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Un electrolito es una sustancia que, en solución acuosa o en estado fundido, puede conducir electricidad. Los electrolitos son compuestos que se disocian en iones cuando se disuelven en agua o se funden, lo que permite el flujo de corriente eléctrica a través de la solución. Existen dos tipos principales de electrolitos: electrolitos fuertes y electrolitos débiles. Los electrolitos fuertes se disocian completamente en iones cuando se disuelven en agua, mientras que los electrolitos débiles se disocian parcialmente. Cuando un electrolito se disuelve en agua, los iones positivos (cationes) y los iones negativos (aniones) se separan y se dispersan en la solución. Estos iones cargados pueden moverse libremente y conducir la corriente eléctrica. Los iones positivos se desplazan hacia el polo negativo, y los iones negativos se desplazan hacia el polo positivo, creando un flujo de carga eléctrica a través de la solución. Ejemplos comunes de electrolitos incluyen los compuestos iónicos como el cloruro de sodio (NaCl), el sulfato de magnesio (MgSO4) y el nitrato de potasio (KNO3). Estos compuestos se disocian completamente en iones cuando se disuelven en agua, lo que los convierte en buenos conductores de electricidad. La presencia de electrolitos en soluciones acuosas es esencial para muchas funciones biológicas y procesos químicos. En el cuerpo humano, por ejemplo, los electrolitos como el sodio (Na+), el potasio (K+), el calcio (Ca2+), el magnesio (Mg2+) y el cloruro (Cl-) desempeñan roles críticos en la conducción nerviosa, la contracción muscular, el equilibrio de líquidos y otras funciones fisiológicas. Es importante destacar que las sustancias no iónicas, como los compuestos covalentes como el agua (H2O) o el alcohol (C2H5OH), no son electrolitos, ya que no se disocian en iones y no pueden conducir electricidad. En resumen, un electrolito es una sustancia que, en solución acuosa o en estado fundido, puede conducir electricidad debido a su capacidad de disociarse en iones. Los electrolitos pueden ser fuertes o débiles, dependiendo de la extensión de su disociación iónica. Son importantes en numerosos procesos biológicos y reacciones químicas que implican la conducción eléctrica.
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