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960 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos SISTEMA DE TRANSPORTE DE LIPOPROTEÍNAS, 960 Bioquímica de los lípidos, 960 Lipoproteínas, apolipoproteínas, receptores y enzimas procesadoras, 961 Metabolismo y transporte de las lipoproteínas, 961 TRASTORNOS DE LAS LIPOPROTEÍNAS, 966 Definiciones, 966 Trastornos genéticos de las lipoproteínas, 967 Causas secundarias de hiperlipidemia y síndrome metabólico, 970 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL RIESGO LIPÍDICO, 971 Inhibidores de la hidroximetilglutaril-coenzima A reductasa (estatinas), 971 Inhibidores de la absorción del colesterol, 974 Derivados del ácido fíbrico (fibratos), 975 Ácido nicotínico (niacina), 975 Resinas ligadoras de ácidos biliares, 975 Inhibidores de la proteína de transferencia de ésteres de colesterilo, 975 Aceites de pescado, 976 Fitosteroles, 976 Inhibidores de la PCSK9, 976 Nuevos agentes, 976 ABORDAJE CLÍNICO DEL TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE LAS LIPOPROTEÍNAS, 976 Cambios en los hábitos de vida: dieta, 977 Tratamiento de los trastornos combinados de las lipoproteínas, 977 PERSPECTIVAS FUTURAS, 978 Tratamiento genético, 978 Cambios sociales, 978 BIBLIOGRAFÍA, 978 DIRECTRICES, 978 48 Trastornos de las lipoproteínas y enfermedad cardiovascular JACQUES GENEST Y PETER LIBBY La carga que supone la enfermedad cardiovascular (ECV), especialmente la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica (ECVA), para los sistemas de atención sanitaria nacionales sigue suponiendo un formidable reto, aunque medidas de salud pública y tratamientos farmacológicos dirigidos pueden modificar el riesgo cardiovascular.1-3 Los trastornos de las lipoproteínas, especialmente aquellos que implican un aumento de la exposición de la pared arterial al colesterol, constituyen un factor de riesgo cardiovascular esencial modificable. La modulación de los niveles plasmáticos de coles- terol con los hábitos de vida o, cuando sea necesario, con tratamiento farmacológico (estatinas) ha demostrado ser una de las intervenciones más eficaces para la prevención y el tratamiento de la ECVA. Los lípidos constituyen aproximadamente el 70% (por masa) del peso seco del plasma. Aminoácidos (proteínas), ácidos nucleicos e hidratos de carbono constituyen el resto. Aproximadamente la mitad de los lípidos circulantes son esteroles, y los otros componentes mayores incluyen glicerofosfolípicos (fosfolípidos) y glicerolípidos (triglicéridos [TG]), los cuales circulan en forma de lipoproteínas.4 Por tanto, las lipoproteínas circulantes bañan continuamente las células del endotelio vascular, y la interacción entre las lipoproteínas y las células de la pared arterial contribuye causalmente a la patogenia de la ateroesclerosis humana (v. capítulo 44). Hay datos convincentes que reafirman la «hipótesis lipídica». Los datos observacionales descritos en el capítulo 45 muestran una asociación fuerte y consistente a través de varias poblaciones entre la elevación en sangre del colesterol y del colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) y la ECV, especialmente la enfermedad arterial coronaria (EAC). Datos experimentales en animales muestran que el desarrollo de la ateroesclerosis requiere colesterol. Estudios genéticos humanos apoyan fuertemente la causalidad para genes relacionados con niveles de C-LDL.5-7 La reducción de los niveles de C-LDL disminuye el riesgo de EAC, y el tamaño del efecto se asocia con la magnitud de la reducción del C-LDL. Por tanto, las LDL cumplen los postulados de Koch como factor de riesgo causal de ECVA.8-10 Los términos dislipidemia o dislipoproteinemia reflejan trastornos de las rutas de trasporte de los lípidos y las lipoproteínas que se asocian con enfermedad arterial más adecuadamente que «hiperlipidemia». La dislipidemia comprende patrones que a menudo se encuentran en la práctica clínica, como concentraciones bajas de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) y concentraciones elevadas de TG, pero con niveles de colesterol plasmático total en la media. La dislipidemia también incluye la elevación de lipoproteína(s), un trastorno genético o adquirido poco habitual del metabolismo de las lipoproteínas. Ciertos trastornos raros de las lipoproteínas pueden causar manifestaciones clínicas evidentes, pero la mayoría de las dislipoproteinemias habituales raramente originan síntomas o signos clínicos. En vez de ello, estos trastornos requieren pruebas analíticas para su detección. El adecuado reconocimiento y tratamiento de las dislipoproteinemias puede reducir las tasas de mortalidad cardiovas- cular y total. Los principios de la lipidología que aquí se exponen tienen importancia en la práctica diaria de la medicina cardiovascular. SISTEMA DE TRANSPORTE DE LIPOPROTEÍNAS Bioquímica de los lípidos Habitualmente la expresión lípidos biológicos hace referencia a un amplio grupo de moléculas naturales que incluyen ácidos grasos, ceras, eicosanoides, monoglicéridos, diglicéridos, triglicéridos (TG), fosfolípidos, esfingolípidos, esteroles, terpenos, prenoles y vitaminas liposolubles (A, D, E y K), en contraposición con otros grupos principales de moléculas biológicas, como los ácidos nucleicos, las proteínas, los aminoácidos y los hidratos de carbono. Las funciones biológicas principales de los lípidos incluyen contribuciones críticas a las membranas biológicas, el almacena- miento de energía y las estructuras o modificadores de muchas moléculas de señalización. Ciertos lípidos, especialmente los ácidos grasos, sufren fácilmente oxidación y pueden generar sustancias altamente tóxicas para las células. Los ácidos grasos pueden ser degradados en las mitocondrias por β-oxidación, mientras que el núcleo de esterol resiste la degradación enzimática. La eliminación del colesterol requiere, por tanto, la excreción en forma de ácidos biliares o su eliminación con las células cutáneas. Los lípidos no se disuelven generalmente en agua. El sistema de trans- porte de lípidos ha evolucionado en los animales a lo largo de eones de evolución para trasladar las moléculas hidrófobas (grasa) desde los puntos de origen (sistema intestinal) hasta los de su utilización (mús- culos y tejidos en rápida división) a través del medio ambiente acuoso (agua) del plasma. Proteínas altamente conservadas durante la evolución denominadas apolipoproteínas (apo) median en este proceso. La mayoría de las apolipoproteínas derivan de un gen ancestral y contienen dominios tanto hidrófilos como hidrófobos. Esta estructura anfipática permite a estas proteínas hacer de puente en la interfase entre el medio acuoso del plasma y los constituyentes fosfolipídicos de las lipoproteínas. Los principales tipos de lípidos que circulan en el plasma incluyen el colesterol y los ésteres de colesterol, glicerofosfolípicos, esfingolípidos y glicerolípidos (TG) (fig. 48-1). El Lipid Metabolites and Pathways Strategy (LIPIDmaps) Consortium ha aportado una nomenclatura estandarizada para los lípidos.11 Las membranas de las células de mamíferos y de sus orgánulos subcelu- lares necesitan colesterol. Este lípido da origen a las hormonas esteroideas y a los ácidos biliares y contribuye a la integridad de la epidermis. Muchas funciones celulares dependen críticamente del colesterol de la membrana, por lo que las células regulan estrechamente su contenido en coles- terol. Gran parte del colesterol plasmático circula en forma de ésteres de colesterilo en el centro de las partículas de lipoproteínas. La enzima lecitina-colesterol aciltransferasa (LCAT) forma ésteres de colesterilo en el compartimento sanguíneo al transferir una cadena acil grasa de la fosfatidilcolina al colesterol. Los glicerolípidos (TG) constan de un esqueleto de glicerol con tres carbonos unidos covalentemente a tres cadenas de ácidos grasos (R1-3). La Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente.No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 961 Trasto rn o s d e las lip o p ro teín as y en ferm ed ad card io vascu lar 48 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . composición de ácidos grasos varía en términos de longitud de la cadena y de la presencia de puentes dobles (grado de saturación). Las moléculas de TG altamente hidrófobas circulan en el núcleo de una lipoproteína. La hidrólisis de los triglicéridos por las lipasas generan los ácidos grasos libres (AGL) que se utilizan para obtener energía. Los glicerofosfolípidos son constituyentes de las membranas celulares y están constituidos por una molécula de glicerol unida a dos ácidos grasos (designados R1 y R2; v. fig. 48-1). Los ácidos grasos difieren en cuanto a longitud y por el número de dobles enlaces. El tercer carbono del esqueleto de glicerol lleva un grupo fosfato unido a una de estas cuatro moléculas: colina (fosfatidilcolina, también llamada lecitina), etanolamina (fosfatidiletanolamina), serina (fosfatidilserina) o inositol (fosfatidilinositol). Entre los fosfolípidos más complejos se incluyen fosfatidilglicerol (p. ej., la cardiolipina está formada por la fusión de dos moléculas de fosfatidil- glicerol; los anticuerpos frente a la cardiolipina aparecen con frecuencia en el lupus sistémico) y los plasmalógenos, un constituyente importante de las membranas eucariotas. Otro fosfolípido, la esfingomielina, tiene funciones especiales en la membrana plasmática en la formación de microdominios de membrana como balsas (rafts) y cavéolas. La estructura de la esfingomielina se parece a la de la fosfatidilcolina. La estructura de los esfingolípidos utiliza el aminoácido serina en vez de glicerol. Los fosfolípidos son moléculas polares, más hidrosolubles que los TG o el colesterol o sus ésteres. Los fosfolípidos participan en las vías de transducción de la señal: la hidrólisis por las fosfolipasas asociada a la membrana genera segundos mensajeros, como diacilgliceroles, lisofosfolípidos, ácidos fosfatídicos y AGL, como el araquidonato, los cuales regulan muchas funciones celulares. La fosforilación del fosfatidilinositol contribuye críticamente a la membrana y la señalización y el transporte de los orgánulos. Lipoproteínas, apolipoproteínas, receptores y enzimas procesadoras Las lipoproteínas son estructuras macromoleculares complejas que están envueltas en una cubierta resistente al agua de fosfolípidos, coles- terol libre y apolipoproteínas, la cual protege a un núcleo hidrofóbico de ésteres de colesterilo y TG. Las lipoproteínas varían en cuanto a tamaño, densidad en el medio acuoso del plasma y en contenido lipídico y de apolipoproteínas (fig. 48-2 y tabla 48-1). La clasificación de las lipoproteínas refleja su densidad en el plasma (la densidad del plasma es de 1,006 g/ml) según medición de su flotación en el ultracen- trifugado. Entre las lipoproteínas ricas en triglicéridos (TRL) están los quilomicrones, los restos de quilomicrones y las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), y tienen una densidad inferior a los 1,006 g/ml. El resto (fracción de fondo) del ultracentrifugado plasmático incluye las lipoproteínas de baja densidad (LDL), lipoproteínas de alta densidad (HDL) y la lipoproteína (a) (Lp[a]). Las apolipoproteínas tienen cuatro papeles esenciales: 1) ensam- blaje y secreción de la lipoproteína (apo A-I, B100, y B48); 2) integridad estructural de la lipoproteína (apo B, E, A-I, y A-II); 3) coactivadores o inhibidores de enzimas (apo A-I, A-V, C-I, C-II y C-III), y 4) unión o acoplamiento a receptores específicos y a proteínas para la captación celular de la partícula total o la captación de selectiva de un com- ponente lipídico (apo A-I, B100 y E) (tabla 48-2). El papel de varias apolipoproteínas (A-IV, A-V, D, H, J, L y M) sigue siendo completamente desconocido. Muchas proteínas regulan la síntesis, la secreción y el destino metabó- lico de las lipoproteínas; su caracterización ha aportado una visión de la fisiología celular molecular y de las dianas para el desarrollo de fármacos (tabla 48-3). El descubrimiento del receptor de LDL (LDL-R) representó una referencia en la comprensión del metabolismo del colesterol y de la endocitosis mediada por receptores.12 El LDL-R regula la entrada del colesterol a las células y estrechos mecanismos de control alteran su expresión en la superficie celular en función del colesterol intracelular. El LDL-R pertenece a una superfamilia de receptores de membrana que incluye a LDL-R, VLDL-R, LDL-R mediado por péptido de tipo 1 (LRP1; receptor apo E), LRP1B, LRP4 (MGEF7), LRP5 y LRP6 (implicados en el proceso de formación ósea), LRP8 (apo E receptor-2) y LRP9.13 LRP1, que media en la captación de los restos de quilomicrones y VLDL, reconoce preferentemente a apo E. LRP1 también interactúa con la lipasa hepática. La compleja interacción entre los hepatocitos y las diversas lipoproteínas que contienen apo E incluye a los proteoglicanos de la superficie celular que proporcionan la estructura para las enzimas lipolíticas (lipo- proteína lipasa [LPL] y lipasa hepática) implicadas en el reconocimiento de los restos de lipoproteínas. Los macrófagos expresan receptores que se unen a lipoproteínas modificadas (especialmente oxidadas). Estos receptores de lipoproteínas de eliminación median en la captación de la LDL modificada de forma oxidativa por los macrófagos. Al contrario que el exquisitamente regulado LDL-R, el alto contenido celular de coles- terol no suprime los receptores de eliminación, lo que permite que los macrófagos de la íntima acumulen abundante colesterol, se conviertan en células espumosas y formen estrías grasas. La acumulación de esteroles en el retículo endoplásmico (RE) puede llevar a la apoptosis celular a través de la respuesta a proteínas desplegadas.14 Las células endoteliales también pueden captar lipoproteínas modificadas a través de receptores específicos, como el LDL-R LOX-1 oxidado. Al menos tres receptores fisiológicamente relevantes interactúan con las partículas de HDL: el receptor de eliminación de clase B (SR-B1) y los transportadores de casetes de unión a trifosfato de adenosina (ATP) A1 (ABCA1) y G1 (ABCG1). SR-B1 es un receptor para HDL (también para LDL y VLDL, pero con menor afinidad). SR-B1 media la captación selectiva de ésteres de colesterilo HDL en tejidos esteroidógenos, hepatocitos y el endotelio. ABCA1 media el flujo celular de fosfolípidos (y posiblemente de colesterol) y la formación de HDL. El transportador ABCG1 transfiere el colesterol celular a las partículas de HDL ya formadas. Metabolismo y transporte de las lipoproteínas El sistema de transporte de las lipoproteínas tiene dos misiones fundamentales: 1) transporte eficiente de los TG desde el intestino y el hígado a los sitios de utilización (tejido adiposo o músculo), y FIGURA 48-1 Estructura bioquímica de las moléculas lipídicas principales: coles- terol, ésteres de colesterilo, glicerolípidos (triglicéridos) y glicerofosfolípidos (p. ej., fosfatidilcolina) y esfingomielina. R indica una cadena acilo grasa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 962 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI 2) transporte del colesterol a los tejidos periféricos para la síntesis de membranas y la producción de hormonas esteroideas o al hígado para la síntesis de ácidos biliares (fig. 48-3). Ruta intestinal (de quilomicrones a restos de quilomicrones). La vida requiere grasas. El cuerpo humano depende de los ácidos grasos esenciales de la dieta que no puedesintetizar (ácido linoleico, del cual deriva el ácido araquidónico, y ácido linolénico, que conduce a la formación del ácido eicosapentaenoico). La grasa supone característicamente del 20 al 40% de las calorías diarias. Los TG constituyen la porción principal de las grasas ingeridas. Para un individuo que consuma 2.000 kcal/día, con un 30% en forma de grasa, esto representa aproximadamente 66 g de TG y 250 mg (0,25 g) de colesterol al día. El intestino dispone de mecanismos de absorción de grasas muy eficientes, probablemente evolucionados para hacer máximo el aporte al organismo de nutrientes en circunstancias de disponibilidad limitada o irregular de alimento. Tras la ingesta, las lipasas lingual y pancreática hidrolizan los TG en AGL y monoglicéridos o diglicéridos. La emulsión por las sales biliares lleva a la formación de micelas intestinales. Las micelas se parecen a las lipoproteínas en que constan de fosfolípidos, colesterol libre, ácidos biliares, diglicéridos y monoglicéridos, AGL y glicerol. El mecanismo de captación de las micelas por las células del borde en cepillo intestinales aún genera debate. La proteína Niemann-Pick C1-like 1 (NPC1L1) forma parte de un complejo transportador del colesterol intestinal y la diana para el inhibidor selectivo de la absorción del colesterol ezetimiba. Tras su captación por las células intestinales, los ácidos grasos sufren rees- terificación para formar TG y empaquetamiento en los quilomicrones del interior de la célula intestinal, y entran en la circulación portal (v. fig. 48-3, parte 1). Los quilomicrones contienen apo B48, el componente amino terminal de apo B100. En el intestino, el gen apo B es modificado durante la transcripción a ARN mensajero (ARNm) por sustitución de un uracilo por una citosina a través de un complejo modificador de enzima apo B48 (ApoBec). Este mecanismo incluye a la citosina desaminasa y lleva a un FIGURA 48-2 Tamaño relativo de las lipoproteínas plasmáticas según su densidad hidratada. La densidad del plasma es de 1,006 g/ml. Cuadro. Estructura de las lipoproteínas. Los fosfolípidos están orientados con su grupo polar dirigido hacia el medio ambiente acuoso del plasma. El colesterol libre está insertado en la capa de fosfolípidos. El núcleo de la lipoproteína está constituido por ésteres de colesterilo y triglicéridos. Las apolipoproteínas están implicadas en la secreción de lipoproteínas, proporcionan integridad estructural y actúan como cofactores para enzimas o como ligandos de varios receptores. TABLA 48-1 Composición de lipoproteínas en el plasma origen denSidad (g/ml) taMaÑo (nm) proteínaS (%) [ColeSterol] en plaSMa (mmol/l)* [trigliCÉridoS] en plaSMa en aYUnaS (mmol/l)† apo prinCipal otraS apo Quilomicrones‡ Intestino < 0,95 100-1.000 1-2 0 0 B48 A-I, Cs Restos de quilomicrones‡ Metabolismo de quilomicrones 0,95-1,006 30-80 3-5 0 0 B48, E A-I, A-IV, Cs VLDL Hígado < 1,006 40-50 10 0,1-0,4 0,2-1,2 B100 A-I, Cs IDL VLDL 1,006-1,019 25-30 18 0,1-0,3 0,1-0,3 B100, E LDL IDL 1,019-1,063 20-25 25 1,5-3,5 0,2-0,4 B100 HDL Hígado, intestino 1,063-1,21 6-10 40-55 0,9-1,6 0,1-0,2 A-I, A-II A-IV Lp(a) Hígado 1,051-1,082 25 30-50 B100, (a) Apo, apolipoproteína; HDL, lipoproteína de alta densidad; IDL, lipoproteína de densidad intermedia; LDL, lipoproteína de baja densidad; Lp(a), lipoproteína(a); VLDL, lipoproteína de muy baja densidad. *En mmol/l; para mg/dl, se multiplica por 38,67. †En mmol/l; para mg/dl, se multiplica por 88,5. ‡En situación de ayunas, el suero (o plasma) no debe contener quilomicrones ni sus restos. 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TABLA 48-2 Apolipoproteínas noMBre lipoproteína predoMinante peSo MoleCUlar (kda) ConCentraCiÓn en plaSMa (mg/dl) papel enFerMedad HUMana Apo (a) Lp(a) 250-800 0,2-200 Desconocido Exceso de Lp(a) Apo A-I HDL 28,3 90-160 Activación de ACAT, estructural Deficiencia de HDL Apo A-II HDL 17 25-45 Estructural Apo A-IV HDL 45 10-20 Estructural, absorción Apo A-V VLDL, HDL Metabolismo de TRL Hipertrigliceridemia Apo B100 LDL, VLDL 512 50-150 Estructural, unión al LDL-R Hipobetalipoproteinemia Apo B48 Quilomicrones 241 0-100 Estructural Apo C-I Quilomicrones 6,63 5-6 Metabolismo de TRL Apo C-II Quilomicrones, VLDL 8,84 3-5 Activación de LPL Hiperquilomicronemia Apo C-III Quilomicrones, VLDL 8,76 10-14 Inhibición de LPL Hipertrigliceridemia Apo D HDL 33 4-7 LCAT Apo E Restos de quilomicrones, IDL 34 2-8 LDL-R, unión al receptor de apo E Hiperlipoproteinemia de tipo III Apo H Quilomicrones, VLDL, LDL, HDL 38-50 1,4-1,6 Beta2-glicoproteína Agregación plaquetaria Defecto de unión a cardiolipina Apo J HDL 70 10 Sistema del complemento Apo L1-6 HDL 43,9 — Desconocido Apo M HDL 25 1 µM Desconocido Véanse las tablas 48-1 y 48-3 para las abreviaturas. TRL, lipoproteínas ricas en triglicéridos. TABLA 48-3 Enzimas procesadoras de lipoproteínas, receptores, proteínas moduladoras aBrev. noMBre papel gen enFerMedad HUMana ABCA1 Casete A1 de unión a ATP Flujo de salida celular de fosfolípidos ABCA1 Enfermedad de Tangier ABCG5/G8 Casetes G5 y G8 de unión a ATP Transportador intestinal de sitosterol ABCG5 ABCG8 Sitosterolemia ACAT1 Acetil-CoA acetiltransferasa 1 Esterificación del colesterol celular ACAT1 ACAT2 Acetil-CoA acetiltransferasa 2 Esterificación del colesterol celular ACAT2 ANGPTL3 Proteína 3 similar a angiopoyetina Inhibición LDl y LE ANGPTL3 Hipolipoproteinemia familiar 2 Apo E-R Receptor de lipoproteínas que contienen apo E Captación de TRL APOER2 CD36 Translocasa de ácidos grasos Transporte de ácidos grasos CD36 CETP Proteína de transferencia de ésteres de colesterilo Intercambio de lípidos en plasma CETP Elevación de C-HDL Cyp27A1 Citocromo Hidroxilación de esteroles CYP27A1 Xantomatosis cerebrotendinosa DGAT1 Acil-CoA:diacilglicerol aciltransferasa 1 Síntesis de triglicéridos DGAT1 Elevación de los triglicéridos LE Lipasa endotelial Hidrólisis de fosfolípidos LIPG LH Lipasa hepática Hidrólisis de triglicéridos LIPC Acumulación de restos HSL (LIPE) Lipasa sensible a hormonas Liberación de ácidos grasos desde los adipocitos LIPE LCAT Lecitina-colesterol aciltransferasa Esterificación del colesterol (plasma) LCAT Deficiencia de LCAT, HDL bajas LDL-R Receptor de lipoproteínas de baja densidad Captación de LDL LDLR Hipercolesterolemia familiar LDL-R AP1 Proteína de adaptación del LDL-R Captación de LDL LDLRAP1 HF recesiva LAL Lipasa ácida lisosómica Almacenamiento de ésteres de colesterilo (EC) LIPA Enfermedad de Wolman, enfermedad por almacenamiento de EC LOX-1 Receptor de eliminación Captación de LDLox, endotelio OLR1 Captación de lipoproteínas oxidadas LPL Lipoproteína lipasa Hidrólisis de triglicéridos LPL Hiperquilomicronemia LRP1 Proteína relacionada con el LDL-R Captación de proteasas, muchos ligandos LRP1 LRP2 Proteína relacionada con el LDL-R 2 (megalina) Captación de proteasas, apo J LRP2 MTTP Proteína de transferencia microsómica de triglicéridos Ensamblaje de apo B MTTP Abetalipoproteinemia NPC1 Producto del gen de Niemann-Pick de tipo C Trasporte del colesterol celular NPC1 Niemann-Pick de tipo C NPC1L1 Proteína 1 similar a la de Niemann-Pick de tipo C1) Absorción del colesterol intestinal NPC1L1 PLTP Proteína de transferencia de fosfolípidos Intercambio de lípidos en plasma PLTP PCSK9 Proproteína convertasa subtilisina/kexina de tipo 9 Escisión de proteínas PCSK9 Hipercolesterolemia SMPD1 Esfingomielinasa fosfodiesterasa 1 Hidrólisis de esfingomielina SMPD1 Niemann-Pick de tipos A y BSRA Receptor de eliminación de macrófagos A Captación de LDLox, macrófagos MSR1 SR-B1 Receptor de eliminación de clase B1 Captación de HDL colesterol SCARB1 VLDL-R Receptor de lipoproteínas de muy baja densidad Captación de VLDL VLDLR Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 964 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI codón de terminación en el residuo 2.153 y a una forma truncada de apo B. Solo las células intestinales expresan ApoBec. La apo B48 no se une a LDL-R. Las células intestinales absorben los esteroles vegetales (sitosterol, campesterol), organizan estos compuestos en compartimentos celulares separados y los resecretan a la luz intestinal a través del transportador heterodimérico ABCG5/8. Las mutaciones de los genes ABCG5/8 producen la rara enfermedad de la sitosterolemia. Los quilomicrones entran rápidamente en el compartimento plasmático tras las comidas. En los capilares del tejido adiposo o de las células mus- culares en la circulación periférica, los quilomicrones encuentran la enzima LPL unida a los proteoglucanos de sulfato de heparano en la superficie luminal de las células endoteliales (v. fig. 48-3, parte 2). Apo C-II o apo A-V activan, y apo C-III inhibe la actividad de LPL. LPL tiene una amplia especificidad por los TG; escinde todos los residuos acilo grasos unidos a glicerol y en este proceso genera tres moléculas de AGL por cada molécula de glicerol. Las células musculares captan rápidamente los ácidos grasos. Los ácidos grasos aportan el sustrato energético para la contracción mus- cular mediante la generación de ATP durante la β-oxidación de los residuos acilo grasos en las mitocondrias. Los adipocitos pueden almacenar los TG obtenidos de los ácidos grasos para su utilización energética, un proceso que requiere insulina. La lipasa de TG sensible a hormonas, que se activa por el monofosfato de adenosina cíclico (AMPc) en respuesta al estrés, libera los ácidos grasos almacenados en el tejido adiposo. Los ácidos grasos también pueden viajar hasta el hígado unidos a proteínas ligadoras de ácidos grasos o a albúmina y son sometidos a reempaquetado en VLDL. La resistencia periférica a la insulina puede, por tanto, aumentar la llegada de AGL al hígado con el consiguiente incremento de la secreción de VLDL y el aumento de partículas apo B en plasma, una característica del «síndrome metabólico» y de la diabetes de tipo 2. Las partículas residuales, derivadas de los quilomicrones tras la acción de la LPL, contienen apo E y entran en el hígado para su degradación y la reutilización de sus constituyentes centrales (v. fig. 48-3, parte 3). Ruta hepática (de lipoproteínas de densidad muy baja a lipo- proteínas de densidad intermedia). No siempre hay disponibilidad alimentaria y el contenido graso de la dieta varía. El cuerpo necesita TG de rápida disponibilidad para cubrir las demandas energéticas. La secreción hepática de partículas de VLDL cubre esta función (v. fig. 48-3, parte 4). Las VLDL son TRL más pequeñas que los quilomi- crones (v. tabla 48-1 y fig. 48-2). Contienen apo B100 como su principal lipoproteína. A diferencia de apo B48, apo B100 contiene un dominio reconocido por LDL-R (el receptor apo B/E). Las partículas de VLDL siguen la misma ruta catabólica que los quilomicrones a través de la LPL (v. fig. 48-3, parte 2). Durante la hidrólisis de las TRL por la LPL tiene lugar un intercambio de proteínas y lípidos: las partículas de VLDL (y los quilomicrones) adquieren apo C y apo E, en parte de las partículas de HDL. Las VLDL también intercambian TG por ésteres de colesterilo con las HDL (mediado por la proteína de transferencia de ésteres de colesterilo [CETP]) (v. fig. 48-3, parte 9). Tal trans- ferencia bidireccional de constituyentes entre las lipoproteínas tiene varios propósitos: la adquisición de apolipoproteínas específicas por las lipoproteínas, lo que dictará su destino metabólico, la transferencia de fosfolípidos a partículas nacientes de HDL mediada por la proteína de transferencia de fosfolípidos (PLTP) (durante la pérdida de los TG del núcleo, la cubierta fosfolipídica se vuelve redundante y extiende apo A-I para la formación de nuevas partículas de HDL) y la transferencia de colesterol de HDL a los restos de VLDL de forma que pueda ser metabolizado por el hígado. Este intercambio constituye una parte principal de la «vía de transporte inversa del colesterol». Apo CIII, un pequeño pero importante péptido de 79 aminoácidos, tiene una afinidad elevada por las TRL y atenúa la actividad de LPL y el aclaramiento de TRL, contribuyendo de esta forma a la elevación de los TG. Apo CIII también se encuentra en las HDL, las cuales parecen actuar como «reservorio» para esta apolipoproteína. Un trabajo reciente identificó un papel intracelular para apo CIII en el ensamblaje y secreción de VLDL.15 Experimentos de aleatorización mendeliana y estudios epidemiológicos han establecido que apo CIII puede contribuir causalmente a la ECVA.16,17 Este reconocimiento ha impulsado esfuerzos terapéuticos para disminuir la apo CIII (v. más adelante). FIGURA 48-3 Diagrama esquemático del sistema de transporte de lípidos. Los números en círculos hacen referencia a las explicaciones en el texto. Véanse las tablas 48-1 y 48-3 para las abreviaturas. AGL, ácido graso libre; QM, quilomicrón. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 965 Trasto rn o s d e las lip o p ro teín as y en ferm ed ad card io vascu lar 48 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Una vez la hidrólisis de los TG ha eliminado algunos TG de las VLDL, estas partículas tienen relativamente más colesterol, exponen varias apo- lipoproteínas (específicamente las apolipoproteínas C) y adquieren apo E. Las lipoproteínas residuales de las VLDL, denominadas lipoproteínas de densidad intermedia (IDL), son recaptadas por el hígado a través de su molécula apo E (v. fig. 48-3, parte 3) o sufren deslipidación adicional por la lipasa hepática para formar partículas de LDL (v. fig. 48-3, parte 6). Al menos cuatro receptores captan TRL, restos de TRL y lipoproteínas que contienen apo B: VLDL-R, el receptor de residuos (apo ER2), LDL-R (también llamado receptor de apo B/E) y LRP1. La mayoría de receptores hepáticos comparten la capacidad de reconocer apo E, una asociación que media en la captación de varias clases de lipoproteínas, incluidas VLDL e IDL.5 La compleja interacción entre apo E y su ligando incluye el «acoplamiento» de las TRL sobre los proteoglucanos de sulfato de heparano para presentar el ligando a su receptor. Lipoproteínas de baja densidad Las partículas de LDL contienen predominantemente ésteres de coles- terilo empaquetados con apo B100. Normalmente los TG constituyen únicamente del 4 al 8% de la masa de las LDL (v. tabla 48-1). Los niveles elevados de TG en plasma pueden convertirse en partículas de LDL enriquecidas en TG y con depleción de sus núcleos de ésteres de colesterilo. Tales cambios en los constituyentes nucleares influyen en el tamaño de las partículas de LDL: un aumento de los TG y una disminución relativa de los ésteres de colesterilo producen partículas de LDL más pequeñas y más densas. Los humanos difieren del resto de mamíferos porque utilizan las LDL como transportadoras principales del colesterol. Los primates no humanos alimentados con una dieta enriquecida en colesterol también puedentransportar C-LDL. En el resto de mamíferos, como los roedores o los conejos, las VLDL transportan TG y las partículas de HDL transportan la mayor parte del colesterol. Las células pueden fabricar colesterol a partir de la acilo coenzima A (CoA) a través de reacciones enzimáticas que precisan al menos 33 pasos u obtenerlo en forma de ésteres de colesterilo de las partículas de HDL o LDL. Las células internalizan las LDL a través de LDL-R12 (fig. 48-4). Las partículas de LDL contienen una molécula de apo B. Aunque varios dominios altamente lipófilos de apo B se asocian con fosfolípidos, una región que rodea al residuo 3.500 se une con alta afinidad a LDL-R. LDL-R se localiza en una región de la mem- brana plasmática rica en la proteína clatrina (v. fig. 48-4; v. también fig. 48-3, parte 7). Una vez unida al receptor, la clatrina se polimeriza y forma un endosoma que contiene LDL unida a su receptor, una parte de la membrana plasmática y clatrina. Esta partícula internalizada se fusiona entonces con los lisosomas cuyas enzimas hidrolíticas (hidrolasa de ésteres de colesterilo, catepsinas) liberan el colesterol libre y degradan la apo B. LDL-R libera su ligando y se puede reciclar hacia la membra- na plasmática. La chaperona proproteína convertasa subtilisina/kexina de tipo 9 (PCSK9), secretada por los hepatocitos, sufre escisión autoca- talítica y se une al LDL-R. La asociación con PCSK9 dirige el complejo a la «ruta degradativa lisosómica», con lo que impide el reciclaje normal de C-LDL18 (fig. 48-5). Mutaciones de ganancia de función en el gen PCSK9 causan hipercolesterolemia autosómica dominante, mientras que las mutaciones con pérdida de función aumentan LDL-R y disminuyen C-LDL sustancialmente.19 Las células regulan estrechamente su contenido en colesterol mediante: 1) síntesis de colesterol en RE liso (a través del paso limitante de la hidroximetilglutaril-CoA [HMG-CoA] reductasa); 2) endocitosis de LDL mediada por receptores (dos mecanismos bajo control de la proteína 2 de unión al elemento de respuesta a esteroides [SREBP-2]); 3) flujo del colesterol desde la membrana plasmática hasta las partículas de aceptación del colesterol (predominantemente apo A-I y HDL) a través de los transportadores ABCA1 y ABCG1, y 4) esterificación del colesterol intracelular a través de la enzima acetil-CoA acetiltransferasa (ACAT) (v. fig. 48-4). SREBP-2 regula coordinadamente las dos primeras rutas a nivel de la transcripción genética. El colesterol celular se une a SCAP (proteína SREBP activada por colesterol), la cual está localizada en el RE. El colesterol inhibe la interacción de SCAP con SREBP. En ausencia de colesterol, SCAP media la escisión de SREBP en dos localizaciones por proteasas específicas, con la liberación de un fragmento amino terminal de SREBP. Este fragmento de SREBP migra al núcleo y aumenta la actividad de transcripción de los genes implicados en la homeostasis del colesterol y los ácidos grasos celulares.12 La ruta de ACAT regula el contenido de colesterol en las membranas. Los seres humanos expresan dos formas separadas de ACAT. ACAT1 y ACAT2 derivan de genes diferentes y median en la esterificación del colesterol en el citoplasma y en la luz del RE para el ensamblaje y secreción de lipoproteínas. Lipoproteínas de alta densidad y transporte inverso del colesterol La regulación del flujo del colesterol a partir de las células depende en parte de la vía de ABCA1, controlada a su vez por hidroxiesteroles (especialmente 24- y 27-OH colesterol, que actúan como ligandos para la familia de receptores específicos del hígado [LXR] de factores de trans- cripción nuclear). En condiciones de suficiencia de colesterol, las células pueden disminuir la síntesis de colesterol. Las células también pueden limitar la cantidad de colesterol que les entra a través de LDL-R, con el consiguiente incremento de la cantidad depositada en forma de ésteres de colesterilo, y pueden promover la eliminación del colesterol mediante el aumento de su movimiento hacia la membrana plasmática para su salida. Estudios epidemiológicos han demostrado consistentemente una relación inversa entre los niveles plasmáticos de C-HDL y la presencia de EAC (v. capítulo 45). Las HDL promueven un transporte inverso del colesterol y pueden evitar la oxidación de lipoproteínas y ejercer acciones antiinflamatorias in vitro, entre muchas otras funciones de apariencia beneficiosa.20,21 Aun así, análisis de aleatorización mendelianos han arrojado dudas sobre el papel causal de las HDL como factor protector de riesgo cardiovascular (CV). Las mutaciones de los genes para ABCA1 que causan deficiencia durante toda la vida de HDL no comportan un riesgo CV adicional y, al contrario, los polimorfismos genéticos de los genes que aumentan el C-HDL no se asocian a protección frente a episodios CV.22 Las HDL tienen un metabolismo complejo y poco comprendido. La complejidad surge porque las partículas de HDL adquieren sus componentes de varias fuentes, y estos componentes sufren metabolismo en diferentes localizaciones. Además, niveles en estado de equilibrio de HDL en plasma pueden no reflejar la naturaleza dinámica del tráfico del colesterol mediado por las HDL, al contrario que la situación con las LDL. El intestino y el hígado sintetizan apo A-I, la principal proteína de las HDL. Aproximadamente el 80% de las HDL se originan en el hígado, y el 20%, en el intestino (v. fig. 48-3, parte 5). La apo A-I libre de lípidos adquiere fosfolípidos de las membranas celulares y de fosfolípidos redundantes liberados durante la hidrólisis de TRL. La apo A-I libre de lípidos se une a ABCA1 y promueve la fosforilación del transportador vía AMPc, lo que aumenta el flujo saliente neto de fosfolípidos y colesterol sobre apo A-I para la formación de partículas nacientes de HDL (v. fig. 48-3, parte 10). Esta partícula contiene apo A-I, fosfolípidos, y algo de colesterol libre (fig. 48-6). Estas partículas nacientes de HDL mediarán en la salida adicional de colesterol de las células. Actualmente, las pruebas estándar de laboratorio no miden estos precursores de HDL porque contienen FIGURA 48-4 Homeostasis del colesterol celular en los hepatocitos. Véanse las tablas 48-1 y 48-3 para las abreviaturas. REl, retículo endoplásmico liso. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 966 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI poco o ningún colesterol. Al alcanzar una membrana celular, las partículas nacientes de HDL capturan el colesterol asociado a la mem- brana y promueven la salida de colesterol libre hacia otras partículas de HDL (v. fig. 48-3, parte 10). Conceptualmente, la formación de partículas de HDL parece incluir dos pasos. El primer paso implica la unión de HDL apo A-I a ABCA1 y la generación de un microdominio de membrana específico que permite la posterior lipidación de apo A-I. La salida celular de colesterol a partir de células periféricas como los macrófagos no contribuye de forma importante a la masa global de C-HDL, pero podría exportar colesterol desde ateromas. Los macrófagos pueden transferir colesterol a apo A-I y apo E, a partículas nacientes discoides o elipsoides de HDL a través del transportador ABCA1 (v. fig. 48-6). El transportador ABCG1 no promueve la salida de colesterol celular hacia apo A-I sin lípidos o con pocos lípidos, sino hacia partículas maduras de HDL. Ensayos clínicos in vitro permiten medir la salida de colesterol celular mediada por HDL en muestras plasmáticas, un proceso que parece alterado en muchos estados patológicos, incluidas la diabetes y la EAC. LCAT, una enzima activada por apo A-I, esterifica posteriormente el colesterol libre (v. figs.48-1, 48-3, parte 8, y 48-6). HDL también aporta colesterol a tejidos productores de hormonas esteroideas y al hígado a través de una captación selectiva de colesterol mediada por el receptor de eliminación SR-B1. Por su carácter hidrófobo, los ésteres de colesterilo se desplazan hacia el centro de la lipoproteína y la partícula de HDL asume así una configuración esférica (partícula deno- minada HDL3). Con la esterificación adicional de colesterol, la partícula de HDL aumenta de tamaño para convertirse en la más prominente HDL2. El colesterol de las partículas de HDL se puede transferir a TRL a través de CETP, la cual media en el intercambio equimolar de coles- terol de HDL a TRL y en el movimiento de los TG de las TRL hacia las HDL (v. fig. 48-3, parte 9). La inhibición de CETP aumenta el C-HDL en la sangre y ha sido investigado como objetivo terapéutico para la prevención de la ECV. La PLTP media en la transferencia de fosfolípidos entre TRL y partículas de HDL. Las HDL enriquecidas en TG son denominadas HDL2b. La lipasa hepática puede hidrolizar TG y la lipasa endotelial puede hidrolizar fosfolípidos dentro de estas partículas y convertirlas de nuevo, por tanto, en partículas HDL3. El transporte inverso de colesterol incluye la captación del colesterol celular de fuentes extrahepáticas, como los macrófagos cargados de lípidos, y su esterificación a través de LCAT, transporte mediante partículas de HDL grandes e intercam- bio por una molécula de TG a través de CETP. Los receptores hepáticos pueden actualmente incorporar la molécula colesterol originalmente de una partícula de HDL y residente en una TRL o par t ícula de LDL tras este intercambio. Las partículas de HDL, por tanto, actúan como trans- portadores entre el colesterol tisular, las TRL y el hígado. El transporte de colesterol inverso por las HDL constituye una pequeña pero potencialmente impor tante porción de la masa plasmática de HDL. De hecho, la inactivación selectiva de ABCA1 en los macrófagos no modifica los niveles de C-HDL en ratones, pero aumenta la ateroesclerosis. El componente proteico de las partículas de HDL es intercambiable con las lipoproteínas de otras clases. Los riñones parecen ser una ruta de eliminación de apo A-I y de otras apolipoproteínas de HDL. TRASTORNOS DE LAS LIPOPROTEÍNAS Definiciones El tiempo y nuevos conocimientos han estimulado cambios en la clasificación de los trastornos de las lipoproteínas. La clasificación original de los trastornos de las lipoproteínas realizada por Fredrickson, Lees y Levy (1967) se basaba en el análisis de los patrones de las lipoproteínas por ultracentrifugación o electroforesis y ha caído en desuso (v. ediciones anteriores de este libro para más detalles). FIGURA 48-6 Paso inicial en el flujo saliente de colesterol celular desde los macrófagos y formación de HDL. EC, ésteres de colesterol; LCAT, lecitina colesterol aciltransferasa; SRA, receptor de eliminación de los macrófagos A; TG, triglicérido. FIGURA 48-5 Diagrama de un hepatocito que expresa el receptor para lipoproteínas de baja densidad (LDL-R). Panel superior. En ausencia (o por bloqueo con Acm) de PCSK9, el LDL-R se recicla rápidamente hacia la superficie celular. Las partículas de LDL son eliminadas por endocitosis mediada por el receptor, con lo que se reduce la concentración de C-LDL en la sangre. Panel inferior. PCSK9 acompaña a la partícula compleja de LDL-R/LDL internalizada hacia el compartimento endosoma-lisosoma, donde sufre degradación. La consecuente disminución de LDL-R altera el aclaramiento de LDL, lo que provoca la acumulación de partículas de LDL ricas en colesterol en la sangre. AG, aparato de Golgi; RE, retículo endoplásmico. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 967 Trasto rn o s d e las lip o p ro teín as y en ferm ed ad card io vascu lar 48 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . La mayoría de los clínicos clasifican actualmente los trastornos de las lipoproteínas por el lípido específico de la lipoproteína que se encuentra elevado y, cuando se logra caracterizar en detalle, por el defecto genético (p. ej., hipercolesterolemia familiar [HF]). Por ejemplo, un paciente joven con una erupción xantomatosa y un nivel de TG en plasma de 22 mmol/l (2.000 mg/dl) probablemente sufra una hiperquilomicronemia familiar como resultado de una deficiencia de LPL o por otros defectos monógenos. Un hombre de edad media obeso e hipertenso con un nivel de colesterol de 6,4 mmol/l (245 mg/dl), nivel de TG de 3,1 mmol/l (274 mg/dl), nivel de C-HDL de 0,8 mmol/l (31 mg/ dl) y un nivel calculado de C-LDL de 4,2 mmol/l (162 mg/dl) proba- blemente sufre un síndrome metabólico y ello debe llevar al clínico a buscar otros componentes de este complejo, entre los que se incluyen hipertensión e hiperglucemia. Por el contrario, un hombre obeso de edad media con un nivel plasmático de TG de 7 mmol/l (620 mg/dl) probablemente tenga mutaciones en varios genes asociados con los niveles plasmáticos de TG. La utilidad clínica de los niveles de apolipoproteínas ha generado intenso debate (v. capítulo 45). Tomada como medida única, el nivel de apo B aporta información sobre el número de partículas potencial- mente aterógenas y puede utilizarse como objetivo en los tratamientos de reducción de lípidos. De manera similar, el tamaño de las partículas de LDL se correlaciona fuertemente con los niveles plasmáticos de C-HDL y TG, y la mayoría de los estudios no demuestran que sea un factor de riesgo CV independiente. Las partículas pequeñas y densas de LDL tienden a asociarse con características de síndrome metabólico, que habitualmente incluyen dislipoproteinemia con niveles plasmáticos de TG elevados y de C-HDL reducidos. Los estudios Emerging Risk Factors Collaboration han demostrado que la medida de no C-HDL es equivalente a la medida de apo B para la determinación del riesgo CV. De hecho, la medida de no C-HDL engloba el contenido en colesterol en lipoproteínas que contienen apo B. De manera similar, C-HDL se asocia también al riesgo de ECV, como apo A-I.23 Trastornos genéticos de las lipoproteínas La comprensión de la genética del metabolismo de las lipoproteínas se ha expandido con rapidez. La clasificación de los trastornos genéticos de las lipoproteínas suele requerir un fenotipo bioquímico además de un fenotipo clínico. Con la excepción de la HF, los trastornos monogénicos tienden a ser infrecuentes o muy raros. Los trastornos considerados hereditarios tras un estudio familiar detallado pueden resultar difíciles de caracterizar sin ambigüedad debido a edad, sexo, penetración e interacciones entre genes y medioambientales. La mayoría de las enfermedades comunes de las lipoproteínas que se ven en clínica son el resultado de la interacción de una edad creciente, ausencia de ejercicio físico, ganancia ponderal y una dieta subóptima con un entorno genético individual. Los trastornos genéticos de las lipoproteínas pueden elevar o reducir los niveles de LDL, Lp(a), restos de lipoproteínas, TRL (quilomicrones y VLDL) o HDL (tabla 48-4). Lipoproteínas de baja densidad (hiperlipidemia de tipo II) Hipercolesterolemia familiar El aclaramiento de la ruta por la que moléculas complejas entran en la célula por endocitosis mediada por receptores y el descubrimiento del LDL-R representan puntos de referencia en la biología celular y en la investigación clínica.12 Las personas afectadas presentan un nivel elevado de C-LDL, por encima del percentil 95 para edad y sexo, aproximadamente de 190 mg/dl (5 mmol/l) en adultos. En la edad adulta las manifestaciones clínicas incluyen anilloscorneales, xantomas tendinosos sobre los tendones extensores (tendones de articulaciones metacarpofalángicas, rotulianos, tricipitales y de Aquiles) y xantelas- mas. La transmisión es autosómica codominante. El diagnóstico de HF se suele realizar de acuerdo con los criterios de la Dutch Lipid Clinics Network (tabla 48-5) o los criterios de Simon-Broome (tabla 48-6).24 Ambos tienen gran concordancia y se basan en los niveles absolutos de C-LDL, los antecedentes familiares de ECVA prematura, los antecedentes familiares de elevación del C-LDL, las manifestaciones cutáneas y, si están disponibles, de los análisis del ADN. La HF afecta aproximadamen- te a 1 de cada 250 personas,25,26 y su prevalencia es mayor en poblaciones con un «efecto de fundadores». Los pacientes con HF tienen un alto riesgo de desarrollar EAC hacia la tercera o cuarta década en hombres y aproximadamente de 8 a 10 años después en mujeres. El diagnóstico se basa en la elevación del nivel plasmático de C-LDL, los antecedentes familiares de EAC prematura y la presencia de xantomas. La presencia de una mutación en un gen que se sabe produce HF aumenta el riesgo CV más de 20 veces.27 Hay que resaltar que un reconocimiento precoz en la infancia o a principios de la edad adulta y el tratamiento (estatinas) pueden normalizar la esperanza de vida.24 GEN DEL RECEPTOR DE LIPOPROTEÍNAS DE BAJA DENSIDAD. Los defectos en el gen LDLR producen una acumulación de partículas de LDL en el plasma y alteran, por consiguiente, el funcionamiento de la proteína LDL-R y causan HF (v. fig. 48-3, parte 7). Bastantes más de 1.700 mutaciones del gen LDLR pueden producir HF. APOLIPOPROTEÍNA B DEFECTUOSA FAMILIAR. Las mutaciones en el gen APOB que llevan a una interacción anormal entre ligando y receptor pueden causar una forma de hipercolesterolemia autosómica dominante clínicamente indiferenciable de la HF. Varias mutaciones en el punto postulado de unión de LDL-R producen una apo B100 defectuosa (v. fig. 48-3, parte 7). La apo B defectuosa ha reducido su afinidad (20 a 30% respecto a controles) por el LDL-R. Las partículas de LDL con apo B defectuosa tienen una vida media plasmática tres o cuatro veces superior a la vida media de la LDL normal. Debido a su mayor persistencia, estas partículas de LDL sufren más fácilmente modificaciones oxidativas que pueden potenciar su aterogenicidad. Las personas afectadas suelen presentar niveles de C-LDL elevados hasta 400 mg/dl (10,4 mmol/l), pero también pueden mostrar niveles TABLA 48-4 Trastornos genéticos de las lipoproteínas enFerMedad gen FigUra 48-3 Partículas de lipoproteínas de baja densidad (LDL) Hipercolesterolemia autosómica dominante (HAD) Hipercolesterolemia heterocigótica familiar (HHeF) LDLR 7 Hipercolesterolemia homocigótica familiar (HHoF) LDLR 7 Deficiencia familiar de apo B100 Apo B 7 Mutaciones de ganancia de función de PCSK9 PCSK9 7 Hipercolesterolemia autosómica recesiva LDLRAP1 7 Abetalipoproteinemia MTTP Hipobetalipoproteinemia APOB Sitosterolemia familiar ABCG5/ABCG8 Hiperlipoproteinemia familiar Lp(a) APOA Restos de lipoproteínas Disbetalipoproteinemia de tipo III APOE 3 Deficiencia de lipasa hepática LIPC 6 Lipoproteínas ricas en triglicéridos (TRL) Deficiencia de lipoproteína lipasa (síndrome de quilomicronemia familiar [SQF]) LPL 2 Deficiencia de apo C-II APOCII 2 Deficiencia de apo A-V APOAV Hipertrigliceridemia familiar Poligénica Hiperlipidemia combinada familiar Poligénica Lipoproteínas de alta densidad (HDL) Deficiencia de apo A-I APOAI 5 Enfermedad de Tangier/deficiencia familiar de HDL ABCA1 10 Síndromes de deficiencia familiar de LCAT LCAT 8 Deficiencia de CETP CETP 9 Enfermedad de Niemann-Pick de tipos A y B SMPD1 Enfermedad de Niemann-Pick de tipo C NPC1 Otra Xantomatosis cerebrotendinosa CYP27A1 CETP, proteína de transferencia de ésteres de colesterilo; LCAT, lecitina-colesterol aciltransferasa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 968 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI normales. La apo B100 defectuosa familiar tiene una prevalencia menor que las mutaciones de LDLR (1 cada 500). PROPROTEÍNA CONVERTASA, SUBTILISINA/KEXINA DE TIPO 9. Las mutaciones de ganancia de función en el gen PCSK9 reducen la disponibilidad de superficie de la proteína LDL-R y causan acumulación de C-LDL en plasma. Una mutación de pérdida de función en PCSK9 supone menos C-LDL que en individuos sin la mutación. Las personas afroamericanas de raza negra tuvieron una mayor prevalencia de esta mutación protectora que las personas de raza blanca en el estudio Athe- roesclerosis Risk in Communities (ARIC), y los participantes con bajo C-LDL durante toda la vida debido a una mutación en un locus del gen PCSK9 presentaron una marcada reducción de episodios coronarios,19 lo que confirmaba que los estados genéticos de bajo C-LDL reducen el riesgo CV. Aunque PCSK9 es una diana terapéutica, la inhibición de pequeñas moléculas no ha tenido éxito a la hora de bloquear la función de PCSK9. La administración parenteral de anticuerpos monoclonales (Acm) humanizados o totalmente humanos dirigidos contra PCSK9 reduce en gran medida el C-LDL en humanos.28,29 Ensayos clínicos a gran escala que analicen el efecto de reducciones adicionales del C-LDL mediante inhibidores de PCSK9 determinarán la utilidad clínica de estos agentes en la prevención y el tratamiento de la ECVA. HIPERCOLESTEROLEMIA POLIGÉNICA. En la mayoría de cohortes de pacientes con «HF definitiva», hasta un 20% no presentan mutaciones en los genes LDLR, APOB o PCSK9. La secuenciación amplia de exoma ha identificado varios otros genes que causan una fenocopia de la HF, pero algunos pacientes muestran una acumulación de polimorfismos de nucleótido único (SNP, single-nucleotide polymorphisms) en genes que se sabe elevan el C-LDL en estudios de asociación del genoma completo (GWAS, genome-wide association studies) a gran escala.30 Hipercolesterolemia autosómica recesiva. Una forma autosómica recesiva de HF identificada en una familia de Cerdeña se debe a una mutación en el gen que codifica la proteína adaptadora del LDL-R (gen LDL-RAP-1), el cual codifica una proteína implicada en el reciclaje del LDL-R.31 Otros genes, incluidos APOE del166LEU,32,33 STAP134 y el de la lipasa ácida lisosómica (LIPA),35 causan una fenocopia de la HF. Hipobetalipoproteinemia y abetalipoproteinemia. Mutaciones en el gen APOB pueden dar lugar a formas truncadas del péptido apo B100 maduro. Muchas de tales mutaciones causan un síndrome caracterizado por reducción de C-LDL y C-VLDL, pero con ninguna o escasas manifestaciones clínicas y ningún riesgo conocido de ECV, una entidad conocida como hipobetalipoproteinemia. La apo B truncada próxima a su amino terminal pierde su capacidad de unión a lípidos y produce un síndrome similar a la abetalipoproteinemia, un raro trastorno recesivo de las lipoproteínas de la infancia que produce retraso mental y alteraciones del crecimiento. La abetalipoproteinemia se debe a una mutación en el gen que codifica la proteína de transferencia microsómica de TG (MTTP), la cual es necesaria para el ensamblaje de las lipoproteínas que contienen apo B en el hígado y el intestino. La ausencia resultante de lipoproteínas que contienen apo B en el plasma ocasiona una falta de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) que circulan en las lipoproteínas. A su vez, esta deficiencia da lugar a alteraciones mentales y del desarrollo en los niños afectados. Sitosterolemia. Una condición rara de aumento de la absorción intestinal y reducción de la excreción de los esteroles de las plantas (sitos- terol y campesterol) puede simular una HF grave con extensaformación de xantomas.36 En pacientes con sitosterolemia aparece ateroesclerosis prematura, a menudo evidente clínicamente mucho antes de alcanzar la edad adulta. El diagnóstico requiere un análisis especializado de los esteroles plasmáticos con el que se documente la elevación de sitosterol, campesterol, colestanol, sitostanol y campestanol. Los pacientes con sitos- terolemia tienen niveles de colesterol en plasma normales o reducidos y concentraciones normales de TG. Los pacientes con sitosterolemia presentan raras mutaciones homocigóticas (o heterocigóticas complejas) en los genes ABCG5 y ABCG8. Los productos de los genes de ABCG5 y ABCG8 son semitransportadores ABC y forman un heterodímero localizado en el borde velloso de las células intestinales que bombea activamente esteroles de las plantas de vuelta hacia la luz intestinal. Un defecto de cualquiera de los genes inactiva este mecanismo de transporte, lo que produce la acumulación neta de los esteroles de las plantas (debido a alteración en su eliminación). Lipoproteína(a) Lp(a) (que se pronuncia «lipoproteína a minúscula») consiste en una partícula de LDL unida covalentemente a una molécula de apo (a). La molécula apo (a) está constituida por una proteína con un alto grado de homología con el plasminógeno. El gen para apo (a) parece haberse originado del gen del plasminógeno. El gen de apo (a) tiene múltiples repeticiones de uno de los motivos kringle (kringle IV), las cuales varían en número de 12 a más de 40 en cada individuo. Los niveles plasmáticos de Lp(a) dependen casi por completo de la genética y se correlacionan inversamente con el número de repeticiones kringle y, por tanto, con el peso molecular de apo (a). Los datos genéticos en humanos implican a Lp(a) como factor causante de riesgo CV. Las concentraciones de Lp(a) siguen una distribución desigual en la población y los americanos de raza negra tienden a presentar unos niveles de Lp(a) mayores que el resto de grupos étnicos de EE. UU. Pocos factores medioambientales o medicaciones modulan los niveles plasmáticos de Lp(a). La patogenia de Lp(a) puede resultar de su potencial antifibrinolítico y a la capacidad para unirse a lipoproteínas oxidadas.37 El polimorfismo genético en el TABLA 48-5 Diagnóstico de hipercolesterolemia familiar (HF) según los Dutch Lipid Clinic Network Criteria CriterioS pUntoS diagnÓStiCoS* Antecedentes familiares Familiar de primer grado con enfermedad coronaria y vascular prematura conocida (hombres < 55 años, mujeres < 60 años) o Familiar de primer grado con colesterol en lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) > percentil 95 conocido o Familiar de primer grado con xantomas tendinosos y/o anillo corneal 1 punto O Niños < 18 años con C-LDL > percentil 95 2 puntos Antecedentes clínicos El paciente presenta cardiopatía isquémica prematura (hombres < 55 años, mujeres < 60 años) 2 puntos El paciente presenta enfermedad cerebral o vascular periférica prematura (hombres < 55 años, mujeres < 60 años) 1 punto Exploración física Xantomas tendinosos 6 puntos Anillo corneal < 45 años 4 puntos Análisis de laboratorio C-LDL > 8,5 mmol/l 8 puntos C-LDL 6,5-8,4 mmol/l 5 puntos C-LDL 5-6,4 mmol/l 3 puntos C-LDL 4-4,9 mmol/l 1 punto Análisis del ADN Presencia de mutación funcional en gen LDLR 8 puntos *El diagnóstico de HF es: cierto cuando se reúnen > 8 puntos; probable cuando se reúnen 6-8 puntos, y posible cuando se reúnen 3-5 puntos. TABLA 48-6 Criterios de Simon-Broome para la hipercolesterolemia familiar (HF) Se diagnostica a una persona de HF DEFINITIVAMENTE si tiene: • Colesterol total > 7,5 mmol/l en adultos o colesterol total > 6,7 mmol/l en niños < 16 años O C-LDL > 4,9 mmol/l en adultos o C-LDL > 4 mmol/l en niños Y xantomas tendinosos o hay evidencia de estos signos en familiares de primer o segundo grado O • Evidencia basada en el ADN de una mutación de LDLR, defecto familiar de apo B-100, o una mutación de PCSK9 Se diagnostica a una persona de HF PROBABLE si tiene: • Colesterol total > 7,5 mmol/l en adultos o colesterol total > 6,7 mmol/l en niños < 16 años O C-LDL > 4,9 mmol/l en adultos o C-LDL > 4 mmol/l en niños MÁS • Antecedentes familiares de infarto de miocardio con < 50 años en un familiar de segundo grado o con < 60 años en un familiar de primer grado O • Antecedentes familiares de elevación de la concentración total de colesterol > 7,5 mmol/l en un familiar de primer o segundo grado Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 969 Trasto rn o s d e las lip o p ro teín as y en ferm ed ad card io vascu lar 48 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . gen LPA ha demostrado una fuerte asociación con calcificación aórtica y puede tener un papel causal en la estenosis aórtica.38 Lipoproteínas ricas en triglicéridos En personas con síndrome metabólico y en pacientes diabéticos, la elevación de los niveles plasmáticos de TG se debe con mayor frecuencia a la presencia de obesidad visceral (abdominal) y a una dieta rica en calorías, hidratos de carbono y grasas saturadas (v. capítulos 45 y 50). Una elevación grave de los TG plasmáticos puede deberse a trastornos genéticos de las enzimas procesadoras o de las apolipoproteínas y a una diabetes mal controlada. La controversia respecto al papel causal de los TG en la patogenia de la ECVA continúa. Es probable que el contenido en colesterol de las TRL, sus restos y la apo CIII asociada, más que los propios TG, constituyan las moléculas causales en esta clase de lipoproteínas.39 Hipertrigliceridemia familiar (hiperlipoproteinemia de tipo IV) La hipertrigliceridemia familiar no se asocia a signos clínicos como anillos corneales, xantomas o xantelasmas. Los TG plasmáticos, el C-VLDL y los TG en VLDL se encuentran de moderada a marcadamente elevados; el nivel de C-LDL suele ser bajo, como también el C-HDL. El colesterol total es normal o está elevado en función de los niveles de C-VLDL. Las concentraciones plasmáticas de TG en ayunas se encuentran entre 2,3 y 5,7 mmol/l (200-500 mg/dl). Tras la ingesta, los TG plasmáticos pueden superar los 11,3 mmol/l (1.000 mg/dl). Esta enfermedad se concentra entre los familiares de primer grado, pero varía fenotípicamente en función del sexo, la edad, el uso de hormonas (especialmente estrógenos) y la dieta. La ingesta de alcohol estimula potencialmente la hipertrigliceridemia en estos pacientes, como lo hace la ingesta calórica o de hidratos de carbono. La hiper- trigliceridemia familiar tiene una relación más débil con la EAC que la hiperlipidemia combinada familiar, pero no todos los estudios apoyan esta asociación. En función de los criterios utilizados, la prevalencia de hipertrigliceridemia familiar se sitúa entre 1 cada 100 y 1 cada 50. Este trastorno altamente heterogéneo probablemente se debe a varios genes, así como a una influencia medioambiental fuerte.40 Una enfermedad genética ligada al X no relacionada, la glicerolemia familiar, puede simular una hipertrigliceridemia familiar porque la mayoría de técnicas de medición utilizadas para los TG utilizan la medida del glicerol tras la hidrólisis enzimática de los TG. El diagnóstico de hiperglicerolemia familiar requiere la ultracentrifugación del plasma y el análisis del glicerol. La sobreproducción hepática de VLDL produce hipertrigliceridemia familiar (v. fig. 48-3, parte 4); el catabolismo (captación) de partículas de VLDL puede ser normal o estar reducido. La lipólisis por la LPL parece ade- cuada en condiciones basales, pero no cuando la carga de TG es excesiva, especialmente tras una comida grasa. Los estudios genéticos en humanos han demostradoque muchos casos de hipertrigliceridemia grave se deben a mutaciones en uno o más de los genes asociados con el metabolismo de los TG.40 El tratamiento se basa en primer lugar en modificaciones de los hábi- tos de vida, entre las que se encuentran la reducción de peso en individuos con sobrepeso, la limitación de la ingesta alcohólica, la disminución de la ingesta calórica, el aumento del ejercicio y la interrupción de las hormonas (estrógenos y progesterona o esteroides anabolizantes). Un trastorno poco frecuente que se caracteriza por una elevación grave de los niveles plasmáticos de TG (tanto VLDL como quilomicrones) se asocia a una dieta rica en grasas, obesidad y diabetes mal controlada. Conocida como hiperlipidemia de tipo V, su patogenia es multifactorial y se debe a la sobreproducción tanto de VLDL como de quilomicrones y a una disminución del catabolismo de estas partículas. Síndrome de hiperquilomicronemia familiar (hiperlipidemia de tipo I). En esta rara enfermedad que cursa con hipertrigliceridemia grave se elevan los TG plasmáticos en ayunas a más de 11,3 mmol/l (> 1.000 mg/dl). Estos pacientes presentan episodios recurrentes de pancreatitis y xantomas eruptivos. La hipertrigliceridemia grave también puede asociarse a lipidemia retiniana, xerostomía, xeroftalmía y alteraciones del comportamiento. La hipertrigliceridemia se debe a una actividad marcadamente reducida o ausente de la LPL o, más raramente, a la ausencia de su activador apo C-II (v. fig. 48-3, parte 2). Estos defectos llevan a una falta de hidrólisis de quilomicrones y VLDL y a su acumulación en el plasma, especialmente tras las comidas. Pueden observarse elevaciones extremas de los TG plasmáticos (> 113 mmol/l; > 10.000 mg/dl). Las mutaciones de varios genes asociados al metabolismo de los TG pueden dar lugar a niveles altos de quilomicrones. El plasma de un paciente con niveles muy elevados de TG es blanco lechoso y se puede ver una banda clara de quilomicrones en la parte superior del plasma si se mantiene toda la noche en la nevera. Las poblaciones con «efecto de fundadores» pueden presentar una alta prevalencia de mutaciones de LPL. Al menos 60 mutaciones de LPL pueden ocasionar deficiencia de LPL. LPL188, LPLasn291ser y LPL207 se asocian con frecuencia a hiperquilomicronemia. Los heterocigóticos para este trastorno tienden a presentar un aumento de los TG plasmáticos en ayunas y partículas de LDL más densas y pequeñas. Muchos pacientes con deficiencia completa de LPL muestran retraso del crecimiento durante la infancia y presentan brotes recurrentes de pancreatitis. Para subrayar la importancia del papel de la LPL, la deficiencia de lpl en ratones lleva a un fenotipo perinatal letal. El tratamiento de la pancreatitis aguda comprende hidratación intravenosa y evitación de las grasas en la dieta (incluida la grasa de la nutrición parenteral), y solo raramente precisa filtración del plasma. El tratamiento crónico supone la abstinencia de alcohol y de grasas en la dieta. La adición de ácidos grasos de cadena corta (que no se incorporan a los quilomicrones) puede aumentar la palatabilidad de la dieta. Un ARN antisentido (volanesorsén, IONIS-APOCIIIRx) dirigido contra la apo CIII se ha mostrado prometedor en el tratamiento de la hipertrigliceridemia grave,41 pero requiere evaluación de su seguridad a largo plazo. La inhibición de la diacilglicerol aciltransferasa 1 (DGAT1), que media en la síntesis de quilomicrones con TG, con el compuesto pradigas- tat, representa una potencial vía terapéutica para estos pacientes.42 Hiperlipoproteinemia de tipo III. También conocida como dis- betalipoproteinemia o enfermedad β extensa, la hiperlipoproteinemia de tipo III es un raro trastorno genético de las lipoproteínas que se caracteriza por la acumulación de restos de partículas de lipoproteínas en plasma. La electroforesis de lipoproteínas en gel de agarosa demuestra el patrón típico de una banda ancha entre las lipoproteínas pre-β (VLDL) y β (LDL), de donde deriva el nombre de «enfermedad de β ancha». Los pacientes con esta enfermedad tienen aumentado el riesgo CV. Los hallazgos clínicos incluyen xantomas tuberosos y xantomas estriados palmares patognomónicos. El perfil de lipoproteínas muestra aumento de los niveles de colesterol y TG y reducción del C-HDL. Los restos de las lipoproteínas (quilomicrones y VLDL parcialmente catabolizadas) se acumulan en el plasma y se enriquecen con ésteres de colesterol. El defecto se debe a una apo E anormal, la cual no se une a los receptores hepáticos que reconocen la apo E como ligando (v. fig. 48-3, parte 3). Los pacientes con hiperlipoproteinemia de tipo III presentan un índice elevado de colesterol VLDL respecto a TG, que normalmente es inferior a 0,7 (cuando se mide en mmol/l; < 0,3 en mg/ dl), debido al enriquecimiento de las partículas residuales con ésteres de colesterilo. Por tanto, el cálculo del C-LDL en tales pacientes no resulta fiable, siendo precisa una medición directa del mismo. El diagnóstico incluye la ultracentrifugación del plasma para separar las lipoproteínas, la electroforesis de lipoproteínas y el feno- o genotipificado de apo E. Los pacientes con hiperlipoproteinemia de tipo III tienen el fenotipo o genotipo apo E2/2. La apo E tiene tres alelos comunes: E2, E3, y E4. El alelo apo E2 presenta una unión marcadamente disminuida con el receptor apo B/E. El genotipo apo E2/2 tiene una prevalencia de aproximadamente entre el 0,7 y el 1%. La hiperlipoproteinemia de tipo III aparece en aproximadamente el 1% de las personas con el genotipo apo E2/2. Las razones para la relativa rareza de la dislipoproteinemia de tipo III no son totalmente conocidas. Mutaciones en otros genes asociados con el metabolismo de los TG con- tribuyen a la expresión fenotípica del genotipo apo E2/2.40 Otras raras mutaciones del gen para la apo E pueden causar hiperlipoproteinemia de tipo III. En general, la dislipoproteinemia de tipo III responde bien al tratamiento dietético, a la corrección de otras alteraciones metabólicas (diabetes, obesidad, hipotiroidismo) y, en los pacientes que precisan trata- miento farmacológico, al uso de derivados del ácido fíbrico o a estatinas. La importancia del gen y de la proteína apo E viene resaltado por el uso generalizado del ratón deficiente en apo E, que desarrolla ateroesclerosis. Hiperlipidemia combinada familiar La hiperlipoproteinemia combinada familiar es uno de los trastornos familiares de las lipoproteínas más frecuentes. Descrita inicialmente en supervivientes de un infarto de miocardio (IM), la definición de hiperlipoproteinemia combinada familiar ha sufrido varios refinamientos. Se caracteriza por la presencia de niveles de colesterol total y/o TG elevados a partir de umbrales arbitrarios en varios miembros de la misma familia. Los avances en las técnicas de análisis han añadido la medida del C-LDL y, en algunos casos, de los niveles de apo B. Debido a la ausencia de un marcador clínico o bioquímico claramente definido, hay solapamiento entre hiperlipoproteinemia combinada familiar, hipertensión dislipidémica familiar, síndrome metabólico e hiperapobe- talipoproteinemia. La heterogeneidad genética probablemente subyace a la hiperlipoproteinemia combinada familiar, que tiene una prevalencia de aproximadamente 1 cada 50 y supone del 10 al 20% de los pacientes Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 970 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI con EAC prematura. Esta entidad tiene pocos signos clínicos: anillos corneales, xantomas y xantelasmas aparecen con poca frecuencia. Entre las alteraciones bioquímicas se encuentran la elevación de los niveles plasmáticos de colesteroltotal y C-LDL (percentil > 90-95) y/o de los TG en plasma (percentil > 90-95) –un fenotipo de lipoproteínas IIb, a menudo en correlación con niveles bajos de C-HDL y elevados de apo B–; con frecuencia se ven partículas de LDL pequeñas y densas. El diagnóstico de hiperlipoproteinemia combinada familiar requiere la identificación del trastorno en al menos un familiar de primer grado. La alteración metabólica subyacente parece abarcar una sobreproducción hepática de lipoproteínas que contienen apo B, un retraso del aclaramiento pos- prandial de TRL y un aumento del flujo de AGL hacia el hígado. Datos experimentales han demostrado que los niveles de sustratos llevan a la secreción hepática de apo B, siendo los sustratos más impor- tantes los AGL y los ésteres de colesterilo. El mayor aporte de AGL hacia el hígado, como sucede en los estados de resistencia a la insulina y obesidad visceral, lleva a un incremento de la secreción hepática de apo B. La hiperlipoproteinemia combinada familiar tiene una genética compleja. Inicialmente fue considerada un rasgo autosómico codominante; entre los factores modificadores se encuentran el sexo, la edad de comienzo y estados comórbidos, como obesidad, sedentarismo y dieta. Nuevos locus en los genes del factor de transcripción previo en la ruta 1 (USF1) y de la estearoil-CoA desaturasa 1 son genes candidatos prometedores relacionados con la hiperlipoproteinemia combinada familiar. La descripción de la pérdida de función en el gen proteína 3 similar a la angiopoyetina (ANGPTL3) en una familia con hipolipidemia familiar renovó el interés por las proteínas 3, 4 y 5 similares a la angiopoyetina, las cuales modulan las actividades de LPL y de la lipasa endotelial43,44 (v. fig. 48-3, parte 2). La base genética para la dislipidemia de tipo III y la hiperlipidemia combinada familiar probablemente se apoya en una combinación de múltiples defectos genéticos, cuya suma acumulada produce un fenotipo clínico, especialmente en el contexto de unos hábitos de vida malos.40 Lipoproteínas de alta densidad Los niveles plasmáticos reducidos de C-HDL se correlacionan consis- tentemente con el desarrollo o presencia de EAC. La mayoría de casos de reducción del C-HDL se deben a elevación de los niveles plasmáticos de TG o de apo B y a menudo se asocian con otras características del sín- drome metabólico. Los trastornos genéticos de las HDL pueden deberse a una disminución de su producción o a maduración anormal y aumento del catabolismo. Los trastornos genéticos de las lipoproteínas que llevan a elevaciones de moderadas a graves de los TG en plasma producen una reducción de los niveles de C-HDL. La hiperquilomicronemia familiar, hipertrigliceridemia familiar y la hiperlipoproteinemia combinada familiar están asociadas a una reducción de los niveles de C-HDL. En las enfermedades complejas del metabolismo de las lipoproteínas, como la hiperlipidemia combinada familiar, el síndrome metabólico y las formas frecuentes de hipertrigliceridemia, hay varios factores que más probablemente se correlacionan con el nivel bajo de C-HDL. Los niveles plasmáticos de TG y de C-HDL varían en sentido inverso. Hay varias razones para esta asociación: 1) la disminución de la lipólisis de las TRL reduce la disponibilidad de sustrato (fosfolípidos) para la maduración de las HDL; 2) las HDL enriquecidas con TG tienen una mayor tasa catabólica y, por tanto, se reduce su concentración en el plasma, y 3) el mayor acúmulo de TRL desplaza el colesterol de compartimento de las HDL por intercambio mediado por CETP. Trastornos de la biogenia de las lipoproteínas de alta densidad44 DEFECTOS DEL GEN DE APOLIPOPROTEÍNAS A-I. Los defectos primarios que afectan a la producción de partículas de HDL pueden estar causados por mutaciones en el complejo de genes apo A-I–C- III–A-IV-AV. Más de 50 mutaciones afectan a la estructura de apo A-I y llevan a una marcada reducción de los niveles de C-HDL. No todos estos defectos se asocian a EAC prematura. Los hallazgos clínicos pueden variar desde una xantomatosis atípica extensa e infiltración corneal con lípidos hasta ninguna manifestación. El tratamiento de estos defectos genéticos de apo A-I generalmente no produce elevación del C-HDL. Otras mutaciones de apo A-I dan lugar a una elevación de la tasa catabólica de apo A-I y pueden no asociarse a ECV. Una de estas mutaciones, apo A-IMilano (apo A-IArg173Cys), parece no aumentar el riesgo de ECV a pesar de niveles muy bajos de HDL. Enfermedad de Tangier y deficiencia familiar de lipoproteínas de alta densidad. Una rara enfermedad por deficiencia de HDL, identificada en un paciente originario de la isla Tangier, la enfermedad de Tangier y la deficiencia familiar de HDL, se debe a mutaciones en el gen ABCA1, que codifica el transportador ABCA1 (v. fig. 48-6). Más de 200 mutaciones en ABCA1 pueden producir la enfermedad de Tangier (mutaciones homo- cigóticas o heterocigóticas compuestas) o la deficiencia familiar de HDL (mutaciones heterocigóticas). Los pacientes con la enfermedad de Tangier o la deficiencia familiar de HDL pueden encontrarse en mayor riesgo de EAC, contrarrestado por sus niveles muy bajos de C-LDL. El análisis de aleatorización mendeliana no ha apoyado una relación causal entre las mutaciones en el gen ABCA1 y la ECVA. La enfermedad de Niemann-Pick de tipo C es un trastorno del trans- porte lisosómico del colesterol. En estos pacientes frecuentemente aparecen retraso mental y manifestaciones neurológicas. El fenotipo celular incluye una esterificación del colesterol muy disminuida y un defecto en el transporte celular del colesterol en el aparato de Golgi. El gen de la enfermedad de Niemann-Pick de tipo C (NPC1) traslada el colesterol entre la «última ruta endosómica» y la membrana plasmática. Las células de la enfermedad de Niemann-Pick de tipo C carecen de la proteína NPC1; el secuestro intracelular del colesterol suprime ABCA1, lo que altera el flujo saliente celular de colesterol y el ensamblaje de las HDL. Trastornos de las enzimas procesadoras de lipoproteínas de alta densidad Deficiencia de lecitina-colesterol aciltransferasa. Los defectos genéticos de las enzimas de procesamiento de las HDL dan lugar a fenotipos interesantes. La deficiencia de LCAT, la enzima que cataliza la formación de ésteres de colesterilo en el plasma, produce infiltración corneal de lípidos neutros y alteraciones hematológicas como resultado de una constitución anormal de las membranas de los eritrocitos. La deficiencia de LCAT puede conducir a una entidad conocida como «enfermedad de los ojos de pez» a causa del patrón característico de infiltración corneal apreciado en los individuos afectados. A pesar de una profunda deficiencia de C-HDL, la deficiencia de LCAT no parece aumentar el riesgo de EAC. Deficiencia de la proteína de transferencia de ésteres de coles- terilo. Los pacientes sin CETP tienen niveles muy elevados de C-HDL, que están enriquecidas en ésteres de colesterilo. Como la CETP facilita la trans- ferencia de ésteres de colesterilo en HDL a las TRL, una deficiencia de esta enzima produce la acumulación de ésteres de colesterilo en las partículas de HDL. La deficiencia de CETP no se asocia a EAC prematura, pero puede no ofrecer protección frente a la EAC. Debido a sus efectos sobre el C-HDL, la inhibición de la CETP ha sido analizada como tratamiento, aunque hasta la fecha no ha demostrado buenos resultados. La enfermedad de Niemann-Pick de tipo I (subtipos A y B), que está causada por mutaciones en el gen de la esfingomielina fosfodiesterasa 1 (SMPD1), se asocia a un nivel bajo de C-HDL. El gen SMPD1 codifica una esfingomielinasa lisosómica (ácida) y secretora. El bajo nivel de C-HDL en los pacientes con la enfermedad de Niemann-Pick A y B parece el resultado de una disminución en la reacción de LCAT debido a constituyentes anormales de HDL. Algunos GWAS recientes han identificado múltiples locus de genes asociados
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