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197 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: tratamiento de las exacerbaciones INTRODUCCIÓN Las exacerbaciones o agudizaciones de la enfermedad pulmo- nar obstructiva crónica (EPOC) se consideran en la actualidad como episodios de inestabilidad con capacidad potencial para repercutir sobre la evolución natural de la enfermedad. Estas descompensaciones, sobre todo si se repiten o son intensas, contribuyen a deteriorar el estado de salud del paciente, favo- recen la progresión del proceso y aumentan el riesgo de muerte. Estos hechos subrayan la necesidad de desarrollar estrategias preventivas capaces de reducir el número y la gravedad de las agudizaciones. Cuando se produce una exacerbación, la importancia de sus consecuencias obliga a optimizar y a adecuar el tratamiento, para lo que deben tenerse en cuenta los factores predisponentes que puedan existir, los cambios fisiopatológicos que puedan producirse y la intensidad del episodio en cuestión. Las exacerbaciones pueden tratarse de manera ambulatoria o en el hospital. Para tomar una decisión a este respecto existen diversos criterios que conviene tener en consideración (cuadro 26.1). No obstante, con la excepción del soporte ventilatorio, en todos los niveles asistenciales se dispone de casi todas las opciones terapéuticas, por lo que el tratamiento puede realizarse con seguridad en prácticamente todos los casos. FISIOPATOLOGÍA La inflamación y la hiperinsuflación dinámica parecen jugar un papel importante en la patogenia de las exacerbaciones de la EPOC. No obstante, todavía no está claro cuál de esos dos com- ponentes es el más relevante o si ambos intervienen en todas las ocasiones. La inespecificidad de los síntomas, la diversidad en los factores precipitantes, la confusión que se deriva de los procesos concurrentes y, en especial, las diferencias que pueden observarse en la respuesta del enfermo contribuyen bastante a la heterogeneidad con la que se presentan las agudizaciones en la EPOC. Desde un punto de vista fisiopatológico, conviene distinguir varias fases cuando se estudia una exacerbación y se analizan sus consecuencias. Efectos de la exacerbación a corto plazo El factor desencadenante más habitual de una exacerbación es el aumento de la inflamación existente en la vía aérea. Este incremento puede deberse a la acción de bacterias o de virus, pero también a la polución ambiental, incluido el humo del tabaco. Sin embargo, la posible relación existente entre la inflamación y la causa, la frecuencia y la gravedad de una agu- dización no se ha establecido con certeza. Una mayor reacción inflamatoria local induce muchos cambios patológicos en la vía aérea (hiperproducción de secreciones respiratorias, engro- samiento y edema de la pared bronquial, broncoconstricción). Estos cambios pueden originar un estrechamiento brusco del calibre bronquial y empeorar la obstrucción al flujo aéreo y la hiperinsuflación dinámica (fig. 26.1). La inflamación bronquial es crucial en la patogenia de la EPOC, aunque no en todas las exacerbaciones se observa una mayor reacción inflamatoria. Por el contrario, diversos estudios han señalado que existe una estrecha asociación entre la disnea y la hiperinsuflación dinámica. Los mecanismos que pueden llevar al agravamiento de la hiperinsuflación y de la limitación al flujo aéreo, en ausencia de inflamación, se conocen aún menos. La hiperinsuflación dinámica incrementa el trabajo de los músculos respiratorios y el consumo de oxígeno, lo que origina, a su vez, un descenso en la presión parcial de oxígeno en la sangre venosa. La obstrucción bronquial también induce un mayor desequilibrio en la relación entre la ventilación y la perfusión pulmonares (cociente V/Q), porque una gran proporción del flujo pulmonar se deriva hacia las unidades pulmonares con un menor cociente V/Q. La combinación de todos estos mecanismos trastorna aún más el intercambio de gases en los individuos que sufren una exacerbación grave. La aparición brusca de una hiperinsuflación dinámica también puede reducir la precarga ventricular derecha, al afectar al 26 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 198 retorno venoso. Además, la presión en la arteria pulmonar generalmente es más alta, para cualquier valor del volumen minuto cardíaco, en los pacientes que tienen una EPOC que en las personas sanas. Todas estas anomalías pueden ampli- ficar las alteraciones cardiovasculares que se encuentran en muchos de estos enfermos. Durante las exacerbaciones también parece que se produce un aumento de la inflamación sistémica, lo que se correlaciona con las manifestaciones clínicas y con el deterioro de la función pulmonar. Se ha sugerido, además, que el empeoramiento en la limitación al flujo aéreo que se aprecia en muchos casos conduce, asimismo, a una mayor demanda de oxigenación sistémica en un individuo que ya, primariamente, tiene una reserva ventilatoria limitada. La inflamación sistémica podría ser responsable de algunas de las manifestaciones extrapul- monares de la EPOC, como la desnutrición, la disfunción muscular o la morbilidad cardiovascular. Efectos de la exacerbación a largo plazo Desde un punto de vista fisiopatológico, existe muy poca información sobre cómo se produce la recuperación en las exacerbaciones de la EPOC y sobre cuáles son los efectos de FIGURA 26.1 Mecanismos fisiopatológicos implicados en las exacerbaciones de la EPOC. V/Q, relación entre la ventilación y la perfusión pulmonares. Cuadro 26.1 INDICACIONES PARA REMITIR AL HOSPITAL A UN PACIENTE CON UNA EPOC CON EL FIN DE VALORAR LA POSIBILIDAD DE SU INGRESO POR UNA EXACERBACIÓN Incremento acusado en la intensidad de los síntomas, como por ejemplo la aparición brusca de una disnea de reposo Gravedad basal de la EPOC Aparición de signos físicos nuevos, como cianosis o edemas periféricos Fracaso terapéutico en ocasiones previas similares (falta de respuesta al tratamiento) Comorbilidad significativa Antecedente de exacerbaciones frecuentes en el año previo Presencia de arritmias cardíacas de nueva aparición Conveniencia de descartar otros diagnósticos (neumonía, neumotórax, insuficiencia cardíaca, embolismo pulmonar, etc.) Existencia de un apoyo familiar o domiciliario insuficiente Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 26 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: tratamiento de las exacerbaciones 199 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. una agudización a largo plazo. En fechas recientes ha finalizado un estudio que ha analizado los cambios inflamatorios y la fre- cuencia de las exacerbaciones que se producían en los pacientes durante un período de 7 años. En los enfermos que sufrían agu- dizaciones frecuentes se observó que aumentaba el fibrinógeno plasmático a lo largo del tiempo, lo que ha llevado a pensar que en estos casos el riesgo cardiovascular debería ser mayor. Otros estudios también han señalado que podría existir una inflamación sistémica residual, que aumentaría con el tiempo y que sería responsable de consecuencias extrapulmonares de distinta consideración a largo plazo. En un trabajo realizado hace poco tiempo se ha demostrado que la incidencia de los acontecimientos adversos no respiratorios después de sufrir una exacerbación aumentaba 3,57 veces, en comparación con la situación existente antes de la exacerbación. En el mismo sentido,los accidentes cardíacos se multiplicaron 3,85 veces, las neoplasias casi doblaron su incidencia y las alteraciones metabólicas se quintuplicaron. TRATAMIENTO En la figura 26.2 se muestra un algoritmo para el tratamiento de las exacerbaciones de la EPOC. La intensidad terapéutica debe ajustarse a la gravedad de la agudización. Sin embargo, aún no existe acuerdo sobre cuáles deben ser los criterios que han de definir dicha gravedad. En la tabla 26.1 se recoge la propuesta que se realiza en un documento conjunto publicado por la European Respiratory Society (ERS) y la American Thoracic Society (ATS) para establecer la gravedad de una exacerbación. Tratamiento de los factores precipitantes Aún existe cierta controversia, a pesar de la poca discrimina- ción con la que se ha recurrido a la antibioticoterapia en la exacerbación de la EPOC, sobre cuáles deben ser los pacientes que han de tratarse con antimicrobianos. Esta dificultad es el resultado de una compleja situación clínica en la que, a menudo, la causa de la agudización no puede identificarse con facilidad. Se estima que alrededor de un 40 a un 50% de las exacerbaciones de la EPOC son de origen bacteriano. No obstante, incluso cuando se identifica una bacteria, no está claro si esta es o no la causa del deterioro clínico que padece el enfermo o bien solo forma parte de la flora que colonizaba previamente su vía aérea. Las pruebas diagnósticas actuales no permiten distinguir bien si la exacerbación es de naturaleza bacteriana, vírica o ambiental. Quizás este es el motivo por el que muchos médi- cos optan por la prescripción antibiótica. Anthonisen et al. demostraron, en un estudio ya clásico, que el empleo de los antimicrobianos en las agudizaciones solo es útil cuando se cumplen al menos dos de los tres criterios siguientes: empeo- ramiento de la disnea, incremento de la purulencia del esputo y aumento del volumen de la expectoración. En los pacientes en los que se apreciaban los tres criterios, la administración de un antibiótico se asoció con una resolución del cuadro clínico en un 63% de los casos, en comparación con el 43% que se observaba si se empleaba un placebo. En los enfermos en los que se cumplían dos de los tres criterios, la resolución de la exacerbación se produjo en un 70% de los individuos tratados con un antibiótico, mientras que esto ocurrió en el 60% de los que recibieron un placebo. Finalmente, en los sujetos en los que solo existía un criterio, el porcentaje de resolución fue el mismo, con independencia de si se recurría o no a la antibioticoterapia (el 74 frente al 70%). Por este motivo, casi todas las normativas aconsejan emplear antibióticos cuando se cumplen al menos dos de los tres criterios citados, aun cuando la correlación clínico-microbiológica no es muy elevada. La aparición aislada de algunos síntomas o signos como, por ejemplo, tos o fiebre elevada, no constituye, por sí misma, una indicación que avale la antibioticoterapia. De los tres datos cardinales propuestos por Anthonisen et al., el que mejor predice la existencia de una infección bac- teriana es la purulencia en el esputo. Al respecto, investigadores españoles han demostrado, utilizando cultivos cuantitativos llevados a cabo con un cepillo protegido en pacientes con una EPOC grave, que este síntoma predice la presencia de bacterias en grandes concentraciones con un valor predictivo positivo del 77% y un valor predictivo negativo del 89%. En la más reciente de las revisiones sistemáticas que ha analizado la eficacia de los antibióticos cuando la expectoración es purulenta, se ha encontrado que, en los pacientes así tratados, se produce una clara reducción del riesgo de mortalidad (riesgo relativo [RR]: 0,23; intervalo de confianza [IC] al 95%: 0,1-0,52; número de tratamientos necesarios [NTN] para evitar una muerte: 8 [IC al 95%: 6-17]), y una significativa disminución del fracaso terapéutico (RR: 0,75; IC al 95%: 0,63-0,9; NTN: 3 [IC al 95%: 3-5]) y de la persistencia en la purulencia del esputo (RR: 0,51; IC al 95%: 0,41-0,77; NTN: 8 [IC al 95%: 6-17]). En los últimos 5 años ha despertado mucho interés el estudio de la procalcitonina sérica por el posible papel que puede tener esta prohormona como marcador de la infección bacteriana. Un trabajo clínico reciente ha evidenciado que el tratamiento de las exacerbaciones de la EPOC guiado por este péptido consigue reducir la prescripción antibiótica (un 40 frente a un 72%; p < 0,001) y la exposición a los antimi- crobianos (RR: 0,56; IC al 95%: 0,43-073), si se compara con la forma estándar de orientar el tratamiento. Los resultados clínicos (proporción de exacerbaciones, hospitalizaciones y tiempo medio hasta el próximo ingreso) fueron similares en los dos grupos terapéuticos, a los que se siguió durante 6 meses. En la tabla 26.2 se recoge la pauta antibiótica recomendada para el tratamiento de las exacerbaciones en el tercer consenso antimicrobiano de la EPOC. Las bacterias identificadas con mayor frecuencia en estas agudizaciones son Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae y Moraxella catarrhalis, aunque en las exacerbaciones graves Enterobacteriaceae y Pseu- domonas aeruginosa pueden ser relevantes. Tratamiento de la limitación al flujo aéreo y de la hiperinsuflación dinámica BRONCODILATADORES DE ACCIÓN CORTA Tanto los agonistas β2-adrenérgicos como los agentes antico- linérgicos de acción corta siguen siendo, hoy en día, el trata- miento de elección en las exacerbaciones de la EPOC. Su admi- nistración trata de aliviar los síntomas y mejorar la función pulmonar. La eficacia de los broncodilatadores de acción corta Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 200 FIGURA 26.2 Algoritmo para el tratamiento de una exacerbación en la EPOC. IR, insuficiencia respiratoria; RR, rehabilitación respiratoria. TABLA 26.1 Clasificación de la gravedad de una exacerbación en la EPOC Nivel I Nivel II Nivel III Anamnesis Comorbilidad significativa* + +++ +++ Antecedente de exacerbaciones frecuentes + +++ +++ Gravedad basal de la EPOC Leve/moderada Moderada/grave Grave Exploración física Evaluación hemodinámica Estable Estable Estable/inestable Utilización de la musculatura accesoria de la respiración o taquipnea No presente ++ +++ Manifestaciones clínicas persistentes tras el tratamiento inicial No ++ +++ *Las comorbilidades que se asocian con mayor frecuencia con un mal pronóstico en la EPOC son la insuficiencia cardíaca congestiva, la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus y la insuficiencia renal. +, improbable que esté presente; ++, probable que esté presente; +++, muy probable que esté presente; nivel I, exacerbación que puede tratarse de forma ambulatoria; nivel II, exacerbación que precisa una asistencia hospitalaria; nivel III, exacerbación que precisa una vigilancia intensiva. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 26 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: tratamiento de las exacerbaciones 201 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. sobre esa función pulmonar, utilizando el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1) como variable principal, no se pone en duda en la actualidad, pese a la ausencia de ensayos clínicos al respecto. La capacidad inspiratoria (IC) también aumenta de manera significativa, lo que sugiere la existencia de un beneficio complementario sobre la hiperinsu- flación dinámica. Por este motivo, las principales normativasnacionales e internacionales recomiendan incrementar la dosis y la frecuencia de administración de estas sustancias como elemento esencial en el tratamiento de las agudizaciones. La rapidez de acción de los agentes β 2-adrenérgicos de acción corta convierte a estos fármacos en medicamentos de primera elección. Cuando la respuesta clínica es insuficiente, se reco- mienda añadir una sustancia anticolinérgica inhalada de acción corta (ipratropio), a pesar de que una revisión de la iniciativa Cochrane no logró demostrar beneficios adicionales con su empleo. Tampoco se han observado ventajas en la mejoría del FEV 1 en cuanto al uso de nebulizadores, en comparación con el empleo de cartuchos presurizados de dosis medida (MDI), con o sin cámara espaciadora, siempre que la técnica inhalatoria sea correcta. BRONCODILATADORES DE ACCIÓN PROLONGADA El formoterol, un agonista β2-adrenérgico de acción prolonga- da con un comienzo de acción rápido, se ha utilizado como medicación de rescate en las exacerbaciones de la EPOC. No obstante, a pesar de que el formoterol en dosis altas se tolera bien, todavía no está claro si este compuesto puede ser una alternativa real, en el tratamiento de las agudizaciones, a los broncodilatadores de acción corta. Un estudio piloto ha valo- rado el efecto del formoterol, del tiotropio (un broncodilatador anticolinérgico de acción prolongada) y de su combinación en 22 pacientes que tenían una agudización leve o moderada de la enfermedad. El formoterol y el tiotropio aumentaron de forma significativa el área bajo la curva, tanto a las 12 como a las 24 horas de administrar la dosis, para el caso del FEV 1, de la capacidad vital forzada (FVC) y de la IC. Sin embargo, los resultados fueron superiores cuando se combinaron ambos fármacos, lo que parece sugerir la existencia de efectos com- plementarios o sinérgicos. METILXANTINAS (TEOFILINAS) La evidencia que respalda actualmente la indicación de las teo- filinas en las exacerbaciones de la EPOC es escasa. En general, los estudios realizados hasta la fecha no evidencian que se consiga beneficio alguno en cuanto a la función pulmonar, la intensidad de los síntomas o la duración del ingreso en el hospital. Por el contrario, sí se ha señalado la posible aparición de efectos secundarios significativos, sobre todo náuseas y vómitos. Estos datos han hecho que en la mayoría de las nor- mativas actuales no se recomienden las teofilinas, de manera sistemática, en el tratamiento de las agudizaciones de la EPOC. Tratamiento antiinflamatorio CORTICOESTEROIDES SISTÉMICOS En las exacerbaciones de la EPOC aumenta de modo significati- vo la inflamación local existente en la vía aérea. Esta circunstan- cia proporciona una base racional para justificar el tratamiento con corticoesteroides en las agudizaciones de la enfermedad. Diversos ensayos clínicos bien diseñados y algunas revisiones sistemáticas han demostrado que, en esta situación, una tanda corta de estos fármacos, prescritos por vía general, mejora la función pulmonar, acelera la desaparición de los síntomas, disminuye la estancia hospitalaria y reduce el porcentaje de fracasos terapéuticos. Pese a ello, hoy en día aún no se conoce con certeza cuál es la dosis óptima que debe administrarse ni la duración del tratamiento que resulta más efectiva. TABLA 26.2 Pautas de tratamiento antibiótico empírico, según el tercer documento del consenso español sobre el uso de antimicrobianos en la agudización de la EPOC Grupo Definición Microorganismos más probables Antibiótico de elección Antibiótico alternativo Duración del tratamiento I (FEV1 > 50%) Sin comorbilidad a Haemophilus influenzae Streptococcus pneumoniae Moraxella catarrhalis Amoxicilina- clavulánico Cefditoreno 5-7 días Con comorbilidad Sin riesgo de infección por Pseudomonas aeruginosa Haemophilus influenzae Streptococcus pneumoniae Enterobacteriaceae Moxifloxacino Levofloxacino Amoxicilina- clavulánico 5-7 días II (FEV1 ≤ 50%) Con riesgo de infección por Pseudomonas aeruginosa Los mismos más Pseudomonas aeruginosa Levofloxacino Ciprofloxacino Antibiótico β-lactámico activo frente a Pseudomonas aeruginosab 10 días FEV1, volumen espiratorio forzado en el primer segundo. Adaptado con autorización de Miravitlles et al., 2008. aConsultar los criterios de comorbilidad y los factores de riesgo en el texto. bCefepima, ceftacidima, piperacilina-tazobactam, imipenem o meropenem. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 202 En 1980, Albert et al. publicaron el primer trabajo que apo- yaba el uso de los corticoesteroides sistémicos en los pacientes hospitalizados por una exacerbación de la EPOC. Al respecto, estudiaron a 44 pacientes que tenían una EPOC y una insu- ficiencia respiratoria crónica, a los que aleatorizaron en dos grupos, uno tratado con un placebo y el otro con metilpredni- solona intravenosa (0,5 mg/kg de peso/6 horas durante 3 días). En los enfermos que recibieron el fármaco activo se produjo una mejoría apreciable, como mínimo de un 40%, en el FEV1, en comparación con el valor basal de partida. Casi dos décadas más tarde, en el estudio más largo llevado a cabo hasta la fecha, el Systemic corticosteroids in chronic obstructive pulmonary disease exacerbations trial (SCCOPE), se establecieron tres grupos de pacientes. Los dos primeros se trataron con metilprednisolona intravenosa (125 mg/6 horas, durante los 3 primeros días, con una reducción progresiva posterior de la dosis, durante las 2 o las 8 semanas siguientes). El tercer grupo solo recibió un placebo. El fracaso terapéutico fue menor en los enfermos tratados con corticoesteroides, tanto a los 30 (un 33 frente a un 23%) como a los 90 días (un 48 frente a un 37%), pero no a los 6 meses. La duración de la estancia hospitalaria fue más corta y el FEV 1 mejoró más rápidamente (cerca de 100 mL) en los tratados que en los no tratados. Sin embargo, en los primeros, la frecuencia de los efectos adversos fue mayor (un 67% tuvo hiperglucemia), en especial las infecciones secundarias en los individuos del grupo tratado durante 8 semanas. Por el contrario, la duración de la corticoterapia no influyó en los resultados. Aunque los dos trabajos mencionados utilizaron esteroides parenterales en dosis altas, parece claro que la predni- solona administrada por vía oral en dosis menores (30 mg/día) consigue efectos similares a los señalados en los pacientes graves hospitalizados por una agudización no acidótica de su enfermedad. En el medio ambulatorio también se dispone de, al menos, dos estudios significativos. En ambos se ha demos- trado que la prednisona oral (40-60 mg/día, durante 10 días) mejora con mayor rapidez el valor del FEV1 y disminuye de modo apreciable la tasa de fracasos terapéuticos. En atención a los trabajos referidos, las principales nor- mativas y guías clínicas actuales recomiendan el empleo de los corticoesteroides sistémicos en los pacientes que, con una EPOC grave, sufren una agudización de su enfermedad. Tam- bién los aconsejan en la exacerbación de una EPOC leve o moderada en la que la respuesta terapéutica inicial no es satis- factoria. La dosis que debe emplearse aún no se ha precisado con exactitud. No obstante, la pauta más habitual se basa en indicar de 30 a 40 mg de prednisona o su equivalente durante no más de 2 semanas. CORTICOESTEROIDES INHALADOS Dos estudios aleatorizados recientes han evaluado el papel de los esteroides inhalados en la agudización de la EPOC. En el primero se comparó la eficacia de la budesonida nebulizada (concentración de 0,5 mg/mL, en dosis de 2 mg/12 horas duran- te 3 días) y de la prednisolona oral (30 mg/12 horas durante 7 días) con la de unplacebo en pacientes con una EPOC grave hospitalizados por una exacerbación moderada o grave no acidótica. En los sujetos que recibieron el fármaco activo (bude- sonida o prednisolona), el FEV1 posbroncodilatador mejoró con mayor rapidez, mientras que la duración de la estancia hospitalaria y los efectos adversos fueron similares en todos los casos. En el segundo se investigó a 159 pacientes, que se aleatorizaron en tres grupos. El grupo I recibió un tratamiento broncodilatador estándar, en el grupo II se añadió predniso- lona (40 mg/día) y el grupo III se trató con budesonida nebu- lizada (1.500 µg/6 horas), además de con el broncodilatador. La budesonida nebulizada en dosis altas fue tan eficaz y segura como la corticoterapia oral. De estos trabajos se deduce que los esteroides nebulizados pueden ser una alternativa a la pauta oral en el tratamiento de las exacerbaciones leves o moderadas, no acidóticas, de la EPOC. No obstante, parece evidente que se precisan nuevos análisis para evaluar el impacto real que una estrategia como esta puede tener a largo plazo, sobre todo en lo que se refiere a los efectos secundarios extrapulmonares. Tratamiento de la insuficiencia respiratoria OXIGENOTERAPIA CONTROLADA El oxígeno suplementario es una de las piezas clave en el tra- tamiento de las exacerbaciones de la EPOC que cursan con una insuficiencia respiratoria. Entre los potenciales beneficios de la oxigenoterapia están la reducción de la vasoconstricción pulmonar, la disminución de la sobrecarga ventricular derecha, la mejoría de una posible isquemia miocárdica, el aumento del gasto cardíaco y el incremento en la liberación de oxígeno a los distintos órganos vitales. El objetivo primario de la oxigenoterapia se cifra en con- seguir que la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial (PaO 2) alcance un valor que sirva para prevenir la hipoxia y para optimizar la cesión del oxígeno en la periferia. En la práctica clínica, el oxígeno debe administrarse en una concen- tración inspiratoria baja, entre el 24 y el 28%, mediante una mascarilla de alto flujo tipo Venturi o con «gafas nasales» de bajo flujo, a 2-4 L/minuto. Esta estrategia aumenta modes- tamente, pero con efectividad, la PaO2, sin correr el riesgo de producir una acidosis o una hipercapnia significativas. En las exacerbaciones de la EPOC moderadas o graves debe realizarse una gasometría arterial antes y después de iniciar el tratamiento con oxígeno, para comprobar que se alcanza la PaO 2 deseada. En efecto, cerca del 20% de los pacientes que acuden al hospital por una agudización de la enfermedad pueden desarrollar una acidemia de riesgo vital. La oxigenación mediante una membrana extracorpórea (ECMO, del inglés extracorporeal membrane oxygenation), una posibilidad terapéutica que se ha desarrollado en los últimos 2 o 3 años, puede estar indicada en casos muy seleccionados, aunque aún es pronto para saber cuál es su verdadera utilidad, los beneficios que aporta, y los riesgos y efectos secundarios que conlleva. VENTILACIÓN MECÁNICA ASISTIDA El objetivo de la ventilación mecánica en los pacientes que tienen una insuficiencia respiratoria se centra en conseguir que disminuya la mortalidad y la morbilidad inherentes a la exacerbación de la EPOC que padecen. Se busca aliviar los síntomas existentes cuando no ha sido posible hacerlo con el tratamiento médico óptimo instaurado hasta ese momento. La ventilación mecánica puede aplicarse de forma no invasiva Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 26 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: tratamiento de las exacerbaciones 203 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. (VMNI) o de manera invasiva (VMI), utilizando para ello dife- rentes equipos y modos ventilatorios. Estos equipos y modos son, en esencia, dispositivos de presión positiva que actúan a través de una mascarilla nasal, oronasal o facial en la VMNI, y mediante una intubación orotraqueal o por una traqueostomía en la VMI. En la figura 26.3 se muestra el algoritmo que, al res- pecto, proponen conjuntamente, de acuerdo con la evidencia científica disponible, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT). Ventilación mecánica no invasiva Una revisión sistemática basada en los ensayos clínicos efec- tuados hasta la fecha con un diseño adecuado permite señalar que la VMNI, unida al tratamiento médico convencional, reduce el fracaso terapéutico, aminora la mortalidad y evita la necesidad de intubar al enfermo en algunos casos (por cada cinco individuos así tratados, la intubación se evita en uno de ellos). Además, la VMNI aumenta el pH, acorta la estancia hos- pitalaria y disminuye con rapidez la hipercapnia y la frecuencia respiratoria, así como mejora las complicaciones que a veces se asocian con el tratamiento. Ventilación mecánica invasiva Los episodios de insuficiencia respiratoria aguda que amenazan la vida pueden beneficiarse de la aplicación de modalidades de tratamiento más complejas, como es el caso de la VMI. Las principales indicaciones de esta técnica son la acidemia, la hipoxemia grave y el deterioro del estado mental. La decisión de instaurar una VMI no es fácil de tomar. En este sentido, debe considerarse el grado de reversibilidad, la comorbilidad, el estado de salud existente en situación basal y el deseo del individuo. Tradicionalmente se ha asumido que los pacientes con una EPOC que precisan una VMI tienen una mortalidad muy elevada, por lo que en muchas ocasiones su indicación es controvertida. Sin embargo, los datos existentes en el momento actual sugieren que la mortalidad observada en estos casos se sitúa alrededor del 20%, una cifra incluso inferior a la que se aprecia en otras enfermedades para las que apenas se discute la indicación de la VMI. Tratamiento de la disfunción muscular periférica Las actividades de la vida diaria se reducen mucho en las exacerbaciones de la EPOC. Hasta un 45% de los pacientes permanece en cama o en un sillón mientras dura la agudización y tienen un período de recuperación bastante variable, pero casi siempre largo. Detrás de esa falta de actividad existen nume- rosos factores, algunos emocionales y otros físicos, entre los que destaca el desacondicionamiento (falta de entrenamiento) muscular. El encamamiento, la corticoterapia, las alteraciones metabólicas o nutricionales, el estrés oxidativo y, en especial, la inflamación sistémica son algunos de los elementos impli- cados en esta alteración. Con estas premisas, la rehabilitación respiratoria y, más en concreto, el entrenamiento de la mus- culatura periférica pueden tener una gran utilidad terapéutica. En una revisión reciente, basada en seis ensayos clínicos en los que se incluyeron 230 enfermos a los que se les sometió a una rehabilitación pulmonar inmediatamente después de su ingreso, se concluyó que esta técnica reduce, sin duda, el ries- go de una hospitalización subsiguiente (RR: 0,26; IC al 95%: FIGURA 26.3 Indicaciones de la ventilación mecánica (invasiva y no invasiva) en una exacerbación de la EPOC. PaO 2 , presión parcial arterial de oxígeno; SaO 2 , saturación arterial de oxígeno; VMI, ventilación mecánica invasiva; VMNI, ventilación mecánica no invasiva. Tomado de Peces-Barba et al., 2008. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN III Enfermedades de las vías aéreas 204 0,12-0,54) y la mortalidad (RR: 0,45; IC al 95%: 0,22-0,91), y además mejora lacalidad de vida y la capacidad de ejercicio. Las anomalías en la mecánica respiratoria que existen en estos pacientes también pueden recuperarse, al menos en parte, tras recurrir a la rehabilitación respiratoria o a técnicas como la VMNI. Por el contrario, el papel de la fisioterapia en estos enfermos parece menos claro. Tratamiento de la afectación cardiovascular Aunque muchos de los individuos que tienen una EPOC fallecen por una insuficiencia respiratoria, la mortalidad car- diovascular se ha erigido en la segunda causa de muerte en estos casos. Entre el 10 y el 22% de estos pacientes padece una cardiopatía isquémica, enfermedad que parece empeorar, según algunos datos indirectos, en las agudizaciones de la EPOC. Al respecto, recientemente se ha demostrado que las estatinas y los bloqueantes β 2-adrenérgicos podrían ser beneficiosos. En un estudio retrospectivo, realizado en 825 enfermos con una exacerbación, la administración de un agente β-bloqueante se asoció, tras efectuar los correspondientes ajustes multivariados, con una reducción de la mortalidad (odds ratio: 0,39; IC al 95%: 0,14-0,99). Las estatinas tienen, además de una acción hipolipemiante, un claro efecto antiinflamatorio, que podría disminuir la frecuencia de las agudizaciones e, incluso, la tasa de intubaciones. En este sentido, en un trabajo retrospectivo realizado en fechas recientes y que se llevó a cabo en una cohor- te de 185 pacientes, se observó que en los enfermos tratados con estatinas descendió tanto el número de readmisiones como el de sujetos que precisaba de una intubación (hazard ratio: 0,14; IC al 95%: 0,1-0,3). HOSPITALIZACIÓN A DOMICILIO Y PROGRAMAS DE ALTA PRECOZ La hospitalización a domicilio es una nueva modalidad de asis- tencia para los pacientes que sufren una exacerbación de la enfermedad que, tras ser atendida en el hospital cuando se inicia, se comprueba que no están en acidosis. En esta situación se identifican, bajo este concepto, tres posibles esquemas: 1) el alta inmediata desde el servicio de urgencias, como alter- nativa a una hospitalización convencional; 2) el alta precoz tras un período (más bien corto) de tiempo en el hospital, y 3) el apoyo domiciliario para los individuos que, aunque en situación frágil, se mantienen estables. Un reciente metaanálisis ha confirmado que esta aproximación terapéutica es segura y que puede, si se compara con la hospitalización convencional, reducir costes al disminuir la estancia hospitalaria. Los enfer- mos que tienen alteraciones mentales, cambios radiológicos o electrocardiográficos agudos, una comorbilidad significativa o un escaso apoyo familiar y social no deben incluirse en estos esquemas ni, por tanto, en los programas de atención domi- ciliaria referidos. Bibliografía Brill SE, Wedzicha JA. Oxygen therapy in acute exacerbations of chronic obstructive pulmonary disease. Int J Chron Obstruct Pulmon Dis 2014;9:1241-52. Dixit D, Bridgeman MB, Andrews LB, Narayanan N, Radbel J, Parikh A, et al. Acute exacerbations of chronic obstructive pulmonary disease: diagnosis, management, and prevention in critically ill patients. Pharmacotherapy 2015;35:631-48. Fanelli V, Costamagna A, Ranieri VM. Extracorporeal support for severe acute respiratory failure. 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Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1:
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