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732 Capítulo 34 mente diferentes de otras células epidérmicas. Las células subsidiarias ofrecen un depósito de agua y iones que se mueven adentro y fuera de las células oclusivas mientras cambian de forma durante la abertura y cierre de la estoma (lo que se estudia más adelante en el capítulo). El tejido fundamental fotosintético de la hoja, llamado mesófi lo (del griego meso, “la mitad de”; y phyll, “hoja”), está en medio de la epi- dermis superior y la epidermis inferior. Las células del mesófi lo, que son células parenquimatosas (vea el capítulo 33) empacadas con cloroplas- tos, están ordenadas holgadamente, con muchos espacios de aire entre ellas que facilitan el intercambio de gases. Estos espacios de aire interce- lular representan hasta el 70% del volumen de la hoja. En muchas plantas, el mesófi lo se divide en dos subcapas. Hacia la epidermis superior, las células de columna se apilan estrechamente en una capa llamada mesófi lo en empalizada. En la porción inferior, las células están ordenadas más fl ojas e irregularmente en una capa llamada mesófi lo esponjoso. Las dos capas tienen diferentes funciones. El mesó- fi lo en empalizada está especializado para la captura de luz y es el princi- pal sitio de fotosíntesis en la hoja. La fotosíntesis también ocurre en el mesófi lo esponjoso, pero la principal función del mesófi lo esponjoso es permitir la difusión de gases, particularmente de CO2, dentro de la hoja. El mesófi lo en empalizada puede estar organizado en una, dos, tres o incluso más capas de células. La presencia de capas adicionales es al menos en parte una adaptación a condiciones ambientales. Las hojas expuestas a luz solar directa contienen más capas de mesófi lo en empali- zada que las hojas a la sombra en la misma planta. En luz solar directa, la luz es sufi cientemente fuerte para penetrar de manera efectiva múltiples capas de mesófi lo en empalizada, lo que permite a todas las capas realizar fotosíntesis de modo efi ciente. Las venas, o haces vasculares, de una hoja se extienden a través del mesófi lo. La ramifi cación es extensa, y ninguna célula de mesófi lo está a más de dos o tres células de distancia de una vena. Por lo tanto, el lento pro- ceso de difusión no limita el movimiento de los recursos necesarios entre las células de mesófi lo y las venas. Cada vena contiene dos tipos de tejido vascular: xilema y fl oema. El xilema, que conduce agua y minerales disuel- tos (nutrientes inorgánicos), por lo general se ubica en la parte superior de una vena, hacia la epidermis superior. El fl oema, que conduce azúcares disueltos, generalmente está confi nado a la parte inferior de una vena. Una o más capas de células no vasculares rodean las venas más grandes y constituyen la vaina del haz. Las vainas de haz están com- puestas de células de parénquima o esclerénquima (vea el capítulo 33). Con frecuencia, las vainas del haz tienen columnas de soporte, llamadas extensiones de la vaina del haz, que se extienden a través del mesófi lo desde la epidermis superior hasta la epidermis inferior (FIGURA 34-6). Las extensiones de la vaina del haz pueden componerse con células de parénquima, colénquima o esclerénquima. La estructura foliar difi ere en eudicotiledóneas y monocotiledóneas Cada hoja eudicotiledónea por lo general se compone de una ancha lá- mina aplanada y un peciolo. Como se mencionó antes, las hojas eudico- tiledóneas usualmente tienen venación reticulada. En contraste, muchas hojas monocotiledóneas carecen de peciolo; son estrechas y la base de la hoja con frecuencia se enrolla en torno al tallo para formar una vaina. La venación paralela es característica de las hojas monocotiledóneas. Las eudicotiledóneas y ciertas monocotiledóneas también difi eren en anatomía foliar interna (FIGURA 34-7). Aunque la mayoría de las eu- dicotiledóneas y monocotiledóneas tienen capas tanto en empalizada como esponjosas, algunas monocotiledóneas (maíz y otros céspedes) no tienen mesófi lo diferenciado en capas distintas en empalizada y es- sustancia cerosa cutina, varía en grosor en diferentes plantas, en parte como resultado de condiciones ambientales. Como podría esperar, las hojas de las plantas adaptadas a los climas calurosos y secos tienen cu- tículas extremadamente gruesas. Más aún: la epidermis superior ex- puesta (y más caliente) de una hoja por lo general tiene una cutícula más gruesa que su epidermis inferior sombreada (y más fría). La epidermis de muchas hojas está cubierta con muchas estructu- ras con forma de pelo llamados tricomas, que tienen varias funciones (vea la tabla 33-4). Los tricomas de algunas plantas ayudan a reducir la pérdida de agua de la superfi cie de la hoja al retener una capa de aire húmedo junto a la hoja y al refl ejar la luz solar, lo que en consecuencia protege la planta del sobrecalentamiento. Algunos tricomas segregan irritantes que causan comezón para desalentar a los herbívoros, animales que se alimentan de plantas. Además, para un insecto es difícil caminar sobre o comerse una hoja cubierta con tricomas. Otros tricomas excre- tan sales en exceso absorbidas de un suelo salino. La epidermis de la hoja contiene diminutas aberturas, o estomas, para el intercambio de gases entre las células de la hoja y el ambiente; las estomas están igualmente espaciados para optimizar este intercambio de gases. Cada estoma está fl anqueado por dos células oclusivas (acom- pañantes) epidérmicas especializadas, que son responsables de abrir y cerrar las estomas (FIGURA 34-5). Las células oclusivas por lo general son las únicas células epidérmicas con cloroplastos. Los estomas son especialmente numerosos sobre la epidermis in- ferior de las hojas con orientación horizontal (un promedio de alrede- dor de 100 estomas por milímetro cuadrado) y en muchas especies sólo se ubican en la superfi cie inferior. La epidermis inferior de las hojas de manzana (Malus sylvestris), por ejemplo, tiene casi 400 estomas por mi- límetro cuadrado, mientras que la epidermis superior no tiene ninguna. Esta adaptación reduce la pérdida de agua porque las estomas en la epi- dermis inferior están blindadas de la luz solar directa y por lo tanto son más fríos que los de la epidermis superior. En contraste, las hojas fl otan- tes de las plantas acuáticas, como los lirios acuáticos, tienen estomas sólo sobre la epidermis superior. Las células oclusivas están asociadas con células epidérmicas espe- ciales llamadas células subsidiarias que con frecuencia son estructural- 25 μm Células oclusivas Estoma Célula epidérmica Células subsidiarias D w ig ht R . K uh n FIGURA 34-5 Estomas MO de un estoma abierto de la epidermis foliar de una Zebrina pendula. Ob- serve los cloroplastos presentes en las células oclusivas y la pared interior más gruesa de cada célula oclusiva. 34_Cap_34_SOLOMON.indd 73234_Cap_34_SOLOMON.indd 732 19/12/12 15:4919/12/12 15:49 Parte 6 Estructura y procesos vitales en plantas 34 Estructura y función de la hoja 34.1 Forma y estructura de la hoja La estructura de la hoja está adaptada para maximizar la absorción de luz La estructura foliar difi ere en eudicotiledóneas y monocotiledóneas
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