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Psicoterapia infantil La metáfora como técnica de devolución -

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Ana Rita Russo de Sánchez
y Jorge Iván Galindo Madero
PSICOTERAPIA
INFANTIL
La metáfora como 
técnica de devolución
PSICOTERAPIA
INFANTIL
La metáfora como 
técnica de devolución
Barranquilla
2013
Ana Rita Russo de Sánchez
Jorge Iván Galindo Madero
Colaboradores
Doralis Acosta Mendoza, Gina Isabel Cuesta de la Hoz,
Sandra Salas Santrich, Darlys Cecilia Siado Barraza
PSICOTERAPIA
INFANTIL
La metáfora como 
técnica de devolución
Coordinación editorial
Diseño y diagramación
Procesos técnicos
Diseño de portada
Corrección de textos
Made in Colombia
A mis padres y hermanos que me enseñaron a amar.
A mi esposo y mis hijos que me lo permitieron expresar 
y me enseñaron su inmensidad.
A mis profesores que me enseñaron a perseverar.
A mis familiares, amigos y compañeros 
que me enseñaron a compartir.
A mis alumnos que me enseñaron a profundizar.
A mis pacientes que me enseñaron a escuchar.
A los niños que me enseñaron a enseñar.
Ana Rita Russo de Sánchez 
A mis tías abuelas. 
A mis padres, por su confianza en este proyecto de vida.
A mis amigos en los tiempos difíciles.
A quien ha propiciado tanta felicidad y 
crecimiento personal en mi vida. 
Jorge Iván Galindo Madero
ANA RITA RUSSO DE SÁNCHEZ. Doctora en Filosofía y Cien-
cias de la Educación de la Universidad de Salamanca (España); for-
mación en Psicología Clínica, Psicóloga de la Universidad del Norte 
(Colombia). Profesora  y tutora de postgrado en Psicología Clínica, 
directora de la Maestría en Psicología Clínica de la Universidad del 
Norte, directora de líneas de Investigación en el área Psicología Clí-
nica y de la Salud. Autora, investigadora y directora del Programa de 
Educación y Desarrollo Humano en lo Psicoafectivo, Medio Ambien-
te y Valores – PISOTÓN, de la Universidad del Norte; conferencista 
nacional e internacional, coautora de los libros Temas en Psicología 
Clínica (2006, Educación y desarrollo psicoafectivo (2006), Pisotón en 
Lorica, una apuesta a la resignificación de lo traumático (2010) y la car-
tilla Nuestros primeros encuentros afectivos y educativos (2011).
JORGE IVÁN GALINDO MADERO. Psicólogo clínico y magister 
en Psicología Clínica. Psicoterapeuta, coordinador de investigaciones 
y publicaciones del Programa de Educación y Desarrollo Humano 
en lo Psicoafectivo, Medio Ambiente y Valores - PISOTÓN. Profesor-
investigador de la Universidad del Norte (Colombia). Autor de los 
libros, Crisis de infancia en la contemporaneidad (2010), El cuer-
po del cristiano en los tiempos de las ciencias de la salud (2009), Dios 
está muerto, ¿qué pasó con el sujeto? Una lectura desde el psicoanálisis
(2009), Psicoanálisis y teoría social (2009), Educación y desarrollo psi-
coafectivo (2006) y Música metal y adolescencia: De la proposición de la 
estructura discursiva del metal y la disposición del sujeto (2005) 
Los autores
vii
A la Universidad del Norte, por propiciar espacios y recursos para la publi-
cación de este texto, en especial al rector, Dr. Jesús Ferro Bayona, por su 
constante interés en el trabajo en beneficio de la infancia.
Al Dr. José Amar Amar, por sus aportes e interés en el desarrollo de la Psico-
logía y en particular de la Psicología Clínica en la costa Caribe colombiana, 
cuyos esfuerzos han permitido el impulso que hoy en día tiene la Maestría 
en Psicología, el Doctorado en Psicología y la publicación de textos cientí-
ficos y técnicos en temas basados en la infancia.
A los estudiantes de la Maestría y Especialización en Psicología Clínica, 
y muy especialmente a Doralis Acosta Mendoza, Gina Cuesta de La Hoz, 
Sandra Salas Santrich, Darlys Siado Barraza, quienes han realizado impor-
tantes aportes a la producción escrita de este texto.
Agradecimientos
ix
Contenido
Prólogo ............................................................................................................... xi
Introducción ......................................................................................................xv
1. EN EL TERRENO DE LOS SIMBOLISMOS Y LAS METÁFORAS ........................................... 1 
 1.1 Psicoanálisis y narrativa .......................................................................... 1
 1.2 Psicoanálisis y lingüística ........................................................................ 3
 1.3 Simbólico, simbolismo y psicoanálisis .................................................... 9
 1.4 La identificación ................................................................................... 16
2. CREAR METÁFORAS EN EL CONTEXTO PSICOTERAPÉUTICO ..........................................19 
2.1 Las metáforas: Arte y técnica ................................................................ 19
2.2 Implicaciones teóricas para la elaboración 
de metáforas en el contexto psicoterapéutico ...................................... 21
3. METÁFORAS Y CUENTOS EN EL PROCESO PSICOTERAPÉUTICO CON NIÑOS ....................27
3.1 La entrevista inicial ............................................................................. 27
3.2 El proceso de evaluación psicodiagnóstico .......................................... 28
3.3 La entrevista de devolución ................................................................. 28
3.4 Los cuentos y metáforas en la entrevista de devolución ..................... 30
3.5 Consideraciones y limitantes de las 
metáforas en el contexto de la psicoterapia de niños ......................... 32
4. EL DESARROLLO PSICOAFECTIVO. 
METÁFORA “EL TRENCITO” .................................................................................... 34 
4.1. Ficha técnica ....................................................................................... 34 
4.2. Marco teórico ..................................................................................... 38
4.3. Los momentos pre-edípicos ................................................................ 52
x
5. ESTRUCTURAS E INSTANCIAS PSÍQUICAS. 
METÁFORAS “LOS CARRITOS DE COLORES” Y “EL MOLDE”..........................................76 
5.1 Ficha técnica de “Los carritos de colores” ........................................... 76 
5.2 Ficha técnica de “El molde” ................................................................ 77
5.3 Marco teórico ...................................................................................... 77
6. CONFLICTOS Y DEFENSAS. 
METÁFORAS “LAS PIEDRITAS” Y “LA TIENDA DE DISFRACES” ...................................108
6.1 Ficha técnica de “Las piedritas” ........................................................ 108
6.2 Ficha técnica de “La tienda de disfraces” .......................................... 109
6.3 Marco teórico .................................................................................... 122
7. RIVALIDAD FRATERNA. 
METAFORA “LAS TACITAS” ................................................................................... 133
7.1 Ficha técnica ..................................................................................... 133
7.2 Marco teórico .................................................................................... 135
7.3 Los celos ............................................................................................ 154
7.4 Los mellizos, una rivalidad especular ................................................. 159
7.5 La regresión, defensa del pequeño celoso .......................................... 161
7.6 Envidia ............................................................................................... 163 
7.7 Otras formas de defensa frente a la envidia ...................................... 168
CONCLUSIONES ........................................................................................................ 170
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 172
xi
La invitación de los autores Ana Rita Russo de Sánchez, Jorge Iván 
Galindo Madero y colaboradores para presentar este fascinantey 
didáctico libro fue una sorpresa y un gran honor. Después de leer 
el texto tuve un estado transitorio de alexitimia, que fui superando 
poco a poco para recuperar la narrativa y así producir este prólogo.
En siete capítulos los autores logran magistralmente presentar la 
literatura y capacitar al lector para intervenir en el proceso psicote-
rapéutico con metáforas y simbolismos a sus jóvenes pacientes.
Inician su obra permitiéndonos conocer los aspectos que se constru-
yen como puentes entre el psicoanálisis, la lingüística, el simbolismo, 
el cuento y la metáfora. Continúan, como los mejores instructores 
de buceo, guiándonos a las profundidad, en el plano de la entrevista, 
señalándonos los límites de nuestro quehacer y gentilmente presen-
tándonos los terrenos en los que las metáforas son aplicables, cuándo 
y cómo, entretejiéndolas de manera artística para habilitarnos en el 
desarrollo de la técnica, advirtiéndonos que se trata de una estrategia 
simultáneamente bella y delicada. 
En el primer capítulo se realiza una revisión de la particular relación 
del psicoanálisis con la literatura, se muestra cómo en la palabra se 
encuentra la subjetividad y, por consiguiente, las lógicas del incons-
Prólogo
xiixii
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
ciente. Este capítulo devela cómo en las condensaciones y despla-
zamientos de la palabra escrita se avanza, en el mismo estilo que el 
chiste o el sueño, de unos contenidos manifiestos a otros latentes, 
y como muestra de esta posibilidad de la palabra se encuentra la 
metáfora. 
El sentido de la metáfora como un componente descifrador del con-
flicto psíquico es un elemento central que atraviesa el texto, en el 
cual se articula el concepto de la identificación como un moviliza-
dor de contenidos inconscientes en aquel que es tomado subjetiva-
mente por los efectos de la metáfora. Este primer capítulo termina 
con unas palabras introductorias de la metáfora en el contexto de la 
psicoterapia con niños. 
En el capítulo dos el tema central es la forma como se articula la 
metáfora y los cuentos infantiles en el proceso psicoterapéutico con 
niños; en este avance se retoman principios de la técnica de la psi-
coterapia desde las primeras entrevistas hasta llegar al proceso de 
devolución. El capítulo termina con consideraciones técnicas y éti-
cas acerca de la utilización de las metáforas y cuentos infantiles en 
el contexto clínico.
El capítulo tres avanza sobre la creación de las metáforas como un 
arte y una técnica; en este sentido señala que en su construcción se 
tienen en cuenta los principios de la psicología evolutiva, las fun-
ciones yoicas en la infancia, el proceso de la identificación y las 
características del inconsciente y su simbolismo; señala condicio-
nantes para que la metáfora refleje sus efectos en el sujeto y la posi-
bilidad que tiene todo aquel que transita en el mundo del lenguaje 
de hacer consciente lo inconsciente por medio de la palabra. 
Antes de entrar en los últimos cuatro capítulos didácticos basados 
en la experiencia, nos señalan la fragilidad de la relación del psi-
coterapeuta con su paciente, el niño. Nos advierten acerca de la 
xiiixiii
Prólogo
importancia de la construcción psicoterapéutica, cuya meta es la 
solidificación de la relación para tolerar el devenir de los fenómenos 
de transferencia y contratransferencia.
De manera generosa renuevan para el lector los conceptos básicos y 
clásicos del quehacer psicoanalítico, para permitir comprender que 
en cada momento, en cada fase de la terapia, en cada etapa del de-
sarrollo, hay una posibilidad para utilizar clínicamente la metáfora. 
Cumpliendo con el objetivo, proponen un soporte teórico a cada 
una de las metáforas presentadas, de esta forma en el capítulo cua-
tro se hace una revisión general de la psicodinamia en el marco de 
la presentación de la metáfora “El trencito”. En esta se expresan 
los principios del desarrollo psicoafectivo del niño, señala en for-
ma clara qué implican los conceptos de pulsión, fijación, regresión, 
relación objetal. Se avanza por las estaciones de un tren para dar 
cuenta de los puntos críticos de los momentos pre-edípicos. 
En el capítulo cinco se presentan dos metáforas: “El molde” y “El 
carrito”, las cuales señalan la necesidad de una revisión de los con-
ceptos que fundamentan y consolidan la segunda tópica freudiana. 
En “El carrito” se realiza una fundamentación de los conceptos del 
ello, el yo y el superyó y cómo se organizan en la consolidación de lo 
sintomático. En “El molde” cumple un lugar importante la revisión 
del concepto de ideal del yo y cómo este genera conflictos con las 
otras instancias psíquicas. 
El capítulo seis, con la metáfora de “Las piedritas” y “La tienda 
de disfraces”, el soporte teórico está marcado por los componentes 
psicodinámicos del conflicto psíquico. Aquí, el proceso de defensa 
y su lugar frente a lo sintomático es tema de análisis para ayudar al 
niño a descubrir cuál es el conflicto que se esconde tras su compor-
tamiento defensivo.
xivxiv
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
Por último, el capítulo siete revisa los conceptos y aportes psicodiná-
micos y psicoanalíticos referentes a la rivalidad fraterna y presenta 
como técnica de intervención en este tipo de conflictos la metáfora 
“Las tacitas”. Este es un buen contexto para referirse a diversidad de 
temas que atraviesan esta conflictiva, desde las posturas klenianas 
sobre los celos y la envidia hasta las posiciones más clásicas deriva-
das del estudio profundo de la novela familiar del neurótico.
Dependiendo de la seguridad personal y profesional del lector, las 
reacciones podrán variar entre la comodidad y la exploración, a ve-
ces atrevida, de la metáfora. De manera ejemplar, esta obra invita 
al psicoterapeuta a internalizarse en su propia creatividad, dándole 
bienvenida a las similitudes, las diferencias, las analogías, respetan-
do el momento del desarrollo del niño, manteniéndose sensible a la 
respuesta emocional de este y la propia. 
El clínico tendrá que cuidar cuándo intervenir, cuándo callar, cuán-
do revelar sus sentimientos, cuándo interpretar. En otras palabras, 
tendrá que decidir en el contexto de la sesión cuándo es productiva 
la construcción de la metáfora o la presentación de un cuento. 
Este libro está escrito para aquellos que desean adicionar a su que-
hacer terapéutico una poderosa herramienta para lograr, a través de 
la comunicación figurativa y de la creatividad interior, el cambio en 
el niño. Así, la metáfora se podrá construir como el fuego en la vela: 
prendiendo la imaginación del niño con el máximo de fuerza para 
generar autoconocimiento y transformación. 
ROBERTO CHASKEL, MD.
Coordinador Psiquiatría Infantil y Adolescencia, Hospital Militar Central
Profesor asociado, Universidad Militar Nueva Granada y
Universidad El Bosque
xv
La actividad de elaborar narraciones, generar nuevas versiones de la 
realidad, mezclar la fantasía con los sucesos vividos, no es solo una 
característica de lo infantil. Esta actividad creadora ha acompañado 
al hombre desde los inicios de la humanidad; el hombre antiguo, 
desde que adquirió la capacidad de lenguaje, obtuvo la facultad para 
relatar historias, transformarlas, exagerarlas o simplemente inven-
tarlas. 
Este acto llevó a que, con el tiempo, se generaran relatos que permi-
tían explicar los fenómenos de la naturaleza, propiciar construccio-
nes que dan cuenta de su origen y darle sentido a la vida. El hombre 
antiguo llegó a construir los más hermosos relatos mitológicos que 
le permitieron ubicarse frente a su medio con la seguridad de ser 
protegido por dioses y el temor de ser castigado por los mismos.
Estas construcciones luego empezaron a ser de utilidad para el hom-
bre, al generar acciones educativas y de reflexión moral para su con-
texto cultural. De esta forma aparecen la fábula y la parábola, las 
que permiten, por medio de la proyección en personajeshumanos 
y animales, reconocer lo que es esencial a sus pasiones humanas en 
forma de moralejas, y enseñanzas que facilitan la mejor convivencia 
social.
Acompañando a la fábula y la moraleja surge el cuento; este en un 
principio no estaba dirigido al niño. Aunque a partir de la fábula y la 
Introducción
xvi
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
parábola el cuento ha señalado una función educativa, su objetivo 
era el propender por las buenas acciones del adulto en la sociedad.
Los cuentos se encuentran tanto en la historia de Oriente como de 
Occidente; en la tradición oriental se encuentran “Las mil y una 
noches”, cuentos fantásticos que llegan a Europa en el contexto me-
dieval, y generan un importante impacto en la forma y el contenido 
del cuento occidental. En el siglo X, mercaderes, esclavos y viajeros 
relatan cuentos que van pasando de juglar en juglar, relatos que 
luego serán compilados por autores como los hermanos Grimm y 
Charles Perrault entre los siglos XVIII y XIX.
Solo en 1658 aparece el primer libro de cuentos ilustrado para ni-
ños, titulado Orbis Sensalium Pictus, escrito por Cormenius. Con la 
presencia clara del cuento infantil en el espacio de la producción 
literaria, se inicia toda una serie de estudios que tratan de clasifi-
carlos de diversas formas. Hasta nuestros días los cuentos infantiles 
se mantienen vigentes, pasando de las formas de tramitación orales 
antiguas a las escritas medievales hasta llegar las audiovisuales mo-
dernas. 
El psicoanálisis, fundado por Sigmund Freud, señaló un interés mar-
cado por las producciones literarias que se construyen en la cultura, 
por la compresión de la dinámica psíquica a partir de lo que mues-
tra la obra literaria. Un ejemplo de esto es la forma como se organi-
zan las vivencias infantiles a través de la maqueta que se presenta 
en la clásica obra de Sófocles titulada Edipo Rey. Este interés por las 
producciones escritas por el hombre llevarán al padre del psicoaná-
lisis a la poesía, a los libretos de la obra de teatro, a la novela y, en 
un lugar muy especial, al cuento infantil. A medida que se avance 
en el texto se revisarán estos encuentros entre el psicoanálisis y la 
literatura, lo que permitirá dar cuenta de la forma como Freud y 
la línea psicoanalítica descubren las posibilidades que ofrecen los 
cuentos infantiles para la compresión de la vida del niño y cómo 
estos pueden ser vía para generar efectos en su desarrollo.
xvii
Introducción
Con el surgimiento del estudio lingüístico en el contexto moderno, 
se descubre la forma como se construye el cuento y cuáles son los 
medios para generar ese efecto en el oyente y el lector. Es así como 
se identifican la metáfora y la metonimia, que participan del marco 
del cuento, y otras construcciones literarias que transitan por los 
límites de las múltiples significaciones del relato. 
La metáfora toma un lugar propio en el campo de la psicoterapia 
y señala el uso de un medio para adentrarse en el mundo infantil, 
utilizar su símil para que, por medio del deslizar de la historia de un 
cuento o un relato, se pueda mostrar al niño un contenido propio de 
su inconsciente de una forma indirecta que permita la tramitación 
de aquello que generaría mucha angustia en una forma directa.
En este texto se presentarán una serie de metáforas que se utilizan 
en el contexto psicoterapéutico; el enfoque del presente trabajo es 
psicodinámico y toma como base los aportes de Sigmund Freud con 
relación a los cuentos infantiles. La forma de interpretar metafó-
ricamente la dinámica psíquica del niño continúa con los aportes 
de autores posfreudianos en relación con el tema de los cuentos 
infantiles y el lugar de la metáfora en el proceso psicoterapéutico, 
tales como los trabajos de Bettelheim sobre el sentido inconsciente 
de los cuentos infantiles; los elementos propios de la construcción 
universal del inconsciente en la obra de Jung; y la relación entre 
el simbolismo y la fantasía en la propuesta de Melanie Klein. El 
segundo capítulo señala contribuciones de la técnica narrativa para 
la elaboración de cuentos infantiles. El tercer capítulo muestra la 
importancia de las metáforas en el proceso psicoterapéutico con ni-
ños, y los capítulos siguientes dan cuenta de metáforas que han sido 
creadas para responder a la necesidad de un proceso de devolución 
en el contexto de la psicoterapia dinámica. 
1
1.1 PSICOANÁLISIS Y NARRATIVA
Una de las características del legado freudiano es que se construye a 
partir de los productos sociales y culturales, se enriquece de estos y 
genera aportes desde su lugar de lectura del inconsciente. Entre los 
productos sociales se encuentran las artes. En este sentido, Freud 
avanzó sobre casi todas las formas de producción artística de su 
época. En la escultura, con el trabajo sobre “El Moisés” de Miguel 
Ángel; en la pintura toma como ejemplo el análisis de las pinturas 
de Leonardo Da Vinci, entre estas “La virgen Santa Ana y el niño”, 
“La Gioconda” o el boceto de “La cabeza de Medusa”. Freud da 
cuenta de los efectos psicológicos del teatro en el espectador; avanza 
en su interés por la poesía en la obra de Goethe y de la narrativa en 
sus diferentes expresiones. Tal vez sobre el producto artístico que no 
generó análisis fue la música, en parte por la dificultad que tenía 
para disfrutarla.
Freud evidenció un particular interés por la narrativa, por las moti-
vaciones de quien escribe, ejemplo de esto se encuentra en el trabajo 
que realiza de la obra de Goethe, señalando sus fuentes inconscien-
tes, pero también la forma como esta genera efectos en el lector. 
EN EL TERRENO DE LOS 
SIMBOLISMOS Y LAS METÁFORAS
Ana Rita Russo de Sánchez
Jorge Iván Galindo Madero
CAPÍTULO UNO
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
2
Bajo el mismo marco histórico y teórico en el que Freud avanza sobre el 
descubrimiento del origen de la neurosis en las experiencias infantiles, 
encuentra la relación entre la letra del poeta y la vivencia primitiva del 
infante. En este sentido Freud señala: 
Ahora bien, el poeta hace lo mismo que el niño que juega: crea un mun-
do de fantasía al que toma muy en serio, vale decir, lo dota de grandes 
montos de afecto, al tiempo que lo separa tajantemente de la realidad 
efectiva (Freud, 1904, p.34).
Freud ubica cómo en la narrativa se debe vincular la fantasía, ya que 
esta permite lidiar con los montos afectivos que pueden estar implica-
dos en la narración. Esta fantasía está organizada a partir de deseos in-
conscientes insatisfechos que presenta la narración fantasiosa y cómo 
por medio de un cuento infantil o, incluso, una poesía, estas tendrían 
su origen en el deseo inconsciente insatisfecho que se trasluce en la 
fantasía del relato. Es decir que el que escribe da cuenta, incluso sin 
saberlo, de su inconsciente y si su obra es un producto de la sublima-
ción, si tiene un lugar y una aprobación en la cultura, establecerá un 
encuentro con el inconsciente del lector, con sus fantasías, con sus 
deseos. 
Freud señala cómo las fantasías cambian en su contenido en las dife-
rentes edades y contextos evolutivos, por esto no es lo mismo el interés 
de lectura de una niña que el de una adolescente o de una mujer adul-
ta. Aunque el mecanismo inconsciente es el mismo: “la realización por 
medio de la fantasía del deseo inconsciente”, afirma que:
En la mujer joven predominan casi exclusivamente los eróticos, pues 
su ambición acaba, en general, en el querer-alcanzar amoroso; en el 
hombre joven, junto a los deseos eróticos cobran urgencia los egoístas y 
de ambición (Freud, 1908, p. 34).
Entonces el poeta o el escritor, aquel que desarrolló una producción 
sublimatoria mediante la letra, realiza una acción de particular interés, 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
3
devela el inconsciente en su escrito, incluso sin saberlo, y este escrito 
genera un efecto inconsciente en el lector. Cuando Freud escribe “El 
poeta y los sueñosdiurnos”, no hace más que develar este arcano. Por 
esto Freud no solo se interesó por las motivaciones inconscientes que 
se podían develar del artista con la obra de arte, sino también en los 
efectos que esto tenía en el que la apreciaba. Se señala, entonces, que 
los productos de la sublimación son bidireccionales: no solo es la vía de 
construcción del poeta, son los efectos que produce en el lector los que 
permiten un cierre necesario para señalar que exista la sublimación. 
1.2 PSICOANÁLISIS Y LINGÜÍSTICA
REFLEXIONES PSICODINÁMICAS SOBRE LA METÁFORA
Hacía mucho tiempo que el concepto de lo inconsciente golpeaba a las 
puertas de la psicología para ser admitido. Filosofía y literatura jugaron 
con él harto a menudo, pero la ciencia no sabía emplearlo (Freud, 1940, 
p.80).
Una metáfora es una figura de la retórica que modifica el sentido de las 
palabras produciendo un nuevo sentido. Su uso se remonta a Aristóte-
les, quien la define como “imitar por medios diferentes”. La metáfora 
nos presenta una idea, una situación desde otro lugar del observador. 
El escritor antiguo Horacio señala que la metáfora permite hacer si-
militudes y armonías entre las cosas. La propuesta psicoanalítica de 
Sigmund Freud se encuentra atravesada por la interpretación de sim-
bolismos, por el estudio de la condensación y el desplazamiento como 
la vía directa para dar cuenta del contenido inconsciente. Desde la in-
auguración del psicoanálisis, con el texto de 1900 titulado La interpre-
tación de los sueños, el acto de la interpretación implica reconocer cómo 
detrás de una metáfora se puede encontrar el contenido inconsciente 
y, a su vez, cómo el uso de la metáfora en la interpretación va por la 
misma vía. Es aprovechar el sentido de la metáfora para dar a conocer 
al paciente un segundo sentido de una frase o una situación. Para 
Freud la condensación y desplazamiento son dos funciones básicas 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
4
para la elaboración de productos que avanzan desde el inconsciente al 
consciente; estos no están solo articulados al sueño sino que en diver-
sas formaciones del inconsciente, como los chistes, los síntomas y las 
fantasías, su estructura también se encuentra en los cuentos infantiles, 
juegos y en las metáforas que tanto interés generan en los niños. 
En el proceso de condensación surge en el consciente un contenido 
al que se encuentran anudados varios contenidos inconscientes; al 
encontrarse disfrazadas varias representaciones en una, estas se con-
vierten en un mecanismo válido para engañar la censura y sostener 
contenidos inconscientes. En el proceso de desplazamiento una repre-
sentación que por su contenido de carácter afectivo es rechazada por el 
consciente, es ligada a otra representación menos perturbadora y con la 
cual existe algún tipo de conexión que, incluso, puede ser contingente. 
De esta forma surge en la consciencia una representación disfrazada 
tras otra. 
Los cuentos infantiles y las metáforas tienen valor para la compren-
sión de la vida infantil, ya que su contenido está organizado a partir de 
condensaciones y desplazamientos, los cuales juegan con los procesos 
de la censura y de esta forma develan, sin generar mucha angustia, los 
conflictos inconscientes. 
La metáfora expresa dos niveles de interpretación del sentido; de la 
misma forma que en el sueño existe un contenido manifiesto y otro 
latente, uno que se encuentra del lado de la consciencia y otro que 
discurre desde el inconsciente, en la metáfora existe una relación entre 
lo que se presenta y lo que se dice en forma encubierta. Comprender la 
metáfora es comprender cómo funciona el chiste, tal como lo expresa-
ba Freud en 1909 al mostrar que todo chiste tiene dos sentidos que son 
captados por el sujeto: uno consciente que puede ser, incluso, de poco 
aparente valor para el que lo escucha, y otro que se encuentra vincula-
do con los contenidos inconscientes y que, de forma velada, ha hecho 
consciencia por medio de lo que el chiste expresa en su doble sentido.
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
5
El tema de la metáfora no tiene registro explícito en la obra de Freud 
debido a que no se habían desarrollado los principios de la lingüística 
que soportan este tema; Freud lo intuyó cuando describía la condensa-
ción y el desplazamiento, el síntoma, la formas del chiste, entre otras 
manifestaciones del inconsciente. 
Las metáforas también se encuentran en los juegos infantiles y en este 
punto basta solo recordar el famoso juego de Fort–da que nos presenta 
Freud en 1920, en el que un sobrino, utilizando un carretel y un hilo, 
hace representación de la presencia y ausencia de la madre. La metáfo-
ra permite elaborar la realidad interna y externa que implica el mundo 
infantil, y se convierte en una herramienta para recrear la realidad 
mediante el juego y hacerla más comprensible para el niño. 
Sin embargo, en 1905, Freud ya evidenciaba el valor de las metáforas 
en el mundo infantil, en el análisis del caso Juanito, en el que por 
medio de condensaciones y desplazamientos ubica el doble sentido del 
síntoma de la fobia a los caballos, pero también del sentido metafórico 
de las jirafas y otros medios de los que se valía el infante para dar y no 
dar a conocer su conflicto. 
REFLEXIONES PSICODINÁMICAS SOBRE EL CUENTO
El acto de relatar, de recrear la realidad, es una necesidad humana. 
Toda cultura implica un acto de tradición oral en la que se realizan 
relatos de héroes del pasado, se generan explicaciones sobre el origen 
y el presente de un pueblo e, incluso, de temas tan esenciales como el 
origen de la vida. Se afirma sin vacilación que, desde el hombre primi-
tivo hasta nuestros días, existe en el ser humano una clara necesidad de 
recrear su realidad para comprenderla y hacerla más soportable. 
De las diferentes formas de la narrativa que se fueron consolidando en 
la historia de Occidente, como la mitología, la fábula o la leyenda, el 
cuento ha ocupado un lugar particular; este tiene una flexibilidad que 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
6
le permite que se depositen en su trama recortes de la realidad y de la 
fantasía sin que se presente algún tipo de contradicción.
El cuento tiene la característica de que libera a los seres humanos de 
los tiempos y las circunstancias rigurosas sin perder el contacto con 
la lógica de lo real. Entre los cuentos, los infantiles tienen un lugar de 
gran importancia para el niño que se encuentra en el proceso de pasar 
del principio del placer al de la realidad; el infante encuentra en el re-
lato una forma de adentrarse en el universo de lo simbólico y a partir 
de este tomar herramientas para comprender su realidad. En el cuento 
circulan el deseo, la frustración, los conflictos, los problemas del desa-
rrollo, las figuras de identificación del héroe y el villano, y la maqueta 
sobre la cual organiza su propia novela familiar.
En el cuento son las palabras de otro las que le muestran al niño una 
forma de comprender la realidad, es por esto que el infante se identifica 
con el relato al mismo tiempo que lo sorprende. 
Es relevante pensar por qué hay cuentos que perduran. ¿Qué hace que 
la bella durmiente, caperucita roja o el gato con botas se cuenten de 
generación en generación, despertando en los niños tanto interés, in-
cluso, por la repetición continuada del mismo relato?, ¿cuáles son las 
implicaciones psíquicas que tiene el cuento para un niño?, ¿cuáles son 
las explicaciones de esta repetición? Estas son preguntas que hacen 
que el cuento cobre interés para el psicoanálisis en general y para todo 
aquel que esté trabajando desde los principios del inconsciente para dar 
cuenta de la dinámica psíquica en la infancia.
En la obra de Sigmund Freud se ubica un interés claro por mostrar el 
lugar y los efectos de los cuentos infantiles en los niños e, incluso, en 
los adultos. Uno de los primeros artículos en los que Freud mostró los 
efectos delas narrativa en el sujeto, se titula “Personajes psicopáticos 
en el teatro” (1906); allí escribe: “Es otro, y no él, quien actúa y sufre 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
7
en la escena y en segundo lugar se trata sólo de una ficción que nunca 
podría llegar a amenazar su seguridad” (Freud, 1906, p. 80).
Freud señala que las narraciones propician mecanismos de identifica-
ción psíquica mediante los cuales el lector o escucha vivencia psicoló-
gicamente las situaciones del personaje del relato con la seguridad de 
que es algo que le sucede a otra persona y de esta forma se compromete 
con la historia relatada. En su texto de 1909, “La novela familiar del 
neurótico”, encuentra en la idealización que hacen los niños de sus 
padres, elementos comunes a los príncipes, princesas, brujas y hadas 
de los cuentos infantiles. En la presentación de 1909, a propósito de 
un caso de neurosis obsesiva, también conocido como “El hombre de 
las ratas”, Freud explica parte de la interpretación del terror a las ratas 
de este paciente a partir del cuento “El flautista de Hamelín”, igual 
hará con el caso “Hombre de los lobos” (1913), señalando el carácter 
inconsciente de este personaje en diversos cuentos infantiles y cuáles 
fueron los efectos de estas narraciones en el paciente. 
El cuento puede tener un efecto duradero en el sujeto. En su artículo
“Materiales del cuento tradicional en los sueños” (1913), Freud afirma: 
“En algunas personas el recuerdo de sus cuentos preferidos ha remplaza-
do a sus recuerdos infantiles propios, elevando los cuentos tradicionales 
a la condición de recuerdos encubridores” (Freud, 1912, p. 69).
Freud muestra en este breve texto cómo los cuentos son vía para com-
prender la vida psíquica debido a que hacen parte del material con que 
el sujeto organiza y da sentido a sus contenidos inconscientes. 
Freud ubica al cuento como una formación que encubre el deseo in-
consciente y en esto consiste su magia, al develar en medio de conden-
saciones y desplazamientos aquello que le es común a todo neurótico.
Estas apreciaciones de Freud con referencia al cuento nos llevan a uno 
de los trabajos más importantes de Otto Rank: El nacimiento del mito 
del héroe, en el que señala cómo el héroe de cuentos y mitos tiene una 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
8
importante facilidad identificatoria para aquel que sigue sus hazañas; 
tales ideas son trabajadas a su vez por Freud en su texto “Personajes 
psicopáticos en el teatro”.
En el contexto de los autores posfreudianos se sostuvo el interés por el 
estudio de la narrativa de los cuentos infantiles, y es de resaltar el traba-
jo de Bruno Bettelheim en su texto Psicoanálisis de los cuentos de hadas.
Este autor señala cómo los cuentos infantiles tienen como misión el 
crecimiento psicológico del niño; mediante el cuento, el niño puede 
reconocer sus sentimientos, pues se ubican temas como la rivalidad 
fraterna, la rivalidad hacia los padres, el amor edípico y sus implica-
ciones identificadoras, el temor a crecer, el avance hacia la pubertad 
y la adolescencia. Los cuentos son universales, ya que responden a los 
complejos que nos hacen humanos y perfilan formas de solución a los 
conflictos que nos son propios. Uno de los aspectos que se debe resaltar 
en la obra de Bettelheim es la forma como da cuenta del efecto tera-
péutico de los cuentos infantiles, ya que mediante su vivencia el niño 
resignifica sus experiencias y encuentra nuevas formas para compren-
der su presente. 
Según Bettelheim, los efectos de los cuentos infantiles también depen-
den de la edad, el sexo y la historia del niño; los cuentos infantiles 
le permiten al niño avanzar hacia el principio de la realidad y actuar 
conforme a lo que ha aprendido de los relatos. Además, señala que los 
cuentos, dependiendo de los contenidos que manejen, le permiten al 
niño resignificar diferentes formas de conflictos; por ejemplo, en el 
cuento “Los tres cerditos” se evidencian las ventajas de crecimiento 
intelectual y físico, y la necesidad de esforzarse para obtener recom-
pensas.
1.3 SIMBÓLICO, SIMBOLISMO Y PSICOANÁLISIS
Un texto que señale la íntima relación que tiene el psicoanálisis y la 
teoría psicodinámica con el tema de las metáforas y sus simbolismos es 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
9
una labor que abre diversos caminos teóricos, los cuales inician y ter-
minan en el escritorio de Sigmund Freud. Reconocido en la historia por 
sus aportes desde la clínica en el tratamiento de los pacientes neuróti-
cos, Freud no solo se encontró con el inconsciente en su consultorio, 
sino que además lo logró leer en las fábulas, los cuentos infantiles y las 
construcciones mitológicas. Este estudio de lo simbólico aún despierta 
preguntas y genera controversias y cuestionamientos entre los teóricos 
que lo discuten, pero también por parte de los detractores de la teoría 
psicoanalítica.
Uno de los temas de mayor interés para el psicoanálisis es el estudio 
de lo simbólico, y en la obra de Freud este análisis adquiere valor al 
dar cuenta de la relación entre lo simbolizado y su representación in-
consciente. Es decir, cómo un símbolo puede tener igual o diversa re-ómo un símbolo puede tener igual o diversa re-mo un símbolo puede tener igual o diversa re-
presentación simbólica para sujetos en un mismo contexto cultural e, 
incluso, traspasando este. Aquí es posible entonces adentrarse en el te-
rreno mítico del inconsciente colectivo y su arquetipo, y en este punto 
se abre la controversia con Carl Jung, quien reconoce y profundiza en 
el estudio de los símbolos y su representatividad cultural. 
Desde el mismo inicio del período pre-psicoanalítico en el que Freud se 
pregunta sobre la relación entre el simbolismo y el síntoma histérico, 
lo encontramos en compañía de Josef Breuer tratando de encontrar 
el sentido de los síntomas, es decir, estudiando cómo se produce este 
efecto en el cuerpo que habla en otro sentido lo que la boca de la 
paciente no puede pronunciar. En estudios sobre la histeria, publica-, publica-
dos en 1895, ya se encuentran estos vínculos que parecen casi directos 
en la presentación de algunos síntomas, y la forma como se comprende 
su simbolización; así, por ejemplo, se nombra al vómito como la mani-
festación de un placer reprimido. 
Un verdadero tratado sobre lo simbólico, en el sentido freudiano, es el 
texto de 1900, La interpretación de los sueños; utilizando la regla fun-
damental de la asociación libre, Freud avanza en la relación entre lo 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
10
simbolizado y el inconsciente, encuentra una relación directa entre 
uno y otro en los llamados sueños típicos, que despiertan interés por la 
posibilidad de una interpretación fija o universal de los mismos, pero 
también preocupación por el uso indiscriminado e irresponsable que 
se puede hacer de ello.
La relación entre lo simbólico y los niveles de metaforización que im-
plican presenta un punto de reflexión importante cuando se comparan 
los sueños de los niños y los sueños de los adultos. Freud afirma que los 
sueños infantiles tienen una relación más directa entre lo simbolizado 
y el inconsciente, mientras que los sueños de los adultos presentan una 
mayor complejidad en su simbolización. En el adulto, la censura del 
sueño y los procesos de condensación y desplazamiento generan mayor 
número de simbolismos; los sueños infantiles son más cercanos a la 
forma como se simbolizan los sueños típicos. Esta es una discusión que 
continuará desde lo evolutivo y su vinculación con las producciones 
simbólicas; por ahora, es importante recalcarla como otra arista para 
descifrar el tema de la relación entre símbolos e inconsciente. Freud 
lo realiza por la vía del lenguaje y de esta manera formula cómo estos 
sueños se organizan por la relación entre las palabras en su sonido o, 
como diría Ferdinand de Saussure, desde la imagen acústica, así como 
la expresión francesaVieux Marcheur puede significar subir una escale-
ra, o también cortejar a una mujer, este sería el origen de sueños en los 
que el acto de subir implica un componente sexual.
Aunque Freud mantiene su preocupación por la interpretación directa 
del símbolo y lo inconsciente, utiliza formas de interpretación directa 
desde el símbolo hacia su representación inconsciente una y otra vez. 
Esto se evidencia en el tratamiento que hace de los dos sueños de Dora 
en su caso de 1905, pero también más allá de los sueños muestra otras 
formas del encontrarse con lo simbólico cuando interpreta el juego de 
Dora con su pequeño bolso durante la consulta, el cual lo relaciona en 
forma directa con los genitales femeninos. 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
11
El tema se esclarece un poco más, cuando hace la propuesta de la no-
vela familiar del neurótico; a partir de las experiencias comunes a todo 
neurótico, ligadas a las formas de relación con las figuras parentales, 
se puede explicar este interés universal por lo que, desde lo simbólico, 
presentan los cuentos infantiles: historias de príncipes y princesas, re-
yes y reinas que desde el campo de la condensación y el desplazamiento 
nos muestran situaciones y escenas que metaforizan las vivencias pre-
edípica y edípica. 
Se hace evidente la forma como Freud imprime un valor a la temática 
de las metáforas y los cuentos infantiles cuando se revisa el caso de 
1909 de neurosis obsesiva, “El hombre de las ratas”; valiéndose de los 
cuentos infantiles como “El flautista de Hamelín”, demuestra cómo se 
puede realizar una equivalencia simbólica entre las ratas y los niños 
tanto en el cuento como en los contenidos inconscientes de los que 
sufre el paciente. 
A medida que se avanza en el reconocimiento de este mundo simbó-
lico, se evidencia un aspecto importante que debe resaltarse: existen 
muchas posibilidades de simbolización, pero los temas son casi siempre 
remitidos a unas pocas fuentes: la sexualidad, los padres, la muerte, el 
cuerpo, el nacimiento, y estas pueden señalarse como lugares comunes 
de lo simbolizado. 
Más allá de su valor antropológico, el texto de 1912, Tótem y tabú, seña-
la la incursión de Freud en el campo de las relaciones simbólicas com-
prendidas desde las construcciones culturales, como el mito y su sig-
nificación simbólica. Este estudio del mito lo llevará a la formulación 
del surgimiento del sujeto de la cultura a partir de lo que se llamará “el 
mito del padre de la horda primitiva”. Pero también analizará, incluso, 
el lado siniestro de estas construcciones culturales, encontrando en los 
fantasmas y los demonios manifestaciones simbólicas de los conflictos 
psíquicos que todos compartimos como sujetos de una cultura. Una 
vez más esta relación de compromiso entre lo simbolizado y lo incons-ás esta relación de compromiso entre lo simbolizado y lo incons-s esta relación de compromiso entre lo simbolizado y lo incons-
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
12
ciente se hace clara tanto para la psicología individual como para la 
psicología de las masas.
En 1913, en el artículo titulado “Sueños con contenidos de cuentos 
infantiles”, se muestra al inicio cómo los cuentos para niños generan 
una profunda huella en el sujeto, tanto así que la mayoría de nosotros 
tenemos uno en especial que recordamos. Con relación a esto, Freud 
señala el concepto de los recuerdos encubridores y hace pensar que 
los cuentos infantiles presentan en su contenido una deformación de 
nuestros propios conflictos psíquicos. 
CARL JUNG Y LO SIMBÓLICO
Símbolos, simbolismo, cultura, mitos, leyendas, cuentos, son temas en 
los que el legado de Carl Jung al psicoanálisis está muy presente. Mu-
cho se ha escrito sobre esta compleja relación personal y teórica entre 
Jung y Freud. Lo que queda claro es cómo uno influyó sobre el otro; es 
tiempo de señalar cuál es la lectura que hace Jung sobre el tema de lo 
simbólico que lo compromete con los conceptos de arquetipos e in-
consciente colectivo.
La compresión del simbolismo en la obra de Jung no es un tema que 
pueda abordarse en unos cuantos párrafos; cumplir ese objetivo sobrepa-
saría los alcances de este texto. Sin embargo, uno de los puntos básicos al 
respecto es señalar qué entiende este autor por arquetipos. Los describe 
como fenómenos universales, es decir, son en esencia una posibilidad 
para ser develada en cada sujeto; no son imágenes mentales depositadas 
en el inconsciente, como cualquier principiante en el campo junguiano 
podría pensar, son posibilidades heredadas de representaciones. 
Los motivos que presentan los arquetipos son universales y estos toma-
rán forma en mitos, leyendas y cuentos; es una labor analítica lograr 
descifrarlos. Una diferencia clara en la forma como Freud avanza sobre 
las relaciones entre los símbolos colectivos y la forma como el sujeto 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
13
los interpreta, es que señala las fuentes del mismo en la lingüística o en 
los complejos que evolutivamente se van presentando en el transcurso 
de la infancia. Jung se remite a fuerzas que implican tanto filogenéti-
camente como onto-genéticamente al individuo, y genera una teoriza-
ción que retomará conceptos como “energía cósmica”. 
Los arquetipos hacen parte de las formaciones del inconsciente co-
lectivo, el cual es entendido como el inconsciente objetivo, mientras 
el individual lo nombra como el subjetivo. En el estudio sobre el in-
consciente, Jung realiza una diferenciación entre el signo y el símbo-
lo; mientras el símbolo implica una representación que lleva a otro 
sentido, a un sentido inconsciente que debe ser descifrado, el signo es 
simple y obvio en su interpretación. Lo simbólico, por sus múltiples 
sentidos, implica al lenguaje que se utiliza en el discurso religioso, en 
las descripciones mitológicas, en las metáforas y los cuentos infantiles. 
Movidos por discusiones teóricas, con fuertes componentes personales, 
Freud y Jung toman caminos diferentes, lo cual es claro en la obra freu-
diana en textos como Historia del movimiento psicoanalítico, de 1914.
Sin embargo, para Freud el tema de los cuentos infantiles continuará 
revelándose en sus casos clínicos y esto se trasluce en “El hombre de los 
lobos”; aquí entra de nuevo en el campo de la fábula para comprender 
el simbolismo del sentido onírico que presenta el paciente, y también 
para dar cuenta de las razones de su temor infantil a los lobos.
Luego de 1920, la teoría freudiana presenta importantes transformacio-
nes, pero no por esto dejan de tener importancia las teorizaciones sobre 
lo simbólico, el interés por los mitos, las fábulas y los cuentos infantiles. 
La interpretación desde lo simbólico se hace evidente en estudios como 
Una neurosis demoniaca del siglo XVII, en el que retoma nuevamente el 
tema del demonio como una construcción metafórica que remite al 
conflicto psíquico, en este caso se amplía al tema del padre. En el artícu-
lo de 1927, “El porvenir de una ilusión”, se muestra la construcción de 
Dios como un desplazamiento de los imagos parentales. 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
14
LA VISIÓN DE OTROS AUTORES
Luego de la muerte de Freud, la gran mayoría de los autores de las di-
versas escuelas psicoanalíticas se remiten al tema de los símbolos y lo 
simbólico. En la obra de Jacques Lacan el tema de lo simbólico se dis-
tingue con claridad del signo y del símbolo; lo simbólico se convierte 
en uno de los tres registros sobre los cuales explica la dinámica psíquica 
junto con lo real y lo imaginario, es decir, en este autor lo simbólico 
remite a la cultura, al lenguaje y a la posibilidad de colocar en palabras 
lo inconsciente. 
A diferencia de la obra de Lacan, en la propuesta que realiza Melanie 
Klein no existe una distinción tan clara entre simbólico y simbolismo, 
y este último se encontrará en íntima relación con el tema de la fanta-
sía. En Klein, la correspondencia entre el simbolismoy lo inconsciente 
es clara; esto se convierte en fundamento para señalar el simbolismo 
del juego, es decir, cómo los juguetes que el niño utiliza y el contenido 
del juego son una forma de expresión de los conflictos inconscientes; 
jugar respondería a los mismos principios de la metáfora y la metoni-
mia, de la condensación y el desplazamiento, y cuenta con elementos 
de interpretación fija, de la misma forma que los sueños típicos que 
presentaba Freud. 
Klein avanza su trabajo en el campo del simbolismo y la sublimación 
y anuncia que simbolizar es llevar la fantasía a otro nivel, es decir, 
generar un proceso de sublimación de la misma. De esta forma, los in-
tereses, los comportamientos y las acciones en general también pueden 
tener su origen en el carácter libidinal de la fantasía, y ser sublimados 
en actos que implican un nivel de simbolización o simbólico. 
Las primeras y primitivas formas del simbolismo implican las relaciones 
proyectivas e introyectivas que el niño sostiene con los objetos externos 
en los que proyecta y simboliza, en lo externo, las propias partes de su 
cuerpo. Luego que se avanza en el desarrollo evolutivo, los juguetes y el 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
15
contenido del juego son los que simbolizan la vida psíquica infantil. Se 
puede concluir este punto afirmando que es sobre el simbolismo que el 
niño construye su relación con el mundo exterior. 
En la obra de Sigmund Freud, la existencia de un universo simbólico 
señala esa necesidad humana de transitar entre desplazamientos y con-
densaciones, metáforas y metonimias. El simbolismo es la expresión de 
algo que se encuentra en otro lugar, que se dice entre lo manifiesto y 
lo latente que permite su sentido. Puede ser la expresión de un deseo 
inconsciente, de un conflicto psíquico o de la defensa frente un conte-
nido intolerable. El simbolismo no solo remite a la letra; un comporta-
miento puede tener un sentido simbólico e, incluso, una idea, siempre 
y cuando tenga esa posibilidad de mostrar, como las dos caras de una 
moneda, un sentido consciente y otro inconsciente. La forma como se 
organizan estos contenidos para metaforizarse desde el inconsciente al 
consciente responde a los principios que permiten el trámite del proce-
so primario al proceso secundario. 
Freud, en La interpretación de los sueños, señala algunos principios que 
organizan estos simbolismos y que se pueden encontrar por alusión, 
por contrastes, por oposición; ejemplo de este último es la desnudez 
que se simboliza por los vestidos en un sueño; en otros, funcionaría
muy bien la explicación por contraste o por continuidad. 
En tanto el simbolismo remite a una necesidad de colocar en el con-
tenido manifiesto lo que puede resultar insoportable del contenido la-
tente, no es de sorprender que cuando se hace el desciframiento del 
mismo se encuentren todos estos contenidos que Freud en alguna oca-
sión nombró como lo intolerable. Es por esto que en las interpretaciones 
freudianas y klenianas es común encontrarse con contenidos de tipo 
sexual. Pero no se pueden remitir solo a esto, y es así como el tema de 
los complejos, la vida, el nacimiento y la muerte sobresalen en otras 
lecturas sobre los simbolismos. 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
16
1.4 LA IDENTIFICACIÓN 
¿Qué nos lleva a sorprendernos leyendo con avidez una novela?, ¿qué 
propicia tal intensidad de emociones al espectador de una obra de cine 
o teatro?, ¿qué hace que un niño vuele con su imaginación al mundo 
de Peter Pan? Freud anuncia que en el espectador existe una necesidad 
de ser un protagonista, de vivir aventuras, de ser el centro de una his-
toria. El espectador de una obra de teatro y el niño que lee un cuento 
ocupan el lugar de un sujeto. Sujeto que, en forma activa, vivencia lo 
que se le propone como la narrativa; la lectura de un cuento o una me-
táfora se convierte en el campo para hacer una descarga de su afectos 
propiciados por la identificación con lo que le sucede al protagonista de 
la narración, como también por la tensión psicológica que proporciona 
la escena. Freud (1906) señala al respecto: 
Este fin cabe mencionar en primera línea, no cabe duda, el desahogo de 
los afectos del espectador. Y el goce que de ahí resulta responde, por una 
parte, al alivio que proporciona una amplia descarga, y por la otra, aca-
so, a la coexcitación sexual que, según cabe suponer, se obtiene como 
ganancia colateral a raíz de todo desarrollo afectivo y brinda al hombre 
el sentimiento, que tanto anhela tener, de una tensión creciente que 
eleva su nivel psíquico (p.80).
En este proceso de la identificación del lector con la narración, del es-
pectador con la obra de teatro, o del niño con el cuento infantil, existe 
la problematización del hecho de que, al vivenciar a través del protago-
nista de la narrativa, también se encuentre con sus conflictos e incluso 
con el dolor, pero la narración genera un aliciente a esta experiencia, 
es otro a quien le sucede esto y, por otra parte, al final de la narración 
resultará seguramente triunfador. Esta distancia propiciada que es a 
otro quien le sucede el evento y que, al mismo tiempo, ese podría ser yo, 
es un efecto psicológico de gran importancia para comprender a este 
espectador participante. Freud señala: 
En el terreno de los simbolismos y las metáforas
17
Por eso la premisa de su goce es la ilusión; o sea: el penar es amortigua-
do por la certeza de que, en primer lugar, es otro el que ahí, en la escena, 
actúa y pena, y en segundo lugar, se trata sólo de un juego teatral que no 
puede hacer peligrar su seguridad personal. En tales circunstancias pue-
de gozarse como «grande», entregarse sin temor a mociones sofocadas, 
como lo son sus ansias de libertad en lo religioso, lo político, lo social 
y lo sexual, y desahogarse en todas direcciones dentro de cada una de 
las grandiosas escenas de esa vida que ahí se figura (Freud, 1906, p.80).
Por último, en esta dinámica inconsciente, ¿qué lugar juegan los con-
tenidos reprimidos? La represión expresa básicamente los mecanismos 
que delegan al inconsciente aquellos contenidos psíquicos que pueden 
ser perturbadores al yo. Esta represión siempre es un proceso fallido que 
tiene como consecuencia que lo reprimido tiende a hacerse consciente 
por diversos medios. De esta forma, lo reprimido puede encontrar en la 
narración la posibilidad de hacer consciente contenidos inadmisibles a 
la consciencia, bajo el principio de que es una narración, es un cuento, 
una fantasía y de que lo que sucede, no me ocurre a mí; es algo que 
vive otro. 
Ahora se puede pensar en estos elementos a partir de la dinámica in-
fantil, de lo que sucede con un niño que participa activamente de la 
lectura de un cuento o relato. De hecho, hay una diferencia con el 
adulto; mientras el adulto encuentra en el relato una vía de retorno a 
las fuentes infantiles, el niño ubica en el cuento lo que está viviendo 
en su presente. Es decir, que la relación con la fuente es mucho más 
cercana por no decir inmediata. El niño desarrolla el mismo proceso 
de identificación con los personajes y vivirá con ellos los mismos su-
frimientos y triunfos, presentándose una diferencia con el adulto: el 
yo del niño se encuentra en un proceso de organización, las defensas 
no se han consolidado del todo y por esto se encontrará más cómodo 
con relatos en los que la distancia que ofrece la fantasía y los relatos 
de cuentos que suceden en otras épocas y lugares lejanos como en las 
fábulas, le propician mayor seguridad.
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
18
La metáfora es una de las construcciones narrativas que acompaña a 
los niños durante la infancia a través de los cuentos, los cuales abren 
la puerta al mundo de lo infantil para dar a conocer sus conflictos, sus 
deseos, fantasías y también sus frustraciones. En el sentido metafórico 
que nos ofrece el cuento, el terapeuta de niños encontrará la clave para 
abrirla puerta del inconsciente infantil.
Por intermedio de la metáfora el terapeuta de niños logra mostrarle 
el contenido propio de la representación de sus vivencias de manera 
indirecta, acercándolo al contenido angustioso.
La metáfora expresa dos niveles de interpretación del sentido, de la 
misma forma que en el sueño existe un contenido manifiesto y otro la-
tente. La metáfora, en la entrevista de devolución, le permite al niño el 
reconocimiento de aquello que le es desconocido y con la presentación 
de esta, el niño desarrollará el mismo proceso de identificación que 
con los cuentos. Por intermedio de los personajes se reviven conflictos, 
emociones, tipos de relación vincular y defensas, como medio simbóli-
co de representación de su historia.
19
2.1 LAS METÁFORAS: ARTE Y TÉCNICA
La creación de cuentos y metáforas en el contexto psicoterapéutico 
implica establecer un contenido y sentido del mismo con unos pro-
pósitos específicos en el campo de la entrevista de devolución.
La creación de las metáforas que se presentan en este texto responde 
a muchos años de experiencia clínica, pero también al estudio de los 
diversos campos que hacen parte de los marcos conceptuales de la 
psicoterapia infantil. 
En primera instancia, el estudio de la psicología evolutiva genera el 
conocimiento necesario acerca de las diferentes etapas y momentos 
que se presentan en el proceso de desarrollo psicoafectivo, es decir, 
los componentes biológicos, afectivos y relacionales, cognitivos y 
psicosociales que nos permiten comprender la infancia en sus crisis 
normales. Esto es de especial interés para señalar en las metáforas 
cuál es el camino normal que debe presentar el desarrollo infantil, 
sus crisis evolutivas y los modos de resolución de estas. 
CREAR METÁFORAS EN EL 
CONTEXTO PSICOTERAPÉUTICO
Ana Rita Russo de Sánchez
Jorge Iván Galindo Madero
CAPÍTULO DOS
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
20
Otra disciplina que nutre todas estas experiencias de creación y ela-
boración de metáforas para niños en contextos psicoterapéuticos es 
la psicopatología infantil. De ella se retoma el estudio de los trastor-
nos psicológicos en la infancia en su etiología, desarrollo y curso; este 
contenido teórico es importante para conceptualizar en las metáforas 
cómo se presenta lo sintomático y cuál es el posible trasfondo de este. 
Los principios de la teoría psicodinámica atraviesan el contenido de 
todas las metáforas, partiendo de las enseñanzas de Sigmund Freud, 
quien señaló el camino a transitar en el desarrollo psicosexual del niño 
y generó una nueva visión de lo que implica la infancia. 
Autores posfreudianos, como Ana Freud, Melanie Klein, Donnald Win-
nicott y Erick Erikson, entre otros, retoman el legado de Freud y fundan 
una psicología evolutiva desde los principios psicoanalíticos. De mane-
ra específica, este texto retoma el concepto de desarrollo psicoafectivo 
que se propone desde la Maestría en Psicología de la Universidad del 
Norte y el Programa PISOTÓN para el Desarrollo Psicoafectivo. Remite 
a un modelo integrador de aspectos biológicos, afectivos y relacionales, 
cognitivos y psicosociales que permiten la compresión de la evolutiva y 
la psicopatología infantil.
La creación de las metáforas no solo implica el estudio del campo psi-
cológico y psicopatológico, también contempla el análisis del campo de 
la lingüística que permite conocer la forma como se organiza y funcio-
na la metáfora, y los principios estilísticos para su presentación. 
A continuación se presenta una recopilación de esta experiencia, en 
la que confluyen la experiencia clínica, el conocimiento teórico de la 
psicología y la psicopatología, los apuntes desde la lingüística para la 
redacción de las mismas y, sobre todo, se hace énfasis en el conoci-
miento en la teoría psicodinámica, y cómo la clave para la creación de 
una metáfora para el campo de la psicoterapia implica algo de arte y 
mucha creatividad. 
Crear metáforas en el contexto psicoterapéutico
21
La creación de metáforas también implica una sensibilidad especial 
frente a lo infantil; una metáfora solo se puede elaborar si se cuenta 
con la experiencia clínica, con la vivencia de adentrarse en el mundo 
infantil. Es por esto que el proceso de escritura de las mismas da cuenta 
de una praxis que implica, incluso, a la subjetividad del que la presenta. 
2.2 IMPLICACIONES TEÓRICAS PARA LA ELABORACIÓN 
DE METÁFORAS EN EL CONTEXTO PSICOTERAPÉUTICO
La creación de la metáfora responde a una necesidad que se evidencia 
en la actividad del psicoterapeuta de niños. Aunque los conflictos in-
fantiles son únicos y particulares por la historia que conlleva a la pre-
sentación de los síntomas y la consolidación de un conflicto, estos se 
encuentran enmarcados en un proceso evolutivo que por diversos mo-
tivos ha tomado los rumbos de la regresión, la fijación y la formación 
de síntomas. Luego de muchos años de experiencia, en la Especializa-
ción y Maestría en Psicología Clínica de la Universidad del Norte se lo-
graron ubicar unos marcos evolutivos sobre los cuales se presentan los 
conflictos infantiles. Estos marcos se expresan en conflictos del niño 
con sus impulsos, conflictos con las figuras parentales, propiciados por 
los procesos de adaptación del niño a la realidad y hechos críticos, que 
Anna Freud, en 1920, reconoce como conflictos en el desarrollo, tales 
como la separación de los padres, la muerte de un familiar, la violencia 
intrafamiliar, entre otros. 
En otros casos, los conflictos se generan por diferencias con los her-
manos y se propician por la rivalidad y los celos. Una vez definido el 
problema, se avanza sobre la creación de la metáfora y los marcos sobre 
los cuales se instauran los conflictos infantiles, se identifican los per-
sonajes implicados en el conflicto: padre, madre, hermanos u otros fa-
miliares. En el caso de que el conflicto sea intrapsíquico, se definen las 
instancias psíquicas: ello, yo, superyó, ideal del yo, etc. Los implicados 
en la escena pasan a ser metaforizados por animales e, incluso, objetos 
que los representan desde lo manifiesto hacia lo latente. Los personajes, 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
22
el conflicto y los afectos se sostienen en el contenido manifiesto de la 
metáfora. 
En este momento se avanza el desarrollo de la metáfora a su desenlace. 
En el contexto psicoterapéutico, el desenlace de la historia se puede 
dejar a opción del infante, propiciando de esta forma mecanismos de 
identificación lo que permite evaluar los recursos yoicos para la solu-
ción del conflicto desde la escena de aparente distancia que propicia la 
metáfora. Otra forma es cuando el terapeuta indica el final de la histo-
ria y amplía así las posibilidades de hacer consciente nuevos caminos 
de solución del conflicto.
Lo que nos muestra la metáfora, sin importar el punto geográfico en 
donde tenga lugar, es la capacidad de revelar contenidos inconscientes 
del conflicto del niño, llevando al terreno del yo sus expectativas, fan-
tasías, formas de vínculo, idealizaciones y temores, lo que hace que la 
metáfora sea de su interés. 
LO PARTICULAR Y LO GENERAL DENTRO DEL CONTEXTO TERAPÉUTICO 
Los conflictos infantiles son únicos y particulares; el contexto de la 
entrevista de devolución parte del reconocimiento de que la metáfora 
que se va a relatar es única para ese paciente, es decir, la forma como 
se relata la metáfora, su entonación, el tiempo de su presentación e, 
incluso, los pequeños cambios que se van a realizar en su contenido, 
solo se entienden desde lo singular de la historia del niño y el contexto 
transferencial y contra-transferencial que soporta el proceso. 
Las metáforas que se presentan en este texto no deben ser leídas al niño 
en forma mecánica, sin tener en cuenta lo particular de cada historia 
infantil que llega a consulta. Siendo el conflicto el que ha conllevado 
a la presentación de los síntomas, estos se encuentranenmarcados en 
una evolutiva que, como ya se mencionó, ha tomado rumbos como la 
Crear metáforas en el contexto psicoterapéutico
23
regresión, la fijación y la formación de diferentes manifestaciones del 
conflicto psicológico. 
Surge entonces la pregunta acerca de cómo se puede elaborar una me-
táfora en los procesos de devolución si cada historia es particular. Esta 
pregunta la responde la misma tradición psicoanalítica que nos mues-
tra cómo el psicoanálisis es un método de investigación que parte de lo 
particular de cada caso para encontrar, desde la evolutiva normal, los 
caminos que se presentan en su alteración patológica; para cada niño 
transitará de acuerdo con su historia y la forma como responde a esta. 
Por lo anterior, una primera consideración teórica para la elaboración 
de metáforas en el contexto psicoterapéutico es reflexionar sobre cómo 
estas tienen un marco evolutivo que las soporta, pero también una his-
toria particular que las limita y las obliga a pensarse desde los aspectos 
subjetivos de cada caso. 
El inconsciente y su simbología
El estudio del inconsciente en sus consideraciones económicas, tópicas 
y estructurales es un requerimiento básico para comprender cómo la 
metáfora genera efectos en el psiquismo infantil. Las reflexiones teóri-
cas en relación a cómo se genera el conflicto psíquico, las particulari-
dades del proceso de defensa, cómo se presenta lo traumático y cuáles 
son los efectos psíquicos de este, son puntos que se articulan en la 
construcción de una metáfora para trabajar en el campo infantil. 
En este espacio de conceptualización de los elementos que consolidan 
un trabajo acerca de los pilares teóricos que favorecen la elaboración de 
metáforas para niños en contextos terapéuticos, se encuentra el estudio 
de la “Simbología y el inconsciente”. En la obra de Sigmund Freud la 
simbología se articula en varios espacios de estudio, uno de los princi-
pales es el que encontramos en el texto La interpretación de los sueños,
publicado en 1900. Aquí Freud describe sueños recurrentes en neuróti-
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
24
cos, y señala cómo estos sueños conllevan a una interpretación directa; 
son los llamados sueños típicos: soñar que se está desnudo, que sube 
una escalera o vuela. La presencia de estos sueños revela que existen 
simbolismos que son comunes y cuya interpretación puede ser directa. 
Aun así, Freud señala que es necesario tener precauciones frente a rea-
lizar interpretaciones directas sin tener en cuenta la historia del sujeto. 
Freud avanza en dos vías de interpretación de los elementos simbólicos 
y su relación con el inconsciente: respecto al conocimiento de correla-
ción entre el símbolo y lo inconsciente, como en “El cofrecillo de Dora” 
(1905) e, incluso, la vinculación entre elementos más complejos como 
Dios como una representación simbólica de los imagos paternos, tal 
como lo plantea en su artículo “El porvenir de una ilusión”. 
Carl Jung, psicoanalista austriaco y cercano a Freud, en parte del desa-
rrollo de la teórica analítica vincula la relación directa entre el símbolo 
y lo inconsciente cuando plantea el ejercicio teórico que conllevará a 
la formulación de los arquetipos y el inconsciente colectivo. Melanie 
Klein realiza un trabajo que consolidará la relación directa entre el 
juego infantil como una expresión simbólica fija de elementos incons-
cientes. Estos aportes teóricos señalan un camino para la construcción 
de las metáforas en el contexto psicoterapéutico.
Los aportes de estos autores se presentan como referentes para la cons-
trucción de las metáforas que encontraremos este libro.
Las funciones yoicas 
La implicación de las metáforas en el contexto terapéutico responde 
al principio de la psicoterapia con orientación psicoanalítica, que se-
ñala la capacidad que tiene el yo para hacer consciente los conflictos 
inconscientes. Esta se encuentra fundamentada en los aportes de la Es-
cuela Norteamericana de Psicoanálisis. Cuando se le ofrece al yo la po-
sibilidad de hacer consciente lo inconsciente, este puede esclarecer los 
Crear metáforas en el contexto psicoterapéutico
25
conflictos tanto internos como los relacionados con el medio externo 
y de esta forma responder adecuadamente a los compromisos con las 
instancias psíquicas inconscientes (ello y superyó), y a las exigencias 
de la realidad. Esta capacidad de insight, o del “darse cuenta”, es uno de 
los aspectos técnicos de mayor importancia que se tuvieron en cuenta 
para la elaboración de las metáforas que se presentan en este texto.
El trabajo sobre la compresión acerca de cuál es el lugar del yo para la 
resolución del conflicto psíquico y frente a la realidad externa, cuenta 
con un amplio recorrido en la obra de Freud y tiene profundas implica-
ciones técnicas, ya que fue un elemento de necesario abordaje para las 
diferentes escuelas que se desprendieron de la ortodoxia freudiana. Las 
escuelas norteamericanas abordan el tema del lugar del reconocimien-
to de las funciones yoicas para el trabajo terapéutico, y señalan, en 
primera medida, cuáles son y las conceptualizan. Entre estas sobresalen 
la capacidad de dar cuenta de la realidad externa, reconocer las señales 
que se generan desde los componentes intrapsíquico, organizar los 
contenidos –tanto externos como internos–, sintetizar las experiencias 
de propiciar el insight o “el darse cuenta”, entre otras posibles.
El reconocimiento del lugar de las funciones yoicas en el trabajo infan-
til está señalado por la capacidad que tiene el niño de reconocer cuáles 
son los conflictos que no le permiten un sano desarrollo psicoafectivo. 
El niño se caracteriza por no haber consolidado el total desarrollo en 
diversos aspectos, entre estos lo psicológico; el yo infantil no cuenta 
con todas las funciones que le permiten responder a los conflictos de 
igual forma que una persona adulta, razón por la cual la utilización 
de la metáfora juega un papel importante en el trabajo psicoterapéu-
tico en la infancia. Las metáforas en su contenido abordan temáticas 
que podrían llegar a ser, incluso, perturbadoras para el yo infantil si 
llegaran a ser presentadas en una forma directa, por esto se busca esa 
capacidad de decir lo mismo de formas alternas, como lo planteaba 
Aristóteles. 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
26
Tal como lo hace la fábula, que utiliza animales para mostrarle al niño 
conflictos humanos sin que se generen altos momentos de angustia, 
en las metáforas en el contexto terapéutico se utilizan personajes no 
humanos e, incluso, objetos; de esta forma se asegura colocar distancia 
frente a una identificación total y directa con el personaje que puede 
generar rechazo, pero también por medios alternos se está mostrando 
cuál es el conflicto.
Otro aspecto que se tiene en cuenta para la presentación de las metáfo-
ras en el contexto terapéutico es el reconocimiento de las partes sanas 
del yo frente al conflicto; esta propuesta, consolidada en la Escuela 
Norteamericana del Psicoanálisis a partir de una lectura de Freud, se-
ñala que no todo el yo está ligado a lo pulsional, a la compulsión, a la 
repetición o al conflicto como tal. El yo tiene la capacidad de dar cuen-
ta del conflicto gracias a sus funciones y puede encontrar alternativas 
a la resolución a ellos.
27
El trabajo psicoterapéutico con niños se entiende desde un proceso 
sistemático, el cual implica una serie de momentos que tienen un 
objetivo y un tiempo más o menos definido para su cumplimien-
to. Se inicia con unas entrevistas preliminares, y luego se avanza 
hacia la elaboración de un diagnóstico, momento que implica la 
aplicación de pruebas psicológicas y la utilización del juego infantil. 
Terminado este momento, se realiza la entrevista de devolución; en 
este contexto es cuando las metáforas se presentan con la función 
de esclarecer al niño cuál es su conflicto inconsciente. 
3.1. LA ENTREVISTA INICIAL
La entrevistainicial tiene como propósito conocer cuál es el moti-
vo de consulta de aquellos que acuden al proceso psicoterapéutico 
como participantes directos e indirectos del mismo. El terapeuta 
debe conocer cuáles son las expectativas que tienen los padres del 
niño y o la institución educativa. El proceso psicoterapéutico debe 
comprenderse como un continuo flexible, y en ese sentido la entre-
vista inicial debe pensarse como un tiempo que debe cumplir con 
un objetivo, que es conocer el conflicto que ha generado la motiva-
ción de solicitar la consulta. Esto quiere decir que se pueden pensar 
METÁFORAS Y CUENTOS EN EL PROCESO 
PSICOTERAPÉUTICO CON NIÑOS
Ana Rita Russo de Sánchez
Jorge Iván Galindo Madero
CAPÍTULO TRES
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
28
en varias sesiones de entrevista inicial hasta que se cumpla el objetivo 
propuesto que es el conocimiento exhaustivo del niño, su motivo de 
consulta, el de sus padres, la historia familiar, personal, social y escolar, 
hasta lograr la comprensión de la dinámica psicológica del paciente.
3.2. EL PROCESO DE EVALUACIÓN Y PSICODIAGNÓSTICO 
El proceso de evaluación no se puede entender como un momento cla-
ro de corte que hace distinción de los otros que componen el proceso 
psicoterapéutico, ya que desde la entrevista inicial el terapeuta se en-
cuentra evaluando al paciente y su situación conflictiva; sin embargo, 
el acto de evaluación toma todo su lugar e importancia luego de finali-
zadas las primeras entrevistas. 
Por lo general se inicia con una hora de juego diagnóstico y se con-
tinúa con la aplicación de pruebas proyectivas y otros instrumentos 
psicométricos pertinentes para la evaluación del paciente y su contex-
to vincular. La finalización del proceso de evaluación culmina con el 
psicodiagnóstico y la devolución de la información del paciente. Este 
diagnóstico es una descripción dinámica de la problemática del pa-
ciente a nivel intrapsíquico, relacional, cognitivo, desde las variables 
biológicas y psicosociales. Esta información requiere de un lenguaje 
que sea comprensible al paciente y sus familiares durante el proceso 
de devolución.
3.3. LA ENTREVISTA DE DEVOLUCIÓN 
María Siquier de Ocampo (1974) define la entrevista de devolución 
como: 
La comunicación verbal discriminada y dosificada que el psicólogo hace 
al paciente, a sus padres y /o al grupo familiar, de los resultados obteni-
dos en la evaluación psicodiagnóstica, observando al mismo tiempo la 
respuesta verbal y pre-verbal del paciente y sus padres (p. 392).
Metáforas y cuentos en el proceso psicoterapéutico con niños
29
Como comunicación verbal discriminada y dosificada, la entrevista de 
devolución implica un acto de prudencia y respeto frente al paciente; 
es un acto mediante el cual se le da a conocer su problemática, tenien-
do en cuenta las herramientas yoicas para poder soportar información 
que mediante un vínculo transferencial permitirá hacer consciente ele-
mentos inconscientes del mismo. 
La entrevista de devolución permite al yo del paciente ampliar el um-
bral sobre su conflicto, tanto en sus aspectos inconscientes como re-
lacionales que se han convertido en factores predisponentes y precipi-
tantes del mismo. 
Siguiendo a Siquier de Ocampo en su texto de 1974, la entrevista de 
devolución genera una serie de efectos psicológicos en el niño que per-
miten pensarla como un elemento esencial para el proceso psicotera-
péutico. Según los principios gestálticos de la ley de cierre, la entrevista 
de devolución le permite al niño cerrar experiencias, ofrece una gestalt 
que organiza eventos y vivencias, integra elementos manifiestos y la-
tentes del conflicto, generando una visión amplia e integral del mismo; 
evita la dependencia alienante con el terapeuta, ya que se le devuelve 
al niño su conflicto para que pueda reconocerlo e implicar su posición 
psicológica frente a este. La entrevista de devolución cumple también 
con el propósito transferencial de implicar al niño como un miembro 
activo del proceso, eliminando el fantasma del tercero excluido. 
El momento de devolución de información a los padres sobre el con-
flicto que está presentando el niño marca también propiciar una serie 
de efectos que repercuten positivamente en el proceso. La entrevista 
de devolución permite a los padres contar con mejores herramientas 
para reconocer el contexto psicológico del niño, reintegrar la imagen 
que ellos tienen de su hijo, por el conflicto que el paciente presenta y 
las fortalezas y debilidades con las que cuenta para afrontarlo. La en-
trevista de devolución también genera efectos en los padres desde su 
compromiso y responsabilidad que tienen frente al niño. 
Psicoterapia infantil. La metáfora como técnica de devolución
30
Siquier de Ocampo en Las técnicas proyectivas y el proceso psicodiagnós-
tico señala cómo para el psicólogo la entrevista de devolución permite 
también movilizaciones de tipo transferencial y contra-transferencial, 
ya que al entregar a cada uno de los integrantes del grupo familiar 
la información, deja de ser depositario de los aspectos insanos de los 
mismos. Por otra parte, la entrevista de devolución se convierte en una 
forma de evaluar el proceso, confirmar hipótesis formuladas y realizar 
replanteamientos necesarios con relación a los objetivos y metas tera-
péuticas, porque el psicólogo funciona frente al grupo como un aspecto 
yoico con capacidad de percibir, discriminar, integrar y sintetizar los 
aportes del niño y sus padres frente a la información dada como resul-
tado de la evaluación.
La entrevista de devolución se hace primero con el niño, a quien se le 
entrega la información de manera verbal, acompañado de la función 
simbólica del dibujo o del juego para su entendimiento y comprensión; 
se seleccionan los aspectos tolerables para su yo, buscando así una in-
tegración de los contenidos latentes que generan su sintomatología y 
una comprensión del contexto familiar representacional y real, al igual 
que de las defensas yoicas que contribuyen a su permanencia y con el 
permiso de este a los padres.
3.4. LOS CUENTOS Y METÁFORAS EN LA ENTREVISTA DE DEVOLUCIÓN 
Los cuentos y metáforas cumplen un papel de singular importancia 
en la entrevista de devolución con niños. A través de la metáfora, el 
terapeuta de niños logra mostrarle el contenido propio de la represen-
tación de sus vivencias de manera indirecta, acercándolo al contenido 
angustioso. La metáfora expresa dos niveles de interpretación del senti-
do, de la misma forma que en el sueño existe un contenido manifiesto 
y otro latente. La metáfora, en la entrevista de devolución, le permite 
al niño el reconocimiento de aquello que le es desconocido y, por otro 
lado, facilita el acercamiento a la resignificación o elaboración de di-
Metáforas y cuentos en el proceso psicoterapéutico con niños
31
cho contenido; con la presentación de la metáfora, el niño desarrollará 
el mismo proceso de identificación que con los cuentos.
Los cuentos y los sentidos metafóricos que los sostienen despiertan en 
el niño recuerdos, afectos y formas de comprender sus conflictos, los 
cuales al ser expresados por el terapeuta como contenido manifiesto de 
lo latente permiten disminuir las defensas dando seguridad al yo del 
infante. A través de la identificación con los personajes de los cuentos 
infantiles y las situaciones ofrecidas por las metáforas, se reviven con-
flictos, emociones, tipos de relación vincular y defensas, como medio 
simbólico de representación de su historia.
En el proceso psicoterapéutico con niños, la metáfora y el cuento pue-
den cumplir un papel de importancia como una herramienta que ge-
nera vivencias, significaciones y re-significaciones para el pequeño pa-
ciente. Tal como se ha expresado, estas formas narrativas propician en 
el niño mecanismos identificatorios con los personajes y sus vivencias 
con la seguridad de que el relato trata de lo que le sucede a otro, pero 
que se parece tanto a lo que

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