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175 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: fisiopatología, clínica y diagnóstico INTRODUCCIÓN La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se define por una obstrucción al flujo aéreo, el antecedente del consumo de tabaco y la existencia, a veces, de unas manifestaciones clínicas determinadas (disnea, tos crónica, expectoración y aparición de exacerbaciones). Es una enfermedad heterogénea, que puede adoptar diferentes formas clínicas. Las lesiones que se asocian con la EPOC afectan al parénquima pulmonar y a las vías aéreas, tanto centrales como periféricas. Además, en ocasiones, puede observarse una participación sistémica, que se traduce, sobre todo, en inflamación y pérdida de masa muscular. Finalmente, es habitual la coexistencia de otras enfer medades, que suelen englobarse en el término comorbilidades. La alteración característica que sufre el parénquima en esta enfermedad permite definir el enfisema pulmonar como un agrandamiento permanente y destructivo de los espacios aéreos distales, en ausencia de fibrosis evidente, aunque se admite que pueda haber una remodelación del tejido, con un incremento neto del colágeno intersticial. Las vías aéreas casi siempre están dañadas en mayor o menor grado, apareciendo una hiper plasia de las glándulas mucosas, un aumento del número de células caliciformes, zonas de metaplasia escamosa y ano malías ciliares. Las vías aéreas que en la EPOC experimentan lesiones de mayor significado funcional y anatomopatológico son las de la periferia, que muestran un estrechamiento de su luz como consecuencia de los cambios inflamatorios cróni cos, las impactaciones mucosas, la metaplasia de las células caliciformes, la fibrosis y la hipertrofia del músculo liso que ocurren en esta enfermedad. Los efectos sistémicos que se evidencian en la EPOC resultan a veces difíciles de distinguir de la comorbilidad existente. Realmente, las consecuencias direc tamente atribuibles a la EPOC solo serían la inflamación pre sente en la sangre periférica, la pérdida de peso y la disfunción musculoesquelética. El resto, sobre todo las manifestaciones cardiovasculares, quizá son secundarias al tabaquismo y no dependen, de manera directa, de la enfermedad. La pérdida de peso y el trastorno musculoesquelético pueden condicionar algunos de los síntomas más relevantes de la EPOC, como es el caso de la disnea y la disminución de la capacidad de ejercicio. Los tres componentes lesionales mencionados —el parén quima pulmonar, la vía aérea y la repercusión sistémica— pue den coexistir en distinta proporción en un mismo individuo. Y ello quizás subyace en la diferenciación fenotípica que se aprecia en esta enfermedad. Por el momento se desconoce la importancia de cada uno de estos aspectos y su influencia real sobre el pronóstico. En este capítulo se describe la fisiopatología del pulmón en la EPOC, la implicación que pueden tener los efectos sistémicos y la clínica y el diagnóstico de la enfermedad. FISIOPATOLOGÍA Obstrucción al flujo aéreo Las alteraciones funcionales del pulmón en la EPOC se pro ducen por la asociación de las lesiones parenquimatosas, que consisten en un agrandamiento y destrucción de los espacios aéreos, con las lesiones de las vías aéreas, que se caracterizan por un aumento del grosor de todos los compartimentos que constituyen la pared bronquial. Ambos tipos de lesiones con tribuyen al incremento de la resistencia al flujo aéreo, que es el trastorno que mejor define a la EPOC. La obstrucción se sitúa, preferentemente, en la periferia pulmonar, en la que se encuentran las vías aéreas pequeñas, que son las ramificaciones comprendidas entre la cuarta y la decimocuarta generación bronquial y que tienen menos de 2 mm de diámetro. La resis tencia originada por estas vías influye muy poco, proporcio nalmente, en el total de la resistencia al flujo que ocasionan las vías aéreas. De ahí que esta zona se conozca como la gran zona silente del pulmón, puesto que incluso cuando la lesión 23 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 176 es importante apenas se detecta su afectación en las pruebas funcionales respiratorias. Las alteraciones del parénquima pulmonar también con tribuyen al incremento de la resistencia total al flujo aéreo que se observa en la EPOC. La pérdida de la retracción elástica se asocia con un remodelado del tejido conectivo peribronquiolar. Se produce así una rotura de las ataduras alveolares que unen los septos alveolares con los bronquíolos y que actúan como tirantes o tensores que impiden el colapso bronquioloalveolar, sobre todo durante la espiración (fig. 23.1). En este sentido, se ha señalado que existe una buena correlación entre el número de ataduras alveolares y el valor del volumen espiratorio forza do en el primer segundo (FEV1), lo que resalta la trascendencia funcional que tiene la destrucción de las paredes alveolares. El enfisema puede clasificarse según la zona en la que se encuentra dañado el acino. Cuando la destrucción predo mina en el centro de dicho acino, cerca de los bronquíolos respiratorios, el enfisema se conoce con el nombre de centro acinar. Se localiza entonces, sobre todo, en los lóbulos supe riores. El enfisema panacinar se asocia con un agrandamiento más universal de los espacios aéreos distales y se distribuye de modo más uniforme por todo el acino. Este tipo de enfi sema se observa más habitualmente en las regiones pulmo nares inferiores y es el que se relaciona con el déficit de la proteína α 1antitripsina. Ambos tipos de enfisema, el cen troacinar y el panacinar, pueden coexistir en el mismo pulmón y, exceptuando los casos de déficit de α1antitripsina puros, no tienen una diferenciación patogénica reconocida en el desa rrollo de la EPOC, ni se asocian a ningún fenotipo específico de la enfermedad. También existe la variedad denominada enfisema distal o paraseptal, que se localiza sobre todo en las regiones subpleurales del pulmón y en los espacios adyacentes a los septos pulmonares. Esta variedad puede evolucionar hacia la formación de bullas y asociarse con neumotórax de repetición. Además de las diferencias en la situación del acino afecta do, los dos tipos morfológicos mayores (centroacinar y pana cinar) también tienen características funcionales y lesionales distintas, tanto en las pequeñas vías aéreas como en el tejido conectivo intersticial. Respecto a las diferencias funcionales, se ha observado una mayor distensibilidad y una pérdida de retracción elástica en las formas de predominio pana cinar, mientras que la variedad centroacinar se asocia con un componente de fibrosis peribronquiolar, que determina menos cambios en las propiedades elásticas del pulmón. Este último tipo de enfisema se acompaña, además, de un mayor componente inflamatorio en las vías aéreas, lo que produce una disminución más acentuada en los flujos pulmonares, en comparación con la que se observa en el enfisema de pre dominio panacinar. Sin embargo, esta diferenciación tiene escaso interés clínico, ya que no da lugar a tipo evolutivo específico alguno, al menos conocido hasta la fecha. Tampoco sirve de guía para orientar el tratamiento. Desde un punto de vista clínico tiene mayor interés la distribución regional del enfisema en el pulmón, lo que distingue al enfisema homogéneamente repartido por todas las regiones pulmonares de aquel que es heterogéneo, sobre todo si afecta más a los lóbulos superiores. Este hecho tiene implicaciones importantes en los enfermos con un enfi sema grave que son candidatos a una cirugía de reducción del volumen pulmonar. Atrapamiento aéreoEn condiciones normales, la respiración tranquila a volumen corriente permite alcanzar el volumen de reposo al final de cada respiración (capacidad residual funcional [FRC]). Sin embargo, en la EPOC puede producirse un cierre precoz de las vías aéreas y, con ello, se queda atrapado un cierto volumen de aire alveolar. No puede alcanzarse así un volumen de reposo normal. Este fenómeno suele suceder en la EPOC grave, en la que el desplazamiento de la posición de reposo (FRC) altera la mecánica pulmonar, por lo que los pacientes tienen que manejar su volumen corriente en una posición próxima a sus límites máximos alcanzables (fig. 23.2). FIGURA 23.1 El engrosamiento de la pared bronquial, junto con la pérdida de la retracción elástica, condiciona la obstrucción al flujo aéreo en la EPOC. La pérdida de la retracción elástica se asocia con una disminución del número de septos alveolares, que actúan como ataduras o muelles que ayudan a mantener abiertas las vías aéreas en la periferia pulmonar. FIGURA 23.2 Comparado con un individuo normal (A), el paciente con una EPOC y con un atrapamiento aéreo (B) moviliza su volumen corriente (línea de puntos) muy cerca de sus valores máximos, como se aprecia en una espirometría forzada. Como consecuencia, cualquier incremento en la demanda respiratoria, como sucede durante el ejercicio o en una exacerbación, genera un atrapamiento aéreo y ocasiona una desventaja mecánica más o menos importantes según los casos. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 23 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: fisiopatología, clínica y diagnóstico 177 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. El atrapamiento aéreo es un fenómeno fisiológico común en las situaciones de obstrucción al flujo aéreo y es la conse cuencia del mal funcionamiento de la mecánica respiratoria. En efecto, el espacio aéreo y la vía de conducción están sometidos a presiones pleurales negativas durante la inspiración y a pre siones pleurales positivas durante la espiración (fig. 23.3). La presión positiva existente durante la espiración afecta a todas las estructuras intratorácicas, incluidas las vías aéreas periféri cas, que al ser patológicas pueden colapsarse prematuramente y atrapar el aire que contienen. En situaciones de estabilidad clínica, la persistencia crónica de estas alteraciones hace que el volumen de reposo del sistema respiratorio (pulmón y caja torácica) se desplace y alcance un nuevo equilibrio de presiones en una posición más alta de llenado pulmonar. Esto supone un incremento de la FRC por encima de los valores normales. En situaciones de ejercicio o durante las exacerbaciones de la enfermedad este equilibrio se rompe, al aumentar aún más el atrapamiento aéreo, que no se acompaña del correspondiente desplazamiento compensatorio de la caja torácica. En estos casos aparece la hiperinsuflación dinámica. Es este un fenó meno que se asocia con el atrapamiento aéreo y que se define por un aumento del volumen pulmonar teleespiratorio, que se sitúa por encima del volumen de reposo. Se debe a la acción de las fuerzas dinámicas que actúan al final de la espiración y que rompen el estado de equilibrio que debería existir en el pun to de reposo. La presión positiva al final de la espiración (PEEP, del inglés positive endexpiratory pressure) intrínseca o autoPEEP es el nivel de presión positiva alveolar existente al final de la espiración como consecuencia de la hiperinsuflación dinámica. Intercambio pulmonar de gases Los mecanismos fisiopatológicos capaces de explicar la hipo xemia y la retención de anhídrido carbónico (CO2) que se observan en la EPOC son la hipoventilación alveolar y la desigualdad entre la ventilación y la perfusión pulmonares. La EPOC se caracteriza por el desarrollo de un deterioro pro gresivo en el intercambio de gases, que puede ya apreciarse en las fases de gravedad moderada de la enfermedad, al principio con hipoxemia y luego, en fases más avanzadas, con una hipercapnia asociada. En ausencia de un tratamiento ade cuado, la hipoxemia puede conducir a una hipertensión pulmonar y a una insuficiencia cardíaca derecha. Todas estas alteraciones se agravan al dormir. Las desaturaciones de oxí geno pueden ocurrir en todas las fases del sueño, pero se ha cen más patentes en los pacientes en los que el intercambio de gases ya es anormal durante la vigilia. Cuando la EPOC es más grave y ya cursa con una hipercapnia crónica, la situación clínica empeora, la resistencia de las vías aéreas suele ser mayor, los períodos de desaturación son más prolongados y la hipoventilación alveolar que ocurre durante el sueño es más frecuente e intensa. El aumento de la sobrecarga mecá nica diurna y nocturna que se asocia con la hipercapnia crónica estable no produce, sin embargo, fatiga en los músculos res piratorios. Este fenómeno se ha atribuido al patrón ventilato rio «conformista» que se adopta, con una respiración rápida y superficial, que favorece aún más la hipercapnia por el incremento de la relación existente entre el espacio muerto y el volumen corriente. Efectos sistémicos La EPOC se acompaña de dos manifestaciones generales: la inflamación sistémica y la disfunción musculoesquelética, con pérdida del peso magro. La inflamación sistémica puede detectarse en las fases estables de la enfermedad, en algún momento de su evolución, hasta en el 70% de los casos, pero solo en el 16% de los pacientes se evidencia una inflamación sistémica persistente. La disfunción musculoesquelética es relativamente frecuente en la EPOC grave, que cursa con pér dida de peso. El estrés oxidativo y la inflamación también pueden afectar al músculo esquelético y condicionar una pérdida de masa muscular. Esta pérdida determina la apari ción de una menor fuerza en los músculos, que también se ha atribuido a otras causas, como la hipoxia, el sedentarismo o el tratamiento esteroideo. Estos trastornos ocasionan una impor tante limitación en la capacidad de ejercicio y en la calidad de vida del enfermo. La existencia de un metabolismo basal aumentado, como consecuencia del incremento del trabajo respiratorio que se produce, aún más acentuadamente en la EPOC grave, también puede ser responsable de la afectación de los músculos esqueléticos y de la pérdida de peso que se encuentra en estos casos. La pérdida de peso se debe, sobre todo, a la disminución de la masa muscular libre de grasa y no guarda relación con deficiencias en la ingesta calórica. En la EPOC grave puede observarse una pérdida de peso hasta en el 50% de los individuos. La trascendencia clínica de este adelgazamiento es enorme, ya que se ha demostrado que un índice de masa corporal inferior a 25 kg/m2 se asocia con una mayor mortalidad. Existen también otros posibles efectos sistémicos, cuya importancia se ha establecido gracias a diversas observaciones clínicas que han asociado la EPOC con una mayor prevalencia de otras enfermedades. Su significado se desconoce, así como las relaciones de causaefecto que pudieran existir, pero que por ahora no pueden asegurarse. Así sucede con la alteración del metabolismo cerebral energético, la mayor prevalencia de la depresión o la excesiva osteoporosis observada en los FIGURA 23.3 Esquema del funcionamiento del sistema respiratorio. Durante la espiración se generan presiones positivas intratorácicas, que afectan tanto al espacio alveolar como a las vías aéreas. Cuando las vías aéreas periféricas están lesionadas, la presión positiva intratorácica puede provocar su colapso precoz y originar un atrapamiento aéreo. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personalexclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 178 pacientes que tienen una EPOC. Los trastornos cardiovasculares que acompañan a esta enfermedad tienen, asimismo, una gran trascendencia clínica, pero no puede considerarse que sean debidos a los efectos sistémicos de la EPOC, sino que deben valorarse como una comorbilidad asociada, al igual que otras posibles (cuadro 23.1). MANIFESTACIONES CLÍNICAS Como en otras enfermedades, la anamnesis y el examen físico son parte fundamental de la evaluación clínica de todo pacien te, aunque el diagnóstico final de la EPOC es estrictamente funcional. En los países occidentales la exposición al humo del tabaco es la causa fundamental de esta enfermedad y este antecedente se encuentra en más del 90% de los casos. En algunas áreas, principalmente en los países en desarrollo, la obstrucción cró nica al flujo aéreo que se produce en la EPOC puede estar ligada a la inhalación de humo procedente de la combustión vegetal («humo de leña»). Estos casos suelen ser más prevalentes en las mujeres y en la morfometría pulmonar se aprecia una mayor afectación inflamatoria de las vías aéreas. En los últimos años se han buscado alteraciones genéti cas que puedan explicar la susceptibilidad de un porcentaje determinado de fumadores para desarrollar una EPOC. En tal sentido, se han hallado algunas asociaciones poligénicas, aun que solo se ha demostrado una clara asociación con el déficit de α 1antitripsina. Aun en ese caso, el tabaco sigue siendo un agente etiológico fundamental. Las manifestaciones clínicas que se encuentran en la EPOC son bastante inespecíficas y comunes con las de otras enfermedades respiratorias. Es importante diferenciarlas de las de la bronquitis crónica no obstructiva, ya que una par te importante de los síntomas se deben a este componente, como ocurre con la tos y la expectoración. Esta última suele ser de predominio matutino, de color blanco amarillento y, en general, poco abundante. Se considera que la expectoración mantenida durante 3 meses al año durante 2 años consecutivos es un criterio suficiente para establecer el diagnóstico de una bronquitis crónica. La disnea es el síntoma principal de la EPOC y suele ser un síntoma tardío, que se asocia con más frecuencia al compo nente enfisematoso de la enfermedad. Inicialmente aparece solo al hacer un esfuerzo físico y empeora de modo lento y progresivo. Tiene un importante componente subjetivo, pero se estima que se correlaciona con el atrapamiento aéreo y con la hiperinsuflación pulmonar. Según avanza la EPOC se produce una importante limitación en la actividad del paciente y en su calidad de vida, lo que conlleva ansiedad e incluso cierta depresión. Se recomienda graduar la intensidad de la disnea mediante la escala del Medical Research Council (MRC) (cuadro 23.2) y la calidad de vida condicionada por la enferme dad mediante el COPD assessment test (CAT) (www.catestonline. org). La falta de entrenamiento («acondicionamiento») mus cular que puede existir en esta enfermedad también puede limitar la capacidad de ejercicio y repercutir en la evaluación de la gravedad de la EPOC. De ahí que, para estimar mejor cada uno de los componentes implicados, se haya descrito el índice BODE (índice de masa corporal [body mass index], obstrucción al flujo aéreo, disnea y ejercicio), que proporciona un valor a cada una de estas variables para obtener una puntuación global que oscila entre 0 (mejor situación) y 10 (máxima gravedad). Esta puntuación se correlaciona bien con el riesgo de muerte en estos pacientes (tabla 23.1). La exploración física puede ser normal hasta que se alcan zan estadios avanzados de la enfermedad. Pueden auscultarse ruidos respiratorios relacionados con la obstrucción bron quial (roncus y sibilancias), que también aparecen en otras muchas enfermedades respiratorias. Durante la inspección Cuadro 23.1 ENFERMEDADES (COMORBILIDADES) QUE SE ASOCIAN CON LA EPOC Cardiovasculares: ● Cardiopatía isquémica ● Insuficiencia cardíaca ● Arritmias cardíacas ● Hipertensión pulmonar ● Hipertensión arterial ● Enfermedad tromboembólica Oncológicas: ● Cáncer de pulmón Metabólicas: ● Osteoporosis ● Diabetes mellitus ● Síndrome metabólico Neuropsiquiátricas: ● Trastornos psiquiátricos (ansiedad y depresión) ● Deterioro cognitivo Otras: ● Glaucoma y cataratas ● Anemia ● Síndrome de apneas e hipopneas del sueño Cuadro 23.2 ESCALA DE DISNEA DEL MEDICAL RESEARCH COUNCIL (MRC) BRITÁNICO 0 Ausencia de disnea al realizar un ejercicio intenso 1 Disnea al caminar deprisa en llano o subiendo una pendiente poco pronunciada 2 Disnea al mantener el mismo paso que otras personas de la misma edad caminando en llano o tener que pararse a descansar al andar por terreno llano a su propio paso 3 Disnea que obliga a detenerse para descansar tras caminar unos 100 m o pocos minutos después de andar por terreno llano 4 Disnea que impide salir de casa o que aparece con actividades cotidianas, como vestirse o desvestirse Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 23 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: fisiopatología, clínica y diagnóstico 179 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. puede observarse una respiración con los labios fruncidos e incluso el uso de los músculos accesorios torácicos. También puede evidenciarse un tórax deformado en tonel, por la hipe rinsuflación pulmonar, lo que suele ocasionar un timpanismo en la percusión. El signo de Hoover se refiere a una asincronía en la parte inferior del tórax, que se acorta en su sección trans versal durante la inspiración y que acompaña a la insuflación pulmonar, con un diafragma horizontalizado, que ejerce una tracción paradójica hacia el interior, opuesta a la expansión del resto del tórax. En los casos más avanzados puede aparecer una insuficien cia cardíaca derecha, con ingurgitación yugular, hepatomegalia y edemas en las extremidades inferiores. La cianosis central se asocia con una hipoxemia grave y con una presión alveolar de oxígeno baja (PaO 2 < 50 mm Hg). Esta situación se detecta principalmente en el fenotipo definido como bronquitis cróni ca. Además de este fenotipo y el del enfisema pulmonar, se han identificado otros, auténticas formas clínicas de la enfermedad, transversales a los dos citados y que se han denominado feno tipo mixto (EPOC y asma) y fenotipo exacerbador. La EPOC es un trastorno habitualmente progresivo, pero esa evolución no siempre es igual, ya que existen casos en los que es muy rápida («acelerada»), mientras que otros permanecen estables durante toda la vida. Entre los factores que se asocian con una mayor progresión de la enfermedad se encuentran la intensidad de los síntomas, la presencia de un enfisema, la positividad de la prueba broncodilatadora y la frecuencia de las agudizaciones. En todos los casos, cuanto más precoz es el abandono del consumo de tabaco, más posibilidades existen de que la enfermedad evolucione más lentamente. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de la EPOC se basa en la espirometría y, en con creto, en la demostración de un patrón ventilatorio obstructivo, es decir, de un cociente entre el FEV1 y la capacidad vital forzada (FVC) posbroncodilatación menor de 0,7, en presencia de unas manifestaciones clínicas compatibles. La existencia de la enfermedad debe sospecharse ante un fumador intenso (índice paqueteaño por encima de 10), que tiene una edad superior a los 35 años y que refiere una clínica compatible. El diagnóstico debe completarse estableciendo la forma clínicao fenotipo predominante y la gravedad de la enfermedad, tal y como se detalla en el capítulo siguiente. La medición de los volúmenes pulmonares estáticos y de la capacidad de transferencia o de difusión para el monóxido de carbono (DLCO) puede estar indicada para realizar un diagnóstico diferencial con otros procesos que también cur san con una obstrucción crónica al flujo aéreo. La determina ción de los volúmenes pulmonares, normalmente mediante una pletismografía, permite evaluar el grado de atrapamiento aéreo existente, circunstancia que se correlaciona con el grado de disnea. También aporta datos complementarios relativos al diagnóstico del enfisema. Por ejemplo, en algunos casos, la comparación de los resultados de la pletismografía con los volúmenes pulmonares obtenidos por dilución permite una estimación indirecta del volumen de gas atrapado en las bullas enfisematosas. El test de difusión es el procedimiento que mejor se correlaciona con el grado de enfisema. Su realización se ha simplificado mucho en la actualidad, por lo que hoy en día se considera que es una técnica habitual en el diagnóstico diferencial de la EPOC. Las pruebas de ejercicio suelen solici tarse para evaluar la incapacidad que produce la enfermedad. Su versión más sencilla, la prueba de la marcha de 6 minutos, se ha generalizado y es uno de los dominios incluidos en el índice BODE. En los pacientes con una EPOC moderada o grave debe cuantificarse, mediante una gasometría arterial, la repercusión que la enfermedad tiene sobre el intercambio gaseoso. Ade más, en algunos casos puede requerirse, sobre todo si existen alteraciones gasométricas que no se justifican por la gravedad de la EPOC, una poligrafía respiratoria nocturna, que también es necesaria si existen síntomas que sugieren un síndrome de apneas e hipopneas obstructivas del sueño. La radiografía simple de tórax aporta, en general, poca información, pero en la evaluación inicial del paciente es útil para descartar la existencia de posibles complicaciones. La tomografía computarizada torácica identifica bien el enfi sema pulmonar y es especialmente útil en los casos de difícil diagnóstico, como cuando existe un enfisema subclínico con un FEV 1 normal, en el enfisema bulloso localizado y cuando el enfisema se asocia con una fibrosis pulmonar. El hemograma permite detectar la presencia de una poliglobulia secundaria o de una anemia. El estudio bioquímico del suero puede evidenciar la inflamación sistémica e identificar los casos debidos a un déficit de α 1antitripsina. Ofrece, asimismo, una valoración de la posible repercusión renal o hepática de la enfermedad. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL La EPOC, al ser una entidad cuyo diagnóstico es esencial mente funcional (obstrucción al flujo aéreo poco reversible), debe diferenciarse sobre todo de otros trastornos obstructivos, entre los cuales el más frecuente es el asma bronquial. En la mayoría de los casos, la historia clínica (comienzo de los síntomas, manifestaciones clínicas asociadas) y la reversibi lidad de la limitación al flujo aéreo permiten distinguir bien TABLA 23.1 Clasificación de la EPOC basada en el índice BODE* 0 1 2 3 FEV1 (% del valor predicho) ≥ 65 50-64 36-49 ≤ 35 Distancia caminada (m) en 6 minutos ≥ 350 250-349 150-249 ≤ 149 Disnea (escala del MRC) 0-1 2 3 4 Índice de masa corporal (kg/m2) > 21 ≤ 21 BODE, índice de masa corporal [body mass index], obstrucción al flujo aéreo, disnea y ejercicio; FEV1, volumen espiratorio forzado en el primer segundo; MRC, Medical Research Council. *Se indica la puntuación posible para cada variable. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 180 ambos trastornos. Sin embargo, existen casos en los que la clínica sugiere la existencia de un asma, pero en los que el componente obstructivo es irreversible y el diagnóstico dife rencial es muy difícil o casi imposible. Estas formas clíni cas se consideran como un fenotipo específico de la EPOC (fenotipo mixto). La prueba de difusión y la determinación del óxido nítrico exhalado pueden aportar información útil, pero es imprescindible, antes de asegurar que la obstruc ción no revierte completamente, llevar a cabo una prueba de reversibilidad que incluya los esteroides orales en dosis altas (30 mg diarios de prednisona o equivalente) al menos durante 2 semanas. En otras enfermedades puede ser útil la tomografía compu tarizada torácica de alta resolución. Así ocurre con las bron quiectasias o la bronquiolitis obliterante, que suelen asociarse con otras alteraciones (colagenosis, fármacos neumotóxicos, etc.). Bibliografía Agustí A, Edwards LD, Rennard SI, MacNee W, TalSinger R, Miller BE, et al. Persistent systemic inflammation is associated with poor clinical outcomes in COPD: a novel phenotype. PLoS One 2012;7:e37483. Bernard S, Leblanc P, Whittom F, Carrer G, Jobin J, Belleau R, et al. Peripheral muscle weakness in patient with chonic obstructive pulmonary disease. Am J Respir Crit Care Med 1998;158:62934. Casanova C, Cote C, de Torres JP, AguirreJaime A, Marín JM, Pinto Plata V, et al. The inspiratory to total lung capacity ratio predicts mortality in patients with COPD. Am J Respir Crit Care Med 2005;171:5917. Casanova C, de Torres JP, AguirreJaíme A, PintoPlata V, Marín JM, Cordoba E, et al. 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