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ANTECEDENTES Los daños causados a un enfermo por errores médicos pueden ser muy graves y tener consecuencias de orden superior para el paciente, el cirujano y las instituciones de salud. Basta un solo error para incluso acabar con la carrera de un cirujano. Si bien los errores son inherentes a la naturaleza humana, se reconoce cada vez más que muchos errores pueden evitarse. La seguridad del paciente es una ciencia que respalda el uso de la medicina basada en evidencias y de los conocimientos que se tienen en la localidad para llevar al mínimo las consecuencias de los errores humanos en la buena calidad de la atención médica. Los procedimientos quirúrgicos equivocados o en el sitio quirúrgico erróneo, el olvido de compresas, las transfusiones equivocadas de sangre, el trasplante de órganos no compatibles y las alergias pasadas por alto son ejemplos de sucesos que pueden ser letales y que pueden evitarse si se ponen en marcha sistemas de seguridad hospitalaria. El capítulo ofrece una revisión del campo actual de la seguridad del paciente, para lo cual revisa las medidas fundamentales de seguridad y calidad, los componentes de la cul- tura institucional, las intervenciones, las herramientas y las estrate- gias para el manejo de riesgos en la cirugía. LA CIENCIA DE LA SEGURIDAD DEL PACIENTE La medicina se considera un sistema de alto riesgo, con una tasa alta de errores, pero estas dos características no siempre se relacionan. Otras industrias con alto riesgo han tratado de mantener una tasa de errores sumamente baja. Por ejemplo, uno de los sistemas con mayor riesgo en la actualidad, el programa de submarinos nucleares de la armada estadounidense, tiene un récord de seguridad incomparable. El mérito de este récord de seguridad pertenece en gran medida a la experiencia con el programa de submarinos nucleares, que insiste en la noción de pertenencia individual, responsabilidad, atención a los detalles, profesionalismo, integridad moral y respeto mutuo. Tales características crean el contexto cultural necesario para la comunicación de alta calidad bajo condiciones de riesgo y estrés altos. Cada operador de un reactor está consciente de lo que ocurre en todo momento y es responsable de comprender las reper- cusiones y posibles consecuencias de cualquiera de sus acciones. La comunicación fluye libremente entre la tripulación y los oficia- les, y la información de los errores que ocurren se disemina con rapidez por todo el sistema, de forma que los demás trabajadores pueden aprender la forma de evitar errores similares en el futuro.1 Organizaciones confiables El programa de submarinos nucleares es un ejemplo excelente de una organización que ha logrado la distinción de ser considerada como una “organización confiable”. La teoría de la organización confiable reconoce que hay algunas industrias y organizaciones de alto riesgo en las que se han alcanzado tasas bajísimas de acciden- tes y errores en comparación con las que podrían esperarse dados los riesgos inherentes a sus operaciones diarias. Otras industrias y organizaciones confiables son las cubiertas de aterrizaje de los portaaviones, las plantas de energía nuclear y el sistema de control de tráfico aéreo de la Federal Aviation Administration de Esta- dos Unidos. De hecho, una razón por la cual las plantas nucleares tienen tales récords de fiabilidad excelente es que muchos de sus operadores a menudo son ex oficiales de la marina estadounidense, cuya experiencia previa y capacitación en una organización de con- fianza es fácilmente transferible a sus organizaciones.1 Seguridad del paciente Catherine L. Chen, Michol A. Cooper, Mark L. Shapiro, Peter B. Angood y Martin A. Makary12capítulo Antecedentes 365 La ciencia de la seguridad del paciente 365 Organizaciones confiables / 365 El informe del Institute of Medicine / 366 Modelo conceptual / 366 Creación de una cultura de seguridad 368 Valoración de la cultura de seguridad de una organización / 368 Trabajo en equipo y comunicación 368 Medición del trabajo en equipo / 369 Herramientas de comunicación 370 Sesiones informativas en el quirófano / 370 Sesiones finales en el quirófano / 370 Relevos informativos / 371 Aplicación / 372 Programa integral de seguridad de la unidad quirúrgica 372 Medición de la calidad en cirugía 373 Indicadores de seguridad del paciente de la Agency for Healthcare Research and Quality / 373 Mediciones del Surgical Care Improvement Project / 373 National Surgical Quality Improvement Program / 374 Leapfrog Group / 375 Iniciativa “La cirugía segura salva vidas” de la Organización Mundial de la Salud / 375 National Quality Forum / 376 Eventos que nunca deberían suceder en cirugía 376 Retención de material quirúrgico / 377 Conteo del material quirúrgico / 378 Cirugía en el sitio equivocado / 378 Joint Commission Universal Protocol para asegurar la cirugía correcta / 378 Transparencia en los servicios de atención de la salud 379 Manejo de riesgos 380 Importancia de la comunicación en el manejo de riesgos / 380 Complicaciones 380 Complicaciones en procedimientos menores / 380 Complicaciones de órganos y sistemas / 383 Heridas, drenes e infecciones / 389 Complicaciones del tratamiento nutricional y metabólico / 391 Problemas con la termorregulación / 393 1 2 http://booksmedicos.org Una de las hipótesis en las que se basa la ciencia de las orga- nizaciones confiables es que los seres humanos que operan y mane- jan sistemas complejos no son lo suficientemente complejos por sí mismos para percibir y anticipar los problemas generados por tales sistemas.2 Esto introduce otro concepto importante de la ciencia de seguridad del paciente: la teoría del accidente normal. En lugar de atribuir los accidentes a errores individuales, esta teoría establece que los accidentes son intrínsecos a actividades de alto volumen e incluso son inevitables en ciertas circunstancias. Los accidentes no deben utilizarse tan sólo para identificar y castigar a la persona que cometió la falta, sino también habría que considerarlos como un problema de los sistemas y abordarlos desde un nivel más amplio. Como Reason afirma, incluso la “mejor persona puede cometer los peores errores como consecuencia de situaciones latentes”.2 Los sistemas de alto riesgo, como los definió Perrow en 1984:1 • Tienen la posibilidad de crear catástrofes, definidas en términos generales como un evento que conduce a la pérdida de vida animal o de un ser humano, causa contaminación ambiental o alguna otra situación que da origen a la sensación de “temor”. • Son complejos, pues tienen un gran número de subsistemas muy interdependientes con varias posibles combinaciones que son de tipo no lineal y mal comprendidas. • Tienen un ajuste tan compacto entre sí que cualquier perturba- ción en el sistema se transmite con rapidez entre los subsiste- mas casi sin atenuación. Sin embargo, la teoría de las organizaciones confiables sugiere que es posible controlar a las personas, los procesos y la tecnología y mantener las tasas de error y las actividades peligrosas en cifras aceptablemente bajas.2 Estudios de varias organizaciones confiables revelaron que comparten las siguientes características comunes:2 • Las personas se apoyan entre sí. • Las personas se tienen confianza. • Las personas tienen relaciones amigables, abiertas, con énfasis en la credibilidad y atención. • El ambiente de trabajo es flexible y pone énfasis en la crea- tividad y logro de objetivos, lo que proporciona sentimientos fuertes de credibilidad y confianza personal. El desarrollo de estas características es un paso importante para el logro de una tasa de errores baja en cualquier organiza- ción. Por esta razón, la cultura de la seguridad es un parámetro que utilizan todos los hospitales estadounidenses para mejorar los resultados y se le reconoce cada vez más como un indicador de la calidad de la atención de los hospitales. El informedel Institute of Medicine Si bien la asistencia médica en su conjunto puede considerarse como un sistema de alto riesgo, dista mucho de ser una organización de alta fiabilidad. Este hecho salió a la luz con el informe del Institute of Medicine: To Err Is Human: Building a Safer Health System (“Errar es humano: construcción de un sistema de salud más seguro”), que fue publicado en el año 2000.3 Este documento emblemático por despertar la conciencia de la magnitud del problema de los errores médicos es citado muy a menudo en las publicaciones médicas de años recientes.4 El informe del Institute of Medicine (IOM) horrorizó a la comunidad médica al llegar a la conclusión de que cada año en hospitales estadounidenses ocurren entre 44 000 y 98 000 muertes y se producen más de un millón de lesiones a causa de errores médi- cos. De hecho, el número de muertes atribuidas a errores médicos es el equivalente en aviación a la colisión de un avión Jumbo por día. Cuando se divulgó este informe, se incrementó la conciencia sobre los errores médicos, y el médico y más personal de salud hablaron de manera más abierta con respecto a los errores y las dificultades que enfrentan a causa de ellos. El informe del IOM trajo una gran necesidad de atención al campo de la seguridad del paciente. Además, estandarizó el len- guaje utilizado para describir los errores médicos al definir térmi- nos importantes para futuras investigaciones y para el mejoramiento de la calidad (cuadro 12-1). Después de la publicación del informe del IOM crecieron en forma exponencial las investigaciones de los programas interesados en la seguridad del paciente. En un esfuerzo por mejorar esta última, los investigadores de los servicios de salud iniciaron la colaboración con científicos de otras disciplinas, como la ingeniería de factores humanos, psicología e informática para desa- rrollar soluciones innovadoras de problemas de salud a largo plazo. El debate sobre la seguridad del paciente se hizo más personalizado al destacar cada una de las historias de pacientes que habían fallecido por errores médicos. Lo más importante es que el informe transformó la conversación sobre la seguridad del paciente porque dejó de culpar a los individuos por los errores y comenzó a mejorar los sistemas que permitían que dichos errores tuvieran lugar (caso 12-1).5 Modelo conceptual El modelo de Donabedian de medición de la calidad identifica tres tipos principales de mejoramientos: cambios en la estructura, en los procesos y en los resultados (fig. 12-1).6 El término estructura se refiere a los recursos físicos y organizacionales, los equipos y las políticas que mejoran la seguridad. Respecto de las medidas estructurales, la pregunta es: “¿se cuenta con las herramientas, equipo y políticas correctas?” El término proceso se refiere a la aplica- ción de estas herramientas, equipo, políticas y procedimientos para Puntos clave 1 Las lesiones de los pacientes por errores médicos pueden ser catastróficas y, en algunos casos, ocasionar consecuencias graves para ellos, para el cirujano y para la institución. 2 La seguridad del paciente es una disciplina que favorece el uso de medicina basada en evidencias y el mejoramiento del sentido común en un intento por reducir el impacto de los errores huma- nos en el suministro habitual de servicios. 3 Un marco de referencia de estructura-proceso-resultados dentro del contexto de la cultura organizacional ayuda a esclarecer la manera en que los riesgos y peligros son parte de la estructura organizacional y pueden originar errores y lesiones potenciales o perjudicar a los pacientes. 4 La mala comunicación contribuye con cerca del 60% de los even- tos centinela notificados por la Joint Commission. 5 Los informes del quirófano son revisiones en equipo y aspec- tos críticos y riesgos potenciales con el fin de ofrecer mayor seguridad de la operación; se ha demostrado que mejoran dicha seguridad y motivan la cultura para el mejoramiento de la atención en el quirófano y disminución de retrasos en la misma. 6 Los “eventos que nunca debieron ocurrir” quirúrgicos repor- tados por la National Quality Forum incluyen retención de objetos quirúrgicos, cirugía en el sitio equivocado y muerte en el día de la operación en pacientes sanos (clase 1 de la ASA). 7 La falta de confianza del paciente es el factor más importante para las demandas por negligencia médica contra el cirujano. 366 3 http://booksmedicos.org 367 Segu ridad del pacien te capÍtu lO 12 los pacientes (buenas prácticas y medicina basada en evidencias). Para los procesos se pregunta: “¿se están utilizando las herramien- tas, políticas y equipo correctos?” El término resultados se refiere a las consecuencias observadas en el paciente. En la medición de los resultados la pregunta es: “¿qué tan a menudo el paciente sufre lesiones?” En este modelo, la estructura (cómo está organizada la atención) más los procesos (qué hacemos) influyen en los resulta- dos del paciente (resultados obtenidos).7 Los componentes de estructura, procesos y resultados de la medición de la calidad ocurren en el contexto de la cultura general de la organización. La cultura local tiene impacto sobre todos los aspectos de la atención, porque afecta la forma en que el personal operativo comprende y suministra la atención segura al paciente. De hecho, la cultura (conjunto de actitudes y creencias de los cuidado- res) se está reconociendo cada vez más como el cuarto componente medible del modelo de estructura, proceso y resultados. Esta identifi- cación se basa en la evidencia cada vez mayor de que la cultura local está vinculada a diversos resultados clínicos de importancia.7 Para que una iniciativa de seguridad del paciente se considere exitosa, cualquier cambio en la estructura o el proceso debe conducir a un cambio positivo correspondiente en los resultados para el paciente.8 Caso 12-1 Cambios en los sistemas como consecuencia de los errores médicos Libby Zion era una mujer de 18 años de edad que falleció des- pués de ser hospitalizada en el New York Hospital con fiebre y agitación en la noche del 4 de octubre de 1984. Su padre, Sidney Zion, un abogado y columnista del N.Y. Daily News estaba con- vencido de que la muerte de su hija se debió a que los médicos estaban fatigados y con trabajo excesivo en el hospital y decidió llevar a cabo cambios para evitar que otros pacientes sufrieran a consecuencia de los sistemas de enseñanza en los hospitales. Gracias a sus esfuerzos por dar a conocer las circunstancias que rodearon la muerte de su hija, el fiscal de distrito de Manhat- tan, Robert Morgenthau, estuvo de acuerdo en presentar al gran jurado el caso para que se considerara la creación de cargos por homicidio. El hospital no fue acusado, pero en mayo de 1986 el gran jurado publicó un informe en el que hacía fuertes críticas a “la supervisión de los internos y residentes en el hospital del condado de Nueva York”. Como consecuencia, el comisionado de salud del estado de Nueva York, David Axelrod convocó a un grupo de expertos encabezados por Bertrand M. Bell, un médico de atención pri- maria del Albert Einstein College of Medicine, quien durante mucho tiempo había criticado la falta de supervisión de los médicos en entrenamiento, para que evaluaran la capacitación y la supervisión de los médicos en el estado de Nueva York. La Bell Commission recomendó que los residentes no trabaja- ran más de 80 h por semana y no más de 24 h consecutivas y que era necesario que un médico titulado estuviera presente físicamente en el hospital en todo momento. El estado de Nueva York adoptó estas recomendaciones en 1989. En el año 2003, el Accreditation Council on Graduate Medical Education ordenó que todos los programas de residencia se apegaran a los horarios con reducción de las jornadas laborales. Contexto: ¿se está mejorando la cultura de seguridad? ResultadoProceso Estructura Figura 12-1. Modelo de Donabedianpara la medición de la calidad. (Tomada de Makary et al.,6 con autorización.) Cuadro 12-1 Tipos de error médico Episodio adverso • Lesión causada por tratamiento médico y no por la enfermedad del paciente. • Prolonga la hospitalización, produce incapacidad al momento del alta o ambos. • Se clasifica como prevenible o no prevenible. Negligencia • Atención que se encuentra por debajo de los estándares reconocidos de calidad de la atención. • Se considera al estándar de atención como los cuidados razonables que un médico con conocimientos, capacitación y experiencia similares utilizaría en las mismas circunstancias. Cuasi error • Error que no ocasiona lesión al paciente. • El análisis de los cuasi errores proporciona la oportunidad de identificar y remediar las fallas del sistema antes de que ocurran lesiones. Evento centinela • Hecho inesperado que causa la muerte o lesión física o psicológica grave. • La lesión incluye pérdida de una extremidad o de la función. • Este tipo de eventos exige investigación y respuesta inmediatas. • Otros ejemplos • Reacciones hemolíticas transfusionales con la administración de hemoderivados con incompatibilidades mayores al grupo. • Sitio equivocado, procedimiento equivocado o paciente equivocado. • Error médico u otro tratamiento relacionado con errores que ocasionan la muerte. • Retención accidental de cuerpo extraño en un paciente después de la operación. Fuente: tomado de Woreta et al,50 con autorización. http://booksmedicos.org 368 Con sideraCion es BásiCas ParTe i • Los compañeros se alientan entre sí a informar sobre cualquier preocupación de seguridad que el paciente pueda tener. • La cultura en esta área clínica permite aprender de los errores de los demás. • Los errores médicos se atienden de manera apropiada en esta área clínica. • Se conocen las vías apropiadas para dirigir las dudas con res- pecto a la seguridad del paciente en esta área clínica. • Se recibe la retroalimentación apropiada con respecto al des- empeño de cada quien. • El personal se sentiría seguro al ser tratado en esta clínica como paciente. • En esta área clínica, es difícil analizar errores. Si bien la percepción del clima de trabajo en equipo puede diferir con la función desempeñada en el OR, las percepciones de clima de seguridad son relativamente constantes entre los diferen- tes integrantes del equipo que trabaja en el OR en un hospital dado. El cuestionario SAQ se ha validado en más de 500 hospitales y se utiliza para establecer calificaciones de cultura de seguridad por tipo de actividad laboral, departamento y hospital. Con los datos de esta encuesta, los hospitales pueden comparar la cultura entre los diferentes tipos de trabajadores de un departamento con la del personal de otros segmentos de toda la institución. Es posible com- parar las calificaciones con las de otras instituciones participantes y así cotejar los climas de seguridad. Esto permite a los hospitales participar entre sí para poner en marcha programas que mejoren la cultura de seguridad. Además, las calificaciones sirven para valorar la eficacia de las intervenciones de seguridad al comparar las cali- ficaciones del clima de seguridad del cuestionario SAQ después de la puesta en marcha con las calificaciones iniciales. El trabajo arduo en equipo es el núcleo de cualquier organización eficaz y un elemento esencial para garantizar la seguridad del paciente en el quirófano. El trabajo en equipo depende de la cultura establecida y los patrones de comunicación. Uno de los elementos más importan- tes para generar una cultura de seguridad del paciente es la posibilidad de que todos los integrantes del grupo “expresen abiertamente” cual- quier motivo de preocupación sobre la seguridad del enfermo. TRABAJO EN EQUIPO Y COMUNICACIÓN Según los datos de la Joint Commission, la interrupción de la comu- nicación constituye una de las tres causas principales de episodios centinelas, como sería operar en el sitio equivocado (fig. 12-2). CREACIÓN DE UNA CULTURA DE SEGURIDAD La cultura es a la organización lo que la personalidad es para el individuo; un tema oculto, unificador, que proporciona significado, dirección y capacidad de movilización.2 Las organizaciones con culturas de seguridad efectivas comparten un compromiso cons- tante con la seguridad como la prioridad de más alto nivel, que permea a la totalidad de la organización. Estas organizaciones con frecuencia comparten las siguientes características:9 • Reconocimiento de que la organización es de alto riesgo y está propensa al error como consecuencia de las actividades de la organización. • Creación de un entorno no punitivo, donde los individuos pue- dan comunicar los errores sin temor al castigo o las represalias. • La expectativa de colaboración entre los diferentes niveles de autoridad para buscar soluciones a vulnerabilidades. • La disposición de la organización a dirigir recursos para aten- der preocupaciones con respecto a la seguridad. La cultura quirúrgica tradicional se mantiene casi en opo- sición directa con los valores sostenidos por las organizaciones con culturas de seguridad eficaces por varias razones. Es menos probable que los cirujanos reconozcan su propensión a cometer errores o que admitan sus errores ante los demás.10 Los ciruja- nos tienden a minimizar los efectos del estrés sobre su capacidad para tomar decisiones.11 La cultura quirúrgica, en especial en el quirófano (OR) se basa en el predominio tradicional de la jerar- quía. La intimidación del personal del quirófano por el cirujano se aceptó en forma tradicional como norma. Esto puede impedir que las enfermeras y el resto del personal del quirófano señalen un error potencial o equivocaciones. Además, dicha cultura no se limita al quirófano. En la unidad de cuidados intensivos (ICU), en comparación con los médicos, las enfermeras afirmaron que tenían mayores dificultades para hablar, que los desacuerdos no se resol- vían de manera apropiada y las decisiones se tomaban sin contar con información suficiente.12 Además, el campo de la medicina valora fuertemente la autonomía profesional, lo que con frecuen- cia favorece al individualismo sobre la cooperación, a menudo en detrimento de la atención del paciente.13 Por último, la seguridad del paciente, aunque a menudo se percibe como importante, rara vez pasa de ser una prioridad organizacional para convertirse en un valor organizacional. Las organizaciones casi nunca sienten la necesidad de dedicar recursos a revisar los sistemas de seguri- dad del paciente, porque perciben que los procesos existentes son adecuados. A menudo se necesita un evento centinela grave para motivar a los líderes a destinar el tiempo y los recursos necesarios para mejorar la seguridad del paciente en la organización, como se ejemplifica por los cambios realizados en el Dana-Farber Institute después de la muerte de Betsy Lehman (caso 12-2). Valoración de la cultura de seguridad de una organización Los intentos de alentar cambios culturales dentro de la organiza- ción en aspectos como la seguridad del paciente estaban limitados por la imposibilidad de medir las consecuencias de alguna inter- vención en particular. Sin embargo, estudios previos demostraron que la actitud de los empleados con respecto a la cultura se asocia a conductas de reducción de errores en la aviación y a los resultados de pacientes en la ICU. Los cuestionarios de actitudes de seguridad (SAQ, Safety Attitudes Questionnaire) son un instrumento validado que se utiliza para medir la cultura en instituciones de salud.6 El cuestionario SAQ se adaptó de dos herramientas de seguridad uti- lizadas en aviación: el Flight Management Attitudes Questionnaire y su predecesor, el Cockpit Management Attitudes Questionnaire. Consiste en una serie de preguntas que miden seis dominios: clima de trabajo en equipo, clima de seguridad, satisfacción laboral, per- cepción de la dirección, identificaciónde estrés y condiciones labo- rales. La parte correspondiente a la escala de clima de seguridad consiste en los siguientes siete puntos: Caso 12-2 Evento centinela El 3 de diciembre de 1994, Betsy Lehman, una columnista de salud del Boston Globe falleció después de recibir cuatro veces la dosis propuesta de quimioterapia por cáncer mamario. De manera insólita, dos días más tarde, Maureen Bateman, una profesora que recibió tratamiento por cáncer, también recibió una sobredosis de quimioterapia y sufrió daño cardiaco irrever- sible. Después de las investigaciones de los errores médicos, el médico que realiza la prescripción, tres personas de la farmacia y 15 enfermeras fueron sancionados por organismos regulado- res estatales. El hospital fue demandado por las familias de las dos mujeres y uno de los médicos fue sancionado. Como consecuencia de este evento ampliamente difundido, el Dana-Farber Cancer Institute invirtió más de 11 millones de dólares estadounidenses para revisar sus programas de segu- ridad de pacientes, lo que incluyó nueva capacitación para sus empleados y brindar más tiempo a los médicos para atender a los pacientes. La unidad hospitalaria también inició un comité de pacientes que brindaba información con respecto a la forma de mejorar la atención en el hospital. http://booksmedicos.org 369 Segu ridad del pacien te capÍtu lO 12 a intervenciones dirigidas a mejorar el trabajo en grupo entre los equipos quirúrgicos, como la elaboración de listas de verificación en la ICU, rondas ejecutivas y breves revisiones en equipo antes de una intervención quirúrgica. Las secciones de comunicación y colaboración del cuestionario SAQ reflejan las percepciones del personal del quirófano en forma conjunta y pueden utilizarse para diferenciar intervenciones significativas de medidas poco prácticas y programas no eficientes. En una encuesta realizada entre el personal del quirófano en 60 hospitales, el instrumento SAQ identificó diferencias sustan- ciales en la percepción del equipo de trabajo en el quirófano de acuerdo con la función de cada uno. Los médicos con frecuencia calificaron el trabajo en equipo de otros elementos como bueno, en tanto que las enfermeras en la misma institución percibieron un trabajo en equipo inadecuado (fig. 12-3). En la ICU también se han detectado diferencias similares. Tales discrepancias pueden atribuirse a diferencias en las capacidades de comunicación que son valoradas por enfermeras y cirujanos. Por ejemplo, las enfermeras describen como un buen ambiente de colaboración si se respeta su opinión, en tanto que los médicos describen como una buena cola- boración si las enfermeras pueden anticiparse a sus necesidades y siguen instrucciones. Los esfuerzos para mejorar la comunicación que tiene lugar entre los médicos y enfermeras pueden mejorar directamente la percepción del trabajo en equipo y la colaboración por el personal que participa en el quirófano (cuadro 12-2). Si se faculta a cirujanos bien respetados a que promuevan los princi- pios del trabajo en equipo y la comunicación, se puede avanzar mucho hacia la transformación de las actitudes y hacia cambios de conducta en los médicos en formación y en otros miembros del equipo quirúrgico. Cada vez se alienta más a los cirujanos a tomar en consideración con respeto y oportunidad las preocupaciones del personal del quirófano. La mala comunicación contribuyó a más del 60% de los eventos centinela notificados a la Mixed Commission en 2011.14 La comunicación satisfactoria y fluida es un componente esen- cial del trabajo en equipo y adquiere importancia particular en el quirófano, que es uno de los entornos laborales más complejos de las instituciones de salud. En lo que se refiere a la atención de pacientes hay enormes cantidades de información que se intercambia entre el personal de salud en forma diaria. Gran parte de esta información, si se prioriza de manera correcta, tiene la posibilidad de evitar errores médicos indeseados y daño grave a los pacientes. La importancia de una buena comunicación en la prevención del error médico es innegable; sin embargo, es difícil de lograr. La jerarquía quirúrgica tradicional puede impedir que el personal del quirófano comparta información impor- tante con respecto al paciente y que exprese sus preocupaciones con respecto a la seguridad. Un estudio de campo perioperatorio mostró una tasa de fallas de comunicación de 30% en el quirófano, de las cuales 36% tuvo un impacto sustancial en la seguridad del paciente.15 Además de superar las barreras culturales para un mejor tra- bajo en equipo y comunicación en el quirófano, Christian et al. realizaron un estudio prospectivo de la seguridad del paciente en el quirófano y demostraron que el flujo de trabajo del propio quiró- fano presenta muchas oportunidades para la pérdida de información crítica.16 El desplazamiento del paciente del quirófano a otras ubi- caciones o a otro personal está, en particular, propenso a pérdida de información, lo que se ha demostrado en otras situaciones clí- nicas. El desplazamiento de pacientes y las actividades auxiliares, como la cuenta de material quirúrgico, con frecuencia tienen lugar durante momentos críticos del caso y conllevan el riesgo de dis- traer al médico de las actividades primarias centradas en la atención del paciente. La comunicación entre el cirujano y el histopatólogo también es vulnerable porque a menudo se da a través de segundos mensajeros, como enfermeras o técnicos. Esta pérdida de la infor- mación puede ocasionar retrasos, uso excesivo de personal y de recursos, falta de certeza en la toma de decisiones clínicas y en la planificación y descuidos en la preparación del paciente. Medición del trabajo en equipo La investigación en aviación comercial mostró una correlación fuerte entre el trabajo en equipo y el mejoramiento en el desempeño de la seguridad. La renuencia de los miembros de la tripulación a cuestionar los juicios del capitán se han identificado como la causa raíz de accidentes de aviación. Una actitud positiva respecto del trabajo en equipo se acompaña de comportamientos de disminu- ción de errores en la aviación, mejores resultados para el paciente en la ICU y disminución en las rotaciones del personal de enferme- ría en el quirófano. También se acompaña de una mayor satisfac- ción en el trabajo y de menos ausencias laborales por enfermedad. El cuestionario SAQ se puede usar para medir el trabajo en equipo y aporta referencias para departamentos u hospitales que busquen medir y mejorar su clima de trabajo en equipo.17 Las cali- ficaciones de trabajo en equipo del cuestionario SAQ responden 0 20 40 60 80 Farmacoterapia Continuo de atención Planificación de la atención Atención operatoria Manejo de la información Entorno físico Valoración inicial Comunicación Liderazgo Factores humanos Porcentaje de hechos centinela (%) Figura 12-2. Causas principales de episodios centinelas de 2004 a 2012. (Tomada de Makary et al,17 con autorización de Elsevier. ©2006 por The American College of Surgeons.) 100% 87% Calificación del cirujano a la enfermera quirúrgica Calificación de la enfermera quirúrgica al cirujano 48% 90% 80% 70% 60% P or ce nt aj e en la c al ifi ca ci ón d e la ca lid ad d e co la bo ra ci ón y c om un ic ac ió n co m o al ta o m uy a lta 50% 40% 30% 20% 10% 0% Figura 12-3. Diferencias en la percepción del trabajo en equipo entre cirujanos y enfermeras quirúrgicas. (Tomada de Makary et al.,17 con autorización de © Elsevier.) 4 http://booksmedicos.org 370 Con sideraCion es BásiCas ParTe i operativos, y menos retrasos inesperados. En un estudio, 30.9% del personal de quirófano informó de un retraso antes de emprender las sesiones informativas en el quirófano y sólo 23.3% indicó retra- sos después de que comenzaron a funcionar.20 Se utilizan cada vez más dichas rondas informativas de quirófano para asegurarmedi- das basadas en evidencias, como la administración apropiada de antibióticos en el preoperatorio y la práctica apropiada de profilaxis contra trombosis de venas profundas (DVT, deep vein thrombosis). Las rondas permiten al personal comentar posibles problemas antes de que “estén a punto de ocurrir” o causen daño real. La Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrolló en fechas recientes una lista de verificación perioperatoria amplia como una de las intervenciones fundamentales del programa “La cirugía segura salva vidas” en un esfuerzo por reducir las muertes quirúrgicas en todo el mundo (fig. 12-4).21 La lista de verificación de la OMS insta a que se asegure que se han seguido las medidas de prevención de infecciones, que se han evitado las posibles compli- caciones en la vía respiratoria (p. ej., el anestesiólogo cuenta con el equipo y asistencia necesarias para la atención de un paciente con vía respiratoria difícil) y que se ha establecido un trabajo de apoyo eficaz del equipo quirúrgico (p. ej., presentación apropiada de todo el personal del quirófano). Los aspectos del “protocolo universal” de la Joint Commission antes del procedimiento (que también se conoce como “tregua” o intermedio) se incluyen en la lista de veri- ficación (p. ej., se verifica que la operación se lleve a cabo en el paciente exacto y en el sitio correcto). Sesiones finales en el quirófano Las rondas finales luego del procedimiento mejoran la seguridad del paciente al permitir la revisión y análisis de las causas de errores e incidentes críticos que ocurrieron durante la atención del caso. Los errores o los incidentes críticos se consideran como oportunidades de aprendizaje y no como motivo de castigo. Durante la sesión infor- mativa final, el personal también puede analizar todo lo que salió bien durante la operación y designa a una persona en particular para que haga un seguimiento de cualquier acción planeada a raíz de los comentarios. Además, muchas de estas reuniones finales incluyen una verificación del conteo de compresas, agujas e instrumentos, así como la confirmación del etiquetado correcto de la pieza quirúrgica. Los errores en el etiquetado de la pieza quirúrgica no han recibido la misma atención como el número incorrecto de compre- sas e instrumentos, como indicadores de la calidad de la comuni- cación en el quirófano. Sin embargo, un error en la comunicación o durante el proceso de terminación de maniobras incrementa el riesgo de etiquetar erróneamente una pieza quirúrgica antes de enviarla al laboratorio de patología. En un estudio, este tipo de error de identificación ocurrió en 4.3 por 1 000 piezas quirúrgicas, lo que HERRAMIENTAS DE COMUNICACIÓN Otras organizaciones de alta confiabilidad, como la aviación, con frecuencia utilizan herramientas como avisos, listas de verificación, protocolos estándar de operación e intervenciones de comunicación, como sesiones informativas con el equipo y sesiones finales. Estos recursos identifican y mitigan riesgos y permiten que la organiza- ción complete sus actividades de manera más eficaz. Éstas también fomentan una cultura de comunicación abierta si un miembro del equipo tiene dudas con respecto a la seguridad. Las revisiones de seguridad y las discusiones estandarizadas en equipo ayudan a evitar el error humano, a mejorar la calidad y a mejorar el flujo de la información. También pueden prevenir errores por omisiones, que suelen ocurrir cuando hay sobrecarga de información, múltiples pasos en un proceso, repetición de las etapas, desviaciones progra- madas de un proceso sistemático y cuando hay otras interrupciones y distractores mientras se ejecuta el proceso. Se ha demostrado que estas intervenciones mejoran la seguridad del paciente en el quiró- fano y en las unidades de cuidados intensivos.18,19 Sesiones informativas en el quirófano Las rondas informativas y las listas de verificación preoperatorias, cuando se utilizan de manera apropiada, pueden facilitar la trans- ferencia de información entre los miembros del equipo (cuadro 12-3). Estas sesiones, o las listas de verificación, constituyen un procedimiento previo para el análisis de las necesidades, requeri- mientos y aspectos especiales del procedimiento. Tales sesiones a menudo se adaptan a las necesidades específicas de la especialidad. Tal medida se ha vinculado con el mejoramiento de la cultura de la seguridad, como por ejemplo un mayor reconocimiento de los erro- res de operar en el sitio equivocado o con las técnicas equivocadas notificación oportuna de problemas con el equipo; menores costos 5 Cuadro 12-3 Informe de cinco puntos en el quirófano ¿Cuáles son los nombres y funciones de los integrantes del equipo? ¿Se ha confirmado que sea el paciente y procedimiento correctos? (“tiEmpo fuEra” del Joint Commission Universal Protocol) ¿Se administraron antibióticos? (Si es apropiado) ¿Cuáles son los pasos críticos del procedimiento? ¿Cuáles son los problemas potenciales para este caso? Fuente: tomado de Makary et al,19 con autorización de Elsevier, © 2007 by the American College of Surgeons. Cuadro 12-2 Porcentaje de personal de salud en el quirófano que reporta un nivel de colaboración alto o muy alto con otros miembros del equipo del quirófano POSICIón dEL PERSOnAL quE REALIzA LA CALIfICACIón POSICIón dEL PERSOnAL dE SALud quE ES CALIfICAdO CIRujAnO AnEStESIóLOgO EnfERMERA CRnA Cirujano 85 84 88 87 Anestesiólogo 70 96 89 92 Enfermera 48 63 81 68 CRNA 58 75 76 93 Las mejores calificaciones de trabajo en equipo se registraron cuando un anestesiólogo calificó a otro anestesiólogo (calificaciones de “alto” o “muy alto” 96% de las ocasiones). Las calificaciones más bajas de trabajo en equipo se registraron por las enfermeras cuando calificaron el trabajo en equipo con cirujanos (cali- ficaciones de “alto” o “muy alto” 48% de las ocasiones). CRNA, enfermera especialista en anestesiología certificada y registrada. Fuente: tomado de Makary et al.,17 con autorización de Elsevier. © 2006 by the American College of Surgeons. http://booksmedicos.org 371 Segu ridad del pacien te capÍtu lO 12 Relevos informativos En los servicios de salud la información suele intercambiarse entre los distintos proveedores sin establecer prioridades en cuanto a problemas posibles. Tal situación hace que el relevo informativo constituya un proceso vulnerable en la atención y puede ocasionar problemas catastróficos. El término relevo informativo puede referirse a la comuni- cación verbal o escrita de datos del paciente para que los médi- cos de las siguientes guardias o turnos conozcan en detalle todo lo referente a su atención. Siempre que se realice el cambio de turno o guardia del personal, debe hacerse este tipo de relevo. Si se realiza de manera adecuada, servirá para asegurar que se transfirió la información pertinente. Sin embargo, los estudios previos han implica una tasa anualizada de frecuencia de 182 muestras etique- tadas de manera incorrecta (fig. 12-5).22 Los errores relacionados con la identificación de piezas quirúrgicas pueden ocasionar retraso en la atención, necesidad de biopsias o tratamientos adicionales, imposibilidad de aplicar el tratamiento apropiado o la administra- ción del tratamiento en el sitio, lado o paciente equivocados. Estas fallas del sistema causan un daño significativo al paciente, costos a la institución y pérdida de la confianza por parte de la comunidad. Dada la frecuencia con la que ocurre y la posibilidad de medir- las y de que la medición tenga validez, las piezas quirúrgicas mal etiquetadas pueden servir como indicador útil de la seguridad en los entornos quirúrgicos, y debe incluirse en la lista de verificación en el informe después de un procedimiento quirúrgico. Figura 12-5. Incidencia de errores de identi- ficación observados por 1 000 piezas quirúrgi- cas (n = 21 351). (Tomada de Makary et al,22 con autorización. Copyright Elsevier.) Figura 12-4. Lista de verificaciónde seguridad quirúrgica de la Organización Mundial de la Salud. (Reproducida con autorización de World Health Organization Safe Surgery Saves Lives: Available at: http://www.who.int/patientsafety/safesurgery/en/Acceso el 8 de noviembre de 2012.) Lista de verificación de seguridad quirúrgica ¿Se ha confirmado la identidad y género del paciente, el sitio por operar, la técnica y obtenido el consentimiento informado? Sí ¿Se marcó el sitio? Sí No es aplicable Sí Sí No Sí ¿Existen riesgos de dificultad para la intubación o de broncoaspiración? No Sí, y se dispone del equipo y de la asistencia ¿Existe el riesgo de una hemorragia > 500 ml (7 ml/kg en niños)? No Sí, y se planean dos accesos intravenosos/venoso central y uso de soluciones Confirmar que se han presentado entre sí con nombre y función todos los miembros del equipo Confirmar el nombre del paciente, la técnica por realizar y el sitio en que se hará la incisión ¿Se ha realizado la profilaxis con antibióticos en los últimos 60 min? Sí No es aplicable Problemas críticos previsibles Para el cirujano: ¿Cuáles son las fases para situaciones críticas o fuera de lo habitual? ¿Cuánto durará la operación? ¿Cuál es la pérdida hemática prevista? Para el anestesista: ¿Existen aspectos de preocupación específicos del paciente? Para las enfermeras: ¿Se han confirmado todas las medidas de esterilidad (incluidos los resultados de indicadores)? ¿Han surgido problemas de equipo o de cualquier otro tipo? Sí La enfermera confirma verbalmente: El nombre de la técnica realizada La cuenta de instrumentos, compresas y agujas se completó Etiquetado de muestras (señalar en voz alta los datos de las etiquetas de las muestras, que incluya el nombre del paciente) Se abordaron todos los problemas relacionados con el equipo ¿Cuáles son los aspectos esenciales de preocupación en cuanto a la recuperación de la salud y el tratamiento del paciente? La lista de verificación no pretende ser exhaustiva y se insta a quienes la usen a agregar y modificar puntos para adaptarse a la práctica local. (Como mínimo una enfermera y un anestesista) (Con la presencia de una enfermera, el anestesista y el cirujano) (Con la presencia de la enfermera, el anestesista y el cirujano) © WHO, 2009 Antes de la inducción de la anestesia Antes de la incisión de piel Antes de que el paciente sea retirado del quirófano Revised 1 / 2009 Para el cirujano, anestesista y enfermera: ¿Es esencial mostrar todas las imágenes? No es aplicable ¿El aparato de anestesia y la revisión farmacológica son completas? ¿Está unido al paciente el oxímetro de pulsos y funciona? una alergia conocida? ¿Se ha identificado en el paciente: Muestra no etiquetada Recipiente vacío Información incorrecta del lado Tejido del sitio incorrecto Nombre del paciente incorrecto Sin nombre del paciente Sin sitio del tejido 0.9 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0 In ci de nc ia ( po r 1 00 0 m ue st ra s) Tipo de error http://booksmedicos.org 372 Con sideraCion es BásiCas ParTe i en la seguridad del paciente. A la fecha, la mala comunicación, la pérdida de la información, el cambio de cuidador del paciente, la obligación de realizar múltiples actividades y las altas cargas de trabajo se consideran “características molestas pero aceptables” del cuidado perioperatorio.17 A medida que las actitudes de los médi- cos hacia los errores, el estrés y el trabajo en equipo se tornen más favorables hacia el logro del objetivo común de reducir los erro- res y mejorar el trabajo en equipo y la comunicación, la medicina seguramente logrará grandes avances en la seguridad que ya han logrado industrias de alta confiabilidad como la aviación. PROGRAMA INTEGRAL DE SEGURIDAD DE LA UNIDAD QUIRÚRGICA A medida que los hospitales y la atención médica siguen su expan- sión, se tornan cada vez más fragmentados los servicios que se brindan a los pacientes. Dicha fragmentación dificulta más la comunicación y aumenta las posibilidades de cometer errores médicos. Estos problemas exigen aplicar el sentido común para solucionarlos, lo que a menudo necesita un cambio en la forma de prestar los servicios en la localidad. Las reuniones de la unidad qui- rúrgica para comentar procesos que pueden ser peligrosos para el paciente permitirán a muy breve plazo dejar al descubierto puntos peligrosos y revelarlos de manera abierta. Las reuniones deben rea- lizarse en forma habitual y frecuente, y reunir a todas las disciplinas de médicos, enfermeras, técnicos, trabajadores sociales u otro tipo de personal, que pueden expresar sus preocupaciones en cuanto a peli- demostrado que los procesos de transferencia de la atención son variables, desordenados y tendentes a errores. Las categorías comu- nes de deficiencias de comunicación durante los relevos incluyen omisiones de contenido, como el hecho de no mencionar problemas médicos antiguos, y deficiencias en el proceso real de comunica- ción, como notas ilegibles o poco claras (caso 12-3).23 Estas fallas producen en el médico que recibe al paciente confusión y falta de certeza con respecto a las decisiones que debe tomar, lo que ocasiona atención ineficaz y que no alcanza los niveles óptimos. El uso de comunicación verbal más estructurada, como el modelo de informe situacional, conocido como SBAR (situación, antecedentes, valoración y recomendaciones, por sus siglas en inglés) utilizado por la armada estadounidense, puede aplicarse en la aten- ción de salud para mejorar la comunicación de información crítica de manera oportuna y ordenada.23 Además, todos los registros deben iniciar con la frase “en este paciente, estoy preocupado por. . .” para señalar al personal de salud que recibe al enfermo las preocupaciones de seguridad más importantes con respecto a un paciente específico. Aplicación Las herramientas como las listas de verificación, sesiones finales en el quirófano, informes y métodos de trabajo mejoran la comuni- cación entre el personal de salud y crean un entorno de seguridad para el paciente (fig. 12-6). Aunque su uso en la atención de salud todavía es muy variable, las especialidades que han incorporado estas herramientas, por ejemplo, las unidades de cuidados intensi- vos y los servicios de anestesia, han hecho avances impresionantes Caso 12-3 Registros inadecuados que ocasionan error médico Josie King tenía 18 meses de edad cuando fue hospitalizada en el Johns Hopkins Hospital en enero de 2001 por quemaduras de primer y segundo grados. Estuvo 10 días hospitalizada en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y tuvo buena evolución hacia la recuperación. Fue transferida a un área hospitalaria de cuidados intermedios con la expectativa de que sería enviada a su hogar en unos cuantos días. En la siguiente semana se retiró el catéter central, pero las enfermeras no permitieron que Josie bebiera nada por vía oral. Alrededor de la una de la tarde del día siguiente, una enfermera se acercó a la cama de Josie con una jeringa de metadona. La madre de Josie informó a la enfermera que no se habían indicado narcóticos, pero la enfermera insistió que se habían modificado las órdenes médicas y administró el medicamento. Josie sufrió un paro cardiaco y sus ojos permanecieron fijos. Fue enviada a la unidad de cuidados inten- sivos pediátricos y se iniciaron medidas de apoyo vital. Dos días después, el 22 de febrero de 2001 falleció por deshidratación grave. Después de la muerte, los padres de Josie, Sorrel y Jay King fueron motivados a trabajar con líderes en el hospital Johns Hopkins para asegurar que ninguna otra familia sufriera la muerte de un hijo por un error médico. Más tarde suministraron fondos para el Josie King Patient Safety Program y para el otorgamiento de becas académicas en el campo de la seguridad de los pacientes. Figura 12-6. Impacto de las rondas informativas del quirófano en el equipo de trabajo y en la comunicación. (Tomada de Makary et al,19 con autorización de Elsevier. © 2007 bythe American College of Surgeons). El análisis preoperatorio incrementó mi conciencia sobre el sitio quirúrgico y el lado que será operado 0 10 20 30 40 50 P or ce nt aj e de p er so na s qu e re sp on di er on y qu e es tu vi er on d e ac ue rd o 60 70 80 90 100 El sitio quirúrgico de la operación era claro para mí antes de la incisión En la toma de decisiones se utilizó información de personal relevante El cirujano y el anestesiólogo trabajaron en conjunto y como un equipo coordinado Revisión previa al procedimiento Revisión después del procedimiento http://booksmedicos.org 373 Segu ridad del pacien te capÍtu lO 12 Los indicadores de los prestadores de servicios ofrecen una medición de las complicaciones que pudieron evitarse en los pacientes que recibieron su atención inicial y sufrieron las compli- caciones de la atención en la misma hospitalización, lo que incluye sólo aquellos casos con diagnóstico secundario que podrían ser una complicación potencialmente prevenible. Los indicadores de área capturan todos los casos con complicaciones potencialmente pre- venibles que ocurren en un área dada (p. ej., área metropolitana o regiones rurales), ya sea durante la hospitalización o en hospitali- zaciones subsiguientes.27 A la fecha, los PSI se consideran indicadores y no mediciones definitivas de las preocupaciones con respecto a la seguridad del paciente. Pueden identificar problemas potenciales de seguridad que ameritan investigación adicional. También se emplean para priorizar de mejor manera y valorar iniciativas locales y nacionales, así como mediciones de referencia a fin de valorar el progreso en la seguridad del paciente. En el futuro, el crecimiento de datos elec- trónicos de salud harán de mayor utilidad los datos administrativos basados en herramientas similares a PSI.28 Mediciones del Surgical Care Improvement Project El Surgical Care Improvement Project (SCIP) se estableció en el año 2003 a partir de una asociación nacional de organizaciones comprometidas con el mejoramiento de la atención quirúrgica al gros de seguridad en su área de trabajo. Todo ello permitirá que se aborden y mejoren de manera continua todos los aspectos de la atención, de tal manera que se agilice la atención del paciente.24 La puesta en marcha del Comprehensive Unit-Based Safety Program (CUSP) comprende la medición de la cultura de segu- ridad de la unidad quirúrgica antes de comenzar el programa, así como la inclusión de los encargados de la administración hospitala- ria desde el comienzo. La inclusión de los administradores permite la asignación más eficiente de recursos y también una mayor com- prensión de los problemas que afronta el personal de primera línea. Una vez que se ponga en marcha dicho programa se pueden hacer modificaciones basadas en el conocimiento local, para mejorar la atención de los enfermos.24 El efecto de las modificaciones con el uso de CUSP puede medirse con los resultados en los pacientes y los datos sobre cultura de la seguridad. La práctica de CUSP se ha vinculado con el mejoramiento de los resultados en los pacientes, que incluye disminución del número de infecciones en el sitio operado. En un estudio bianual de pacientes operados de colon y recto en que en el primer año se llevó a la práctica pre-CUSP y el segundo fue post-CUSP, hubo una disminución de 33% en la cifra de infección en el sitio operatorio después de CUSP.25 En dicho estudio, el grupo CUSP se reunió cada mes y expuso una lista de intervenciones con base en su expe- riencia en tales casos, como estandarizar la preparación preoperato- ria de la piel y calentar a los pacientes en el área preanestésica. El estudio indicó que CUSP puede ser muy eficaz para disminuir los daños al paciente y mejorar su atención. MEDICIÓN DE LA CALIDAD EN CIRUGÍA Pese a la atención centrada en la seguridad del paciente y al número de iniciativas que han llevado a cabo muchas organizaciones para mejorar la cultura de seguridad, hay pocas herramientas que en realidad midan si dichos efectos son en realidad eficaces para redu- cir el número de errores. Varias dependencias gubernamentales y grupos privados han elaborado criterios para valorar la calidad y se - guridad en los hospitales. Indicadores de seguridad del paciente de la Agency for Healthcare Research and Quality La Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) fue creada en 1989 como una agencia de los Servicios de Salud Pública del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Esta- dos Unidos. Su misión es mejorar la calidad, seguridad, eficiencia y eficacia de la atención de salud para todos los estadounidenses. Cerca del 80% del presupuesto de la AHRQ se otorga en reconoci- mientos y en contratos con investigadores de universidades y otras instituciones de investigación en todo Estados Unidos. La AHRQ patrocina y realiza investigaciones que proporcionen información basada en evidencias con respecto a resultados en la atención a la salud, costos, uso y acceso de servicios de salud. Se ha reco- mendado utilizar los datos administrativos de servicio intrahospi- talario que puedan obtenerse fácilmente para medir la calidad de los servicios de salud. La información permite que quienes toman decisiones en este terreno, lo hagan de una manera más informada y con ello mejore la calidad de los servicios de atención de la salud.26 Una de las principales contribuciones de AHRQ fue un con- junto de indicadores de seguridad de pacientes (PSI, Patient Safety Indicators), publicado inicialmente en 2003 y revisado en 2010. PSI constituye un medio para que los líderes del sistema de salud identifiquen posibles eventos adversos que surgen durante la fase de hospitalización. Los 27 indicadores de dicho instrumento, ela- borados después de una revisión integral de las publicaciones, el análisis de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Novena Revisión, Modificación Clínica (ICD-9-CM), la revisión de un conjunto de médicos, la aplicación del ajuste de riesgos y análisis empíricos, aportaron información sobre las complicaciones intra- hospitalarias posibles y eventos adversos después de operaciones, procedimientos y partos (cuadro 12-4). Cuadro 12-4 Indicadores de seguridad del paciente de la Agency for Healthcare Research and Quality indicadores de seguridad del paciente relacionados con el personal de salud • Complicaciones de la anestesia • Muerte en grupos con diagnóstico relacionado con bajas tasas de mortalidad • Úlceras de decúbito • Errores en la administración de tratamientos de rescate • Cuerpo extraño retenido durante el procedimiento quirúrgico • Neumotórax yatrógeno • Infecciones selectas relacionadas con la atención médica • Fractura de cadera en el posoperatorio • Hemorragia o hematoma posoperatorios • Trastornos fisiológicos y metabólicos en el posoperatorio • Insuficiencia respiratoria posoperatoria • Embolia pulmonar o trombosis venosa profunda en el posoperatorio • Septicemia en el posoperatorio • Dehiscencia de herida en pacientes sometidos a cirugía abdominopélvica en el posoperatorio • Punción y lesión accidentales • Reacción transfusional • Traumatismo durante el nacimiento: lesión al recién nacido • Traumatismo obstétrico: parto vaginal con instrumentos • Traumatismo obstétrico: parto vaginal sin uso de instrumentos • Traumatismo obstétrico: operación cesárea indicadores de seguridad del paciente relacionados con el área • Cuerpo extraño retenido durante el procedimiento quirúrgico • Neumotórax yatrógeno • Infecciones selectas relacionadas con la atención médica • Dehiscencia de herida en pacientes sometidos a cirugía abdominopélvica en el posoperatorio • Punción y lesión accidentales • Reacción transfusional • Hemorragia o hematoma posoperatorios Fuente: tomado de la Healthcare Research and Quality.27 http://booksmedicos.org 374 Con sideraCion es BásiCas ParTe i NationalSurgical Quality Improvement Program El National Surgical Quality Improvement Program (NSQIP) es un programa de medición que permite a los hospitales obtener muestras de sus tasas de eventos posoperatorios y compararlos con hospitales similares. Fue creado por la Veterans Health Administration (VA) en 1991 y tiene la función de medir y mejorar los resultados de morbili- dad y mortalidad en la VA; en el primer decenio de operación redujo las tasas de mortalidad a 30 días después de cirugía mayor en 31% y en la morbilidad posoperatoria a 30 días en 45%.31 Las pruebas de implementación en 18 centros hospitalarios que no pertenecen a VA de los años 2001 a 2004 demostraron la factibilidad y utilidad del programa en el sector privado. Más tarde, en 2004, el programa se extendió al sector privado cuando el American College of Surgeons aprobó el programa y alentó la participación de hospitales para medir y valorar los resultados a gran escala. El estudio de 118 hospitales que participaron en NSQIP entre 2005 y 2007 indicó que 82% pudo disminuir sus tasas de complicaciones y que hubo una disminución de 11% en la morbilidad y de 17% en la mortalidad cada año por hospital.32 En la actualidad participan en dicho programa más de 400 hospitales estadounidenses del sector privado. reducir las complicaciones quirúrgicas. La directiva del comité está conformada por organizaciones como Centers for Medicare and Medicaid Services, American Hospital Association, Centers for Disease Control and Prevention (CDC), Institute for Healthcare Improvement, Joint Commission y otras. La incidencia de complicaciones posoperatorias varía de 6% en el caso de pacientes a quienes se practican operaciones extracar- diacas, a más del 30% en aquellos sometidos a cirugía de alto riesgo. Entre las complicaciones posoperatorias más frecuentes están las infecciones en el sitio operado (SSI, surgical site infections), infarto del miocardio, neumonía posoperatoria y complicaciones tromboem- bólicas. Las personas que muestran complicaciones posoperatorias prolongan su permanencia intrahospitalaria (tres a 11 días más, que la de aquellas sin complicaciones), aumentan los costos de la aten- ción hospitalaria (que va de 1 398 dólares correspondiente a una complicación infecciosa a 18 310 dólares por un problema trom- boembólico) y también incrementan la mortalidad (la mediana de supervivencia del paciente disminuye incluso 69%).29 Pese a la evidencia bien establecida de que muchos de estos eventos adversos pueden evitarse, la incapacidad para cumplir con los estándares de atención conocidos para evitar estas complicacio- nes producen daño innecesario a un gran número de pacientes. La SCIP identificó tres aéreas amplias en la cirugía donde las compli- caciones potenciales tienen una incidencia y costo altos y consti- tuyen una oportunidad importante para la prevención: infecciones del sitio quirúrgico, tromboembolia venosa y eventos cardiacos adversos. Las mediciones de SCIP se dirigen a reducir la incidencia de estos eventos en el periodo perioperatorio al recomendar el uso de procesos demostrados y mediciones de resultados. En el cuadro 12-5 se detallan estos procesos y la medición de los resultados. Las infecciones del sitio quirúrgico constituyen 14 a 16% de todas las infecciones hospitalarias y son complicaciones frecuentes de la atención, pues ocurren en 2 a 5% de pacientes después de ope- raciones extraabdominales limpias, y hasta en 20% de los pacientes sometidos a procedimientos intraabdominales. Al poner en práctica medidas para reducir las infecciones del sitio quirúrgico, los hospi- tales podrían disminuir los costos en 3 152 dólares estadounidenses y reducir la estancia hospitalaria en siete días por cada paciente que desarrolla una infección.30 Los eventos cardiacos adversos ocurren en 2 a 5% de los pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas no cardiacas y hasta en 34% de los individuos sometidos a cirugía vascular. Ciertos eventos cardiacos perioperatorios, como el infarto del miocardio, se asocian a tasas de mortalidad de 40 a 70% por evento y prolongan la hospitalización e incrementan los costos. Los bloqueadores β admi- nistrados de manera apropiada aminoran la isquemia perioperato- ria, sobre todo en individuos de alto riesgo. Se ha observado que prácticamente la mitad de todos los problemas cardiacos letales se hubieran evitado con la administración previa de un bloqueador β.30 La DVT aparece después de cerca del 25% de todos los pro- cedimientos quirúrgicos mayores realizados sin profilaxis, y surge embolia pulmonar (PE, pulmonary embolism) después de 7% de ellas. Pese a la eficacia bien establecida y a la seguridad de las medidas preventivas, los estudios clínicos han mostrado que a menudo no se emplea profilaxis o bien se utiliza de manera inapropiada. La admi- nistración de dosis bajas de heparina no fraccionada y la heparina de bajo peso molecular tienen eficacia similar en la prevención de DVT y embolia pulmonar. La profilaxis con heparina no fraccio- nada en dosis bajas ha mostrado disminución de la incidencia de embolia pulmonar fetal en 50%.30 Los esfuerzos de la SCIP proporcionan una infraestructura y guías para la recopilación de datos y el mejoramiento de la calidad a nivel nacional. Mediante el logro de estos altos niveles de cumpli- miento con prácticas basadas en evidencias para reducir las infec- ciones de sitio quirúrgico, así como los eventos de tromboembolia venosa y las complicaciones cardiacas perioperatorias, el número potencial de vidas salvadas en la población del sistema Medicare es de más de 13 000 cada año.29 Cuadro 12-5 Medidas del Surgical Care Improvement Project mediciones del desempeño durante la atención Infección • Recibió antibiótico profiláctico 1 h antes de la incisión quirúrgica • Selección de antibiótico profiláctico para pacientes quirúrgicos • Se interrumpieron los antibióticos profilácticos en las 24 h siguientes a la conclusión de la intervención quirúrgica (48 h para pacientes con cardiopatías) • Se realizó medición de la glucemia a las 6:00 a.m. en pacientes sometidos a cirugía cardiaca • En pacientes quirúrgicos se realizó el retiro apropiado del vello • Pacientes sometidos a cirugía colorrectal con normotermia posoperatoria inmediata Tromboembolia venosa • Pacientes quirúrgicos con órdenes para profilaxis de tromboembolia venosa • Los pacientes quirúrgicos recibieron profilaxis apropiada para la trombosis venosa 24 h antes de la intervención quirúrgica y 24 h después de la misma Eventos cardiacos • Los pacientes quirúrgicos que reciben bloqueadores β antes de la hospitalización y que recibieron un bloqueador β en el periodo perioperatorio mediciones de resultados propuestos Infecciones • Infección posoperatoria de la herida quirúrgica diagnosticada durante la hospitalización inicial Tromboembolia venosa • Embolia pulmonar transoperatoria o posoperatoria diagnosticada durante la hospitalización inicial y en los 30 días siguientes a la operación • Trombosis venosa profunda transoperatoria o posoperatoria diagnosticada durante la hospitalización inicial y en los 30 días siguientes a la operación Eventos cardiacos • Infarto agudo del miocardio, transoperatorio o posoperatorio, diagnosticado durante la hospitalización inicial y en los 30 días siguientes a la operación Medidas generales • Mortalidad en los 30 días siguientes a la operación • Nueva hospitalización en los 30 días siguientes a la operación Fuente: tomado de Surgical Care Improvement Project,30 con autorización. http://booksmedicos.org 375 Segu ridad del pacien te capÍtu lO 12 percutánea, reparación de aneurisma de aorta abdominal (AAA, abdominal aortic aneurysm), ablación de páncreas y esofagectomía. Se eligieron estos procedimientos porque existe evidencia de que el apego a ciertas medidas puede mejorar de manera espectacular los resultados en tales procedimientos. Además,más de 100 estudios también demostraron que se obtienen mejores resultados en hospita- les de alto volumen cuando se realizan operaciones cardiovasculares, cirugía mayor para resecciones de cáncer y otros procedimientos de alto riesgo. Se espera que los hospitales que satisfacen los estándares de seguridad de EBHR hagan lo mismo con los criterios de volumen (que se muestran en el cuadro 12-6) para el hospital y para los ciruja- nos. Los centros que no cumplen con estos criterios pero que cumplen con los procesos autorizados por el Leapfrog Group para cirugía de derivación arterial coronaria con injerto, intervenciones coronarias percutáneas, reparación de aneurisma de aorta abdominal y atención de recién nacidos de alto riesgo, reciben crédito parcial de satis- facción de los estándares de seguridad EBHR. El Leapfrog Group trabaja para reconocer y recompensar a los hospitales que brindan atención a sus integrantes que cumplen con los estándares EBHR.32 En un estudio reciente, Brooke et al. analizaron si existe rela- ción entre el cumplimiento de los estándares basados en evidencia del Leapfrog Group para reparación de aneurisma de aorta abdominal, lo que incluye cumplir con los objetivos del uso de bloqueadores β y administración de líquidos en el perioperatorio, y el mejoramiento de los resultados en el transcurso.33 Después de controlar las diferen- cias en las características de hospitales y pacientes, los hospitales que pusieron en marcha la política de uso perioperatorio de bloqueadores β tuvieron una reducción estimada de 51% en la mortalidad después de reparación de aneurisma de aorta. De los 111 centros del estado de California que realizaron reparación endovascular de aneurisma de aorta abdominal, la mortalidad intrahospitalaria se redujo en cerca del 61% en los hospitales que cumplieron con los estándares de volu- men del Leapfrog Group, aunque el resultado no tuvo significación estadística. Tales resultados sugieren que el cumplimiento de los estándares del Leapfrog Group para la reparación programada de aneurisma de aorta abdominal es un medio eficaz para mejorar la mortalidad intrahospitalaria en el transcurso del tiempo y respaldan la realización de futuros esfuerzos dirigidos a estandarizar la referencia de pacientes a hospitales que cumplan con los estándares de medicina basada en evidencias para otros procedimientos quirúrgicos. La actividad más reciente del Leapfrog Group ha sido mejo- rar la transparencia de los desenlaces hospitalarios mediante una puntuación de seguridad. Esta información se puede obtener en hospitalsafetyscore.org. Iniciativa “La cirugía segura salva vidas” de la Organización Mundial de la Salud En octubre de 2004, la OMS lanzó una iniciativa global para for- talecer la seguridad de la atención a la salud y vigilar los sistemas al crear la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente. Como parte de los esfuerzos del grupo por mejorar esta última, la alianza puso en marcha una serie de campañas de seguridad que reunió a expertos de áreas específicas problemáticas por medio del programa La NSQIP utiliza una tasa ajustada al riesgo de los resultados observados con los esperados (concentrándose sobre todo en la mor- bilidad y mortalidad a 30 días) para comparar el desempeño de los hospitales participantes con unidades hospitalarias similares. Los datos que ha reunido el programa ayudan a realizar estudios observacionales con información obtenida de forma prospectiva en más de 1.5 millones de pacientes y operaciones. La expansión del NSQIP al sector privado ha ayudado a dejar de centrar la atención en la simple prevención de errores del personal de salud y los eventos centinela resaltados por la publicación del IOM “To Err Is Human” y dirigirla al objetivo más amplio de prevenir los desenlaces posoperatorios adversos. Varios aspectos relacionados con la seguridad del paciente sur- gieron como consecuencia de las acciones de la NSQIP. En primer lugar, la seguridad es indistinguible de la calidad general de la aten- ción quirúrgica y no debe abordarse por separado. Definir la calidad en términos de mantener al paciente a salvo de resultados adversos permite utilizar los datos de la NSQIP para valorar y mejorar la cali- dad de la atención al realizar mejoras en la seguridad del paciente. En otras palabras, la prevención de errores es sinónimo de reducción de resultados adversos y sirve de medida de calidad confiable. En segundo lugar, durante un episodio de atención quirúrgica, los resul- tados adversos y, por lo tanto, la seguridad del paciente, se determinan principalmente con base en la calidad de los sistemas de atención. Los errores en los hospitales con resultados más elevados de lo esperado probablemente sean consecuencia de errores del sistema más que por incompetencia del personal sanitario, lo que resalta la importancia de la comunicación adecuada, coordinación y trabajo en equipo para el logro de la calidad en la atención quirúrgica. Por último, es fun- damental contar con resultados comparativos fiables para la identi- ficación de problemas del sistema. Se tienen que comparar las tasas de desenlaces adversos (ajustadas a riesgo) con las de instituciones homólogas, para apreciar los errores más sutiles de los sistemas que conducen a resultados perjudiciales, y así emprender cambios en la calidad de los procesos y las estructuras de la institución. Leapfrog Group Uno de los esfuerzos más grandes para estandarizar la medicina basada en evidencias en Estados Unidos fue dirigido por el Leapfrog Group, una alianza de proveedores de servicios de salud, públicos y privados, más grande que representa a más de 37 millones de indivi- duos en todo Estados Unidos. Dicho consorcio de atención a la salud se fundó en el año 2000 con el objeto de ejercer esfuerzos combina- dos para mejorar los estándares nacionales de calidad de la atención, optimizar los resultados de los pacientes y reducir los costos de la atención a la salud. La estrategia del grupo para lograr estos objeti- vos consiste en proporcionar envíos de pacientes, entregar incentivos financieros y brindar reconocimiento público de los hospitales que practican los estándares de la medicina basada en evidencias. La calidad de la atención de la salud y las prácticas de seguri- dad que el Leapfrog Group identificó en un inicio para medir están- dares de atención fueron el uso de sistemas computarizados para los registros de órdenes médicas, la dotación de personal médico y su rotación durante 24 h en ICU y las normas de referencia hos- pitalaria basadas en evidencias (EBHR, evidence-based hospital referral) en cinco operaciones de alto riesgo.33 En el año 2010, después de que el National Quality Forum (NQF) publicó la actua- lización de sus prácticas de seguridad para mejorar la asistencia, Leapfrog Group agregó una mejora importante en dichas prácticas que incluye ocho renglones tomados del informe de NQF.34 El Leapfrog Group reúne datos de tales prácticas por medio de la realización de encuestas de calidad y seguridad hospitalarias, por Internet, de manera continua y voluntaria. La encuesta se realiza en 41 regiones que abarcan más de la mitad de la población estadouni- dense y 62% de todas las camas hospitalarias en el país. En 2011, participaron en la encuesta más de 1 200 hospitales urbanos, subur- banos y rurales. El Leapfrog Group solicita información sobre ocho padecimientos o procedimientos de alto riesgo que incluyen cirugía de derivación arterial coronaria con injerto, intervención coronaria Cuadro 12-6 Volúmenes anuales recomendados para hospitales y cirujanos 1. Derivación arterial coronaria con injerto ≥ 450/100 2. Intervención coronaria percutánea ≥ 400/75 3. Reparación de aneurisma de la aorta abdominal ≥ 50/22 4. Sustitución de válvula aórtica ≥ 120/22 5. Resección pancreática ≥ 11/2 6. Esofagectomía ≥ 13/2 7. Cirugía bariátrica > 100/20 Fuente: tomado de The Leapfrog Group,34 con autorización.http://booksmedicos.org 376 Con sideraCion es BásiCas ParTe i • Cualquiera de los siguientes: • Es un efecto adverso, o bien • Indica un problema de los sistemas de seguridad de la institu- ción hospitalaria, • Es importante para la credibilidad pública o para las finanzas públicas, o combinaciones de éstos. Estos eventos no son un riesgo médico razonable por some- terse a una intervención quirúrgica y que debiera aceptar un paciente, sino que son errores médicos que nunca debieron haber ocurrido (caso 12-4). La ocurrencia de cualquiera de tales eventos indica que la cultura o los procesos de seguridad del paciente de dicha organización tienen defectos que deben ser valorados y corre- gidos para evitar que se repita el evento (cuadro 12-8). “EVENTOS QUE NUNCA DEBERÍAN SUCEDER” EN CIRUGÍA Estos eventos son errores en la atención médica que se pueden identificar con claridad y prevenir, y que tienen consecuencias gra- ves para los pacientes. Asimismo, denotan un problema real en la seguridad y credibilidad de una institución de atención de la salud.36 A pesar del acuerdo amplio y casi unánime de que se pue- den evitar los “eventos que nunca deberían suceder” y a pesar de la Global Patient Safety Challenges. El segundo foro de Global Patient Safety Challenges se centró en mejorar la seguridad de la atención quirúrgica. El objetivo principal de la campaña, que se denominó La cirugía segura salva vidas es reducir las muertes quirúrgicas y las complicaciones a través de la adaptación universal de una lista de verificación perioperatoria amplia en el quirófano en todo el mundo. Además de la lista de verificación, la OMS definió un conjunto de medidas uniformes para la vigilancia nacional e internacional de la atención operatoria, a fin de valorar mejor la cantidad y la calidad de los servicios quirúrgicos en todo el mundo. Al nivel de la población, las mediciones incluyen el número de cirujanos, anestesiólogos y enfermeras per cápita, número de quirófanos per cápita, volumen de atención de casos y tasas de mortalidad. Al nivel hospitalario, la medición incluye estructuras de mejoramiento de la seguridad y una “calificación de Apgar quirúrgica”, un método validado para establecer el pronóstico del paciente con base en los eventos trans- operatorios (p. ej., hipotensión, taquicardia, hemorragia).35 National Quality Forum El National Quality Forum (NQF) es una coalición de organiza- ciones de salud que trabajan con el fin de desarrollar y aplicar una estrategia nacional para la medición de la calidad de la atención a la salud y la elaboración de informes. Su misión es mejorar la calidad de la salud de la población estadounidense al establecer prioridades nacionales y objetivos para el mejoramiento del desempeño, aprobar estándares de consensos nacionales para la medición y publicación de informes con respecto al desempeño y fomentar el logro de objeti- vos nacionales a través de la educación y programas de largo alcance. Una de las principales contribuciones del NQF es el desarro- llo de una lista de eventos graves de reporte obligatorio, que con frecuencia se conocen como “eventos que nunca deberían suce- der”.36 De acuerdo con el NQF, estos eventos son errores de aten- ción médica que se pueden identificar con claridad, son prevenibles y tienen consecuencias graves para los pacientes y que indican un problema real en la seguridad y credibilidad de las instituciones de salud. Ejemplos de “eventos que nunca deberían suceder” inclu- yen la cirugía realizada en el sitio equivocado, olvido de material extraño en el paciente después de la cirugía, transfusión de sangre no compatible, error grave en la administración de medicamentos y úlceras de decúbito graves adquiridas en el hospital, así como muertes posoperatorias que pudieron evitarse (cuadro 12-7). Los criterios de inclusión como “eventos que nunca deberían suceder” se numeran a continuación. El evento debe ser: • No ambiguo (es decir, el evento debe ser claramente identi- ficable y medible y, por lo tanto, factible de incluirse en un sistema de informes); • Por lo común prevenible, con el conocimiento de que algunos eventos no siempre son evitables dada la complejidad del sis- tema de salud; • Grave, lo que da origen a la muerte o pérdida de una parte corporal, incapacidad o pérdida más que transitoria de una función corporal, y 6 Caso 12-4 Eventos quirúrgicos que nunca deberían suceder En el año 2002, Mike Hurewitz, un reportero del The Times Union de Albany inició en forma súbita con vómito sanguino- lento tres días después de donar parte de su hígado a su her- mano mientras se recuperaba en un área hospitalaria en la cual 34 pacientes recibían atención de un residente de primer año. Sufrió broncoaspiración y falleció de inmediato sin que hubiera otro médico disponible para asistir al residente de primer año, que se encontraba con trabajo excesivo. Reconocido por sus adelantos en el campo del trasplante hepático, a la fecha el hospital Mount Sinai ha realizado más operaciones de donador vivo de adulto a adulto que cualquier otro hospital en Estados Unidos. Sin embargo, este evento hizo que se interrumpiera el programa. El hospital Mount Sinai fue llamado a cuentas por atención inadecuada y se sancionó con la suspensión de los procedimientos de trasplante hepático de donador vivo adulto por más de un año. De las 92 quejas inves- tigadas por el estado, 75 fueron contra la unidad de trasplante hepático, lo que incluyó 62 fallecimientos. El estado concluyó que la mayor parte de las 33 infracciones graves ocurridas en el hospital se presentó en la unidad de trasplante hepático. Como resultado de la investigación, el hospital Mount Sinai renovó muchos de los procedimientos en la unidad de trasplantes. Entre los cambios, ya no se instruyó a residentes de primer año en el servicio de trasplantes, dos médicos titulados estuvieron pre- sentes en el hospital para vigilar la unidad de trasplantes en todo momento y toda llamada proveniente de la unidad de trasplantes debía ser contestada en menos de 5 min a partir de la llamada inicial. Además, las enfermeras vigilaban los signos vitales de los pacientes de manera más rigurosa después de la operación y se indicó que los cirujanos de trasplantes hicieran visitas pos- operatorias tanto al donador como al receptor de órgano y por cada cuatro pacientes se asignó una enfermera titulada, en lugar de seis o siete pacientes. La muerte también ocasionó que el estado de Nueva York fuera el primero en elaborar guías para el tratamiento de donadores vivos de órganos. Por último, la viuda de Mike Hurewitz se volvió representante de la seguri- dad de los pacientes y presionó para que se contara con contro- les más estrictos en los programas de donadores vivos. Cuadro 12-7 “Eventos quirúrgicos que nunca deberían suceder” • Cirugía realizada en la región corporal incorrecta • Cirugía realizada en el paciente incorrecto • Procedimiento quirúrgico incorrecto realizado en un paciente • Retención accidental de objetos extraños en el paciente después de la operación o de otros procedimientos • Muerte transoperatoria o posoperatoria inmediata en pacientes con clase I de la ASA ASA, American Society of Anesthesiologists. Fuente: tomado de National Quality Forum,36 con autorización. http://booksmedicos.org 377 Segu ridad del pacien te capÍtu lO 12 miento (por un nuevo diagnóstico encontrado en el quirófano) y en pacientes con índices de masa corporal elevados (cuadro 12-9).40 El material quirúrgico retenido más a menudo son las com- presas de abdomen, pero también pueden olvidarse en el interior del paciente otros objetos como instrumental quirúrgico y agujas. El olvido de compresas quirúrgicas se descubre con frecuencia como dato incidental en una radiografía posoperatoria realizada por otros motivos, pero también se ha descubierto en pacientes con tumoracio- nes o dolor abdominal. Las personas en quienes
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