipotensión o bradicardia reflejas sin reproducción de un síncope apuntan a un diagnóstico de síncope de mecanismo neurológico, pero es una respuesta menos específica. Si un paciente presenta una cardiopatía estructural, habrá que descartar otras causas cardiovasculares sincopales, antes de considerar una prueba de inclinación ascendente positiva como diagnóstica de un síncope TABLA 43-4 Diferenciación entre los síncopes causados por hipotensión de mecanismo neurológico, arritmias, convulsiones y causas psicógenas HipotensiÓn De mecAnismo neuroLÓGico ArritmiAs conVuLsiones cAusAs psicÓGenAs Demografía y situación clínica Mujeres > hombres Edad más joven (< 55 años) Más episodios (> 2) Bipedestación, habitación cálida, trastorno emocional Hombres > mujeres Edad más avanzada (> 54 años) Menos episodios (< 3) Durante el esfuerzo o en decúbito supino Antecedentes familiares de muerte súbita Edad más joven (< 45 años) Cualquier situación Mujeres > hombres Se produce en presencia de otras personas Edad más joven (< 40 años) Muchos episodios (a menudo, muchos en el mismo día) Desencadenante no identificado Síntomas premonitorios Duración mayor (> 5 s) Palpitaciones Vista borrosa Náuseas Sensación de calor Diaforesis Mareos Duración menor (< 6 s) Palpitaciones menos frecuentes Inicio repentino o aura breve (déjà vu, olfatorio, gustativo, visual) Ausente en general Observaciones durante el episodio Palidez Diaforesis Midriasis Pulso lento, presión arterial baja Puede producirse incontinencia Pueden producirse movimientos clónicos breves Cianosis, sin palidez Puede producirse incontinencia Pueden producirse movimientos clónicos breves Cianosis facial, sin palidez Espuma en la boca Síncope prolongado (> 5 min) Mordeduras en la lengua Desviación horizontal de la mirada Aumento del pulso y de la PA La incontinencia es más probable* Se producen movimientos tónico-clónicos si hay convulsiones tónico-clónicas generalizadas Color normal Sin diaforesis Ojos cerrados Pulso y presión arterial normales Sin incontinencia Es frecuente una duración prolongada (minutos) Síntomas residuales Los síntomas residuales son frecuentes Es frecuente la fatiga prolongada (> 90%) Orientación Los síntomas residuales son raros (salvo una inconsciencia prolongada) Orientación Los síntomas residuales son frecuentes Dolor muscular Desorientación Fatiga Cefalea Recuperación lenta Los síntomas residuales son raros Orientación *Se puede observar en todas las causas de síncope, pero con más frecuencia con las convulsiones. PA, presión arterial. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 853 H ip o ten sió n y sín co p e 43 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . de mecanismo neurológico. La prueba de inclinación ascendente está indicada también para evaluar a pacientes a quienes se ha confirmado la causa del síncope (es decir, asistolia), pero la confirmación de un síncope de mecanismo neurológico en la prueba de inclinación as cendente influiría en su tratamiento. La prueba de inclinación as- cendente es eficaz asimismo en pacientes con causas psicógenas de síncope, pues puede desencadenar una PDC, aun cuando la PA y la frecuencia cardíaca sean normales. La inducción de PDC sin cambio en las constantes vitales hace pensar en un diagnóstico de seudosíncope psicógeno. La prueba de inclinación ascendente es ineficaz para evaluar la eficacia del tratamiento de un síncope de mecanismo neurológico. Imagen cardíaca Es frecuente el uso de ecocardiogramas para evaluar pacientes con síncope (v. capítulo 14), pero las directrices actuales indican que solo debe realizarse a los pacientes con sospecha de cardiopatía estructural.1,2 Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope señalan que la ecocardiografía puede ser útil en pacientes seleccionados con síncope si se sospecha de cardiopatíaestructural (clase IIa, NDE B-NA).1 Estas directrices señalan también que la imagen cardíaca sis- temática no es útil para evaluar pacientes con síncope a menos que la evaluación inicial mediante anamnesis, exploración física o ECG haga sospechar una etiología cardíaca (clase 3/III, NDE B-NA).1 Estas directrices recomiendan también que la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC) pueden ser útiles en pacientes seleccio- nados con síncope con sospecha de etiología cardíaca (clase IIb, NDE B-NA).1 Los estudios han mostrado que el rendimiento diagnóstico de un ecocardiograma en un paciente con síncope con ECG y exploración física normales es muy bajo. Por esta razón no se recomienda el uso habitual del ecocardiograma en este contexto. Por ejemplo, se obtendrá una ecocardiografía en el caso de pacientes cuyo cuadro clínico sea indicativo de un síncope de origen cardíaco, como síncope de esfuerzo o en decúbito supino, antecedentes familiares de muerte súbita o síncope de inicio repentino. Las características ecocardiográficas que se consideran diagnósticas de la causa de un síncope comprenden estenosis aórtica grave, taponamiento pericárdico, disección aórtica, anomalías congénitas de las arterias coronarias y mixomas o trombos auriculares obstructivos. Las observaciones de deterioro de la función ventricular derecha o izquierda, signos de sobrecarga ventricular dere- cha o de hipertensión pulmonar (émbolos pulmonares) o la presencia de miocardiopatía hipertrófica (v. capítulo 78) tienen una importan- cia pronóstica y justifican la realización de otras pruebas diagnósticas. Pruebas de esfuerzo y cateterismos cardíacos La isquemia de miocardio es una causa poco probable de síncope y, cuando se manifiesta, suele acompañarse de angina (v. capítulo 56). Las pruebas de esfuerzo (v. capítulo 13) se reservan para pacientes que manifiestan un síncope o presíncope durante o inmediatamente después de un esfuerzo, asociado a dolor torácico o para pacientes con un riesgo alto de enfermedad arterial coronaria.1,2 Las directrices del ACC/AHA/ HRS de 2017 sobre el síncope señalan que la ergometría puede ser útil para diagnosticar la causa del síncope en pacientes seleccionados que presentan síncope o presíncope durante el esfuerzo (clase IIa, NDE C-DL).1 El síncope producido durante el ejercicio es indicativo de una causa cardíaca. Por el contrario, cuando el síncope tiene lugar después del ejercicio suele tener un origen neurológico. Incluso en pacientes que hayan manifestado un síncope durante el ejercicio, es poco probable que la prueba de esfuerzo desencadene otro episodio. Se recomienda realizar una angiografía coronaria cuando se sospeche que el síncope se debe, directa o indirectamente, a isquemia de miocardio. Electrocardiografía El ECG de 12 derivaciones es otro elemento importante en el estudio de un paciente con síncope (v. capítulo 12). Las directrices del ACC/AHA/ HRS de 2017 sobre el síncope contienen una recomendación de clase I (NDE B-NA) para realizar un ECG a los pacientes con síncope.1 El ECG inicial permite emitir un diagnóstico en casi el 5% de los pacientes y señalar un posible diagnóstico en otro 5%. Las características específicas que puedan identificar la causa probable de síncope comprenden la prolongación de QT (síndrome de QT largo); un intervalo PR corto y la presencia de una onda δ (síndrome de Wolff-Parkinson-White); características de un bloqueo de la rama derecha del haz de His con elevación del segmento ST (síndrome de Brugada), o signos de infarto agudo de miocardio, bloqueo AV de grado alto o de inversión de la onda T en las derivaciones precordiales derechas (displasia ventricular derecha arritmógena; v. capítulos 33, 37 y 39). Cualquier anomalía en el ECG inicial es un factor predictivo independiente de síncope cardíaco o de aumento de la mortalidad, e indica la necesidad de continuar con el estudio de las causas cardíacas del síncope.1 La mayoría de los pacientes con síncope presentan un ECG normal. Esta observación es útil, pues permite suponer que la probabilidad de una causa cardíaca del síncope es baja y está asociada a un pronóstico excelente, en particular en pacientes jóvenes con síncope. A pesar del escaso rendimiento diagnóstico de la electrocardiografía, esta prueba es poco costosa y carece de riesgo, y se considera un elemento estándar de la evaluación de la práctica totalidad de los pacientes con síncope.1 Electrocardiografía de señal promediada La electrocardiografía de señal promediada (ECGSP) es una técnica no invasiva que se emplea para detectar señales de amplitud baja en la porción terminal del complejo QRS (potenciales tardíos), que sirven de sustrato de las arritmias ventriculares (v. capítulo 35). A diferencia de la electrocardiografía estándar, la función de la ECGSP para evaluar a pacientes con síncope no está del todo comprobada y no se recomienda como parte normalizada de la evaluación de pacientes con síncope.2 Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope no mencionan el ECGSP en la evaluación de los pacientes con síncope.1 La única situación en la que el ECGSP puede tener valor diagnóstico es al evaluar una displasia arritmógena ventricular derecha.8 Monitorización cardíaca La monitorización electrocardiográfica continua por telemetría o registro Holter suele realizarse en pacientes con síncope, pero es poco probable que identifique la causa del síncope (v. capítulo 35). La información proporcionada por la monitorización electrocardiográfica en el momento del síncope tiene un valor extraordinario, pues permite confirmar o excluir una causa arrítmica del síncope. Sin embargo, debido al carácter infrecuente y esporádico del síncope, el rendimiento diagnóstico de la monitorización de Holter para evaluar a pacientes con síncope y presíncope es muy bajo. Otra observación de utilidad clínica es la detección de síntomas en ausencia de una arritmia. Este dato se observa hasta en un 15% de los pacientes sometidos a monitorización electrocardiográfica. La ausencia de arritmia y de síntomas durante la monitorización electrocardiográfica no descarta siempre una arritmia como causa del síncope. Cuando se sospeche de una arritmia como cau- sa del síncope, hay que valorar la realización de otras pruebas, como las pruebas electrofisiológicas (PEF) o la monitorización de episodios. La monitorización por telemetría o Holter en régimen hospitalario se recomienda en pacientes que presenten un cuadro clínico o caracterís- ticas electrocardiográficas que apunten a un síncope arrítmico o a antecedentes de síncope recurrente con lesiones. La monitorización Holter y la telemetría en régimen hospitalario suelen tener un valor diagnóstico en el caso de un paciente esporádico con episodios frecuentes (es decir, diarios) sincopales o presincopales. Algunos monitores transtelefónicos de episodios se llevan de manera continua para captar, tanto los registros retrospectivos como los prospectivos del ECG, mientras que otros tipos registran solo cuando el paciente activa el dispositivo. Los monitores de episodios de asa continua son preferibles, y a menudo se programan con una memoria de preactivación de 5 a 15 min, almacenada en el dispositivo, que se puede recuperar para su análisis. Los monitores de episodios retrospectivos que no lleva el paciente de manera continua tienen valor para inves- tigar las palpitaciones, pero carecen de importancia en el estudio de pacientes con síncope. Los monitores de episodios están indicados en la fase inicial de la evaluación de pacientes con síncope de origen incierto que no tengan criterios de alto riesgo que obliguen al ingreso inmediato o a una evaluación intensiva. También están indicados en pacientes de alto riesgo en los que un estudio exhaustivo no puso de manifiesto la causa del síncope ni motivó un tratamiento específico.1,2 Durante los últimos 5 años se han desarrollado dispositivos externos para lamonitorización ambulatoria con telemetría en tiempo real, mediante Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 854 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V una tecnología sin cable para transmitir los registros ECG en tiempo real a un centro sanitario. Estos dispositivos producen un rendimiento diagnóstico en pacientes con síncope o presíncope superior al obtenido con los monitores de episodios tradicionales descritos anteriormente. En pacientes con episodios sincopales muy infrecuentes (p. ej., 1 o 2 veces al año), es poco probable que un monitor clásico de episodios re- gistre un episodio. Los monitores implantables de registro de episodios resuelven este problema al activarse automáticamente, según los criterios de detección programados, así como por medio de un activador manual, y almacenan la señal ECG en una memoria circular (v. capítulo 35). Algunos dispositivos pueden transmitir las señales transtelefónicamente. Estos dispositivos permiten un período de monitorización más largo (12-36 meses) y ofrecen un rendimiento diagnóstico superior, pero presentan los inconvenientes de la implantación quirúrgica y su mayor coste económico. Un avance reciente de esta tecnología es la posibilidad de acceder a estos monitores de episodios implantables mediante vigilancia remota, lo que aumenta aún más su eficacia diagnóstica.29 Las grabadoras de ciclo implantables con una duración de la batería de 2-3 años también mejoran el rendimiento diagnóstico en los pacientes con síncope.19 Sin embargo, un metaanálisis Cochrane reciente mostró que no modifican la mortalidad.19 Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope señalan que la elección de un monitor cardíaco específico debe determinarse según la frecuencia y la naturaleza de los episodios sincopales (clase I, NDE C-OE). Estas directrices señalan también que todos los monitores analizados con anterioridad pueden ser útiles para evaluar a pacientes ambulatorios seleccionados con síncope con sospecha de etiología arrítmica (clase IIa, NDE B-NA).1 Pruebas electrofisiológicas Las PEF pueden aportar información diagnóstica importante en pacientes con síncope, al permitir el diagnóstico del síndrome del seno enfermo, hipersensibilidad del seno carotídeo, bloqueo cardíaco, TSV y TV (v. capítulo 35). Las indicaciones para realizar las PEF y los datos diagnósticos en la evaluación de pacientes con síncope se muestran en la tabla 43-5.2 Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope señalan que el estudio electrofisiológico (EEF) puede ser útil para evaluar pacientes seleccionados con síncope con sospecha de etiología arrítmica (clase IIa, NDE B-NA). Estas recomendaciones señalan también que el EEF no está recomendado para evaluar el síncope en pacientes con ECG normal y estructura y función cardíaca normal, a menos que haya sospecha de etiología arrítmica (clase III, NDE B-NA).1 Existe un acuerdo general para que las PEF se realicen cuando la evaluación inicial del paciente apunte a una causa arrítmica del síncope,2 como en el caso de pacientes con un ECG anómalo o una cardiopatía estructural, con una anamnesis indicativa de una causa arrítmica del síncope, y con ante- cedentes familiares de muerte súbita. Las PEF no deberán realizarse a pacientes con un ECG normal y sin cardiopatía ni a aquellos cuya anamnesis no indique una causa arrítmica del síncope. Las indicaciones de clase II para la realización de un EEF se muestran en la tabla 43-5. Las PEF son adecuadas cuando los resultados puedan tener efectos en el tratamiento y también en pacientes con una actividad laboral de «alto riesgo». En estos casos se dedicará todo el esfuerzo posible para com- probar la causa probable del síncope. Las PEF ya no están indicadas en pacientes con una fracción de expulsión muy disminuida, porque en esta circunstancia está indicado un desfibrilador automático implantable (DAI), independientemente de la presencia o el mecanismo del síncope.1,2 Protocolo de las pruebas electrofisiológicas Se deberá realizar una evaluación electrofisiológica completa en pacientes con síncope, incluyendo una evaluación de la función del nódulo sinusal, mediante la determinación del tiempo de recuperación del nódulo sinusal (TRNS) y del estudio de la conducción AV mediante la determinación del intervalo H-V basal, con estimulación auricular con marcapasos y después de la provocación farmacológica con procainamida intravenosa. Además, se realizará la estimulación eléctrica programada mediante técnicas normalizadas para evaluar la inducibili- dad de arritmias ventriculares y supraventriculares. Aunque el protocolo mínimo electrofisiológico recomendado incluye solo extraestímulos dobles y dos períodos de ciclo básico de trenes de impulsos, en EE. UU. se suele emplear el protocolo de extraestímulos triples y tres períodos de ciclo básico de trenes de impulsos. La limitación del intervalo de acoplamiento más corto a 200 ms es asimismo una práctica habitual. En pacientes seleccionados en quienes la sospecha de una arritmia ven- tricular sea alta, se podrán repetir las PEF con la estimulación ventricular y auricular programadas, después de la infusión de isoprenalina. Esto es de especial importancia cuando se sospeche que la causa del síncope sea una arritmia supraventricular, como en el caso de una taquicardia por reentrada nodular AV o taquicardia por reentrada AV ortodrómica. La función del nódulo sinusal se estudia durante las PEF, sobre todo con la determinación del TRNS. La identificación de una disfunción del TABLA 43-5 Indicaciones y hallazgos diagnósticos de las pruebas electrofisiológicas en la evaluación de pacientes con síncope inDicAciones/criterio DiAGnÓstico cLAse niVeL De eViDenciA Indicaciones En pacientes con cardiopatía isquémica, cuando la evaluación inicial apunte a una causa arrítmica y no exista certeza sobre la indicación de colocar un DAI I B En pacientes con BR se planteará un EEF cuando las pruebas incruentas no confirmen un diagnóstico IIa B En pacientes con síncope precedido de palpitaciones repentinas y breves, cuando las pruebas incruentas no confirmen un diagnóstico IIb B En pacientes con síncope y síndrome de Brugada, DAVD o miocardiopatía hipertrófica, el EEF será adecuado en casos seleccionados IIb C En pacientes con una ocupación laboral de alto riesgo, en quienes hay que garantizar la exclusión de causas cardiovasculares del síncope IIb C El EEF no se recomienda en pacientes con síncope si el ECG es normal, con cardiopatía no estructural y sin palpitaciones III B Criterio diagnóstico El EEF es diagnóstico y no se precisan otras pruebas complementarias en las situaciones siguientes: Bradicardia sinusal y TRNSC prolongado (> 525 ms) I B BR e intervalo H-V basal ≥ 100 ms o un bloqueo His-Purkinje de segundo o de tercer grado, durante la estimulación auricular incremental con marcapasos o con provocación farmacológica I B Inducción de TV monomorfa sostenida en pacientes con un infarto de miocardio anterior I B Inducción de TSV con reproducción de los síntomas de hipotensión o espontáneos I B Se considerará diagnóstico un intervalo H-V entre 70 y 100 ms IIa B La inducción de TV polimorfa o de FV en pacientes con síndrome de Brugada, pacientes con DAVD y pacientes reanimados de una parada cardíaca IIb B La inducción de TV polimorfa o TV en pacientes con enfermedades isquémicas o MCD no se considerarán hallazgos diagnósticos III B BR, bloqueo de rama; DAI, desfibrilador automático implantable; DAVD, displasia arritmógena del ventrículo derecho; EEF, estudio electrofisiológico; FV, fibrilación ventricular; H-V, His-ventrículo; MCD, miocardiopatía dilatada;TRNSC, tiempo de recuperación del nódulo sinusal corregido; TSV, taquicardia supraventricular; TV, taquicardia ventri cular. Modificado de Moya A, Sutton R, Ammirati F, et al. Guidelines for the diagnosis and management of syncope 2009. Eur Heart J 2009;30:2631. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 855 H ip o ten sió n y sín co p e 43 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . nódulo sinusal como casusa del síncope es infrecuente durante las PEF (< 5%). La sensibilidad de un TRNS anómalo o de un TRNS corregido (TRNSC) es del 50-80%. La especificidad de un TRNS anómalo o de un TRNSC es menor del 95%. Es importante señalar que la ausencia de signos de disfunción del nódulo sinusal durante las PEF no descarta una bradiarritmia como causa del síncope (v. capítulo 35). Durante las PEF se evalúa la conducción AV mediante la medición del tiempo de conducción a través del nódulo AV hasta alcanzar el haz de His (intervalo A-H) y el tiempo de conducción a través del haz de His hasta el ventrículo (intervalo H-V) y también mediante la determinación de la respuesta de la conducción AV frente a la estimulación auricular aumentada mediante marcapasos o por la presencia de extrasístoles auriculares. Si los resultados de la evaluación inicial de la conducción AV en el estado basal no son concluyentes, se podrá administrar pro- cainamida (10 mg/kg) por vía intravenosa y se repetirá la estimulación auricular programada y con marcapasos. Los hallazgos observados en el EEF que permiten definir un bloqueo cardíaco como la causa probable de síncope son el bloqueo de rama y un intervalo H-V basal ≥ 100 ms, o la demostración de un bloqueo de His-Purkinje de segundo o tercer grado durante la estimulación auricular incremental con marcapasos, o provocada por la infusión de procainamida (v. tabla 43-5). Un intervalo H-V entre 70 y 100 ms posee un valor diagnóstico menos seguro. Entre los EEF para evaluar a pacientes con síncope, se identificó el bloqueo AV como la causa probable de síncope en casi el 10-15% de los pacientes. Aunque es infrecuente que la TSV origine síncope, es importante com- probar este diagnóstico pues la mayoría de las arritmias supraventricula- res pueden curarse con ablación con catéter (v. capítulos 36 y 37). El contexto habitual en el que una TSV causa síncope es el de un paciente con una cardiopatía subyacente o una reserva cardiovascular limitada; una TSV de inicio repentino y con una frecuencia muy rápida, o el de un paciente con tendencia a la manifestación de síncope de mecanismo neurológico. El patrón habitual es la manifestación de síncope o casi síncope durante el inicio de una TSV, debido al descenso inicial de la PA. El paciente suele recuperar el conocimiento a pesar de seguir la arritmia, debido a la activación de un mecanismo compensador. La realización de las PEF normalizadas permite identificar con precisión la mayoría de los tipos de arritmias supraventriculares que pueden causar síncope, que se pueden repetir durante la infusión de isoprenalina para aumentar la sensibilidad del estudio, en especial para detectar taquicardia por reentrada AV en un paciente con fisiología nodular AV dual o fibrilación auricular sensible a catecolaminas. Según las European Guidelines on Management of Syncope de 2009, las PEF se consideran diagnósticas de una TSV como causa del síncope cuando se observa inducción de una arritmia supraventricular rápida que reproduce síntomas hipotensivos o espontáneos2 (v. tabla 43-5). Una arritmia supraventricular se diagnos- tica como causa probable de síncope en menos del 5% de los pacientes sometidos a PEF para evaluar un síncope de origen desconocido, pero la probabilidad aumenta en pacientes con antecedentes de palpitaciones («aceleración del corazón») antes del síncope. La TV es la anomalía diagnosticada con más frecuencia por medio de PEF en pacientes con síncope. Se identifica como la causa probable del síncope en casi el 20% de los pacientes (v. capítulo 39). En general, un resultado electrofisiológico se interpreta como positivo de TV cuando se produce la inducción de una TV monomorfa sostenida. La inducción de TV polimorfa y de FV puede indicar una respuesta inespecífica a las PEF. La importancia diagnóstica y pronóstica de la inducción de TV polimorfa o de FV sigue siendo dudosa. Según las European Guidelines on Management of Syncope de 2009, se considera un EEF diagnóstico de TV como causa del síncope cuando se produce la inducción de TV monomorfa sostenida2 (v. tabla 43-5), teniendo un valor diagnóstico menor la inducción de TV polimorfa o de FV, en pacientes con sín- drome de Brugada, con displasia ventricular arritmógena derecha y en pacientes reanimados tras una parada cardíaca. La función de las PEF y de provocación farmacológica con procainamida en pacientes con síncope, sospechosos de manifestar el síndrome de Brugada, es contro-vertida.19 En general, casi un tercio de los pacientes con síncope que se deriva a las PEF presenta ya un diagnóstico provisional. Pruebas para detectar las causas neurológicas del síncope El síncope como síntoma aislado obedece rara vez a causas neuroló- gicas. En consecuencia, el uso generalizado de pruebas para detectar situaciones neurológicas no suele tener valor diagnóstico.1,2 En muchos centros se abusa del empleo de la TC, el electroencefalograma (EEG) y la gammagrafía carotídea dúplex, pruebas que se realizan a más del 50% de los pacientes con síncope. Casi nunca se confirma un diagnós- tico que no se hubiese sospechado inicialmente tras la realización de una anamnesis y una exploración neurológica concienzudas. Los accidentes isquémicos transitorios producidos por una enfermedad carotídea no se acompañan de PDC. No hay estudios que confirmen los beneficios de la ecocardiografía Doppler carotídea en pacientes con síncope. El EEG se obtendrá solo cuando la probabilidad de epilepsia sea relativamente alta. La TC y la RM no son necesarias en pacientes con síncope sin complicaciones (v. capítulos 17 y 18). Desde hace más de una década se ha demostrado el bajo valor diagnóstico de las «pruebas neurológicas» de detección, sin embargo, se siguen utilizando en exceso, con el consiguiente aumento notable del coste económico. Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope señalan que la RM y la TC craneal no son recomendables en la evaluación ordinaria de los pacientes con síncope en ausencia de hallazgos neurológicos focales o de traumatismo craneal que justifique dicha evaluación (clase III, NDE B-NA). Las directrices contienen también una recomendación de clase III para uso sistemático de imagen arterial carotídea y EEG en la evaluación de pacientes con síncope.1 ESTRATEGIA PARA EVALUAR A PACIENTES CON SÍNCOPE En la figura 43-1 se expone la estrategia propuesta por la European Society of Cardiology Task Force on Syncope para evaluar a pacientes con síncope.2 Es coherente con el método recomendado también en las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope.1 La evaluación FIGURA 43-1 Estrategia de evaluación de pacientes con pérdida de conciencia transitoria (PDC-T) y síncope. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 856 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V inicial comienza con una anamnesis concienzuda, una exploración física, un análisis de la PA en decúbito supinoy en bipedestación, y un ECG de 12 derivaciones. A continuación, se realizarán pruebas complementarias a subgrupos seleccionados, como masaje del seno carotídeo, ecocardiografía, monitorización electrocardiográfica y prueba de la mesa basculante, como se ha explicado anteriormente. Las distintas pruebas neurológicas tienen en general un valor mínimo o nulo, excepto en el caso de traumatismo craneal y cuando se sospeche de causas no sincopales de la PDC transitoria, como epilepsia. Teniendo en cuenta la evaluación inicial, se pueden clasificar los pacientes en quienes presentan síncope verdadero o manifiestan una PDC transitoria por causa diferente al síncope. Los primeros se pueden dividir, a su vez, en dos grupos: pacientes con diagnóstico confirmado y que pueden iniciar el tratamiento, y pacientes con -diagnóstico dudoso. En este último grupo, se prestará atención a comprobar si el paciente presenta un riesgo mayor de episodio cardiovascular o de muerte. Estos pacientes se hospitalizarán y/o someterán a una evaluación cardiovas- cular ambulatoria intensiva adecuada, que puede incluir la prueba de esfuerzo, cateterismo cardíaco y PEF (tabla 43-6). Por el contrario, los pacientes que hayan manifestado solo un único episodio sincopal y tengan un riesgo bajo de episodios cardiovasculares o de muerte, quizás no requieran más pruebas. Los pacientes que se incluyen entre estos dos extremos pueden someterse a pruebas complementarias en función de los resultados de la evaluación inicial (fig. 43-1). Cuando se complete esta estrategia diagnóstica se podrá determinar una causa probable en más del 75% de los pacientes. Las directrices europeas y del ACC/AHA/HRS sobre el tratamiento del síncope han destacado la importancia de un plan estructurado de asistencia para evaluar los pacientes con síncope.1,2,20,21 Otros estudios han descrito resultados favorables cuando se emplea una unidad de evaluación de síncopes o una estrategia normalizada para la evaluación de síncopes.22,23 TRATAMIENTO DE LOS PACIENTES CON SÍNCOPE Existen tres objetivos del tratamiento en un paciente con síncope: 1) prolongar la supervivencia; 2) evitar lesiones traumáticas, y 3) evitar recidivas de síncope. La estrategia del tratamiento de un paciente con síncope depende principalmente de la causa y del mecanismo del síncope. Por ejemplo, el tratamiento adecuado de un paciente con sín- cope asociado a un bloqueo AV será la colocación de un marcapasos, en la mayoría de las situaciones. Sin embargo, un paciente con síncope debido a un bloqueo cardíaco, en un contexto de infarto de miocardio de la pared inferior, no suele precisar de marcapasos permanente, pues el bloqueo cardíaco se resuelve en general de manera espontánea. De forma similar, el bloqueo cardíaco causado por un síncope de mecanis- mo neurológico no precisa de la implantación de un marcapasos. El tratamiento de un paciente con síncope asociado al síndrome de Wolff- Parkinson-White comprende en general la ablación con catéter, y el tratamiento de un paciente con síncope causado por TV o con un cuadro de miocardiopatía isquémica o no isquémica, precisará probablemente de la colocación de un DAI (v. capítulo 41). Sin embargo, puede que no sea necesario un DAI en pacientes con TV/FV cuando se produzcan a las 48 h de un infarto agudo de miocardio. En el caso de otros tipos de síncope, el tratamiento óptimo puede comprender la interrupción del tratamiento farmacológico desencadenante, aumento del consumo de sal o la información del paciente sobre el tema.24 Otros temas que es preciso tener en cuenta comprenden la indicación de hospitalización de un paciente con síncope y la duración de las limitaciones para la conducción de vehículos. Las directrices actuales recomiendan hos- pitalizar a los pacientes con síncope cuando manifiesten una cardiopatía cierta o sospechada, anomalías electrocardiográficas que indiquen un síncope arrítmico, síncope con lesiones graves o durante el ejercicio y síncope con antecedentes familiares de muerte súbita (v. tabla 43-6).1 Los facultativos que atienden a los pacientes con síncope suelen tener que abordar el tema de definir el riesgo por conducir vehículos. Los pacientes que presentan síncope durante la conducción presentan un riesgo, tanto para ellos mismos como para los demás. Un estudio reciente ha mostrado que un ingreso previo por síncope estaba asociado a un pequeño incremento del riesgo de accidente de tráfico durante el seguimiento.25 Aunque algunas personas sostienen que todos los pacientes con síncope no deberían nunca conducir debido a la posibilidad de recidivas, es una solución inviable que sería ignorada por muchos pacientes. Los factores que habría que considerar a la hora de efectuar recomendaciones al respecto, para un paciente particular incluyen: 1) la posibilidad de recidiva del síncope; 2) la presencia y la duración de los síntomas de alerta; 3) el hecho de que el síncope se produzca cuando el paciente está sentado o en bipedestación; 4) frecuencia y capacidad de conducción del paciente, y 5) la existencia de leyes estatales aplicables. Al valorar estos aspectos, los facultativos deberán tener en cuenta que las enfermedades agudas, como el síncope, no suelen causar accidentes de tráfico. La American Heart Association y la Canadian Cardiovas- cular Society han publicado directrices sobre este tema. En el caso de conductores no comerciales, se suele recomendar una limitación de la conducción durante varios meses. Si el paciente sigue asintomático durante varios meses, se le permite volver a conducir. Síncope de mecanismo neurológico Debido a la frecuencia del síncope de mecanismo neurológico y reflejo, se revisan las opciones de tratamiento1,13 (tabla 43-7). El tratamiento del síncope de mecanismo neurológico comienza con una anamnesis concienzuda. Se prestará especial atención a la identificación de los factores desencadenantes; la determinación del grado de consumo de sal y del uso actual de medicamentos, y la comprobación de antecedentes previos del paciente en cuanto a edema periférico, hipertensión, asma u otras situaciones que puedan alterar la estrategia del tratamiento. La edu- cación y una actitud tranquilizadora serán suficientes en la mayoría de los pacientes con síncope de mecanismo neurológico, en especial quienes muestren episodios infrecuentes de causa identificable. A los pacientes se les informará sobre los factores habituales desencadenantes, como la deshidratación, la postura en bipedestación prolongada, el consumo de alcohol y de medicamentos (p. ej., diuréticos, vasodilatadores). Se informará también a los pacientes de que se sienten o tumben cuando comiencen los síntomas y a iniciar las maniobras físicas de contrapresión. Un estudio reciente describió que un protocolo de educación estandari- zado reducía significativamente las lesiones traumáticas y repeticiones de los síncopes.24 En este estudio, la carga de síncopes bajó de 0,35 ± 0,3 en la evaluación inicial a 0,08 ± 0,02 durante el seguimiento. También suele recomendarse la expansión de volumen con un aporte complementario de sal. El consumo de unos 500 ml de agua mejora notablemente la tolerancia ortostática a la basculación en personas sanas y podría tener un valor profiláctico para el síncope en donantes de sangre. La eficacia del consumo de agua en el tratamiento de pacientes con síncope de mecanismo neurológico no se ha estudiado completamente. TABLA 43-6 Variables clínicas para la identificación de pacientes con síncope de alto riesgo que puedan beneficiarse de la hospitalización o de una evaluación ambulatoria rápida Cardiopatía estructural grave (fracción de eyección baja, infarto de miocardio previo, insuficiencia cardíaca) Cuadro clínico o características electrocardiográficas que indiquen un síncope arrítmico Síncope durante el esfuerzo o en decúbito supino Palpitaciones en el momento del síncope Antecedentes familiares de muertesúbita TV no sostenida Bloqueo bifascicular o QRS > 120 ms Bradicardia sinusal grave (< 50 latidos/min) en ausencia de medicamentos o de entrenamiento físico Preexcitación Intervalo QT prolongado o muy corto Trazado electrocardiográfico de Brugada (bloqueo de la rama derecha del haz de His con elevación ST en las derivaciones V1-V3) Trazado electrocardiográfico de displasia ventricular derecha arritmógena (inversión de la onda T en las derivaciones V1-V3 o sin ondas ε) Electrocardiograma indicativo de miocardiopatía dilatada hipertrófica Signos clínicos o sospecha de un émbolo pulmonar (situación clínica, taquicardia sinusal, disnea) Anemia grave Comorbilidades importantes Anomalías electrolíticas importantes Anemia grave Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 857 H ip o ten sió n y sín co p e 43 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Recientemente se ha producido un cambio importante en la estrategia empleada para el tratamiento del síncope de mecanismo neurológico, debido a la eficacia de las medidas y las maniobras «físicas» en el trata- miento de este tipo de pacientes.1 Las maniobras físicas de contrapresión isométricas, como el cruzamiento de las piernas o agarrarse las manos estirando los brazos, pueden prevenir el síncope en muchos pacientes con hipotensión de mecanismo neurológico. Las directrices del ACC/AHA/ HRS de 2017 sobre el síncope identifican las medidas físicas siguientes como tratamientos de clase IIA del síncope mediado neuralmente.1 Se ha demostrado que una maniobra isométrica de 2 min de sujeción de las manos, al inicio de los síntomas, durante la prueba de basculación produjo un cuadro asintomático en dos tercios de los pacientes. Otros estudios han comprobado que el entrenamiento de basculación (en bipedestación) es eficaz en el tratamiento del síncope de mecanismo neurológico. El entrenamiento de basculación consiste en permanecer de pie contra una pared a una distancia de 25 cm de los talones, durante un tiempo progresivamente mayor durante 2-3 meses. El período inicial de pie deberá ser de 5 min durante dos veces al día, aumentado progresivamente hasta 40 min, dos veces al día. Aunque los resultados de estudios no aleatorizados sobre el entrenamiento de basculación han sido positivos, los resultados de estudios aleatorizados indican que el entrenamiento de basculación quizás tenga solo una eficacia limitada. A diferencia de la eficacia de las maniobras físicas, el valor de los fármacos es menos seguro. Los medicamentos que suelen emplearse para tratar el síncope de mecanismo neurológico incluyen los β -bloqueantes, fludrocortisona, inhibidores de la recaptación de serotonina y midodrina. A pesar del uso generalizado de estos fármacos, los datos sobre calidad y cantidad de estos fármacos para tratar el síncope mediado neuralmente son escasos. La tabla 43-7 muestra la clase de recomendación de cada uno de estos fármacos en las direc- trices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope.1 Aunque muchos estudios consideraron a los β-bloqueantes fármacos de primera elección en un principio, algunos estudios recientes han comprobado que los β-bloqueantes metoprolol, propranolol y nadolol no son más eficaces que un placebo.13 Un subanálisis reciente de los datos de un estudio pros- pectivo aleatorizado para evaluar la efectividad de la fludrocortisona halló indicios débiles de su utilidad terapéutica a pesar de no alcanzar el criterio principal de valoración.26 Aunque estudios clínicos no aleatorizados y abiertos han demostrado la eficacia de los marcapasos para el tratamiento de algunos pacientes con síncope de mecanismo neurológico, dos estudios clínicos aleatori- zados ciegos han comprobado la ineficacia de los marcapasos.27 Por el contrario, un estudio aleatorizado reciente demostró el beneficio de los marcapasos implantados en una población seleccionada de pacientes con síncope de mecanismo neurológico.28 Este estudio clínico doble ciego controlado con placebo asignó aleatoriamente a 77 pacientes de 40 años o más con síncopes de mecanismo neurológico recidivantes, documentada su asociación con 3 s o más de asistolia o una pausa de 6 s al menos sin síncope mediante un monitor de asa, a recibir un marcapasos bicameral con histéresis de descenso de frecuencia o bien solo a la detección. La tasa de recidiva de los síncopes a los 2 años calculada fue del 57% con el marcapasos apagado y del 25% con el dis- positivo encendido. Globalmente, el riesgo de recidiva de los síncopes se redujo en un 57% con el marcapasos. Aunque las directrices de 2008 sobre el tratamiento con dispositivos declaran que la implantación de marcapasos tiene una indicación de clase IIb para el tratamiento de pacientes con síncopes muy sintomáticos de mecanismo neurológico asociados con bradicardia documentada espontáneamente o en la prueba de la mesa basculante, este reciente estudio clínico, prospectivo y aleatorizado, aporta indicios más sólidos a favor del tratamiento con marcapasos en pacientes con síncopes de mecanismo neurológico que encajan en el perfil clínico de la población de pacientes incluidos en el estudio. Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope contienen una indicación de clase IIb de estimulación eléctrica en un subgrupo específico de pacientes con síncope mediado neuralmente por encima de los 40 años1 (v. tabla 43-7). Cuando se plantea la implantación de marcapasos en pacientes con síncopes de mecanismo neurológico, suelen seleccionarse marcapasos con algoritmos de ritmo especializados. Esto incluye histéresis en la dis- minución de frecuencia y estimulación en asa cerrada. La estimulación en asa cerrada es una forma de marcapasos adaptativo a la frecuencia que responde a la dinámica de contracción ventricular midiendo las variaciones en la impedancia intracardíaca del ventrículo derecho. Cuando detecta un síncope incipiente de mecanismo neurológico, aumenta la frecuencia del marcapasos. Aunque carecemos de estudios clínicos aleatorizados y prospectivos que determinen qué característica de marcapasos es superior, varios estudios recientes, no aleatorizados o retrospectivos, indican que podría ser preferible la estimulación en asa cerrada.28,29 Se necesitan más investigaciones sobre esta estrategia en evolución para el tratamiento de los síncopes de mecanismo neurológico. PERSPECTIVAS FUTURAS Conforme envejece la población estadounidense y aumenta la prevalen- cia de cardiopatías, es inevitable que el síncope sea un problema cada vez más frecuente e importante que deben abordar los médicos de dis- tintas especialidades. Las directrices del ACC/AHA/HRS de 2017 sobre el síncope proporcionan una actualización oportuna e integral sobre el TABLA 43-7 Tratamiento del síncope mediado por reflejo y mediado neuralmente trAtAmiento cLAse niVeL De eViDenciA Información al paciente sobre el diagnóstico y el pronóstico I C-OE Las maniobras físicas de contrapresión pueden ser útiles en pacientes con síncope vasovagal (SVV) con un período prodrómico suficientemente largo IIa B-A La midodrina es razonable en pacientes con SVV recurrente sin antecedente de hipertensión, insuficiencia cardíaca o retención urinaria. La estimulación eléctrica cardíaca debe ser considerada en caso de síncope reflejo recurrente frecuente, edad > 40 años y respuesta cardioinhibidora confirmada durante la monitorización de síncope recurrente IIa B-A El uso de entrenamiento ortostático es dudoso en pacientes con SVV frecuente. La midodrina puede estar indicada en pacientes con síncope mediado neuralmente resistente al tratamiento conservador IIb B-A La estimulación cardíaca
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