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Dada la trascendente participación del sistema simpá-
tico en numerosas funciones del organismo, su modifica-
ción mediante fármacos produce efectos importantes, mu-
chos de los cuales son aprovechados con fines terapéuticos.
La interferencia sobre la actividad simpática se realiza por
dos mecanismos fundamentales: a) el bloqueo de los a y
b-adrenoceptores y b) la manipulación de la extraordina-
ria dinamicidad de la terminación noradrenérgica.
En diversos capítulos se estudian estos fármacos de
acuerdo con los problemas patológicos que pueden ali-
viar. Pero resulta conveniente, por razones de coheren-
cia didáctica, agrupar en una visión de conjunto las posi-
bilidades farmacológicas de acción.
I. ANTAGONISTAS
DE LOS a-ADRENOCEPTORES
A. CONCEPTOS GENERALES
1. Concepto, mecanismo de acción y clasificación
Son sustancias de gran heterogeneidad estructural
(fig. 16-1) que muestran afinidad estereoquímica por los
a-adrenoceptores e inhiben tanto la actividad simpática
endógena en su manifestación a-adrenérgica, como la ac-
ción de los fármacos agonistas a-adrenérgicos. La afini-
dad de estos fármacos por los a-adrenoceptores puede
no ser muy selectiva, de forma que algunos de ellos pue-
den ocupar también receptores de otra naturaleza. Así,
por ejemplo, muchos derivados de los alcaloides del cor-
nezuelo del centeno (ergóticos) ocupan también recep-
tores dopaminérgicos y serotonérgicos; muchos neuro-
lépticos (v. cap. 31) son también a-bloqueantes, además
de bloquear receptores dopaminérgicos. Además, algu-
nos bloqueantes a-adrenérgicos se comportan como ago-
nistas parciales: estimulan o bloquean el receptor a-adre-
nérgico en función de la existencia y concentración de
otros agonistas con mayor o menor actividad intrínseca
que ellos mismos.
Al distinguir dos familias de a-adrenoceptores, se han
diferenciado también antagonistas con mayor afinidad
16
Fármacos que modifican la ac
J. A. García-Sevilla y F. Barturen
por uno u otro subtipo. En la actualidad, el mayor fruto
terapéutico se obtiene del bloqueo de los receptores a1,
por lo que son los más ampliamente utilizados, estando
en estudio las posibilidades terapéuticas del bloqueo se-
lectivo de los a2-adrenoceptores.
El bloqueo de los receptores a puede ser de dos tipos:
reversible e irreversible; los antagonistas reversibles se
disocian del receptor, mientras que los irreversibles o no
lo hacen u ocasionan alteraciones irreversibles en el re-
ceptor, inutilizándolo. En consecuencia, el bloqueo de los
primeros es fácilmente vencible por los agonistas, pero el
de los segundos es prolongado y no vencible, compor-
tándose en ciertos aspectos como un antagonismo no
competitivo (v. cap. 2). En la tabla 16-1 se expone una
clasificación funcional de los principales fármacos.
2. Consecuencias generales del bloqueo a1
2.1. Efectos cardiovasculares
Debido al protagonismo de la actividad a-adrenérgica
en el mantenimiento del tono vascular arterial y venoso,
los efectos predominantes de los a-bloqueantes se apre-
cian a nivel cardiovascular. Según si el bloqueo predomina
sobre el territorio arteriolar o venoso, predominará, res-
pectivamente, la reducción de las resistencias periféricas
y en consecuencia la poscarga del corazón o la reducción
del retorno venoso, con repercusión sobre la precarga.
La reducción de las resistencias periféricas por bloqueo
a1-adrenérgico provoca hipotensión y taquicardia refleja;
al ser ésta un efecto b, no resulta bloqueada. Los blo-
queantes que también antagonizan los receptores a2 pre-
sinápticos en las terminaciones simpáticas del corazón
potenciarán este fenómeno reflejo al generar una facili-
tación de la liberación de noradrenalina, objetivable en
sangre periférica, con un aumento más pronunciado de
la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción. Este in-
cremento reflejo del tono simpático activará, además, el
sistema renina-angiotensina-aldosterona, produciéndose
retención de sodio y agua. En consecuencia se pue-
de apreciar un aumento del volumen minuto cardíaco y
del flujo sanguíneo en territorio muscular, piel, mucosas
(p. ej., congestión nasal) y área esplácnica, tanto mayor
261
tividad simpática
262 Farmacología humana
cuanto más vasoconstricción de carácter simpático exista
previamente (estados hipovolémicos, ortostatismo, etc.).
La reducción en el retorno venoso implica una dismi-
nución de la precarga y, en consecuencia, del gasto car-
díaco. Si la reducción en el retorno es grande, se puede
provocar hipotensión postural, que estará agravada por
la pérdida de respuesta al reflejo compensador vaso-
constrictor.
N N–CON
N
O
O
NH2
a1-BLOQUEANTES
Prazosina
H3CO
H3CO
N N–CN
N
N+
N
N
N
N
NCH2CH2CI
O
O
O
O
O
NH2
Doxazosina
H3CO
H3CO
Fenoxibenzamina Ion etilenimonio
OCH2CH
CH3
CH2 CH2
CH2
+CI–
a2-BLOQUEANTES
a1 y a2-BLOQUEANTE
H
H
H
H
H
H3COOC
OCH3
N
N
N
H
N
H
Efaroxán
Metoxi-idazoxán
(RX321002)
Yohimbina
CH2CH3
OH
H3C
NCH2C
Fentolamina
OH
Fig. 16-1. Fármacos antagonistas de los a-adrenoceptores.
Los antagonistas de los a-adrenoceptores producen,
de manera específica, el fenómeno denominado inversión
de la respuesta a la adrenalina, ya que, al bloquear la ac-
tividad a1, se mantiene la actividad b2 vasodilatadora; en
cambio, sólo reducen o inhiben (pero no invierten) la res-
puesta hipertensora a la noradrenalina.
2.2. Otros efectos
Además de los descritos, pueden aparecer efectos re-
sultantes del bloqueo de a1-adrenoceptores que median
respuestas distintas a la contracción del músculo liso vas-
cular. Entre los efectos no cardiovasculares destacan los
que producen al bloquear los a-adrenoceptores en el
conjunto formado por la vejiga urinaria, próstata y ure-
tra proximal: inhiben la contracción del trígono, el es-
fínter vesical y el músculo liso de la uretra proximal y
prostática; de este modo facilitan la micción en pacien-
tes con hipertrofia prostática benigna o con disfunción
vesico-prostato-uretral. Inhiben también la eyacula-
ción, reducen la sudoración simpática y facilitan la con-
gestión nasal.
3. Consecuencias generales del bloqueo a2
La farmacología del antagonismo a2 está aún poco de-
sarrollada en cuanto a la disponibilidad de fármacos para
Tabla 16-1. Clasificación de los antagonistas a-adrenérgicos, 
en función del tipo de bloqueo
1. Antagonistas a1
a) Bloqueo reversible
Quinazolinas: prazosina, doxazosina, trimazosina, te-
razosina y alfuzosina
Imidazolinas: fentolamina y tolazolina (similar activi-
dad antagonista a2)
Ergóticos: ergotamina, LSD25 y derivados
Varios: famsulosina, urapidilo, indoramina, corinan-
tina, ketanserina y algunos neurolépticos
b) Bloqueo irreversible
Haloalquilaminas: fenoxibenzamina y dibenamina 
(cierta actividad antagonista a2)
Imidazolinas: cloroetilclonidina
Varios: prazobind
2. Antagonistas a2
a) Bloqueo reversible
Indolalquilaminas: yohimbina y rauwolscina 
Imidazolinas: metoxi-idazoxán (RX821002), idazoxán, 
efaroxán, midaglizol e imiloxán
Varios: mirtazepina y fluparoxán
b) Bloqueo irreversible
Varios: benextramina y EEDQ (similar actividad an-
tagonista a1)
3. Antagonistas a y b
Varios: labetalol, prizidilol y medroxalol
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 263
uso clínico; aunque dada la importancia fisiológica de este
receptor, se vislumbra un gran potencial terapéutico. El
bloqueo de los a2- adrenoceptores presinápticos produce
un incremento en la liberación de noradrenalina y de se-
rotonina, que en el SNC puede significar un potencial
efecto antidepresivo. Asimismo, el bloqueo de los a2-
adrenoceptores postsinápticos vasculares (arterias y ve-
nas) favorece la vasodilatación con un claro potencial
antihipertensor, aunque el bloqueo a2 central puede sig-
nificar un incremento en el tono del centro vasomotor.
En los bronquios, el bloqueo a2 puede disminuir la cons-
tricción mediada por los a2-adrenoceptores y en el pán-
creas puede incrementar la secreción de insulina al anta-
gonizar el mecanismo adrenérgico inhibidor.
B. ACCIONES ESPECÍFICASDE LOS PRINCIPALES
a-BLOQUEANTES
1. Quinazolinas
Destaca la prazosina (fig. 16-1), que se caracteriza por
bloquear de manera selectiva y con gran potencia los re-
ceptores a1. En consecuencia produce vasodilatación ar-
teriolar y venosa, que originan reducción de la poscarga
y la precarga cardíacas, con escasa reacción taquicardi-
zante. La hipotensión postural, en cambio, puede ser muy
intensa, sobre todo tras la primera dosis y en especial en
pacientes de edad avanzada, probablemente por reduc-
ción en la sensibilidad del arco reflejo. La prazosina tam-
bién es un inhibidor del grupo de enzimas fosfodiestera-
sas de nucleótidos cíclicos (AMPc).
Sus acciones farmacológicas y su farmacocinética se es-
tudian con detalle en el capítulo 39 como hipotensor, y
en el capítulo 36 por su acción sobre la dinámica car-
díaca.
La doxazosina (fig. 16-1) y la terazosina son análogos
estructurales de la prazosina con selectividad similar
para los receptores a1, pero con una semivida y una du-
ración del efecto más prolongadas, lo que permite la pres-
cripción en dosis única diaria, frente a la prazosina que
debe administrarse cada 8 horas. Estas sustancias pre-
sentan además un período de latencia más prolongado
para la instauración del efecto hipotensor, lo cual se ha
relacionado con su menor tendencia a producir hipoten-
sión postural.
Otro análogo, la trimazosina, con una semivida seme-
jante a la de la prazosina, presenta, como la doxazosina
y la terazosina, una duración de efecto prolongado por su
transformación en el metabolito activo 1-hidroxitrima-
zosina. Junto con su capacidad para bloquear a1-adreno-
ceptores, la trimazosina produce un efecto relajante di-
recto sobre la musculatura lisa vascular.
La alfuzosina y la tamsulosina son bloqueantes del
a1-adrenoceptor con cierta selectividad de acción a la al-
tura del tracto urinario inferior. Inhiben la contracción
de la cápsula prostática, del trígono vesical y del músculo
liso de la uretra proximal. En consecuencia, reducen la
sintomatología de la hipertrofia prostática benigna. La
tamsulosina, para la que se ha demostrado una selectivi-
dad a1A significativa, presenta una semivida que permite,
en su presentación de liberación retardada, una adminis-
tración en dosis única diaria. A las dosis habituales no
tiene efectos colaterales importantes sobre la presión ar-
terial.
2. Imidazolinas
La fentolamina (fig. 16-1) bloquea de forma similar los receptores
a1 y a2; en consecuencia, junto con la actividad vasodilatadora se pro-
duce taquicardia, a la que contribuyen los siguientes factores: respuesta
refleja, facilitación de la liberación de noradrenalina y estimulación di-
recta sobre el corazón.
Ocupa además receptores diversos: se comporta como agonista indi-
recto, por liberar histamina de los mastocitos, de receptores histamíni-
cos H1 y H2 (de ahí el aumento de la secreción gástrica) y de receptores
colinérgicos muscarínicos (estimulación de la motilidad gastrointestinal)
y como antagonista de receptores serotonérgicos.
Se absorbe mal por vía gastrointestinal y atraviesa mal la barrera he-
matoencefálica. Sus principales reacciones adversas son hipotensión,
taquicardia, arritmias, aumento de secreción gástrica y diarrea.
La tolazolina es algo menos potente que la fentolamina y presenta
mejor absorción oral que ésta; por lo demás, sus características son se-
mejantes.
El idazoxán, el efaroxán, el midaglizol y el imiloxán son nuevos de-
rivados con especial selectividad por los a2-adrenoceptores, que se en-
cuentran en fase avanzada de estudio clínico, por sus potenciales pro-
piedades antidepresivas y/o antidiabéticas.
3. Derivados ergóticos
3.1. Características químicas
Bajo el término de ergóticos se incluye un conjunto de
alcaloides naturales presentes en el hongo cornezuelo del
centeno, así como sus derivados sintéticos y semisintéti-
cos. Se caracterizan por poseer el anillo tetracíclico er-
golina, del que deriva el ácido d-lisérgico por adición de
un grupo carboxílico en la posición 8. Del ácido lisérgico
derivan dos grandes grupos (fig. 16-2):
a) Amidas simples que poseen un grupo carboxa-
mida: dietilamida de ácido lisérgico (LSD25), ergobasina
o ergonovina.
b) Alcaloides peptídicos en los que el nitrógeno del
grupo carboxamida forma parte de una compleja porción
tripeptídica con estructura cíclica: ergotamina o complejo
de la ergotoxina (ergocristina, ergocriptina y ergocor-
nina).
Existe un enorme número de derivados sintéticos y se-
misintéticos. Con interés terapéutico destacan las amidas
simples, como metilergobasina, lisurida, pergolida y me-
tisergida, y los alcaloides peptídicos, como dihidroergo-
tamina, dihidroergotoxina o codergocrina y bromocrip-
tina.
264 Farmacología humana
3.2. Características generales
La estructura química de la ergolina contiene el es-
queleto de tres neurotransmisores fundamentales: la do-
pamina, la noradrenalina y la serotonina (5- hidroxitrip-
tamina) (fig. 16-2). Esto explica que muchos ergóticos
presenten afinidad variable por los receptores corres-
pondientes y que en su interacción puedan comportarse
como agonistas, antagonistas o agonistas parciales de es-
tos tres tipos de receptores. De ello se deduce que la ac-
tividad farmacológica es enormemente compleja. A ello
se suma la particular afinidad por diversos tejidos, in-
cluido el SNC, en función de las peculiaridades farmaco-
cinéticas de cada compuesto. A pesar de estas abigarra-
das acciones farmacológicas, para cada compuesto suelen
predominar unos efectos determinados, por lo que cada
uno ocupa un lugar particular en terapéutica.
En general, las amidas simples carecen de afinidad por
los a-adrenoceptores, en contraste con los alcaloides pep-
tídicos naturales y sus derivados dihidrogenados.
3.3. Ergotamina y dihidroergotamina
Sus principales acciones farmacológicas se deben a la
actividad agonista parcial en los a-adrenoceptores y en
H
H
HO
HO
N
Dopamina
HO
H
H
HO
OH
N
Serotonina
HN
H
H
N
Noradrenalina
HO
A. ESTRUCTURA DE LA ERGOLINA
B. DERIVADOS ERGOLÍNICOS
CH3H
H–N
N
Ergobasina
A
B
C
D
H C–NH–CH–CH3
II
O
I
CH2OH
Amida
1 2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
CH3
CH2
H3C
H–N
N
N
N
Ergotamina
H
H
H
C–NH
II
O O
O O
Péptido
1 2
5´
16
2´
Fig. 16-2. A) Estructura de la ergolina que contiene (en tra-
zado grueso) el esqueleto de los neurotransmisores dopamina,
noradrenalina y serotonina. B) Estructuras de dos fármacos re-
presentativos de los dos grupos de derivados ergóticos.
algunos subtipos de receptores 5-HT (v. cap. 19). En con-
secuencia, pueden comportarse como a-bloqueantes en
situaciones y sistemas sometidos a estimulación simpá-
tica, al mismo tiempo que producen vasoconstricción in-
tensa y duradera de arterias del territorio muscular, co-
ronarias y vasos extracraneales, con elevación de la
presión arterial. Pero parte de esta actividad vasocons-
trictora se debe también a la activación de receptores
serotonérgicos. Así pues, son capaces de producir vaso-
constricción y, al mismo tiempo, antagonizar la provo-
cada por concentraciones elevadas de noradrenalina y se-
rotonina.
Se ha propuesto que su acción constrictora en las ar-
terias del territorio de la carótida externa, junto con una
acción antagonista de la intensa constricción que aparece
en el territorio de la carótida interna, explicaría el alivio
sintomático que producen en el ataque agudo de migraña.
Sin embargo, su acción es más compleja y en ella inter-
viene la activación de receptores 5-HT1D por los que la
dihidroergotamina tiene alta afinidad. Estos receptores
están situados en terminaciones sensoriales del trigémino
y su activación produce la inhibición de la liberación de
mediadores nociceptivos y vasodilatadores que intervie-
nen en la inflamación neurógena de vasos meníngeos (v.
cap. 19, III).
La ergotamina y, en menor medida, la dihidroergota-
mina estimulan además otros órganos con fibra muscular
lisa, como el intestino y el útero, y activan la zona gatillo
quimiorreceptora delárea postrema, provocando náu-
seas y vómitos.
La absorción por vía gastrointestinal de la ergotamina
presenta una biodisponibilidad del 5 %, con un tmáx de
2 horas; los niveles máximos alcanzados varían mucho
de un individuo a otro. La absorción es acelerada por la
presencia de cafeína, a la que se asocia con frecuencia en
preparados comerciales y por fármacos procinéticos (v.
cap. 44).
Se absorbe también por vía rectal, pero de manera irre-
gular. La t1/2b es de 16-31 horas. El efecto clínico tera-
péutico tarda unas 5 horas en alcanzar su máximo cuando
la absorción es oral, acortándose el tiempo por vía pa-
renteral.
La ergotamina no se debe emplear en mujeres emba-
razadas, en pacientes hipertensos o con otros problemas
cardiovasculares y, como norma general, en personas ma-
yores de 55-60 años. Los ergóticos no deben usarse de
forma continuada por la posibilidad de provocar ergo-
tismo o cefaleas de rebote.
Las reacciones adversas son fundamentalmente de ca-
rácter vascular: espasmos arteriales que, en situaciones
crónicas, terminan por lesionar la íntima, parestesias, do-
lor torácico, calambres musculares y crisis anginosas. El
ergotismo crónico por adicción se caracteriza por la apa-
rición de cefaleas de rebote y extremidades frías que pue-
den terminar en gangrena. Pueden producir diarrea, náu-
seas y vómitos; los vómitos son bien controlados con
benzamidas (v. cap. 44).
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 265
3.4. Otros ergóticos
La ergobasina y la metilergobasina poseen escasa acción a-blo-
queante; tienen, en cambio, gran actividad sobre la fibra lisa uterina y
se utilizan para el control de la hemorragia posparto (v. cap. 51).
La codergocrina y la nicergolina se describen en el capítulo 34, en
relación con su discutible valor para el tratamiento de síndromes de en-
vejecimiento y degeneración neuronal.
La bromocriptina, la pergolida y la lisurida destacan principalmente
por su capacidad para estimular receptores dopaminérgicos y como ta-
les se describen en los capítulos 15, 30 y 49.
La metisergida está relacionada principalmente con su acción sobre
receptores serotonérgicos y se estudia en el capítulo 19 en relación con
la profilaxis de las crisis de jaqueca.
4. Varios
En este apartado destaca el urapidilo, que presenta una estructura
química diferente a la prazosina y añade a su efecto antagonista a1 pe-
riférico un efecto hipotensor de origen central que no involucra el estí-
mulo de receptores a2. El urapidilo posee además un moderado efecto
antagonista b1 que podría justificar, junto con su efecto central, la ten-
dencia que presenta a provocar bradicardia.
La yohimbina (fig. 16-1) es un antagonista competitivo sobre
a2-adrenoceptores que incluye dos diasteroisómeros: la rauwolscina
(notable selectividad como antagonista a2) y la corinantina (gran se-
lectividad como antagonista a1). Las aplicaciones potenciales de la
yohimbina se extienden al tratamiento de ciertas formas de disfunción
sexual masculina, a la neuropatía diabética y a la hipotensión postural.
La mirtazepina y el fluparoxán son antagonistas potentes y selecti-
vos de los a2-adrenoceptores, con un potencial terapéutico en los cam-
pos de la depresión y la diabetes.
5. Antagonistas irreversibles
El de mayor interés en terapéutica es la fenoxibenza-
mina. Produce un bloqueo de los receptores a1 y a2 en
dos fases: primero de carácter reversible y después irre-
versible, de duración muy prolongada, por su capacidad
para unirse en forma covalente a los receptores a. En
consecuencia, la recuperación de funcionalidad a-adre-
nérgica dependerá de la síntesis de nuevos receptores. Su
especificidad por los dos subtipos de receptores a es in-
termedia entre la de la prazosina y la de la fentolamina.
Se comporta también como antagonista de otros recep-
tores: dopaminérgicos, serotonérgicos, histamínicos H1 y
colinérgicos muscarínicos. Inhibe parcialmente los pro-
cesos de captación activa de noradrenalina y otras ami-
nas. Como consecuencia de la acción a-bloqueante, la hi-
potensión puede ser acusada, tanto más cuanto más
contribuya el tono simpático endógeno al mantenimiento
de la tensión arterial.
Por vía gastrointestinal, la biodisponibilidad es del
20-30 %. Por su liposolubilidad pasa la barrera hema-
toencefálica. En el SNC puede producir signos de exci-
tación bulbar (náuseas, vómitos, hiperventilación y con-
vulsiones) o de sedación, cansancio y somnolencia. Los
efectos secundarios, además de los centrales, son hipo-
tensión postural con taquicardias y arritmias, hipotensión
mantenida (por vía IV), miosis, congestión nasal y pér-
dida de eyaculación.
La benextramina y el EEDQ son antagonistas irre-
versibles de a-adrenoceptores con mayor selectividad por
el tipo a2. En la actualidad carecen de interés en tera-
péutica, quedando limitado su uso al campo de la inves-
tigación.
6. a1 y b-bloqueantes 
Los más conocidos son el labetalol y el carvedilol, cuya
farmacología se explica en el capítulo 39.
7. Aplicaciones terapéuticas de los antagonistas a1
a) Hipertensión esencial. En la actualidad existe una
tendencia creciente a adoptar aproximaciones indivi-
dualizadas al tratamiento antihipertensivo con un mayor
número de fármacos incluidos entre las opciones te-
rapéuticas de primera línea. El desarrollo de nuevos an-
tagonistas a1 con mayor duración de efectos, así como el
conocimiento de la capacidad de estos bloqueantes para
reducir las tasas de colesterol o amortiguar el incremento
que provoca el tratamiento crónico con diuréticos, ha in-
fluido de forma decisiva en la inclusión de estos fárma-
cos (prazosina y análogos) como alternativa a diuréticos,
b-bloqueantes, antagonistas del calcio o inhibidores de la
enzima de conversión de la angiotensina (v. cap. 39).
b) Hipertrofia prostática benigna. La resección trans-
uretral (RTU) es el tratamiento de referencia. Sin em-
bargo, la RTU es relativamente costosa y conlleva un
riesgo de morbimortalidad asociado, especialmente en la
población de edad avanzada. La disponibilidad de fár-
macos bloqueantes a1-adrenérgicos con selectividad re-
lativa para el tracto urinario inferior, como la tamsulo-
sina y la alfuzosina, de contrastada eficacia clínica y con
escasos efectos cardiovasculares, ofrece una buena alter-
nativa. La terapéutica farmacológica con tamsulosina
(0,4 mg/24 horas) o alfuzosina (2,5 mg/8 horas), asociada
o no a inhibidores de testosterona 5-a-reductasa, como
la finasterida (v. cap. 50), constituye una alternativa a la
RTU en pacientes con hipertrofia prostática benigna leve
o moderada con componente dinámico importante. Ade-
más, es una opción que debe considerarse en pacientes
de edad avanzada, en aquellos casos en los que la cirugía
esté contraindicada o cuando se persiga un alivio sinto-
mático a la espera de cirugía.
c) Feocromocitoma. Aunque el tratamiento es emi-
nentemente quirúrgico, la terapéutica farmacológica es
siempre necesaria para preparar al enfermo y durante la
intervención; además, en ocasiones el tumor no es abor-
dable y la única solución posible es interferir en la sín-
tesis de catecolaminas o administrar bloqueantes a y
b-adrenérgicos. Las crisis hipertensivas del feocromoci-
toma se tratan con fentolamina IV, a la dosis inicial de
0,5 mg; si no hay respuesta hipotensora inmediata, se llega
hasta los 5 mg. A veces se requiere la infusión IV de
0,5 mg/min. Para la preparación preoperatoria se reco-
mienda la fenoxibenzamina; se comienza con 10 mg por
vía oral cada 12 horas, aportando un importante volumen
de líquido y aumentando 10-20 mg cada 1-2 días hasta al-
266 Farmacología humana
canzar un grado moderado de hipotensión ortostática; la
dosis es muy variable: de 80 a 200 mg en 24 horas. Du-
rante la operación, 2-5 mg IV de fentolamina pueden ser
una alternativa válida. El bloqueo b con propranolol (v.
II) se realiza una vez conseguida la normalización de la
presión arterial y, en especial, si hay trastornos del ritmo
cardíaco. Para los casos inoperables se prefiere el uso de
a-metiltirosina,que bloquea la síntesis de catecolaminas
(v. III, 1.1).
d) Enfermedades vasculares periféricas. Sólo se de-
ben emplear si hay un componente vasospástico (p. ej.,
enfermedad de Raynand) y no cuando exista un compo-
nente oclusivo importante (p. ej., arteriosclerosis). El au-
mento de circulación en la piel (aumento de temperatura)
no significa que aumente la circulación en toda la extre-
midad isquémica; incluso puede representar la desviación
de sangre en perjuicio de las áreas más necesitadas (v.
cap. 41).
e) Insuficiencia cardíaca. La reducción de la precarga
y/o la poscarga por vasodilatación venosa y arterial puede
mejorar la función cardíaca. La fentolamina y la prazo-
sina, y sus análogos se emplean en determinados supues-
tos agudos y crónicos, que se explican en el capítulo 36.
f) Ataque agudo de migraña. Al comienzo del ataque
(lo más tempranamente posible) se administran 2 mg de
ergotamina o dihidroergotamina, preferiblemente por
vía rectal; se repite la dosis si no ha habido alivio a los
45 min. No se debe sobrepasar los 6 mg/día, ni se deben
utilizar durante más de 5 días consecutivos, o más de
10 mg por semana (v. cap. 19, III, 2).
g) Otras aplicaciones terapéuticas. En la hipotensión
esencial se puede emplear la dihidroergotamina por su
moderada acción vasoconstrictora venosa. En la impo-
tencia por falta de erección debida a cuadriplejía, castra-
ción y cirugía radical de próstata o de vejiga puede ser
útil la inyección intracavernosa de fentolamina (0,5-
1,0 mg) con o sin papaverina (30 mg), que produce erec-
ción mantenida por aumento de flujo arterial y retención
venosa, pero puede ir seguida de priapismo y, a la larga,
lesiones fibróticas.
8. Aplicaciones potenciales de los antagonistas a2
Los nuevos, potentes y selectivos antagonistas de los
a2-adrenoceptores pueden ser útiles en ciertas formas de
depresión endógena, por aumentar la liberación de no-
radrenalina y de serotonina en las terminaciones nora-
drenérgicas (mirtazepina y fluparoxán), en la diabetes
porque el bloqueo de receptores a2 facilita la liberación
de insulina (efaroxán y midaglizol) y en la hipertensión
esencial por sus acciones periféricas, no centrales. Otras
aplicaciones potenciales de estos fármacos incluyen cier-
tas formas de obesidad (incremento de la lipólisis en adi-
pocitos), la prevención de la agregación plaquetaria en
procesos asociados con un exceso de adrenalina circu-
lante y el tratamiento de la disfunción sexual masculina
(impotencia).
II. ANTAGONISTAS
DE LOS b-ADRENOCEPTORES
1. Concepto y mecanismo de acción
Son sustancias que muestran alta afinidad y especi-
ficidad por los b-adrenoceptores y que inhiben tanto la
actividad simpática en su manifestación b-adrenérgica
como la respuesta a los fármacos agonistas b-adrenérgi-
cos. La inhibición es de carácter competitivo, por lo que
resulta vencible al aumentar la actividad simpática o la
dosis de fármaco adrenérgico: las curvas dosis-efecto re-
feridas a los diversos efectos simpáticos se desplazan a la
derecha de forma paralela.
Los fármacos b-bloqueantes se fijan al b-adrenocep-
tor, pero no activan la adenililciclasa. La fijación es es-
pecífica, pero el complejo formado, a diferencia de lo que
sucede con los agonistas, permanece en estado de baja
afinidad, incapaz de formar el complejo ternario con la
proteína G. La presencia de GTP no modifica este estado
de afinidad (v. cap. 3, II, 1.2). Sin embargo, se ha puesto
de manifiesto que algunos b-bloqueantes (ICI 118551, be-
taxolol y propranolol) (tabla 16-2) presentan actividad in-
trínseca negativa y pueden comportarse, en determinadas
circunstancias, como agonistas inversos sobre los b-adre-
noceptores (v. cap. 2, II, 3). Por ejemplo, en tejido car-
díaco de ratones transgénicos con sobreexpresión de
b-adrenoceptores el ICI 118551 inhibe la adenililciclasa y
provoca una menor producción de AMPc que finalmente
resultará en un efecto inotrópico negativo. Esta particu-
laridad de algunos b-bloqueantes y de otros muchos an-
tagonistas de receptores considerados neutros tendrá re-
percusiones farmacológicas y terapéuticas importantes.
Algunos de estos fármacos bloquean tanto los recep-
tores b1 como los b2. Otros, en cambio, antagonizan
preferentemente, pero no de manera exclusiva, los re-
ceptores b1; dado que la principal acción b1 es la cardía-
ca, se los denomina cardioselectivos, pero la cardioselec-
tividad es relativa y no absoluta, como se explicará más
adelante. Finalmente, algunos se comportan como ago-
nistas parciales (v. II, 4.2). También se ha clonado el sub-
tipo b3 (presente en el adipocito), para el cual no se ha
detallado una farmacología específica, aunque muestra
escasa afinidad por el propranolol (v. cap. 15).
Dada la importancia de las acciones b-adrenérgicas y
su participación o protagonismo en muchas enfermeda-
des, no es de extrañar que los bloqueantes b-adrenérgi-
cos hayan conseguido ocupar un lugar preferente en la
terapéutica.
2. Características químicas y clasificación
La semejanza estructural entre los agonistas y los an-
tagonistas b es muy superior a la que presentan los ago-
nistas y los antagonistas a. Derivados de la isoprenalina,
casi todos ellos mantienen en su cadena lateral el grupo
isopropilamino u otro de tamaño parecido, el cual es res-
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 267
b1 Y b2-BLOQUEANTES
N
NN
H
OH
O
O
N
S
O
CH3
CH3
Propranolol
Nadolol
Timolol
Pindolol
Metoprolol
Atenolol
Esmolol
Labetalol
Carvedilol
OCH2 C
 b1-BLOQUEANTES
 a1 Y b-BLOQUEANTES
CH2NHCH
HO
HO OH
H
H
H
OCH2–C–CH2NHC–CH3
CH3
CH3
OH
H
OCH2–C–CH2NHC–CH3
CH3
CH3
OH
H
OCH2–C–CH2NHCH
CH3OCH2CH2
CH3
CH3
OH
H
OCH2–C–CH2NHCH
CH3
CH3
CCH2
OH
H
OCH2 –C–CH2NHCH
CH3H2N
CH3
O
CH3OCCH2CH2
OH
H
OCH2–CH–CH2NHCH
CH3
CH3
CH3
CONH2
CH3
CH2–CH2CHNHCH2CH
O–CH2–CH–CH2–NH–CH2–CH2–O
II
OH
OH
OH
N
Fig. 16-3. Fármacos antagonistas de los b-adrenoceptores.
ponsable de la afinidad por el receptor b; poseen también
un anillo aromático (más o menos similar al catecol) con
sustituciones muy variadas, que facilitan la fijación al re-
ceptor y establecen su peculiaridad agonista, antagonista
o agonista parcial (fig. 16-3). La forma activa como b-blo-
queante es la levo, pero la dextro puede mantener otras
acciones, como la estabilización de la membrana.
Desde el punto de vista práctico, la clasificación más
útil es la establecida en función de los receptores afecta-
dos (tabla 16-2).
3. Consecuencias generales de la acción
b-bloqueante
3.1. Efectos cardiovasculares
Los efectos cardíacos del bloqueo b-adrenérgico están
determinados primordialmente por el bloqueo de adre-
noceptores del subtipo b1. Reducen la frecuencia cardía-
ca por actuar sobre el nodo sinusal, en función de la con-
centración de fármaco y del nivel previo de activación
simpática; por esta razón, en personas con un tono sim-
pático bajo, la disminución de la frecuencia puede ser es-
casa y, en cambio, manifestarse mejor después de hacer
ejercicio. El bloqueo b-adrenérgico conlleva, además,
una reducción en la velocidad de conducción del nódulo
AV, por lo que aumenta el espacio PR del electrocar-
diograma e incrementa el período refractario, de modo
que la acción b-bloqueante de estos fármacos contribuye
en gran medida a su eficacia antiarrítmica (v. cap. 38).
Disminuyen la contractilidad del miocardio, la veloci-
dad de expulsión sistólica y la velocidad de elevación de
la presión intraventricular (dp/dt). En consecuencia, re-
ducen el gasto cardíaco con independencia de la dismi-
nución de la frecuencia cardíaca. La reducción de la fre-
cuencia y de la contractilidad miocárdica contribuye a
disminuir el trabajo cardíaco y el consumo de O2 mio-
cárdico, lo cual resulta beneficioso en algunos casos de
insuficiencia coronaria (v. cap. 40).
Los bloqueantes b-adrenérgicos muestran un marcado
carácter hipotensor principalmente como consecuencia
Tabla 16-2. Clasificación de los antagonistas b-adrenérgicos, 
en función de los receptores quebloquean
b1 y b2 b1 b2 a1 y b
Alprenolola Acebutolol Butoxamina Carvedilol
Nadolol Atenolol ICI 118551a Labetalol
Oxprenololb Betaxolola a-metilpropranolol
Penbutolol Bisoprolol
Pindololb Celiprololc
Propranolola Esmolol
Sotalol Metoprolol
Timolola
a Presenta actividad como agonista inverso.
b Presenta actividad agonista parcial.
c Presenta actividad agonista b2.
268 Farmacología humana
de la disminución del gasto cardíaco secundaria a sus efec-
tos cronotropo e inotropo negativos. Desde un punto de
vista teórico, también podrían contribuir a la acción hi-
potensora los siguientes mecanismos: a) la inhibición de
la secreción de renina mediada por b2-adrenoceptores; b)
una acción sobre el SNC no definida; c) una alteración en
la sensibilidad de los reflejos barorreceptores, y d) el blo-
queo de b2-adrenoceptores presinápticos, cuya activación
facilita la liberación de noradrenalina en las terminacio-
nes adrenérgicas. La acción inhibidora de la secreción de
renina se aprecia tanto en condiciones basales como
cuando está provocada por ciertos estímulos (hemorra-
gia, diuréticos o dieta carente de sodio), pero se puede
rechazar una relación directa entre la inhibición de la se-
creción de renina y el efecto hipotensor, por varias razo-
nes: los b-bloqueantes son hipotensores en enfermos con
baja secreción de renina y los b1-bloqueantes son activos
a pesar de que la estimulación de secreción de renina es
un efecto b2.
El bloqueo b-adrenérgico y la reducción secundaria del
gasto cardíaco desencadena una elevación refleja de la
resistencia vascular periférica que es máxima cuando se
emplean bloqueantes b-adrenérgicos no selectivos, ya
que al bloquear el estímulo b2-adrenérgico vascular pre-
domina en algunos territorios el tono a1-vasoconstrictor.
El desarrollo de fármacos bloqueantes b-adrenérgicos
con actividad antagonista a1 evita el problema del incre-
mento reflejo de resistencias periféricas permitiendo su
uso en pacientes con vasculopatía periférica, y abriendo
nuevas perspectivas en el tratamiento de la insuficiencia
cardíaca congestiva.
3.2. Efectos bronquial y uterino
Los b-bloqueantes reducen el tono broncodilatador,
por lo que predomina el tono broncoconstrictor a-adre-
nérgico y colinérgico. En consecuencia aumenta la resis-
tencia bronquial, especialmente en pacientes con en-
fermedades pulmonares obstructivas. Lo mismo puede
suceder con el tono uterino. Estos efectos no aparecen o
son de menor intensidad si se emplean bloqueantes se-
lectivos de los receptores b1. El celiprolol, que presenta
además actividad agonista b2 (tabla 16-2) podría estar es-
pecialmente indicado en pacientes hipertensos con asma.
3.3. Efectos metabólicos y hormonales
Puesto que la liberación de insulina generada por ca-
tecolaminas es un efecto b2, cabría deducir que los b-
bloqueantes no selectivos provocarían una diabetes en
personas susceptibles o que alterarían el control de la glu-
cemia en diabéticos. Sin embargo, al parecer no favore-
cen la aparición de diabetes, pero reducen la tolerancia a
la glucosa en los diabéticos; por el contrario, y dado que
los receptores b2 participan en la movilización de gluco-
sa hepática, cuando existe hipoglucemia, estos fármacos
pueden demorar la recuperación de la glucemia previa-
mente disminuida por administración de insulina en pa-
cientes con formas lábiles de diabetes insulinodependien-
te. La administración de b-bloqueantes a estos pacientes
puede producir fenómenos hipoglucémicos importantes;
estos efectos son menores con los b1-bloqueantes.
Los b-bloqueantes, al inhibir la lipólisis, bloquean la li-
beración de ácidos grasos libres que se produce durante
el ejercicio o el estrés. La administración de b-bloqueantes
puede provocar un aumento de los triglicéridos totales
plasmáticos y una disminución de la fracción de coleste-
rol ligada a las lipoproteínas de alta densidad; este efecto
se asocia más al bloqueo b2. El estímulo b-adrenérgico pro-
mueve la incorporación de K+ al interior de las células
musculares esqueléticas, dando lugar a hipopotasemia.
Durante la fase aguda del infarto de miocardio se produce
una importante liberación de catecolaminas que provo-
caría hipopotasemia, lo cual es un factor predisponente
para el desarrollo de arritmias. En algunos enfermos con
hiperparatiroidismo se ha comprobado que el proprano-
lol reduce los niveles de parathormona y de calcio en
plasma.
3.4. Efectos sobre la función renal
La administración aguda de b-bloqueantes provoca en
general una reducción del flujo plasmático renal y de la
velocidad de filtración glomerular, con independencia de
su selectividad y de la actividad agonista parcial, con ex-
cepción del nadolol. Tras la administración crónica, los
b-bloqueantes no cardioselectivos reducen ligeramente
la velocidad de filtración glomerular y el flujo renal,
mientras que los cardioselectivos no suelen afectarlos.
Por lo general, estos efectos carecen de trascendencia clí-
nica.
3.5. Otras acciones farmacológicas
Muchos de los b-bloqueantes tienen, además, la capa-
cidad de inhibir los canales de Na+ en membranas car-
díacas o nerviosas, comportándose como anestésicos lo-
cales (tabla 16-3). Sin embargo, esta acción no tiene
trascendencia clínica, ya que sólo se aprecia a concen-
traciones muy superiores a las que se consiguen en tera-
péutica.
Reducen la presión intraocular, especialmente en ojos
glaucomatosos, por un mecanismo no bien conocido;
disminuyen la producción de humor acuoso, pero tam-
bién facilitan su drenaje. Son eficaces en aplicación tó-
pica; incluso la aplicación unilateral consigue reducir la
presión intraocular bilateral. Este efecto parece estar me-
diado por receptores b2.
En el SNC, los b-bloqueantes ejercen varios efectos,
aunque no se ha aclarado todavía en qué grado se deben
a la acción b-bloqueante, a la acción «anestésica local»
sobre membrana o, incluso, a su capacidad de bloquear
receptores serotonérgicos centrales. Modifican en grado
diverso el patrón electroencefalográfico y las fases del
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 269
sueño; mejoran la eficacia de los neurolépticos en sínto-
mas esquizofrénicos rebeldes, y ayudan a controlar la sin-
tomatología psíquica y adrenérgica periférica de los es-
tados de ansiedad. Mejoran profilácticamente el número
y la intensidad de los ataques de jaqueca (v. cap. 19, III).
El pindolol (fig. 16-3) se comporta además como un
potente antagonista en los autorreceptores 5-HT1A si-
tuados en el soma y dendritas de neuronas serotonér-
gicas, siendo su función la de bloquear la liberación
endógena de 5-HT. El antagonismo ejercido en estos au-
torreceptores, por lo tanto, facilitará la liberación de
5-HT (v. fig. 19-5). Por esta razón, el pindolol acelera la
acción antidepresiva de los fármacos que inhiben la re-
captación de 5-HT (v. cap. 32).
Poseen una clara acción antitremorígena, por bloqueo
de receptores b2 en el músculo esquelético. Este efecto
reviste interés para el tratamiento del temblor esencial o
sintomático y del mioclono esencial familiar. El efecto so-
bre la sintomatología ansiosa y antitremorígeno de los
b-bloqueantes es la base de su utilización en ciertos de-
portes (p. ej., tiro) y en la ansiedad.
Se ha descrito que los b-bloqueantes reducen la afini-
dad de la hemoglobina por el O2, desplazando hacia la de-
recha la curva de disociación de la hemoglobina. No se
sabe si ello podría facilitar la fijación de O2 en los tejidos.
4. Propiedades farmacodinámicas
de los antagonistas b-adrenérgicos
4.1. b-Bloqueantes inespecíficos
El propranolol, primer b-bloqueante ampliamente
utilizado, es un antagonista competitivo que muestra afi-
nidad similar por los receptores b1 y b2 y que carece de
actividad intrínseca simpaticomimética, aunque en de-
terminadas circunstancias puede mostrar agonismo in-
Tabla 16-3. Propiedades farmac
Potencia Cardio-
b-bloqueante selectividad
(propranolol =1) relativa
Acebutolol 0,3 +
Alprenolol 1,0 0
Atenolol 1,0 +
Bisoprolol 5 +++
Carvedilol 5,0 0
Celiprolol 1,0 +
Esmolol≈ 1,0 ≈ +
Labetalol 0,3 0
Metoprolol 1,0 +
Nadolol 2-4 0
Oxprenolol 0,5-1,0 0
Penbutolol ≈ 5-25. 0
Pindolol 6,0 0
Propranolol 1,0 0
Sotalol 0,3 0
Timolol 6,0 0
verso. Presenta además efectos anestésicos locales, si bien
a concentraciones muy superiores a las que se alcanzan
habitualmente en su empleo clínico. Como b-bloqueante
inespecífico, su empleo en patología cardiovascular está
condicionado por los importantes efectos adversos deri-
vados del bloqueo de b2-adrenoceptores (broncospasmo,
vasoconstricción y trastornos del metabolismo de hidra-
tos de carbono). Similar perfil farmacodinámico presen-
tan el sotalol, el timolol y el nadolol, aunque carecen de
acción estabilizante de membrana y el primero presenta
menor potencia b-bloqueante (tabla 16-3).
4.2. b-Bloqueantes con actividad agonista parcial
Los fármacos que siguieron a la introducción del pro-
pranolol demostraron poseer, en diferente medida, acti-
vidad intrínseca simpaticomimética, destacando el oxpre-
nolol y el pindolol. Estos fármacos se comportan como
agonistas parciales, de modo que el resultado de su ad-
ministración depende en gran medida del grado de ac-
tivación simpática en ese momento y en cada sistema
concreto. En situaciones de baja actividad simpática, la
reducción de la función cardíaca puede ser inapreciable
o incluso observarse incremento en el gasto cardíaco,
mientras que en condiciones de ejercicio submáximo, el
oxprenolol y el pindolol serían sólo ligeramente menos
efectivos que el propranolol, reduciendo la frecuencia
cardíaca. Los b-bloqueantes que se comportan como ago-
nistas parciales simpáticos (tabla 16-3) se han propuesto
como fármacos que pueden ser utilizados incluso en ca-
sos de insuficiencia cardíaca y de bradicardia, y en casos
de asma bronquial o de insuficiencia vascular periférica.
La realidad clínica demuestra que las posibles ventajas
de los b-bloqueantes con actividad agonista parcial no se
traducen en hechos reales y que, por lo general, conti-
núan teniendo el mismo riesgo de provocar insuficiencia
odinámicas de los b-bloqueantes
Actividad
agonista Estabilización Actividad
parcial de membrana antiarrítmica
+ + +
++ + +
0 0 +
0 ± +
0 ? +
++ 0 +
0 0 +
0 + +
0 ± +
0 0 +
++ + +
+ + +
+++ + +
0 ++ +
0 0 +
0 0 +
270 Farmacología humana
cardíaca, broncospasmo y vasoconstricción periférica; sin
embargo, en casos aislados podrían ponerse de manifiesto
esas posibles ventajas. Similares características farmaco-
dinámicas presentan el penbutolol y el alprenolol.
4.3. b-Bloqueantes selectivos
El primer b-bloqueante desarrollado con selectividad
importante para el subtipo b1 fue el practolol, fármaco
que tuvo que retirarse por su importante toxicidad; pos-
teriormente se desarrolló una amplia variedad de ellos:
atenolol, acebutelol, metoprolol y bisoprolol. Se consi-
deran selectivos aquellos fármacos cuya DE50 necesaria
para bloquear los receptores b1 difiere notablemente de
la requerida para bloquear los b2. Los b1-bloqueantes,
también denominados cardioselectivos (tabla 16-3), pre-
sentan teóricamente las siguientes ventajas: a) reducir la
actividad cardíaca con dosis que no alteran el tono bron-
quial, vascular o uterino; b) no interferir en el metabo-
lismo de los hidratos de carbono, y c) mantener o ampliar
la eficacia hipotensora al no bloquear la acción vasodila-
tadora b2. Sin embargo, el concepto de cardioselectividad
es relativo, porque si las dosis se elevan suficientemente,
el fármaco se combina con ambos tipos de receptores.
Aun así, está confirmado que estos fármacos producen
en menor grado reacciones de broncoconstricción y que,
por lo tanto, pueden ofrecer ventajas en presencia de una
enfermedad pulmonar obstructiva. Recientemente se ha
introducido el esmolol que, por su corta semivida (ta-
bla 16-4), resulta de interés en el tratamiento del infarto
agudo de miocardio y en otras situaciones de inestabili-
dad hemodinámica.
Se han desarrollado también bloqueantes selectivos
b2 como la butoxamina, el a-metilpropranolol y el ICI
118551, pero carecen de aplicación clínica.
4.4. b-Bloqueantes selectivos
con actividad agonista
Desde un punto de vista teórico es posible incorpo-
rar en una misma molécula actividad agonista para un
receptor y antagonista para el otro. Siguiendo este prin-
cipio se han desarrollado moléculas con actividad anta-
gonista para receptores b1 y capaces de activar simultánea-
mente receptores b2, de modo que el efecto hipotensor
que se logra mediante la reducción del gasto cardíaco sea
potenciado por vasodilatación periférica (por estímulo b2)
y que el beneficio terapéutico de su uso pueda hacerse ex-
tensivo a pacientes con broncopatía o enfermedad vasos-
pástica o vasooclusiva. El celiprolol y el dilevalol son los
máximos exponentes de este prometedor grupo de fár-
macos para el que se ha propuesto el término de b-blo-
queantes de tercera generación (tabla 16-3).
Entre los últimos b-bloqueantes disponibles destacan
el labetalol y el carvedilol. El labetalol contiene dos cen-
tros ópticos y, en consecuencia, cuatro diasteroisómeros
con diferentes propiedades farmacodinámicas. La forma
racémica de labetalol presenta actividad bloqueante a1,
b1 y b2-adrenérgica, además de actividad agonista parcial
b2, y capacidad para inhibir la recaptación de noradrena-
lina (tabla 16-3). De similar perfil farmacológico es el car-
vedilol (antagonista b1 y a1). El antagonismo a1 del labe-
talol y el carvedilol contribuye al efecto hipotensor de
estos b1-bloqueantes selectivos.
5. Características farmacocinéticas
de los antagonistas b-adrenérgicos
5.1. Absorción y biodisponibilidad
Con excepción del atenolol y del nadolol (absorción
del 50 %) los b-bloqueantes se absorben muy bien por
vía oral, alcanzándose la concentración máxima al cabo
de 1-3 horas de su administración (tabla 16-4). Existen
preparados de liberación retardada para el alprenolol, el
propranolol y el oxprenolol, con el fin de alargar la du-
ración de su acción. La biodisponibilidad del proprano-
lol, el alprenolol, el labetalol y el carvedilol es muy baja
debido a su elevada fracción de extracción hepática y a
su rápido metabolismo, pero cuando la dosis oral es muy
alta, la extracción hepática se satura y la biodisponibili-
dad aumenta lógicamente, la inyección intravenosa de
una dosis de propranolol conseguirá niveles plasmáticos
mucho mayores que la misma dosis oral. Existen prepa-
rados para inyección intravenosa en medio hospitalario
para cuando se precise un inicio de efecto rápido o no
pueda utilizarse la vía oral. Estos preparados se han rea-
lizado para el propranolol, atenolol, labetalol y esmolol.
5.2. Distribución y eliminación
Se distribuyen ampliamente por los tejidos, presen-
tando volúmenes de distribución muy elevados. En la ta-
bla 16-4 se aprecian grandes diferencias en la capacidad
de atravesar la barrera hematoencefálica que repercuti-
rán sobre algunos efectos terapéuticos y tóxicos, así como
en la intensidad de la metabolización y en la vía de eli-
minación. El propranolol, el alprenolol, el metoprolol, el
labetalol y el carvedilol experimentan metabolismo he-
pático casi en su totalidad; debido a su elevada fracción
de extracción, el grado de su metabolismo depende muy
estrictamente del flujo hepático (v. caps. 4 y 8), que pue-
de disminuir si el gasto cardíaco desciende. En cambio,
el atenolol, el pindolol, el celiprolol y el bisoprolol se me-
tabolizan mucho menos, y el nadolol nada en absoluto,
por lo que su eliminación del organismo depende de la
función renal. Así, en casos de uremia, la semivida del
atenolol aumenta de 6-9 a 127 horas, la del nadolol de
14-24 a 45 horas y la del sotalol de 13 a 42 horas. El pro-
pranolol se metaboliza en 4-hidroxipropranolol que, aun-
que es activo, tiene una semivida muy corta; por eso se
considera actualmente que su contribución a la acción te-
rapéutica es más bien escasa. El esmolol presenta un im-
portante metabolismo dependiente de esterasas sanguí-
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 271
neas, lo que determinaque sea un b-bloqueante de muy
corta semivida (tabla 16-4) y, por lo tanto, de interés
en patologías en las que, estando indicado el empleo de
b-bloqueantes, existe riesgo inmediato de insuficiencia
cardíaca (p. ej., infarto agudo de miocardio).
La semivida plasmática de estos fármacos es muy va-
riable, siendo las más largas las del nadolol y del penbu-
tolol (tabla 16-4). Además, existe una notable disociación
entre la semivida plasmática y la duración de efectos. Éste
es el caso, por ejemplo, del propranolol que, a pesar de su
corta semivida en plasma (alrededor de 4 horas), tiene un
efecto antihipertensor de larga duración. Esto puede de-
berse a su capacidad para almacenarse en las termina-
ciones nerviosas simpáticas y ser liberado posteriormente
(v. cap. 6, II, 2.1). Los valores de semivida biológica per-
miten administrar los fármacos sólo una o dos veces al día.
También existe gran variabilidad interindividual, de
forma que dosis iguales pueden originar niveles plasmá-
ticos muy diferentes en distintos pacientes. La relación
dosis-concentración plasmática es, por lo tanto, muy po-
bre. Asimismo, el efecto farmacológico guarda escasa re-
lación con el nivel plasmático porque depende de diver-
sas circunstancias individuales, como el tono simpático
(tabla 16-5).
6. Reacciones adversas y toxicidad
6.1. En relación con el bloqueo
b-adrenérgico periférico
Con dosis bajas ya se pueden apreciar las consecuen-
cias del bloqueo b1-adrenérgico, en forma de bradicar-
dia, bloqueos de conducción e insuficiencia cardíaca; la
sensibilidad de estos efectos y el grado de insuficiencia
serán tanto mayores cuanto mayor sea la contribución del
Tabla 16-4. Propiedades farmac
Biodis- Unión a
Tmáx ponibilidad Vd proteínas
(h) (%) (l/kg) (%)
Acebutolol 3-4 37-50 1,2 ≈ 20
Alprenolol 0,5-2 ≈ 10 3,3 85
Atenolol 2-4 50-60 0,7 < 5
Bisoprolol 1,7-3 90 3,2 ≈ 30
Carvedilol 1-2 25 2 > 98
Celiprolol 2-3 30-70 25
Esmolol 0,1-0,2 — 2-3,5 56
Labetalol 2-4 20-30 5,6 50
Metoprolol 0,5-2 40-50 5,6 12
Nadolol 1-4 33 1,9 20-30
Oxprenolol 0,5-1 25-60 1,5 92
Penbutolol 0,5-1 ≈ 100 > 95
Pindolol 1,5-2 ≈ 100 2,0 57
Propranolol 1-3 ≈ 300 3,6 92
Sotalol 2-3 ≈ 100 0,7-1,3 < 1
Timolol 1-3 75 0,2-2,5 60
tono simpático a la normalidad de la función cardíaca. El
bloqueo b2: a) aumenta el tono bronquial, llegando a pro-
vocar intensa broncoconstricción en presencia de enfer-
medad pulmonar obstructiva; b) aumenta el tono vascu-
lar, en particular de los vasos musculares, lo que puede
producir cierto grado de claudicación muscular, calam-
bres y sensación de frío o de cansancio de extremidades;
este efecto no aparece, o es más leve, cuando se emplean
los que poseen actividad simpaticomimética intrínseca;
c) modifica la respuesta a la hipoglucemia: por una parte,
atenúa algunos de sus síntomas (taquicardia e hiperten-
sión sistólica) y, por la otra, reduce la movilización de glu-
cosa hepática que debe ocurrir en respuesta a la hipo-
glucemia, por lo que demora su normalización; por esta
razón puede aparecer hipoglucemia durante el ejercicio
muscular en niños nacidos de madres que toman b-blo-
queantes o en diabéticos tras la administración de in-
sulina, y d) reduce la actividad lipasa en el adipocito dis-
ocinéticas de los b-bloqueantes
Semivida de Fármaco no
Paso eliminación metabolizado Metabolitos
de BHE (h) en orina (%) activos
+/– 8 (oral) ≈ 40 Sí
+ 2-3 (IV) < 1 Sí
Escaso 06-9 (oral) ≈ 100 No
+/– 10 (oral) 48
? 7 (oral) 1 ?
+/– 04-5 (oral)
0,12-0,15 (IV) < 1 No
4 (oral, IV) < 5
+/– 03-4 (oral) ≈ 3 Sí
– 014-24 (oral) 100 No
+ 01-2 (oral) < 5 No
+ 26 < 10 ?
+ 3-4 (IV) 40
+ 3,5-6 (oral). < 1 Sí
2-4 (IV)
Escaso 0..5-13 (oral) 75 No
— 04-5 (oral) ≈ 20 ?
Tabla 16-5. Variación de niveles plasmáticos y bloqueo del re-
ceptor para algunos b-bloqueantes
Variación Concentración
en los niveles plasmática que
plasmáticos produce bloqueo b
Acebutolol 0,2-2 µg/ml
Alprenolol 10-20 veces 50-100 ng/ml
Atenolol 0,2-1,0 µg/ml
Metoprolol 7 veces 25-100 ng/ml
Oxprenolol 5-10 veces 80-100 ng/ml
Penbutolol 10-20 ng/ml
Pindolol 4 veces 4,5-100 ng/ml
Propranolol 20 veces 20-1.000 ng/ml
Sotalol 4 veces 0,5-4 µg/ml
Timolol — 5-15 ng/ml
272 Farmacología humana
minuyendo la liberación de ácidos grasos libres. El trata-
miento crónico con b-bloqueantes eleva las concentra-
ciones plasmáticas de triglicéridos y reduce las de lipo-
proteínas de alta densidad (HDL). El mecanismo no es
bien conocido. Por todos estos motivos se comprende el
deseo de recurrir en muchas ocasiones a los bloqueantes
selectivos b1.
Como es lógico, algunos de estos efectos secundarios
quedan compensados cuando al bloqueo b se añade el a,
caso del labetalol y el carvedilol: a) queda anulado el au-
mento de resistencia periférica vascular, b) se compensa
la reacción hipoglucémica y c) no se aprecian cambios en
las lipoproteínas plasmáticas.
6.2. Con independencia del bloqueo
b-adrenérgico periférico
En el SNC existen receptores b1 y b2 ampliamente dis-
tribuidos por muy diversas regiones. Aunque su función
no es bien conocida, no debe extrañar que los b-blo-
queantes produzcan algunos efectos centrales. Predo-
minan: a) las alteraciones del sueño, con cambios en el
patrón nocturno, pesadillas y sueños vívidos; b) el can-
sancio, y c) la depresión. Estas alteraciones guardan re-
lación con la lipofilia del fármaco y con su capacidad para
atravesar la barrera hematoencefálica (tabla 16-4), por lo
que, si aparecen en un enfermo determinado, se puede
intentar evitarlas cambiando el producto. La frecuencia
de estas alteraciones es inferior a la de otros antihiper-
tensores de acción central.
Muy poco frecuentes son la disminución de la erección
y la impotencia, las alteraciones gastrointestinales y las
erupciones cutáneas.
El empleo de practolol —ya retirado del mercado—
provocó un síndrome oculomucocutáneo con reacciones
específicas que no parecen reproducir otros b-bloquean-
tes. En ocasiones se observan con diversos b-bloqueantes
lesiones dérmicas, psoriasiformes o liquenoides, que de-
saparecen al cambiar de b-bloqueante. El acebutolol pro-
voca un aumento de anticuerpos antinucleares.
6.3. Síndrome de retirada o abstinencia
La supresión brusca de b-bloqueantes en enfermos con
insuficiencia coronaria grave ha producido, en unos pocos
casos, dolor precordial, arritmias, infarto de miocardio e
incluso muerte. La causa puede ser un estado de hiperac-
tividad simpática debido a una hipersensibilidad por au-
mento del número de b-adrenoceptores producido por el
bloqueo sostenido. Este fenómeno ha sido descrito para
el propranolol y metoprolol, pero no para el pindolol. A
ello pueden sumarse otros factores: agravamiento progre-
sivo de la enfermedad y mantenimiento de la actividad
física en un organismo que ha dejado de estar protegido
por el b-bloqueante. Por lo tanto, en casos de insuficien-
cia coronaria se recomienda suspender la medicación
progresivamente, manteniendo al enfermo en reposo.
7. Interacciones
7.1. De carácter farmacocinético
Se aprecian especialmente con los b-bloqueantes que
muestran un fenómeno de primer paso elevado: propra-
nolol, alprenolol, metoprolol, labetalol y carvedilol. Los
inductores enzimáticos rifampicina y pentobarbital re-
ducen su biodisponibilidad, mientras que el inhibidor en-
zimático cimetidina la aumenta. La reducción de flujo he-
pático de origen farmacológico o por causas patológicas
disminuye el metabolismo de los b-bloqueantes y de otros
fármacos con alta fracción de extracción; quizá por ello
la administración de los propios b-bloqueantes, al dis-
minuir el gasto cardíaco, reduce el metabolismo y au-
menta los niveles plasmáticos de propranolol, lidocaína
y clorpromazina.
7.2. De carácter farmacodinámico
Dada la variedad de efectos y aplicaciones terapéuti-
cas de los b-bloqueantes, se aprecian abundantes inter-
acciones farmacodinámicas, que unas veces se utilizan
con fines terapéuticos, pero que otras pueden constituir
reacciones adversas. Su eficacia hipotensora es poten-
ciada por los vasodilatadores, los diuréticosy los anta-
gonistas del calcio. Los antiarrítmicos, en especial los an-
tagonistas del calcio, presentan efectos aditivos sobre el
sistema de conducción miocárdico, pudiendo aparecer
bloqueo AV con bradicardia e hipotensión o incluso asis-
tolia.
El bloqueo b-adrenérgico puede incrementar la acción
vasoconstrictora e hipertensora de los a-simpaticomimé-
ticos fenilefrina y fenilpropranolamina, incluidas a veces
en fórmulas anticatarrales y antigripales, así como po-
tenciar la respuesta hipertensora que aparece al sus-
pender bruscamente el hipotensor clonidina. Algunos
antiinflamatorios no esteroideos (p. ej., indometacina)
pueden reducir el efecto antihipertensor de los b-blo-
queantes.
8. Aplicaciones terapéuticas
El espectro de aplicaciones terapéuticas de los b-blo-
queantes es muy extenso y su eficacia grande y bien do-
cumentada, por lo que la utilización ha de ser amplia.
a) En la cardiopatía isquémica (v. cap. 40). Su uso
puede estar indicado tanto en la angina estable como en
la inestable, o en el infarto agudo de miocardio.
b) En la hipertensión arterial (v. cap. 39).
c) En la insuficiencia cardíaca congestiva (v. cap. 36).
El bloqueo b-adrenérgico, considerado hasta época muy
reciente un tratamiento experimental para la insuficien-
cia cardíaca congestiva, constituye hoy una estrategia te-
rapéutica consolidada a partir de los concluyentes resul-
tados obtenidos con carvedilol. Se ha demostrado cómo
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 273
el tratamiento coadyuvante con carvedilol en pacientes
con insuficiencia cardíaca congestiva que reciben trata-
miento de base con digoxina, inhibidores de la enzima de
conversión de la angiotensina (IECA) y diuréticos reduce
de manera significativa la morbimortalidad. Esta apa-
rente paradoja podría explicarse por la demostrada hi-
peractividad adrenérgica presente en las distintas formas
de insuficiencia cardíaca congestiva que actuaría desen-
sibilizando los receptores b y perpetuando el cuadro. El
bloqueo a y b-adrenérgico con carvedilol interferiría en
la progresión de la enfermedad.
d) En las arritmias cardíacas (v. cap. 38).
e) En la miocardiopatía obstructiva. Enlentecen la
eyección ventricular y reducen la resistencia a la expul-
sión.
f) En el glaucoma de ángulo abierto. La administra-
ción tópica de b-bloqueantes es el tratamiento médico
preferente. Estos agentes reducen la presión intraocular
y en consecuencia previenen la lesión del nervio óptico y
la pérdida de agudeza visual. Los b-bloqueantes admi-
nistrados por vía tópica son, por lo general, bien tolera-
dos, aunque por la existencia de absorción sistémica pue-
den afectar de forma adversa la función cardiovascular y
broncopulmonar en pacientes susceptibles. Existen pre-
parados para administración tópica de timolol, betaxolol,
levanolol, metipranolol y carteolol. El timolol ha sido el
más empleado aunque el mejor perfil de tolerancia sisté-
mica del carteolol por su carácter de agonista parcial ha-
cen de éste una mejor alternativa. Las molestias locales
que experimentan algunos pacientes tras la administra-
ción del bloqueante selectivo b1-adrenérgico betaxolol li-
mita su uso.
g) En el hipertiroidismo. Existen manifestaciones de
hiperactividad adrenérgica, debidas en parte al aumento
en el número de b-adrenoceptores que produce la hor-
mona tiroidea. Los b-bloqueantes ayudan a controlar las
manifestaciones cardiovasculares de las crisis hipertiroi-
deas (v. cap. 53).
h) En enfermedades neurológicas. Son útiles como
profilácticos para reducir la intensidad y la frecuencia de
las crisis de jaqueca; el mecanismo no es bien conocido,
pero puede estar en relación con modificaciones en la re-
accionabilidad de la pared vascular (v. cap. 19). En el tem-
blor de intención, en que participan efectos periféricos y
centrales (v. cap. 30, IV). En ciertas discinesias provoca-
das por neurolépticos, como la acatisia y el temblor re-
sistente a anticolinérgicos.
i) En enfermedades neuropsiquiátricas. El bloqueo
b-adrenérgico es efectivo en el control de las manifes-
taciones vegetativas que aparecen en las situaciones ge-
neradoras de ansiedad. Así, en la ansiedad patológica
reducen los síntomas vegetativos, suponiéndose que la
mejoría en la sintomatología psíquica es secundaria a este
control de las manifestaciones periféricas. Con indepen-
dencia del mecanismo de acción, el bloqueo b-adrenér-
gico constituye una alternativa válida para el tratamiento
de ciertos cuadros de ansiedad crónica. Se ha apreciado
su utilidad para aplacar algunas reacciones de agitación
y agresión en casos de esquizofrenia y de porfiria aguda.
Estos fármacos también pueden ser de utilidad en el
tratamiento sintomático del alcoholismo (síndrome de
abstinencia).
III. MODIFICADORES
DE LA TRANSMISIÓN
NORADRENÉRGICA
Los complejos mecanismos que intervienen en la síntesis, el meta-
bolismo y la liberación de noradrenalina (v. cap. 15) son asequibles a
manipulaciones múltiples, mediante fármacos que actúan de manera
bastante selectiva. Algunos de ellos sólo tienen valor heurístico, por su
toxicidad, pero otros son ampliamente utilizados en clínica. A conti-
nuación sólo se expondrá una visión resumida de sus mecanismos, de-
jando para los respectivos capítulos el análisis pormenorizado de sus
propiedades farmacológicas.
1. Inhibidores de la síntesis de noradrenalina
La síntesis puede ser alterada en cualquiera de las reacciones enzi-
máticas, si bien la repercusión varía según las características cinéticas
de cada reacción.
1.1. Inhibición de la tirosina-hidroxilasa
Por ser una enzima limitante de la velocidad de síntesis, su inhibi-
ción resulta eficaz para deplecionar el contenido de catecolaminas. El
fármaco más característico es la a-metiltirosina que, a la dosis clínica
utilizable, consigue depleciones del 50-80 % de noradrenalina y dopa-
mina. No suele afectar la función simpática que regula la presión arte-
rial. Atraviesa la barrera hematoencefálica.
Se utiliza en el control médico preoperatorio del feocromocitoma y
en el tratamiento sintomático de los casos inoperables; la dosis inicial
es de 250 mg, 4 veces al día, pero se puede incrementar en 250-500 mg/día
hasta llegar a los 4 g/día, bajo control de la presión arterial y de la eli-
minación urinaria de catecolaminas y sus metabolitos, que habitual-
mente se reducen el 70-80 %. Se ha ensayado también en el tratamiento
de la drogadicción, basándose en su capacidad de deplecionar las cate-
colaminas de los sistemas que favorecen la autoestimulación cerebral,
pero los resultados no son concluyentes.
Las reacciones adversas son abundantes. Destaca la cristaluria, que
exige la ingestión de 2 l diarios de líquido para que la diuresis sea co-
piosa; puede producir con frecuencia sedación y somnolencia. Otros
efectos son: temblor de manos, cierre de mandíbulas (tipo trismus), ga-
lactorrea, disuria, congestión nasal y diarrea. Potencia los efectos de los
antipsicóticos.
1.2. Inhibidores de la L-aminoácido
aromático-descarboxilasa
(dopa-descarboxilasa)
a-Metildopa. A la vez que inhibe la enzima, se convierte a sí misma
en los falsos neurotransmisores a-metildopamina, a-metilnoradrena-
lina y a-metiladrenalina. Se estudia en el capítulo 39.
Carbidopa y benserazida. Se utilizan para inhibir la síntesis de do-
pamina a partir de levodopa a nivel periférico, ya que no atraviesan la
barrera hematoencefálica. Se emplean para incrementar la eficacia de
la levodopa en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson (v. ca-
pítulo 30).
274 Farmacología humana
1.3. Inhibidores de la dopamina-b-hidroxilasa
Ácido fusárico, 3-fenilpropargilamina y disulfiram. Aunque son de
gran utilidad en experimentación animal, no han llegado a tener apli-
cación clínica como inhibidores de esta enzima. El disulfiram se utiliza
en el tratamiento del alcoholismo como inhibidor del metabolismo del
etanol.
2. Inhibidores de la acción del impulso nervioso
sobre la liberación de noradrenalina
Los principales compuestos son: guanetidina, betanidina, debriso-
quinay bretilio. Penetran en la terminación adrenérgica periférica uti-
lizando el mismo sistema de transporte que el propio neurotransmisor
y quedan almacenados en la terminación adrenérgica. Su acción inicial
y más selectiva interfiere o inhibe el proceso por el que el impulso ner-
vioso y los simpaticomiméticos indirectos (tiramina y anfetamina) ge-
neran la liberación de noradrenalina. Adicionalmente pueden despla-
zar a la noradrenalina, saliendo una parte en forma activa y otra después
de metabolización por la MAO. A la larga aparece un fenómeno de hi-
persensibilidad adrenérgica similar al producido por la sección de fibras
posganglionares adrenérgicas. El transporte de la guanetidina y sus con-
géneres en la terminación adrenérgica es bloqueado por los inhibido-
res de la captación de noradrenalina (v. más adelante). El bretilio, por
su capacidad de incrementar el período refractario de las fibras mio-
cárdicas, es un fármaco de interés para el tratamiento de arritmias ven-
triculares malignas. Las acciones farmacológicas de estos fármacos se
describen en el capítulo 39.
3. Inhibidores del almacenamiento
de noradrenalina
Los principales compuestos son la reserpina y sus derivados deser-
pidina y tetrabenazina, la guanetidina y la 6-hidroxidopamina.
La reserpina penetra en las terminaciones adrenérgicas, tanto en el
sistema nervioso periférico como central, y en las células cromafines.
Altera la membrana de los gránulos, incapacitándolos para captar la
dopamina y convertirla en noradrenalina; las aminas son metabolizadas
intraneuronalmente por la MAO, eliminándose los metabolitos de
forma inactiva. De este modo, las células quedan deplecionadas del
transmisor. La reserpina penetra también en las terminaciones dopa-
minérgicas y serotonérgicas deplecionando sus respectivos neuro-
transmisores. La tetrabenazina actúa de modo similar, pero su acción
se limita al SNC. Las propiedades farmacológicas se describen en los
capítulos 30 y 39.
La guanetidina no atraviesa la barrera hematoencefálica; además de
su acción descrita (v. III, 2), depleciona la terminación de noradrena-
lina, si bien parte de ella sale en forma activa. Sus propiedades se des-
criben en el capítulo 39.
La 6-hidroxidopamina depleciona los neurotransmisores como con-
secuencia de su acción tóxica.
4. Fármacos que destruyen la terminación
noradrenérgica
El principal compuesto es la 6-hidroxidopamina. Penetra en la ter-
minación catecolaminérgica por el sistema de transporte común de las
monoaminas y libera inicialmente parte de la noradrenalina. Dentro de
la terminación lesiona y destruye la terminación más distal, respetando
el resto de la neurona. La regeneración puede tardar varias semanas en
aparecer. La capacidad lesiva parece deberse a la fuerte acción oxidante
de sus metabolitos. No pasa la barrera hematoencefálica, por lo que su
administración parenteral sólo lesiona las terminaciones noradrenérgi-
cas periféricas. Si se administra en los ventrículos cerebrales, destruye
terminaciones noradrenérgicas y dopaminérgicas del SNC. La neuro-
toxina DSP-4 muestra selectividad por las terminaciones noradrenér-
gicas y atraviesa la barrera hematoencefálica.
5. Fármacos que producen acumulación
de falso transmisor
El principal compuesto con aplicación terapéutica es la a-metil-
dopa que penetra en la terminación; al tiempo que inhibe la dopa-des-
carboxilasa, se convierte en a-metildopamina y a-metilnoradrenalina.
Los falsos neurotransmisores terminan por sustituir a la noradrena-
lina, son liberados por el impulso nervioso e imponen sus acciones a
nivel de receptor de acuerdo con sus características de afinidad y ac-
tividad intrínseca. La a-metilnoradrenalina es un agonista de los
a2-adrenoceptores con una potencia equiparable a la de la noradrena-
lina (v. cap. 39).
Otros compuestos son: la tiramina, que se convierte en octopamina,
y la a-metil-m-tirosina, que se convierte a a-metil-m-tiramina y meta-
raminol.
6. Fármacos que impiden la recaptación
del transmisor en la membrana sináptica
Los principales compuestos que inhiben la recaptación de tipo 1 son
la cocaína, la imipramina y otros compuestos tricíclicos, y la anfetamina.
Como inhibidores irreversibles de este sistema de transporte neuronal
destacan la DSP-4 y la xilamina. La corticosterona, la 3-metilisoprena-
lina y la fenoxibenzamina inhiben la recaptación de tipo 2. Los prime-
ros actúan en la membrana presináptica de la terminación noradre-
nérgica, donde se fijan a un transportador específico. De este modo
interfieren en el mecanismo de transporte o recaptación activa y aumen-
tan el número de moléculas de transmisor capaces de interactuar sobre
receptores específicos. Las consecuencias de este aumento no son uni-
valentes: a corto plazo pueden incrementar la respuesta de la célula
efectora por activación de un mayor número de receptores, pero a largo
plazo pueden provocar un proceso de desensibilización con disminu-
ción de la respuesta (v. cap. 3) en uno o más de los tipos y subtipos de
receptores adrenérgicos. Este mecanismo será abordado en los capí-
tulos 32 y 33.
Al tiempo que inhiben la recaptación del neurotransmisor endó-
geno, ejercen el mismo efecto sobre cualquier otro compuesto exógeno
que utilice el mismo sistema de transporte (tiramina, guanetidina, etc.).
Si el compuesto exógeno actúa por activación directa de receptores post-
sinápticos, sus efectos se verán potenciados; pero si para actuar nece-
sita penetrar en la terminación adrenérgica, sus efectos resultarán in-
hibidos.
Es frecuente que los fármacos que inhiben la recaptación de tipo 1
de la noradrenalina también inhiban la recaptación de otros neuro-
transmisores, como la serotonina (v. cap. 19) y la dopamina.
7. Fármacos que interfieren en la destrucción
del neurotransmisor
Los inhibidores de la MAO, como la tranilcipromina, la moclobe-
mida (MAO A) y la selegilina (MAO B) incrementan la actividad nor-
adrenérgica y dopaminérgica endógenas y exógenas (v. caps. 30 y 32).
Los principales compuestos que inhiben la COMT son el pirogalol, el
RO410960, la entacapona y la tolcapona; los dos últimos se emplean
para inhibir la transformación de L-dopa en 3-O-metildopa (v. cap. 30).
8. Fármácos que favorecen la liberación
de noradrenalina
Pueden hacerlo de tres maneras:
a) Penetrando en la terminación noradrenérgica y provocando la
liberación del neurotransmisor, sin que éste sea previamente metabo-
lizado por la MAO; de este modo la respuesta será de carácter adre-
nérgico. A diferencia de la liberación generada por el impulso nervioso,
16. Fármacos que modifican la actividad simpática 275
no requiere Ca2+. A este grupo pertenecen los denominados adrenér-
gicos de acción indirecta: tiramina, anfetamina y efedrina (v. cap. 15). 
b) Bloqueando los a2-adrenoceptores e inhibiendo de este modo
los mecanismos de autoinhibición y heteroinhibición de la liberación
descritos en el capítulo 12.
c) Determinados compuestos son capaces de situarse en la mem-
brana de la terminación adrenérgica y actuar a modo de ionóforos o ca-
nales que facilitan la penetración de Ca2+ y la siguiente liberación de
noradrenalina. Entre ellos se encuentran los antibióticos lasocid y el
A23187.
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(supl 6): 6-19.
	Índ. Capítulos
	Índ. Alfabético
	Fármacos que modifican la actividad sim-pática
	I. ANTAGONISTAS DE LOS alfa-ADRENOCEPTORES
	A. CONCEPTOS GENERALES
	1. Concepto, mecanismo de acción y clasificación
	2. Consecuencias generales del bloqueo alfa 1
	2.1. Efectos cardiovasculares
	2.2. Otros efectos
	3. Consecuencias generales del bloqueo alfa 2
	B. ACCIONES ESPECÍFICAS DE LOS PRINCIPALES alfa-BLOQUEANTES
	1. Quinazolinas
	2. Imidazolinas
	3. Derivados ergóticos 
	3.1. Características químicas
	3.2. Características generales
	3.3. Ergotamina y dihidroergotamina
	3.4. Otros ergóticos
	4. Varios
	5. Antagonistas irreversibles
	6. Alfa 1 y beta-bloqueantes
	7. Aplicaciones terapéuticas de los antagonistas alfa 1
	8. Aplicaciones potenciales de los antagonistas alfa 2
	II. ANTAGONISTAS DE LOS beta-ADRENOCEPTORES 
	1. Concepto y mecanismo de acción
	2. Características químicas y clasificación
	3. Consecuencias generales de la acción beta-bloqueante
	3.1. Efectos cardiovasculares
	3.2. Efectos bronquial y uterino
	3.3. Efectos metabólicos y hormonales
	3.4. Efectos sobre la función renal
	3.5. Otras acciones farmacológicas
	4. Propiedades farmacodinámicas de los antagonistas beta-adrenérgicos
	4.1. Beta-bloqueantes inespecíficos
	4.2. Beta-bloqueantes con actividad agonista parcial
	4.3. Beta-bloqueantes selectivos
	4.4. Beta-bloqueantes selectivos con actividad agonista
	5. Características farmacocinéticas de los antagonistas beta-adrenérgicos 
	5.1. Absorción y biodisponibilidad
	5.2. Distribución y eliminación
	6. Reacciones adversas y toxicidad 
	6.1. En relación con el bloqueo beta-adrenérgico periférico
	6.2. Con independencia del bloqueo beta-adrenérgico periférico
	6.3. Síndrome de retirada o abstinencia
	7. Interacciones 
	7.1. De carácter farmacocinético
	7.2. De carácter farmacodinámico
	8. Aplicaciones terapéuticas
	III. MODIFICADORES DE LA TRANSMISIÓN NORADRENÉRGICA
	1. Inhibidores de la síntesis de noradrenalina
	1.1. Inhibición de la tirosina- hidroxilasa
	1.2. Inhibidores de la L-aminoácido aromático- descarboxilasa (dopa- descarboxilasa)
	1.3. Inhibidores de la dopamina-beta-hidroxilasa
	2. Inhibidores de la acción del impulso nervioso sobre la liberación de noradrenalina
	3. Inhibidores del almacenamiento de noradrenalina
	4. Fármacos que destruyen la terminación noradrenérgica
	5. Fármacos que producen acumulación de falso transmisor
	6. Fármacos que impiden la recaptación del transmisor en la membrana sináptica
	7. Fármacos que interfieren en la destrucción del neurotransmisor
	8. Fármacos que favorecen la liberación de noradrenalina

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