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I. EL GEN COMO FÁRMACO A. CONCEPTOS GENERALES Durante las dos últimas décadas se han producido enor- mes avances en el área de la biología molecular. Es muy probable que al final de esta década se haya secuenciado la mayor parte del genoma humano, generando una nueva base de datos sobre la cual se apoyará la medicina del fu- turo. Paralelamente, se están descubriendo y analizando con detalle los mecanismos moleculares y celulares de ac- tuación de multitud de productos génicos cuya alteración produce diferentes enfermedades. Ello, junto con avances técnicos, como la obtención de modelos animales transgé- nicos y knockout1 para determinadas enfermedades, está revolucionando no sólo el área del diagnóstico sino tam- bién el desarrollo de diversas formas de tratamiento. Como consecuencia, se está dando prioridad a la puesta a punto de nuevas modalidades terapéuticas encaminadas a com- plementar los métodos farmacológicos tradicionales para lograr tratamientos más efectivos. La terapia génica es una nueva forma de medicina mo- lecular que tendrá un enorme impacto en el área de la sa- lud humana durante el próximo siglo. De forma genérica, la terapia génica se puede definir como la introducción de un gen en determinadas células o tejidos con el fin de que su expresión pueda corregir la deficiencia causada por la pérdida o alteración de un producto génico esen- cial. En este sentido, la terapia génica se puede incluir dentro de un concepto más general: la transferencia gé- nica, en la cual es posible que el propósito del gen trans- ferido no sea el beneficio terapéutico, sino el estudio o análisis biológico de las células a las que se transfiere. Actualmente, los ensayos de terapia génica se realizan solamente en células somáticas, que comprenden todos 1 Se denominan animales «transgénicos» a aquellos generados por introduc- ción al azar de secuencias de ADN recombinante en su línea germinal. Dichas se- cuencias se transmiten y expresan en los descendientes del animal manipulado obedeciendo las leyes mendelianas. Los animales knockout se producen al intro- ducir mutaciones en regiones definidas del ADN de su línea germinal mediante recombinación homóloga. Dicho procedimiento anula o altera la expresión de los productos génicos provenientes de genes localizados en las regiones mutadas. 76 Terapia génica J. M. Arán los tipos celulares, excepto esperma, óvulos y sus precur- sores. La alteración genética de células somáticas afecta sólo al paciente que se está tratando. Por el contrario, la modificación de las células germinales afectaría a todos los descendientes del paciente en tratamiento, con todas las consecuencias éticas y morales que ello conlleva. Se han explorado diferentes tejidos somáticos para ensa- yos de terapia génica, como médula ósea, fibroblastos, músculo, piel, hígado, cerebro, etc. (fig. 76-1). La elección del tejido depende fundamentalmente de la enfermedad que debe corregirse. Asimismo hay que diferenciar entre terapia génica ex vivo, en la que las células que deben modificarse son ex- traídas del paciente, manipuladas genéticamente y de- vueltas a su propio organismo, y terapia génica in vivo, en la que las células son corregidas in situ, mediante téc- nicas esencialmente no invasivas. La terapia génica ex vivo es un procedimiento complicado de aplicación limi- tada a un pequeño número de pacientes y sólo podrá realizarse si la reimplantación del tejido somático modi- ficado es factible. Aunque todavía se encuentra en sus fa- ses iniciales de desarrollo, la terapia génica in vivo, se- mejante a los tratamientos farmacológicos actuales, es la que alberga mayores posibilidades para el futuro. B. BIOMOLÉCULAS TERAPÉUTICAS El principal requisito para el desarrollo de terapias gé- nicas es la identificación y caracterización de secuencias nucleotídicas que podrían estar directa o indirectamente implicadas en procesos patológicos. Ello incluye tanto ge- nes para el tratamiento de enfermedades genéticas espe- cíficas, como secuencias utilizadas para conferir nuevas propiedades a células, para el tratamiento de enferme- dades adquiridas y del cáncer. 1. Secuencias codificadoras de proteínas Las biomoléculas más utilizadas para terapia génica son copias de ADN complementario obtenidas a partir de ARN mensajeros. Éstos, a su vez, provienen de genes que codifican proteínas de interés terapéutico. Las copias 1273 1274 Farmacología humana de ADN complementario se insertan dentro de vectores, que son elementos genéticos que facilitan la transferen- cia y la expresión de secuencias eucariotas a las células diana. También se usan los llamados minigenes, genes normales a los que se les ha eliminado todos sus intrones (secuencias no codificadoras), pero conservan tanto el Tejidos diana, enfermedades y vectores utilizados Fibrosis quística, enfisema familiar y cáncer de pulmón Vectores adenovíricos, retrovíricos, basados en el adenovirus asociado y liposomas Cáncer Vectores retrovíricos Otros órganos Cáncer y enfermedades genéticas como hipercolesterolemia Vectores retrovíricos y adenovíricos Células hemopoyéticas Cáncer, sida y enfermedades genéticas Vectores retrovíricos Músculo Inmunización ADN purificado Sistema vascular Reestenosis y aterosclerosis Vectores adenovíricos, retrovíricos y liposomas Vías respiratorias Sistema nervioso central Fig. 76-1. El cuerpo humano como diana para tratamientos de t el tratamiento potencial de cualquier tipo de enfermedad human res y enfermedades infecciosas) mediante modificación genética ferme promotor, como la señal de terminación de la transcrip- ción y otros elementos controladores de la actividad gé- nica. Ocasionalmente se pueden utilizar incluso largas secuencias de ADN genómico que contienen un gen com- pleto, incluyendo zonas reguladoras, exones (secuencias codificadoras) e intrones. Rutas potenciales de administración Intracerebral Intranasal Intrapulmonar Subcutánea Intrahepática Intravenosa Intraperitoneal Intratumoral Intramuscular erapia génica. La amplia definición de terapia génica comprende a (enfermedades genéticas, cáncer, enfermedades cardiovascula- de células del organismo con el fin de prevenir o eliminar la en- dad. 76. Terapia génica 1275 2. Sondas antisentido La tecnología de las sondas antisentido se basa en la uti- lización de oligodesoxinucleótidos (ODN) de pequeño ta- maño para inhibir la expresión génica. La inhibición de la expresión tiene lugar por hibridación de los ODN anti- sentido a la cadena complementaria codificadora de ARN en el interior de la célula. A la interacción entre la sonda antisentido y el ARN se aplican las reglas de apareamiento de bases de Watson-Crick, lo cual permite diseñar ODN dirigidos a cualquier gen de interés. En teoría, una sonda antisentido de 15 nucleótidos de longitud tiene suficiente especificidad para interaccionar con un determinado gen dentro del genoma humano completo. Debido principal- mente a su reducido tamaño, las sondas antisentido suelen sintetizarse químicamente y se administran como un fár- maco convencional, aunque también se ha examinado su expresión in vivo mediante vectores víricos o plásmidos. De forma análoga a lo que sucede con los fármacos, los ODN antisentido tienen que superar una serie de obs- táculos para alcanzar su diana sin perder potencia. Ini- cialmente tienen que atravesar membranas celulares para alcanzar el citoplasma o el núcleo. Una vez dentro de la célula, han de mostrarse resistentes a la degradación por nucleasas. Finalmente, tienen que ser capaces de unirse específicamente y con gran afinidad al ARN diana para inhibir su expresión. Para superar estas barreras, se están estudiando modificaciones químicas en la estructura de los ODN con el fin de aumentar su actividad biológica. La primera generación de modificaciones en la cadena de ODN con resultados positivos fue el cambio de los enla- ces fosfodiéster de la cadena por enlaces fosforotioato o metilfosfonato. Ello representó un incremento en esta- bilidad,pero no en afinidad. Sin embargo, avances re- cientes en la química de los desoxinucleótidos modifica- dos están produciendo nuevos análogos con las deseadas propiedades de estabilidad, afinidad y permeación para su uso terapéutico. Actualmente se está evaluando el potencial de la tec- nología antisentido para el tratamiento del cáncer o para la supresión de determinados elementos endógenos: re- ceptores de mediadores celulares (p. ej., de neurotrans- misores), enzimas, etc. Resultados satisfactorios obteni- dos en modelos animales han permitido iniciar ensayos clínicos con ODN antisentido dirigidos contra el oncogén c-myb para eliminar las células tumorales presentes en la médula ósea de pacientes con leucemia mieloide crónica. Asimismo, existen ensayos clínicos que utilizan sondas antisentido para inhibir la expresión de importantes on- cogenes, como K-ras, c-fos y c-myc, en varias neoplasias como el melanoma, el carcinoma de pulmón, el cáncer de mama, etc. Los ODN antisentido se han explorado también como agentes antivirales. Los retrovirus, como el virus del sida, son susceptibles a dicho tratamiento, que pretende evitar la transcripción inversa de su ARN genómico, o la tra- ducción de ARN mensajeros codificadores de proteínas virales, todo ello con el fin de prevenir los procesos de in- fección o de replicación vírica. Estudios in vitro con lí- neas celulares de linfocitos T han posibilitado el inicio de ensayos clínicos que utilizan sondas antisentido dirigidas contra diferentes secuencias reguladoras, estructurales y funcionales del virus del sida. Finalmente, se están iniciando ensayos preclínicos que emplean ODN antisentido para el tratamiento de neuro- patías, como la gliosis astrocítica, para la que se han di- señado sondas antisentido dirigidas contra secuencias co- dificadoras de la proteína glial fibrilar ácida (GFAP), que se encuentra sobreexpresada. 3. ADN triplex Se denomina ADN triplex a la asociación colineal de tres cadenas de ODN. Ello se produce cuando una ca- dena de ODN se une a la hendidura o canal ancho de una doble hélice de ADN. La tecnología del ADN triplex, paralelamente a la de las sondas antisentido, tiene un gran potencial terapéu- tico como modulador génico. La unión de un ODN for- mador de ADN triplex a un gen diana puede bloquear la transcripción del ARN, lo cual anularía su expresión. La diferencia de dicha técnica con las sondas antisentido ra- dica en que en el primer caso el ODN se une directamente al gen en lugar de unirse a su ARN mensajero. Como el ADN triplex actúa a nivel transcripcional, en teoría sólo son necesarias unas pocas moléculas de ODN para pro- ducir un efecto inhibidor. El ODN formador de ADN triplex puede componerse de polipurinas o polipirimidinas y se une a la cadena rica en purinas de la doble hélice mediante puentes de hidró- geno. La especificidad de unión resulta de la comple- mentariedad de secuencia entre la región polipurínica de una de las hélices de ADN y el ODN formador de triplex. Se han de superar varias limitaciones antes que se pueda aplicar dicha tecnología para terapia génica. Ac- tualmente, las regiones idóneas para la formación de ADN triplex tienen que ser homopurínicas en una de las cadenas. Al igual que para las sondas antisentido, la afi- nidad de unión y estabilidad de los ODN formadores de triplex son factores importantes para determinar su efi- cacia. Además, la unión de los ODN a sus regiones diana es transitoria, por lo cual la inhibición del gen diana es temporal. Sin embargo, se han realizado con éxito estu- dios experimentales preliminares, como la inhibición de la expresión del oncogén HER-2/neu por formación de un triplex dentro de una región polipurínica situada en su promotor. Se ha propuesto también a los ODN forma- dores de triplex como candidatos para la inhibición de la expresión del virus del sida. 4. Ribozimas Los ribozimas son moléculas de ARN con capacidad de catalizar la escisión específica de otras moléculas de 1276 Farmacología humana ARN. La especificidad de secuencia del ribozima se de- termina por su capacidad para aparearse o hibridarse con nucleótidos complementarios de la molécula de ARN diana cerca del sitio de escisión. Dicha escisión produce un ARN mensajero incompleto e inestable, lo cual inhibe la expresión proteica. En teoría, los ribozimas se pueden sintetizar o mani- pular para actuar sobre cualquier molécula de ARN com- prendida en el conjunto del ARN celular. Por lo tanto, cualquier ARN mensajero que codifique una proteína asociada a una determinada enfermedad puede escin- dirse selectivamente mediante ribozimas expresados a partir de un vector de transferencia génica adecuado. De- bido a su flexibilidad de diseño y su extraordinaria espe- cificidad de secuencia, los ribozimas llamados hammer- head y hairpin podrían resultar muy útiles como agentes terapéuticos. Los ribozimas tienen varias ventajas respecto a las pro- teínas cuando se considera su uso en aplicaciones de te- rapia génica: a) el ARN es menos susceptible a provocar una respuesta inmunitaria que la expresión de una pro- teína exógena o modificada; b) los ribozimas son molé- culas de pequeño tamaño, lo que facilita su inclusión en los vectores utilizados para terapia génica, y c) en un único vector se pueden insertar incluso varios ribozimas dirigi- dos contra diferentes regiones de una molécula de ARN mensajero, o contra diferentes moléculas de ARN men- sajero, lo cual puede ser útil para actuar sobre los distin- tos dominios de un genoma viral (con el fin de contra- rrestar mutaciones en dicho genoma, que supriman el efecto terapéutico de un solo ribozima), o sobre múlti- ples mediadores de un determinado estado patológico. Sin embargo, existen también varios obstáculos en di- cha tecnología que hay que resolver antes que pueda apli- carse con garantías de éxito. Para suministrar los ribozi- mas a partir de vehículos de expresión hay que diseñar las unidades de transcripción con el fin de que se sinteti- cen las moléculas de ribozima en cantidad suficiente para Tabla 76-1. Propiedades de los siste Vectores víricos Herpes Características Retrovíricos Adenovíricos simple Capacidad máxima (kb) 8 kb 7-8 kb 25-30 kb Título (log10 [células 6-7 8-11 6-8 transducidas/ml]) Integración Sí No No Transmisión a células No Sí Sí quiescentes Expresión estable Sí Transitoria Transitoria Expresión de proteínas No Sí Sí víricas Administración in vivo Rara Sí Sí producir el efecto inhibidor deseado. Asimismo, los ri- bozimas deben elegirse de manera que hibriden una re- gión accesible de ARN mensajero y el ribozima expre- sado debe mantener capacidad catalítica suficiente para escindir el ARN mensajero antes que éste sea traducido. Muy recientemente se ha indicado una nueva aplicación para introducir nuevas funciones o corregir defectos en un gen determinado a partir de la capacidad de corte y empalme o splicing de los ribozimas. C. ESTRATEGIAS Y MÉTODOS DE TRANSFERENCIA GÉNICA Cuando se ha aislado y caracterizado un gen asociado a una enfermedad concreta, se puede iniciar el estudio y desarrollo de métodos terapéuticos que permitan la ad- ministración segura y eficaz de su secuencia nucleotídica a las células afectadas. Para lograr introducir y expresar los genes en las células o tejidos diana se ha desarrollado una gran variedad de vehículos de transferencia o vecto- res. Actualmente, no existe ningún vector de terapia gé- nica que resulte idóneo para todas las enfermedades. Ca- da vector tiene sus ventajas e inconvenientes, por lo que la elección de un determinado vector dependerá de las características propias del tejido y de la enfermedad que deba tratarse, de si la terapia génica es ex vivo o in vivo, y de que la expresión del producto génico pueda ser tran- sitoria o haya de ser permanente. Los vectores víricos son muy útiles para alcanzar niveles terapéuticos del pro- ducto génico deseado. Asimismo, métodos físicos y quí- micos de transferencia génica muy diversos, como la in- yección directa deADN, complejos lípido-ADN, etc., pueden resultar adecuados si la expresión del gen tera- péutico es suficiente durante un período transitorio (ta- bla 76-1). Aunque el ADN puede ser transferido eficientemente de forma transitoria, la proporción de células capaces de mas actuales de transferencia génica Vectores no víricos Conjugados ADN Adenoasociados moleculares purificado Liposomas 4,5 kb No restrin- No restrin- No restrin- gido gido gido 8-10 — — — Sí, pero con baja Rara Rara Rara frecuencia Sí Sí Sí Sí ? Transitoria Transitoria Transitoria Sí No No No Sí ? Sí Sí 76. Terapia génica 1277 retener las secuencias transferidas de manera estable y permanente es extremadamente baja (0,1-0,01 %), con independencia del sistema de transferencia génica em- pleado, excepto en la transferencia mediada por vectores retrovíricos que puede ser extraordinariamente eficiente (100 %) para algunos tipos celulares. Por lo tanto, es ne- cesario emplear métodos para identificar, aislar y hacer crecer las pocas células que se han transferido satisfacto- riamente dentro de la población celular tratada. Si el gen transferido expresa un fenotipo dominante (proteína de membrana, oncogén, etc.), es posible aislar las células transferidas directamente. Sin embargo, la mayoría de los genes presenta un fenotipo no dominante y se completa con genes que tienen las características anteriormente mencionadas, llamados marcadores selectivos dominan- tes, que codifican proteínas cuya expresión permite a las células favorecer un proceso de selección. Dichos mar- cadores se introducen de manera que estén físicamente ligados a la secuencia del ADN, de interés al diseñar el vector. Ejemplos comunes de marcadores selectivos do- minantes son el gen bacteriano neo, que codifica la en- zima neomicina-fosfotransferasa y, por lo tanto, confiere resistencia al antibiótico neomicina y sus análogos, y el gen MDR1, que produce un fenotipo de resistencia cru- zada a múltiples fármacos citotóxicos empleados para quimioterapia antineoplásica (v. cap. 62). 1. Vectores víricos La capacidad de algunos virus de ADN y ARN de pro- ducir transformaciones tumorales mediante la introduc- ción de su material genético a células hospedadoras fue la que condujo a su utilización como vectores para trans- ferencia génica. La lista de virus que se han estudiado como vectores es considerable e incluye papovirus, ade- novirus, virus de la vacuna, adenovirus asociados, virus del herpes, retrovirus, etc. 1.1. Vectores retrovíricos Los vectores víricos más estudiados provienen de los retrovirus. Los retrovirus más estudiados son los oncovi- rus sencillos, como el virus del sarcoma de Rous (VSR) y el virus de la leucemia murina de Moloney (Mo-MLV). Cada partícula retrovírica (virión) contiene dos copias de ARN genómico vírico empaquetadas dentro de un com- plejo proteico que, a su vez, está rodeado por una en- vuelta proteolipídica. La propiedad más interesante de los retrovirus es la producción de transcriptasa inversa, una polimerasa de ADN dependiente de ARN. La ma- yoría de ensayos clínicos de terapia génica utilizan ac- tualmente retrovirus murinos defectuosos, incapaces de replicación. El ciclo vital del retrovirus empieza por su unión a un receptor es- pecífico de la célula huésped o diana, mediada por la proteína de su en- vuelta (v. fig. 71-4). Dependiendo del tipo de retrovirus, el virión entra en la célula por endocitosis o mediante fusión directa del virus y la mem- brana celular. Seguidamente, el complejo interiorizado de proteína- ARN atraviesa el citoplasma y entra en el núcleo celular. Durante su migración se inicia la compleja reacción intermolecular de la transcrip- tasa inversa que acaba en el interior del núcleo con la generación de una copia de ADN de doble cadena a partir del ARN original. Final- mente, el ADN producido se inserta inespecíficamente en un cromo- soma de la célula huésped por acción de la enzima integrasa. La se- cuencia integrada de ADN proviniente del ARN vírico se denomina provirus (fig. 76-2). La producción de retrovirus defectuosos se lleva a cabo mediante un sistema de dos componentes: la línea celular de empaquetamiento y el propio vector retrovírico (fig. 76-3). Los vectores retrovíricos se han diseñado a partir de la secuencia de ADN del provirus, en la cual se conservan solamente elementos reguladores llamados repeticiones ter- minales largas (LTR), que incluyen la región promotora y la señal de poliadenilación, mediadoras del inicio y el final de la transcripción res- pectivamente, la señal de empaquetamiento (y) y señales necesarias para el inicio de la transcripción inversa. Dichos elementos comprenden so- lamente el 20 % del genoma retrovírico. Los genes víricos gag (codifica las proteínas estructurales), pol (codifica la transcriptasa inversa, la in- tegrasa y la proteasa vírica) y env (codifica la glucoproteína de la en- Retrovirus (9,8 kb) (Virus de la leucemia murina) LTR LTR gag pol env Adenovirus (36 kb) E1A E1B L1 E3 E2B E2A E4 Virus del herpes simple (152 kb) a b b' a' c' c a Adenovirus asociado (4,7 kb) ITR ITR REP CAPy y y y y y Fig. 76-2. Estructura genómica de los principales virus utili- zados para la construcción de vectores víricos de transferencia génica. En cada caso se muestra la secuencia de ADN del ge- noma vírico, que para retrovirus y adenovirus asociados es la forma provírica integrada. Se indican también las característi- cas relevantes de cada sistema, como la secuencia y, necesaria para la encapsidación de los genomas víricos. Asimismo se in- dica el tamaño de cada genoma y las principales regiones codi- ficadoras de proteínas víricas (excepto para el virus del herpes simple). Retrovirus: las regiones LTR se denominan repeticio- nes terminales largas y contienen secuencias promotoras, se- cuencias de poliadenilación y secuencias necesarias para la in- tegración. Adenovirus: las regiones E1A, E1B y E3 se pueden eliminar o sustituir por un gen recombinante de interés para for- mar los vectores adenovíricos. Virus del herpes simple: las re- giones a, b y c son repeticiones que se encuentran invertidas en a', b' y c'. Adenovirus asociados: las regiones ITR, llamadas re- peticiones terminales invertidas, flanquean al gen de interés en vectores ba- 1278 Farmacología humana vuelta vírica) se pueden eliminar sin perjudicar la producción de retro- virus recombinantes. En lugar de la secuencia de gag, pol y env se inserta la secuencia del gen o genes que se desea expresar y se obtiene un pro- virus defectuoso que contiene el gen recombinante de interés. Las líneas celulares de empaquetamiento (habitualmente, fibro- blastos murinos) se han manipulado para sintetizar constitutivamente (de manera permanente y no regulada) las proteínas víricas proceden- tes de los genes gag, pol y env, y producen viriones vacíos. Asimismo, en dichas secuencias víricas se han eliminado o modificado elementos como la señal de empaquetamiento con el fin de disminuir en lo posi- ble las zonas de homología con el vector retrovírico, que podrían re- combinarse para dar lugar a virus capaces de replicación. Las partícu- las víricas recombinantes ensambladas por la línea celular productora (definida como la línea celular de empaquetamiento a la que se ha trans- fectado el vector retrovírico) ya pueden utilizarse para transferir las secuencias que componen el vector a otras células diana. Debido a la naturaleza defectuosa del vector retrovírico, dicho procedimiento de transferencia génica se denomina transducción. Análogamente, el tér- mino «infección» se reserva para virus capaces de replicación. Los viriones recombinantes se acumulan en el medio de cultivo de la línea celular productora a concentracionesque pueden superar las 106 partí- culas/ml. Dichos viriones pueden emplearse directamente para trans- ducir otras líneas celulares o cultivos primarios. Las principales ventajas de los vectores retrovíricos como vehículos de transferencia son su extraordinaria efi- ciencia, que les permite transducir cerca del 100 % de las células diana, y su capacidad para integrar de manera es- table en los cromosomas celulares el material genético que contienen. Sin embargo, existen varias limitaciones que dificultan el uso de los vectores retrovíricos como ve- hículos generales de transferencia génica. Para que tenga lugar la integración del provirus recombinante es nece- sario que la célula diana se replique. Por lo tanto, no es posible transducir a células posmitóticas, como neuronas gag LTR LTR LTR LTR y y LTR y gen terapéutico Línea c de retrov Inserción génica Fig. 76-3. Generación de retrovirus recombinantes para transfer das las secuencias codificadoras del genoma de un retrovirus, por res se introducen en líneas celulares empaquetadoras, manipulad células resultantes, llamadas productoras, son capaces de encapsid riones recombinantes sin capacidad de replicación. Éstos se recog tes de transferencia y expres diferenciadas o fibras musculares. La eficiencia de trans- ducción puede mejorarse significativamente en algunos tejidos, como la médula ósea o el hígado, cuando se provo- ca la división celular mediante cultivos ex vivo o mediante tratamiento con fármacos (5-fluorouracilo en médula ósea y tetracloruro de carbono en hígado). La concen- tración de partículas víricas recombinantes en los sobre- nadantes de las líneas celulares productoras es también un factor limitante. Los retrovirus recombinantes son re- lativamente lábiles en comparación con otros virus. Se ha intentado purificar o concentrar las partículas, aunque ello ha dado como resultado una pérdida considerable de capacidad de transducción. Los títulos habituales de 105 a 106 partículas víricas/ml de sobrenadante a veces resul- tan insuficientes, en especial para la terapia génica in vivo, ya que los viriones recombinantes son inactivados rápi- damente por el sistema del complemento. Otra limitación de los vectores retrovíricos está relacionada con el ta- maño de la secuencia que debe insertarse, que no debe superar las 8 kb para que pueda ser empaquetada eficaz- mente y no influya negativamente en el título obtenido. Ello implica que algunas secuencias de ADN comple- mentario como la del gen de la distrofina, de 14 kb, no puedan incluirse en vectores retrovíricos. Finalmente hay que considerar también cuestiones de seguridad en torno al uso clínico de los vectores retro- víricos. Existe la posibilidad de que se generen virus «silvestres» con capacidad de replicación mediante re- combinación homóloga de secuencias retrovíricas, prin- cipalmente en las líneas celulares productoras. Además, la integración aleatoria del provirus recombinante en el pol env gag pol env LTR Transfección Línea celular empaquetadora elular productora irus recombinantes encia génica. Los vectores retrovíricos se obtienen al sustituir to- secuencias recombinantes de interés terapéutico. Dichos vecto- as para expresar constitutivamente los genes gag, pol y env. Las ar el ARN derivado de los vectores retrovíricos produciendo vi- en en el sobrenadante celular y servirán como vehículos eficien- ión de los genes de interés. 76. Terapia génica 1279 genoma celular podría provocar la activación de oncoge- nes o la inactivación de genes supresores de tumores. Sin embargo, estudios de toxicidad en modelos animales fi- nalizados recientemente han indicado que no hay riesgo significativo en el uso de los sistemas retrovíricos actua- les para terapia génica. 1.2. Vectores adenovíricos Los adenovirus son patógenos débiles que afectan principalmente las vías respiratorias y no se han asociado a enfermedades malignas. Cada partícula vírica contiene una molécula de ADN de doble cadena de tamaño con- siderable (36 kb) y entra en las células mediante endoci- tosis mediada por receptores, seguido de la rotura del correspondiente endosoma y migración del genoma ade- novírico al núcleo donde permanece en forma extracro- mosómica. El genoma adenovírico comprende una serie de genes que se expresan al principio de la infección y codifican proteínas reguladoras, y una serie de genes tar- díos, que codifican proteínas estructurales (fig. 76-2). Cuando el genoma vírico entra en la célula, se activan los genes que se expresan inicialmente (E1). Ellos a su vez activan otros genes reguladores importantes E2, E3 y E4. En la segunda fase de replicación se expresan los genes tardíos (L1-L5), produciendo más virus que finalmente provocan la muerte de la célula. El actual conocimiento de la genética molecular del adenovirus posibilita su ma- nipulación como vehículo para terapia génica. La construcción de vectores adenovíricos se realiza mediante re- combinación homóloga entre ADN genómico del adenovirus y un plás- mido que contiene el gen de interés flanqueado por una región de se- cuencia idéntica a la del adenovirus. Los vectores adenovíricos actuales derivan de los serotipos humanos 2 y 5, en los cuales se ha eliminado o alterado la región esencial E1 para evitar la replicación viral. Dicha re- gión se sustituye por el conjunto promotor/gen de interés. La recombi- nación ocurre después de transfectar el plásmido junto con el ADN ví- rico a la línea celular humana 293, insertándose el gen de interés en el genoma del adenovirus. Las células 293, que expresan constitutiva- mente la región E1, sirven como fuente de proteínas E1 en el ensam- blaje de las partículas víricas recombinantes. La mayoría de vectores adenovíricos actuales contiene también una deleción en la región no esencial E3, lo cual permite acomodar fragmentos de ADN recombi- nante mayores. Los vectores adenovíricos ofrecen varias ventajas sobre otros métodos de transferencia génica: a) pueden infectar la mayoría de tipos celulares de mamífero; b) pueden pro- ducirse a títulos elevados (³ 1012 partículas/ml) mediante su propagación en células 293 y su posterior purificación en gradientes de cloruro de cesio, por lo cual resultan ade- cuados para terapia génica in vivo; c) a diferencia de los vectores retrovíricos, son capaces de transducir eficiente- mente células quiescentes como neuronas y hepatocitos, y d) el hecho de que los vectores adenovíricos generalmente no se integran en el genoma de las células transducidas eli- mina el peligro potencial de mutagénesis por inserción. Las principales desventajas de los vectores adenovíri- cos son: a) la expresión del gen terapéutico es transitoria y b) producen inducción de una respuesta inmunitaria fuerte en las células hospedadoras, contra pequeñas can- tidades de proteínas víricas sintetizadas por el vector. Re- cientemente se ha obtenido la última generación de vec- tores adenovíricos, con una mutación termosensible en la región E2A, lo cual los hace menos inmunogénicos. 1.3. Vectores basados en el virus del herpes La compleja capacidad codificadora del genoma del herpes incluye, además de proteínas reguladoras y es- tructurales, proteínas implicadas en el metabolismo de los ácidos nucleicos. Por ejemplo, el virus del herpes sim- ple 1 (VHS-1) de 152 kb es el más utilizado para la cons- trucción de vectores y codifica 72 proteínas diferentes. Después de la infección celular y la migración del genoma vírico al núcleo de la célula hospedadora, los virus del herpes pueden entrar en un período de latencia y man- tenerse como episomas circulares, o comenzar un ciclo de replicación lítica con producción de viriones y lisis ce- lular. Los virus del herpes simple 1 son virus neurotróficos, por lo que vec- tores derivados de dichos virus pueden proporcionar una estrategia única para obtener la persistencia del ADN recombinante en células del sistema nervioso central. Se han desarrollado dos estrategias para la construcción de vecto- resbasados en el virus del herpes simple 1, que pueden expresar genes exógenos en células huésped. En la primera estrategia, similar a la pro- ducción de adenovirus, los vectores víricos se generan mediante re- combinación entre un virus receptor y un plásmido donante que incluye una secuencia homóloga a la del virus receptor. En la segunda estrate- gia, los minivirus recombinantes se producen por complementación de un virus defectivo con capacidad de replicación, con un plásmido que contiene un origen de replicación y una señal de empaquetamiento ví- ricos más el transgén de interés. Sin embargo, es difícil generar stocks de virus del herpes recombinantes completamente incapaces de repli- carse, debido a la compleja regulación que presenta su replicación. Las ventajas de los vectores basados en el virus del herpes simple comprenden la capacidad de transducir gran variedad de tipos celula- res, la capacidad de transducir células quiescentes, la disponibilidad de stocks de título alto (105-109 partículas/ml) y la capacidad de incorpo- rar secuencias transgénicas grandes (hasta 30 kb). Algunos vectores derivados del virus del herpes sim- ple 1 se han utilizado satisfactoriamente para expresar ge- nes en cerebro de ratón mediante inyección estereotá- xica. Sin embargo, el número de células transducidas es generalmente bajo, las células transducidas se encuentran localizadas en el lugar de la inyección y la expresión trans- génica es transitoria. Además, otras limitaciones como la citotoxicidad y la moderada o completa eliminación de la expresión transgénica, mediadas por el propio genoma del virus, han impedido que la expresión de los genes de interés a largo plazo sea elevada y estable. Por lo tanto, dicho sistema está aún en vías de desarrollo. 1.4. Vectores basados en el adenovirus asociado Los adenovirus asociados (AAV) son miembros de la familia de los parvovirus y no se han relacionado con nin- 1280 Farmacología humana guna enfermedad humana. Dichos virus son relativa- mente pequeños (4,7 kb), estables y pueden infectar tam- bién una gran variedad de células humanas. Pueden pro- pagarse como virus líticos o mantenerse como provirus, que se integran en el ADN de la célula hospedadora. En un proceso de infección, para una replicación eficiente, el adenovirus asociado requiere coinfección con adeno- virus o virus del herpes simple; de ahí la clasificación del AAV como un virus defectuoso. El genoma vírico está compuesto por ADN monocatenario con dos repeticiones terminales invertidas (ITR) de 145 bases. Las primeras 125 bases de estas repeticiones se repliegan para formar una doble cadena en forma de «T» que se cree que actúa como cebador para la replica- ción del ADN vírico. Durante el ciclo de infección, el virus se integra en el genoma celular como ADN de doble cadena (fig. 76-2). Todas las etapas de biosíntesis vírica tienen lugar en el núcleo de la célula hos- pedadora. El genoma vírico produce como mínimo seis tránscritos a partir de tres promotores internos y los dos principales marcos abier- tos de lectura, los genes rep y cap. Dichos genes codifican como mínimo cuatro y tres polipéptidos, respectivamente. Cap codifica proteínas es- tructurales, mientras rep codifica proteínas responsables de la replica- ción vírica. Los vectores AAV actuales incorporan simplemente las dos repeti- ciones terminales de 145 bases que flanquean el transgén de interés, que sustituye a los genes rep y cap. Dichos vectores requieren complemen- tación con proteínas víricas para replicarse y encapsidarse. El vector se recupera a partir de lisados celulares. Las partículas recombinantes pue- den transducir eficientemente células diana y el gen de interés, flan- queado por las ITR, puede integrarse en el genoma celular. El proce- dimiento actual para producir partículas víricas recombinantes utiliza una cotransfección de células (normalmente se emplean las líneas ce- lulares humanas KB o 293) infectadas con adenovirus, con el vector AAV y con un plásmido de ayuda que expresa las proteínas rep y cap. Estos dos plásmidos se construyen de manera que no contengan se- cuencias homólogas, para evitar la síntesis de virus «silvestres» mediante recombinación homóloga. Las células transfectadas se cultivan durante 48 horas y se lisan. Posteriormente, el lisado se trata a 56 °C para eli- minar las partículas de adenovirus (AAV es resistente a dicho trata- miento). Los rendimientos de partículas recombinantes varían entre 106 y 107 partículas por cada placa de células de 100 mm, las cuales pueden concentrarse hasta 1012 por centrifugación. La integración del genoma de los adenovirus asocia- dos en el ADN del hospedador es menos eficiente y pre- cisa que la integración retrovírica, puesto que en dicho proceso se producen frecuentemente pequeñas delecio- nes y/o reordenamientos. Sin embargo, los genomas in- tegrados de AAV son estables. Una propiedad caracte- rística de los adenovirus asociados es que la integración de su genoma vírico se produce dentro de una pequeña región del cromosoma 19. No obstante, no parece que ninguno de los adenovectores asociados, construidos has- ta la fecha, conserve dicha propiedad. Otra limitación de los vectores AAV es la restricción en el tamaño de las secuencias transgénicas que deben acomodarse, que no puede superar las 4,5 kb. Recientemente, experimentos in vivo han demostrado que los vectores AAV pueden persistir y expresar el transgén en células de crecimiento lento o incluso quies- centes, sin que se observen respuestas inflamatorias o in- munológicas tóxicas. 1.5. Otros vectores víricos Actualmente se está considerando gran variedad de ti- pos víricos para su caracterización como vectores en te- rapia génica: virus de la vacuna, virus de la hepatitis d, virus de la hepatitis B, virus de la polio, virus del sida, Sindbis/Semliki forest virus, etc. Sin embargo, los siste- mas de empaquetamiento/complementación para produ- cir dichos vectores no están aún lo suficientemente desa- rrollados. 2. Métodos físicos y químicos Aunque la mayor parte de la investigación en terapia génica se ha centrado en el uso de virus recombinantes para transferir genes a células alteradas, se ha progresado también en el desarrollo de nuevas tecnologías que per- mitirán formular a los genes como productos farmacéu- ticos convencionales y su administración directa a los pa- cientes. Estos sistemas de transferencia génica no víricos se denominan a veces virus artificiales ya que imitan con frecuencia funciones biológicas de los sistemas víricos. Sin embargo, los sistemas de transferencia no víricos difieren de los sistemas de transferencia víricos en cuanto a su composición, elaboración, caracterización y perfil terapéutico, y entrañan también riesgos clínicos y comer- ciales diferentes. Estudios en animales demuestran que los métodos actuales de transferencia génica no vírica son menos eficientes que los métodos víricos para introducir genes a un gran número de células in vivo; sin embargo, son relativamente más seguros y más flexibles en cuanto al tamaño y composición de las secuencias que deben transferirse. Actualmente se están realizando ensayos clí- nicos que incluyen métodos de transferencia no vírica aprobados en Estados Unidos y Europa. Algunos méto- dos de transferencia génica no víricos, como los liposo- mas y los lípidos catiónicos fueron desarrollados inicial- mente para la administración controlada de fármacos convencionales y productos biológicos. La transferencia génica no vírica se está realizando ac- tualmente en tejidos accesibles por administración in- tersticial directa, como músculo, tumores sólidos, piel y epitelio pulmonar, así como en tejidos accesibles al com- partimiento vascular, como el endotelio pulmonar y los hepatocitos, obteniéndose una expresión transitoria de los productos génicos terapéuticos. El reto de la terapia génica no vírica consistirá en desarrollar medicinas génicas que puedan distribuirse, prescribirse y administrarse como medicinas tradiciona- les paraenfermedades comunes, y que muestren perfiles de seguridad y eficacia similares a los fármacos y pro- ductos biológicos convencionales. 2.1. ADN purificado Uno de los obstáculos más importantes de la transfe- rencia de ADN purificado radica en que los mismos plás- 76. Terapia génica 1281 midos son partículas con carga negativa neta y con un diá- metro hidrodinámico que supera los 100-200 nm. Debido a estas características, es improbable que el ADN se di- funda lejos del lugar de inyección o que atraviese sin di- ficultad barreras, como el endotelio, el epitelio querati- nizado o la barrera hematoencefálica. Por el contrario, el ADN introducido en el espacio vascular será captado y eliminado fácilmente del organismo por células reticulo- endoteliales. A pesar de ello, se ha inyectado ADN recombinante en varios tejidos para evaluar su incorporación y expre- sión. Aunque la eficiencia de transferencia génica utili- zando dicho procedimiento es baja, unos pocos tejidos, en especial músculo, tiroides y tejido sinovial, expresan los genes recombinantes inyectados. Se desconoce el me- canismo por el que dichas células incorporan y expresan el ADN purificado. Aunque la inyección directa de ADN en músculo puede ser útil para vacunación, dicho proce- dimiento no es válido para el tratamiento de enfermeda- des sistémicas como la distrofia muscular de Duchenne. Para intentar aumentar in vivo la incorporación celu- lar de ADN purificado se ha descrito otro método que utiliza el bombardeo con micropartículas inertes de oro recubiertas de ADN que se proyectan en los tejidos diana mediante una «pistola génica». Con dicho procedimiento se han transferido genes a varios órganos, como piel, hí- gado y músculo, aunque la expresión se observa sola- mente en las capas más superficiales del tejido tratado. Dicho método se ha usado también para expresar antí- genos para vacunación y para la cicatrización de heridas en un modelo experimental animal. 2.2. Liposomas Recientemente se ha destacado el uso de los lípidos ca- tiónicos que forman complejos con ADN, como reacti- vos importantes para transferencia génica, tanto ex vivo como in vivo. Formulaciones de ADN con lípidos catió- nicos, como DOTMA (bromuro de 1,2-dioleil-oxipropil- 3-trimetil-amonio) o análogos, y un fosfolípido neutro, como DOPE (dioleil-fosfatidil-etanolamina), producen complejos lípido-ADN capaces de introducirse en las cé- lulas con eficiencias que pueden sobrepasar el 90 % en algunas líneas celulares y cultivos primarios. Los com- plejos lípido-ADN en dichas formulaciones no son ver- daderos liposomas, sino que el lípido catiónico forma una partícula que condensa el ADN mediante interacciones iónicas. Dichos complejos pueden incluir también varias moléculas de plásmido por interacciones hidrófobas en- tre los lípidos unidos. El tamaño y la carga del complejo lípido-ADN y la efi- ciencia de transferencia génica se pueden optimizar alte- rando la composición de lípidos y ADN del complejo. Aunque varias combinaciones de lípidos catiónicos y otros lípidos muestran eficiencias de transferencia génica diferentes en distintos tipos celulares, no se ha estable- cido un patrón lipídico ideal. Los lípidos catiónicos se han utilizado para transferir genes a varios tejidos in vivo. Los pulmones al parecer son particularmente susceptibles a transferencia génica mediada por liposomas catiónicos administrados por vía intratraqueal o incluso intravenosa, aunque se desconoce su mecanismo de actuación. Estudios de expresión de a-antitripsina y del producto génico de la fibrosis quís- tica (CFTR) en pulmones de animales han posibilitado el comienzo de ensayos clínicos de terapia génica para la de- ficiencia de dichas proteínas utilizando liposomas. Varios estudios han empleado complejos de lípido catiónico- ADN administrados directamente a tumores para au- mentar su inmunogenicidad, en terapia antitumoral. Se han propuesto también ensayos clínicos usando lípidos catiónicos para transferir el gen que codifica la interleu- cina 2 (IL-2) a tumores con el fin de provocar una res- puesta inflamatoria antitumoral. D. APROXIMACIONES INNOVADORAS PARA TERAPIA GÉNICA El vehículo o vector ideal para terapia génica tendría que transferir el gen terapéutico eficiente y específica- mente a los tejidos diana apropiados. Una vez en el inte- rior de la célula, el gen terapéutico tendría que ser trans- portado al núcleo donde se mantendría en un plásmido funcional o se integraría de manera estable, y a ser posi- ble específica, en un cromosoma celular. Finalmente, ten- dría que expresarse de forma predecible y controlada en niveles adecuados en función de la célula o tejido. Sin embargo, la amplia gama de enfermedades sus- ceptibles de ser tratadas mediante terapia génica implica una gran dificultad a la hora de diseñar un único sistema de transferencia génica universalmente apropiado. Recientemente se ha progresado en la incorporación de características que aumentan la especificidad de ac- ción en la mayoría de los sistemas actuales de terapia gé- nica. Dichas características pueden ser: a) en cuanto a re- conocimiento de la superficie celular diana, mediante manipulación de los componentes de reconocimiento su- perficiales de virus y liposomas, y/o b) respecto a restric- ciones transcripcionales en las células huésped, mediante la incorporación de elementos transcripcionales en el plásmido o genoma vírico, de manera que el gen tera- péutico se exprese sólo en ciertos tipos celulares y a ni- veles deseados. 1. Transferencia génica dirigida 1.1. Vectores retrovíricos El principal determinante de la capacidad infectante de los retrovirus es la interacción entre receptores espe- cíficos de la membrana de la célula hospedadora y glu- coproteínas situadas en la envuelta lipídica de la partícula retrovírica. Sin embargo, la mayoría de retrovirus tienen 1282 Farmacología humana capacidad para infectar diferentes tipos celulares dado que los receptores celulares con los que interaccionan se encuentran ampliamente distribuidos. La mayor parte de los vectores retrovíricos y líneas em- paquetadoras producidas hasta el momento se basan en virus de leucemia murina (MLV) que, dependiendo de su tropismo (capacidad de infección), pueden clasificarse a efectos de transferencia génica, en ecotrópicos (infectan células murinas) y anfotrópicos (infectan prácticamente todas las células de mamíferos). Por lo tanto, para dise- ñar vectores retrovíricos dirigidos se ha de restringir la promiscuidad de tropismo de las partículas anfotrópicas o conferir a las partículas ecotrópicas una afinidad res- tringida para ciertas células humanas. Esto se está estu- diando actualmente mediante métodos diversos. a) Manipulación genética de la línea productora de forma que, en las partículas víricas, la envuelta anfotrópica o la ecotrópica se sustituye por una proteína diferente, vírica o no, que aporta la afinidad deseada (seudotipación). Muy recientemente se ha demostrado la transducción de neuronas que utilizan vectores basados en el virus de la inmunode- ficiencia humana (VIH), causante del sida, que se seudotiparon con la glucoproteína de la envuelta del virus de la leucemia murina de Molo- ney, habitualmente utilizado para experimentos de terapia génica. b) Dotación directa de una determinada afinidad a la glucopro- teína de la envuelta mediante ingeniería genética. Actualmente, la adi- ción de dominios proteicos es la mejor aproximación para el diseño de envueltas dotadas de diferentes especificidades, ya que éstas se suelen expresar eficientemente en las partículas víricas y son capaces de mo- dificar la dirección de unión de los viriones. La dificultad reside en que dichos dominios deben plegarse separadamente y no interferir con otros dominios esenciales de la envuelta retrovírica. Por ejemplo, se han ex- presado factores de crecimiento y fragmentos de anticuerpos mono- clonales como extensiones aminoterminales del dominio de superficie de la envuelta del virus de la leucemia murina de Moloney.Sin embargo, hasta el momento la eficiencia de transducción resultante de las partí- culas víricas dirigidas obtenidas a partir de dicha aproximación ha sido muy baja o nula. c) Estrategias que emplean conjugados moleculares, en las que se acoplan ligandos a la superficie de la partícula retrovírica. Los hepato- citos poseen un receptor que interioriza eficientemente las asialoglu- coproteínas. Se ha conjugado lactosa a partículas retrovíricas ecotrópi- cas, lo cual les permitió ser reconocidas como asialoglucoproteínas, por lo que se amplió su tropismo para incluir células humanas de hepatoma. 1.2. Vectores adenovíricos Aunque las enfermedades provocadas por adenovirus asientan comúnmente en el epitelio respiratorio o el tracto gastrointestinal, parece que sus receptores celula- res están ampliamente distribuidos. Por lo tanto, el pro- blema, como en el caso de los retrovirus, es limitar su tro- pismo a un determinado tejido. A partir de las proteínas adenovíricas responsables de unión e inte- riorización se están estudiando estrategias para manipular el tropismo del adenovirus. Por un lado, se puede limitar la infección provocada por adenovirus en la etapa de su unión a la célula sustituyendo la región carboxiterminal de la fibra pentón, una de las subunidades que com- ponen la cápsida, por un ligando que confiera un determinado tropismo; por ejemplo, un hapteno de anticuerpo. Por otro lado, también se puede sustituir una determinada región de la base pentón (otra subunidad de la cápsida) por secuencias que tengan afinidad por un ligando diferente a las integrinas, su ligando natural. 1.3. Liposomas Para la transferencia génica dirigida, los liposomas o complejos lípido-ADN convencionales tienen la desven- taja de ser eliminados fácilmente por células del sistema reticuloendotelial, particularmente macrófagos residen- tes en hígado, bazo y médula ósea. Dicha interacción con el sistema reticuloendotelial se puede retrasar conside- rablemente, aunque no eliminar, utilizando liposomas lla- mados stealth que incluyen sustancias cargadas negativa- mente, como gangliósido GM1 o polietilenglicol. Asimismo, se están estudiando diferentes sistemas para dirigir los liposomas hacia tipos celulares específi- cos. El acoplamiento de anticuerpos a los liposomas (in- munoliposomas) puede determinar especificidades dife- rentes dependiendo del anticuerpo incorporado. Por ejemplo, se ha observado que acoplando a liposomas un anticuerpo contra células de glioma, se puede incremen- tar hasta siete veces la eficiencia de transferencia génica a dichas células en cultivo. Se pueden conjugar también a liposomas otros ligandos, como factores de crecimiento y hormonas. La inyección intravenosa de liposomas con- jugados con transferrina a un modelo animal de conejo dio como resultado una localización del transgén en eri- troblastos de médula ósea. Sin embargo, no es suficiente dotar al vector de una capacidad de unión específica; el liposoma debe contener un ligando que posibilite su fusión con las membranas ce- lulares, puesto que el ADN debe llegar intacto hasta el núcleo. La incorporación de glucoproteínas víricas de superficie a liposomas podría crear un sistema de trans- ferencia génica con las propiedades de unión e interiori- zación eficientes propias de los virus, pero sin las des- ventajas de éstos en cuanto a seguridad. Estudios en dicha área están desarrollando un sistema para dirigir liposo- mas al epitelio respiratorio mediante su conjugación a proteínas de superficie del virus respiratorio sincitial, res- ponsable de infecciones en las vías respiratorias. 1.4. Conjugados moleculares La conjugación de un plásmido a un determinado li- gando con afinidad por un tejido o tipo celular puede pro- porcionar especificidad de unión. Ello se consigue me- diante la unión covalente de un policatión como polilisina al ligando. Posteriormente, el policatión se une al ADN y lo condensa mediante interacciones electrostáticas, ex- poniendo el ligando en la superficie del conjugado. Sin embargo, el sistema resultante es muy ineficiente ya que la mayoría de procesos de endocitosis mediada por re- ceptores dirigen los conjugados a los lisosomas, donde la mayor parte del ADN resulta degradado. Recientemente se ha desarrollado una nueva genera- ción de conjugados moleculares. Mediante la unión de los adenovirus al conjugado se puede crear un vector muy eficiente gracias a la capacidad de las proteínas adenoví- ricas de romper el endosoma antes que el vector sea de- 76. Terapia génica 1283 gradado. Sin embargo, este proceso elimina la especifici- dad de unión conferida por el ligando, ya que el complejo puede penetrar las células tanto mediante interacción con el receptor del ligando como con el receptor adenovírico, que se encuentra ampliamente distribuido. Para dotar de especificidad a dichos complejos, será necesario utilizar cápsidas adenovíricas modificadas, que mantengan el me- canismo de escape lisosómico, pero que no puedan inter- accionar con el receptor adenovírico. Aun así, es poco probable que dichos complejos puedan aplicarse para te- rapia génica in vivo fundamentalmente debido al tamaño del complejo (los conjugados transferrina-policatión tie- nen aproximadamente un diámetro de 100 nm; en com- plejos con adenovirus serían incluso mayores) que impide su penetración en los tejidos y a la potencial inmunoge- nicidad de las proteínas del adenovirus. 2. Transferencia génica modulada 2.1. Restricción a nivel transcripcional Otra forma de conseguir que los vectores actuales de terapia génica adquieran especificidad es limitar, a nivel transcripcional, la expresión del gen terapéutico a deter- minados tejidos diana. Una expresión génica regulada correctamente puede incluir, además de la secuencia promotora, elementos dis- tantes situados en posición 5' o 3' de la región codifica- dora. Dichos elementos, que ya se han identificado para varios genes, actúan junto con el promotor y permiten la expresión específica en un determinado tejido a niveles adecuados, independientemente del sitio de integración del transgén. Sin embargo, la utilización de dichos mó- dulos transcripcionales para terapia génica in vivo resul- taría problemática debido a su considerable tamaño, por lo que actualmente su uso está restringido para estrate- gias ex vivo. Cuando un déficit monogénico produce una enferme- dad que se manifiesta en más de un tejido, la estrategia más utilizada para limitar adecuadamente la expresión del ADN complementario terapéutico radica en el uso de los propios elementos celulares de promotor/aumentador que presenta el gen defectuoso. Dichos elementos se ac- tivan solamente si existen factores de transcripción nu- cleares específicos del tejido o tejidos diana. Además, el uso de promotores celulares, al contrario que los víricos, reduce la probabilidad de que se produzca una pérdida de expresión del ADN complementario debido a inacti- vación de las secuencias por metilación u otros mecanis- mos. Por lo tanto, con los promotores celulares se puede obtener expresión a largo plazo, restringida a determi- nados tejidos. Por ejemplo, se ha utilizado el promotor de la creatín-cinasa en un plásmido junto con el ADN complementario de la distrofina, para restringir la ex- presión de este gen a músculo esquelético y cardíaco. Además, en ratones mdx (modelo murino para la distro- fia muscular de Duchenne), transgénicos para dicho plás- mido, se observó la corrección de los síntomas distró- ficos. 2.2. Regulación intracelular Para controlar a voluntad la actividad de un gen tera- péutico, no a nivel tisular sino a nivel intracelular, se ha introducido la utilización de fármacos o ligandos peque- ños cuya administración o eliminación pueda provocar la expresión génica. Un ejemplo de este tipo de sistemas es el formado a partir de un activador transcripcional híbrido, que comprende el dominio de unión de ADN GAL4 de levadura fusionado al dominio activador VP16 del virus del herpes simple y a un dominio de unión mu-tante del receptor de progesterona. Dicho sistema mues- tra elevada afinidad por RU486, un antagonista de la progesterona. Se ha demostrado que la capacidad de ac- tivación transcripcional de la proteína híbrida GAL4- VP16 es reversible y depende de la presencia de RU486 a concentraciones inferiores a las necesarias para inhibir la acción de la progesterona in vivo. 3. Cromosomas mamíferos artificiales La expresión génica estable a partir de elementos ex- tracromosómicos se limita actualmente al uso de plásmi- dos incorporados a células quiescentes y los niveles de expresión se establecen en dichos plásmidos por incor- poración de elementos reguladores transcripcionales y postranscripcionales. El desarrollo de elementos extra- cromosómicos estables y con capacidad de replicación es un área de investigación con considerable potencial en el futuro. Los cromosomas mamíferos artificiales (MAC) que contienen como elementos funcionales esenciales el centrómero (secuencia central de los cromosomas, que forma una estructura para unirse a los microtúbulos en el proceso de división celular), los telómeros (secuencias fi- nales de los cromosomas) y el origen de replicación pue- den transformarse en vectores no víricos de interés. Sin embargo, hasta el momento solamente se han caracteri- zado con detalle los telómeros mamíferos y no se avan- zará en este campo hasta que los centrómeros y los orígenes de replicación se caractericen y puedan mani- pularse. II. ESTUDIOS DE TRANSFERENCIA GÉNICA. ENSAYOS PRECLÍNICOS Y CLÍNICOS 1. Estudios de marcaje El marcaje genético de células hemopoyéticas no pro- duce un beneficio inmediato a los pacientes, pero la in- formación obtenida de dichos estudios ayuda a mejorar los resultados de terapias que emplean el trasplante de precursores hemopoyéticos (HSC) con el fin de erradi- 1284 Farmacología humana car tumores. También ayuda a conocer con mayor pro- fundidad la biología de los HSC y a mejorar la eficiencia de la transferencia y expresión génicas. 1.1. Marcaje de linfocitos infiltradores de tumores El marcaje de linfocitos aislados de tumores sólidos (TIL) fue el primer experimento de transferencia génica a seres humanos aprobado en Estados Unidos en 1989. En dicho experimento se marcaron ex vivo TIL aislados de pacientes con cáncer en estadios avanzados mediante transducción con un vector retrovírico que contenía el gen de la resistencia a la neomicina (neo) como marca- dor selectivo y se reinfundieron al paciente. Los resulta- dos obtenidos demostraron que las células manipuladas podían ser devueltas al paciente sin ningún riesgo y pos- teriormente se podían detectar in vivo. 1.2. Marcaje de células hemopoyéticas Para diferentes enfermedades malignas, la recupera- ción de precursores hemopoyéticos puede mejorar la es- peranza de vida de los pacientes sometidos a radiotera- pia o quimioterapia. Sin embargo, la recidiva es la causa principal por la cual dicho tratamiento suele ser ineficaz. La posibilidad de que las células reinfundidas al paciente pudieran contribuir a la recidiva condujo a una evalua- ción exhaustiva de las técnicas utilizadas para «limpiar» la médula ósea con el fin de eliminar las células malignas. Ello se realizó marcando la médula ósea recogida del pa- ciente y analizando posteriormente la presencia del gen marcador en células malignas cuando se producía la re- cidiva. Dichos estudios empezaron en 1991 e incluían pacientes con leu- cemia mieloide aguda y con neuroblastoma. La médula ósea de dichos pacientes se transdujo ex vivo con vectores retrovíricos análogos a los empleados en el estudio de marcaje de TIL. Los datos recogidos de- mostraron que la médula ósea obtenida después de los tratamientos de «limpieza» puede contener aún células tumorales residuales que contribuyen a la recidiva de la enfermedad. Así pues, será necesario mejorar los métodos de «limpieza» para mayor eficiencia en el tras- plante autólogo de médula ósea. Asimismo, otros estudios de marcaje para analizar la causa de la recidiva en la leucemia aguda, cáncer de mama y mieloma no han mostrado hasta el momento recidivas en las que se encuentre células hemopoyéticas marcadas con el gen neo, pro- bablemente porque las técnicas actuales de marcaje aún son inefi- cientes. Actualmente existe mayor interés en los estudios de marcaje con retrovirus para analizar la eficiencia de transducción de las células hemopoyéticas precursoras antes de utilizarlas para trasplante. Es- tudios en la población infantil han demostrado que el gen marcador neo se detecta en el 2-15 % de las células precursoras después del trasplante autólogo de médula ósea y se expresa durante más de 3 años en la población hemopoyética descendiente. Dichos experi- mentos de marcaje permitirán valorar el efecto de la administración de factores de crecimiento sobre la capacidad de colonización de las células hemopoyéticas precursoras a corto y largo plazo, y sobre su transducibilidad. Asimismo servirán para identificar fenotípicamente a dichas células con el fin de estudiar con mayor profundidad su bio- logía. 2. Estudios terapéuticos 2.1. Enfermedades genéticas clásicas De la multitud de enfermedades genéticas que se han descrito para las cuales no existen actualmente tratamien- tos satisfactorios, sólo unas pocas han sido seleccionadas para ensayos clínicos de terapia génica. Entre ellas se en- cuentran enfermedades que afectan a células hemopoyé- ticas, como el déficit de adenosín-desaminasa y la enfer- medad de Gaucher; enfermedades que afectan el hígado, como la hipercolesterolemia familiar, y enfermedades que afectan el pulmón, como la fibrosis quística (tabla 76-2). a) Deficiencia de adenosín-desaminasa La deficiencia de adenosín-desaminasa (ADA) es una enfermedad genética poco frecuente en la que los niños afectados carecen de esta enzima necesaria para la fun- ción normal de su sistema inmunitario. En septiembre de 1990, una niña de 4 años que sufría deficiencia de ADA recibió una infusión de sus propios linfocitos T que habían sido manipulados ex vivo para in- troducirles una copia normal del gen de la ADA. Se es- cogió esta deficiencia de ADA como la primera enfer- medad susceptible para terapia génica por varias razones: a) el gen había sido clonado y su correspondiente ADN complementario era del tamaño adecuado para insertarse fácilmente en un vector retrovírico; b) estudios previos de trasplante de médula ósea sugerían que solamente era necesario corregir los linfocitos T para curar la enferme- dad; c) la cantidad de enzima necesaria para mantener la función del sistema inmunológico en determinados casos puede ser el 5-10 % del nivel normal, y d) las células T corregidas tienen una ventaja selectiva sobre las células deficientes en ADA. A partir de dicho protocolo se demostró que los linfo- citos de un paciente con inmunodeficiencia se pueden ais- lar, pueden crecer en el laboratorio, manipularse genéti- camente y ser devueltos al propio paciente sin mayor riesgo (fig. 76-4). Los dos primeros pacientes han res- pondido positivamente a la terapia. El número total de linfocitos en su sangre ascendió a niveles normales y en el primer niño tratado la cantidad de enzima ADA en sus linfocitos T ascendió hasta el 25 % de los niveles norma- les. Además, durante una pausa de 6 meses y medio en su tratamiento, tanto el número de linfocitos manipula- dos genéticamente como los niveles de enzima ADA se mantuvieron constantes. Ello sugería que la vida media de los linfocitos corregidos era mayor de 6 meses y me- dio, y que dichos linfocitos proliferaban creando un nivel terapéutico de células corregidas. Sin embargo, es posi- ble que las pocas células T corregidas no abarquen com- pletamente el repertorio de un sistema inmunitario nor- mal, por lo cual se ha iniciado ya una modificación al anterior protocolo en que células hemopoyéticas precur- soras de sangre periférica se modifican mediante trans- 76. Terapia génica 1285 ducción con el mismo vector retrovírico empleado en el primer protocolo,para proporcionar una protección ex- traordinaria al sistema inmunitario del paciente. b) Enfermedad de Gaucher Está causada por una deficiencia de la enzima lisosó- mica glucocerebrosidasa, que hidroliza glucosilceramida en ceramida y glucosa. La acumulación de dicho glucolí- pido se produce principalmente en los macrófagos del sis- tema reticuloendotelial, lo cual produce esplenomegalia, lesiones dolorosas en los huesos y en determinados ca- sos lesiones neurológicas. Esporádicamente se ha utili- zado con éxito el trasplante alogénico de médula ósea como modalidad terapéutica. Al igual que para la defi- Tabla 76-2. Enfermedades con protocolos apr Enfermedad Gen o secuencia transferida Enfermedades hereditarias Enfisema familiar Enfermedad granuloma- tosa crónica Fibrosis quística Hipercolesterolemia fami- liar Anemia de Fanconi Enfermedad de Gaucher Síndrome de Hunter Inmunodeficiencia combi- nada grave Enfermedades adquiridas Virus del sida Enfermedad de las arterias periféricas Artritis reumatoidea Cáncer a1-Antitripsina p47PHOX (oxidasa) CFTR Receptor de lipoproteínas de baja densidad Gen de complementación del grupo C Glucocerebrosidasa Iduronato-2-sulfatasa Adenosín-desaminasa Ribozimas y sondas antisen- tido contra el virus del sida Factor de angiogénesis tu- moral Antagonista del receptor de IL-1 Genes supresores de tumores VHS-timidín-cinasa/ganci- clovir ARN antisentido contra c-fos- y c-myc Gen MDR1 Factor de necrosis tumoral Cofactor B7 HLA-B7 Citocinas Interferón g CFTR: proteína reguladora transmembrana de conductancia de la fibrosis quística ciencia de ADA, conocer la secuencia de ADN comple- mentario del gen que codifica la glucocerebrosidasa y el hecho de que el principal tipo celular afectado derive del sistema hemopoyético, ha llevado a proponer a la terapia génica ex vivo utilizando vectores retrovíricos como tra- tamiento alternativo. En este caso, las células diana son también las células hemopoyéticas precursoras con capa- cidad de producir macrófagos corregidos en el paciente. c) Hipercolesterolemia En la hipercolesterolemia familiar hay un defecto en una de las proteínas principales implicadas en el metabolismo del colesterol, el receptor de lipoproteínas de baja densi- dad (LDL) (v. cap. 55). El principal órgano responsable de obados para ensayos clínicos de terapia génica Órgano o células diana Vectores Vías respiratorias Células mieloides Vías respiratorias Hepatocitos Células precursoras hemopo- yéticas Células precursoras hemopo- yéticas Linfocitos Linfocitos Linfocitos Células endoteliales Células sinoviales Carcinomas de hígado, pul- món, etc. Tumores cerebrales y de ova- rios Cáncer de mama Células hemopoyéticas Linfocitos infiltradores de tu- mores Melanoma Melanoma (HLA-B7 nega- tivo) Tumores de pulmón, prós- tata, colon, etc. Melanoma maligno Liposomas Retrovíricos Basados en el adenovirus aso- ciado, adenovíricos y lipo- somas Retrovíricos Retrovíricos Retrovíricos Retrovíricos Retrovíricos Retrovíricos Plásmidos (ADN purificado) Retrovíricos Retrovíricos y adenovíricos Retrovíricos y adenovíricos Retrovíricos Retrovíricos Retrovíricos Retrovíricos Liposomas Retrovíricos y liposomas Liposomas . 1286 Farmacología humana la síntesis del receptor de LDL es el hígado. Los individuos afectados por dicha enfermedad genética tienen niveles ex- tremadamente elevados de colesterol, lo cual predispone a enfermedades cardiovasculares prematuras. Para tratar a individuos con esta deficiencia se ha ini- ciado un programa de terapia génica ex vivo en que se rea- liza una lobectomía hepática a los pacientes. El lóbulo extraído se procesa con colagenasa para obtener los he- patocitos deficientes, que se transducen mediante un vec- tor retrovírico que contiene el gen del receptor de LDL. Finalmente, los hepatocitos transducidos se devuelven al paciente mediante inyección en el bazo y/o la vena porta. Los hepatocitos corregidos tienen la capacidad de elimi- nar el colesterol de la sangre, lo cual ayuda a prevenir la progresión de la enfermedad cardiovascular. Dicho pro- cedimiento había sido realizado previamente con éxito en un modelo animal de la enfermedad, el conejo hiper- lipidémico Watanabe. Estudios aún en fase experimen- tal están evaluando la eficiencia de otros sistemas de transferencia, como la terapia génica in vivo mediante re- trovirus o adenovirus recombinantes. Extracción sang Aféresis (separación celular) Linfocitos o células hemopoyéticas precursoras del paciente Retrovirus recombinante Fig. 76-4. Terapia génica ex vivo para el tratamiento de enferm yéticas se extraen a partir de sangre o médula ósea del paciente. D quecer a la población de interés, las células resultantes se tratan co nalmente, las células corregidas se reintroduce d) Fibrosis quística Siendo la enfermedad genética más común entre la po- blación de raza blanca, la fibrosis quística se caracteriza por un defecto en la estimulación de la secreción de clo- ruros en el epitelio pulmonar debido a la alteración de una proteína reguladora transmembrana de conductan- cia de la fibrosis quística (CFTR) (v. cap. 43). Ello pro- voca infecciones pulmonares frecuentes, que pueden lle- gar a ser letales. Para el tratamiento de esta enfermedad se ha consi- derado principalmente la terapia génica in vivo. Se ha de- mostrado la capacidad de los vectores adenovíricos para introducir genes en el epitelio pulmonar de modelos ani- males y ello ha promovido el inicio de ensayos clínicos para pacientes con fibrosis quística. Asimismo, se han ini- ciado ensayos clínicos utilizando transferencia génica por liposomas. Dado que ambas técnicas tienen como limita- ción el hecho de que la expresión génica es solamente transitoria, será importante evaluar las consecuencias de su uso repetido. uínea Transfusión de células que expresan el gen terapéutico edades que afectan células hemopoyéticas. Las células hemopo- espués de ser sometidas a un proceso de purificación para enri- n retrovirus recombinantes que contienen el gen terapéutico. Fi- n al paciente mediante transfusión sanguínea. 76. Terapia génica 1287 2.2. Enfermedades de coagulación y otras enfermedades que implican la circulación sanguínea En estudios preclínicos se ha estudiado el desarrollo de métodos para aportar productos génicos a la circula- ción sanguínea. Se han realizado diversos estudios de transducción de tejidos primarios, como queratinocitos, mioblastos y fibroblastos. Algunos de estos experimen- tos han indicado que es posible la expresión génica a largo plazo in vivo después de trasplantar las células transdu- cidas ex vivo. En el caso de los queratinocitos, se han utilizado sa- tisfactoriamente vectores retrovíricos y métodos de tras- plante establecidos, aunque ningún producto génico ex- presado por dichos vectores se secretó a la circulación durante largo tiempo. Experimentos con mioblastos y fibroblastos han de- mostrado expresión génica prolongada después de su trasplante. Para el tratamiento de la hemofilia B, después de inyectar por vía intramuscular mioblastos primarios transducidos con el gen que codifica al factor de coagu- lación IX humano, dicha proteína fue sintetizada efi- cientemente y excretada a la circulación durante más de 6 meses. En cuanto a los fibroblastos, se ha conseguido la expresión de b-glucuronidasa durante más de 5 meses y la corrección del defecto de acumulación lisosómica en ratones deficientes en dicha enzima. Sin embargo, en am- bos estudios se tuvo que utilizar vectores que contenían promotores no víricos, ya que las regiones promotoras ví- ricas (LTR) resultaron inactivas. 2.3. Neuropatías Es muy probable que pronto se establezcan terapias génicas para varias enfermedades y lesiones del sistema nervioso central. Entre los estudios actuales de terapia génica para corregir neuropatías destacan los trasplantes de células manipuladas ex vivo. Es probable que los injertos de células modificadas genéticamente para sintetizary secretar factores trófi- cos o trópicos, o para producir componentes de vías neu- rotransmisoras, puedan mejorar disfunciones neurona- les, incluso en caso de que se desconozcan las causas genéticas. Las enfermedades neurodegenerativas foca- les o los déficit neurológicos globales, como la enfer- medad de Alzheimer o la de Parkinson, son claras can- didatas para este tipo de terapia génica. Por ejemplo, es posible generar una rata modelo de la enfermedad de Parkinson mediante inducción de una degeneración de la vía dopaminérgica nigrostriatal mediante la neu- rotoxina 6-hidroxidopamina. En dicho modelo se pue- den reconstituir durante un tiempo prolongado algunas de las funciones normales de dicha vía y, por lo tanto, el comportamiento anormal de la rata, mediante injertos de fibroblastos o mioblastos modificados para producir dopamina. Sin embargo, uno de los objetivos principales en el de- sarrollo de terapias génicas para neuropatías es la admi- nistración directa, in vivo, del material genético a las cé- lulas del sistema nervioso central. Existen dos obstáculos propios del cerebro que dificultan la transferencia génica: la barrera hematoencefálica y el hecho de que la mayo- ría de las células diana, por tratarse de neuronas posmi- tóticas, no puedan ser transducidas por vectores retro- víricos. Por lo tanto, se están analizando otros sistemas víricos que sean eficientes y capaces de infectar células quiescentes, como los vectores basados en el virus del herpes, vectores adenovíricos y vectores basados en los adenovirus asociados. Muy recientemente se ha produ- cido un vector retrovírico basado en el virus del sida, de la familia de los lentivirus, capaz de transducir e integrar el transgén de manera estable en neuronas del sistema nervioso central. 2.4. Enfermedades infecciosas: el sida como modelo Actualmente se están explorando dos estrategias dife- rentes para el tratamiento de enfermedades infecciosas, aunque ambas emplean células manipuladas genética- mente. La primera, denominada inmunización intracelu- lar, está enfocada a conferir resistencia a la replicación vírica y a limitar la propagación del virus en el individuo infectado. La segunda estrategia es inmunológica, enca- minada a aumentar la inmunidad antivírica utilizando cé- lulas modificadas genéticamente para expresar proteínas víricas con el fin de provocar una respuesta celular in- munitaria, antivírica. Un candidato obvio para tratamiento mediante inmu- nización intracelular es el sida. Puesto que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el agente etiológico causante del sida, infecta células hemopoyéticas, la in- serción de genes de resistencia a dichas células podría re- ducir o incluso eliminar la propagación del virus en el or- ganismo. Los genes de resistencia específicos para VIH tendrían que satisfacer tres criterios: a) tendrían que ser efectivos, b) tendrían que carecer de toxicidad y c) su fun- ción no debería afectarse por variaciones (p. ej., muta- ciones) en el VIH. Se ha propuesto un gran número de estrategias para disminuir la re- plicación del VIH utilizando inhibidores basados en ARN o inhibido- res proteicos. Actualmente, dichos genes de resistencia se evalúan por su capacidad para inhibir la replicación del VIH cuando se transducen de manera estable a líneas de linfocitos T humanos (CEM, Jurkat, etc.). Los inhibidores basados en ARN son menos inmunogénicos, se pueden expresar a niveles más elevados y suelen ser más específicos. Los más utilizados son las sondas antisentido y los ribozimas. Otra aproxima- ción para inhibir la replicación del VIH implica la expresión de proteí- nas VIH alteradas que tengan un fenotipo transdominante, como las formas mutantes de gag, rev, tat y env. Varios estudios han demostrado la eficiencia de una forma mutante de env al proteger células T de la re- plicación del VIH. Se ha descrito también la expresión intracelular de anticuerpos específicos para la envuelta del VIH. Para la transferencia de los genes de resistencia vírica a células he- mopoyéticas se emplean los vectores retrovíricos, aunque su eficiencia 1288 Farmacología humana aún es baja en dichas células y además se requiere división celular para su integración. Se están analizando también otros sistemas de transfe- rencia génica, como los vectores basados en el adenovirus asociado. El sistema inmunitario es un mecanismo de defensa extraordinario que limita la propagación de agentes infecciosos en el organismo. Las células T citotóxicas (CTL) son capaces de reconocer patógenos intra- celulares y eliminar las células infectadas. Por lo tanto, dichas células serán particularmente efectivas en el control de enfermedades infec- ciosas que tienen una fase crónica, como el sida. Actualmente se están desarrollando estrategias para activar y aumentar respuestas de CTL al VIH utilizando vacunas generadas mediante ingeniería genética, que consisten en fibroblastos autólogos transducidos ex vivo con vectores retrovíricos que expresan proteínas del VIH como env o gag. 2.5. Cáncer Durante los últimos años se han producido avances sig- nificativos en el conocimiento de las bases genéticas del cáncer, lo cual ofrece nuevas oportunidades para su pre- vención y tratamiento. Existe hoy la posibilidad de em- plear la terapia génica para tratar y destruir selectiva- mente las células tumorales. La mayoría de los ensayos clínicos de terapia génica que han sido aprobados hasta la fecha están dirigidos al tratamiento de diferentes for- mas de cáncer. Ello es debido a: a) la situación clínica «in- curable» de gran número de pacientes, b) los recursos disponibles para la investigación del cáncer y c) investi- gaciones en modelos animales sugieren que un mismo gen podría resultar útil para varios tipos de cáncer. Existen básicamente cuatro categorías de terapia génica contra el cáncer que se han aprobado para ensayos clínicos, que pueden catalogarse dentro de la inmunoterapia o de la terapia génica correctiva (tabla 76-2). a) Modificación de la respuesta inmunitaria antitumoral del paciente Ello se realiza mediante la inserción del gen que codi- fica la citocina IL-2 o de un gen de histocompatibilidad (HLA-B7) en las células tumorales del propio paciente. La introducción de estos moduladores inmunológicos es- timulará el sistema inmunitario del paciente a identificar y destruir células tumorales. El primer protocolo aprobado para terapia génica del cáncer insertó al gen que codifica el factor de necrosis tu- moral (TNF-a) en linfocitos infiltradores de tumor (TIL) para aumentar su actividad antitumoral. En el protocolo clínico, los linfocitos transducidos ex vivo con un vector retrovírico se reinfunden a pacientes con melanoma me- tastásico avanzado. Un segundo protocolo comporta in- munizaciones con células tumorales autólogas transduci- das con el gen TNF-a (vacunas autólogas). Para producir dichas vacunas, se están incluyendo tam- bién en ensayos clínicos genes que codifican otras citoci- nas, introducidos en las células tumorales mediante vec- tores retrovíricos. Otros genes que codifican proteínas exógenas de histocompatibilidad y b2-microglobulina, transferidos mediante complejos liposoma-ADN se han utilizado para modificar tumores in situ con el fin de au- mentar la respuesta inmunitaria antitumoral (fig. 76-5). b) Modificación de la médula ósea para quimioprotección Esta categoría implica la modificación de la médula ósea del paciente para protegerla de los tratamientos de quimioterapia. Uno de estos protocolos utiliza el gen de la resistencia a múltiples drogas (MDR1) transducido a médula ósea para incrementar su tolerancia a fármacos utilizados comúnmente en quimioterapia, como vincris- tina, adriamicina y taxol, que muestran elevada toxicidad en dicho tejido. La posibilidad de utilizar dosis más ele- vadas de taxol en cáncer de mama y de ovario puede me- jorar las respuestas a dicho tratamiento quimioterapéu- tico. Como los fármacos pueden resultar tóxicos para varios órganos cuando se administran a dosis
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