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1095© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos PATRONES CAMBIANTES EN LA INCIDENCIA Y LA ASISTENCIA, 1095 MEJORAS EN EL PRONÓSTICO, 1095 Limitaciones del tratamiento actual, 1096 HALLAZGOS ANATOMOPATOLÓGICOS, 1097 Formación y rotura de la placa, 1098 Músculo cardíaco, 1099 FISIOPATOLOGÍA, 1108 Función del ventrículo izquierdo, 1108 Remodelado ventricular, 1110 Fisiopatología de otros sistemas orgánicos, 1111 MANIFESTACIONES CLÍNICAS, 1113 Factores predisponentes, 1113 Anamnesis, 1113 Exploración física, 1114 Hallazgos de laboratorio, 1115 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1121 BIBLIOGRAFÍA, 1121 Para el diagnóstico anatomopatológico del infarto de miocardio (IM) se necesitan pruebas que confirmen la muerte de las células miocárdicas a causa de la isquemia. Los hallazgos característicos consisten en necrosis por coagulación y necrosis de banda de contracción, a menudo con zonas irregulares de miocitólisis en la periferia del infarto. Durante la fase aguda del IM, los miocitos mueren en la zona infartada y, pos- teriormente, se produce inflamación, limpieza de restos necróticos y reparación con formación de una cicatriz. Para el diagnóstico clínico de IM se requiere un síndrome indicativo de isquemia miocárdica con alguna combinación de necrosis miocár- dica detectada en los estudios bioquímicos, electrocardiográficos o de imagen. Los métodos clínicos empleados para diagnosticar el IM tienen una sensibilidad y una especificidad muy variables, dependiendo del momento de realizar la evaluación tras el comienzo del infarto. Las sociedades de profesionales de la cardiología han establecido conjun- tamente una serie de criterios para el diagnóstico del IM (tabla 58-1). La definición universal de infarto de miocardio clasifica el IM en cinco tipos, dependiendo de las circunstancias en las que se produce el mismo (tabla 58-2).1 Las sucesivas revisiones de la definición de IM y la aparición de biomarcadores más sensibles de lesión miocárdica han repercutido considerablemente en la asistencia clínica de los pacientes, la vigilancia epidemiológica, las políticas públicas y los estudios clínicos.2-4 Actualmente, se considera que los pacientes con síntomas isquémicos de nueva aparición o que empeoran están experimentando un síndrome coronario agudo (SCA), que abarca los diagnósticos de angina inestable, IM sin elevación del segmento ST (IMSEST) e IM con elevación del segmento ST (IMEST) (fig. 58-1). El principal medio para diagnosticar a los pacientes con un posible SCA es el electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones, que permite identificar a los pacientes con elevación del segmento ST, que es el tema de este capítulo y del capítulo 59, y aquellos sin elevación del segmento ST, que es el tema del capítulo 60. PATRONES CAMBIANTES EN LA INCIDENCIA Y LA ASISTENCIA A pesar de los avances en el diagnóstico y el tratamiento, el IMEST sigue siendo un problema importante de salud pública en los países industrializados, y está aumentando también en los países en vías de desarrollo5 (v. capítulo 1). Cada año, solo en EE. UU. ingresarán más de 1 millón de pacientes por IM o cardiopatía isquémica.6 La incidencia del IM aumenta considerablemente con la edad tanto en los hombres como en las mujeres, y se observan también diferencias raciales: el IM es más frecuente en hombres y mujeres negros en comparación con los blancos, independientemente de la edad. La proporción de pacientes con episodios de SCA que tienen IMEST varía entre los estudios de observa- ción, pero ha bajado en la última década en parte por la introducción de análisis más sensibles de la lesión miocárdica que aumentan el número de casos de IMSEST respecto al IMEST.6 En estas estimaciones no se incluyen los IM «silentes», que pueden no conllevar la hospitalización de los pacientes. Entre 1999 y 2008, la proporción de pacientes con un SCA e IMEST disminuyó casi un 50% (del 47 al 22,9%) (fig. e58-1). Aunque los ingresos por IM han bajado en los pacientes mayores de 55 años, no ha sucedido lo mismo en los pacientes más jóvenes, sobre todo en las mujeres.7 Desde una perspectiva global es especialmente preocupante que la carga de la enfermedad coronaria en los países con ingresos bajos e intermedios ha alcanzado la tasa de los países más ricos.5 Los esca- sos recursos disponibles para tratar el IMEST en los países con ingresos bajos e intermedios obligan a realizar un esfuerzo internacional importante para reforzar los programas de prevención primaria. MEJORAS EN EL PRONÓSTICO El número total de muertes por IMEST ha ido descendiendo ininte- rrumpidamente durante los últimos 30 años, pero se ha estabilizado en la última década8 (v. fig. e58-1). A esta tendencia han contribuido una disminución de la incidencia de IMEST y un descenso del índice de mortalidad tras el IMEST.6 Según estimaciones de la American Heart Association (AHA), el índice de mortalidad a corto plazo de los pacientes con IMEST oscila entre el 5 y el 6% durante la hospitalización inicial, y entre el 7 y el 18% al cabo de 1 año.8,9 La tasa más alta de complicaciones isquémicas después de un IM se produce en 180 días, un plazo en el que el riesgo es bastante lineal. Este patrón es más evidente en los pacientes mayores de 80 años10 (fig. 58-2). En las poblaciones participantes en estudios clínicos, los índices de mortalidad suelen ser aproximadamente la mitad de los observados en registros de pacientes consecutivos, debido, muy probablemente, a la exclusión de los pacientes con comorbilidades más extensas. Las mejoras en el tratamiento de los pacientes con IMEST han tenido lugar en varias fases.11,12 La «fase de observación clínica» de la asis- tencia coronaria abarcó la primera mitad del siglo XX y se centró en un registro detallado de los hallazgos físicos y de laboratorio, con muy poco tratamiento activo del infarto. La «fase de unidades de asistencia coronaria» comenzó a mediados de los años sesenta, y se centró en la detección y el tratamiento precoces de las arritmias cardíacas, basados en el desarrollo de sistemas de monitorización y de cardioversión/des- fibrilación. La «fase de tecnología avanzada» comenzó con la aparición del catéter de flotación de balón hinchable para la arteria pulmonar, y sentó las bases para una monitorización hemodinámica junto a la cabecera del paciente y un tratamiento hemodinámico dirigido. La moderna «era de la reperfusión» del tratamiento del IMEST comenzó con 58 Infarto de miocardio con elevación del segmento ST: fisiopatología y evolución clínica BENJAMIN M. SCIRICA, PETER LIBBY Y DAVID A. MORROW Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1096 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII la fibrinólisis intracoronaria y continuó con la fibrinólisis intravenosa, con un mayor uso del ácido acetilsalicílico (v. capítulo 59) y, posteriormente, con el desarrollo y la evolución de la intervención coronaria percutánea (ICP) primaria (v. capítulo 62). Actualmente, la asistencia de los pacientes con IMEST ha entrado en una «fase de asistencia coronaria basada en las pruebas», impulsada por las directrices de sociedades profesionales y por referencias de evaluación del rendimiento de la práctica clínica.13,14 La puesta en marcha del tratamiento médico dirigido por directrices (TMDD) y de iniciativas de calidad regionales ha permitido reducir significativamente la heterogeneidad en la asistencia, incrementar el seguimiento de tratamientos basados en pruebas y mejorar los resultados.15 Limitaciones del tratamiento actual Los porcentajes de inicio correcto del tratamiento de reperfusión varían considerablemente; en algunos registros,hasta un 30% de los pacientes con IMEST que son candidatos potenciales al tratamiento de reperfusión no reciben este tratamiento salvador.16 La asistencia a otra proporción considerable de pacientes no cumple el tiempo recomendado desde la llegada hasta la reperfusión.17 Este lapso obliga a aplicar medidas que consigan la aplicación en un plazo adecuado de la terapia de reperfusión guiada por directrices18 (v. capítulo 59). Parece que el tratamiento y el pronóstico de los pacientes con IMEST varían sustancialmente dependiendo del volumen de pacientes atendi- dos en el medio hospitalario.19 Los índices de mortalidad en los pacientes con IMEST son menores en los hospitales con un gran volumen clínico, TABLA 58-1 Definición universal de infarto de miocardio (IM) Criterios para el infarto agudo de miocardio La denominación IM agudo debe utilizarse cuando haya indicios de necrosis miocárdica en un contexto clínico congruente con una isquemia miocárdica aguda. En estas condiciones, cualquiera de los siguientes criterios cumple el diagnóstico de IM: • Detección de un aumento y/o descenso de las concentraciones de biomarcadores cardíacos (preferiblemente Tn cardíaca), al menos con uno de los valores por encima del percentil 99 del LSR y con uno de los siguientes puntos como mínimo: • Síntomas de isquemia • Nuevos o supuestamente nuevos cambios significativos en el segmento ST y la onda T (ST-T) o un nuevo BRI • Aparición de ondas Q patológicas en el ECG • Indicios en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía en la movilidad regional de la pared • Identificación de un trombo intracoronario en la angiografía o la autopsia • Muerte cardíaca con síntomas indicativos de isquemia miocárdica y cambios sistémicos presumiblemente nuevos en el ECG o un nuevo BRI, pero la muerte se ha producido antes de que se midieran los biomarcadores cardíacos o de que aumentaran los valores de biomarcadores cardíacos • El IM relacionado con una ICP se define arbitrariamente por una elevación de los valores de Tn cardíaca (a > 5 veces el percentil 99 del LSR) en pacientes con unos valores basales normales (≤ percentil 99 del LSR) o un aumento de los valores de Tn cardíaca > 20% si los valores basales son elevados y se mantienen estables o descienden. Además, se necesitan: 1) síntomas indicativos de isquemia miocárdica; 2) nuevos cambios isquémicos en el ECG; 3) hallazgos angiográficos congruentes con una complicación por algún procedimiento, o 4) demostración en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía regional en la motilidad de las paredes • Trombosis de una endoprótesis asociada a un IM cuando se detecta en una angiografía coronaria o una autopsia en el contexto de una isquemia miocárdica y con un ascenso y/o caída de los valores de biomarcadores cardíacos, y al menos uno de los valores por encima del percentil 99 del LSR • El IM relacionado con un IDAC se define arbitrariamente por una elevación de los biomarcadores cardíacos (hasta > 10 × percentil 99 del LSR) en pacientes con unos valores basales de Tn cardíaca normales (≤ percentil 99 del LSR). Además, se necesitan: 1) nuevas ondas Q patológicas o un nuevo BRI; 2) nueva oclusión documentada angiográficamente de un injerto o una arteria coronaria nativa, o 3) indicios en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía en la motilidad regional de las paredes Criterios para un infarto de miocardio previo Cualquiera de los criterios siguientes satisface el diagnóstico de IM previo: • Ondas Q patológicas con o sin síntomas en ausencia de causas no isquémicas • Indicios en las pruebas de imagen de una zona de pérdida de miocardio viable que ha disminuido de espesor y no se contrae en ausencia de una causa no isquémica • Hallazgos anatomopatológicos de IM previo BRI, bloqueo de rama izquierda; ICP, intervención coronaria percutánea; IDAC, injerto de derivación arterial coronaria; LSR, límite superior de referencia; Tn, troponina. Tomado de Thygesen K, Alpert JS, White HD, et al. Universal definition of myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 2012;60:1581. TABLA 58-2 Clasificación universal de los tipos de infarto de miocardio (IM) Tipo 1: infarto de miocardio espontáneo IM espontáneo relacionado con rotura, ulceración, resquebrajamiento, erosión o disección de una placa ateroesclerótica, con formación de un trombo intraluminal en una o más de las arterias coronarias que causa una disminución del flujo sanguíneo miocárdico o embolias plaquetarias distales con la subsiguiente necrosis miocítica. El paciente puede sufrir una EAC subyacente grave, pero, en ocasiones, tiene una EAC no obstructiva o no tiene ninguna EAC Tipo 2: infarto de miocardio secundario a un desequilibrio isquémico En casos de lesión miocárdica con necrosis en los que un trastorno diferente a la EAC contribuye a que se produzca un desequilibrio entre el aporte de oxígeno y/o la demanda de oxígeno del miocardio (p. ej., disfunción endotelial coronaria, espasmo arterial coronario, embolia coronaria, taqui-/bradiarritmias, anemia, insuficiencia respiratoria, hipotensión arterial e hipertensión arterial con o sin hipertrofia VI) Tipo 3: infarto de miocardio con resultado de muerte cuando no se dispone de los valores de biomarcadores Muerte cardíaca con síntomas indicativos de isquemia miocárdica y cambios sistémicos presumiblemente nuevos en el ECG o un nuevo BRI, pero la muerte se ha producido antes de que se pudieran obtener muestras de sangre, antes de que pudieran aumentar los biomarcadores cardíacos o, en contadas ocasiones, cuando no se han recogido biomarcadores cardíacos Tipo 4a: infarto de miocardio relacionado con una intervención coronaria percutánea El IM asociado a una ICP se define arbitrariamente por un aumento de los valores de Tn cardíaca a > 5 × percentil 99 del LSR en pacientes con unos valores basales normales (≤ percentil 99 del LSR) o un aumento de los valores de Tn cardíaca > 20% si los valores basales son elevados y se mantienen estables o descienden. Además, se necesitan: 1) síntomas indicativos de isquemia miocárdica; 2) nuevos cambios sistémicos en el ECG o un nuevo BRI; 3) pérdida angiográfica de la permeabilidad de una arteria coronaria importante o una rama lateral, o flujo lento persistente, ausencia de flujo o embolización, o 4) demostración en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía regional en la motilidad de las paredes Tipo 4b: infarto de miocardio relacionado con la trombosis de una endoprótesis El IM asociado a la trombosis de una endoprótesis se detecta mediante angiografía coronaria o autopsia en el contexto de una isquemia miocárdica y con un aumento y/o descenso de los biomarcadores cardíacos, con al menos uno de los valores por encima del percentil 99 del LSR Tipo 5: infarto de miocardio relacionado con un injerto de derivación arterial coronaria El IM asociado a un IDAC se define arbitrariamente por una elevación de los biomarcadores cardíacos hasta > 10 × percentil 99 del LSR en pacientes con unos valores basales normales de Tn cardíaca (< percentil 99 del LSR). Además, se necesitan: 1) nuevas ondas Q patológicas o un nuevo BRI; 2) nueva oclusión documentada angiográficamente de un injerto o una arteria coronaria nativa, o 3) indicios en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía en la motilidad regional de las paredes BRI, bloqueo de rama izquierda; EAC, enfermedad arterial coronaria; IDAC, injerto de derivación arterial coronaria; LSR, límite superior de referencia; Tn, troponina. Tomado de Thygesen K, Alpert JS, White HD, et al. Universal definition of myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 2012;60:1581. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020.Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1097 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . un porcentaje elevado de métodos invasivos y una buena valoración en informes de calidad. Por el contrario, los pacientes con IMEST que no son atendidos por un especialista cardiovascular alcanzan mayores índices de mortalidad. Se observan también variaciones en los patrones de tratamiento de determinados subgrupos de pacientes con IMEST, incluidos ancianos, mujeres,20 negros y algunos pacientes con riesgo elevado (p. ej., presentación con shock cardiógeno). La notificación obligatoria de las complicaciones y de los resultados de las intervenciones en el IMEST ha llevado a aplicar referencias del éxito de la intervención y de las tasas de mortalidad y de la capacidad para comparar entre distintas regiones y hospitales.15 Sin embargo, la notificación pública de los resultados en el IMEST puede haber conducido también de manera involuntaria a una tasa más baja de revascularización en los pacientes con riesgo máximo, que a menudo se beneficiarían de una revascularización temprana (p. ej., shock cardiógeno) debido al problema relacionado con unas tasas de mortalidad más altas.21 HALLAZGOS ANATOMOPATOLÓGICOS Casi todos los síndromes coronarios agudos se deben a la ateroesclerosis coronaria, generalmente con superposición de una trombosis coro- naria causada por la rotura o erosión de una lesión ateroesclerótica22 (v. capítulos 44 y 60). Más adelante, en este mismo capítulo, se des- FIGURA 58-1 La isquemia miocárdica y el infarto de miocardio (IM) suelen deberse a diferentes procesos patológicos coronarios, como el vasoespasmo, el aumento de la demanda miocárdica en el contexto de una lesión coronaria fija y la erosión o rotura de una placa ateroesclerótica vulnerable que da lugar a la formación de un trombo agudo y la consiguiente isquemia. Todas estas alteraciones producen una desigualdad entre el aporte y la demanda miocárdica de oxígeno, y pueden precipitar la aparición de síntomas isquémicos; cuando son muy graves o prolongados, todos estos procesos conducen a la necrosis o el infarto del miocardio. Los episodios que no están mediados por trombos (mitad inferior, lado izquierdo) cursan, generalmente, sin elevaciones del segmento ST (EST) en el ECG, pero pueden acompañarse de un aumento de las concentraciones de biomarcadores cardíacos si la isquemia es bastante grave y prolongada, en cuyo caso se clasifican como IM de tipo II. La lesión aterotrombótica constituye el elemento histobiológico característico de un síndrome coronario agudo (SCA). La disminución del flujo puede deberse a un trombo totalmente oclusivo (mitad inferior, lado derecho) o a un trombo que produce una oclusión subtotal (mitad inferior, centro). Las molestias isquémicas pueden acompañarse o no de una EST en el ECG. La mayoría, pero no todos, los pacientes con EST acaban presentando un IM con onda Q dependiendo de la duración de la isquemia y de la colateralización. Los pacientes sin EST pueden sufrir una angina inestable o un infarto de miocardio sin elevación del segmento ST (IMSEST), cuya distinción depende, en última instancia, de la presencia o ausencia de un marcador cardíaco sérico o plasmático (p. ej., troponina cardíaca) detectada en la sangre. La mayoría de los pacientes con IMSEST en el ECG desarrolla, finalmente, un IM sin ondas Q; unos pocos pueden desarrollar un IM de ondas Q. Un IM que se desarrolla como resultado de la lesión aterotrombótica de un SCA se clasifica como IM de tipo 1. (Modificado de Thygesen K, Alpert JS, Jaffe AS, et al. Third universal definition of myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 2012;60:1581.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1098 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII clínicos solían clasificar a los pacientes con IM en pacientes que desa- rrollaban una onda Q en el ECG y pacientes con un IM sin onda Q en la evolución del patrón ECG a lo largo de varios días. En muchos casos, se consideraba que la denominación infarto de onda Q era prácticamente sinónima de «infarto transmural», mientras que los infartos sin onda Q recibían, a menudo, el nombre de «infartos subendocárdicos». Estudios más recientes en los que se ha utilizado la resonancia magnética car- díaca (RMC) indican que la aparición de una onda Q en el ECG depende más del tamaño del infarto que de la profundidad de la lesión mural. Por tanto, el uso de SCA es el marco conceptual amplio más apropiado porque está ligado a la fisiopatología unificada subyacente (v. fig. 58-1). Una clasificación adicional de los pacientes por la presencia (IMEST) o por la ausencia (SCA IMSEST) de elevación del segmento ST en vez de por la evolución de las ondas Q permite tomar decisiones clínicas de clasificación inmediatas respecto a la necesidad de revas- cularización urgente (v. capítulo 59). Formación y rotura de la placa Las placas que precipitan un SCA provocan habitualmente trombos causados por rotura de la cubierta fibrosa, erosión superficial o, en ocasiones, vasoespasmo o alteración causada por un nódulo calcificado. En algunos casos de SCA no hay un responsable evidente (v. capítulo 44). Los datos clínicos actuales han cuestionado el concepto simplista de «placa vulnerable». Un estudio prospectivo de 697 pacientes con SCA a los que se realizó una coronariografía de tres vasos y ecografía intravascular con radiofrecuencia en escala de grises después de ICP halló que menos del 5% de las placas con características ecográficas de un fibroateroma con cubierta fina causaron un verdadero episodio clínico durante un seguimiento de 3,4 años23 (fig. 58-3). Por tanto, no es apropiado equiparar placa con cubierta fina rica en lípidos y «vulnerabilidad». Otros cambios morfológicos característicos asociados a una placa propensa a la rotura son remodelación expansiva que disminuye la obs- trucción luminal (estenosis leve en la coronariografía), neovas- cularización (angiogenia), hemorragia en la placa, inflamación de la adventicia y un patrón de calcificación «irregular».24 Síndromes coronarios agudos La rotura de la placa expone sustancias aterógenas que pueden producir un trombo extenso en la arteria relacionada con el infarto (v. fig. 58-1). Una red colateral adecuada que impida la necrosis puede dar lugar a episodios asintomáticos de oclusión coronaria; además, muchas roturas de placa son asintomáticas si la trombosis no es oclusiva. Los trombos completamente oclusivos producen de forma característica una lesión extensa de la pared ventricular en el lecho miocárdico irrigado por la arteria coronaria afectada (fig. 58-4). El infarto altera la secuencia de despolarización, lo que se refleja en cambios en criben las formas no aterógenas de enfermedad arterial coronaria, y en la tabla 58-3 se presentan las causas de IM sin ateroesclerosis coronaria. Cuando se produce una aterotrombosis coronaria aguda, el trombo intracoronario resultante puede causar una obstrucción parcial, que generalmente produce isquemia miocárdica sin elevación del ST, o puede provocar una oclusión completa y causar isquemia miocárdica transmural e IMEST. Antes de la aparición de los fibrinolíticos, los 50 40 30 20 10 0 50 40 30 20 10 0 0 1 1,5 2 2,5 3 3,5 TIEMPO (días desde el IM de referencia) 4 4,5 100 Todos los pacientes Edad80+ años Edad 70-79 años Edad 60-69 años Edad < 60 años Todos los pacientes Edad 80+ años Edad 70-79 años Edad 60-69 años Edad < 60 años 200 TIEMPO (días desde el IM) IN C ID E N C IA A C U M U LA D A D E IM /A C V /M O R TA LI D A D P O R E C V (% ) IN C ID E N C IA A C U M U LA D A D E IM /A C V /M O R TA LI D A D P O R E C V (% ) 300 365 Todos los pacientes FIGURA 58-2 Riesgo cardiovascular después de un infarto de miocardio (IM) por edad. Estimación de Kaplan-Meier del riesgo del criterio de valoración combinado (IM; accidente cerebrovascular [ACV] isquémico o mortalidad por enfermedad cardiovascular [ECV]) durante los 365 días siguientes al IM de referencia (arriba) y 1 año después del infarto inicial (abajo). (Tomado de Jernberg T, Hasvold P, Henriksson M, et al. Cardiovascular risk in post-myocardial infarction patients: nationwide real world data demonstrate the importance of a long-term perspective. Eur Heart J 2015;36:1163-70.) TABLA 58-3 Causas de lesión miocárdica Lesión por isquemia miocárdica primaria Rotura de una placa Formación de un trombo intraluminal en una arteria coronaria Lesión por isquemia miocárdica por desequilibrio entre el aporte y la demanda Taquiarritmias/bradiarritmias Disección aórtica o valvulopatía aórtica grave Miocardiopatía hipertrófica Shock cardiógeno, hipovolémico o séptico Insuficiencia respiratoria grave Anemia grave Hipertensión arterial con o sin hipertrofia ventricular izquierda Espasmo coronario Embolia o vasculitis coronarias Disfunción endotelial coronaria sin enfermedad arterial coronaria significativa Lesión sin relación con isquemia miocárdica Contusión cardíaca, cirugía, ablación, colocación de marcapasos o descargas de desfibrilador Rabdomiólisis con afectación cardíaca Miocarditis Fármacos cardiotóxicos (p. ej., antraciclinas, trastuzumab) Lesión miocárdica multifactorial o indeterminada Insuficiencia cardíaca Miocardiopatía por estrés (de takotsubo) Embolia pulmonar grave o hipertensión pulmonar Sepsis y pacientes muy enfermos Insuficiencia renal Trastornos neurológicos agudos graves (p. ej., accidente cerebrovascular, hemorragia subaracnoidea) Procesos infiltrantes (p. ej., amiloidosis, sarcoidosis) Ejercicio extenuante Tomado de Thygesen K, Alpert JS, White HD, et al. Universal definition of myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 2012;60:1581. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1099 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . el complejo QRS. El cambio más característico en el QRS que aparece en la mayoría de los pacientes con IMEST es la aparición de ondas Q en las derivaciones situadas sobre la zona del infarto. En una minoría de los pacientes con elevación del ST no aparecen ondas Q, pero se ven con frecuencia otras anomalías del complejo QRS, como una disminución de altura de la onda R y una hendidura o división del complejo QRS (v. capítulo 12). Los pacientes que tienen síntomas isquémicos sin elevación del ST suelen diagnosticarse de angina inestable o, si existe evidencia de necrosis miocárdica, IMSEST. Los pacientes con elevación persistente del segmento ST son candidatos a reperfusión (bien farmacológica o con catéter) para res- tablecer el flujo en la arteria epicárdica relacionada con el infarto.13,14 Los pacientes con SCA sin elevación del ST no son candidatos a reperfusión farmacológica, pero deben recibir tratamiento con terapia antiis- quémica y antitrombótica, seguida en la mayoría de los casos de una ICP (v. capítulo 60). Por tanto, el ECG de 12 derivaciones sigue siendo el centro de la vía de decisión para el tratamiento de los pacientes con SCA a fin de distinguir entre presentaciones con y sin elevación del ST.13,14 Músculo cardíaco Los efectos celulares de la isquemia comienzan a los pocos segundos del inicio de la hipoxia con la interrupción de la síntesis de trifosfato de adenosina (ATP). Esto compromete la relajación-contracción del miocardio, y puede empezar a formarse una lesión celular irreversible incluso cuando solo han transcurrido 20 min. La necrosis suele ser total al cabo de 6 h, a menos que se produzca una reperfusión o que exista una circulación colateral muy extensa (fig. 58-5). Hallazgos de la anatomía patológica macroscópica A la inspección macroscópica, el IM puede dividirse en dos tipos: infarto transmural en el que la necrosis miocárdica afecta a todo (o casi todo) el grosor de la pared ventricular e infarto subendocárdico (no transmural) en el que la necrosis afecta al subendocardio, el miocardio intramural o ambos sin extenderse a todo el espesor de la pared ventricular hasta el epicardio (fig. 58-6). La trombosis coronaria oclusiva es bastante más frecuente cuando el infarto es transmural y se localiza en el territorio de distribución de una sola arteria coronaria (v. fig. 58-4). Sin embargo, los infartos no transmurales ocurren a menudo asociados a arterias coronarias con estenosis importantes, pero aún permeables, o cuando la región infartada tiene suficiente circulación colateral. El IM no transmural parcheado puede producirse a consecuencia de la fibrinólisis o de la ICP, o cuando se restablece el flujo sanguíneo en un trombo que era oclusivo antes de que el frente de onda de la necrosis se hubiera extendido desde el subendocardio a todo el grosor de la pared ventricular (fig. e58-2). Hallazgos histológicos y ultraestructurales Las alteraciones macroscópicas en el miocardio son difíciles de identifi- car hasta al menos 6 a 12 h desde el comienzo de la necrosis (fig. 58-7). Sin embargo, diferentes tinciones histoquímicas pueden identificar zonas de necrosis tan solo 2 a 3 h después. Después, el miocardio infartado sufre una secuencia de cambios patológicos macroscópicos (fig. 58-8). A menudo, a las pocas horas de la muerte por IM puede detectarse la presencia de un infarto sumergiendo cortes de miocardio en cloruro de trifeniltetrazolio (TTC), que tiñe el miocardio no infartado de color rojo ladrillo, mientras que la zona infartada no capta la tinción (v. fig. 58-6). Hallazgos microscópicos La evaluación histológica del IM revela varios estadios en el proceso de curación (v. figs. 58-7 y 58-8). En el infarto experimental, los primeros cambios ultraestructurales en el músculo cardíaco tras la ligadura de una arteria coronaria, que se observan a los 20 min, consisten en reducción del tamaño y número de gránulos de glucógeno, edema intracelular y tumefacción con distorsión del sistema tubular transverso, retículo sarcoplásmico y mitocondrias. Estos cambios tempranos son reversibles. Los cambios a los 60 min de la oclusión consisten en tumefacción de las células miocárdicas, tumefacción y alteración interna de las mitocon- drias, desarrollo de agregación amorfa (floculento) y marginación de la cromatina nuclear, así como relajación de las miofibrillas. Entre 20 min y 2 h de isquemia, los cambios en algunas células son irreversibles y se produce una progresión de dichas alteraciones. Patrones de necrosis miocárdica Necrosis por coagulación La necrosis coagulativa se produce por una isquemia marcada y persis- tente, y suele aparecer en la región central de los infartos; provoca la detención de las células musculares en estado relajado y una dis- tensión pasiva de las células musculares isquémicas. El tejido presenta miofibrillas distendidas, muchas células con núcleos picnóticos, micro- vasos congestionados y fagocitosis de células musculares necróticas FACF (todos) FACF + CP ≥ 70% FACF+ SLM ≤ 4 mm2 T A S A D E E P IS O D IO S C A R D IO V A S C U L A R E S A D V E R S O S IM P O R T A N T E S ( % ) 20 15 10 5 0 Hazard ratio de lesión (IC al 95%) 3,90 (2,25-6,76) 6,55 (3,43-12,51) 10,83 (5,55-21,10) 11,05 (4,39-27,82) Valor P 100,0,< 100,0< 100,0< 100,0< Prevalencia (%) 46,7 15,9 10,1 4,2 Presente Ausente 4,9 1,3 1,7 1,7 1,9 10,2 16,4 18,2 FACF + CP ≥ 70% SLM ≤ 4 mm2 FIGURA 58-3 Comparación de porcentajes de episodios cardiovasculares correspondientes a lesiones que eran fibroateromas de cubierta fina (FACF) y a lesiones que no lo eran. Esta figura muestra los porcentajes de episodios correspondientes a 595 lesiones no responsables que fueron caracterizadas como FACF y a 2.114 que no lo fueron por medio de la ecografía intravascular por radiofrecuencia de escala de grises de acuerdo con la superficie luminal mínima (SLM) y la carga de placa (CP). Las lesiones que tenían una mayor carga de placa (es decir, un mayor contenido ateroesclerótico) y una luz más reducida corrían el mayor riesgo de desencadenar posteriormente un episodio coronario agudo. Recuadro. Ejemplo de un FACF visualizado mediante ecografía de radiofrecuencia. El rojo indica el núcleo necrótico; el verde oscuro, tejido fibroso; el blanco, la confluencia de calcio denso, y el verde claro, tejido fibroadiposo. IC, intervalo de confianza. (Tomado de Stone GW, Maehara A, Lansky AJ, et al. A prospective natural-history study of coronary atherosclerosis. N Engl J Med 2011;364:226.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1100 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII ACD (ADP) CxI DAI Anterior Rama circunfleja izquierda Arteria coronaria derecha Rama descendente anterior izquierda Posterior x x y y A A A A C D B B B B Basal Media Apical Punta B A 1 7 1382 3 9 17 16 11 12 5 6 14 15 10 4 An ter ose ptal Infer ola te ra l V1 V2 V3 V4 V5 aVL aVF aVR V6 - +- ++ - || | ||| FIGURA 58-4 Correlación entre las zonas de oclusión coronaria, las zonas de necrosis y las alteraciones electrocardiográficas. A. Diagrama esquemático del corazón con la localización de las principales arterias coronarias epicárdicas. B. Diagrama esquemático que muestra una proyección en eje corto de los ventrículos izquierdo y derecho y la localización aproximada de la descendente anterior izquierda (DAI), la circunfleja izquierda (CxI) y la arteria coronaria derecha (ACD); la última da lugar a una arteria descendente posterior (ADP) en la mayoría de los pacientes. C. Los 17 segmentos miocárdicos en un formato de mapa polar. D. Posición de las derivaciones electrocardiográficas estándar respecto al mapa polar. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1101 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Localización de zonas de necrosis tras la oclusión de arterias coronarias epicárdicas importantes E F G DAI Septal Apicalanteroseptal Anterior extenso Localización de la lesión Patrones ECG de elevación del ST o de ondas Q V1-6 a veces aVL y I aVl y I, V2-3 I y aVL, V5-6 Cambios recíprocos en V1-2 II, III*, aVF, I y aVL, V5-6 Cambios recíprocos en V1-2 Anterior limitado Lateral Inferior Inferolateral S1 OM PB DP PL CxI ACDD1 DAI V1-2 V1-2a V4-6 II, III*, aVF *EST en III > II indica ACD frente a CxI DAI CxIACDCxIDAIDAI Oclusión permanente de rama descendente anterior izquierda Derivaciones correspon- dientes que muestran elevación del ST en el ECG Oclusión permanente de rama circunfleja izquierda Oclusión permanente de arteria coronaria derecha (o su rama descendente posterior) FIGURA 58-4 (cont.) E. Localización de las zonas de necrosis después de la oclusión. La arteria del infarto puede deducirse identificando las derivaciones con elevación del ST y referenciando el formato del mapa polar (D). F. Se muestra la identificación de la arteria del infarto en el ECG de 12 derivaciones según la vascularización proporcionada por la DAI, la CXI y la ACD. Por ejemplo, la elevación del ST que aparece de forma más destacada en las derivaciones situadas por encima de los segmentos 1, 2, 7, 8, 13, 14 y 17 indica que la DA es la arteria del infarto. G. La localización adicional de las arterias responsables mediante patrones ECG diferenciales depende de la ubicación de la lesión (proximal o distal) y de la inclusión de la rama arterial. (Modificado de Bayes-de-Luna A, Wagner G, Birnbaum Y, et al. A new terminology for the left ventricular walls and location of myocardial infarcts that present Q wave based on the standard of cardiac magnetic resonance imaging. Circulation 2006;114:1755.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1102 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII (v. fig. 58-7). Se producen daños mitocondriales con formación de densidades amorfas (floculentas) prominentes, pero no se observa calcificación. Necrosis con bandas de contracción Esta forma de necrosis miocárdica, denominada también necrosis en banda de contracción o miocitólisis coagulativa, se debe principalmente a isquemia pronunciada seguida de reflujo. Se caracteriza por miofibrillas hipercontraídas con bandas de contracción y daño mitocondrial, con frecuencia calcificación, congestión vascular marcada y cicatrización mediante lisis de las células musculares. Está causada por un aumento del flujo de entrada de iones de calcio (Ca2+) al interior de las células agonizantes, lo que produce una parálisis de las células en estado de contracción. Se observa en la periferia de infartos de gran tamaño y es más amplia en los infartos no transmurales que en los transmurales. Es posible que esta forma de necrosis esté presente en todo el infarto después de la reperfusión (v. figs. 58-7 y 58-8). Miocitólisis La isquemia sin necrosis no produce por lo general cambios agudos visibles en microscopia óptica. No obstante, una isquemia intensa y prolongada puede causar vacuolización de los miocitos, denominada con frecuencia miocitólisis. Una isquemia intensa prolongada poten- cialmente reversible causa un edema turbio, así como degeneración hidrópica, vascular y grasa. Apoptosis Una vía adicional de muerte de los miocitos es la apoptosis o muerte celular programada. Al contrario que la necrosis coagulativa, los miocitos que sufren apoptosis muestran una contracción celular con fragmentación del ADN y fagocitosis, pero sin el habitual infiltrado celular indicativo de inflamación. La importancia de la apoptosis en el IM es peor conocida que la de la necrosis coagulativa. La apoptosis puede ocurrir inmediatamente después del comienzo de la isquemia miocárdica, pero parece que su impacto es más importante en la pérdida tardía de miocitos y en el remodelado ventricular tras el IM. Conceptos actuales sobre los procesos celulares durante el infarto de miocardio y su cicatrizaciónEn los estudios clásicos se definía la secuencia de procesos celulares que tienen lugar durante un IM humano por medio de estudios histológicos muy minuciosos.25 Los primeros días tras un IM se caracterizaban por una acumulación de granulocitos, después se acumulaban fagocitos mononucleares en el infarto tisular. A continuación, se formaba un tejido de granulación caracterizado por la neovascularización y la acumulación de matriz extracelular (fibrosis). Estudios experimentales recientes en ratones han revelado la existencia de una secuencia de acumulación de subpoblaciones de fagocitos mononucleares.25 La primera oleada se produce aproximadamente 1-3 días después de la ligadura coronaria y está constituida por un subgrupo de monocitos proinflamatorios que se caracterizan por una gran capacidad proteolítica y fagocítica, y por la síntesis de citocinas proinflamatorias. En una fase posterior (días 3 a 7) predominan unos monocitos menos inflamatorios que sintetizan el mediador angiógeno factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), y el mediador fibrógeno factor transformador del crecimiento β (TGF-β; fig. 58-9). Probablemente, este reclutamiento secuencial tan orquestado de subpoblaciones de monocitos desempeña un papel importante en la cicatrización miocárdica. Los granulocitos que llegan a la zona de lesión isquémica actúan como «primeros respondedores». Sirven para iniciar y amplificar la respuesta inflamatoria aguda local. Las especies reactivas del oxígeno que elaboran pueden contribuir al daño endotelial, lesión por reperfusión y fenómeno clínico de «no reflujo». La primera oleada de células mononucleares proinflamatorias y con actividad fagocítica constituye una «cuadrilla de demolición» que puede limpiar los restos BA FIGURA 58-5 Diagrama esquemático de la circulación arterial coronaria sin (A) y con (B) anastomosis interarteriales entre la arteria coronaria derecha y la arteria descendente anterior izquierda (DAI) ocluida (oclusión por debajo de la tercera rama diagonal). A. La zona gris indica la zona isquémica con riesgo de IM (que corresponde, finalmente, al tamaño del infarto) en caso de producirse una oclusión de la DAI y en ausencia de colaterales. B. La zona con riesgo de IM es igual a cero, debido a la extensa presencia de colaterales. (Tomado de Traupe T, Gloekler S, de Marchi SF, et al. Assessment of the human coronary collateral circulation. Circulation 2010;122:1210.) Inflamación Respuesta tisular temprana al infarto Hemorragia Necrosis blanda FIGURA 58-6 Arriba. IM agudo, predominantemente en la porción posterolateral del ventrículo izquierdo, que se demuestra mediante tinción histoquímica por la falta de tinción con cloruro de trifeniltetrazolio en las zonas de necrosis. El defecto de tinción se debe a la fuga enzimática que sigue a la muerte celular. La hemorragia miocárdica en un borde del infarto se asoció a una rotura cardíaca, y la cicatriz anterior (abajo a la izquierda) fue indicativa de un infarto antiguo. La muestra fue obtenida con la pared posterior arriba. Abajo. La respuesta tisular temprana al proceso del infarto implica una mezcla de necrosis blanda, inflamación y hemorragia. (Tomado de Schoen FJ. The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N, editors. Robbins & Cotran Pathologic Basis of Disease. 8th ed. Philadelphia: Saunders; 2009.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1103 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . F as e re ve rs ib le Tiempo F R A C C IÓ N D E M IO C A R D IO E N R IE S G O SemanasDíasHoras Miocardio isquémico potencialmente recuperable con intervención rápida Miocardio muerto acumulado 54321 8160 94221 876 6543 10 Vaciado de glucógeno: Edema mitocondrial Relajación de miofibrillas Ondulación de las fibras en el borde Comienzo de necrosis por coagulación; edema; hemorragia focal; comienzo de infiltrado por neutrófilos Rotura del sarcolema: Densidades mitocondriales amorfas Microscopia electrónica Histoquímica Microscopia óptica Cambios macros- cópicos Necrosis hemorrágica miocárdica Necrosis con predominio de bandas de contracción Palidez Defecto de tinción de TTC C icatriz fibrosa m adura Inflamación y reparación tardías Infarto no reperfundido Infarto reperfundido < < 6 h a partir del com ienzo de la oclusión coronaria 6 5 4 3 2 1 0 A T P y la ct at o (u ni da de s ar bi tr ar ia s) Comienzo de lesión irreversible 0 5 101520 30 Minutos 40 50 Lac tato ATP 100 80 60 40 20 La necrosis por coagulación continúa; palidez (contracción de los núcleos y citoplasma eosinófilo); bandas de contracción en miocitos focales Necrosis por coagulación con pérdida de núcleos y estriaciones infiltrado de neutrófilos Fin de la fagocitosis; tejido de granulación prominente con neovasculari- zación y reacción fibrovascular Palidez, en ocasiones hiperemia; tonalidad amarillenta en la periferia Límite hiperémico; reblande- cimiento central amarillo- marrón Bordes muy amarillos y vasculariza- dos blandos, de color rojo-marrón y hundidos Desintegración de miofibras y fagocitosis por macrófagos FIGURA 58-7 Secuencia temporal de cambios bioquímicos, ultraestructurales, histoquímicos e histológicos tempranos tras el comienzo del infarto de miocardio. Arriba. Esquema del marco temporal de la reperfusión precoz y tardía del miocardio en el territorio de una arteria coronaria ocluida. Aproximadamente durante 30 min después del comienzo de la isquemia más grave, la lesión miocárdica es potencialmente reversible. Después se produce una pérdida progresiva de viabilidad, que resulta completa a las 6-12 h. Los beneficios de la reperfusión son superiores cuando se realiza antes y van disminuyendo conforme se retrasa la reperfusión. Obsérvense las alteraciones en la secuencia temporal en el infarto reperfundido. El patrón de alteraciones anatomopatológicas tras la reperfusión es variable y depende del momento de la reperfusión, del infarto previo y del flujo colateral. ATP, trifosfato de adenosina; TTC, cloruro de trifeniltetrazolio. (Tomado de Schoen FJ. The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N, editors. Robbins & Cotran Pathologic Basis of Disease. 8th ed. Philadelphia: Saunders; 2009.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1104 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII E DC BA FIGURA 58-8 Características microscópicas del infarto de miocardio (IM). Estos cortes histológicos del corazón de una mujer que sufrió un reinfarto intermitente ilustran el aspecto histológico del miocardio lesionado y distintas fases de su curación. Los plazos de tiempo se han calculado según la historia clínica y los hallazgos histológicos típicos de lesión isquémica miocárdica. A. A las 8 h del IM no hay estrías transversales en algunos miocitos cardíacos y se forman bandas de contracción. Se observa edema intersticial miocárdico y empiezan a aparecer leucocitos en la zona de lesión isquémica. B. A las 36 h del IM, en el centro de una zona isquémica, la mayoría de los miocitos han perdido las estrías transversales, abundan las bandas de contracción y ha aparecido un infiltrado leucocítico predominantemente polimorfonuclear.C. A los 5 días del IM persisten pocos miocitos o fragmentos de miocitos con estrías transversales. En el centro de esta microfotografía un infiltrado leucocítico predominantemente monocítico rodea los restos de los miocitos muertos. D. A los 14 días de una lesión isquémica aguda ha empezado a formarse un islote de granulación. Hay muchos neovasos en zonas de acumulación celular mononuclear. Ha empezado a formarse una matriz extracelular organizada. E. A los 3 meses del episodio isquémico agudo se ha formado una cicatriz organizada en la zona rica en matriz y relativamente hipocelular en la parte inferior de esta microfotografía. Quedan algunos miocitos cardíacos supervivientes (parte superior de la microfotografía). (Microfotografías por cortesía del Dr. Robert F. Padera, Department of Pathology, Brigham and Womens Hospital, Boston.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1105 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . necróticos y prepara el camino para la segunda oleada de monocitos menos inflamatorios, que contribuyen a la cicatrización estimulando la formación de un tejido de granulación (fig. 58-10). Estos monocitos/ macrófagos «reparadores» elaboran diversos mediadores que estimulan la angiogenia y la producción de matriz extracelular por las células estromales miocárdicas supervivientes. Los microvasos nuevos y la fibrosis son los elementos principales del tejido de granulación, y estos procesos permiten el inicio de la formación de una cicatriz miocárdica, la remodelación ventricular y la curación del infarto. El esclarecimiento de esta respuesta bien regulada a la lesión isquémica miocárdica aporta perspectivas nuevas de la fisiopatología del infarto, indicando dianas terapéuticas novedosas para «afinar» esta respuesta inflamatoria local de una manera que pueda favorecer la curación miocárdica y prevenir la remodelación adversa del ven- trículo izquierdo (VI) infartado asociada a miocardiopatía isquémica y resultados desfavorables. Estudios experimentales recientes han aportado nuevos descubrimientos a este respecto (fig. 58-11). La activación del sistema nervioso simpático provocada por el dolor y la ansiedad asociados al SCA pueden tener efectos notables en la res- puesta inflamatoria además de causar alteraciones hemodinámicas bien conocidas producidas por las catecolaminas. La estimulación adrenérgica β puede movilizar células progenitoras de los leucocitos desde la médula ósea. Algunas de estas células pueden realizar hematopoyesis extramedular en el bazo. Esta «hematopoyesis urgente» puede aportar leucocitos que participan en la curación miocárdica. En los ratones, la movilización de un grupo preformado de monocitos proin- flamatorios desde el bazo depende en parte del papel de la angiotensina en la señalización. Esta observación experimental puede aportar una explicación causa-efecto de la capacidad de los inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (ECA) para evitar la remodelación adversa del miocardio del VI isquémico. Además de las catecolaminas, las citocinas proinflamatorias liberadas durante el SCA pueden promover la hematopoyesis y amplificar la respuesta inflamatoria en el infarto en evolución. En los ratones, la interleucina (IL) 1β puede estimular la movilización de precursores de los leucocitos desde la médula ósea. La inhibición de esta citocina proinflamatoria no cambia el tamaño de un infarto experimental, pero disminuye el descenso de la función contráctil en el ventrículo infartado.26 Este ejemplo muestra cómo la modulación de la respuesta inflamatoria en el miocardio isquémico puede influir en el proceso de curación. Otro descubrimiento respaldado por un estudio experimental reciente es el concepto de que la inflamación en el miocardio puede impulsar la actividad inflamatoria en placas ateroescleróticas a dis- tancia, predisponiéndolas a la rotura y a la trombosis. Estos «ecos» de la inflamación miocárdica en las propias placas pueden explicar algunos episodios coronarios recurrentes tempranos en pacientes con SCA. Además, esta observación aporta conocimiento causa-efecto de las observaciones clínicas que indican que las placas ateroescleróticas coronarias a distancia de la lesión responsable presentan activación inflamatoria no solo en la arteria sin relación con el infarto sino también en otros lechos arteriales, como la circulación carotídea. Aunque gran parte de la información de la figura 58-11 procede de experimentos murinos, las observaciones de imagen en el ser humano dan credibilidad a su aplicabilidad clínica. La captación de 18F-desoxi- glucosa (FDG), un análogo de la glucosa, refleja la actividad metabólica. Los pacientes con SCA tienen aumento de la captación de FDG en la médula ósea y en el bazo comparados con los pacientes estables. Estas observaciones apoyan la extrapolación clínica de los experimentos en ratones que revelaron activación de la médula ósea después de ligadura arterial coronaria y refuerzo de los procesos inflamatorios en el bazo. De hecho, los que tienen aumento de la captación esplénica de FDG pueden tener más riesgo de episodios recurrentes.27 Por tanto, tanto en el ser humano como en los ratones actúa probablemente un «eje cardioesplénico» de señalización inflamatoria, que aporta información causa-efecto novedosa sobre la patogenia del IM útil para investigar dianas terapéuticas nuevas. Modificación de los cambios anatomopatológicos por la reperfusión Cuando se produce una reperfusión del miocardio sometido a los cambios evolutivos desde la isquemia al infarto en un momento adecuado (es decir, en un período de 15 a 20 min) es posible evitar que se produzca la necrosis. Después de este momento, el número de miocitos salvados –y, por tanto, la cantidad de tejido miocárdico salvado (zona de necrosis/zona de riesgo)– está relacionado directamente con la duración de la oclusión de la arteria coronaria, la magnitud del consumo miocárdico de oxígeno y el flujo sanguíneo colateral (fig. 58-12). Los signos anatomopatológicos típicos en el infarto con reperfusión son una mezcla de necrosis, hemorragia en el interior de zonas con miocitos con daño irreversible, necrosis coagulativa con bandas de contracción y distorsión de la arquitectura de las células en la zona reperfundida (fig. e58-3). La reperfusión del miocardio infartado acelera también la eliminación de proteínas intracelulares filtradas, lo que produce una concentración máxima exagerada y precoz de sustancias como la fracción MB de la creatina cinasa (CK-MB) y las troponinas cardíacas específicas I y T (v. más adelante).1 Anatomía coronaria y localización del infarto La coronariografía efectuada en las primeras horas de un IMEST detecta una incidencia aproximada del 90% de oclusión total del vaso relacionado con el infarto. Es posible la fibrinólisis espontánea de la oclusión trombótica en el período siguiente al inicio del IM. La trombólisis farmacológica aumenta de forma notable la proporción de pacientes con una arteria relacionada con el infarto permeable poco después del IMEST. El IMEST con necrosis transmural se localiza distal a una obstrucción total aguda en la arteria coronaria con un trombo sobre una placa erosionada o rota (v. fig. 58-4). No obstante, la oclusión total de una arteria coronaria no se asocia siempre a IM. El flujo sanguíneo colateral y otros factores como el grado de metabolismo cardíaco, la presencia y localización de la estenosis en otras arterias coronarias, la velocidad de desarrollode la obstrucción y la cantidad de miocardio que recibe sangre por el vaso obstruido influyen en la viabilidad de las células miocárdicas distales a la oclusión. 10 5 0 C él ul as /m g de te jid o ( ×1 04 ) 0 5 10 15 Neutrófilos Macrófagos Monocitos Ly-6Calto Monocitos Ly-6Cbajo Macrófagos/CD Fibroblastos Días post-IM FIGURA 58-9 En el infarto de miocardio (IM) y en la curación participan ondas secuenciales de distintos tipos celulares. En las primeras horas tras un infarto agudo de miocardio o en los días que siguen, se acumulan neutrófilos en el miocardio infartado, como muestra el pico color salmón centrado en los días 1 y 2. Después de esta primera ola de células inflamatorias empiezan a acumularse fagocitos mononucleares en el tejido isquémico. Estudios recientes en ratones han mostrado que en los primeros días de esta infiltración monocítica empieza a acumularse un subgrupo especialmente proinflamatorio de fagocitos mononucleares caracterizados por una concentración alta del marcador de superficie Ly-6C. En los días 5 a 10 prevalece una población de monocitos reparadores (verde), marcados por escasa expresión superficial de Ly-6C. Al remitir la acumulación de leucocitos en el miocardio lesionado, los fibroblastos y las células mesenquimatosas relacionadas sintetizan macromoléculas de la matriz extracelular (MEC) como el colágeno. La producción de MEC contribuye a la reparación y la formación de tejido cicatricial durante la curación del tejido cardíaco que ha sufrido una lesión isquémica. CD, células dendríticas. (Tomado de Nahrendorf M et al. Mechanisms of myocardial ischemic injury, healing, and remodeling. In Morrow DA, editor. Myocardial Infarction: a Companion to Braunwald’s Heart Disease. Philadelphia: Elsevier; 2017.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1106 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII Los estudios en pacientes que acaban por desarrollar un IMEST tras una coronariografía en algún momento previo al mismo han permitido clarificar la extensión de la enfermedad coronaria antes del infarto. Aunque las estenosis de grado alto conducen con más frecuencia a IMEST que las lesiones menos obstructivas, el IMEST puede estar causado por oclusión trombótica brusca en la zona de alteración de una placa sin estenosis crítica previamente. Es posible un infarto a distancia de una oclusión coronaria cuando una zona del ventrículo recibe la sangre por vasos secundarios. Por ejemplo, tras una obliteración gradual de la luz de la arteria coronaria derecha (ACD), la pared inferior del VI puede mantenerse viable mediante vasos secundarios que nacen de la arteria coronaria descendente anterior izquierda (DAI). Más tarde, una oclusión de la DAI puede causar un infarto en la pared inferior distal. Infarto ventricular derecho Aproximadamente el 30-50% de los infartos de localización inferior afectan en parte al ventrículo derecho (VD).28,29 El infarto VD se produce casi siempre asociado a un gran infarto del tabique interventricular adyacente y del miocardio VI, pero solo en el 3-5% de los casos de IM confirmados mediante autopsia se detecta un infarto aislado en el VD. El infarto VD es menos frecuente de lo que cabría esperar por la frecuencia de lesiones ateroescleróticas que afectan a la ACD. La presentación típica del infarto VD es hipotensión, campos pulmonares claros y aumento de las presiones venosas yugulares. El tratamiento agudo del infarto VD complicado con shock cardiógeno consiste en reposición adecuada de volumen, revascularización temprana, mantenimiento de la sincronía auriculoventricular y, en casos resis- tentes al tratamiento, soporte circulatorio mecánico (v. capítulo 59). A diferencia del VI, el VD puede soportar períodos más largos de isquemia y lograr una recuperación excelente de la función contráctil después de la reperfusión. Infarto auricular El infarto de la aurícula puede verse hasta en el 10% de los pacientes con IMEST si se emplea el desplazamiento del segmento PR como criterio de infarto auricular. Aunque el infarto auricular aislado solo se observa en menos del 5% de las autopsias de pacientes con IMEST, también aparece con frecuencia asociado a infarto ventricular y puede provocar una rotura de la pared auricular.30 Este tipo de infarto es más frecuente en el lado derecho que en el izquierdo, es más frecuente en las orejuelas auriculares que en la pared posterior o lateral y puede dar lugar a la formación de un trombo. El infarto auricular se acompaña con frecuencia de arritmias auriculares. Se puede producir una reducción de la secreción de péptido natriurético auricular y dar lugar a un síndrome de gasto cardíaco bajo cuando coexiste con un infarto VD. Circulación colateral en el infarto agudo de miocardio Los pacientes con enfermedad arterial coronaria (EAC) oclusiva tienen con frecuencia circulación colateral coronaria bien desarrollada, sobre todo en aquellos con reducción del área transversal luminal mayor del 75% en uno o más vasos principales; en los pacientes con hipoxia crónica como en la anemia grave, enfermedad pulmonar obstructiva Tiempo desde el inicio de la isquemia «Primeros respondedores»Granulocitos • Prooxidantes (MPO →HOCl, O2 −) • Proteinasas (catepsina G, MMP-9, elastasa de neutrófilo) • Citocinas (TNF, IL-1) • Mediadores lípidos (leucotrienos, lipoxinas) 8-48 h 2-3 días 3-7 días Amplifica la inflamación aguda • Proteinasas (catepsinas, MMP-9) • Fagocitosis (eliminar restos) • Eferocitosis (fagocitar células muertas) • Citocinas (TNF, IL-1, IL-6) CCR2 F4/80 Ayuda a allanar el camino para la reparación tisular • Mediadores fibrógenos (p. ej., TGF-β) Mediadores angiógenos (p. ej., VEGF) Mediadores antiinflamatorios (p. ej., IL-10) • • Tejido de granulación, formación de cicatriz alta «Equipo de demolición»Monocito Ly6C Monocito/macrófago Ly6C «Equipo de reconstrucción»baja FIGURA 58-10 Secuencia temporal y funciones de los leucocitos localizados en el miocardio con infarto. Los leucocitos que predominan secuencialmente en el infarto de miocardio en evolución tienen funciones específicas que dirigen la reparación del tejido lesionado. Los granulocitos, «primeros respondedores», amplifican la respuesta inflamatoria aguda. Los monocitos proinflamatorios actúan como «equipo de demolición» para allanar el camino para la reparación tisular. A continuación, los monocitos reparadores se implican en la «reconstrucción» para reparar el tejido lesionado. CCR, receptor de quimiocina CC; HOCl, ácido hipoclórico; IL, interleucina; MMP, metaloproteinasa de la matriz; MPO, mieloperoxidasa; O2, anión superóxido; TGF, factor de crecimiento transformante; TNF, factor de necrosis tumoral; VEGF, factor de crecimiento endotelial vascular. (Tomado de Libby P, Nahrendorf M, Swirski FK. Leukocytes link local and systemic inflammation in ischemic cardiovascular disease: an expanded “cardiovascular continuum.” J Am Coll Cardiol 2016;67:1091-103.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1107 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . crónica (EPOC) y cardiopatía congénita cianótica, y en los pacientes con hipertrofia VI31 (v. fig. 58-5 y capítulo 57). La magnituddel flujo colateral coronario es un determinante importante del tamaño del infarto. Además, los pacientes con vasos colaterales abundantes pueden tener arterias coronarias totalmente ocluidas sin signos de infarto en el territorio de distribución de dicha arteria, por lo que la supervivencia del miocardio distal a estas oclusiones debe depender del flujo sanguíneo colateral.32 Incluso si la perfusión colateral presente en el momento de la oclusión coronaria es insuficiente para prevenir el infarto, aún puede ejercer un efecto protector al evitar la formación de un aneurisma ventricular. Es probable que la presencia de una estenosis avanzada (90%), probablemente con períodos intermitentes de oclusión total, permita el desarrollo de vasos colaterales que se mantienen como conductos potenciales hasta que se produce o reproduce una obstrucción total. Esta oclusión total activa por completo estos conductos. Los pacientes con signos angiográficos de formación de colaterales tienen mejor pronóstico angiográfico y clínico tras el IM. Causas no ateroescleróticas de infarto agudo de miocardio Numerosos trastornos diferentes de la ateroesclerosis pueden afectar a las arterias coronarias y provocar IMEST (v. tabla 58-3).1 Por ejem- plo, las oclusiones arteriales coronarias pueden estar causadas por embolización en una arteria coronaria. Las causas de embolia coronaria son numerosas: endocarditis infecciosa y endocarditis trombótica no bacteriana (v. capítulo 73), trombos murales, prótesis valvulares, neoplasias, aire introducido durante cirugía cardíaca y depósitos de calcio por manipulación quirúrgica de válvulas calcificadas. Puede producirse una trombosis in situ en las arterias coronarias secundaria a traumatismo en la pared torácica o estados de hipercoagulabilidad. La disección arterial coronaria espontánea (DACE), antes considerada un episodio relativamente infrecuente, se identifica con más frecuencia en la actualidad por el uso de imagen intracoronaria y puede suponer el 10-30% de los IM en mujeres menores de 50 años. La clasificación y la evaluación inicial de los pacientes con sospecha de DACE deben seguir los algoritmos SCA ordinarios. Puede verse un colgajo de disección nítido en la coronariografía, pero lo más frecuente es solo un hematoma intramural, que puede confundirse con vasoespasmo o con placa ateroesclerótica a menos que se obtengan imágenes intracoronarias. Las medidas de revascularización de la DACE son distintas de las recomendaciones SCA ordinarias. Si está conservado el flujo coronario, se recomienda tratamiento conservador con terapia antitrombótica oral o intravenosa (i.v.) debido a las tasas altas de complicaciones relacionadas con ICP. La revascularización mediante ICP o injerto de derivación arterial coronaria (IDAC) puede ser apropiada en las lesiones oclusivas, teniendo en cuenta el riesgo más alto de complicaciones.33 Entre las causas más infrecuentes está la aortitis sifilítica, que puede producir un estrechamiento importante u oclusión de uno o ambos orificios coronarios, mientras que la arteritis de Takayasu puede obstruir las arterias coronarias. La arteritis necrosante, panarteritis nudosa, síndrome ganglionar mucocutáneo (enfermedad de Kawasaki), lupus eritematoso sistémico (v. capítulo 94) y arteritis de células gigantes pueden provocar oclusión coronaria. Una dosis terapéutica de radiación mediastínica puede causar arterioesclerosis coronaria,34 con el consiguiente infarto. El IM puede ser el resultado de la afectación arterial coronaria en pacientes con amiloidosis (v. capítulo 77), sín- drome de Hurler, seudoxantoma elástico y homocistinuria. La cocaína puede producir IM en pacientes con arterias coronarias normales, IM previo, coronariopatía confirmada o espasmo arterial coronario (v. capítulo 80). Infarto de miocardio sin obstrucción arterial coronaria (IMSOAC) El IMSOAC se define por la presencia de datos concluyentes de IM (biomarcador cardíaco positivo y cuadro clínico indicativo de infarto) con arterias coronarias normales o casi normales en la coronario- grafía (ausencia de EAC obstructiva en la coronariografía [es decir, sin estenosis arterial coronaria ≥ 50%], en una arteria potencialmente relacionada con el infarto), y sin otra explicación del cuadro clínico.35,35a El espasmo arterial coronario, la erosión o la rotura de una placa y la disección coronaria son causas frecuentes de IMSOAC con afectación de las arterias epicárdicas, igual que la erosión de la placa y la rotura de la placa no detectadas mediante coronariografía ordinaria, mientras que los dos imitadores miocárdicos o microvasculares más frecuentes de IM son la miocarditis aguda (v. capítulo 79) y la miocardiopatía de estrés aguda (takotsubo). Comparados con los pacientes con IM mediado por ateroesclerosis, los pacientes con IMSOAC suelen ser más jóvenes y hay más mujeres, con relativamente menos factores de riesgo coronario excepto el antecedente de tabaquismo. Un tercio de los pacientes con IMSOAC presentan un IMEST.36 Habitualmente, no tienen antecedente de angina de pecho antes del infarto. Por lo general, estos pacientes no presentan pródromos antes del infarto, pero las características clínicas, analíticas y electrocardiográficas de IMEST son parecidas a las de la inmensa mayoría de pacientes con IMEST, que presentan EAC ateroesclerótica obstructiva típica. Alrededor de la mitad de los pacientes con IMSOAC tienen vasos normales en la coronariografía y la otra mitad presenta algunas irregularidades no obstructivas que pueden predisponer al vasoespasmo o a las erosiones de la placa. Otras causas del IM en un contexto de arterias coronarias de apariencia normal son: 1) émbolos coronarios, quizá de un trombo mural pequeño, prolapso de la válvula mitral o mixoma; 2) EAC en vasos tan pequeños que no se detecta mediante coronariografía o trombosis arterial coronaria seguida de recanalización; 3) trastornos hematológicos (p. ej., policitemia vera, cardiopatía cianótica con policitemia, anemia drepanocítica, coagulación intravascular diseminada, trombocitosis, púrpura trombótica trombocitopénica) que ocasionan trombosis in situ en presencia de arterias coronarias normales; 4) aumento de la demanda de oxígeno (tirotoxicosis, consumo de anfetaminas); 5) hipotensión secundaria a septicemia, hemorragia o medicamentos, y 6) variantes anatómicas como el origen anómalo de una arteria coronaria, una fístula arteriovenosa coronaria o un puente miocárdico.35a FIGURA 58-11 Los leucocitos vinculan la inflamación local y sistémica en la enfermedad cardiovascular isquémica. El infarto de miocardio (IM) habitualmente está causado por la alteración de un ateroma arterial coronario que desencadena la formación de un trombo. La descarga del sistema nervioso simpático en respuesta al dolor y a la ansiedad provocados por el IM agudo provoca la movilización de progenitores de leucocitos en la médula ósea. Distintos mediadores humorales, como la interleucina 1β (IL-1β), una citocina proinflamatoria, ayuda también a atraer células progenitoras de la médula ósea. Estas progenitoras pueden llegar a la circulación y alcanzar el bazo, donde pueden participar en la leucopoyesis extramedular. Los monocitos proinflamatorios circulantes pueden llegar a los ateromas localizados a distancia de la lesión responsable del IM agudo y crear el entorno propicio para un agravamiento de la evolución de la placa y para episodios recurrentes. Este concepto cíclico se apoya en el concepto de «continuo cardiovascular», propuesto por Dzau y Braunwald en 1991. (Tomado de Libby P, Nahrendorf M, Swirski FK. Leukocytes link local and systemic inflammation in ischemic cardiovascular disease: an expanded “cardiovascular continuum.” J Am Coll Cardiol 2016;67:1091-103.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. Nose permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1108 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII Pronóstico del IMSOAC En general, los pacientes que han sobrevivido a un IMEST sin signos de EAC relevante tienen mejor evolución a largo plazo que los que han sufrido un IMEST mediado por ateroesclerosis; la mortalidad intrahos- pitalaria es aproximadamente un 60% más baja, y la mortalidad a 1 año, un 40% más baja.36 Sin embargo, el riesgo consiguiente en los pacientes con IMSOAC depende principalmente de la causa subyacente y de las enfermedades concurrentes. En los pacientes sin una causa clara de IMSOAC se recomienda emplear la RMC para descartar una miocarditis.35a Miocardiopatía de estrés (takotsubo) La miocardiopatía de estrés aguda, denominada también síndrome de abombamiento apical VI transitorio o miocardiopatía de takotsubo, implica habitualmente anomalías transitorias de la movilidad parietal en la punta del VI y en la zona central del ventrículo (fig. 58-13), aunque se han identificado otros patrones, como un patrón takotsubo «inverso». Este síndrome se produce en ausencia de EAC epicárdica obstructiva y puede imitar un IMEST.37 Normalmente, un episodio de estrés físico o psicológico precede la aparición de la miocardiopatía de takotsubo, aunque en algunos pacientes no hay un factor precipitante evidente. Más de la mitad de los pacientes con miocardiopatía de takotsubo tienen un trastorno neurológico o psiquiátrico presente o pasado, vinculado potencialmente a vasoconstricción por mecanismo neurológico. Los ECG iniciales muestran elevación notable y a menudo difusa del segmento ST, que obliga, cuando se combina con el dolor torácico característico (intenso con frecuencia), a una derivación inmediata para coronariografía. Un algoritmo ECG propuesto para distinguir la miocardiopatía de estrés del IMEST halló que distintos patrones de elevaciones ST en distintos territorios coronarios pueden distinguir la miocardiopatía de estrés del SCA con una especificidad excelente. Sin embargo, esta observación precisa confirmación y no debe evitar un cateterismo urgente para descartar lesiones trombóticas agudas.38 No está clara la etiología de la miocardiopatía de estrés, pero son importantes la disfunción microvascular mediada por catecolamina cir- culante o activada por mecanismo neurológico, así como la conmoción y la lesión miocárdicas. La mayoría de los pacientes con miocardiopatía de takotsubo logran una recuperación rápida de la función ventricular, aunque más del 20% de los pacientes presentan complicaciones intrahospitalarias, como insuficiencia cardíaca, arritmias y muerte, y con una frecuencia similar a los pacientes con SCA.37,39 FISIOPATOLOGÍA Función del ventrículo izquierdo Función sistólica Tras la interrupción del flujo anterógrado en una arteria coronaria epicárdica, la zona de miocardio irrigada por dicho vaso (fig. 58-14) pierde de inmediato su capacidad para acortarse y realizar trabajo contráctil. Se producen cuatro modelos de contracción anormales en FIGURA 58-12 Arriba. Dibujo de un corte transversal del corazón después de un período breve de isquemia (≤ 20 min). No se produce muerte celular (lesión reversible), pero el tejido queda conmocionado y pueden aparecer arritmias por reperfusión. Centro y abajo. Dibujos de un corte transmural del ventrículo izquierdo en estudios en un modelo canino anestesiado con oclusión coronaria proximal y reperfusión. Después de 40-60 min de isquemia, el daño celular irreversible está confinado en el subendocardio. En el interior de la región necrótica hay una zona más pequeña de no reflujo. Si la reperfusión se retrasa 90 min, la región necrótica se expande del subendocardio al mesomiocardio en el interior de la zona de riesgo isquémico, acompañado por una expansión de la región sin reflujo. Después de 3-6 h de isquemia, la necrosis es casi transmural y la región sin reflujo aumenta de tamaño, aunque permanece confinada en el interior de la zona necrótica. (Tomado de Kloner RA et al. Reperfusion injury: prevention and management. In Morrow DA, editor. Myocardial Infarction: a Companion to Braunwald’s Heart Disease. Philadelphia: Elsevier; 2017.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1109 In farto d e m io card io co n elevació n d el seg m en to ST: fi sio p ato lo g ía y evo lu ció n clín ica 58 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . secuencia: 1) desincronización, es decir, disociación temporal en la con- tracción de segmentos adyacentes; 2) hipocinesia, reducción del grado de acortamiento; 3) acinesia, detención del acortamiento, y 4) discinesia, expansión paradójica y abombamiento sistólico. Al principio, la disfunción del infarto va acompañada de hipercinesia del resto del miocardio normal. Se cree que la hipercinesia precoz de las zonas no infartadas es el resultado de mecanismos compensadores agudos, como un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático y el mecanismo de Frank-Starling. Parte de esta hipercinesia compensadora representa un trabajo ineficaz porque la contracción de los segmentos no infartados del miocardio provoca discinesia en la zona infartada. El aumento de movilidad en la región no infartada persiste a las 2 semanas del infarto y en este período se produce un cierto grado de recuperación en la propia región del infarto, sobre todo si se logra la reperfusión de la zona infartada y disminuye el miocardio aturdido. Los pacientes con IMEST también pueden presentar una disminución de la función contráctil en las zonas no infartadas. Esto puede deberse a una obstrucción previa de la arteria coronaria que irriga la región no infartada del ventrículo y a la pérdida de colaterales por la obs- trucción reciente del vaso relacionado con el infarto, circunstancia que se ha denominado isquemia a distancia. Por otro lado, la presencia de colaterales antes de IMEST puede permitir una mayor conservación de la función sistólica regional en el territorio irrigado por la arteria ocluida, así como una mejora de la fracción de eyección (FE) del VI poco después del infarto31 (v. fig. 58-5). Si una cantidad suficiente de miocardio sufre lesión isquémica (v. fig. 58-12), se altera la función de bomba del VI: disminuye el gasto cardíaco, volumen sistólico, presión arterial y dP/dt y aumenta el volumen telesistólico. La magnitud del aumento del volumen telesis- tólico es quizá el factor predictivo de mortalidad tras un IMEST más potente.40 La paradójica expansión sistólica de una zona del miocardio ventricular disminuye aún más el volumen sistólico VI.41 Conforme los miocitos necróticos se deslizan entre sí, la zona del infarto se adelgaza y estira, sobre todo en pacientes con un infarto anterior extenso, lo que produce una expansión del infarto (v. más adelante). En algunos pacientes se establece un círculo vicioso de dilatación que genera mayor dilatación. Los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) pueden limitar el grado de dilatación ventricular, que depende estrechamente del tamaño del infarto, permeabilidad de la arteria relacionada con el infarto y activación del SRAA, incluso en ausencia de disfunción VI sintomática.42 Con el tiempo, el edema y finalmente la fibrosis (a través de mecanismos que ya se han comentado; v. fig. 58-9) aumentan la rigidez del miocardio infartado por encima y debajo de los valores anteriores al infarto. El aumento de rigidez en la zona de miocardio infartado mejora la función VI
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