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1631© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos ETANOL, 1631 Efectos del etanol sobre la estructura y la función de los miocitos cardíacos, 1631 Etanol e insuficiencia cardíaca, 1631 Etanol e hipertensión arterial sistémica, 1632 Etanol y metabolismo de los lípidos, 1632 Enfermedad arterial coronaria, 1632 Arritmias, 1633 Muerte súbita, 1633 COCAÍNA, 1634 Farmacología y mecanismos de acción, 1634 Isquemia e infarto de miocardio relacionados con la cocaína, 1634 Cocaetileno, 1636 Disfunción del miocardio inducida por cocaína, 1636 Arritmias, 1636 Disección de aorta, 1636 ANFETAMINAS, 1636 CATINONAS, 1637 CANNABINOIDES SINTÉTICOS, 1637 MA HUANG (EFEDRA), 1637 CATECOLAMINAS Y AGONISTAS DE LOS RECEPTORES ADRENÉRGICOS β, 1637 Bebidas energéticas, 1637 INHALANTES, 1637 FÁRMACOS ANTIRRETROVIRALES, 1638 AGONISTAS DE LA SEROTONINA, 1638 QUIMIOTERAPÉUTICOS, 1638 EXPOSICIONES AMBIENTALES, 1638 Contaminantes metálicos, 1638 Otras toxinas ambientales, 1639 DIRECCIONES FUTURAS, 1639 BIBLIOGRAFÍA, 1639 80 Miocardiopatías causadas por drogas, fármacos o toxinas RICHARD A. LANGE Y L. DAVID HILLIS Muchas toxinas, algunas utilizadas por una parte importante de la población, pueden afectar al corazón de forma negativa, por lo que es importante entender las múltiples formas en que estas sustancias pueden influir en el sistema cardiovascular. Este capítulo se centra en las exposiciones ambientales y en los fármacos que se prescriben habitualmente, así como en las drogas que más se consumen, como la cocaína y las anfetaminas. En el capítulo 81 se analizan con deta lle los efectos tóxicos de varios fármacos que se utilizan en la quimio terapia. ETANOL Se estima que dos tercios de los estadounidenses consumen alcohol de vez en cuando, y que alrededor del 10% lo consumen en grandes cantidades. A pesar de que la ingesta de una cantidad moderada de etanol (que generalmente se define como el consumo de entre tres y nueve copas a la semana) se ha asociado a una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares (fig. 80-1),1 la embriaguez y el consumo de cantidades excesivas tienen el efecto contrario. Cuando se ingiere en grandes cantidades, el etanol puede causar disfunción ventricular sistólica y/o diastólica, hipertensión arterial sistémica, angina de pecho, vasoespasmo coronario, arritmias, accidente cerebrovascular e incluso muerte súbita cardíaca. Efectos del etanol sobre la estructura y la función de los miocitos cardíacos El etanol puede causar lesiones en el miocardio a través de varios mecanismos (tabla 80-1).2,3 En primer lugar, el etanol y sus metabolitos acetaldehído y acetato pueden ejercer un efecto tóxico directo sobre los miocitos. En segundo lugar, las deficiencias de ciertas vitaminas (p. ej., tiamina), minerales (p. ej., selenio) o electrólitos (p. ej., magnesio, fósforo o potasio), que a veces se observan en los grandes consumidores de alcohol, pueden afectar negativamente a la función miocárdica. En tercer lugar, algunas sustancias que a veces contaminan las bebidas alcohólicas, como el plomo (que se encuentran con frecuencia en el al cohol destilado domésticamente o «luz de luna») o el cobalto, pueden dañar el miocardio. El etanol altera la relación excitacióncontracción, la sensibilidad y el mantenimiento del calcio, la fosforilación oxidativa mitocondrial y la contractilidad cardíaca, al afectar negativamente a la función de la membrana del sarcolema, el retículo sarcoplásmico, las mitocondrias y las proteínas contráctiles. En los estudios con el microscopio electrónico de los corazones de los animales de laboratorio poco después de haber ingerido mucho etanol, se observa dilatación del retículo sarcoplásmico y las mitocondrias hinchadas, las crestas fragmentadas y las vacuolas llenas de glucógeno. Tras la exposición prolongada al etanol, aparecen degeneración miofibrilar y fibrosis de sustitución. Además de los efectos del etanol sobre el aparato contráctil del miocardio, el consumo agudo o crónico puede influir negativamente en la síntesis de las proteínas miofibrilares y la apoptosis. Microscópicamente, en los corazones de los consumidores crónicos de etanol se observa un aumento de la acumulación de colágeno en la matriz extracelular, así como aumento de los enlaces cruzados intermoleculares. Etanol e insuficiencia cardíaca La ingestión crónica de grandes cantidades de etanol puede provocar disfunción ventricular izquierda diastólica y/o sistólica.3 En los grandes consumidores de etanol suele producirse disfunción diastólica, que está causada, al menos en parte, por la fibrosis intersticial del miocardio, incluso en ausencia de síntomas o signos evidentes. En alrededor de la mitad de los alcohólicos crónicos asintomáticos se observan evidencias ecocardiográficas de hipertrofia ventricular izquierda con conservación de la función sistólica. En la ecocardiografía Doppler (v. también capítulo 14) suele prolongarse el tiempo de relajación del ventrículo izquierdo, se reduce el pico temprano de la velocidad diastólica y se hace más lenta la aceleración del flujo diastólico precoz, todas manifestaciones de la disfunción diastólica ventricular izquier da. Incluso pequeñas cantidades de alcohol se asocian a un empeora miento agudo de la función diastólica, como se evalúa por la velocidad diastólica temprana (E’), su relación con la velocidad diastólica tardía (E’/A’) y la relación entre la velocidad diastólica temprana mitral y mio cárdica (E/E’).4 Puede observarse el aumento anormal de la presión de llenado del ventrículo izquierdo durante la carga de volumen o de presión. El etanol puede provocar disfunción ventricular izquierda sis tólica asintomática, incluso cuando es ingerido por individuos sanos en cantidades relativamente pequeñas, como ocurre en los sujetos que se consideran bebedores «sociales». Hasta en el 30% de los alcohólicos crónicos asintomáticos se observan pruebas ecocardiográficas de disfunción ventricular izquierda sistólica. Con el consumo continuado de grandes cantidades de etanol suelen desarrollarse síntomas y signos de insuficiencia cardíaca (v. también capítulo 21) como resultado de la miocardiopatía dilatada. De hecho, el consumo abusivo de etanol es Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1632 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX la causa principal de la miocardiopatía dilatada no isquémica en los países industrializados, y representa aproximadamente la mitad de las personas con este diagnóstico. La probabilidad de que se desarrolle miocardiopatía dilatada inducida por etanol se relaciona con la cantidad de etanol que se consume a lo largo de toda la vida: la mayoría de los hombres en los que se desarrolla ha consumido más de 80 g de etanol al día (es decir, 1 l de vino, ocho cervezas de tamaño estándar o 250 ml de licor fuerte) durante al menos 5 años. Al parecer, las mujeres son más sensibles que los hombres a los efectos cardiotóxicos del etanol, en las mujeres puede desarrollarse miocardiopatía dilatada después del consumo de cantidades más pequeñas de etanol al día y durante toda la vida. Aunque la ingestión de grandes cantidades de etanol se asocia a miocardiopatía dilatada no isquémica, en las personas que consumen alcohol de forma leve a moderada (525 g/día), la incidencia de insufi ciencia cardíaca congestiva es menor que en las que no beben nada.5,6 En los pacientes con disfunción ventricular izquierda, el consumo de leve a moderado de etanol no exacerba la insuficiencia cardíaca.7 En los sujetos con miocardiopatía isquémica, el consumo de etanolde leve a moderado puede reducir las tasas de mortalidad.8,9 Las personas con miocardiopatía dilatada inducida por etanol muy sintomática pueden manifestar una mejoría sustancial de la función sistólica del ventrículo izquierdo y de los síntomas de la insuficiencia cardíaca tras la abstinencia completa o si disminuye mucho su consumo de etanol (es decir, a menos de 60 g de etanol al día o el equivalente a cuatro copas estándar). Aunque la mayor parte de esta mejoría se produce en los primeros 6 meses de abstinencia, suele prolongarse durante hasta 2 años de observación. Etanol e hipertensión arterial sistémica Los expertos estiman que el etanol tiene importancia causal hasta en el 11% de los hombres con hipertensión (v. capítulo 46). Las personas que consumen más de dos copas al día son 1,52 veces más propensas a tener hipertensión que los no bebedores de la misma edad y el mismo sexo. Este efecto se relaciona con la dosis y es más prominente cuando la ingesta diaria de etanol es superior a dos copas (es decir, 30 g de etanol).10 El consumo «social» de etanol se asocia a un aumento modesto de la presión arterial sistólica, mientras que el consumo excesivo y prolongado de alcohol puede producir un aumento sustancial. Aunque no se conoce com pletamente el mecanismo por el que el etanol produce un aumento de la presión arterial sistémica, los estudios han demostrado que el consumo de etanol aumenta las concentraciones plasmáticas de catecolaminas, renina, cortisol y aldosterona, que pueden causar vasoconstricción arterial sistémica. En los individuos con hipertensión inducida por el etanol, la abstinencia suele normalizar la presión arterial sistémica. Etanol y metabolismo de los lípidos El consumo de etanol inhibe la oxidación de los ácidos grasos libres en el hígado, que estimula la síntesis hepática de triglicéridos y la secreción de colesterol de lipoproteínas de muy baja densidad. Por tanto, el consumo de etanol suele causar hipertrigliceridemia. Además, la ingestión de grandes cantidades puede causar un aumento de las concentraciones séricas de colesterol total y de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL). El consumo regular de etanol aumenta la concentración sérica de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL).11 Hay que animar a las personas con hiperlipidemia a que limiten su consumo de etanol. Enfermedad arterial coronaria El consumo excesivo de etanol se asocia a una mayor incidencia de enfermedad arterial coronaria ateroesclerótica, y a morbilidad y mortalidad cardiovasculares resultantes (v. también capítulo 61). Este aumento puede ser el resultado, al menos en parte, del aumento de la probabilidad de que los consumidores de grandes cantidades de etanol (en comparación con los no bebedores) tengan hipertensión arterial sistémica, aumento de la masa muscular del ventrículo izquierdo (con disfunción diastólica y/o sistólica concomitante) e hipertrigliceridemia (tabla 80-2). Por el contrario, la ingesta de etanol de leve a moderada (de dos a siete copas a la semana) se ha asociado a una disminución del riesgo de infarto de miocardio (IM), y morbilidad y mortalidad cardiovas culares en los hombres y en las mujeres.1215 Incluso en los hombres que ya tienen un riesgo bajo de enfermedad cardiovascular basado en el índice de masa corporal, la actividad física, el tabaquismo y la dieta, el consumo moderado de alcohol se asocia a un menor riesgo de IM (fig. 80-2).16 Este riesgo menor de morbilidad y mortalidad cardiovas culares en los consumidores de cantidades moderadas de etanol que en los no bebedores o en los que consumen grandes cantidades de etanol se apoya en numerosos estudios retrospectivos y prospectivos. Se observó que los franceses tienen una incidencia menor de enfermedad arterial coronaria que los habitantes de otros países a pesar de los altos índices de tabaquismo y de una dieta rica en grasas (la llamada paradoja francesa). Aunque esta disminución de la incidencia se atribuyó inicialmente a las propiedades antioxidantes y hemostáticas del vino tinto, posteriormente se registraron hallazgos similares en personas con un consumo de leve a moderado de otras bebidas alcohólicas y en otras poblaciones de estudio. Varios estudios de cohorte prospectivos han demostrado que los bebedores de cantidades moderadas de etanol tienen una probabilidad un 3070% menor de manifestar enfermedad arterial coronaria o accidente cerebrovascular que los no bebedores o los que consumen cantidades excesivas de etanol.17 Algunos estudios han indicado que el consumo de cualquier bebida alcohólica ejerce este efecto, mientras que otros indican que este efecto llamado cardioprotector es más intenso con el consumo de vino.18 Al parecer, el mecanismo o mecanismos por los que el FIGURA 80-1 Representación esquemática de las relaciones entre el consumo de alcohol y diversos trastornos cardiovasculares importantes. Los cuadros pequeños representan la relación aproximada entre el consumo de alcohol y el criterio de valoración cardiovascular correspondiente; la línea discontinua indica el riesgo en los no bebedores como grupo de referencia. (Tomado de Conen D. Alcohol consumption and incident cardiovascular disease; not just one unifying hypothesis. Eur Heart J 2015;36:897.) TABLA 80-1 Mecanismos de las lesiones cardíacas inducidas por etanol Efectos tóxicos directos Desacoplamiento de los sistemas de excitación/contracción Reducción del secuestro de calcio en el retículo sarcoplásmico Inhibición de la bomba de Na+/K+ dependiente de trifosfato de adenosina del sarcolema Reducción de la tasa respiratoria mitocondrial Alteración de la captación del sustrato Aumento de la síntesis de proteínas intersticial/extracelular Apoptosis de miocitos Efecto tóxico de los metabolitos Acetaldehído Etil ésteres Deficiencias nutricionales o de metales traza Tiamina Selenio Trastornos electrolíticos Hipomagnesemia Hipopotasemia Hipofosfatemia Aditivos tóxicos Cobalto Plomo Arsénico Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1633 M io card io p atías cau sad as p o r d ro g as, fárm aco s o to xin as 80 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . consumo de cantidades moderadas de etanol reduce el riesgo cardiovas cular son multifactoriales, y el consumo moderado ejerce varios efectos beneficiosos: 1) aumento de las concentraciones séricas de colesterol HDL, apolipoproteína AI y adiponectina; 2) inhibición de la agregación plaquetaria; 3) disminución de la concentración sérica de fibrinógeno; 4) aumento de la actividad antioxidante (debido a los compuestos fenóli cos y flavonoides que contiene el vino tinto); 5) efectos antiinflamatorios (con concentraciones más bajas de linfocitos y de la proteína C reactiva); 6) mejora de la fibrinólisis (debido al aumento de las concentraciones del activador del plasminógeno tisular endógeno y a la disminución concomitante de la actividad del inhibidor del activador del plasminógeno endógeno), y 7) mejora de la sensibilidad a la insulina (fig. 80-3).2,19 El efecto cardioprotector del alcohol es diferente en los hombres y en las mujeres (fig. 80-4). El efecto beneficioso máximo del etanol se produce en dosis más bajas en las mujeres que en los hombres, y el rango de consumo de alcohol en el que es protector es más amplio en los hombres que en las mujeres. Además, el efecto cardioprotector relativo del etanol es mayor en las personas de mediana edad y en las de edad avanzada que en los adultos jóvenes.20 El consumo de leve a moderado de etanol se asocia a una disminución similar del riesgo de enfermedad arterial coronaria enlos hombres y en las mujeres diabéticos y no diabéticos.21 En los pacientes que sobreviven a un IM, el consumo moderado de etanol parece reducir el riesgo de mortalidad posterior.8,22,23 En los pacientes que sufren un IM agudo, el pronóstico es mejor en los que consumen alcohol de forma leve a moderada que en los abstemios o en los que consumen demasiado alcohol, aunque parece que la ingestión reciente de etanol no reduce el tamaño del infarto o la propensión a la aparición posterior de arritmias o de insuficiencia cardíaca. Arritmias El consumo de etanol se asocia a una variedad de arritmias auriculares y ventriculares, con más frecuencia: 1) extrasístoles auriculares o ventriculares; 2) taquicardia supraventricular; 3) aleteo auricular; 4) fibrilación auricular; 5) taquicardia ventricular, o 6) fibrilación ven tricular (v. también capítulos 35, 38 y 39). La arritmia más frecuente producida por el etanol es la fibrilación auricular. El etanol tiene importancia causal en cerca de un tercio de los sujetos con fibrilación auricular de nueva aparición; en los menores de 65 años, puede ser responsable de hasta dos terceras partes. La mayoría de los episodios se producen después de beber en exceso, por lo general los fines de semana o los días festivos –de ahí el término «corazón de fiesta»–. Las pruebas electrofisiológicas en personas sin enfermedad cardíaca han demostrado que el etanol aumenta la vulnerabilidad a la inducción de aleteo y fibrilación auriculares. El tratamiento de estas arritmias provocadas por el etanol es la abstinencia. El etanol puede ser arritmógeno a través de varios mecanismos. En muchos consumidores de etanol, pueden existir factores concomitantes que predisponen a las arritmias, como el tabaquismo, los trastornos electrolíticos, las alteraciones metabólicas, la hipertensión y la apnea del sueño. La ingestión aguda de etanol produce diuresis, que se acompaña de la pérdida urinaria concomitante de sodio, potasio y magnesio. La presencia de fibrosis miocárdica intersticial, hipertrofia ventricular, miocardiopatía o disfunción autónoma también puede aumentar la probabilidad de arritmias. En los pacientes que consumen alcohol o que tienen el síndrome de abstinencia también se han observado prolongación del intervalo QT, disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, disminución de la modulación vagal y disminución de la sensibilidad barorrefleja.24 Muerte súbita En los sujetos sin enfermedad cardíaca conocida, la disminución de la mortalidad cardiovascular que se asocia al consumo moderado de etanol se asocia, en gran medida, a una reducción de la incidencia de muerte súbita (fig. 80-5) (v. también capítulo 42). De los más de 21.000 hombres que participaron en el Physicians Health Study,25 los que consumían de dos a cuatro o de cinco a seis copas a la semana tenían un riesgo de muerte súbita significativamente menor (riesgos relativos, 0,4 y 0,21, respectivamente) en comparación con los que no bebían nunca o rara vez. En contraste, el consumo excesivo de etanol (es decir, seis copas al día o más) o la embriaguez se asociaron a un riesgo mayor de muerte súbita. El consumo excesivo de etanol se asocia a una mayor incidencia de muerte súbita independiente de la presencia de enfermedad arterial coronaria. La incidencia de muerte TABLA 80-2 Efectos cualitativos del consumo de alcohol de leve a moderado y excesivo sobre los factores de riesgo cardiovascular, y resultados facTorEs dE riEsGo cardiovascular y rEsulTados consumo dE alcohol dE lEvE a modErado (< 2 copas al dÍa) consumo dE alcohol EXcEsivo (> 2 copas al dÍa) Presión arterial ↔ ↑↑ Colesterol HDL ↑↑ ↑↑↑ Triglicéridos ↑ ↑↑ Colesterol LDL ↔ o ↓ ↑ Agregación plaquetaria/ coagulación ↓ ↓↓ Inflamación sistémica ↓ ↑ Insuficiencia cardíaca congestiva ↓ ↑↑ Enfermedad arterial coronaria (angina, IM no mortal) ↓↓ ↔ o ↑ Fibrilación auricular ↔ ↑↑ Accidente cerebrovascular ↓ ↑↑ Muerte súbita cardíaca ↓↓ ↑ FIGURA 80-2 Riesgo relativo de infarto de miocardio (IM) según el consumo diario de alcohol en los hombres con bajo riesgo de enfermedad cardiovascular, basado en el índice de masa corporal, la actividad física, el tabaquismo y la dieta. El consumo moderado de alcohol se asocia a un menor riesgo de IM. FIGURA 80-3 Porcentaje de cambio de diversas variables serológicas debido a la ingestión de etanol. El consumo de etanol, 30 g al día durante 1 a 9 semanas, se asoció a un aumento de las concentraciones séricas del antígeno del activador del plasminógeno tisular (t-PA), el colesterol HDL, la apolipoproteína A-I (Apo A-I), los triglicéridos séricos y el plasminógeno sérico, así como a la disminución de las concentraciones séricas de fibrinógeno y lipoproteína(a) (Lp[a]). La reducción del riesgo de episodios cardiovasculares que se observa en los sujetos que consumen cantidades moderadas de etanol puede estar causada, al menos en parte, por estos cambios beneficiosos en las variables serológicas. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1634 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX súbita inducida por etanol aumenta con la edad y con la cantidad de etanol que se ingiere. Por ejemplo, la ingestión diaria de más de 80 g de etanol se asocia a un aumento de la incidencia de la mortalidad del triple en comparación con el consumo diario de una cantidad menor. COCAÍNA Actualmente, la cocaína es la droga que más se consume entre los sujetos que buscan asistencia médica en los servicios de urgencias de los hospitales, y es la causa más frecuente de mortalidad relacio nada con las drogas, según han informado los médicos forenses, en EE. UU. Su consumo se ha asociado a un número de complicaciones cardiovasculares relacionadas con la cocaína, como la angina de pe cho, el IM, las miocardiopatías, la disección aórtica y la muerte súbita (tabla 80-3). Farmacología y mecanismos de acción La cocaína (benzoilmetilecgonina) es un alcaloide que se extrae de la hoja del arbusto Erythroxylon coca, que crece principalmente en América del Sur. Está disponible en dos formas: la sal de clorhidrato y la «base». El clorhidrato de cocaína se prepara disolviendo el alcaloide en ácido clorhídrico para formar un polvo o un granulado soluble en agua, que se puede ingerir por vía oral, intravenosa o intranasal (lo que se denomina mascar, chutarse o esnifar, respectivamente). La base se fabrica procesando la cocaína con amoníaco o bicarbonato sódico. A diferencia de la forma de clorhidrato, la «base» de cocaína es estable al calor, por lo que puede fumarse. Se conoce como «crack», por el sonido de chasquido que hace cuando se calienta. El clorhidrato de cocaína se absorbe bien a través de todas las mucosas, por lo que los consumidores pueden conseguir una alta concentración en sangre tras la administración intranasal, sublingual, vaginal o rectal. La vía de administración determina la rapidez de aparición y la duración de la acción. La euforia asociada a fumar crack aparece en cuestión de segundos y es de corta duración. El crack se considera la forma más potente y adictiva de la droga. La cocaína es metabolizada por las colines- terasas séricas y hepáticas a metabolitos hidrosolubles (principalmente benzoilecgonina y ecgonina metil éster), que se excretan en la orina. Debido a que la semivida de la cocaína en el suero es de 45-90 min, solo puede detectarse en la sangre o en la orina durante varias horas después de su consumo. Sin embargo, sus metabolitos persisten en la sangre o en la orina durante 24-36 h después de su administración. Cuando se aplica localmente,la cocaína actúa como un anestésico porque inhibe la permeabilidad de la membrana al sodio durante la despolarización, bloqueando así el inicio y la transmisión de las señales eléctricas. Cuando se administra por vía sistémica, bloquea la recaptación presináptica de noradrenalina y dopamina, produciendo un exceso de estos neurotransmisores en el sitio del receptor post-sináptico (fig. 80-6). En resumen, la cocaína actúa como un potente simpaticomimético. Isquemia e infarto de miocardio relacionados con la cocaína Desde 1982, en numerosos informes se ha asociado el consumo de cocaína con la isquemia y el infarto de miocardio (v. también capítu- los 57, 59 y 60).26 La isquemia o el infarto de miocardio relacionados con la cocaína pueden estar causados por: 1) aumento de la demanda de oxígeno del miocardio en el entorno de un aporte de oxígeno limitado o FIGURA 80-4 Riesgo relativo de mortalidad total e ingestión de alcohol en mujeres (A) y hombres (B) en EE. UU., Europa y otros países (Australia, Japón y/o China). Se observa una relación en forma de J entre el consumo de alcohol y la mortalidad total tanto en los hombres como en las mujeres. El consumo de alcohol, hasta un máximo de cuatro copas al día en los hombres y de dos copas al día en las mujeres, se ha asociado inversamente con la mortalidad total. Dosis más altas de alcohol se asocian a una mortalidad mayor. En las mujeres, la asociación inversa desaparece con dosis más bajas que en los hombres. FIGURA 80-5 Consumo de etanol y riesgo de muerte súbita cardíaca en los médicos hombres en EE. UU. En comparación con los que habían tomado menos de una copa al mes (barra del extremo izquierdo), los que consumían cantidades pequeñas o moderadas de etanol (barras del centro) tenían un menor riesgo de muerte súbita cardíaca. Por el contrario, el riesgo era mayor en los que consumían al menos dos copas al día (barra del extremo derecho). TABLA 80-3 Complicaciones cardiovasculares del consumo de cocaína Isquemia del miocardio Angina de pecho Infarto de miocardio Muerte súbita Arritmias Edema pulmonar Miocarditis Endocarditis Disección aórtica Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1635 M io card io p atías cau sad as p o r d ro g as, fárm aco s o to xin as 80 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . fijo; 2) vasoconstricción arterial coronaria notable, y 3) aumento de la agregación plaquetaria y formación de trombos (fig. 80-7). Por sus efectos simpaticomiméticos, la cocaína aumenta los tres facto res principales determinantes de la demanda de oxígeno en el miocardio: la frecuencia cardíaca, la tensión de la pared ventricular izquierda y la contractilidad del ventrículo izquierdo. Al mismo tiempo, incluso la ingestión de pequeñas cantidades de la droga causa vasoconstricción de las arterias coronarias epicárdicas (que se denomina vasoconstricción inadecuada), por lo que disminuye el aporte de oxígeno al miocardio cuando aumenta la demanda. La cocaína produce vasoconstricción en las arterias coronarias normales, pero ejerce un efecto vasoconstrictor especialmente notable en los segmentos enfermos. Como resultado, los consumidores de cocaína con enfermedad arterial coronaria ateroes clerótica probablemente tienen un riesgo especialmente alto de que se produzca un episodio isquémico después del consumo de cocaína. La vasoconstricción arterial coronaria producida por la cocaína es el resultado, principalmente, de la estimulación de los receptores adrenérgicos α de las arterias coronarias, debido a que la fentolamina (un antagonista adrenérgico α) la invierte y el propranolol (un antagonista adrenérgico β) la exacerba. Además, la cocaína hace que aumente la producción endotelial de endotelina (un potente vasoconstrictor) y que disminuya la producción de óxido nítrico (un vasodilatador potente), lo que también puede fomentar la vasoconstricción. El consumo de cocaína puede aumentar la activación y la agregación plaquetarias, así como aumentar las concentraciones del inhibidor del activador del plasminógeno y el factor de von Willebrand liberado por las células endoteliales, que puede promover la acumulación de trombos. La presencia de enfermedad arterial coronaria ateroes clerótica prematura, que se ha observado en estudios post mortem de consumidores de cocaína a largo plazo, puede proporcionar un nido para la trombosis. En estudios in vitro se ha demostrado que la cocaína provoca anomalías estructurales en la barrera de células endoteliales –esto aumenta su permeabilidad al LDL y la expresión de las moléculas de adherencia endotelial (favoreciendo así la migración de leucocitos), y todo ello se asocia a aterogenia–. El dolor torácico es la queja cardiovascular más frecuente de los pacientes que buscan asistencia médica tras el consumo de cocaína. Aproximadamente, el 6% de los que llegan al servicio de urgencias con dolor torácico asociado a la cocaína tienen pruebas enzimáticas de necrosis del miocardio. La mayoría de los sujetos con IM relacionado con la cocaína son hombres, jóvenes, no caucásicos, fumadores, sin otros factores de riesgo para la ateroesclerosis, con antecedentes de consumo repetido de cocaína (tabla 80-4). Los efectos perjudiciales de la cocaína sobre el aporte y la demanda de oxígeno del miocardio se exacerban sustancialmente por el consumo concomitante de cigarrillos, que por sí mismo produce vasoconstricción arterial coronaria a través de un mecanismo adrenérgico α. Cuando se consume cocaína y se fuma a la vez, la frecuencia cardíaca y la presión arterial sistémica aumentan mucho, y la vasoconstricción arterial coronaria es más intensa que cuando se consume cualquiera de ellos solo. En los sujetos que se considera que, por otra parte, tienen un riesgo bajo de IM, el riesgo de infarto aumenta 24 veces durante los 60 min posteriores al consumo de cocaína. Al parecer, el que se produzca un IM después de consumir cocaína no se relaciona con la cantidad ingerida, la vía de administración y la frecuencia de su uso: se ha informado de que se han producido infartos relacionados con la cocaína con dosis de 200 a 2.000 mg, tras la ingestión por todas las vías, y en los usuarios habituales y en los que consumían por primera vez. Aproximadamente, la mitad de los pacientes con IM relacionado con la cocaína no tienen evidencias angiográficas de enfermedad arterial coronaria ateroes clerótica. Por tanto, cuando los sujetos sin o con pocos factores de riesgo para la ateroesclerosis, en especial los que son jóvenes o tienen antecedentes de consumo de drogas, se presentan con un IM agudo, deben analizarse muestras de sangre y de orina buscando cocaína y sus metabolitos. Las complicaciones cardiovasculares de los IM rela cionados con la cocaína son relativamente poco fre cuentes. Se producen arritmias ventriculares en el 417%, insuficiencia cardíaca congestiva en el 57% y la muerte en menos del 2%. Esta baja incidencia de complicaciones se debe, al menos en parte, a la edad joven y a la ausencia de enfermedad arterial coronaria multivaso extensa en la mayoría de los pacientes con infarto relacionado con la cocaína. Si se presentan complicaciones, la mayoría FIGURA 80-6 Mecanismo por el que la cocaína altera el tono simpático. La cocaína bloquea la recaptación de noradrenalina por las neuronas preganglionares (aspa), por lo que hay una cantidad excesiva de este neurotransmisor en los sitios de los receptores posganglionares. FIGURA 80-7 Mecanismos por los que la cocaína puede inducir isquemia o infarto de miocardio. La cocaína puede producir isquemia o infarto de miocardio al aumentar los determinantesde la demanda de oxígeno del miocardio en el entorno de un suministro de oxígeno limitado (arriba), lo que produce vasoconstricción arterial coronaria intensa (centro) o induce ateroesclerosis acelerada y trombosis (abajo). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1636 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX se produce en las 12 h siguientes al ingreso hospitalario. Tras el alta hospitalaria, el consumo de cocaína continuado y el dolor torácico recurrente son frecuentes. En ocasiones, un paciente tiene un IM re currente no mortal o mortal. Cocaetileno En los individuos que consumen cocaína junto con etanol, la transes- terificación hepática da lugar a la producción de un metabolito único, el cocaetileno. Este metabolito suele detectarse post mortem en los sujetos que se cree que han fallecido por intoxicación con cocaína y etanol. Al igual que la cocaína, el cocaetileno bloquea la recaptación de dopamina en la hendidura sináptica, lo que posiblemente potencia los efectos tóxicos sistémicos de la cocaína. De hecho, en los animales de laboratorio, el cocaetileno es más letal que la cocaína. En los seres humanos, la combinación de cocaína y etanol produce un aumento sus- tancial de la demanda de oxígeno del miocardio. El consumo concomitante de cocaína y etanol se asocia a una mayor incidencia de discapacidad y mortalidad que el consumo de cualquiera de estas sustancias sola. Los individuos que se cree que han fallecido por una sobredosis de cocaína y etanol combinados tienen concentraciones mucho más bajas de cocaína en la sangre que los que se cree que han fallecido por una sobredosis de cocaína sola, lo que indica un efecto aditivo o sinérgico del etanol sobre los episodios cardiovasculares catastróficos que produce la cocaína. Disfunción del miocardio inducida por cocaína El consumo de cocaína a largo plazo se ha asociado a hipertrofia ventricular izquierda, así como a disfunción ventricular izquierda dias tólica y/o sistólica. En un estudio reciente,26 la resonancia magnética cardíaca detectó anomalías cardíacas en el 71% de los cocainómanos asintomáticos. Los hallazgos principales fueron un descenso de la función sistólica de ambos ventrículos, un aumento de la masa ventricular izquierda y la presencia de fibrosis local (realce tardío con gadolinio). Había una asociación significativa entre años de consumo de cocaína y probabilidad de disfunción sistólica ventricular izquierda. Además de los efectos sobre el rendimiento del miocardio, el consumo de cocaína a largo plazo puede causar un deterioro agudo de la función ventricular izquierda sistólica y/o diastólica o discinesia apical transitoria (también llamada miocardiopatía de takotsubo o «síndrome del corazón roto») (v. también capítulo 25). La cocaína puede afectar negativamente a la función sistólica del ventrículo izquierdo por varios mecanismos. En primer lugar, como se mencionó anteriormente, la cocaína puede producir isquemia o infarto de miocardio. En segundo lugar, la estimulación simpática repetitiva profunda que produce la cocaína es similar a la que se observa en los pacientes con feocromocitoma; puede causar miocardiopatía y los cambios microscópicos característicos de la necrosis en bandas de contracción subendocárdica. En tercer lugar, la administración concomitante de adulterantes o los microorganismos infecciosos pueden causar miocarditis, que se ha observado en alguna ocasión en los consumidores de cocaína por vía intravenosa cuando se ha hecho un estudio post mortem. En cuarto lugar, los estudios en animales de laboratorio han demostrado que la cocaína aumenta la producción de especies reactivas de oxígeno, altera la producción de citocinas en el endotelio y en los leucocitos circulantes, estimula la trans cripción de los genes responsables de los cambios en la composición del colágeno del miocardio y la miosina, y produce apoptosis de los miocitos. Arritmias Aunque la cocaína puede producir arritmias cardíacas (tabla 80-5), no está bien definido su potencial arritmógeno preciso. En muchos casos, las arritmias que se atribuyen a la cocaína se producen en el contexto de profundas alteraciones hemodinámicas o metabólicas, como hipotensión, hipoxemia, convulsiones o IM. Sin embargo, debido a la capacidad de la cocaína para bloquear los canales del sodio y el potasio, y para aumentar la activación simpática, se considera una causa probable de arritmias cardíacas.28 Para que se desarrollen arritmias letales tras el consumo de cocaína puede ser necesario un sustrato subyacente de anomalías del miocardio. Las arritmias potencialmente mortales y la muerte súbita asociadas al consumo de cocaína son más frecuentes en personas con isquemia o infarto de miocardio o en aquellos con lesiones miocelulares no isquémicas. El consumo de cocaína a largo plazo se asocia a aumento de la masa y el grosor de la pared del ven trículo izquierdo, que es un factor de riesgo de las arritmias ventriculares. La cocaína puede afectar a la generación y la conducción de los impulsos cardíacos por varios mecanismos. En primer lugar, sus propiedades simpaticomiméticas pueden aumentar la irritabilidad ven tricular y reducir el umbral para la fibrilación. En segundo lugar, inhibe la generación y la conducción del potencial de acción (es decir, prolonga los intervalos QT y QRS) como resultado de sus efectos bloqueantes del canal del sodio. Al hacerlo, actúa de manera similar a la de un fármaco antiarrítmico de clase I. En consecuencia, se han observado caracterís ticas electrocardiográficas de tipo Brugada y torsades de pointes tras el consumo de cocaína. En tercer lugar, la cocaína aumenta la concen tración intracelular de calcio, que puede causar posdespolarizaciones y arritmias ventriculares disparadas. En cuarto lugar, reduce la actividad vagal, potenciando así sus efectos simpaticomiméticos. Disección de aorta Debido a que la rotura o la disección de aorta se han relacionado temporalmente con el consumo de cocaína, deben considerarse una posible causa de dolor torácico en los consumidores de cocaína (v. también capítulo 63). La cocaína se ha considerado un factor causal en el 0,5 al 37% de los casos de disección de aorta, con un intervalo promedio desde el consumo de cocaína a la aparición de los síntomas de 12 h (rango, 024).29 Probablemente, la disección es el resultado del aumento de la presión arterial sistémica inducido por la cocaína. Además de la rotura de aorta, se ha observado la rotura de aneurismas micóticos e intracerebrales relacionada con la cocaína. ANFETAMINAS Las anfetaminas se prescribían antes para el tratamiento de la obesidad, el trastorno por déficit de atención y la narcolepsia; ahora, su uso está estrictamente limitado. Las anfetaminas que más se consumen son la TABLA 80-4 Características de los pacientes con infarto de miocardio (IM) provocado por la cocaína Dosis de cocaína Desde 5-6 rayas (150 mg) hasta 2 g Concentración sérica, 0,01-1,02 mg/l Frecuencia de consumo Se ha observado en consumidores crónicos, por ocio y en los que consumían por primera vez Vía de administración Se produce con todas las vías de administración El 75% de los IM registrados se produjeron después del consumo intranasal Edad Promedio, 34 años (rango, 17-71 años) El 20% son menores de 25 años Sexo El 80-90% son hombres Momento en que se produce Suele ocurrir unos minutos después del consumo de cocaína Se han observado casos que se han producido 5-15 h después del consumo TABLA 80-5 Arritmias cardíacas y trastornos de la conducción observados con el consumo de cocaína Taquicardiasinusal Bradicardia sinusal Taquicardia supraventricular Bloqueo de rama Bloqueo cardíaco completo Ritmo idioventricular acelerado Taquicardia ventricular Fibrilación ventricular Asistolia Torsades de pointes Patrón de Brugada (bloqueo de rama derecha del haz de His con elevación del segmento ST en las derivaciones V1, V2 y V3) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1637 M io card io p atías cau sad as p o r d ro g as, fárm aco s o to xin as 80 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . dextroanfetamina, la metcatinona, la metanfetamina, el metilfenidato, el etilfenidato, la efedrina, la propilhexedrina, la fenmetracina y la 3,4meti lenodioximetanfetamina (MDMA, también conocido como éxtasis). En los últimos años se han registrado muchas muertes por exposición a parametoximetanfetamina (PMMA, también denominada Muerte y Dr. Muerte), una anfetamina con estructura similar al MDMA, pero bastante más tóxica.30 El cristal es la pasta base de la metanfetamina, y puede inhalarse, fumarse o inyectarse. Puesto que las anfetaminas son sustancias simpaticomiméticas, su uso se ha asociado a hipertensión arterial sistémica, enfermedad arterial coronaria prematura, síndromes coronarios agudos, IM, lesiones del miocardio compatibles con exceso de catecolaminas, disección de aorta y arritmias mortales.31 De forma similar a la cocaína, las anfetaminas pueden producir vasoconstricción arterial coronaria intensa con o sin formación de trombos. Por último, puede desarrollarse miocardiopatía dilatada después del consumo repetitivo de anfetaminas, pero se recupera la función cardiovascular cuando se suspende el consumo. Aunque los informes de casos iniciales indicaban que los estimulantes recetados para el tratamiento del tras torno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) se relacionaban con episodios cardiovasculares adversos (por lo que la Food and Drug Administration emitió una advertencia de recuadro negro en 2006), en estudios posteriores se ha demostrado que el uso de fármacos para el TDAH no se asocia a un riesgo mayor de episodios cardiovasculares graves en niños32 (fig. 80-8) o en adultos jóvenes o de mediana edad.33 CATINONAS Las catinonas se unen a los transportadores monoamina de la dopa mina, la serotonina y la noradrenalina, lo que explica sus propiedades simpaticomiméticas. Al igual que la cocaína y las anfetaminas, estas sustancias producen efectos estimulantes y, por tanto, a veces se utilizan como sustitutos de las drogas tradicionales. Las hojas de khat (Catha edulis) se mastican para conseguir la acción estimulante central de la catinona que contienen. El uso de khat es muy prevalente en los países de Oriente Medio y de África del Este, en especial Somalia y Yemen, y es un problema emergente en Australia y en Europa. Mascar khat se ha relacionado con el IM, la miocardiopatía dilatada, enfermedades vasculares (como la hipertensión y el accidente cerebrovascular) y la tromboembolia.34 Mascar khat es un factor de riesgo independiente del IM agudo: se ha demostrado que los que consumen khat de forma moderada tienen un alto riesgo (razón de posibilidades, 7,6), y los que lo consumen en exceso tienen un riesgo aún mayor (razón de posibilidades, 22,3).35 Muchas catinonas sintéticas (mefedrona, metilenodioxipirovalerona [MDPV] y metilona), que se conocen en la calle como miau miau, han vuelto a ganar popularidad como drogas de diseño, en particular entre los jóvenes.36 Estos compuestos se comercializan como «sales de baño» o «abono para plantas» y en la etiqueta aparece «no apto para el consumo humano» para eludir las restricciones legales sobre el consumo de drogas. Se utilizan por vía oral, insuflación nasal («esnifado»), inyección intramuscular o intravenosa, e inserción rectal, aunque lo más frecuente es la insuflación nasal o la ingestión oral (o ambos). Las catinonas sintéticas se han asociado a miocarditis y muerte súbita. CANNABINOIDES SINTÉTICOS Estas drogas consisten en material vegetal seco psicoactivamente inerte rociado con agonistas de los receptores de cannabinoides sintéticos. Se comercializan como incienso y en las calles son más conocidos como «spice» y «K2». Cuando se fuman producen un efecto como el de la marihuana; su uso se ha asociado a IM en adolescentes.37,38 MA HUANG (EFEDRA) El suplemento dietético efedra, también conocido como ma huang, contiene efedrina y su enantiómero seudoefedrina. El ma huang aumenta las catecolaminas en las zonas sinápticas del cerebro y el corazón, así como estimula directamente los receptores adrenérgicos α y β. Como resultado, suele producir un aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el gasto cardíaco y la resistencia periférica. Su uso se ha asociado a accidente cerebrovascular, IM, muerte súbita y miocardiopatía. CATECOLAMINAS Y AGONISTAS DE LOS RECEPTORES ADRENÉRGICOS β Las catecolaminas, administradas exógenamente o secretadas por un tumor neuroendocrino (p. ej., feocromocitoma o neuroblastoma), pueden pro ducir miocarditis aguda (con necrosis focal del miocardio e inflamación), miocardiopatía, taquicardia y arritmias. Se han descrito anomalías similares con el uso excesivo de inhalantes agonistas adrenérgicos β y metilxantinas en pacientes con enfermedad pulmonar grave. La administración de agonistas de los receptores adrenérgicos β o de catecolaminas (es decir, dobutamina o adrenalina, respectivamente) se ha asociado a la aparición de discinesia apical del ventrículo izquierdo transitoria e inversiones de la onda T en el electrocardiograma; esta entidad se conoce como miocardiopatía de takotsubo o por estrés (v. también capítulo 25). Varios mecanismos pueden ser responsables de la lesión del miocardio aguda y crónica que se asocia a las catecolaminas. Pueden ejercer un efecto tóxico directo sobre el miocardio a través de cambios del tono autónomo, aumento de la movilidad de los lípidos, sobrecarga de calcio, producción de radicales libres o aumento de la permeabilidad del sarcolema. Alternativamente, la lesión del miocardio puede ser secundaria a un aumento sostenido de la demanda de oxígeno del miocardio y/o una disminución del aporte de oxígeno al miocardio (esto último causado por vasoconstricción arterial coronaria inducida por catecolaminas o agregación plaquetaria). Bebidas energéticas Las consultas en urgencias relacionadas con las bebidas energéticas han aumentado más del doble hasta más de 20.000 consultas anuales. Las complicaciones cardiovasculares por ingestión de bebida energética son arritmias (p. ej., fibrilación auricular, taquicardia supraventricular, fibrilación ventricular, torsades de pointes), IM y parada cardíaca, a menudo en personas jóvenes.39 Los efectos adversos y tóxicos asociados a las bebidas energéticas se han atribuido a: 1) alto contenido de cafeína y a su consumo habitualmente excesivo o rápido; 2) consumo por personas jóvenes que es posible que no hayan tomado antes cafeína y sean propensas a beber volúmenes elevados; 3) mezcla con alcohol y otras sustancias, y 4) otros ingredientes de dichas bebidas que pueden aumentar los riesgos cardiovasculares. INHALANTES Los inhalantes se pueden clasificar como disolventes orgánicos, nitritos orgánicos (como el nitrito de amilo o el butilo de amilo) y el óxido nitroso. Los disolventes orgánicos comprenden el tolueno (pegamento FIGURA 80-8 Tasas ajustadas de episodios cardiovasculares graves debido al uso de fármacos para el TDAH. El uso de fármacos para el TDAH no se asocia a un mayor riesgo de episodios cardiovasculares graves. (Tomado de Cooper WO, Habel LA, Sox CM, et al: ADHD drugs and serious cardiovascularevents in children and young adults. N Engl J Med 2011;365:1896.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1638 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX de los aviones, cemento de caucho y disolventes de pintura), el freón, el queroseno, la gasolina, el tetracloruro de carbono, los aerosoles de pinturas acrílicas, el betún para zapatos, los desengrasantes (tri cloroetileno), los quitaesmaltes, los líquidos de corrección tipográfica, los adhesivos, los rotuladores permanentes, los ambientadores, los de sodorantes, los productos para limpieza en seco y el líquido de los mecheros. Estos disolventes suelen inhalarlos niños o adolescentes jóvenes (se denomina oler, esnifar o espolvorear). En ocasiones, el consumo agudo o crónico de inhalantes produce alteraciones cardíacas, sobre todo arritmias; con poca frecuencia, el uso de inhalantes se ha asociado a miocarditis, IM y muerte súbita. La inhalación de freón, por ejemplo, sensibiliza el miocardio frente a las catecolaminas; en estos sujetos se han descrito arritmias mortales cuando se sobresaltan durante la inhalación. FÁRMACOS ANTIRRETROVIRALES Se ha observado que las personas que reciben tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) tienen hipertrigliceridemia grave (triglicéridos séricos > 1.000 mg/dl), aumentos notables de la lipoproteína(a) e hiperco lesterolemia, aumento de la concentración de colesterol LDL y disminución de la concentración de colesterol HDL, y resistencia a la insulina. Por tanto, no es de extrañar que estos pacientes tengan un riesgo mayor de ateroes clerosis (v. también capítulo 82). En estudios epidemiológicos se han relacionado algunos fármacos antirretrovirales (algunos inhibidores de la transcriptasa inversa de nucleósidos [es decir, regímenes que contienen didanosina o abacavir] e inhibidores de la proteasa [es decir, el indinavir y el lopinavir/ritonavir]) con un riesgo mayor de cardiopatía coronaria. Por el contrario, los inhibidores de la transcriptasa inversa de no nucleósidos, los inhibidores de la entrada y los inhibidores de la integrasa no parece que aumenten el riesgo de cardiopatía coronaria.40 AGONISTAS DE LA SEROTONINA El uso farmacológico de los agonistas de la serotonina, como la ergotamina y la metisergida (tratamiento de las migrañas), la bromo criptina, la cabergolina y la pergolida (tratamiento de la enfermedad de Parkinson), y la fenfluramina y la dexfenfluramina (anorexígenos) se ha asociado a valvulopatía izquierda y derecha (tabla 80-6). El uso recreativo y regular de MDMA (éxtasis) también se ha asociado a valvulopatía.41 Los hallazgos ecocardiográficos e histopatológicos se parecen a los que se han descrito en los pacientes con síndrome carcinoide. Macroscópicamente, las valvas de la válvula y las cuerdas tendinosas se engrosan y tienen un aspecto blanco brillante. His tológicamente, la estructura de las valvas está intacta, pero aparece un revestimiento de tipo placa en las valvas y las estructuras cordales, y se observan miofibroblastos proliferativos que rodean una matriz extracelular abundante. Dos fármacos que se utilizan para tratar las migrañas, la ergotamina y los triptanos, se han asociado a IM agudo.42 La ergotamina produce vasoconstricción de las arterias intracerebrales y extracraneales; en raras ocasiones, su uso se ha asociado a vasoespasmo arterial coronario y a IM agudo. Sus efectos vasoconstrictores se exageran por la ingestión de cafeína concomitante o el uso de bloqueadores adrenérgicos β. Los triptanos, agonistas selectivos de la 5hidroxitriptamina, también ejercen sus efectos terapéuticos mediante la inducción de vasoconstricción arterial cerebral. Han aparecido varios informes de pacientes en los que se produjeron vasoespasmo coronario e IM agudo tras la administración de dosis terapéuticas de sumatriptán o zolmitriptán; algunos de estos IM se complicaron por taquicardia/fibrilación ventricular y muerte súbita cardíaca. Después de tomar sumatriptán se han observado cambios electrocardiográficos indicativos de isquemia cardíaca (en ausencia de enfermedad arterial coronaria ateroesclerótica), prolongación QT y torsades de pointes. QUIMIOTERAPÉUTICOS Varios antineoplásicos pueden alterar la función cardíaca y algunos causan hipertensión, miocardiopatía aguda, isquemia o infarto miocárdico, pericarditis, arritmias, prolongación del intervalo QT y/o muerte súbita (v. capítulo 81). EXPOSICIONES AMBIENTALES La exposición a contaminantes ambientales y/o toxinas puede producirse por tres vías diferentes: inhalación, ingestión o absorción cutánea. La respuesta fisiológica a un contaminante ambiental puede diferir entre las personas por diferencias en su estado de salud subyacente o por polimorfismos en los genes que codifican las enzimas desintoxicantes, además de otros factores. En el siguiente apartado se analizan los efectos cardiovasculares de los contaminantes metálicos y otras toxinas ambientales. Los efectos de la contaminación del aire en las enfermedades cardiovasculares se exponen en el capítulo 52. Contaminantes metálicos Tanto los estudios epidemiológicos como los experimentales indican que los metales (p. ej., cadmio y plomo) y los metaloides (p. ej., arsénico) se asocian a la aparición de enfermedades cardiovasculares. Cobalto A mediados de la década de los sesenta, se describió una forma aguda y fulminante de miocardiopatía dilatada en los grandes bebedores de cerveza. Se propuso que el cloruro de cobalto, que se añadía a la cerveza como estabilizante de la espuma, era la causa, por lo que dejó de utilizarse, y esta forma aguda y grave de miocardiopatía desapareció. Más recientemente, han aparecido varios informes de miocardiopatía dilatada después de la exposición ocupacional al cobalto; en estos individuos, se demostraron altas concentraciones de cobalto en las muestras de biopsias endomiocárdicas. Plomo La exposición ambiental al plomo puede producirse por aire y polvo, y en ocasiones por beber agua y por alimentos. Aunque las medidas de salud pública que prohibieron el uso de plomo en la gasolina, en las pinturas y en las soldaduras han reducido la exposición al plomo global, tanto los niños como los adultos siguen estando expuestos por su uso en las pilas y en los juguetes y por su emisión por fábricas industriales, así como por la persistencia del plomo en pinturas domésticas, tuberías de fontanería y suelo. Los estudios prospectivos y transversales han demostrado una asociación entre el grado actual de exposición al plomo y el riesgo de episodios adversos cardiovasculares. Los riesgos relativos de muerte por IM y accidente cerebrovascular, en personas en el tercil más alto de concentración sanguínea de plomo eran 2 a 2,5 veces más altos, respecti vamente, que los de pacientes en el tercil más bajo de concentración san guínea de plomo. Además, en estudios transversales, la concentración sanguínea de plomo estaba asociada a enfermedad arterial periférica. Una exposición al plomo de grado moderado a alto es nefrotóxica, mientras que una exposición al plomo de grado bajo puede causar la aparición y la progresión de nefropatía crónica. Los pacientes con una intoxicación por plomo suelen referir síntomas digestivos y del sistema nervioso central. En ocasiones, estos sujetos presentan alteraciones electrocardiográficas, defectos de la conducción auriculoventricular e insuficiencia cardíaca TABLA 80-6 Agonistas de la serotonina asociados a valvulopatía fÁrmaco/droGa vÁlvulas afEcTadas dEpEndEncia dE la dosis Ergotamina VA, VM y VT No observada Metisergida VA y VM No observada(Dex)fenfluramina VA, VM y VT Sí Pergolida VA, VM y VT Sí Cabergolina VA, VM y VT Sí Bromocriptina VA, VM y VT Sí MDMA (éxtasis) VA y VM No observada Benfluorex VA, VM y VT Sí VA, válvula aórtica; VM, válvula mitral; VT, válvula tricúspide. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1639 M io card io p atías cau sad as p o r d ro g as, fárm aco s o to xin as 80 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . congestiva; en muy pocas ocasiones, la lesión del miocardio contribuye o es la causa principal de la muerte.43 Cadmio El cadmio es un subproducto de la extracción y el procesamiento del cinc, el plomo y el cobre. El uso de cadmio ha aumentado mucho por las baterías de níquelcadmio y los revestimientos metálicos. El cadmio de origen industrial y los fertilizantes de fosfato que contienen cadmio contaminan el suelo. Las verduras de hoja verde y las de raíz concentran el cadmio unido a materia orgánica en el suelo, creando una vía importante de exposición al cadmio mediante la alimentación y el tabaquismo. Otras fuentes alimentarias son el marisco y las vís ceras (hígado y riñón). Los estudios epidemiológicos indican una asociación entre exposición al cadmio y nefropatía y enfermedades cardiovasculares. Una concentración alta de cadmio en sangre u orina se asocia a una incidencia más alta de muerte por cardiopatía coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular. Mercurio La exposición ocupacional a los vapores de mercurio metálicos puede producir hipertensión arterial sistémica e insuficiencia miocárdica. Aunque algunos estudios han indicado que un alto contenido de mer curio en el pescado podría contrarrestar los efectos beneficiosos de sus ácidos grasos w 3, aumentando así el riesgo de enfermedad cardiovas cular ateroesclerótica, las evaluaciones más recientes no han apoyado una asociación entre la exposición al mercurio total y el riesgo de enfermedad arterial coronaria. Antimonio Antes se utilizaban varios compuestos de antimonio para el tratamiento de pacientes con esquistosomiasis. Su uso solía asociarse a alteraciones elec trocardiográficas, como prolongación del intervalo QT y aplanamiento o inversión de la onda T. En raras ocasiones, se han descrito dolor torácico, bradicardia, hipotensión, arritmias ventriculares y muerte súbita. Arsénico Las fuentes principales de exposición al arsénico inorgánico son beber agua procedente de regiones en las que agua del suelo está contaminada por fuentes industriales o naturales de arsénico, y los alimentos (arroz, cereales y algunos zumos). La ingestión de arsénico asociada al consumo de pescado no alcanza el grado de toxicidad atribuido al arsénico inorgánico o a sus metabolitos. Aunque la exposición laboral al arsénico ha disminuido en las últimas décadas, la exposición al arsénico en el agua potable sigue siendo un problema de salud ambiental global. Alrededor de 10 millones de personas en EE. UU. viven en zonas en las que la concentración de arsénico en el agua potable sobrepasa el límite de 10 µg/l recomendado por la Organización Mundial de la Salud y por la Environmental Protection Agency. Los estudios prospectivos de evaluación de la exposición al arsénico han hallado una asociación entre una concentración baja a moderada de arsénico y la incidencia de enfermedades cardiovasculares, sobre todo enfermedad arterial coronaria. La exposición al arsénico se asocia a anomalías ECG, derrame pericárdico y miocarditis, así como a factores de riesgo cardiovascular confirmados como hipertensión, diabetes y disfunción renal (filtración glomerular estimada o albuminuria), lo que indica un papel causal del arsénico en la aparición de enfermedades cardiovasculares.43 Otras toxinas ambientales Fosfuro de aluminio. El fosfuro de aluminio (FA) es un fosfuro inorgánico que se utiliza habitualmente como insecticida y raticida en los almacenes y las instalaciones de procesamiento de cereales. Cuando se inhala o se ingiere FA se produce gas fosfina, que causa intoxicación orgánica generalizada y mortalidad en un 37-100% de los sujetos. La toxicidad cardíaca por envenenamiento con FA se caracteriza por miocarditis, insuficiencia cardíaca resistente y arritmias cardíacas, como taquicardia ventricular.44 Talio. Las sales de talio son tóxicas si se inhalan, se ingieren o se absorben a través de la piel. Se producen síntomas gastrointestinales y neurológicos de intoxicación entre 12 y 24 h después de una dosis tóxica única (> 1 g en adultos). Varias semanas después de la exposición aguda, los individuos están predispuestos a las arritmias cardíacas y la muerte súbita. Cardenólidos. Los cardenólidos son toxinas vegetales que se producen de forma natural y que actúan principalmente en el corazón y causan arritmias graves –incluido el bloqueo cardíaco de segundo y de tercer grado– y parada cardíaca. El envenenamiento con cardenólidos digitálicos (digoxina y digitoxina) se produce en todo el mundo. La cardiotoxicidad por otros cardenólidos –como los de las adelfas amarillas, rosas o blancas, el árbol Cerbera manghas y el cangrejo de los cocoteros– es un problema importante en el sur de Asia. En la India y Sri Lanka, la adelfa amarilla se ha convertido en un medio popular de autolesionarse, es ingerida decenas de miles de veces al año y la mortalidad de los casos es del 5-10%. Se recomiendan la hospitalización prolongada y la observación, porque pueden producirse arritmias peligrosas hasta 72 h después de la ingestión. «Miel loca». La miel que se produce a partir del néctar de rododendros que crecen en las montañas de la región del Mar Negro oriental de Turquía puede contener grayanotoxinas, que se unen a los canales del sodio dependientes del voltaje en el corazón y, por tanto, causan bradicardia y bloqueo auriculoventricular. La intoxicación puede provocar elevación del ST y síntomas que imitan un IM agudo. Los síntomas de la intoxicación por «miel loca» (es decir, náuseas, vómitos, hipotensión y síncope) aparecen de unos pocos minutos hasta varias horas después de la ingestión de la miel, y la gravedad de la intoxicación depende de la cantidad ingerida. Las grayanotoxinas se metabolizan y se excretan rápidamente, por lo que los efectos tóxicos del envenenamiento por la miel no suelen ser mortales y, por lo general, se resuelven en 2-9 h. Aconitina (acónito). Las raíces de acónito, que proceden con más frecuencia de la planta Aconitum napellus, suelen utilizarse en los remedios naturales chinos y japoneses para el tratamiento del dolor musculoes- quelético. La aconitina bloquea la conducción de los canales del sodio dependientes del voltaje en los tejidos cardíaco y nervioso, dando lugar a la aparición rápida de diversos síntomas gastrointestinales, neurológicos y cardíacos, como parestesias, debilidad muscular, vómitos, hipotensión, arritmias ventriculares y colapso cardiovascular resistente. El aumento de la corriente de entrada transmembrana de sodio durante la fase de meseta del potencial de acción prolonga la repolarización en los miocitos cardíacos y produce posdespolarizaciones con automaticidad disparada, que subyace en las arritmias ventriculares. Aunque la arritmia ventricular es el hallazgo electrocardiográfico más frecuente en la intoxicación aguda por aconitina, también se han observado latidos ectópicos ventriculares frecuentes, bloqueo de rama, taquicardia sinusal y bradicardia sinusal. Escómbridos. Se ha observado una disfunción aguda grave del miocardio secundaria a la intoxicación por histamina en la hora siguiente a la ingestión de peces escómbridos en mal estado, como el atún o el bonito. La carnede estos peces es rica en histidina, que se metaboliza por la flora gastrointestinal en histamina. El diagnóstico se basa principalmente en los hallazgos clínicos, pero puede documentarse determinando las concentraciones de histamina en el pescado ingerido o por el aumento de las concentraciones plasmáticas de histamina en el paciente en las 4 h siguientes a la ingestión del pescado. Envenenamientos. Los venenos de la viuda negra, las abejas, las avispas, las medusas, las cobras y los escorpiones se han asociado a complicaciones cardíacas, como IM, insuficiencia cardíaca aguda, miocarditis, bradiarritmias, bloqueo cardíaco, taquiarritmias ventriculares y muerte súbita. El mecanismo o mecanismos por los que se producen estos resultados adversos son la liberación sistémica de catecolaminas, la modulación del canal iónico cardíaco, la vasoconstricción arterial coronaria y los efectos miotóxicos directos. DIRECCIONES FUTURAS Aunque varios fármacos, drogas y toxinas se han asociado a episodios cardiovasculares adversos, el mecanismo preciso de sus efectos suele ser desconocido, por lo que no se ha establecido un tratamiento eficaz. Esta información es esencial para evitar las sustancias que interfieren en las vías moleculares específicas que regulan la función cardíaca y para desarrollar un tratamiento que limite la cardiotoxicidad. Cuando se aprueban nuevos fármacos para su uso, deberían realizarse estudios después de su comercialización para identificar los efectos cardiotóxicos que pueden producirse con poca frecuencia –y que, por tanto, no son evidentes cuando el fármaco se estudia en un número limitado de sujetos– o solo cuando existen trastornos concomitantes. En el caso de fármacos específicos, como los quimioterapéuticos y los antirre trovirales, deben definirse enfoques eficaces para la identificación de los efectos cardiotóxicos tempranos (es decir, de días a semanas) y tardíos (de meses a años). Bibliografía Alcohol 1. Conen D. Alcohol consumption and incident cardiovascular disease: not just one unifying hypothesis. Eur Heart J. 2015;36:897898. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. 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