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90 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Rehabilitación respiratori INTRODUCCIÓN Definición Un documento conjunto de la American Thoracic Society (ATS) y de la European Respiratory Society (ERS) hace la siguiente defi- nición de la rehabilitación respiratoria (RR): «La RR es una intervención multidisciplinaria y global, que ha demostrado ser eficaz bajo la perspectiva de la medicina basada en pruebas para los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, que a menudo han disminuido las actividades de la vida diaria. La RR debe formar parte de un tratamiento individualizado del paciente, dirigido a reducir los síntomas, optimizar la capaci- dad funcional, incrementar la participación y minimizar los costes sanitarios a través de la estabilización o reversión de las manifestaciones sistémicas de la enfermedad». La aplicación terapéutica de la RR tiene tres características fundamentales: debe ser individualizada, dirigida específica- mente a cada paciente; ha de ser multidimensional, al abarcar tanto los aspectos físicos como los psicosociales que se derivan de la enfermedad; y, finalmente, tiene que ser interdisciplinaria, ya que exige el trabajo en equipo de diversos trabajadores de la salud. La RR pretende optimizar el tratamiento convencional, no sustituirlo. Objetivo El objetivo fundamental de la RR es conseguir que el individuo alcance el máximo grado de autonomía y aumentar, por tanto, su calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Para ello, la RR colabora con el tratamiento convencional en conseguir un mejor control de los síntomas, optimizar la función pulmonar, mejorar la capacidad de esfuerzo y lograr un mayor control de los factores psicosociales que más modulan la evolución de la enfermedad. Equipo El equipo básico de un programa de RR debe estar constituido por un médico especialista (neumólogo o rehabilitador), un fisioterapeuta respiratorio, un diplomado en Enfermería, formado en el manejo de los pacientes con enfermedades respiratorias, y un trabajador social; es deseable también la integración de un terapeuta ocupacional. Con este equipo simple y un contacto estrecho con otros especialistas, como cardiólogos, reumatólogos, psicólogos, dietistas, etc., se pueden desarrollar programas de RR eficaces. Evidentemente, contar con un equipo interdisciplinar en el área de la RR es una situación ideal. Cuando la RR se dirige a personas con enfermedades neu- romusculares, el equipo interdisciplinar debe integrar también a un neurólogo, un logopeda y un dietista. El motivo es que, además de la enfermedad de base, los pacientes presentan importantes complicaciones respiratorias, en las que el manejo de las secreciones y el soporte ventilatorio son fundamentales. También lo es una alimentación adecuada, sea por vía oral o a través de una sonda de gastrostomía. CANDIDATOS La RR está indicada en todo individuo que padece una enferme- dad respiratoria crónica y que tiene una alteración de su CVRS. En general, el síntoma que determina la indicación de la RR es la disnea. La edad no es un criterio de selección; en todo caso, es un criterio de elección del tratamiento más adecuado. Por el contrario, el grado de motivación, el de colaboración y el de comprensión son fundamentales para conseguir los obje- tivos propuestos. No existen criterios de exclusión absolutos, a excepción de los trastornos psiquiátricos que impidan una buena colaboración o de las enfermedades que comprometan la vida a corto plazo. En estos pacientes, sin embargo, no debe despreciarse la posibilidad de realizar un tratamiento sintomá- tico con fisioterapia respiratoria. COMPONENTES DE UN PROGRAMA El documento de consenso de la ATS/ERS especifica que «los programas de RR deben contemplar la evaluación del paciente, el entrenamiento al ejercicio, la educación (que incluye fisio- terapia), la intervención nutricional y el soporte psicosocial». Sin embargo, no todos los componentes de la RR consiguen beneficios con igual eficacia (tabla 12.1). Educación Mientras que en los enfermos asmáticos la educación aislada tiene un impacto beneficioso sobre la CVRS y la 12 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 12 Rehabilitación respiratoria 91 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. capacidad de esfuerzo, no parece ser así en los individuos con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y, de hecho, el grado de recomendación es moderado, si bien con un nivel de evidencia alto (1B). De acuerdo con el consenso de la ATS/ERS, la educación debe hacer hincapié fundamentalmente en el autocuidado de la enfermedad y en la prevención y el tratamiento de las exacerbaciones. Fisioterapia respiratoria La eficacia de las técnicas de fisioterapia respiratoria tie- ne un grado muy bajo de evidencia. Incluso las guías del American College of Chest Physicians (ACCP) y de la American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation (AACVPR) no consideran que estas técnicas sean útiles por sí solas. Quizás esto se debe a la escasez de estudios y a lo controvertido de sus resultados. Son pocos los trabajos que han demostrado que se produzcan beneficios con la fisioterapia añadida al entrenamiento, o aisladamente, sobre la capacidad de esfuerzo y la CVRS. El consenso de la ATS/ERS solo apoya el uso de la fisioterapia en pacientes debidamente seleccionados. En nuestra opinión, es funda- mental educar al enfermo en las técnicas de ventilación; de hecho, un trabajo reciente ha puesto de manifiesto la importancia del control de la ventilación para optimizar los efectos del entrenamiento. Soporte psicosocial A pesar de la elevada prevalencia de síntomas como la ansiedad y la depresión en los pacientes con una EPOC, el soporte psi- cosocial tiene un papel controvertido dentro de los programas de RR, con un nivel de recomendación moderado (2C). Por otro lado, hay escasos estudios que analicen el impacto de la RR en las alteraciones emocionales cuando no se realiza una intervención específica. Algunos sugieren que la RR reduce la depresión y la ansiedad, mientras que otros no encuentran diferencias. Las guías del ACCP y la AACVPR aconsejan, a pesar de la mínima evidencia, que la intervención psicosocial se incluya como un componente más dentro de los programas multidisciplinarios de RR. Entrenamiento muscular El entrenamiento de las extremidades inferiores es el principal determinante del éxito de los programas de RR, con un alto grado de evidencia y de recomendación (1A). Múltiples estu- dios han demostrado que este entrenamiento consigue mejo- rar la disnea, la capacidad de esfuerzo y la CVRS. Además, induce cambios estructurales y funcionales en el músculo. De acuerdo con las guías del ACCP y la AACVPR, los beneficios alcanzados pueden lograrse tanto con un entrenamiento de alta como de baja intensidad, con un alto grado de evidencia y recomendación (1A). Actualmente, el entrenamiento de las extremidades superiores se considera como un componente fundamental en los programas de RR, añadido al de las extre- midades inferiores, también con un alto grado de evidencia y recomendación (1A). La eficacia del entrenamiento específico de los músculos respiratorios sigue sujeta a controversia en la actualidad, con un nivel de recomendación alto, pero de evidencia moderado (1B). Pese a ello, los hallazgos de dos metaanálisis y de algunos estudios recientes aleatorizados y con un buen grupo control sugieren que, cuando se asegura una adecuada presión en la boca, el entrenamiento específico de los músculos respiratorios puede mejorar la fuerza y la resistencia de la musculatura respiratoria. Terapia ocupacionalEl objetivo fundamental de la terapia ocupacional es reducir la disnea durante la realización de las actividades de la vida cotidiana. Los programas están dirigidos a mejorar las funcio- nes manuales, la coordinación visomanual, la organización de la actividad cotidiana y la reeducación del esquema tem- poroespacial. A pesar de que existe poca investigación en este campo, las recientes recomendaciones recogen las técnicas de conservación de la energía y simplificación del trabajo entre los temas que han de abordarse en la educación. Soporte nutricional Este es un aspecto que debería contemplarse dentro de cual- quier programa de RR. Sin embargo, no hay suficiente eviden- cia como para aconsejar de forma rutinaria los suplementos nutricionales en los pacientes con una EPOC, por lo que el ACCP y la AACVPR no aportan ninguna recomendación al respecto. Por otro lado, existe un nivel de recomendación moderado, pero de evidencia bajo (2C), sobre el uso de los agentes anabólicos en estos enfermos. CARACTERÍSTICAS DE LOS PROGRAMAS Componentes Teniendo en cuenta la eficacia de los distintos componentes de la RR, desde la perspectiva de la medicina basada en la evidencia, un programa de RR debería incluir, como mínimo, lo siguiente: educación (centrada en el conocimiento de la enfermedad y el tratamiento), fisioterapia, soporte psicosocial y entrenamiento muscular, asociando el entrenamiento de las extremidades superiores e inferiores, combinando el de fuerza TABLA 12.1 Eficacia de los componentes de la rehabilitación respiratoria Componente Nivel de evidencia científica Entrenamiento de las piernas 1A Entrenamiento de los brazos 1A Entrenamiento de los músculos respiratorios 1B Educación, fisioterapia 1B Soporte psicosocial 2C Suplementos nutricionales — Agentes anabólicos 2C Adaptado de Ries et al., 2007. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN II Técnicas diagnósticas y terapéuticas en neumología 92 con el de resistencia y utilizando con preferencia la técnica de entrenamiento a intervalos. El entrenamiento específico de los músculos respiratorios debería añadirse únicamente cuando los pacientes presentan debilidad muscular respiratoria y siempre asegurando que la presión en la boca es adecuada y que la técnica es eficaz. Las guías del ACCP y la AACVPR recomiendan, aunque con un nivel de evidencia débil, pero de recomendación elevado (1C), que debe considerarse el aporte de oxígeno en los sujetos que tienen una hipoxemia al esfuerzo durante los programas de entrenamiento. De esta manera es posible incrementar la capacidad de ejercicio, dis- minuir los requerimientos ventilatorios, reducir la frecuencia respiratoria y la hiperinsuflación dinámica, y mejorar la dis- nea y la CVRS. Los enfermos que reciben oxígeno continuo a largo plazo deben utilizarlo durante el entrenamiento, pero es probable que tengan que aumentar los flujos. La indicación de la administración de oxígeno durante el entrenamiento en los pacientes que no tienen hipoxemia inducida por el ejercicio no queda clara, ya que, aunque puede incrementar la resis- tencia al esfuerzo, no es evidente que mejore los resultados clínicos. También se considera que la ventilación mecánica no invasi- va (VMNI) puede ser un tratamiento complementario en estos programas para un grupo específico de individuos afectos por una EPOC grave, con un nivel de recomendación y de evidencia moderados (2B). La aplicación de la VMNI nocturna en combi- nación con la RR en las personas que padecen una EPOC grave y una insuficiencia respiratoria crónica hipercápnica puede mejorar la tolerancia al ejercicio, el intercambio pulmonar de gases y la CVRS, probablemente por el descanso de los mús- culos respiratorios que ocurre durante la noche. Duración El consenso de la ATS/ERS llama la atención sobre la falta de evidencia acerca de cuánto debe durar un programa de RR y sugiere que el mantenimiento de los beneficios a lo largo del tiempo tiene una relación directa con la duración del pro- grama. Este consenso recomienda un mínimo de 20 sesiones de entrenamiento. Un estudio reciente parece apoyar esta idea. Sin embargo, los programas cortos también han demostrado su eficacia. En un metaanálisis que incluía a 979 pacientes se concluía que los que tenían una EPOC de ligera a moderada intensidad podían beneficiarse de un programa corto, mientras que los pacientes que tenían una EPOC intensa precisaban, al menos, un programa de 6 meses para alcanzar los mismos beneficios. Nosotros hemos realizado un estudio prospectivo en el que se analizó la evolución de los beneficios de un pro- grama de RR, en concreto sobre la capacidad de esfuerzo y la CVRS, cada 2 semanas. Pudimos comprobar que, con un programa de 3 sesiones semanales, se conseguía una meseta (plateau) a las 8 semanas en la mayoría de los pacientes, aunque en algunos enfermos la estabilidad en los beneficios no se lograba hasta más allá de las 12 semanas (figs. 12.1 y 12.2). Ubicación En general, los programas de RR se han diseñado para su realización en el medio hospitalario, ya sea en el paciente hospitalizado o en régimen ambulatorio. Los programas intrahospitalarios son escasos y en su mayor parte proceden de Estados Unidos y Canadá. Los beneficios alcanzados por estos programas son poco discutibles. Recientemente, diversos estudios aleatorizados y con un buen grupo con- trol han demostrado que un programa de RR efectuado en el domicilio produce una mejoría significativa en la CVRS y la capacidad de esfuerzo. Parece incluso que estos beneficios se mantienen más tiempo que con los programas realizados en el hospital. Algunos programas domiciliarios incluyen un entrenamiento intensivo utilizando ergómetros y una supervisión continua en la casa del enfermo; otros, sin embargo, son programas más simples, que no requieren de un aparataje complicado ni de supervisión directa, y también logran beneficios similares. FIGURA 12.1 Evolución de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Obsérvese la mejoría en la CVRS tras un programa de rehabilitación respiratoria de tres sesiones semanales. Se evaluó a los pacientes 2 semanas antes del inicio del programa (basal) y cada 2 semanas a lo largo de las 12 semanas que duraba el programa. Puntuación en las áreas: dominio físico (área disnea + área fatiga) (arriba) y dominio emocional (área factor emocional + área control de la enfermedad) (abajo) del cuestionario Chronic Respiratory Questionnaire. Adaptado de Solanes et al., 2009. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 12 Rehabilitación respiratoria 93 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. MEDIDAS DE EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS DE UN PROGRAMA Cuando se organiza un programa de RR, es importante plan- tear una estrategia de estudio y control. El estudio de la fun- ción pulmonar es imprescindible para evaluar al paciente y conocer el grado de alteración respiratoria que padece, aunque por lo general esta función no experimenta cambios tras la aplicación de un programa de RR. Es conveniente realizar una valoración inicial completa, que incluya espirometría, volúmenes pulmonares estáticos, capacidad de difusión, pre- siones respiratorias máximas, ventilación voluntaria máxima y gases arteriales. Las medidas de evaluación de la eficacia de la RR deben considerarse antes y después de poner en marcha el progra- ma. En la práctica diaria se aconseja la medida de la disnea y de la capacidad de esfuerzo o bien delíndice BODE (v. más adelante). La evaluación de la CVRS, así como de la fuerza y la resistencia de los músculos respiratorios, es una medida más selectiva y menos convencional. Disnea Es el síntoma principal en los pacientes que tienen una EPOC. La disnea se correlaciona mejor con la calidad de vida y los factores psicoemocionales del individuo que con la función pulmonar. Existen múltiples escalas para valorarla. Algunas se refieren a las actividades de la vida diaria del sujeto y, por tanto, se analizan durante la visita con el médico. Otras están especialmente diseñadas para aplicarse durante la realiza- ción de un esfuerzo. En la tabla 12.2 se muestran las escalas que más frecuentemente se usan para la evaluación de este síntoma. Capacidad de esfuerzo La capacidad de esfuerzo puede valorarse desde distintas pers- pectivas y con diferentes niveles de complejidad (tabla 12.3). Existe un primer grupo de pruebas llamadas de campo, que no precisan prácticamente de equipo alguno y que son un buen reflejo del esfuerzo de la vida cotidiana. Permiten cuantificar variables simples, como la frecuencia cardíaca y la respiratoria, la saturación percutánea de oxígeno (SpO 2) y la disnea. Un segundo grupo de pruebas de esfuerzo, llamadas de labora- torio, incluye técnicas de mayor complejidad, que precisan de un equipo más avanzado y costoso. Sin embargo, dan una información más completa. Son reproducibles y sensibles, y permiten analizar variables ventilatorias, metabólicas, cardio- vasculares e, incluso, musculares en todo su detalle. Índice BODE Es un índice que clasifica de forma multidimensional a los enfermos que padecen una EPOC. Además, tiene un valor predictivo del riesgo de muerte por cualquier causa o por causa respiratoria mejor que el que ofrece el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV 1) en estos pacientes. El índice BODE engloba las siguientes variables: B o índice de TABLA 12.2 Escalas de disnea existentes en la literatura médica Escala Tipo Características Evaluación CRQ (disnea) AVD Cinco preguntas Actividades definidas Escala: 1-7 1: disnea mayor 7: disnea menor BDI/TDI AVD Tres áreas Deterioro funcional Magnitud de la tarea Magnitud del esfuerzo Escala: 0-4 0: disnea grave 4: disnea ausente OCD AVD Descriptores de actividades Escala: 0-100 mm 0: sin disnea 100: disnea máxima MRC AVD Actividades de la vida diaria Escala: 0-4 0: disnea menor 4: disnea mayor EVA Esfuerzo Ciega Escala: 0-100 mm 0: nada de disnea 100: máxima disnea De Borg Esfuerzo Descriptores de intensidad Escala: 0-10 0: menor disnea 10: máxima disnea AVD, actividades de la vida diaria; BDI/TDI, índice basal y transicional de disnea (Mahler); CRQ, Chronic Respiratory Questionnaire; EVA, escala visual analógica; MRC, escala del Medical Research Council; OCD, diagrama de coste de oxígeno. FIGURA 12.2 Mejoría en la capacidad de ejercicio físico. Obsérvese el incremento en la distancia recorrida en la prueba de la marcha de 6 minutos durante un programa de rehabilitación respiratoria de tres sesiones semanales. Se evaluó a los pacientes 2 semanas antes de iniciar el programa (basal) y cada 2 semanas a lo largo de las 12 semanas que duraba el programa. Adaptado de Solanes et al., 2009. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN II Técnicas diagnósticas y terapéuticas en neumología 94 masa corporal (IMC); O u obstrucción al flujo aéreo (FEV1); D o disnea, evaluada por la escala del Medical Research Council (MRC), y E o capacidad de esfuerzo medida por la prueba de la marcha de 6 minutos (PM6M). Su puntuación va de 0 a 10, siendo 10 la peor puntuación posible (tabla 12.4). Calidad de vida relacionada con la salud Las variables que mejor se relacionan con la CVRS son la dis- nea, la depresión, la ansiedad y, en menor medida, la capacidad de esfuerzo y el FEV1. No se ha demostrado relación alguna con la presión arterial de oxígeno (PaO2), la edad, la educación y otras medidas de la función pulmonar. Los cuestionarios de CVRS están diseñados con una estructura multidimensional y abarcan varias áreas, que exploran diversos aspectos relacionados con la enfermedad. Un cuestionario debe contener, como mínimo, cuatro áreas que hay que explorar: física, emocional, social y sintomática. La CVRS se puede evaluar mediante cuestionarios genéricos o específicos. Los genéricos cubren un amplio margen de dimensiones de la CVRS; además, su amplitud permite com- parar poblaciones distintas, por lo que suelen utilizarse en estudios transversales de población. Sin embargo, tienen el inconveniente de que, por su gran amplitud, pueden sobre- cargar al paciente y provocar una pérdida de información y de sensibilidad. Por el contrario, los cuestionarios especí- ficos resultan más cómodos para el enfermo, que reconoce todas las preguntas como algo directamente ligado con su enfermedad, por lo que tienen mayor sensibilidad para detectar cambios. Hasta el momento la mayoría de los cuestionarios de CVRS que existen en nuestro país se han diseñado en lengua inglesa. Para que un cuestionario sea aplicable en un medio es necesa- rio no solo traducirlo a la lengua local, sino seguir un proceso complicado de validación, que lo adecúe a las características de cada cultura o medio (tabla 12.5). Los cuestionarios de CVRS tienen en la actualidad algunas limitaciones, que hacen que no sea fácil su uso en la práctica diaria: requieren tiempo, tanto para administrarse como para analizar los resultados, están TABLA 12.3 Pruebas de esfuerzo normalmente utilizadas en neumología Prueba Tipo Características Medidas Prueba de la marcha de 6 minutos (PM6M) De campo Prueba submáxima Caminar rápido durante 6 minutos Motivar, tres pruebas (factor aprendizaje) Sensible, reproducible Metros, Fc, f, SpO2, disnea Shuttle test (test de la lanzadera) De campo Prueba máxima Caminar con un ritmo prefijado hasta el máximo tolerable Sensible, reproducible Metros, Fc, f, SpO2, disnea Endurance shuttle test (test de resistencia) De campo Prueba submáxima Caminar con un ritmo prefijado al 60-90% del máximo Sensible, reproducible Metros/tiempo Fc, f, SpO2, disnea Prueba de esfuerzo progresivo (piernas) Laboratorio Prueba máxima Con un ergómetro Incrementos progresivos hasta el máximo Sensible, reproducible Wmáx, VO2máx, VCO2máx, VEmáx, patrón ventilatorio, Fc, TA, ECG, disnea Prueba de esfuerzo submáximo (piernas) Laboratorio Prueba submáxima Con un ergómetro Esfuerzo mantenido al 50-90% del máximo Sensible, reproducible VO2, VCO2, VE, patrón ventilatorio, Fc, PA, ECG, disnea en estado estable Prueba de esfuerzo progresivo (brazos) Laboratorio Prueba máxima Con un ergómetro Incrementos progresivos hasta el máximo Sensible, reproducible Wmáx, VO2máx, VCO2máx, VEmáx, patrón ventilatorio, Fc, TA, ECG, disnea Brazos De campo Prueba máxima Con pesas Elevaciones repetidas según la tolerancia Repeticiones Fc, f, SpO2, disnea Brazos De campo Prueba submáxima Con pesas, con una carga fija, 50-80% de la máxima Mantener elevados los brazos el tiempo que se tolere Tiempo de tolerancia Fc, f, SpO2, disnea ECG, electrocardiograma; f, frecuencia respiratoria; Fc, frecuencia cardíaca; PA, presión arterial; SpO2, saturación percutánea de oxígeno de la hemoglobina; VO2máx, consumo máximo de oxígeno; VCO2máx, producción máxima de anhídrido carbónico; VE, ventilación minuto; VEmáx, ventilación minuto máxima; Wmáx, carga máxima. TABLA 12.4 Cálculo del índice BODE* Variable 0 1 2 3 FEV1 (%) ≥ 65 50-64 36-49 ≤ 35 PM6M (m) ≥ 350 250-349 150-249 ≤ 149 MRC (0-4) 0-1 2 3 4 IMC (kg/m2) > 21 ≤ 21 *B, índice de masa corporal (IMC); O, obstrucción al flujo aéreo (FEV1); D, disnea evaluada por la escala delMedical Research Council (MRC), y E, capacidad de esfuerzo (prueba de la marcha de 6 minutos —PM6M—). Adaptado de Celli et al., 2004. FEV1, volumen espiratorio forzado en el primer segundo. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 12 Rehabilitación respiratoria 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. sometidos a factores que son a veces difíciles de separar de la enfermedad y no existen cánones que permitan definir el nivel de afectación de la CVRS del paciente. Medida de la fuerza y la resistencia de los músculos respiratorios Para valorar la fuerza muscular, se utiliza, fundamentalmente, la medida de las presiones inspiratoria y espiratoria máximas (PImáx y PEmáx). La determinación de la presión transdia- fragmática (Pdi), con un balón esofágico y gástrico, es segura y altamente reproducible, pero es invasiva y requiere experiencia; se reserva para los estudios comparativos. Para evaluar la resistencia muscular, se han propuesto varias técnicas: la ventilación voluntaria máxima, la venti- lación máxima sostenida durante 15 minutos, la medida del tiempo que el paciente puede mantener la maniobra de inspiración o espiración a través de una válvula inspiratoria o espiratoria, la electromiografía del diafragma con balón esofágico o con electrodos de superficie y otros métodos más específicos. BENEFICIOS Beneficios a corto plazo Actualmente se puede afirmar con seguridad que los progra- mas de RR que incluyen el entrenamiento muscular mejoran la disnea, la capacidad de esfuerzo y la CVRS (alto nivel de evidencia), tanto en la EPOC como en otras enfermedades respiratorias. Además, la RR reduce el número de días de hos- pitalización y es beneficiosa en lo que se refiere a la utiliza- ción de recursos sanitarios, con un grado de recomendación y evidencia moderado (2B). Sin embargo, no existe suficiente evidencia de que la RR mejore la supervivencia en los pacientes con una EPOC y, de hecho, no existe recomendación al res- pecto en las guías del ACCP y la AACVPR (tabla 12.6). Beneficios a largo plazo Una crítica constante a la RR es el hecho de que los beneficios alcanzados con los programas se pierden de forma progresiva una vez que el paciente finaliza el tratamiento. La gravedad de la obstrucción bronquial y la intensidad, la duración o la ubica- ción de los programas no parecen influir en el mantenimiento de los resultados. Sin embargo, la evolución de la enfermedad, la existencia de comorbilidad y, sobre todo, la aplicación o no de técnicas de mantenimiento sí influyen. Las guías del ACCP y la AACVPR aconsejan, con un alto nivel de recomendación y de evidencia (1A), programas de 6 a 12 semanas porque así se consigue que los beneficios se mantengan entre 12 y 18 meses. Incluso en algunas variables como la CVRS pueden consolidarse los beneficios más allá de los 18 meses, aunque con un nivel de evidencia leve, si bien de recomendación alto (1C). La aplicación de técnicas de mantenimiento tiene un efecto muy modesto sobre los beneficios que se logran con la RR, con un nivel de recomendación moderado y de evidencia bajo (2C). Posiblemente, la escasez de estudios en este sentido y la poca intensidad o frecuencia de las técnicas aplicadas pueden explicar esta escasa eficacia. Lo que parece claro es que, cuanto menos intensa es la estrategia de mantenimiento, TABLA 12.5 Cuestionarios de calidad de vida relacionada con la salud Cuestionario Tipo Características Evaluación CRQ Específico Entrevistador/autoadministrado Cuatro áreas, 20 puntos Inicial/seguimiento Discriminativo, sensible Sumatoria Escala de Likert de 1 a 7 1: peor CVRS 7: mejor CVRS SGRQ Específico Autoadministrado 76 niveles, 50 puntos Discriminativo, sensible Respuesta sí/no 0: peor función 100: mejor función Perfil de salud de Nottingham Genérico Autoadministrado Seis dimensiones, 38 puntos Baja sensibilidad Respuesta sí/no 0: mejor función 100: peor función SIP Genérico Autoadministrado 12 categorías, 136 puntos Baja sensibilidad Respuesta sí/no 0: mejor función 100: peor función SF-36 SF-12 SF-8 Genérico Autoadministrado Ocho dimensiones 36, 12 y 8 puntos, respectivamente Sensible 0: peor estado salud 100: mejor estado salud CRQ, Chronic Respiratory Questionnaire; CVRS, calidad de vida relacionada con la salud; SF, cuestionario Short Form Health Survey de 8, 12 o 36 preguntas; SGRQ, St. George’s Respiratory Questionnaire; SIP, perfil de las consecuencias de la enfermedad. TABLA 12.6 Eficacia de la rehabilitación respiratoria Beneficios Nivel de evidencia científica Disnea 1A Calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) 1A Beneficios psicosociales 2B Recursos económicos 2B Supervivencia — Adaptado de Ries et al., 2007. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN II Técnicas diagnósticas y terapéuticas en neumología 96 menos eficaz resulta. La repetición periódica de un programa de RR tampoco parece prolongar los beneficios en el tiempo, sino que únicamente consigue disminuir las exacerbaciones. Beneficios en otras enfermedades respiratorias La discapacidad de los pacientes que tienen enfermedades res- piratorias distintas a la EPOC es similar a la de los que tienen una EPOC. Los beneficios que se alcanzan con la RR pueden ser de la misma magnitud, aunque la evidencia científica al res- pecto es moderada, si bien con un alto nivel de recomendación (1B), posiblemente por la carencia de estudios bien diseñados. De hecho, las guías recomiendan que, en la práctica diaria, la RR se considere en muchas enfermedades distintas a la EPOC. No obstante, se insiste en que es fundamental modificar los programas, añadiendo a las estrategias propias para los pacien- tes con una EPOC otras más específicas para cada enfermedad y para cada individuo. REHABILITACIÓN RESPIRATORIA EN ESPAÑA: LA REALIDAD ACTUAL Con la RR se mejoran los síntomas, la capacidad de esfuerzo y la CVRS. Sin embargo, a pesar del alto nivel de evidencia que respalda la obtención de estos beneficios, la implantación de la RR en nuestro país es muy escasa y desigual. Además, no se cuenta con estudios acerca de la distribución y caracterís- ticas de los programas de RR o del porcentaje de enfermos a los que se aplica este tratamiento. Cabe pensar que existen diferencias relevantes en la oferta real de programas de RR, tanto entre las diferentes comunidades autónomas como inclu- so entre las áreas sanitarias dentro de ellas, y que la mayor parte de los pacientes que son posibles candidatos no tienen acceso a estos programas. Por tanto, si se quieren evitar graves desigualdades en el acceso a la RR y promover una atención de calidad, se necesita de una actuación conjunta de las adminis- traciones sanitarias y de las sociedades científicas. Obviamente, se precisa también de una mayor concienciación de los profe- sionales para promover y garantizar el desarrollo ordenado y beneficioso de la RR. Esta situación ha hecho que la Sociedad Española de Neu- mología y Cirugía Torácica (SEPAR) elabore un documento en el que se establecen los estándares de calidad asistencial que debe reunir la RR, con el objetivo de fomentar una buena prác- tica clínica, unificando y adecuando los distintos programas a la mejor evidencia científica. En este documento se refleja con detalle cómo debería organizarse una unidad, un área o un cen- tro de RR y se señalan cuáles son los requisitos que deberían cumplirse, tanto en cuanto a los recursos humanos como a los medios materiales. Asimismo, se proponenindicadores de calidad asistencial, que contemplan las indicaciones, los componentes y las características de los programas y las medi- das de evaluación. Finalmente, se pide a la Administración pública que vele por la calidad asistencial de la RR, que facilite la disponibilidad de unidades multidisciplinarias que sean capaces de llevar a cabo estos programas, que impulse la forma- ción de profesionales especializados y que fomente la creación de estructuras sanitarias que cumplan con los requisitos de espacio y de material adecuados para ofrecer la mejor calidad asistencial posible. Bibliografía Celli BR, Cote CG, Marin JM, Casanova C, Montes de Oca M, Mendez RA, et al. The body-mass index, airflow obstruction, dyspnea and exercise capacity index in chronic obstructive pulmonary disea- se. N Engl J Med 2004;350:1005-12. Collin EG, Langbein WE, Fehr L, O’Connell S, Jelinek C, Hagarty E, et al. Can ventilation-feedback training augment exercise tolerance in patients with chronic obstructive pulmonary disease? Am J Respir Crit Care Med 2008;177:844-52. Gosselink R. 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